EL PRÍNCIPE DRAGÓN DEL MAR

Capítulo 0: PRÓLOGO

Una tarde muy pacífica en la ciudad de Kuoh, en Japón, un niño y una niña hablaban en un aeropuerto mientras esperaban a que el vuelo de la niña llamara a embarcar

- Ise-Kun, no quiero irme – decía con tristeza la pequeña, una muchachita de unos 11 u 12 años de edad, de cabello castaño corto atado en dos pequeñas coletas, esta niña respondía al nombre de Irina Shidou, la cual estaba a punto de irse a vivir a Inglaterra – realmente quiero quedarme… yo… no quiero alejarme de ti Ise-kun – la niña estaba haciendo un enorme esfuerzo por no llorar, pues no quería separarse de su amigo

- vamos Irina-chan, no llores, por favor – le decía un niño pelinegro de la misma edad que Irina, el niño tenía ojos verde mar que tenían una mirada algo traviesa (aunque también melancólica según Irina) las 24 horas, este chico era Issei Hyodo, Ise para los amigos.

El porqué del apego que sentía la niña hacia él es porque él es su mejor amigo y, sin que él lo supiera, también el niño que la había enamorado

- sé que nos volveremos a ver muy pronto – Issei trataba de tranquilizar a su amiga, pues sabía bien lo mucho que le dolía el tener que separarse, después de todo, él es su único amigo, pues los demás niños de la ciudad la tildaban de "rara" por su devoción a la religión Cristiana a pesar de ser japonesa – ¿y te prometo algo? – le preguntó a la niña mientras que se sonrojaba un poco, pues estaba por decir algo que, sin saberlo, muy muy en el futuro le traería problemas como nunca se imaginó (y no problemas precisamente desagradables, sinó todo lo contrario)

- ¿q-que me prometes? – preguntó un tanto dudosa Irina, pues no era nada común que su amigo se sonrojase de esa forma

- pues yo… yo… te prometo que cuando nos volvamos a ver… - aun algo inseguro de lo que estaba por decir, el niño miró a su madre, una mujer de extraordinaria belleza, que estaba en sus 35 años y tenía el cabello Rubio ondulado y ojos color Gris Tormenta, la cual estaba a unos metros detrás de ellos y respondía al nombre de Mayumi Hyodo, quien al ver a su hijo verla fijamente simplemente sonrió y animó a su hijo a seguir, pues sabía lo que iba a prometerle a su amiga

Issei, al ver que contaba con el apoyo de su madre, se llenó de valor y decidió seguir

- Irina, yo te prometo que, cuando nos volvamos a ver y seamos mayores, me casaré contigo -

Luego de decir esas tres últimas palabras, el muchachito de cabello negro desordenado cerró los ojos esperando una reacción violenta por parte de su amiga, pero lo que sucedió lo dejó congelado en su lugar y lo hizo abrir los ojos como platos.

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Irina le estaba dando un beso…

Fue un beso corto, casto, puro e inocente como se esperaría del primer beso de un par de niños de esa edad, pero le transmitió a Issei todo lo que Irina sentía por el

- Ise-kun… por supuesto que me casaré contigo cuando seamos mayores – luego de decir eso, la pequeña castaña se separó muy sonrojada pero sonriente de un igualmente rojo Issei, para correr junto a su madre Annastasia Shidou y su padre Touji Shidou, el cual hizo algo que Issei no se esperó, le levantó el pulgar y le guiño un ojo, como si le estuviera dando permiso, cosa que hizo que el pobre Issei empezara a echar humo por la cabeza y su rostro pareciese un tomate maduro otra vez

Unos pocos minutos después, el avión de la familia Shidou ya se perdía en el horizonte mientras era observado hasta desaparecer por Issei y Mayumi, los cuales luego subieron a su auto, el cual la madre del pequeño hizo arrancar para comenzar a conducir hacia su casa, mas durante el trayecto, Mayumi pudo notar que su hijo se encontraba inquieto en su asiento.

