Hataraku Saibō también conocida como Cells at work, no me pertenece, si no a Akane Shimizu. La imagen tampoco me pertenece, la encontré en Google y desconozco su autor, si alguien sabe de quién es favor de aclarármelo para agregar sus créditos correspondientes. La historia sí es mía. No autorizo la copia y reproducción de esto. Di no al PLAGIO.
Cualquier error ortográfico favor de aclarármelo para modificar.
Two Shot
Bendiciones.
Capítulo 2
AE3803 se recargó en la pared y sonrió con nostalgia, mirando la lluvia de estrellas a través de la retina de los ojos. Era como una preciosa película, y no pudo evitar enternecerse. El cuerpo humano femenino estaba pasando por su cuarto mes de embarazo. La placenta ya había dado su informe de resultados, revelando que el feto gestándose sería una niña. Por supuesto, la noticia llenó nuevamente de felicidad a la Eritrocito, pensando en lo seguramente preciosa que se vería el producto final (el bebé), cuando ya estuviera listo para salir al mundo.
Y también, AE3803 se aseguraría de pasar continuamente por la zona ocular para poder observar a través toda la evolución del bebé en su crecimiento. El sistema nervioso ya estaba sopesando nombres. A opinión de Eritrocito, su favorito hasta el momento es Megan.
Un flashazo en la pantalla a través de la retina llamó su atención. Ligeramente sobresaltada, miró hacia la pantalla, y sus ojos brillaron de emoción cuando admiró la lluvia de estrellas. ¡Era impresionante! Había escuchado por casualidad mientras pasaba por los canales de los oídos, que según las leyendas populares las estrellas fugaces tenían una magia especial, una lo suficientemente importante como para cumplir deseos. Eritrocito titubeó. ¿Sería posible?, pensó, luego no se detuvo mucho analizarlo y simplemente lo formuló.
Deseo… deseo ser humana.
Cerró los ojos, y se aferró a la idea con un suspiro de anhelo. Escuchó vagamente una explosión a lo lejos, lo que parecía un golpe del exterior que retumbó en todos los cimientos de las paredes oculares. AE3803 se sobresaltó abruptamente. Intentó levantarse de su lugar y moverse lejos, pero no fue suficientemente rápida, porque algo del tamaño de su puño proveniente de una de las paredes del edificio cercano le cayó en la cabeza.
Todo su centro se sacudió mientras caía al suelo. Era evidente que la chica humana acababa de lastimarse, y como tal los ojos estaban llorando. Una respuesta normal de auto recuperación en proceso, un procedimiento interior tratando de reparar y evitar más daños internos. AE3803 escuchó vagamente una alarma, mientras todo fue marcado en alerta roja para evitar un traumatismo aún peor.
Pero Eritrocito ya no fue capaz de saber el desenlace, porque exhaló el aire que había estado reteniendo, y dejó que la inconsciencia la arrastrara lentamente hacia un mundo oscuro y silencioso.
Cálidos y agradables rayos de sol entraron a través de la ventana. AE3803 se removió inquieta. Movida a través de su inconsciencia intentando recuperarse, apretó los ojos.
¿Qué pasó?, se preguntó a través de la bruma de su cerebro, intentando rememorar los acontecimientos que la habían llevado a desmayarse. Frunció el ceño y apretó los labios, forzándose a sí misma a abrir finalmente los ojos y afrontar lo que sea que estuviera pasando.
Lo primero que notó es que no estaba en el lugar donde había estado antes. Pero… ¿Dónde había estado ella antes de esto? Realmente tampoco podía recordar eso. Ahora mismo, estaba acostada en una cama y había algo conectando a su muñeca izquierda, un objeto delgado y cilíndrico transparente que viajaba en vertical hasta una bolsa grande suspendida a su lado.
Un momento… ¿Cerebro, memoria? Poco a poco, recordó. Imágenes pasando vertiginosamente a través de su cerebro. De su memoria. Ella tenía un cuerpo celular, no órganos. Ella es un Eritrocito, trabajando en órganos dentro de un cuerpo humano femenino, no teniendo un cuerpo propio.
