LAS TAREAS QUE NO SE DICEN

PARTE 5 – La dulce y Pervertida Venganza


Hola a todos,

Muchos querían que esto pasara, una nueva parte de la vida incestuosa de Shining Armor y Twilight Sparkle. Realmente no tenía intención de escribirla, pero la idea se me ocurrió y muchos querían ver la participación de Cadance en la historia. Puedo decir con seguridad que fue un completo acierto introducirla.

La recepción de esta historia determinará su continuación o su final. Este podría ser un final... depende de lo que digan los cloppers. Cadance, como princesa del amor tiene posibilidades infinitas para la creación de historias sexuales muy buenas.

Espero que les guste.


Deseos cumplidos, consiencias manchadas y vidas marcadas. La familia de los Sparkle jamás volvió a ser la misma. A pesar de su aparente felicidad de fotografía y de sus vidas resueltas, en sus ojos podría asomarse un crimen moral, una aberración hacia su propia sangre.

"¿En qué estaba pensando?". Su madre quiso enterrar el momento donde cayó en la debilidad y le entregó el cuerpo a su propio hijo. Night Light jamás lo dijo, pero la traición y la venganza pasaron muchas veces por su cabeza, jamás imaginó a su mujer ser capaz de semejante acción. Ideas destructivas como moler a su hijo a golpes o humillar públicamente a su esposa como 'la zorra' que era pasaron por su cabeza. Decidió mantener sus ideas en meras fantasías porque él era un cómplice, el no cumplió con su deber, el sugirió esto.

Sin embargo, dos pares de ojos celebraban esta culpa con naturalidad, la aceptaban con mucho amor y una pizca de malicia. Hermano y hermana, recordaban juntos la primera vez que sus cuerpos se llenaron de los jugos del otro y les ha gustado tanto la forma de exprimirse que empezaron a hacerlo en cualquier oportunidad. La emoción y el riesgo al estar al margen de las reglas les excitaba. Las cenas familiares siempre terminaban en un postre incestuoso; lejos de la demás familia, ocultos como delincuentes: en el baño, en una habitación vacía, incluso en un callejón.

Era su propio método de alejarse del estrés, su propia protesta de relevarse contra las buenas costumbres y lo establecido. No cabía duda del amor que expresaban uno del otro, era una manera mucho más satisfactoria de conectarse a pesar de la distancia. Sin embargo, en de su comportamiento frenético como un par de conejos en un celo perpetuo, no eran estúpidos y las consecuencias de una relación sexual podrían ser devastadores. Gracias a Celestia existían salidas, desde magia hasta pociones, así, el resultado de tales encuentros solo llegarían al orgasmo, no cobrarían forma de un potrillo.

Tal vez sus padres ignoraban su jueguito sucio, pero había otro miembro de la familia que descubrió su secreto. Nadie puede engañar a la princesa del amor, ella puede leer a la perfección el corazón de cualquier criatura en esta tierra; incluso es capaz de alterar los sentimientos que alberga el corazón a voluntad. Al principio lo creyó normal, Shining Armor amaba a su hermana, eran familia unida y feliz y tales vínculos eran tan fuertes. Pero después detectó la filia en la mente y corazón de su esposo, no le tomó mucho descifrarlos y descubrir los jueguitos sucios de aquellos hermanos.

Ese desgraciado, ese maldito hijo de… Le juró fidelidad y honestidad, y ahora resultaba que tenía una doble vida. Y no la engañaba con cualquier ponizuela, era con su misma hermana menor. Su esposo era un degenerado, deseoso por montar a su hermana en cualquier oportunidad, de aparearse con ella con la misma pasión que la montaba a ella.

Leyó a la perfección el corazón de su esposo sin que él se diera cuenta y descubrió algo poco habitual. El corazón de un infiel es débil, el amor es siempre opacado por la pasión y el deseo. El corazón de Shining Armor tenía tanto amor como pasión y en ambos el amor era tan cálido y puro cuando pensaba en ella o en su hermana. Shining Armor la seguiría amando, sin importar la dificultad o las circunstancias. Un corazón para dos yeguas… amor y pasión para ambas sin ninguna condición.

Cadance tenía el poder para hacerle la vida miserable, a los dos hermanos por igual. Su influencia y poder político llegaba incluso a Equestria. Podría desaparecerlos o mejor aún, meterlos a un calabozo donde los guardias se deleitarían con sus cuerpos sucios hasta el final de sus días. Pero los amaba a los dos, eran parte de su familia más querida. No podría dañarlos, al menos no de las maneras convencionales.

Entonces se le ocurrió un plan, uno tan descabellado como perverso y manipulador. Si realmente el amor de Shining Armor era tan grande como para ofrecer su vida, podría soportar una prueba que duraría de por vida. Amaría ese "castigo" sobre todas las cosas y le daría los mejores años de su vida. Si Shining Armor lograba sobrellevar tal prueba con dignidad, felicidad y amor, entonces aceptaría el amor filial de su esposo y lo apoyaría en todo momento, pero si fallaba, sería la perdición de Shining Armor y Twilight Sparkle.