Ella la sabía que era lo que tenía, pues era algo que también padecía ella…

THDA, o Trastorno Hiperactivo por Déficit de Atención, era un problema que ambos tenían debido a su "peculiar" familia…

Sabiendo la forma adecuada para ayudar a su hijo a relajarse, la mujer decidió tomar una ruta alterna para ir a su hogar, una que ella sabía bien que es la preferida de su hijo

Luego de unos minutos más conduciendo, el auto llego a una zona libre de edificios que les permitía tener una vista perfecta del mar azul al fondo de unos acantilados

Sin duda la vista era increíble, y cualquiera que la viera se quedaría totalmente maravillado…

Pero para Issei, la vista del mar era algo realmente especial…

Cuando estaba cerca del mar, el pequeño podía sentir como el aire salado lo tranquilizaba y le daba una cálida sensación de protección y comodidad

Issei realmente amaba la vista del mar de Japón, pero podría jurar que de vez en cuando podía ver como unas mujeres lo saludaban desde el fondo del agua, lo que se le hacía muy extraño

Mayumi, al ver que su hijo se había relajado en su asiento mientras admiraba la vista del océano, no pudo evitar sentir algo de nostalgia por el padre de su hijo, un apuesto hombre de cabello negro alborotado, ojos verde mar que siempre estaban fijos en su amado océano, una espesa barba negra no muy larga y su eterno atuendo de pescador con camisa Hawaiana.

Inconscientemente, la mujer se llevó una mano a un collar con cuentas de colores que tenían varios dibujos en él y sonrió con añoranza al recordar los años que vivió en Estados Unidos, y su mente no pudo evitar pensar en los campos de fresas de Long Island al atardecer, los bosques de New York, y también, en una especie de Bungalow de campamento, de color gris con una lechuza de madera tallada sobre la puerta y un numero 6 en la puerta misma

Volviendo en sí, la mujer decidió que ya era momento de regresar a casa, más cuando estaba por decirle a Issei que ya era hora de regresar, pudo ver por el rabillo del ojo una especie de sombra descomunal que estaba por embestir el auto, la cual pudo esquivar gracias a sus agudos reflejos fruto del entrenamiento más intensivo que le dieron en su viejo campamento.

- Kaa-chan! Que pasa!? – preguntaba alarmado Issei desde el asiento trasero mientras veía a su madre acelerar por la carretera escapando de una sombra musculosa que los perseguía

- por qué siempre tiene que ser el toro? – se quejaba en voz baja Mayumi por su suerte, al parecer los hijos de Él siempre tenían la mala suerte de encontrarse a ese monstruo en particular en algún punto de su vida… - no pasa nada cariño, solo… - al no ocurrírsele una buena excusa, la mujer se puso a maldecir en griego antiguo, agradeciendo a los dioses que su hijo aun no podía entenderlo completamente

- (¡vamos, piensa en cómo puedes escapar, eres hija de Atenea maldición!) – poniendo el auto en reversa, la recién revelada semidiosa decidió chocar contra el monstruo en un intento por retrasarlo, para luego de esto apretar un botón del panel del vehículo mientras pisaba a fondo el pedal, ocasionando que en el mismo tablero del auto apareciera una pantalla que inmediatamente mostró el rostro de un adulto joven de alrededor de veinte años

El joven en cuestión tenía una sonrisa algo loca, cabello castaño enrulado, su piel era un poco más oscura que la de ella y tenía rasgos como de un elfo de navidad estilo latino

-Mayumi? Que sucede? Issei está bien? – borrando su sonrisa y poniéndose serio, el muchacho latino de la pantalla le hacia esas preguntas en Griego Antiguo a la mujer tras el volante al ver la expresión que tenía plasmada en el rostro

- Minotauro! Dile a Quirón que envíe a Percy por Issei con la Señorita O´Leary! Yo lo retendré tanto como pueda! APRESURATE O TE DARÉ UNA PALIZA CUANDO NOS VEAMOS EN LOS ELISEOS! – le gritó en Griego Antiguo al joven sin darle tiempo a responder, pues la rubia había cortado la comunicación

- KAA-CHAN! QUÉ ESTÁ PASANDO!? QUIEN ERA EL!? QUE FUE LO QUE DIJERON!? – el pequeño Issei estaba aterrado en su asiento, no entendía nada de lo que estaba pasando

- Issei, escúchame bien, en cuanto lleguemos a casa, quiero que te bajes del auto, subas a tu cuarto y te metas en él – el miedo podía verse reflejado en los ojos de la mujer, pero no miedo por su vida, sinó por la de su hijo, quien no podía defenderse por su cuenta del ataque de un monstruo.