Casi salta del susto, reincorporándose rápidamente hasta quedar sentada en la cama, con la espalda tiesa como una tabla. ¿¡Qué está pasando!? Gritó internamente, estupefacta y repentinamente histérica. Como si fuera un llamado divino, la puerta se abrió violentamente. AE3803 casi se ahoga desde su lugar cuando notó quien estaba en el rellano: U-1146. ¿Qué estaba haciendo allí?
—¿Estás bien? —preguntó él acercándose a AE3803 y tomándole la mano, apretándola en un gesto preocupado que aumentó el corazón de Eritrocito.
—Sí —respondió tras un instante de vacilación, más concentrada en mirarlo, y el cómo su mano cálida y firme contra la suya se sentía maravillosamente bien. Como un hormigueo en sus dedos que le hacía sentir segura—. ¿Qué pasó?
—Te desmayaste repentinamente mientras estábamos en el zoológico. Te traje al hospital y el doctor te revisó. Todo está bien —se sentó en una silla al lado de la cama a la que AE3893 sinceramente no había reparado hasta en ese momento—. Solo esperaba a que despertaras y te hicieran una última revisión para poder irnos a casa.
Seriamente, ¿De qué estaba hablando U-1146? Ella parpadeó y asintió, más por compromiso que porque realmente entendiera lo que sucedía. Todas sus palabras parecían como una rápida sucesión, incomprensible y lejana.
¿Doctor, casa? Eso no es posible. No es algo que pase con las células, no es algo natural. Ese tipo de situaciones sólo pasaban con humanos, personas de carne y hueso, gente real. Sintió algo retumbando en su pecho. Se llevó la manos al centro de su caja torácica, y casi vuelve a desmayarse el comprobar que tenía latidos. Se sentía poderosamente real dentro de su pecho, acelerando su respiración.
Luego, la comprensión llegó a ella. Ya no es una célula. Por algún extraño, inverosímil, e increíble motivo, es una persona real.
—¿Cómo… cómo me llamo? —preguntó atropelladamente.
U-1146 la miró fijamente con escepticismo.
—Amor… ¿Te golpeaste en la cabeza? —le preguntó de vuelta.
¿A-amor…?, repitió ella completamente ruborizada. De acuerdo, entonces, ¿No sólo es humana, si no que también el Neutrófilo es su pareja? Bueno, seguro que también debe tener un nombre. Uno seguramente increíble y varonil, que le quedará calzado y ella no se cansaría de repetirlo y…
Ya, respira. Un segundo. Si, bien, eso es. Asimila esto y no hiperventiles.
AE3803 exhaló lentamente, mirando a U-1146, o como quiera que se llame ahora, con detenimiento. Tenía ciertas diferencias a su contraparte celular, pero en general seguía siendo notablemente atractivo. Aún tenía la piel mortalmente pálida, pero no completamente blanca como la cal. También conservaba el cabello claro tapando uno de sus ojos, del tipo de rubio platinado tan Albino que realmente podría considerarse blanco. Aunque los rayos del sol hacían un excelente trabajo dándole un leve brillo dorado suave. Y sus ojos son increíblemente oscuros, intensos y profundos. ¿Seguiría ella conservando sus características antiguas como el pelo rojo? Esperaba sinceramente que si. Apenas tuviera una oportunidad, se miraría en el espejo.
Una mirada apreciativa hacia abajo, le hizo comprobar que por lo menos su piel era del mismo color que como célula. Al menos un avance. También traía puesto un pantalón de mezclilla azul claro y una chaqueta roja. Luego, como no queriendo realmente pecar de mirona, volteó los ojos hacia él. Casi deseó palmearse la frente a sí misma para tratar de ocultar su evidente sonrojo.
Los músculos del ex Neutrofilo resaltaban a través de la ajustada playera térmica negra que traía puesta. AE3803 siempre se imaginó que él tenía un cuerpo formado, ya que era evidente luego de los muchos esfuerzos que hacía todo el tiempo por detener los agentes patógenos. Pero esta vez era diferente, porque ahora sabía que había piel y firmes músculos debajo. Partes del cuerpo que ella podría sentir tan solo con alargar la mano. Eso solo le hizo desear extender el brazo y tocarlo.
