Este fic es una secuela de mi historia "El Siglo Magnifico: La Sultana Sakura" y esta basado en el Epilogo de esta, e inspirado en las series turcas "Medcezir" y "Zeynep: Buscando a su Padre". Los personajes son de la absoluta autoría de Masashi Kishimoto pero la trama y utilización en que han sido empleados corre absolutamente por mi cuenta.


-No quiero ser una molestia- insistió Sakura.

-No lo serás- tranquilizo Sasuke, más que dispuesto a enmendar su error al haber chocado con ella, aunque lo agradeciera secretamente, -además no tengo nada que hacer y ser tu guía turístico es el mejor panorama que he tenido en años- reconoció, aun sujetándola del brazo.

En consecuencia con su desastroso primer encuentro, donde por poco y la había enviado de sentón al suelo, no había nada mejor que cumplir la oferta hecha e invitarla comer sirviéndole de paso como guía turístico. No era su intención sentirse orgulloso de sí mismo pero gracias a su hermano mayor y a su latoso primer amigo s que conocía los mejores lugares de toda la ciudad, las mejores vistas y el horario perfecto en que visitar los lugares de renombre, teniendo tiempo de sobra del que disponer para hacer decenas de cosas más, de paso con el estómago lleno, y afortunadamente tenía consigo el auto de su hermano mayor que solo le había permitido salir con él bajo la amenaza en que si le sucedía algo…estaba claro cuál era la amenaza, ¿no? Puede que esta fuera la primera vez de su vida en que visitaba Konoha, pero no solo manejaba por completo el idioma y sabia de la cultura y de cómo comportarse, creía ser capaz de sobrevivir sola como ya lo había hecho antes en otras ciudades que había visitado, pero si él generosa y desinteresadamente se ofrecía a ayudarla y servirle de guía, ella no tenía razón alguna por la cual negarse. Aún estaba algo abrumada cuanto más tenía en cuenta las condiciones en que se había llevado a cabo su primer encuentro, y por lo mismo es no pensaba discutir más, le permitiría resarcir sé cómo él insistía en querer hacer, ¿Quién era ella para negarse, después de todo?

-Entonces no me opondré más- acepto la pelirosa, siguiendo y deteniéndose frente al auto que casi la hizo palidecer al reconocerlo; un Lamborghini y eso en su caso siempre traía nefastas consecuencias. -No…- se cubrió los labios de inmediato, zafándose del brazo de él.

-¿Qué?- se preocupó el Uchiha al verla reaccionar así.

-Me retracto de todo lo que haya dicho, no puedo acompañarte- advirtió ella de inmediato.

-¿Por qué?- si él había hecho algo para ofenderla, realmente lo lamentaba.

-Tengo una maldición con este tipo de autos, si me subo, en cinco segundos se estrellara o tendrá un rayón espantoso, y no me perdonaría si ocasionara algo así, otra vez- admitió Sakura, aun recordando los autos que había estropeado, tal vez su padre no hubiera lamentado las pérdidas materiales pero ella si por considerarse responsable. Al escucharla, Sasuke no pudo evitar reír, había sopesado mil y un posibilidades, pero no algo tan gracioso. -No estoy bromeando, hablo en serio- advirtió en caso de que él se lo estuviera tomando con ligereza.

-No me rió por eso, me harías un gran favor si por algún azar divino este auto tuviera un rayón, y ojala muy pronunciado- se disculpó Sasuke, observando con ligero desdén a la "joya" de su hermano mayor, cosa que hizo a Sakura fruncir el ceño, desconcertada. -En realidad no es mío, es de mi hermano mayor, Itachi, y últimamente es tan histérico con este "modelito", que mejor para mis neuronas si impacta contra un poste- confeso despreocupado antes de abrir la puerta del copiloto. -¿Quieres correr el riesgo?- invito con toda la intención de destruir ese auto.

-Solo si saltamos del auto antes de lanzarlo por un desfiladero- bromeo Sakura, entrelazando su mano con la de él, con aparente camaradería.

-Cuenta con eso- secundo Sasuke, permitiéndole subir.

Una aventura riesgosa, tal vez, pero aventura al fin y al cabo.


Realmente los rumores que se contaban sobre Konoha eran ciertos, eso y más; era una ciudad de belleza incomparable y pacifica pese al inmenso lucro del que todos gozaban, su arquitectura era si lugar a dudas la joya de la corona de toda aquella tierra que en su día había sido un vasto Imperio que por poco y había controlado al mundo entero. Sasuke había resultado ser un guía turístico increíble pese a que no ostentar el titulo oficialmente, gracias a él había podido conocer cada rincón había y por haber del templo Nakano, la bellísima estructura que daba la bienvenida a todos los viajeros que llegaran a la capital. Existía un antiguo dicho; si pisas Konoha una vez en tu vida, o te mueres viviendo en Konoha, o te mueres extrañando sus tierras. Puede que hubiera pasado toda su vida en aquella ciudad, habiendo visitado casi todas las provincias aledañas a lo largo de vida, pero aun así Sasuke continuaba creyendo que no había lugar más fascinante en la tierra y vaya que había conocido otras ciudades y pases de idéntico renombre, pero Konoha…tenía algo particular que llamaba al descubrimiento, no era fácil de explicar, solo estaba ahí. No hubo tardado en recordar la advertencia que Sakura le había hecho sobre la posibilidad de sufrir algún accidente co motivo del dorado auto de su hermano mayor, y aunque Sasuke hubiera deseado que ese auto sufriera algún daño, una parte de él estaba agradecido por haberlo estacionado sin problemas, y poder pasar tiempo con ella, paseando por las calles, con él como guía, claro.

-¿Debemos celebrar haber salido intactos del primer viaje, contigo a bordo?- bromeo Sasuke, deseando secretamente devolver aquel vehículo…inutilizado de ser posible.

-Creo que todavía no, puede que suceda algo de regreso- contesto Sakura con ligera diversión, siguiéndole la corriente, -aunque quizás sea un buen indicio- admitió en caso de por primera vez un auto de esa categoría resultase intacto.