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El resto del viaje a casa fue muy tenso y silencioso, pero Mayumi no bajaba la guardia, sabía que si el minotauro estaba cerca, también podría haber muchos otros monstruos cerca, y debido al acuerdo denominado "Vive y Deja Vivir" que tenía con los demonios que controlaban la zona, no podría pedirle ayuda a ellos, por lo que hasta que llegara su "cuñado" ella estaría sola

En cuanto llegaron a casa, Mayumi llevó a Issei a su cuarto, cerró la puerta con llave, colocó varias barricadas y se preparó con su espada de bronce celestial a que llegasen:

A) Los refuerzos (su opción favorita)

O sinó

B) los monstruos (su opción menos favorita)

Mas sucedió algo que enserio no estaba en sus cálculos

La ventana de la sala de estar explotó y se abrió un enorme agujero, del cual entró un sujeto con un traje negro, tenía la piel pálida, ojos rojos hundidos, colmillos como de tiburón, cabello negro grasiento y tres pares de alas negras como de cuervo saliendo de su espalda

A veces ser hija de la diosa de la Sabiduría favorecía a Mayumi, pues reconoció de inmediato a ese sujeto

- ¿vaya vaya, pero que hace una semidiosa aquí? ¿No estas lejos de casa Diosecilla? – dijo el Ángel Caído con algo de burla en su voz – no me digas que eres tu la que porta al Dragón Rojo… no… no hay rastros de energía Draconiana en ti… puedo sentir la firma del maldito de Ddraig allá arriba… dime diosecilla, tienes un hijo? – Al notar que la mujer se tensó y sujetó con más fuerza su espada en cuanto dijo eso, el caído sonrió con maldad, pues había dado en el clavo – será mejor que lo entregues, si lo haces tal vez considere matarlo de forma rápida y dejarte vivir

A lo dicho por el Ángel Caído con cara de tiburón, Mayumi se lanzó a atacarlo con su espada, más el Ángel oscuro simplemente la esquivó y sonrió con locura

Creando una espada de luz, el cadre comenzó a bloquear los ataques de la mujer, que si bien era muy buena en la esgrima, no se podía comparar con él, que había luchado directamente contra su padre, el Dios Bíblico, Elohim, además de llevar luchando desde hace milenios contra los demonios y los ángeles, la diferencia de niveles era abismal, aunque debía admitir que esa asquerosa griega era una excelente espadachína

- no permitiré que toques… a mi hijo! – rugió furiosa la hija de Atenea mientras seguía arremetiendo contra el Cadre con todas sus fuerzas, pues la vida de su hijo corría peligro, no podía darse el lujo de ser vencida por un asqueroso Ángel Caído

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Mientras tanto, en su cuarto, Issei podía oír la lucha que se desarrollaba en la sala de su casa, pero no podía hacer nada, pues su madre lo había encerrado en el cuarto y no tenía forma de salir además de la puerta, pero de repente, notó como esta se abría como si nada… al parecer su madre no lo había encerrado realmente

Sin dudarlo un instante, el pequeño pelinegro salió corriendo de su cuarto y bajó las escaleras a toda velocidad, solo para ver como su madre luchaba con ¿una espada? Contra un hombre pálido de cabello negro que empuñaba también una espada, solo que hecha de lo que parecía ser Luz

- ¿Kaa-san? – al decir eso, el niño ocasionó que ambos lo vieran de reojo, aunque con distintas reacciones

Su madre esbozó una mueca de horror y Kokabiel sonrió como todo un maniático

- vaya vaya, así que ese mocoso de ahí es el Sekiryuutei… un asqueroso legado griego de Atenea! – decía el Caído frunciendo el cejo, realmente detestaba a esa diosa, y lo demostraría primero matando a una de sus hijas y luego al que probablemente sería el más poderoso de sus legados actuales

Si… si hacía eso, podría provocar una guerra contra los Griegos, podría aplastar a esos ególatras de una vez por todas! ¡Todas las facciones tendrían que aceptar que los ángeles caídos son la raza más poderosa!

