Hatori salió corriendo de la editorial y divisó a Chiaki a unos pocos metros de él. Nada más recuperarse del shock había ido tras su pareja. Tenía que arreglar las cosas con él, por fin habían conseguido lo que tanto tiempo habían deseado y no era momento de seguir peleados.
- ¡Chiaki!¡Chiaki, espera, por favor!- El editor continuó corriendo hasta que le alcanzó. Le agarró de la mano para atraerle hacia él y darle un abrazo, pero el mangaka se deshizo del agarre y se alejó de él sin mirarle. Hatori decidió seguirle mientras intentaba que le perdonara.- No te imaginas cuánto siento todo lo que te he dicho, soy un imbécil. Estaba desesperado y he hablado sin pensar...de verdad que lo siento. He estropeado un momento que debería ser bonito.- Hatori suspiró al ver que el otro hacía como si no estuviera a su lado.- Sé que es mucho pedir, pero me gustaría que me perdonaras...siento haber sido un idiota. Chiaki, por favor, déjame disfrutar de esto contigo, no me alejes de ti y del bebé solo porque no pienso al hablar…
- No te voy a alejar.- Dijo Chiaki parándose en seco.
- ¿No?
- Claro que no. Somos pareja y vamos a tener un hijo.
- ¿Seguimos siendo pareja?- Preguntó Hatori esperanzado.
- Sí que eres un idiota…- Murmuró el mangaka.- ¡Pues claro que somos pareja! Lo que me has dicho me ha dolido y sigo muy enfadado contigo, pero eso no quiere decir que ya no quiera que estemos juntos.
- Entonces...¿qué puedo hacer para que me perdones?
- Simplemente vuelve a casa.- Suspiró Chiaki.- Y no vuelvas a dejarme porque solo pienso perdonarte esta vez, ¿de acuerdo?
- No te dejé...jamás te dejaría.- Dijo Hatori.- Solo pensé que nos vendría bien tomarnos un tiempo para reflexionar sobre la situación. Claramente me equivoqué, de verdad que lo siento.
- Te fuiste de casa, Tori… Bueno, ya da igual, lo único que quiero es que estemos juntos.- Dijo Chiaki.- No te imaginas lo feliz que estoy...¡estoy embarazado!
- Yo también estoy muy feliz.- Le abrazó el editor y esta vez no se apartó.- ¿Qué te parece si esta noche salimos a cenar y lo celebramos?
- Me parece genial.- Sonrió Chiaki.- Ahora creo que deberías volver al trabajo.
- No, que les den.- Dijo Hatori sorprendiendo a su pareja.- Nunca me cojo días libres ni pido salir antes, hoy les toca pringar a ellos. Déjame pasar el día contigo.
- ¿Estás seguro de eso?
- Completamente.- Respondió Hatori y agarrados de la mano caminaron hacia una cafetería que estaba cerca de allí.
Un mes más tarde
Yukina metía cajas y más cajas en el maletero del coche, Kisa intentaba que las maletas cupieran en el asiento trasero sin molestar a su hijo. Kisa se había negado a contratar un camión para la mudanza, decía que con el coche y la furgoneta del padre de Yukina tenían suficiente. Claramente se había equivocado y en ese momento ya no cabían más cosas en el coche.
- Como digas "te lo dije" te mato.- Le dijo Kisa a Yukina, quien rió suavemente.
- Ya solo quedan dos cajas más, son pequeñas así que creo que las puedo llevar en los pies.
- Muy bien, pues entonces vayámonos ya o llegaremos muy tarde.- Dijo el editor.
- Sí, son casi seis horas de camino.- Suspiró el más joven.
- Nao-chan, despídete que nos vamos.- Le dijo Kisa suavemente.
- Adiós, Hito-chan.- Los dos niños se abrazaron y fue difícil separarlos. Yukina finalmente consiguió meter a su hijo en el coche y sentarlo en la sillita, mientras Takano cargaba al suyo en brazos, quien sollozaba suavemente porque no iba a volver a ver a su amigo.
- Te voy a echar mucho de menos, Ricchan.- Dijo Kisa dándole un abrazo.
- Y yo a ti. Va a ser muy raro ir a trabajar…
- Seguro que acabas prefiriendo al nuevo antes que a mí.- Bromeó Kisa haciendo un puchero.- Le he visto y es muy adorable…
- ¿Takahashi? Bueno, ya veré cómo es.- Dijo Ritsu encogiéndose de hombros.
