DGM no me pertenece.

Nightmare

Capítulo 1:

Road Kamelot se encontraba tendida en el verde pasto en el parque de la ciudad, pensaba seriamente en todo lo que estaba por venir, sería un suceso muy importante para todos, eso era lo mejor para todos, pero aun así le preocupaba demasiado. ¿Cómo lo tomaría? ¿No se hundiría en la tristeza y desesperación mientras llegaba su momento, verdad? Allen Walker realmente se iba a sentir muy solo sin ella. No era como si tuvieran una relación amorosa, pero así como ella no podía vivir sin él, sabía perfectamente que él tampoco podía vivir sin ella. Además, en su ausencia se quedaría solo con su maestro Cross y eso no le agradaba mucho.

—Road—llamó el chico de sus pensamientos al llegar junto a ella.

—Allen.

Él sonrió y se recostó a su lado.

—Lindo día, ¿verdad?

—Sí…—Allen enseguida notó algo en su tono de voz que le hizo preocupar.

— ¿Pasa algo? Te escucho un poco extraña.

¿Acaso podía conocerla tan bien?

—Solo estoy un poco adormilada, es que el clima está muy agradable esta tarde.

Allen aceptó su respuesta no muy convencido.

Ambos se quedaron acostados mirando las nubes multiformas hasta que las primeras brillantes estrellas comenzaron a cubrir el vasto cielo.

Era sorprendente la manera en la que ambos podían sentirse junto al otro aún sin mediar palabra alguna.

Pero Road tenía que irse. Ya casi era la hora. Le dolía dejar a Allen, aunque fuera solo por un tiempo.

Tomó aire antes de despedirse de él.

—Tengo que irme ya Allen, mi padre me espera.

—Te veo mañana, Road.

Ella se quedó callada unos momentos, sabiendo perfectamente que no podría verlo al día siguiente. ¿Cuándo se había vuelto él alguien tan indispensable para ella?

La chica no quería dejarlo de esa manera, quería darle un poco de valor y confianza, así que se acercó a él y depósito un pequeño beso en sus labios, o mejor dicho solo un pequeño roce, pero que fue más que suficiente para que el chico se quedara sin palabras.

—Nos volveremos a ver pronto, Allen—fue lo último que Road dijo antes de irse y dejarlo solo.

Allen la miraba mientras se perdía de vista. Pasó sus dedos sobre sus labios aun sintiendo aquel pequeño contacto. Era la primera vez que lo besaba.

— ¿Qué fue eso? ¿Por qué me besó? Pero… ¿por qué sentí como si se estuviera despidiendo para siempre? Aunque ella dijo que nos volveremos a ver pronto, ¿no?

Allen estaba contento con aquél beso pero no pudo evitar que un mal presentimiento lo invadiera.

De camino a casa, se la pasó pensando en Road.

— ¿Qué significa ella para mí? ¿Por qué siempre pienso en ella? ¿eso es lo que la gente llama amor? ¿yo amo a Road? Ese beso fue tan gratificante, fue como si lo hubiera deseado desde hace tiempo.

Al llegar a casa, Allen cenó, se duchó y se recostó en su cama pensando en Road hasta que el sueño le alcanzó. Pero antes de quedarse profundamente dormido el teléfono sonó.

—Diga—dijo adormilado.

—Allen…

El sueño se esfumó de su ser y aquel mal presentimiento que tenía se hizo más fuerte al escuchar a Trisha, la madre de Road al teléfono.

—Trisha-san, ¿qué ocurre?

El pecho de Allen dolió al escuchar a Trisha.

— ¿Qué?—fue lo único que pudo decir al enterarse de las malas noticias.

Diez minutos después, Allen se encontraba frente a la casa de Road viendo cómo mucha gente llegaba aún incrédula con lo sucedido.

¿No podía ser cierto, verdad? Hacía dos horas estaba con ella, ¿y ahora esto? Todo era una horrible pesadilla de la cual despertaría pronto, ¿verdad? Tenía miedo de entrar y descubrir que todo era cierto, pero a la vez necesitaba saber si todo era solo una pesadilla.

Entró lentamente a la casa, sintiendo cómo los pies le pesaban por el dolor en su corazón. Al entrar lo vio, vio dos ataúdes y a Trisha-san llorando desconsoladamente al lado de ellos, por lo que dentro debían de estar los cuerpos de Sheryl y Road Kamelot.

Entonces, ¿era cierto? ¿Road y su padre estaban muertos? No. No era posible. No su Road.

Se quedó ahí parado por unos minutos sin poder acercarse más. No podía verla. Sin embargo, escuchaba los susurros de los presentes, un accidente en auto decían.

Sin soportarlo más, salió corriendo de ahí y se encerró en su habitación. Se lanzó a su cama y comenzó a llorar como hace mucho no hacía, específicamente desde que su padre Mana había muerto.

Lloró toda la noche, se encontraba solo y totalmente inconsolable. Al amanecer, el sueño le venció, pero poco después unas voces por la ventana lo despertaron. Era una procesión funeraria. Pudo ver los dos ataúdes por delante, justo detrás a Trisha-san y una gran cantidad de personas más. Después de todo la familia Kamelot era muy querida en la ciudad. Se dirigían al cementerio en dónde descansarían eternamente el cuerpo de Road y su padre.

Allen sintió cómo las lágrimas volvían a salir y se apartó de la ventana. Se dejó caer al suelo y ahí se quedó.

Al anochecer, notó que alguien entraba a su alcoba.

—Allen—llamó su maestro—he escuchado todo.

El chico ni siquiera lo miró. Cross Marian sabía que este suceso debía dolerle igual que la muerte de Mana ya que esos dos eran totalmente inseparables.

— ¿Por qué llorar por los muertos? Deberías llorar por los vivos. Los que aparentan estar muertos han iniciado una nueva vida, una vida que también tú puedes alcanzar—eso fue todo lo que su maestro le dijo antes de salir de la habitación.

Allen no entendió qué le quiso decir, pero su maestro sabía muchas cosas, así que esas palabras tenían un significado oculto.

Un mes había pasado y Allen solo salía de su habitación para comer y ducharse. Cross estaba demasiado frustrado por ello. ¿Cómo podía entrenarlo para lo que venía si estaba sumido en su depresión?

Esta vez abrió la puerta con un estruendoso golpe, asustando a su alumno.

— ¡Estúpido alumno! ¡Deja de llorar de una buena vez! ¡¿Crees que a Road le gusta verte así?!

El chico lo miró por primera vez en todo ese tiempo.

—Ella está viva—declaró con total seguridad.

— ¡Si eso es lo que crees entonces deja ya de lloriquear y entrena!

Marian se fue totalmente enojado de allí.

Durante ese mes Allen tenía esa sensación, la cual había ido en aumento hasta que se encontró totalmente seguro de ello. Road estaba viva, no sabía exactamente cómo, pero lo sabía.

Esa fue la primera noche que soñó con ella.