UNA CÉLULA CON NÚCLEO
En el cuerpo hay trillones de células, y cada una hace su función. Y entre éstas está U-1146, un neutrófilo.
Hace unos momentos había estado platicando con su joven amiga AE-3803, una eritrocito que era apasionada en su trabajo. Pero su plática había sido abruptamente interrumpida por un ataque de un neumococo.
Ahora, despues de vencer a la bacteria, U-1146 miraba silenciosamente a la pelirroja que le sonreía al verlo venir de nuevo.
- Señor Neutrófilo, buen trabajo, como siempre... Quisiera quedarme más pero me tengo que ir retirando ¡aún hay dioxígeno que entregar!
El leucocito lo vió: la joven pelirroja estaba nerviosa. Nada preocupante, pues ella siempre estaba bajo presión, pero si que era curioso.
U-1146 asintió, comprendiendo la situación de su amiga roja, por lo que se despidió y fué a patrullar el estómago.
Sin embargo, algo no lo dejaba en paz en todo el camino: la sonrisa de AE-3803 y su propia reacción después de verla. No comprendía por qué de repente se había sentiso cohibido y nervioso, y mucho menos entendía por qué sentía su cara un poco caliente. O quizás si que lo comprendía, pero simplemente no quería aceptarlo.
Se apoyó en la pared venosa, mientras veía como las demás células caminaban con prisa en el carril central.
- Hey, U-114 ¿Qué tal vas con la glóbulo rojo? - la voz de U-4989, el más joven de la tropa, resonó en el lugar.
- Bien... ¿supongo?- el leucocito no había entendido, obviamente, la pregunta. U-4989 río, encantado por la inocencia-terquedad de su senpai, sin saber si lo ciego del mayor era de naturaleza o adquirido.
- Entonces ¿ya son pareja? - U-4989 ya sabía de antemano la respuesta: no, no eran nada. Pero internamente siempre, SIEMPRE, había pensado que su mentor y la joven eritrocito se veían bien juntos. Sí, era un fanboy, y con orgullo.
Mientras tanto, un sonrojado glóbulo blanco intentaba encontrar palabras para darle una reprimenda a su pupilo.
¿Pareja? ¿Ellos? ¡¿ÉL CON AE-3803?
El pobre leucocito se podría camuflar con toda facilidad entre un grupo de glóbulos rojos en ese momento.
- Creo que eso es un no. Bueno, en algún momento ha de pasar. - Suspiró el más joven mientras se despedía con la mano del mayor.
Pero U-1146 no lo escuchó, estaba demasiado ocupado discutiendo consigo mismo:
"Entonces... ¿Qué me pasó hace un momento? ¿Por qué reaccioné así con ESA sonrisa de Glóbulo Rojo? ¿Qué me pasa? ¿Qué le pasa a U-4989 por preguntar tal cosa? No, no, no. AE-3803 no. ¿Ya sé que me pasa y lo niego? ¿Qué es lo que todos saben menos yo? ¡¿Qué?!"
Todas éstas preguntas fluían en el núcleo del neutrófilo, cada una más difícil que la anterior.
Y es que no lo entendía, no entendía por qué ni cómo había pasado. Porque la respuesta a "¿qué me pasa?" era más clara que la córnea: sentía afecto por la muchacha pelirroja. Pero no era simple amistad, no... Le gustaba.
No, gustar era poco...La quería.
El llegar a tal conclusión le dió una vuelta de 180 a su núcleo, dejándolo completamente aturdido.
"Quiero a AE-3803" pensó agobiado el neutrófilo. Sí, lo sabía desde hace tiempo, pero hasta apenas había podido admitirlo.
A veces, tener un núcleo tan frío y calculador cuando se trataba de predecir el futuro era malo, pues ahora el joven peliblanco se estresaba con la sola idea de poder perder a la joven eritrocito por culpa suya.
U-1146 se lamentó, por primera y última vez, haber conocido a AE-3803. Porque era cierto lo que decían sus compañeros de tropa: la eritrocito lo había cambiado. Sí, siempre había sido considerado con las demás células, pero era porque era su trabajo.
Pero nunca en su vida, salvo en su infancia y con su tropa, se había abierto tanto con alguien. Pero AE-3803 había llegando al punto de hacer cambiar su forma de ver el cuepro humano. Pero sobre todo, haciéndolo sentir... Vivo.
- Gracias, Glóbulo Rojo... - suspiró derrotado el leucocito mientras se levantaba del suelo, para acto seguido continuar con su patrulla.