~AVISO~

Esta historia no es una historia oficial, es un tributo a mi ruta favorita de corazón de melón.

Pensé que su historia necesitaba un cierre propio a lo que este personaje representó para mi que de todos los muchachos ligables su historia fue la que más me gustó.

Esta versión de sucrette está basada en mi sucrette de la ruta de lysandro y la personalidad que yo he creado para ella, pues siento que sería más fácil identificarse con ella que con la original del juego que carece de personalidad.

La historia toma lugar en el Universo de CDM en la Universidad. Sin más espero lo disfruten.

"4 años, hacen ya 4 años desde la última vez que nos vimos, todavía no puedo creer todo lo que ocurrió antes de que mi familia y yo nos mudáramos, pareciera que el destino estaba en mi contra, muy a pesar de mis deseos y mis esfuerzos, sin duda es uno de mis más grandes arrepentimientos el haberte dejado solo cuando más me necesitabas, me consolaba a mí misma diciéndome que estarías bien, que tenías a Leigh, a Rosa y a Castiel contigo para ayudarte a salir adelante. Se me dificultaba dormir los primeros meses desde que me fui, la culpa no me dejaba en paz, aunque habláramos por teléfono todos los días y fingieras que todo estaba bien, no podía sacar de mi cabeza tu mirada el día que falleció tu padre. Y la tristeza que emanaba tu voz, ambos lo sabíamos una relación así no sobreviviría mucho tiempo, pero jamás pensé que serías tu el que decidiera terminar conmigo, por el bien de los dos.

Ahora comprendo que tuviste tus razones de hacerlo, no querías detenerme, no querías que dejara de estudiar, querías un futuro mejor para mi. Sin embargo creo que nunca pude aceptar el hecho que decidieras quedarte en la granja de tus padres. No podía asimilar el hecho que tu fueras el que tuviera que hacerse cargo de la granja, y no Leigh, quien aunque comprendo tenía su propio negocio y sueños, no dejaba de ser tu hermano mayor y no me pareció justo que de entre él y tú, fueras tú el que tuviera que sacrificar su futuro. De igual forma comprendo que tal vez tu elegiste eso, muy a pesar de tus sueños y aspiraciones, pero nunca me dejaré de preguntar que habría sido de ti si nada de eso hubiera ocurrido.

Lysandro, ¿Cómo estás ahora?, ¿Te gusta tu vida en la granja?, ¿Leigh y Rosa van a verte seguido?, ¿Qué hay de Castiel? ¿Aún son amigos?, ¿Has conocido nuevas personas?, ¿Todavía escribes canciones?, ¿Hay cosas nuevas que te apasionen?

La vida da muchísimas vueltas, volví a la ciudad a estudiar mi último año en Anteros Academy, desde que volví me he encontrado con personas nuevas y viejos amigos que han cambiado muchísimo.

Te estarás preguntado por qué decidí escribirte después de tanto tiempo, bueno la verdad es que quiero visitarte pero no sé si sea prudente el que vaya sin un previo aviso, además debo decir que es algo que me ha estado molestando y es que desde que llegué no he podido verte, Rosa me comentó que falleció tu madre al poco tiempo que falleció tu padre y quería darte mi más sentido pésame en persona, siento que te lo debo…"

—ugh, definitivamente esto de escribir cartas no es lo mío—me dije al tiempo en que arrugaba la hoja de papel que acababa de terminar.

—Bonita, no te preocupes te puedo asegurar que lo que sea que decidas escribirle, el aceptará que vayas, Lysandro no es del tipo de persona que guarda rencores, especialmente tratándose de ti—decía Rosa recargada en la ventana de mi habitación, mientras veía hacía fuera.

—Rosa, no nos vemos desde hace 4 años, ¿Qué tal que ya no se acuerda de mi? O ¿Tal vez no quiere verme? — cuestioné frustrada por mi incapacidad de expresar mis sentimientos en una carta.

—Claro que se acuerda de ti y estoy segura de que querrá verte— afirmó Rosalya—Además, ¿Por qué no querría verte?, no es como que tu hubieras terminado con el por otro muchacho o algo por el estilo— inquirió.