Realmente era un plan sencillo, solo necesita un pretexto para unir a la familia y al mismo tiempo distraer a una parte de ella.


En la casa de los Sparkle solo había un individuo; Night Light, entretenido en pequeños trabajos de mantenimiento hogareño mientras su esposa estaba de visita en Ponyville para ver a su amada y exitosa hija con el objetivo de celebrar el cumpleaños del querido hijo mayor. ¿Por qué Night Light no fue invitado a tal reunión? Cosas de yeguas, además, la idea era de Cadance y quería un tiempo de calidad con su suegra y cuñada.

Alguien tocó la puerta y el maduro semental sin creer sorpresas fue a revisar quien era. Esperaba algún vendedor molesto, tal vez algún correo relevante, daba lo mismo. Dio un salto de perplejidad al abrir la puerta y encontrarse con la figura de la misma princesa del amor.

Mi Amore Cadenza, mejor conocida como Cadance. Una princesa respetada por todos y siempre tratada como heroína. Cualquier ser de menor importancia y gracia se avergonzaría de manchar la vista de tan hermosa princesa con su presencia. Pero Cadance jamás fue orgullosa, su mirada hermosa inspiraba paz y su sonrisa en ese hociquito inocente y coqueto solo inspiraban confianza.

"Mucho gusto, suegro… ¿Puedo pasar?". Cadance era la yegua perfecta, el sueño de cualquier semental heterosexual: con un pelaje rosado tan suave como una nube y un perfume natural tan parecido a rosas frescas, junto con un rostro tierno y comprensivo. Si ella quisiera podría hacer esclavo a todos los machos de su reino con solo usar sus encantos, podría hacer su voluntad a través de ellos.

Night Light no quería dejar esperando en la puerta a una princesa, la dejó pasar sin objeción. Le ofreció el mejor asiento, abrió su más fina botella de vino y le dio a escoger entre la más sabrosa fruta que tenía en ese momento, solamente para ella. Cadance aceptó todos los cuidados con una sonrisa inocente. Night Light estaba tan enfocado en complacer a su invitada que no se percató en que lentamente todas las persianas y cortinas de la casa se deslizaron para cubrir las ventanas.

Night tal vez era inocente, de vez en cuando un poco torpe como cualquier otro poni común y corriente… pero no era estúpido. Cadance no debería estar aquí, supuestamente ella estaría en una reunión con su esposa e hija en Ponyville para preparar la fiesta de su hijo. ¿Qué asuntos delicados habría que tratar? ¿Cadance tenía una queja contra él o su hijo?

Una Cadance con actitud comprensiva e inocente entró por la puerta, y tiempo se encargó de desenmascarar sus intenciones.

El mensaje inocente fue mutando a un mensaje seductor. Al principio fue sutil, luego de varios minutos lo directo y descarado ganó terreno. La cola y las piernas traseras danzaron de una manera la cual Night Light no podía ignorar. Ese cuerpo delicioso de la diosa equina del amor; sus cuartos traseros perfectos, con esa cola multicolor de tonos cristalizados… era como admirar una gema que podía experimentarse con todo el cuerpo. Esa grupa enorme y perfecta, cuando Cadance se levantaba y caminaba alrededor de la sala, era como invitación a admirarla, a perderse en el interior de ella y morir ahí, en ese calor de yegua.

"Princesa Cadance… ¿Qué está intentando hacer?". Night Light no pudo ignorarlo por siempre, era necesario conocer las verdaderas intenciones de su nuera, su poderosa y deliciosa nuera.

Cadance era la princesa del amor y como tal, ese poder podría usarlo para disfrazar el amor con lujuria y obsesión. Una esencia invisible emanaba de su mágico cuerno al primer segundo que sus cascos atravesaron la puerta. Poco a poco toda la casa se vició de un ambiente imposible de identificar al menos por la parte consiente. Night Light estaba sudando, cada minuto dentro de la sala era una carga más pesada para controlar sus impulsos. Si no fuera tan recto y perseverante, se habría lanzado sobre Cadance para saciar sus instintos sin medir su fuerza o las consecuencias. Su mente se quebraba por una sola idea: montar a Cadance, aunque ella no quisiera.

No quería llegar a eso, aunque su sangre hervía, quemaba su piel y todos sus músculos y la única cura era el cuerpo de Cadance. La princesa sonrió, podía sentir toda esa lujuria descontrolada, era una tortura para un macho difícil de soportar, un minuto más dejándolo esperar y su corazón explotaría de tanto deseo. La mente de su suegro estaba sucia por deseos sexuales, podía ver claramente sus intenciones.

Era un semental muy poderoso, lo admiró por eso. Pero ella era la princesa del amor y una princesa siempre gana.