Ya fuera por conducirlo o por siquiera ir en el asiento delantero o trasero, inexplicablemente todo auto Lamborghini había terminado con alguna macula sobre su estructura con motivo de su presencia, ¿la razón? Bromista como siempre, Ino decía que se debía a una maldición gitana, nada más descabellado que eso por supuesto, y Sakura no lo creía, aunque…tampoco tenía otra respuesta que dar cuando se lo preguntaba. Quizás no se tratara más que de una coincidencia cualquiera. Tal vez este viaje fuera diferente y acabara con su "mala racha". Nunca había conocido a una chica como ella, claro que era hermosa y más que cualquier chica que hubiera conocido, pero también debía reconocer que tenía un carácter muy particular; amable, graciosa, aventurera y muy ingeniosa. Por sus propios antecedentes románticos Sasuke sabía que no era sensato ensimismarse y tener sentimientos de ningún tipo por otra chica siendo que su última relación amorosa había sido un rotundo fracaso, pero mentiría si dijera que no estaba pasando uno de los mejores días de su vida—el mejor hasta ahora, de hecho—junto a Sakura. Alzando la mirada hacia Sasuke, la Haruno se quedó prendada de sus ojos; ella misma no tenía antecedentes positivos en su pasado mediante los cuales querer enamorarse ahora, pero en Sasuke había encontrado una compañía sumamente agradable y confiable, atrayente, aunque por supuesto que ser amigos era la mejor opción por ahora y así debían permanecer.

-El destino forja un lazo invisible en la vida de las personas- el paseo de ambos jóvenes se vio interrumpido por una voz desconocida proveniente de una carismática gitana que los observo atentamente, llamándolos, -un lazo que no importa lo que suceda, no se rompe jamás, si el amor que lo creo es sincero y especial- dicho esto la mujer abandono su lugar de trabajo en plena calle, avanzando hacia ambos jóvenes que se observaron algo confundidos entre sí. -Reconozco el amor verdadero cuando lo veo- advirtió volviendo a llamar su atención, muy segura de aquello que decía. -Son una pareja adorable, ¿cuánto llevan juntos?- se interesó genuinamente, sonriéndoles a ambos.

-No somos pareja- contesto Sakura de inmediato, ligeramente divertida por la confusión.

-Si, apenas nos conocemos- reitero Sasuke, igualmente curioso por las palabras de la gitana.

-Que lastima- menciono la gitana, centrando su mirada en Sakura, -es un buen partido- sugirió, señalando a Sasuke con la mirada.

No era el tipo de persona que disfrutaba de sentirse orgullo consigo mismo, pero si una gitana se tomaba la molestia de decirle a Sakura que él tal vez figuraba como una posibilidad romántica…bienvenido fuera el alago y eso incluso él lo admitía. No quería apresurar las cosas, especialmente porque Sakura y el apenas estaban conociéndose, pero ¿No era precisamente bueno conocerse con una cita? Un momento, ¿Lo estaba considerando siquiera? Pues…tal vez. Desviando la mirada hacia Sakura con una sonrisa ladina, ratifico bromista as palabras de a gitana, fingiéndose orgulloso de ello. En otras circunstancias Sakura no hubiera tenido reparo alguno en, tal vez, calificar a Sasuke como un casanova, porque casi todos los hicos que había conocido eran así, pero presentía que él era diferente y o porque lo diera aquella gitana, sino porque solamente lo sentía así, por lo que le devolvió la sonrisa. No creía particularmente en las gitanas o adivinas ni en eso de ver el futuro, creía más en la posibilidad de esperar a que el destino hiciera lo correcto con ella. De forma impredecible la gitana hubo acortado aún más la distancia que la separaba de ambos jóvenes, tomando respectivamente una de las manos de ellos y viendo en ellas, como si a través de su piel pudiera ver líneas de un destino que ni Sasuke ni Sakura hubieron sido capaces de ver lo que ella sí, volteando a verse entre sí y encogiéndose de hombros al no tener respuesta alaguna que dar ante esta acción.

-Veo un amor verdadero en camino- predijo, soltando la mano de la Haruno que se sintió igualmente confundida y desconcertada ante estas palabras, -si se deja el miedo atrás, florecerá como la más hermosa de las flores- advirtió, soltando igualmente la mano del Uchiha. Tras soltar las manos de ambos jóvenes, la gitana busco en el interior de los bolsillos de su delantal, extrayendo dos pequeñas piedras, una de color ónix y otra de color jade. -Tengan, es un regalo- ofreció tendiéndoselas a ambos.

-No…no podemos aceptarlo- negó Sakura, sintiendo que estaba mal aceptar un regalo, solo porque si, sin dar algo a cambio.

-Insisto- reitero la gitana haciendo que ambos jóvenes finalmente aceptaran su regalo, -y recuerden mis palabras, cuando dos personas están destinas a estar juntas, se sabe- advirtió a modo de sencillo recordatorio y despedida.

No pudiendo oponerse, ambos jóvenes recibieron el gentil obsequio de la gitana que los despidió con una sonrisa, hasta verlos perderse entre la multitud. El amor verdadero era la razón por la que la humanidad vivía, todos esperaban encontrarlo alguna vez y ser felices mediante ello y siquiera encontrar la persona con la que estaba destinada a pasar su vida era lo más imposible del mundo, pero esta vez esta humilde gitana estaba absolutamente convencida de que estos jóvenes desconocidos entre si—aparentemente—estaban hechos el uno para el otro, era como si sus destinos estuvieran entrelazados entre si desde hace mucho tiempo. Girando aquella piedra color ónix entre sus dedos, Sasuke no supo que pesar exactamente ante las palabras que la gitana había dicho, mentiría si dijera que no creía en el amor verdadero, claro que en su niñez había creído que sus padres eran una pareja como tantas y que al amor era algo subjetivo, puede que sus propias relaciones amorosas también le hubieran dado a entender eso, pero sabía que sus padres si se amaban y que el amor verdadero existía, no lo había encontrado, pero sabía que existía, ¿Qué otra razón había para buscarlo o tata insistencia? Existía, era prácticamente obvio, pero de ahí a que se pudiera predecir quien era ese amor verdadero´…había un gran margen, porque aunque Sakura fuera la chica más encantadora que hubiera conocido, no sentía estar enamorado de ella.

-Que bochornoso- menciono Sasuke tras el breve lapsus de silencio con motivo de las palabras de la gitana.

-Si, lo fue- coincidió Sakura, emitiendo una ligera carcajada. -Debimos darle algo a cambio a esa pobre mujer- considero, guardando la piedra color jade en el interior de su cartera.

-No, la he visto muchas veces, siempre tiene éxito en su trabajo- lo que decía el Uchiha no era ninguna mentirá, ya la había visto antes, una que otra vez.

-¿Ya te había dicho eso, alguna vez?- se interesó la Haruno, sin saber porque, temiendo que ya le hubieran predicho lo mismo que la predicción de la gitana no fuera certera o especial.