Bueno, ¿Y porqué no? Era su pareja después de todo, ¿Correcto? Es evidente que tenían todo el derecho a tocarse. Con esa premisa en mente, se aventuró y le tocó el brazo. Apretó los labios, evitando sonrojarse demasiado, pero falló estrepitosamente. Si, se sentía mejor que en sus fantasías más locas. Oh, esto es definitivamente interesante. ¿Cómo sería tocar el resto de él? Hm…
—¿Erin?
Le costó entender que la estaba llamando, demasiado concentrada en apretarle los brazos. No fue hasta el tercer llamado que saltó pillada in fragante, y elevó la mirada hasta encontrarse con sus ojos con repentina urgencia. Estaba tan metida en comérselo con la mirada, y no había notado que le había llamado hasta que sintió la mano de U-1146 en su hombro, moviéndola apenas ligeramente para llamar su atención.
—¿Si? —se aventuró a contestar, suponiendo que ese era ahora su nombre. Le gustó. Se parecía a su antiguo trabajo como Eritrocito. Si, con seguridad que podía acostumbrarse a ello.
—Iré a llamar al médico para que te evalúe. Puedes quedarte el resto del día en observación si no estás bien.
Sintió algo curioso vibrar desde su estómago. Como mariposas revoloteando y algo mucho más profundo e intenso. Tenía suficiente conocimiento del cuerpo humano como para saber lo que significaba. Y le gustó esa sensación, no quería perderla por nada del mundo. Sentir, no había otra cosa más maravillosa que eso.
—No, estoy perfectamente bien —Erin negó con la cabeza para dar más énfasis, sonriendo con renovado optimismo—. Quiero ir a casa contigo.
Porque de repente no había ningún otro lugar donde quisiera estar más que con él. No más secretos, no más ocultar lo que sentía. Era libre. De vivir a su modo. De disfrutar todo lo que el mundo podía ofrecerle.
—De acuerdo —le respondió él, sonriéndole suavemente. U-1146 se levantó de la silla donde había estado sentado, y antes de salir de la habitación para buscar al médico, se inclinó hacia ella para besarle en la frente. Un gesto sencillo pero que sonrojó a Erin furiosamente—. Enseguida regreso.
Erin asintió una última vez mientras lo veía salir. Suspiró y volvió a recostarse, intentando reordenar sus caóticos pensamientos. Siendo sincera consigo misma, no intentaría desentrañar el porqué realmente había sucedido el milagro, o si realmente todo era un cruel sueño de su imaginación. No importaba. Lo disfrutaría lo más que pudiera. ¿Olvidaría con el tiempo el hecho de que fue una célula en antaño? Tampoco podía asegurar eso, pero igual estaba dispuesta a correr el riesgo. Por él. Por la posibilidad de vivir. Un futuro a su lado.
Efectivamente, no pasaron más de cinco minutos cuando él regresó, esta vez acompañado de un hombre bonachón con bata blanca y pelo cano. El médico, que se presentó como el doctor Higgs, la revisó con alegre profesionalismo. Erin tembló imperceptiblemente cuando sintió el frío metal con la que él la auscultó en el vientre descubierto. Estetoscopio, le dijo que se llamaba. No pudo evitar preguntar absolutamente por todo lo que hacía. Estaba tan emocionada por conocer todo, que parecía una niña pequeña frente a un divertido programa educativo con adorables animales.
—Bueno, todo está en orden por aquí —finalizó el doctor Higgs, retirando el estetoscopio de sus oídos y pasándolo a su cuello—. Eres libre de irte cuando lo desees, Erin.
—Gracias —respondió ella con una sonrisa sincera.
El doctor se despidió de ambos y salió por la puerta, luego de susurrarle a U-1146 un par de cosas en una tablilla que traía en las manos que ella no escuchó. Pero parecía importante, porque él asentía hacia el médico con suma concentración, absorbiendo las indicaciones profesionales como si fueran algún tipo de religión que debía seguir al pie de la letra.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Erin a él apenas estuvieron solos. Al notar su mirada estupefacta, rápidamente añadió—: ¡Es q-que…! Creo que estoy un poco desorientada todavía —se rió nerviosa. No quería que pensara que estaba loca, no ahora que tenía todo lo que siempre había querido al alcance de su mano.
