De primeros besos y ropa interior

Lavi, Lenalee, Allen, Timothy, Krory y Miranda pasaban un día tranquilo en el comedor de la Orden. Entre plática y plática al travieso de Lavi se le ocurrió un interesante tema de conversación.

— ¿Cuál fue su primer beso?

Timothy mostró una cara de asco. Miranda dijo que aún no se lo habían dado, al igual que Lenalee, Komui se había encargado de ello. Krory confesó con nostalgia que había sido con Eliade.

Allen quería huir lo más rápido posible de ahí. Ese tema no le convenía. No quería confesar nada, pero no sabía que excusa decir para irse. No quería que fuera su turno de hablar, pero no pudo evitarlo.

— ¿Y el tuyo Allen?—ahí estaba la pregunta no deseada.

— ¿El mío…?

— ¡Es cierto! Tu primer beso te lo robó Road—Lavi se emocionó al recordarlo—fue algo tan inesperado.

Allen enrojeció hasta las puntas de las orejas.

— ¡Shhhhhh! ¡Calla Lavi!

— ¡¿Qué?!—Preguntaron sorprendidos todos los que no vieron ese épico momento— ¿Road Kamelot?

— ¿Por qué se sorprenden tanto? ¿Acaso no han notado que se la pasa con Allen?—siguió burlándose el pelirrojo—ese beso ocurrió en el arca.

— ¡¿En el arca?!—gritaron aún más sorprendidos.

— ¡Lavi calla!—le gritó Allen avergonzado antes de que una chica le cayera por la espalda y rodeara su cuello con los brazos.

— ¿Por qué te avergüenzas Allen? Es solo la verdad.

— ¡¿Road?!—la presencia de la susodicha en esos momentos tampoco era nada bueno.

—Hola Allen—saludó alegremente la Noah.

— ¿Qué haces aquí?

—Quería verte, ¿qué más podría ser?

— ¿Ya ven?—mencionó Lavi.

Los demás asintieron fervientemente.

—Así como lo vemos, Allen no es para nada el chico tranquilo e inocente que parece. Incluso ha dejado en varios en ropa interior, él mismo lo confesó y fui testigo de ello.

— ¡Pero solo jugando cartas!—se defendió el pobre acusado.

—Espero que eso sea cierto, Allen—mencionó Road—a la única a la que puedes dejar en ropa interior es a mí.

Todos se quedaron en silencio ante ese comentario.

—Incluso sin ropa interior como anoche—agregó sonriente.

Allen estaba aún más rojo. ¡Road tenía que llegar y gritar a los cuatro vientos sus intimidades!

— ¡No digas esas cosas en público, Road!

— ¿Acaso he dicho mentiras, Allen?

El chico calló.

—Creo que Allen es aún más atrevido de lo que pensé—agregó Lavi.

—Eso parece—agregó Lenalee.

— ¡Hey! ¡Escuchen! Yo no…es que yo… ¡maldición!

Allen completamente avergonzado se alejó de ahí, dirigiéndose a su habitación. Road lo siguió y se colgó de su brazo.

—Es toda tu culpa—se quejó Allen con ella.

— ¿Qué tiene de malo que ellos lo sepan?

—Que en cuanto puedan me van a chantajear con eso.

— ¡Bah! ¡Qué más da! Mejor repitamos esta noche—le pidió alegremente.

—Me niego.

— ¿Seguro?

Allen la miró unos momentos. Esa mirada que traía le prometía que pasaría una noche muy agradable a su lado. Además, ¿acaso podía realmente negarse?

Gruñó.

—Más te vale que sea secreto.

Y Allen la tomó de la mano para llevarla a su habitación.

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