-Nunca- refuto Sasuke, tranquilizándola en caso de que ella se hubiera hecho una idea errónea, -pero cuando vives tanto como yo y tienes amigos como el que yo tengo, no tardas en conocer a casi todo el mundo- obvio, aludiendo entre líneas a su mejor amigo.

-Tu amigo Naruto se parece a Ino, solo que al parecer no es promiscuo- comprendió Sakura, haciendo el comparativo inevitablemente.

-Una parte de mi quisiera que lo fuera- admitió él para sorpresa de Sakura que casi tuvo que ahogar una carcajada, -lleva meses enamorado de mi prima, pero la idolatra en silencio- añadió como dato crucial y es que a ojos de Naruto, Hinata era inalcanzable.

-¿Y no se le ha declarado?- curioseo ella, intentando no ser indiscreta o algo parecido.

-Ni por asomo, siente que hay un muro invisible entre los dos- rió el Uchiha que nunca sabía como aconsejar sentimentalmente a su mejor amigo.

¿Cuántas personas tenían por prima a una de las más grandes bellezas de toda Konoha? Pocas personas sin duda, pero Sasuke no solo lo decía porque Hinata fuera su prima, sino porque era increíblemente inocente y encantadora, sus padres incluso habían pensado en emparejarlos por mera inercia diciendo que formaban la "pareja perfecta"; claro que cuando Naruto había oído de esta posibilidad había querido matarlo, pero obviamente nada se había concretado ya que él siempre vería a Hinata omo una hermana menor para él, nunca de otra forma, no como Naruto que desde los quince años estaba platónica y estúpidamente enamorado de Hinata de principio a fin, pero nuca había reunido el valor suficiente como para decírselo, y tampoco había tenido una novia jamás, su amor era bastante serio para él, aunque Hinata no lo supiera. Cuando se sentía amor por una persona, fuera en el grado que fuera, era mejor darlo a saber ya que los secretos no duraban mucho tiempo, ella en lo personal lo sabía e Ino en ocasiones había acabado por contar cualquier sentimiento que hubiera albergado hacía algún chico bajo la renombrada justificación; las cosas siempre se saben. Además y según Sasuke había dicho, Naruto era alguien muy divertido y de buenos sentimientos, Hinata quizás al final repararía en él y podrían estar juntos. Dios mediante sería así, pero hasta entonces ellos no podían intervenir demasiado.

-Creo que debería decirle lo que siente, es mejor que salga de su duda cuanto antes- aconsejo la Haruno que si bien no tenía experiencias positivas en el amor…irónicamente daba buenos consejos, o eso decía Ino.

-Pienso igual, se lo diré la próxima vez- coincidió Sasuke, tomando nota de decírselo a su amigo la próxima vez. -¿Te parece si cobramos la invitación que te hice?- sugirió, ofreciéndole su brazo.

-Me encantaría- acepto Sakura, sujetándose de su brazo.

Habían estacionado el auto en las proximidades de aquel parque precisamente porque había una cafetería muy agradable donde continuar su conversación y cobrar la invitación de almorzar juntos que Sasuke le había hecho durante su encuentro en el Palacio Imperial…querían conocerse mejor.


-No me interesa, no me interesa, no me interesa…- sentada sobre un elegante diván en su habitación de hotel, que por cierto compartía con su mejor amiga, Ino analizo todas las catas y mensajes que había legado para ellas desde el extranjero y de todo tipo. No le molestaba que Sakura la hubiera dejado sola, de hecho le alegraba porque significaba que tal vez hubiera elegido seguir sus consejos. -Cuentas para Sakura, cuentas para mí, catalogo para Sakura que tomare para mí– se interesó ante esto último, ojeando cuanto antes la revista entre sus manos. Sintiendo movimiento pisos más abajo, Ino volvió la mirada hacía la ventana que se encontraba junto al diván sobre el cual estaba. -No puedo creer lo que ven mis ojos…- murmuro, cubriéndose los labios del asombro.

O bien se estaba volviendo loca o definitivamente su mejor amiga—escoltada por el chico más guapo que hubiera visto en su corta vida—acababa de llegar a la entrada del hotel, en un Lamborghini, intacta. Abandonando por completo su lectura de las cuentas, cartas y mensajes recibidos hasta ahora, Ino se levantó a toda prisa del diván, abandonando la suite rumbo al ascensor. Tenía que obtener detalles de la aparente cita de su mejor amiga y del galán que la acompañaba. Konoha era un lugar de belleza incomparable que llama al descubrimiento, era un punto tan perfecto en el mundo y con un intercambio comercial, cultural y artístico único, contraria a otras ciudades cosmopolitas del mundo, no peía nada a ninguna, claro que tenía detalles europeos en sus construcciones, pero incluso las baldosas más hermosas eran natales de su propia tierra. Los catálogos de alimento eran sumamente diversos y eso lo había probado en la cafetería a la cual Sasuke la había invitado y que más que una cafetería había sido un "pequeño" restaurante, el mejor que había visto y conocido hasta ahora. Había sido una de las mejores experiencias de su vida y todo se lo debía a Sasuke que por cierto había insistido en traerla de regreso al hotel aunque ella había insistido casi hasta el cansancio en que aquello no era necesario en lo absoluto y que su ayuda como guía ya había sido suficiente, pero el Uchiha había insistido con igual fervor en que era lo mínimo que podía hacer.

-Gracias por traerme, Sasuke, aunque insistí en que no era necesario- recordó la Haruno, acomodando su bolso sobre su hombro, apartando distraídamente su mirada de la de él.

-Oye, tomo mi trabajo de guía turístico muy en serio- justifico el Uchiha, ligeramente divertido. Lo cierto es que lo había pasado muy bien y no le molestaría en lo absoluto repetir la experiencia. -¿Me prestas tu teléfono?- algo confundida, Sakura busto su teléfono al interior de su bolso, tendiéndoselo al Uchiha que no dudo en registrar su número de teléfono antes de devolvérselo. -Por si me necesitas otra vez- ella ciertamente necesitaría un guía y él estaba libre.

-¿Sueles sonar tan seguro habitualmente?- se interesó Sakura revisando su teléfono antes de devolverlo al interior de su bolso

-Todo el tiempo- contesto Sasuke sencillamente.