—Tal vez tengas razón, pero no puedo tener certeza de que así será y realmente…—me detuve al tiempo que mi voz se quebraba— realmente no me siento lista para averiguarlo—unas lágrimas comenzaron a caer de mis ojos.

—Su, no te preocupes ¿Si?, verás que todo estará bien, yo se que el querrá verte ya verás.— contestó mientras sacaba un pañuelo de su bolso y me lo ofrecía para secar mis lágrimas.

—No lo sé Rosa.

—Leigh irá mañana a visitarlo, si realmente quieres que el sepa que estás aquí y que quieres verlo, tu única oportunidad de hacerlo es enviándole esa carta, así que tu decidirás que es más importante si tu miedo sin fundamentos a que él diga que no o la posibilidad de que él diga que también quiere verte.

—Está bien—Respondí.

Rosalya nunca fallaba en convencerme, y siempre estaré agradecida con ella por eso, incluso cuando pensaba que Lysandro no gustaba de mí, Rosalya insistía en lo contrario y terminó siendo realidad. Con la esperanza de que ésta vez fuera igual y que ella tuviera razón, terminé de escribir la carta a como pude, la doble de manera que cupiera en un pequeño sobre blanco y se lo di a Rosa para que lo guardase en su bolsa.

—Tan pronto me llame Leigh te envío mensaje que fue lo que Lysandro dijo—Agregó—lo que si no entiendo es ¿Por qué prefieres escribirle una carta en lugar de mandarle un mensaje de texto? ¿No tienes su número?—preguntó Rosa antes de irse. —tenía su antiguo número, el del Instituto, pero en una noche de las primeras borracheras de la universidad en mi otra ciudad, intenté marcarle y el número no conectaba. Como estaba muy borracha para darme cuenta si había conectado o no, intenté marcarle varias veces el día siguiente para disculparme, sólo para darme cuenta que el número me mandaba a la contestadora automáticamente. Así pasaron los días y llegué a la conclusión de que había bloqueado mi número, pues no me conectaba la llamada desde ese día, además no sentí correcto utilizar el teléfono de alguien más para enviarle un mensaje, después de que me bloqueara.

—Qué extraño, bloquear números solo porque si no es algo que Lysandro haría, pero bueno, tan pronto como Leigh me confirme que le entregó la carta te aviso. ¿Sí?—se despidió por última vez mientras que se acercaba para abrazarme

—está bien Rosa, muchas gracias—le agradecí mientras le devolvía el abrazo—te veo después—me despedí mientras que ella salía de la habitación.

Me tumbé en mi cama, solo para analizar todo lo que acababa de pasar e imaginar lo que pasaría después de que Rosa le entregara la carta a Leigh.

"¿Qué pasaría ya que Lysandro leyera la carta?, ¿Querría verme?" Fueron mis primeros pensamientos, hasta que me di cuenta que mi corazón latía agitado con la siguiente pregunta que había venido a mi mente "¿Todavía tendrá sentimientos por mí?" Fue entonces cuando me hice la única pregunta que no me había preocupado por contestar "¿Qué sentía yo por Lysandro?". Después de tantos años todavía me sentía nerviosa con la idea de volver a verlo, sin embargo no estaba claro para mi si aún quedaban sentimientos hacia él o solo me sentía culpable por lo mal que terminó nuestra relación. Aun con todas esas dudas e inseguridades, algo tenía claro y era que al verlo todo eso tendría su respuesta, o al menos eso esperaba.

Unos días después, de regreso del trabajo al campus, recibí un mensaje con el corazón vuelto loco revisé mi celular para confirmar que el mensaje era de Rosa tal y como había prometido.

Me apresuré a llegar a mi dormitorio, y ya en mi habitación respiré tranquila de comprobar que Yeleen no estaba allí, me tumbé en la cama pues mis piernas no podían más con mis nervios y comencé a leer.

"Oye bonita, Leigh ya me respondió, la carta llegó a manos de Lysandro, sin embargo no he sabido más que eso, Leigh dice que no sabe si Lysandro ya leyó la carta o no, pero no te preocupes yo sé que él se pondrá en contacto contigo tan pronto la lea. ¡Ánimo bonita!"