- Lo bueno es que como trabajó a tiempo parcial en The Khan ya sabe como funciona esto de editar manga.- Comentó Takano.
- ¿Lo ves? Takano ya prefiere al novato.- Dijo Kisa.
- Bueno, chicos, espero que volvamos a vernos pronto.- Dijo Yukina y se acercó al pequeño.- Adiós, Hito-chan, te vamos a echar de menos.
- Adiós, Yukina-san.- Murmuró el niño con ojos llorosos.
- Tampoco es el fin del mundo, seguiremos en contacto, ¿no?- Dijo Kisa, intentando no echarse a llorar.
- Por supuesto. Iremos a visitaros este verano.- Asintió Ritsu, quien también tenía lágrimas en los ojos.- Y quedaremos para hablar por skype, ¿de acuerdo?
- Sí, Chiaki también.
- Por supuesto.- Sonrió Ritsu.- ¿Te despediste ayer de él?
- Sí, fuimos a su casa. Espero que se le pasen los mareos pronto.
- Yo también, así no puede trabajar.- Comentó Takano.
- Shouta, debemos irnos ya.- Le dijo Yukina.
- Cierto. Hasta pronto.- Le volvió a dar un abrazo a Ritsu y subieron al coche. Takano y Ritsu observaron como el coche se alejaba hasta que lo perdieron de vista.
El tiempo fue pasando y poco a poco se fueron distanciando hasta perder el contacto. Kisa comenzó una nueva vida en Kioto y conoció gente nueva, cada vez le resultaba más difícil mantener el contacto con sus dos amigos de Tokio. La última vez que se vieron fue cuando nació Fumiko, la hija de Chiaki y Hatori. Ni siquiera fue a ver a Ritsu cuando se enteró de que su madre había fallecido, tampoco le llamó ni nada. Se sentía mal por no haberlo hecho pero ya habían pasado años desde la última vez que hablaron y sentía que ya no formaba parte de su vida. Su amistad se había convertido en un bonito recuerdo, hasta que cierto día el destino les volvió a unir.
14 años después
Esa mañana despertó con un nudo en el estómago, debía darles una noticia a sus padres y no se sentía preparado. No se le daban bien ese tipo de cosas y, además, conocía a su padre y sabía que se iba a meter con él solo porque le parecía divertido.
Salió de su habitación con el pijama puesto y el pelo revuelto. En la cocina se encontraba su padre acabando de desayunar.
- Buenos días, dormilón, iba ahora a despertarte.- Le dijo Ritsu sonriendo.
- Está bien, hoy no tengo clase hasta las diez.
- Pero aún así deberías aprovechar la mañana, Hitoshi.
- Ya lo sé, papá, pero ayer me quedé hasta tarde estudiando.- Respondió el universitario suspirando.
- ¿Cómo llevas las clases?
- Bien.
- ¿Te gusta lo que estás estudiando?
- Sí, papá, no te preocupes por eso…- Sonrió Hitoshi mientras se echaba cereales.- Oye, ¿y papá?
- Ya se ha marchado, tenía una reunión muy temprano.
- Papá, ¿podéis hacer planes esta noche?- Preguntó de repente sorprendiendo a su padre.
- Supongo, ¿por qué?
- Bueno, es que...verás...yo...la verdad…
- Hitoshi, sea lo que sea suéltalo ya.
- ¡TENGO PAREJA Y QUIERO QUE LE CONOZCÁIS!- Gritó Hitoshi rojo por la vergüenza. Ritsu abrió los ojos muy sorprendido, no se esperaba para nada eso. Había notado que su hijo tenía más vida social desde que había comenzado la universidad pero no había pensado que podía tener pareja.
- Está bien, si es por ese motivo me aseguraré de salir pronto del trabajo.- Dijo Ritsu sin salir de su asombro.
- También vendrán sus padres, viven fuera y han venido a pasar unos días a la ciudad.- Explicó su hijo aún sonrojado.
- Genial entonces, cielo, se lo diré a tu padre.
- Seguro que se ríe de mí…
- No te preocupes por eso, haré que tu padre se comporte.- Le sonrió el editor.- Me tengo que ir ya a trabajar. Cuando sepas el lugar y la hora me envías un mensaje, ¿de acuerdo?