A la mente inexplicablemente se le vinieron sus lejanos días de infancia, donde había aprendido de su hermano que en ocasiones era mejor mostrarse distante e inquebrantable, porque por más que vivieran en un presente pacifico, la traición y as intenciones oscuras siempre estaban presentes, siquiera encontrar un amigo sincero figuraba como una posibilidad inimaginable, porque cualquiera podía traicionar y apuñalar por la espalda, era una triste realidad, pero realidad al fin y al cabo, aunque él estaba completamente seguro de poder confiar en Sakura como nunca había creído que podría hacer co nadie que o fuera su hermano mayor y su mejor amigo. ¿Cómo calificar una cita como perfecta? Ni siquiera estaba segura de poder definir la invitación de Sasuke como una cita, aunque valla que había disfrutado pasar tiempo con él y conocerse mejor, valoraba la sinceridad y Sasuke se lo había demostrado en cada uno de sus actos, por primera vez en mucho tiempo y sin que se tratara de Ino, sentía que podía confiar en una persona, lo sabía y sentía con solo verlo a los ojos y eso se agradecía ya que pocas personas podían ser dignad de confianza y él definitivamente lo era. Pero…¿Cómo darle las gracias? Más que una cita había sido una perfecta e improvisada bienvenida a una tierra de la que tanto había oído y leído, y que por fin comenzaba a conocer, gracias a él.

-En serio, gracias- reitero Sakura, no sabiendo que más decirle para dar a entender lo agradecida que estaba con él, -la pase muy bien- añadió en caso de que no lo hubiera demostrado.

-También yo- coincidió el Uchiha, tomándose la osadía de sostener una de sus manos, -adiós- en un gesto de galantería propia de un caballero, le beso los nudillos, sin romper en ningún momento la unión de sus miradas.

-Adiós- rió la Haruno, inclinándose fingidamente en una reverencia, sonrosada por el gesto de parte de él.

Al igual que Sasuke, definitivamente quería repetir la experiencia de conocer aquella soberbia capital…junto a él, no solo porque le inspiraba una enorme confianza, sino porque estaba segura que nadie. Por una vez confiaba en una mujer que no fuera su madre o su prima, pero tenía razones para pensar así, ¿Cuántas personas tenía tanta inocencia en la mirada, siendo está sincera? Además, pasando algo de tiempo con Sakura le daría a Naruto e tiempo suficiente para animarse y declararle lo que sentía a Hinata, dejando atrás sus propios temores y vaya que lo necesitaba para o pasársela suspirando en cada oportunidad. Al verlo subir al auto y dirigirle una última mirada a modo despedid antes de marcharse, Sakura agradeció que por una única vez la mala racha de los Lamborghini no hubiera vuelvo a tener lugar, al menos no como en otras oportunidades, esos significaba no solo que el hermano mayor de Sasuke no pegaría el grito en el cielo, sino que también les aportaba a ambos una excusa para volver a hablar. En cuanto el auto desapareció, Sakura suspiro profundamente para sí, casi como si inexplicablemente hubiera contenido el aliento durante el tiempo que había durado su despedida, sin alcanzar a comprender porque. Reacomodando la correa de su bolso sobre su hombro, Sakura se volvió hacia las puertas del hotel que hubieron sido abiertas desde el interior por obra de los guardias, permitiendo ver a su mejor amiga de brazos cruzados y esperándola con una luminosa sonrisa.

-Hola, hola- saludo Ino cantarinamente.

-Ino, quería disculparme por…- inicio Sakura, sabiendo que nada justificaba haber dejado abandonada a su mejor amiga del modo en que ella lo había hecho.

-Olvida eso, cuéntamelo todo- protesto la Yamanaka, ansiosa por saber que había pasado todo ese día.

Sin más, Ino jalo a su mejor amiga de los brazos, haciéndola entrar en el hotel, necesitaba saber los detalles.


En la opulenta y hogareña casa de la familia Uchiha reinaba un silencio tan impoluto que perfectamente podría haberse cortado parejamente con sus integrantes sentado en la sala de la casa, Fugaku leyendo el periódico tras un largo día de trabajo en su oficina del bufete de abogados que dirigía, aun con el traje puesto salvo por la chaqueta y corbata que reposaban a su lado en el sofá. Sentada al lado de su esposo se encontraba la hermosa ama de casa; Mikoto, vestía una sencilla blusa de escote redondo y mangas cortas color negro a juego con unos ajustados jeans, cortas botas de tacón de cinco centímetros color negro y un bello poncho color blanco de cuello alto y redondo, de mangas holgadas y abiertas a la altura de los codos para exponer los brazos. Su largo cabello azabache azulado se encontraba recogido en una coleta que caía tras su espalda, una reluciente gargantilla de oro decorada por cristales en forma de espinas se encontraba alrededor de su cuello, en su muñeca derecha llevaba una vistosa pulsera de diamantes y oro blanco, y en su dedo anular su sortija de matrimonio, igualmente descansando y ojeando distraídamente una revista después de un ajetreado día de trabajo en su empresa. Revisando distraídamente las fotografías en su teléfono, Itachi se encontraba tendido a medias sobre el sofá frente al que se encontraban sus padres, vistiendo una sencilla camiseta a rayas, con las mangas ligeramente arremangas, jean azul oscuro, zapatillas gris azulado y su cabello recogido en la habitual coleta tras su nuca, aburrido al no tener su auto para salir al menos un momento.

-Mamá, me muero de hambre, por favor- se lamentó Itachi.

-Reglas son reglas, Itachi, nadie comerá hasta que Sasuke llegue- recordó Mikoto, ojeando la revista de moda en su regazo con sumo interés al parecer.

-Ni siquiera tengo mi auto para salir un rato, se lo preste al niño bonito- el Uchiha se lamentó de todo corazón en no poder salir a dar una vuelta con su novia, anclado a su casa por culpa de su hermano menor, -¿algo interesante en el futbol, papá?- intento mejor su ánimo desviando la mirada hacia su padre que leía el periódico.

-No para ti- advirtió Fugaku, sin alzar la vista.

-Grandioso- bufo Itachi. Como una señal divina para su sonoro estómago, la puerta principal resonó ligeramente con un chirrido, prueba de que su hermanito acababa de llegar. -El señor conquista regresa triunfante, mamá- proclamo lo bastante fuerte como para que Sasuke lo escuchara, -¿ahora sí?- imploro con ojos de borrego a su hermosa madre.

-Dejemos que hable, Itachi- negó Mikoto, cerrando la revista y dejándola sobre la mesa.

