Prologo:

Era un día normal en Fairy Tail. los miembros iban y venían en sus diarios quehaceres, como salir a hacer alguna misión, charlar con compañeros y amigos sobre varias anécdotas o solo venir a pasar el rato.

Sentado en frente del bar. Natsu Dragneel, el buscapleitos número uno del gremio se encontraba inusualmente serio. Frente a él la camarera del gremio Mirajane Strauss, se hallaba confundida ante tal situación. Muchas preguntas rondaban en su cabeza pero la más importante era; ¿Qué es lo que lo tiene tan pensativo?. Y tratándose de Natsu podrían ser muchas cosas y a la vez nada. Sin embargo sea lo que sea que lo tenía tan concentrado debía ser algo sumamente importante. Tanto como para ignorar incluso a su amigo-rival el cual estaba tratando de provocarlo para iniciar una ya hasta este punto normal pelea entre los dos que al final llevaría por arrastrar a todos los miembros en una gran pelea estilo «Battle Royal».

Gray había estado llamando su atención por casi un minuto lo cual era raro. Porque el lapso de tiempo que le tomaba a Natsu responder a cualquier comentario que saliera de la boca del mago de hielo, variaba ente medio segundo y dos segundos. (Mira había decidido cronometrar el tiempo por diversión). Lo cual siempre era respondido por un puñetazo en la cara o patada en el abdomen. Y en el mejor de los casos el solo respondía con un colorido vocabulario de insultos, en los que normalmente había palabras de alto calibre. El mago de hielo estuvo a punto de golpearlo de no ser por Mira, la cual le había dado una afilada mirada que hizo temblar al pelinegro y lo obligara a abandonar sus esfuerzos por empezar una pelea con el Pelirosado. Y volviera a su lugar donde estaba su novia.

—Oye Mira, ¿que día es hoy? —pregunto de repente Natsu, devolviéndola a la realidad.

—ahh… ¿Qué? ¿Qué cosa…? —respondió sorprendida— a-ah sí… hoy es martes Natsu. ¿Por qué preguntas?.

Mira oyó levemente maldecir a Natsu .

—Me voy a casa Mira —anuncio levantándose, lo cual confundió a la peliblanca.

—¿Qué? ¿Pero no hace mucho que llegaste? —pregunto confundida ante tal acció el dragon slayer estaba actuando muy raro hoy.

—lo sé, pero cosas que hacer —respondió, esta vez Natsu se veía algo preocupado— lo siento.

Natsu había comenzado a caminar cuando un grito de advertencia que venía detrás de él, lo hizo girarse. Lo único que alcanzo a ver fue a Kinana cayendo en cámara lenta, luego oscuridad total acompañado de mucha agua fría.


—¡Kinana! —grito mira preocupada al ver a la joven en el suelo. Se había dado un fuerte costalazo.

—Descuida Mira-san, estoy bien… —respondió la nombrada desde el suelo mientras daba cortos y rápidos respiros para mitigar el dolor. Había caído sobre su rodilla.

—que bueno — Mira dio pequeño respiro de alivio al menos su compañera no se había lastimado seriamente.

—¡hey! ¡¿Quien apago la luz?! —escucho decir a su lado desde el suelo. De repente mira recordó que Natsu estaba ahí, seguramente el balde con agua que tenia Kinana voló por los aires al momento de caerse. Desafortunadamente fue a caer justo donde se encontraba pelirosado.

—¡Ja ja ja ja ja! —Se escucho reír a alguien— ¡mira pero que idiota cabeza de cerillo! —Obviamente era Gray riéndose a expensas del dragon slayer.

—¡Vete a la mierda exhibicionista! —grito natsu desde el suelo. La risa del pelinegro se detuvo en seco.

—¿qué pasa cabeza de flama?, ¿el agua estaba muy fría? —Agrego burlón— ¡ja! ¡ja! tu voz esta chillona. —remarco riendo esta vez, y varios miembros se le unieron en la risa.

Ante tal comentario Natsu se levanto de inmediato y con rapidez se quito el balde de la cabeza. Y al hacerlo todo el gremio quedo en silencio absoluto.


Mira estaba paralizada. Ante ella estaba una linda chica de cabello rosado que le llegaba hasta la parte superior de la espalda, largas pestañas adornaban sus grandes ojos avellanas que extrañamente desprendían un cierto aire de ferocidad, y una esbelta figura que cualquiera que la viera pensaría que es modelo.

Lo único que pudo hacer Mira y el resto del gremio fue tomar una gran pero sutil bocanada de aire y gritar confundidos a los cuatro vientos.

—¡QUE!

Frente a todos ellos estaba una (muy guapa) versión femenina de Natsu cubriéndose los oídos con una expresión preocupada.

—Maldita sea… —dijo mientras daba un largo suspiro.