- CORRE ISSEI! – el pequeño estaba paralizado, a pesar del grito de su madre, Issei no se podía mover… en ese momento de distracción de Mayumi, Kokabiel le propinó una patada en el estómago, causando que ella perdiese su espada, lo que el caído no dudo en aprovechar para atravesar su pecho con la espada de luz

- NOOOOOOO! – el grito de Issei pudo oírse fácilmente a varias cuadras de ahí, un grito que fue oído por cierta criatura Taurina, la cual soltó un rugido (¿o será Mugido?) aún más fuerte, que fue oído por el cadre, quien simplemente puso una expresión de molestia

- grandioso, un minotauro… ahora que lo pienso… mejor dejaré que él te mate mocoso – sin decir más, Kokabiel comenzaba a retirarse, pero antes de irse – si consigues sobrevivir… espero que algún día me busques por venganza… hace tiempo que no mato a un portador de Ddraig… no olvides el nombre de Kokabiel… – con eso ultimo dicho, el ángel caído se fue en un destello purpureo dejando tras de sí un montón de plumas negras

En cuanto este se fue, Issei rápidamente se acercó a su moribunda madre, la cual yacía en el suelo con sangre brotándole de la herida propiciada por Kokabiel

- ¡Kaa-san! ¡KAA-SAN! - el niño trataba inútilmente de detener la sangre que salía del pecho de su madre al tiempo que las lágrimas surcaban su rostro

Se sentía culpable, de no haber sido por su inacción, su madre no se habría distraído

- Isse… Issei… - con sus últimas fuerzas, Mayumi levantó su mano para acariciar el rostro de su hijo – s-se fuerte… v-ve al campamento… hazte fuerte… confía en los Dioses… confía… en tu familia… te amo hijo… - luego de decir esas palabras, Mayumi perdió toda fuerza restante en ella y su mano cayó al suelo ensangrentado totalmente inerte… Mayumi Hyodo había muerto…

- Kaa… san… KAA-SAN! – el niño gemía inconsolable sobre el cuerpo sin vida de su madre, más de repente, sintió un bufido a sus espaldas…

Con temor, el niño se dio vuelta lentamente, solo para encontrarse con un ser monstruoso que solo había visto en los libros de la escuela

La criatura en cuestión tenía un enorme y muy musculoso cuerpo, pero lo realmente aterrador era que, del cuello para arriba, tenía una enorme cabeza de toro que le bufaba mientras se relamía los dientes, pues había encontrado a una presa

- a-ayuda! ALGUIEN SALVEME! – desesperado, el pequeño niño gritaba por socorro, no podía morir… el sacrificio de su madre no podía haber sido en vano

El minotauro estiró su enorme mano, listo para tomar y aplastar el cráneo del pequeño, pero sucedió algo que definitivamente lo tomó de sorpresa…

¿Que qué sucedió? Pues que una reluciente hoja de bronce perteneciente a una espada le había atravesado el abdomen por la espalda…

El dueño de dicha arma, simplemente hizo un corte hacía la derecha sin sacar la espada del torso del hombre toro, cortándolo por la mitad, más en lugar de que saltase sangre, el monstruo simplemente se disolvió en arena y polvo, dejando de él nada más que un cuerno blanco con una punta negra

- maldición… llegué demasiado tarde… - dijo el adulto joven propietario de esa espada en un idioma que Issei entendió a la perfección a pesar de no ser japonés

El joven en cuestión, era un muchacho de cabello negro alborotado con un mechón gris en la parte delantera, parecía tener unos veinte años como mucho

Pero lo que más le llamó la atención a Issei fueron sus ojos…

Verde mar, idénticos a los suyos…

- ¿Q-quien eres tu?... – le preguntó Issei al desconocido en ese idioma que no sabía que conocía

- Me llamo Percy Jackson… y soy tu hermano – luego de oír esas palabras, el pequeño niño se desmayó

- tendré mucho que explicarle cuando se despierte – se dijo Percy a sí mismo para luego voltear a ver el cadáver de la madre del pequeño… - lo lamento… debería haber estado aquí antes… sé que te has ganado los Elíseos… descansa Mayumi… yo Juro Por El Río Estigio que Protegeré a tu Hijo! – luego de esas palabras, un trueno retumbó en el cielo, luego del cual, una brillante luz dorada envolvió el cuerpo de Mayumi, el cual desapareció en un destello, el cual se elevó a los cielos lentamente a través del hueco que había quedado en la ventana

Luego de presenciar eso, Percy volteó a ver al inconsciente Issei para luego levantarlo en sus brazos y salir de la casa en ruinas – es hora de que te lleve a casa… hermanito…

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Y… CORTE!

Y? que les pareció? Este es solo el prólogo de mi nueva historia, espero que la disfruten

Esperaré y contestaré gustoso a sus reviews tanto en Fanfiction como en Wattpad

Sin más que decir por hoy, nos vemos en la próxima

Se despide FlashHero, hasta otra!