Usualmente para la mayoría de la gente un hogar era una casa sencilla y cómoda, una familia atenta y cuatro paredes monótonas u otros pequeños detalles igualmente relevantes de por medio y para Sasuke también era así, en parte. Tenía una casa claro y muy hermosa, más grande que la que tendrían la mayoría de las personas recubierta en el interior por mamo blanco y baldosas de diseños intrínsecos, exquisitamente decorada en cada rincón por su hermosa madre cuyo buen gusto no podía ser refutado en lo absoluto, pero pese al aparente lujo era muy cómoda y sencilla en la medida en que no necesitaban de sirvientas salvo una ayudante de cocina que solo trabajaba cuando su propia madre no tenía tiempo para cocinar, pero siempre lo hacían juntos, en familia. Pocas familias, quizás, fueran tan unidas, más pese a cualquier actividad que debieran realizar por separado, siempre desayunaban y cenaba juntos, sin permitir que nada se interpusiera entre ellos, ninguna discusión ni nada. Jugando con las llaves del auto de su hermano, que había estacionado fuera de la casa donde su hermano mayor siempre lo hacía, Sasuke se adentró en la sala, sin molestarse en si era el centro de atención o no, dejándose caer sobre el sofá sobre el que estaba Itachi y que de inmediato lo observo acusadoramente, como si fuera el peor de los criminales, y Sasuke sabía muy bien porque lo hacía.

-¿Le hiciste algo a mi auto?- pregunto Itachi se inmediato, temiendo lo peor. -Porque tus manos son un par de hachas y te las arrancare si mi joya tiene algún rayón- ya le había estropeado dos autos anteriormente, no quería lamentar la muerte de su tercer mejor amigo.

-No le hice nada- aclaro Sasuke, algo disgustado consigo mismo por no habérsele ocurrido chocar el vehículo contra el primer árbol que había encontrado en su camino, -aunque subí abordo a alguien que perfectamente pudo ser un peligro público.

-¿No acordamos que jamás te involucrarías con mafiosos?- el mayor de los dos hermanos por poco y comenzó a sentirse paranoico.

-Yo nunca mencione la palabra mafiosos- puntualizo el menor de los Uchiha, algo divertido porque su hermano mayor albergara dicha suposición, -fue algo así como una cita- menciono, aunque no sabía si era correcto calificar su encuentro como una "cita".

-¿Una cita?, ¿Tu?- Itachi debió contenerse para no reír ante lo ilógico que era aquello siquiera. -Por favor, sabemos que lo máximo que ha durado una relación para ti han sido semanas, y hablo del promedio- obvio en caso de que su hermanito no recordase esto.

-Y también sabes porque- refuto Sasuke.

Itachi tenía bastante suerte con las chicas y no solo por su seguridad y carácter afable, sino porque sabía cómo ser un caballero y la razón tras esto era su madre Mikoto que les había inculcado buenos modales con pura fuerza de voluntad y sin ayuda de nadie con la amenaza de que si no la obedecían a ella su padre Fugaku los enviaría a Malasia en calidad de prisioneros y comerían solo arroz una vez por semana, nada más. En su día lo habían creído, claro, como niños de no más de siete y trece años respectivamente, hoy desde luego que no creía en eso, pero oponerse a lo que dijera su madre…daba menos miedo sufrir un castigo divino que uno impartido por su madre. Incluso y pese a pasar tanto tiempo en casa, Itachi también tenía novia, se llamaba Izumi y estaba a punto de graduarse como abogada, de hecho su padre Fugaku la había tomado bajo su tutela en el bufete de abogados producto de su eficiencia. Pero en cuanto a él se refería…claro, había tenido muchas novias, pero ninguna en serio y la única vez que había intentado que una de estas relaciones de semanas de duración fuera en serio, Guren—su última novia—había acabado por serle infiel en todo el sentido de la frase. No era un error no querer saber nada del amor con esos antecedentes, ¿cierto? Es decir; Sakura era muy hermosa, absolutamente encantadora, muy agradable y en serio no quería ir demasiado rápido invitándola a salir en su siguiente encuentro cuando ella quizás solo o viera como un amigo…era una tormenta de ideas confusas, no tenía idea de que hacer o pensar.

-Ya, basta de discusiones- como buena diplomática y mujer autoritaria, Mikoto observo duramente a sus dos hijos, haciéndolos callar, -¿Quién es?, ¿La conocemos?- necesitaba saber esto, especialmente porque su hijo no merecía hacerse ilusiones con la mujer equivocada, no ahora.

-¿Es de buena familia?- se interesó Fugaku de igual modo.

-¿Tú también, papá?- ahora sí que Sasuke se sentía entre la espada y la pared, literalmente ya no tenía privacidad.

-Sasuke, ya contesta- reitero la matriarca Uchiha, haciendo oídos sordos de las quejas de su hijo menor.

-No la conocen- suspiro él, bufando por lo bajo, -se llama Sakura Haruno y según lo que me dijo es de Cefalonia- añadió para Itachi que sentado junto a él por poco y pensó en alzar la mano para preguntar precisamente eso, -está de visita junto a su mejor amiga y su padre Kizashi es un empresario multinacional- esto último lo dijo para su padre que asintió como mera respuesta, evidenciando que estaba satisfecho con la información.

-¿Sakura Haruno?, ¿La hija de Mebuki?- indago Mikoto, ligeramente sorprendida pero inmensamente feliz ante aquella posibilidad.

-¿La conocen?- el menor de los Uchiha parpadeo sorprendido, volteando a ver a su hermano que solo pudo encogerse de hombros, igual de desconcertado que él.

-Algo así, Mebuki y yo crecimos juntas en Bosnia, luego mis padres y yo nos mudamos aquí y aunque dejamos de vernos, hemos mantenido el contacto con el paso de los años- tan pronto como le fue posible, Mikoto reviso la galería de tu teléfono, intentando dar con una fotografía en particular. -El año pasado Mebuki me envió una fotografía de sus hijas, ¿es ella?- inquirió volviendo su teléfono hacia su hijo menor.

-Si, lo es- contesto Sasuke de inmediato, analizando plenamente la fotografía; En la fotografía, tomada hace poco tiempo al parecer, aparecía Sakura con una sencilla blusa gris claro de escote redondo, su cabello recogido en una trenza que caía sobre su hombro derecho y con una inocente sonrisa en su rosto, a su lado y radiante, más espontánea y efusiva se encontraba una chica muy parecida a ella, solo que de cabello castaño almendrado y ojos gris oscuro vistiendo una blusa color jade se mangas gitanas con el cabello suelto en una cascada de rizos que caía tras su espalda, -la chica junto a ella debe de ser su hermana menor, Matsuri- menciono para sí.