Mis lágrimas rodaron sin parar, ya había sido tres días ya desde que le había entregado la carta a Rosa, y aun no había respuesta alguna o al menos ninguna concreta, mi respiración se volvió dificultosa hasta el punto en que no podía parar de temblar. La idea de que Lysandro realmente no quisiera saber nada de mi realmente me dolía, no podía culparlo era imposible no comprender su situación, después de todo, terminamos así fueron las cosas, no fue el mejor tiempo para nuestra relación y a veces así es la vida, todo se trata del espacio y tiempo en el que ocurran las cosas, nuestra idea del amor que tuvimos en la preparatoria, no era suficiente para mantener una relación y mucho menos una relación a larga distancia sobre todo con las demás dificultades que atormentaron a Lysandro después de nuestra ruptura.

Unas horas después logré tranquilizarme, ya era de noche, Yeleen seguía fuera y mi cabeza daba vueltas, mis ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar, a duras penas logré ponerme de pie para ir por algo para cenar, no tenía ánimos de hablar con nadie. Me sentía igual que cuando Lysandro y yo terminamos, me costó muchísimo el recobrar ánimos después de lo que ocurrió, ya había olvidado todo este dolor que llevaba guardando desde hace tanto, por eso me daba miedo afrontar la realidad, por eso me daba miedo enviar esa carta, no quería despertar viejas heridas que todavía no terminaban completamente de sanar.

Mientras que regresaba de comprar cena en la tiendita de conveniencia, no podía dejar de darle vueltas al mensaje que me había enviado Rosa, y tratar de ser lo más positiva posible. Tal vez aun no la leía, o a lo mejor perdió la carta, sería algo que podría haberle pasado a Lys, conociéndolo, incluso podría haberla leído ya, pero no haber tenido mi número como para responderme.

— ¿Sucrette?—llamó una voz masculina Me volví para descubrir a quien me llamaba

—Nathaniel—respondí sorprendida mientras que deseaba inútilmente con todas mis fuerzas que no pudiera darse cuenta de mi apariencia.

—te vi pasar más no pensé en hablarte hasta que vi tu rostro, ¿Estás bien?

— ¿Yo?, si no es nada, no te preocupes —aclaré.

Se limitó a verme con un gesto molestó, con el que respondió —Se te da pésimo mentir, si no quieres hablar conmigo solo tienes que decirlo.

—No, no es eso, es solo que no tengo ánimos de hablar de ello con nadie—confesé

— ¿Alguien te amenazó si decías algo?, porque si es así no puedes quedártelo para ti, tienes que decirme o mínimo a la policía.

—No—exclamé—nadie me ha amenazado ni nada, es…es solo que es algo muy personal y realmente no…no puedo hablar de ello—expliqué al borde del llanto—no sin que me den ganas de llorar de nuevo…

— ¿Es referente a Lysandro?, no se me puede ocurrir otra razón que pudiera ponerte así—declaró mientras se encogía de hombros.

Mis ojos se abrieron como platos, mientras que una expresión de horror inundaba mi rostro y las lágrimas comenzaban a brotar.

—¡Hey tranquila!—Respondió asustado de mi reacción—No era…agh, no era mi intención hacerte llorar, soy un idiota, ¿si?, lo entiendo es un tema difícil para ti todavía, no debí seguir presionándote para saber que tenías, solo estaba preocupado es todo—admitió frustrado mientras que me abrazaba por arriba de mis hombros permitiéndome esconderme entre sus brazos hasta que mi llanto había cesado.

—No…No te preocupes, por ahora solo necesito volver a mi habitación.

—Te acompaño al campus, es muy tarde para que vayas sola—Se ofreció.

Le agradecí a Nathaniel y tal y como dijo, me acompañó hasta el campus se despidió de mi y se perdió entre las sombras de la noche.

