Heyo, gente hermosa~

Vengo aquí con un pequeño drabble basado en los últimos capítulos del manga y en el reencuentro de Kagura y Sougo.

Quiero agradecer a mi nakama Picatrix por ayudarme con el Summary y la Portada xD.

Espero que les guste -inserte aquí corazoncito-

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, le pertenecen al Gorila Hideaki Sorachi.


Sentimientos.

Dicen que los sentimientos cambian si se está mucho tiempo lejos de alguien, sin embargo, esto no siempre es así.

Y es que dos años habían pasado desde la última vez que se habían visto. Dos años y aquellas sensaciones persistían, aquellos sentimientos se quedaban.

Ella había crecido. Ya tenía 16, aunque la primera vez que él la había visto, parecía una pequeña niña de unos tres a cinco años. ¿La hija de esa China? Descartaba esas posibilidades, el solo pensarlo lo hacía llenarse de celos. ¿Un clon? Quizás, un clon demasiado perfecto, hasta el punto de sentir ese hormigueo en la piel que tenía cada vez que batallaba con ella… Tampoco, era imposible.

Fue entonces que se dio cuenta de que aquella niña pequeña era ella. Sí, era ella. Y haría que volviera a su estado normal a como dé lugar.

¿Las razones? Eran obvias, la extrañaba. Se notaba, aunque ella no lo quisiera ver así.

Y no es que ella no sintiera algo por él. Ella también lo extrañaba, sin embargo, no quería tenerlo cerca.

Porque ¿qué implicaba acaso tenerlo tan cerca? ¿Qué implicaba tener su cuerpo tan arraigado al de él como en las batallas que tenían antes? Simplemente no podría aguantarse. Ninguno de los dos podría.

Y fue entonces, que cuando ella recobró su cuerpo, ni la mirada se dirigían, ni las palabras se daban. Porque simplemente no había tiempo para ello.

No había tiempo para sentimientos como el amor, ni mucho menos para melosidades.

Ella silenciosa, buscaba respuestas. Estaba preocupada por Sadaharu. Quería saber por qué Gin había vuelto y su cabeza, sinceramente, no podía ser ocupada para otras cosas.

Él, un sádico como siempre. Tenía en mente derrocar el gobierno de Zurump. Mantener su puesto en la Mafia, cumplir las órdenes de Matsuraida. Pero, en cambio, él ya era un poco más adulto y no quería dejar de lado tales sensaciones que florecían en su corazón al verla.

No obstante, en cuánto él le dirigía la mirada, ella la apartaba. Sí, la apartaba. Sabía lo que pasaría si se le quedaba mirando.

Sabía que si lo miraba, si aquellos espinelas conectaran con sus ágatas, ella simplemente no podría controlarse, él tampoco.

Se desenfrenarían en besos lujuriosos y fundirían aquellas manos en sus cuerpos. Los invadiría la impudicia, los invadiría el amor y, para ser sinceros, no había tiempo para ello.

Y fue así como cada uno tomaba su camino en aquella batalla, tratando de terminarla lo más pronto posible.

Total, con solo una mirada, Sougo Okita y Kagura del Clan Yato se habían prometido jurar amor eterno luego de que todo se arreglara.