-Es preciosa- admiro la Uchiha, más que satisfecha con aquella chica de belleza angelical, -tienes nuestra aprobación- sonrío, asintiendo en consecuencia.

-¿Aprobación?, ¿Para qué?- Sasuke frunció el ceño ante esto, completamente confundido.

-Para salir con ella- obvio Mikoto, encogiéndose de hombros, haciendo que su hijo entornara los ojos al escucharla, pero esta vez no pensaba quedarse callada, -Sasuke, tus últimas relaciones han sido un desastre, y ya tienes dieciocho años; eres bilógicamente un adulto, y ya que Itachi no se decide, te lego a ti la labor de darme nietos, antes de que estire la pata- espeto sin dar lugar a quejas de ningún tipo, no cabían en su mente.

-Mikoto…- si algo disgustaba a Fugaku era que su esposa hablara de algo así, ambos eran relativamente demasiado jóvenes como para morir de un momento a otro

-Puede pasar- justifico la Uchiha, no creyéndose invencible ni nada parecido.

-¿Creen que yo me quedare a vestir santo?- Itachi indudablemente se sintió ofendido ante aquella demoledora suposición contra su hombría.

-No hables, Itachi- acallo Mikoto, alzando una de sus manos, sin recibir oposición alguna. -Por favor, Sasuke, tú nunca le negarías nada a tu madre, ¿verdad?- como si fuera una niña manipuladora, Mikoto no dudo en poner ojos de cachorrito, resultando enternecedora.

Sabía lo importante que era para su hijo menor, si Itachi siempre había sido más cercano a Fugaku, Sasuke siempre había sido muy cercano a ella, tal vez fuera precisamente por esto que tuviera un carácter más…indómito que Itachi, porque ella no era dócil en lo absoluto y se lo había transmitido de forma muy marcada a Sasuke en comparación con Itachi que solo en ocasiones muy contadas había perdido la paciencia y con la debida justificación se debía añadir. Si Sasuke hubiera sido padre a los quince años por enrolarse con una chica de una sola noche…hubiera sido la abuela más feliz del mundo; su madre Eshima había muerto un mes luego de que ella y Fugaku se hubieran casado, teniendo apenas cuarenta y cinco años, todo por haber acallado un cáncer de útero, Mikoto en lo personal se sentía bien pero no quería que la privaran de la posibilidad de ser abuela algún día por si ocurría lo peor y la hija mayor de Mebuki era perfecta; hermosa, política y socialmente adecuada, inocente y…perfecta en todo cuanto sabía de ella. Si su padre le ordenaba o pedía que hiciera algo, Sasuke lo consideraba una y mil veces, sobreponiendo su opinión por encima de cualquier cosa, pero cuando su madre le pedía un favor…no podía decirle que no sin importar lo que pidiera, aunque esta vez se veía muy tentado a hacerlo por primera vez, incluso él quería volver a encontrarse con Sakura, tal vez tuviera una respuesta que satisficiera a su madre, y a él mismo.

-Lo pensaré- acepto Sasuke, sin atreverse a dar un no como respuesta.

-Eso es suficiente para mí- acepto Mikoto con una radiante sonrisa, -ahora vamos a cenar, estamos hambrientos- mando con su habitual conducta dictatorial, levantándose del sofá junto a Fugaku y encaminándose hacia el comedor, seguidos por sus dos hijos.

-Niñito de mamá…- se burló Itachi por lo bajo, codeando a su hermano menor.

-Cállate- silencio Sasuke, codeándole el estómago y quitándole el aire.

El día había acabado relativamente bien.


Ino había sido tremendamente persuasiva, de hecho a Sakura le sorprendía que no trabajara en la brigada policial de su padre el señor Inoichi, porque claramente merecía un diploma en el área de tortura mental e interrogación, por lo que ella literalmente había cantado como un ave todo lo que había sucedido en su paseo por la ciudad, así como todo cuanto había conocido y fotografiado gracias a las habilidades de Sasuke como guía turístico. Pero Ino o solo era persuasiva sino que también mu persistente, lo suficiente como para dar con el perfil de Sasuke en todas las redes sociales existentes, aunque ella en lo personal solo se había contentado con enviarle una solicitud de amistad en Facebook porque apenas y utilizaba el resto de las redes sociales. No quería ser psicópata ni nada pero ya había revisado su perfil en Facebook y no tenía novia actualmente, aunque sabía que era un error siquiera revisar este dato, aunque si había tenido novias antes lo desconocía porque no tenía ninguna fotografía con ellas, solo junto a su hermano mayor, Itachi y su mejor amigo Naruto, y una sola chica que con seguridad debía de ser su prima Hinata que por cierto encajaba a la perfección con la descripción que él había hecho. Sentada sobre su cama, frente a la computadora, Sakura sonrió para si en cuanto Ino se situó a su lado al verla ensimismada en la pantalla, secándose el cabello con una toalla tras haber tomado un baño.

-Sasuke Uchiha ¿eh?- menciono Ino, apoyado su mentón sobre la coronilla de su mejor amiga. Debía reconocer que ese chico era incluso más guapo que su novio…se habría fijado en él de no ser por lo enamorada que estaba de Sai, -¿Su hermano tiene novia?- se interesó para tenerlo en mente…por si acaso.

-Si, y no creo que le gustes- advirtió Sakura, mordiéndose el labio inferior para no reír.

-¿No le gustan las rubias?- la Yamanaka se sintió infinitamente ofendida ante esto. -Él se lo pierde- sin más que decir retorno al baño para peinar su cabello.

Su mejor amiga tenía un orgullo bastante frágil, era correcto decir que cada discusión con Sai solo se debía a sus sentimientos frágiles, porque por más fuerte y arrogante que se fingiera, en el fondo Ino era sensible como cualquier chica y al ser tan aclamada por su belleza no le gustaba no ser del agrado de los chicos, era casi una necesidad para ella saberse y sentirse hermosa y vaya que se lo tomaba muy en serio. Teniendo su cámara conectada a la computadora, Sakura no dudo en revisar todas las fotografías que había tomado ese día, especialmente aquellas del Palacio y el templo Nakano…por un momento y recordando las palabras de su padre dejo de ver esas fotografías como meras imagines, pensando en la posibilidad de estar en esos lugares cuando habían estado llenaos de vida, aunque claro que era una loca fantasía en su mente soñadora, no más. Pese a la atención prodigada a su trabajo, nada le impidió a Sakura reparar en el aviso de la videollamada; Mamá llamando y ante la cual contesto de inmediato. Delante de ella, en su pantalla, e encontraba su madre Mebuki quien aparentemente ya había llegado a casa del trabajo; ignoraba como vestía ya que se encontraba sentada frente a su escritorio, en su despacho, con una holgada blusa color fresa de mangas hasta semi ceñidas cinco centímetros por sobre la altura de los codos y su corto cabello castaño almendrado perfectamente suelto y ondeado en las puntas a la altura de sus hombros, tan seria como siempre.