Él la miró desconcertado solo un segundo más, y luego sonrió de lado en un gesto aparentemente enternecido.
—Leo —le respondió suavemente.
—Leo… —lo repitió Erin, permitiendo que sus sentidos se adaptaran cuidadosamente al sonido y la articulación en sus labios. De alguna manera, parecía correcto. Tan natural.
El aludido asintió, y le extendió la mano para ayudarla a levantarse de la cama.
—Vamos, hoy prepararé la cena.
—Eso suena maravilloso —correspondió Erin cuando se levantó de la cama, amando la sensación fría del piso en las plantas de sus pies. Sus piernas temblaron un poco ante la gravedad de estar en pie luego de haber pasado un tiempo acostada, pero logró mantenerse correctamente. Sin duda, ayudaba que Leo le apretaba la mano, mientras con el otro brazo la sostenía de la cintura firmemente. Si, a Erin definitivamente le gustó eso. Volteó a mirarlo. Era al menos una cabeza más alto. Se sentía pequeña, pero protegida. La sensación era… embriagadora—. Gracias por todo.
Y era sincera. Estaba genuinamente agradecida con él. Por su atención a ella, por su cariño. Simplemente por existir. Por todo y nada a la vez.
—No es nada —Leo levanto un hombro en un gesto desinteresado, pero sonrió dulcemente mientras acariciaba el cabello de Erin.
Ella lo miró de vuelta, sonrojada. Sus ojos se agrandaron con sorpresa cuando notó que Leo se inclinó hacia su rostro. ¿Pero qué…?, se preguntó consternada y repentinamente nerviosa. No alcanzo a emitir palabra sin embargo, porque los labios de Leo estaban sobre los suyos.
Fue increíble. Erin simplemente cerró los ojos y se dejó llevar. Moviendo los labios con timidez, le correspondió. Realmente no sabía qué estaba haciendo porque no tenía un precedente, pero su cuerpo, la manera en la que reaccionó ante él, era evidente que sabía cómo comportarse en estos casos. Un agradable escalofrío de anticipación recorrió la columna de Erin, y prácticamente se fundió ante la cercanía de Leo, inclinándose sobre él y abrazándolo desde el cuello.
Todo simplemente se detuvo a su alrededor, y lo único que Erin percibió fueron las sensaciones chisporroteantes dentro de sí.
El trayecto a casa fue interesante. Erin miró a través del vidrio de la ventana del auto con genuino entusiasmo, maravillándose de las luces y colores de la ciudad. Le pareció excesivamente corto mientras llegaban a la que supuso era su hogar, pero cuando sus ojos registraron la adorable casa de dos pisos color crema, rodeada de un montón de plantas y jardín, casi salta fuera del auto para ir a explorar su interior.
—Entonces… —comenzó Erin cuando ambos se bajaron del auto y atravesaban el pórtico—. ¿Qué vamos a comer?
Leo abrió la puerta, manteniendo el brazo extendido sobre la madera para permitirle a Erin pasar primero. Ella agradeció con una genuina sonrisa mientras registraba el cálido interior de su hogar. Era maravilloso.
—Tu favorito —comentó Leo mientras iba a la cocina, sacando los ingredientes de la alacena y el refrigerador—. Ramen.
La cabeza de Erin voló hacia él, emocionada por la posibilidad. Se sentó en un único movimiento en el sillón, amando la sensación suave mientras se relajaba en él.
—¿En serio?
Leo asintió desde su dirección, ocupado en sacar la cacerola para colocarla frente al fuego.
—Por supuesto —le aseguró con tranquilidad—. Tengo que consentir a la madre de mis hijos.
Erin asintió feliz, y sólo un segundo después bastó para comprender la real implicación de lo que realmente le había dicho.