Me dirigí a toda prisa a mi dormitorio, para encontrarme con que Yeleen ya se encontraba en la habitación y con las luces completamente apagadas, me senté afuera de la puerta del pasillo e intenté comer un poco de lo que había comprado. Mientras comía comencé a revisar mis conversaciones y a enviarle mensajes a Rosa sobre lo que había pasado, aunque no me sentía mucho de animos de platicarlo todavía. "Estoy muy mal Rosa yo…"—Escribí en la pantalla sin poder terminar al momento en que comenzaba a sonar mi teléfono, era Rosa.

— ¿Si, bueno?, ¿Rosa? —Sucrette, hasta ahora terminé de desempacar mis cosas aquí con Leigh, ¿Cómo estás?, Nathaniel me mandó un mensaje diciéndome que te encontró en medio de la calle con la cara hecha un desastre—explicó Rosalya

—Nunca pensé que Nathaniel sería tan considerado como para hacer eso—respondí

—Pues yo creo que si lo hizo es porque realmente estabas mal, ¿Qué te pasó?, ¿Es por el mensaje que te envié en la tarde?

—Pues…no, bueno si pero no, no me puse mal por el mensaje en si, si no por lo que significa…

—¿Y según tú qué significa?, si solo te dije que HOY Leigh le había entregado la carta a Lysandro y que el no sabía si ya la había leído—me reprimió

—Pues…no se, ¿qué a lo mejor no quiere verme?—contesté molesta.

—No te hagas ideas Sucrette, no ha pasado ni un solo día, dale tiempo para responderte, tampoco es para que te pongas así.

—Espera ¿dijiste hoy?, Rosa pensé que habías dicho que Leigh le entregaría la Carta a Lysandro hace dos días

—Si, ese era plan, sin embargo hubo un contratiempo de mi parte y no pudo entregársela hasta ahora.

—Rosa… ¿Por qué no me dijiste nada? —Porque no pensé que te montarías una película y sus secuelas completas por no recibir un mensaje.

— Rosa, tu sabes mejor que nadie lo delicado que es este tema para mi, ¿Qué te hizo pensar que no me afectaría en lo más mínimo?

—Está bien, está bien, yo metí la pata, lo siento, es que no quería arruinar tu sorpresa

Mi corazón se detuvo en seco.

— ¿Qué sorpresa?—pregunté tratando de evitar que mi voz se quebrara.

—Ya verás más tarde, bueno te dejo ya es muy tarde y realmente estoy cansada del viaje, que pases buenas noches, no te preocupes todo estará bien.

—Espera—logré objetar antes de que todo quedara en silencio—¿dijiste que terminaste de desempacar?, ¿Estás en la granja junto con Leigh?

—Sí, así es, ese fue el contratiempo, si no te molesta voy a dormir un poco, te hablo mañana ¿sí?

—De acuerdo

Mi corazón se había vuelto loco al escuchar la palabra sorpresa, no pude terminar mi cena, ya no tenía apetito, entré al cuarto cambié de ropa y me lavé los dientes para intentar irme a dormir.

Que en otras circunstancias no habría podido lograr, sin embargo mis ojos estaban muy cansados de llorar e imploraban descanso. Cerré mis ojos y mi mente solo se concentró en buscar una respuesta a cual sería esa sorpresa que había mencionado Rosa, al menos hasta que me quedé dormida.

A la mañana siguiente me despertó la vibración del celular, tenía 1 mensaje de un número que desconocía. Me senté en mi cama de un brinco, y abrí el mensaje a toda prisa.

"Sucrette, gracias por escribir la carta, me sentí muy contento de saber que te encuentras bien y que vas a terminar tus estudios pronto, muchas gracias por tus condolencias, lamento no haber podido comunicártelo antes, no quería agobiarte con todo lo que me estaba pasando en ese tiempo. Y sobre tu petición de venir a la granja, no tengo problema si eso es lo que realmente quieres, siento que a pesar de todo lo que pasó sería bueno el vernos de nuevo para charlar un poco. Este es mi nuevo número por si gustas guardarlo, quedo a la espera de tu respuesta.

Atentamente, Lysandro.

P.d.: Rosa mencionó algo de un boleto para el autobús, por si gustas comunicarte con ella."