- Sí, papá.- Asintió Hitoshi y su padre salió corriendo para no llegar tarde a trabajar.
Chiaki entró muy enfadado en el despacho del director de aquel instituto. Su hija se encontraba sentada frente al director, quien tenía cara de pocos amigos. Fumiko miró al suelo para así evitar mirar a su padre a los ojos.
- Siento mucho haberle molestado en horas de trabajo.- Dijo el director secamente.
- No se preocupe, lo primero es lo primero.- Respondió el mangaka sin dejar de fruncir el ceño.
- Su hija va a ser expulsada de este instituto, ¿es consciente de ello?
- Pues ahora que me lo ha dicho sí, sí soy consciente de ello.
- ¿Y no va a decir nada?
- Por supuesto que sí.- Asintió Chiaki.- ¿También van a expulsar a las otras niñas? Entiendo que mi hija no ha sabido solucionar el conflicto como debía, pero no ha sido ella quien lo ha empezado. Mi hija lleva dos años sufriendo y aguantando el acoso de esas niñas y el centro no ha hecho nada para impedirlo, a pesar de que mi pareja y yo hemos venido a quejarnos en doce ocasiones. Sí, las hemos contado. Lo que ha pasado hoy era cuestión de tiempo, Fumiko no ha aguantado más a esas niñas, por eso ha agredido a dos y ¿sabe qué? Que me parece lo más natural del mundo, dado que este instituto lo único que ha hecho ha sido mirar hacia otro lado.
- Su hija ha provocado…- Comenzó a decir el director pero fue interrumpido.
- Mi hija no ha hecho nada malo, simplemente se ha defendido.
- La violencia con violencia no lleva a ninguna parte.
- ¿Entonces lo admite?¿Admite que esas niñas llevan acosando a Fumiko desde que se trasladó a este instituto?
- Yo no he dicho tal cosa.- Negó el director.- Y no hay nada más de que hablar, su hija ha sido expulsada, buena suerte intentando buscarle instituto.
- Yo soy mangaka y pienso publicar una historia en la que este instituto va a quedar por los suelos y pondré que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia para que no me pueda demandar.- Dijo Chiaki poniéndose de pie y haciéndole un gesto a su hija para que también se levantara.- Mis mangas se venden muy, muy, pero que muy bien, de hecho hemos llegado a hacer dos ediciones de un mismo manga en menos de tres meses. A las niñas les encantan y me aseguraré de que ninguna quiera venir a estudiar a este instituto femenino. Buenas tardes.
- Papi, lo siento mucho.- Murmuró Fumiko cuando salieron de aquel despacho.- No era mi intención…
- Ya lo sé.
- Papá se va a enfadar un montón…
- Ya he hablado con él y no está enfadado.
- ¿De verdad?
- Sí, estamos contentos de que el problema se haya acabado, aunque no haya sido de la mejor forma.- Dijo el mangaka y suspiró.- Debimos haberte cambiado de instituto…
- ¿Y ahora dónde voy a estudiar?
- No te preocupes, encontraremos algo.
- Pero estamos casi a final de curso.
- Se lo he comentado a Ritsu y dice que nos puede echar una mano, él tiene muchos contactos.- Explicó Chiaki.
- ¿Onodera-san lo sabe?
- Sí, le he llamado antes de venir.
- Qué vergüenza…- Dijo la niña frunciendo el ceño.- Pensará que soy una salvaje.
- Para nada, Ritsu te conoce bien y sabe por todo lo que has pasado. Miko-chan, nadie te juzga por lo que ha pasado hoy.
- Pero le he roto la nariz a una chica…
- Creo que la culpa y la expulsión ya son suficiente castigo, nadie más te va a reñir por ello.
- Papi, te prometo que no volverá a pasar.
- Lo sé, cariño.- Dijo abrazándola.
Ritsu y Takano salieron de trabajar más pronto de lo normal y fueron hasta el restaurante donde habían quedado con su hijo. En la puerta se encontraba su hijo esperándoles, más elegante de lo normal.
- Llegáis tarde.
- Lo sentimos.- Sonrió Ritsu dándole un abrazo.- ¿Estás bien? Estás temblando.
- Es que estoy muy nervioso.
- ¿Aún no han llegado?- Preguntó Takano.
- No, pero no creo que tarden.
- Entonces nosotros no hemos llegado tan tarde.