-Hola mamá- contesto Sakura con una radiante sonrisa.

-Hola, habíamos acordado que me llamarías cuando regresaras al hotel- recordó Mebuki tan severa como siempre, haciendo que aun a través de la distancia Sakura se sintiera en casa.

-Lo sé y en verdad lo siento, pero Ino y yo nos quedamos hablando sobre un guía turístico que conocí- se justificó ella de inmediato y no era una mentira…aunque hubiera abandonado a Ino.

-¿Alguien interesante?- indago Mebuki, apoyando su mentón en las palmas de sus manos, escuchando atentamente a su hija.

-No lo sé- admitió Sakura, encogiéndose de hombros, -¿te suena el apellido Uchiha?

-Si, por una antigua amiga de la infancia- reconoció su madre, sonriendo por mera inercia al suponer de quien se trataba la alusión, -¿Conociste a los hijos de Fugaku y Mikoto?- afirmo más bien.

-Solo a Sasuke- corrigió ella, -se ofreció a ser mi guía en todo lo que necesite…y yo dije que sí- apretó ligeramente los dientes al decir esto último, no sabiendo si estaba realmente bien haber hecho eso…en su situación.

-Suena fantástico- felicito Mebuki, dando su entero consentimiento y sabiendo que su hija lo necesitaba, -Mikoto no cesa de adular la caballerosidad de su hijo, creo que es bueno que encuentres amigos a este ritmo- menciono, confiando en el buen criterio de su vieja amiga.

-Amigos, mamá, solo eso- puntualizo Sakura, no deseando que su madre se hiciera una idea equivocad, en cualquier caso, -no quiero más por ahora, aún tengo pesadillas con lo que paso la última vez- sonrió ante esto, más por intentar olvidar los malos episodios que por otra cosa.

-Bien y por eso no te presionare- acepto la Haruno, sonriéndole ligeramente a su hija mayor, -pero en ocasiones encuentras a la persona perfecta para ti, en el otro lado del mundo; así conocí a tu padre- de no haber viajado desde Venecia a Cefalonia, nunca hubiera conocido a Kizashi y de ser así sus dos hermosas hijas no existirían…nunca podría desear cambiar algo de su vida, todo era perfecto a su propio modo.

Mebuki deseaba de todo corazón que su hija mayor pudiera ser feliz, no solo porque era hermosa y llena de bondad, como pocas personas en el mundo, sino porque se lo merecía ante las pasadas experiencias románticas; el ultimo chico con él que había salido hace dos años le había sido infiel, la había acusado de ser poco menos que una prostituta, y por culpa de dichas acusaciones habría sufrido de acoso en la universidad y en las redes sociales por todo un año. Los viajes que Kizashi pagaba al extranjero eran una oportunidad para alejarse del ambiente toxico que aun la perseguía por momentos y que la había obligado a cambiarse de universidad, no solo por el hostigamiento sufrido sino también por los intentos de suicidio que aquello había traído. Sakura era una chica muy sensible y le afectaba infinitamente no poder lidiar con la presión que conllevaba las secuelas de aquella relación y ser víctima de agresión sin dar motivos a ello. Quería que esta vez Sakura pudiera volver a enamorarse y de un chico que la quisiera de verdad, por lo que tal vez el hijo menor de Mikoto, del que por cierto había oído mucho, fuera la persona adecuada en quien depositar sus esperanzas, Mebuki con toda el alma quería creer en ello aunque Sakura continuase albergando dudas y miedos, muy justificados por cierto, pero pocas personas merecían tanto la oportunidad de ser felices como su propia hija, y no solo lo decía con el corazón de madre en la mano, sino también pensando como mujer.

-Intentare que mis demonios no interfieran con mi felicidad, mamá- bromeo Sakura, aceptando intentar, no más, -eso es todo cuanto puedo prometer- advirtió pidiendo entre líneas que no la presionaran innecesariamente.

-Y es suficiente para mí- acepto Mebuki, sabiendo que no era sabio en ningún concepto pedirle más a su hija. -No te molestare más, debes estar cansada- supuso al ver a su hija en pijama y con el cabello recogido en una trenza, -duérmete temprano y no dejes plantado a tu guía, mi angelito- bromeo aludiendo al hijo menor de los Uchiha.

-Buenas noches, mamá- se despidió la pelirosa enviándole un beso a su madre a través de la distancia, -dale un beso de buenas noches a Matsuri por mí- pidió, comprometiéndose mentalmente en saludar a su hermana menor a primera hora mañana.

-Así lo haré, descansa- sonrió Mebuki, enviándole un beso a través de la pantalla.

-También tú- sonriendo a modo de despedida, Sakura se sintio ligeramente mejor en cuanto termino la videollamada, amaba mucho a su madre y le encantaba hablar con ella, pero no quería presiones cuando ni siquiera ella podía lidiar con sus sentimientos.

-¿Lo verás de nuevo, mañana?- curioseo Ino en el umbral del baño, jugando con el peine en la mano y apoyada en el marco de la puerta.

-No lo sé- suspiro la pelirosa, algo nerviosa por la sola idea, -¿Debería?- consulto, necesitando apoyarse en su mejor amiga, al menos en ese plano.

-Obvio que sí- contesto Ino, golpeándose mentalmente la frente ante la tozudez de su mejor amiga, -es el chico más guapo que he visto en mi vida y mira que no digo eso cuando Sai está lejos- recordó, conteniéndose para no reír y preguntándose que diría Sai si la escuchara…quizás sentiría celos, pero solo tenía ojos para él aunque no lo diera a entender todo el tiempo. -Además y si fue tan agradable como dices, merece la pena el intento- recordó, intentando que su mejor amiga volviera a ver a aquel galán.

-No quiero dejarte sola- contrario la Haruno, aun lamentándose a medias haber sido egoísta anteriormente.