—¿¡Estoy embarazada!? —casi gritó, consternada. Instantáneamente, se llevó una mano al vientre. No lo había notado hasta el momento, pero había allí un bulto. Apenas perceptible, pero ahí estaba. Una vida. Una futura personita preciosa producto de ella. Con él. Esa fue la razón por la que el médico le había inspeccionado el viente con especial atención.
—¿En serio te encuentras bien? —le preguntó Leo de vuelta, mirándola preocupado desde la cocina—. Erin, tienes dos meses de embarazo.
Eso fue demasiado para ella. Sintió la sangre rápidamente agolparse su cerebro, incapaz de retenerla. Luego se volvió a desmayar. Esta vez, sobre el sillón.
Por suerte, Erin despertó solo cinco minutos después, algo menos histérica que cuando recién se dió cuenta de que las cosas habían cambiado radicalmente. Leo le había estado acariciando las mejillas, intentando reanimarla, o quizá solo tranquilizarla mientras recuperaba la conciencia de nuevo. Eso, Erin nunca lo adivinó. Estaba mucho más concentrada en sentir cómo su piel se erizaba con su tacto, y su respiración se convertía en irregular hasta que había como chispas dentro de ella, animándola a acortar las distancias con Leo y comenzar a explorar un poco más de este mundo que tenia a su alrededor.
Bueno, más específicamente, a explorarlo a él. Benditas hormonas calientes del embarazo. Muy interesantes.
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*capitulo 100% hecho en el teléfono, por favor perdonen los fallos ortográficos.
¡Higushi salvaje aparece! No tenía intención de hacer una segunda parte, porque considero que cuando un one shot es bueno tal y cómo está, intentar alargarlo a veces resulta contraproducente. Realmente espero no haber arruinado esto al escribir una continuación. Es solo que tantas chicas me pidieron una segunda parte que realmente no pude evitarlo, y quería hacerlo, por lo menos para intentar disminuir el dolor que nos produce a todos el hecho de que ya acabará la serie el sábado.
Por supuesto, yo estoy firme con la idea de que el anime tendrá segunda temporada. Es decir, el anime fue demasiado visto y querido por los fans, y aún hay mucho del manga que sacar. Los productores saben lo que les conviene si quieren asegurar otro éxito. ¡Todos crucemos los dedos por esto!
Y ahora si. El one shot que se convirtió en Two Shot. Es final abierto. Lo dejo a su imaginación si su deseo realmente se cumplió y Eritrocito viajó a otra dimensión paralela donde realmente está junto al sexy Neutrofilo. O si el golpe que recibió la hizo tener una apoptosis celular y esto fue solo una demencia de su parte XD pero en serio, yo creo que es lo primero, ¡Cosas felices mis amores! Es evidente que en el final está implícito que ambos tuvieron sexo salvaje y furibundo. Realmente espero conservar la intención esta vez y dejarlo finalizado, pero ya saben, yo soy bien débil y luego si todas y todos quieren una tercera parte, no sé si seré capaz de resistirme. ¡Es que sus comentarios son demasiado adorables! Por otra parte, tuve un momento de duda respecto a qué nombres usar, pero luego de delimitarlo un rato me decanté por Erin y Leo, que los encuentro como nombres lindos y efectivos.
Por cierto, el primer capítulo ha sido levemente editado, solo para corregir algunos errores de dicción y agregar dos párrafos nuevos al final. Por si alguien le interesa ir a releerlo.
Esta continuación está dedicada a la página de Facebook de Hataraku Saibou Latino, que son un encanto los administradores, y han hecho un excelente trabajo trayéndole a todos los amantes de la serie las noticias rápidas y efectivas, y obvio suculentos memes (porque amo los memes). También, infinitas gracias a los que dejaron review en el capítulo anterior: Ali, YaniiR, SessKagome and Shade Shaw, Alcuatiumlol12, AAAAAAAAA, Belen – La Fanficker, John R. Branwen, Invader Zim, Rei Chan, Guest (x3), LaRozeta, Earline Nathaly, SrHStudios, Queen Khione, Misao-CG, SummerRL, Hikari to Hinoken, Una Chica con Internet, ClaryPotter1987, sslove, Hati-Chan.
Besos, Higushi.
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