Hoy es el último día de la okikagu week, debo confesar que fue muy difícil escribir todos los días algo, pero también fue divertido y un nuevo reto :) espero que os haya gustado leerlo y gracias por todos vuestros comentarios *w* nos veremos en otras historias de Gintama y espero que aunque el final esta cerca, el fandom no se muera T^T


Día 8: Celos

Kagura se encontraba aburrida, en la yorozuya no había trabajo, además de que las gafas se habían ido a un concierto de Otsu y Gintoki estaba leyendo la Jump y maldiciendo a un gorila por finalizar Gintaman, pero no era algo que tuviese que ver con ella. Por eso mismo, la chica yato estaba aburrida y se había quedado sin sus reservas de Sukonbu, lo que la obligaría a salir a la calle.

- Me voy a comprar Sukonbu - anunció Kagura

- ¿Cómo que el apuesto protagonista de Gintaman quedó calvo y casado en el último capítulo? - gritó Gintoki a la revista mientras la lanzaba enfadado contra una pared - Los gorilas de estos días no saben finalizar mangas -

Kagura tomó aquel discurso como un "Puedes salir sin problemas y llévate mi monedero para comprar todo el Sukonbu que quieras".

- Gracias Gintoki, tan amable como siempre - agradeció la chica mientras desaparecía rápidamente de allí

- ¿Qué le pasa? Seguro que es temporada de celo - murmuró Gintoki mientras encendía la televisión y buscaba algún anime para ver

Mientras tanto la pequeña ladrona de monederos, o como ella prefería ser llamada, la reina de Kabukicho, estaba en misión de encontrar una tienda para comprar Sukonbu. Para su mala suerte, acabó encontrando a cierto policía en el camino. Y no pudo pasar desapercibida.

- Es muy temprano para ver un horrible rostro como el tuyo - dijo Sougo burlándose

- No tengo tiempo para hablar, debo ir a comprar - explicó la chica intentando huir

- Nunca tienes dinero, ¿A quién le robaste? - preguntó el chico

- Es mi monedero - mintió la menor

Antes de que pudiese darse cuenta, el joven le había quitado el objeto de las manos y se encontraba revisándolo.

- ¿Eres miembro del club amigos del azúcar? Lo dudo - dijo el chico mientras tiraba las tarjetas que iba leyendo a la basura - ¿Adictos de la leche de fresa? Teléfono de autoayuda, creo que eso tampoco es tuyo -

Kagura no entendía como Gintoki podía tener tanta basura allí.

- Esto es muy interesante - añadió Sougo con una sonrisa sádica - No sabía que tenías una obsesión con Ketsuno Ana -

Sougo sacó un par de fotos de la mujer del tiempo que acabaron también en la papelera, pero cuando llegó a una no pudo evitar contener la risa.

- ¿Perdiste lo poco que te quedaba de cordura? - preguntó Kagura bastante molesta

- Nunca hubiera imaginado, que tenías una foto de un vaso de leche de fresa en bañador - añadió el chico mientras le enseñaba la imagen

Kagura decidió en ese momento, que a Gintoki se le fundió lo poco que le quedaba de cerebro y por ello donaría su cuerpo a la ciencia, para evitar posibles enfermedades mentales como la suya en el futuro. ¿Quién en su sano juicio guarda en su monedero una foto de un vaso de leche de fresa en bañador?.

- Creo que debo detenerte por portar imágenes subidas de tono - declaró el policía

- Pero si es un vaso de leche - se quejó la chica

- Y hace siglos un tobillo era una zona íntima, así que debo detenerte - explicó Sougo con una sonrisa, estaba disfrutando la situación

- Si ni siquiera es mía - se quejó Kagura, sin darse cuenta de que había confesado el robo

- ¿Así que admites tu crimen? - preguntó Sougo con una sonrisa sádica - Me pregunto cual es el castigo para los ladrones, me imagino que podré cortarte las manos de momento -

Kagura palideció, tenía demasiada hambre para las locuras del joven. Para suerte o desgracia de los jóvenes, Hijikata apareció en escena.