- Masamune…- Le dijo Ritsu suspirando.
- ¡HITO-KUN!- Gritó un muchacho que iba corriendo hacia ellos mientras sonreía de oreja a oreja. Cuando le tuvo cerca le reconoció al instante.
- Nao-chan…- Murmuró Ritsu.
- Soy Yukina Nao, un placer conocerles.- Dijo sin dejar de sonreír.
- ¡RICCHAN!- Gritó Kisa que venía caminando junto con Yukina. Se abalanzó sobre el editor dejando muy sorprendidos a los dos estudiantes.
- ¿Qué está pasando?- Murmuró Hitoshi.
- Joder, Kisa, tienes casi cincuenta años y ni aún así envejeces…- Le dijo Takano, ganándose una mirada de odio de su ex-empleado.
- ¿Tenías que decir mi edad?
- Pues claro.
- ¿Os conocéis?- Preguntó Nao muy sorprendido.
- Tu padre solía trabajar con ellos en la editorial.- Le explicó Yukina.- Pero hacía más de trece años que no nos veíamos. Vosotros erais muy pequeños, seguro que no os acordáis.
- ¡Hito-chan, qué mayor estás!- Exclamó Kisa sonriendo.- Ha pasado tanto tiempo…
- Bueno, entonces ya conocéis a mi novio.- Dijo Nao muy feliz, provocando que Hitoshi se sonrojara.
- ¡Es cierto, Ricchan, vamos a ser familia!- Gritó Kisa emocionado.
- Mi peor pesadilla hecha realidad…- Comentó Takano.
- ¡Papá!
- No te preocupes, Hito-chan, tu padre fue mi jefe durante muchos años y ya estoy acostumbrado a él.
- Bueno, ¿qué os parece si vamos entrando?- Propuso Yukina y todos fueron pasando al restaurante.
- Ricchan, me alegro tanto de volver a verte...de hecho Kou y yo queremos volver a Tokio pronto.- Le dijo Kisa mientras caminaban hacia la mesa.
- ¿De verdad?
- Sí, tenemos pensado regresar el próximo año, así estaremos cerca de Nao-chan. Desde que vino a estudiar a aquí le echamos mucho de menos.
- Eso sería genial, Chiaki y yo te hemos echado mucho de menos.- Sonrió Ritsu y se sentaron en la mesa junto a los demás.
- Y yo a vosotros, lamento mucho no haber seguido en contacto..
- No es necesario que te disculpes, nosotros tampoco hicimos mucho por mantener nuestra amistad.- Suspiró Ritsu.- Las relaciones a distancia son complicadas.
- Por cierto, ¿cómo están Chiaki y Hatori?- Preguntó Yukina.
- Bien, siguen igual.- Rió Takano.- Todo bien hasta que llega el final de ciclo y Chiaki se agobia.
- ¿Y la niña?
- Hoy ha tenido un problema pero ya está todo solucionado.- Dijo Ritsu.
- ¿Qué le ha pasado a Miko-chan?- Preguntó Hitoshi preocupado.
- Hoy han llamado a Chiaki para decirle que se ha metido en una pelea y que la iban a expulsar, así que me he pasado toda la mañana intentando que la admitan en otro instituto.- Explicó Ritsu.- Por suerte una amiga mía de la infancia es directora de un instituto y al explicarle la situación, que Fumiko solo intentaba defenderse y que es muy buena niña, la ha admitido.
- ¿Entonces está todo bien?- Preguntó Yukina.
- Sí, el lunes comenzará en el nuevo instituto.
- Oye, Ricchan, vamos a tener nietos comunes…- Le susurró Kisa al oído.
- Bueno, aún son muy jóvenes.- Murmuró Ritsu.
- Tiempo al tiempo, Ricchan.- Dijo Kisa guiñándole un ojo, mientras los demás escuchaban la historia de como Nao y Hitoshi se habían conocido.
FIN
Hola ^^
Espero que os haya gustado el último capítulo del fic. Muchas gracias por haber leído la historia y a los que habéis comentado.
Pensaba hacer el fic más largo metiendo más trama sobre la madre de Ritsu, pero al final he decidido que se sepa que muere y ya está. Bueno, no lo aclaro en el fic, pero se supone que Ritsu renuncia a la herencia.
Muchas gracias por vuestro tiempo.
¡Un abrazo! :)