-Eso no fue un impedimento hoy, ¿o sí?- reto la Yamanaka, arqueando una ceja y silenciando a su mejor amiga con aquel gesto. -Sobreviviré por mis propios medios, tranquila- desestimo antes de girarse y volver a entrar al baño. -Ahora, escríbele- mando con voz cantarina, desde el interior.

Aun algo insegura, Sakura tomo su teléfono de la mesa de noche, apretándolo entre sus manos antes de buscar el número de Sasuke y enviarle un mensaje; Mi amiga me dejara tirada, ¿estás libre, mañana?


Afortunadamente a sus padres no se les había ocurrido seguir insistiendo con el tema de si debía invitar a Sakura a una cita la próxima vez que se vieran o no, incluso Itachi—para su sorpresa—se había mostrado callado y permisivo, dándole su propio espacio para que sucediera lo que tuviera que suceder, algo muy peculiar en él, debía añadir. Ya que lo habían esperado por tanto tiempo y para no tener que hacer platos separados, a su madre no le había ocurrido nada mejor que hacer una pizza, labor en la cual por supuesto todos habían colaborado; era irónico, su madre siempre decía que no debían acostumbrarse a la comida casera porque no la haría todo el tiempo, pero siempre acababa cocinando cada día, por lo que al final siempre acababa siendo una broma de la cual reírse cuando en su niñez había sido una amenaza constante que había hecho que Itachi y el aprendieran a cocinar a la vez que a hablar. Cerrando la puerta del baño tras de sí, Sasuke termino de colocarse una camiseta limpia antes de dirigirse a la biblioteca que estaba junto a su escritorio, tomando el libro que su querida cuñada Izumi le había obsequiado en su último cumpleaños y que hasta ahora no había decidido leer; La Dalia Negra. Libro en mano el menor de los Uchiha se tumbó sobre la cama, abriendo el libro en la prima página a la par que escuchaba su teléfono vibrar sobre la mesa de noche junto a su cama.

Revisándolo distraído, Sasuke se dio cuenta de que era un mensaje de Sakura; Mi amiga me dejara tirada, ¿estás libre, mañana? Según ella le había dicho, solo se quedaría por un mes o dos antes de volver a Cefalonia, ese era el plazo que su padre le había dado lejos de casa y al recordarlo Sasuke inevitablemente deseo que la estadía de ella en Konoha fuera lo más placentera posible y no había mejor forma de supervisar que eso fuera así que continuar siendo su guía, además estaba de vacaciones de la universidad, no tenía nada mejor que hacer. ¿Qué mejor que ayudarla y así pasar algo de tiempo juntos? Sin más preámbulo, el Uchiha contesto tan pronto omo le fue posible; Claro, pero te advierto que comenzare a cobrar por mis servicios. ¿Te parece a las diez de la mañana? Tras contestarle se sintió como un perfecto idiota, ¿Y si la estaba presionando? Pensó en borrar su respuesta, pero ella no hubo tardado en interrumpirlo; Es perfecto, hasta mañana Inocentemente junto a su respuesta se encontraba un emoji en forma de corazón que lo hizo sonreír de solo imaginarla…no era tan descabellado querer pasar algo más de tiempo con ella, ¿cierto? Hasta mañana, Sakura contesto el Uchiha por mera inercia, añadiendo un emoji somnoliento a la que ella no hubo tardado en responder con una sonrisa. Devolviendo su teléfono a la mesa de noche y devolviendo la atención al libro que finalmente se decidió en leer, Sasuke no desvaneció en lo absoluto la sonrisa ladina de su rostro.

¿Su madre quería que hiciera el intento? Pues haría el intento…por su propia voluntad.


PD: Hola, mi queridos lectores y lectoras, sé que me ausente por bastante tiempo, pero tengo mis razones; primero, me dejaron salir de vacaciones una semana después de lo provisto y segundo…mi internet murió y no fue sino hasta hoy que tuve la oportunidad de subir las actualizaciones que he escrito en todo el tiempo que ha transcurrido, viéndome forzada a cambiarla por lo mismo, inclusive tuve que hacer y enviar mis trabajos del instituto por el teléfono, así que háganse una idea :3 Había prometido inicia esste nuevo fic y lo cumplo poniendo en ello mi corazón, como en cada una de mis historias :3 durante las próximas semanas actualizare mis fic "El Siglo Magnifico: Mito Mei & Mikoto", "Operación Valkiria", "Lady Sakura: Flor de Cerezo" o "La Bella & La Bestia", por lo cual solo puedo pedirles que sean pacientes y comprensivos si me demoro más de lo previsto, asegurándoles que no abandonare ninguna de mis historias, no dejare ninguna inconclusa, lo prometo :3 como siempre la actualización está dedicada a DULCECITO311(a quien dedico y dedicare todas y cada una de mis historias, rogando su perdón y el de todos por haber tardado tanto en actualizar, pues no hay justificación que valga:3) y a todos aquellos que sigan cualquier otro de mis fics :3

La Dalia Negra: es un libro sobre la película inspirada en el caso del mismo nombre sobre la muerte de Elizabeth Short, y que acabo de comprar, por lo que me resulto interesante mencionarlo para los que disfruten de novelas policiales, se los recomiendo ampliamente, al igual que la película.

Acoso y Bullying: ya sea pan de cada día para algunos, todos sabemos que esto existe y lo digo yo que lo sufrí en mi adolescencia y se lo doloroso que es que otros te hagan sentir inferior o se rían de ti, incluso los que dicen ser tus amigos. Por favor les pido a todos los que hayan sido victimas o perpetradores, no dejemos que el odio por las diferencias, el miedo o la envidia nos separe del amor que debemos compartir entre todos nosotros, riámonos juntos y no de otros, se los ruego, marquemos una diferencia.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia") "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer) "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul"), como algunas ya habrán notado por mis historias "El Sentir de un Uchiha" y "El Clan Uchiha", tengo la intención de explicar el porque de determinado acontecimiento, explicando sus motivaciones y auténticos sentimientos, como yo creo o siento que sucedieron, por lo mismo tengo la idea—si ustedes lo aprueban—de además iniciar un fic llamado "El Origen del Clan Uchiha" centrado en el padre de todos los Uchiha; Indra Otsutsuki, porque considero que también merece su propia historia , si ustedes están de acuerdo, claro :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "El Conjuro 2 Naruto Style-Enfield" (que iniciare dentro de poco), así como "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de una de estas dos historias, lo cual espero que los tranquilice y anime a su vez. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3