- Sougo, hay problemas en la otra punta de la ciudad, debemos evitar que un hombre con gafas de sol se suicide - informó el mayor

- Me da igual si se suicida, tengo cosas importantes que hacer - informó el menor

Kagura vio la oportunidad de salvarse y corrió para esconderse tras Hijikata.

- Toshi, el sádico intenta inculparme injustamente - se quejó la joven

- Eso es mentira - se defendió Sougo mientras sacaba los pocos billetes que había en el monedero y se los guardaba en el bolsillo

- ¿Acabas de robar? - preguntó el mayor, sin poder creer lo que veía

- No es robar si la cartera era robada - explicó Sougo

- Devuelve el dinero de Gintoki - ordenó Kagura

- No quiero tener nada que ver en esto - intentó irse el mayor

- Cobarde - acusó Kagura

- Imbécil - insultó Sougo

- Os estáis pasando - gruñó el hombre

- Cómo sea, no necesitamos de tu ayuda aquí, cadáver treinta y dos - dijo Sougo

- ¿A quién llamas cadáver? - preguntó el hombre bastante molesto

Kagura abrazó el brazo de Hijikata para evitar que se fuese, pero aquello se vio mal para Sougo, que empezó a odiar aun más a Hijikata.

- Ya veo - murmuró el joven con aura asesina - No sólo te robas a mi hermana, también quieres robarte a mi víctima -

Hijikata no era tonto y sabía que la furia de Sougo venía por algo o mejor dicho alguien, así que como persona sana no quería desatar la ira de un loco.

- Lo mejor será que siga trabajando - dijo el hombre con intenciones de ir a comprar tabaco y quizás así no volver nunca por miedo al menor

- Haz que me devuelva el dinero - ordenó Kagura sin soltar el brazo del mayor

- ¿Qué tengo yo que ver en todo esto? - preguntó Hijikata

Sougo no soportó más la escena e interrumpió de la manera que mejor sabía. Con su bazooka.

Por suerte Hijikata lo vio venir y se apartó, pero no se podía decir lo mismo de Kagura, aunque al ser un yato acabó son nada más que un par de rasguños.

- A la mierda el Sukonbu, esto se volvió personal - gruñó la chica mientras saltaba encima de Sougo, con aura asesina

Sougo aprovechó la situación y tomó a Kagura de la cintura, mientras mordía con fuerza en su cuello. Kagura gritó de dolor y se apartó de Sougo.

- Eso es mío - declaró Sougo con celos, mientras miraba desafiante al hombre y se sentía orgulloso de la marca de sus dientes en el cuello ajeno

- Baba de sádico - gritó Kagura asqueada - Ahora me convertiré en un sádico Zombie, ¿Donde está mi máquina de escribir para guardar la partida? -

Los hombres ignoraron los gritos de agonía de la joven, pues estaban ocupados en su duelo de miradas.

- No sé la clase de cosas que pasan por tu retorcida mente, pero no es nada de lo que piensas - justificó Hijikata

- Muere Hijikata - gritó Sougo mientras sacaba nuevamente su bazooka y perseguía a Hijikata por la ciudad

- Veo una luz, no me quiero ir señor gorila - gritó Kagura mientras estaba tirada en el suelo

Después de ser perseguido por toda la ciudad, Hijikata tuvo que aprender una lección, nunca volver a hablar con las chicas que estuviesen en la vida de Okita Sougo.

Aunque la mayor lección de todas la aprendió alguien de cabellos plateados.

- ¿Donde narices está mi dinero para la Jump? - preguntó Gintoki mientras buscaba por todos lados su monedero

Fin


Mi idea al principio, fue que Kagura se pusiese celosa, pero al final acabó convirtiéndose en esto... ni idea de donde fallé xD siento que fue demasiada comedia pero es el estilo de Gintama y me encanta xD además de que al ser el último día de la okikagu week queda buen la comedia :)

Espero que os haya gustado esta loca semana y nos veremos en otras historias :)