Un simple beso obsceno fue suficiente para quebrar la voluntad del unicornio. Al sentir la lengua suave de Cadance manchar su pelaje con saliva como si de una pateta de chocolate se tratase, Night Light bramó con fuerza y se lanzó sobre la princesa. Ella lo quería, pues ya lo encontró, se comería ese delicioso platillo con el que su hijo se deleitaba cada noche. Un semental con toda la furia para el sexo, Cadance lo consideró tierno, pero la venganza le pertenecía a ella y sería exactamente como ella lo tenía en mente

Con su magia inmovilizó a Night Light, lo llevó como peluche hacia la cama de una habitación y ahí lo arrojó. Le causó gracia que Night Light al caer boca arriba a las cobijas ya tuviera la verga completamente levantada y humedecida para consumar el acto.

"Cuando te conocí, pude ver cómo me miraste una vez. No mientas que alguna vez imaginaste con tenerme, con el pretexto de cuidar a tu hijo tu serías el primero en checar la mercancía. Pero rápidamente reprimiste esos pensamientos y me viste como lo que era, una princesa poderosa e inalcanzable para ti. Te admiro por controlar incluso tus pensamientos. Pero ahora quiero algo de ti y me lo darás".

Era cierto, Night Light fantaseó con tener relaciones sexuales con una joven Cadance, quitarle la virginidad antes de que su hijo lo hiciera. Pero tan rápido como aparecieron tales fantasías, se esfumaron. Tal vez era por temor a pensar con libidinosidad con una protegida de Celestia, o que fuera mucho más recto y estoico en el pasado. Jamás se imaginó cumplirlas, ni siquiera pensar en una mínima posibilidad.

"¿Ya quieres estar adentro? Deseo concedido". Cadance se colocó sobre el vientre de Night Light, apartó la cola de su entrada y con cierto sadismo se dejó caer para que todo el miembro viril de Night Light entrara de golpe en el interior de una Cadance caliente pero aún seca. Un relincho retumbó en la habitación, como si un terremoto perturbara la rutina de todos objetos en la recamara. Dolor y placer, Night Light no podría definir el primer contacto, casi se muere de la sorpresa. El colchón se sumió por el peso de ambos, en especial por Cadance, una yegua con el doble de tamaño de una poni común. La sonrisa de Cadance confirmó su propio placer y malevolencia, mientras miraba al techo e imaginaba todos los pasos de su plan, como iba tomando forma.

El sonido de un colchón moviéndose era la clara señal del coito, Cadance era la quien decidía que tan rápido era penetrada, y que tan profundo el pene erecto de su suegro llegaría. Como princesa del amor, era una experta en destruir a un semental con puro placer. Contraía su vagina para exprimirles el placer al máximo a cualquier macho, todas sus pareces vaginales se lubricaban con abundancia para hacer el roce más sensible y delicioso, las gotas que lograban salir desprendían un almizcle adictivo, sin mencionar que si tus papilas gustativas las probaban quedarías encantado por su sabor. Pero el mayor poder de Cadance, algo que sin duda Shining admiraba y disfrutaba con locura, eran los movimientos que hacía con sus caderas. Night Light pronto lo descubriría y lo amaría tanto como su hijo.

"Esto no está pasando, es una fantasía… ¿Qué está pasando realmente? No quiero detenerme, quiero experimentarlo todo". Night Light jadeaba con tanta intensidad que su boca quedó seca. Fueron los besos tan intensos de Cadance que la humedad de sus labios y hocico regresó. Le dolían las bolas, a veces los calambres entumecían sus patas, pero no quería detenerse. Cada vez que Cadance se movía era como si el paraíso se abriera entre sus piernas y lo llevarían para siempre a un lugar donde el placer infinito era posible.

El olor de yegua en celo hizo el aire de la habitación difícil de respirar, los gemidos de ambos cómplices se combinaron para crear una melodía de lujuria desenfrenada. Cadance entonces hizo algo mucho más excitante. Sin despegarse se dio la media vuelta y se hundió todo lo que pudo. Así, Night Light deleitaría su vista con una imagen para la posteridad. Como ese enorme trasero perfecto engullía en su totalidad toda su verga, como en cada movimiento su pene se escondía en esa vulva hinchada y chorreante de sabrosos y olorosos jugos vaginales. Esas increíbles grupas, como se movían al ritmo de los empujes de Cadance, ese tamaño podría matar a cualquier semental si se atreviera a sentarse en sus caras. Morir bajo los olores de una princesa, ver por última vez esas carnosidades y poder experimentarlas con el aroma y el sabor. Incluso su sucia entrada era hermosa, jamás había visto una de las partes más privadas de una princesa. No pudo resistirse y comenzó a tocarla.

"Vamos querido suegro, estás por terminar. Hazlo ya, lo que quiero de ti es semen, todo el que me puedas dar". Cadance comenzó a gemir como potrilla recién penetrada, para llegar más allá de los sentidos externos del unicornio. Quería llegar a sus fantasías más ocultas, al instinto más primitivo sin ninguna atadura. Night Light no pudo más y en varios espasmos representó su excelente orgasmo, lanzó toda su carga fértil en el interior de Cadance. La proteína genética de Night manchó toda la vagina y el útero de una princesa, Cadance consciente de la carga fértil y su poder, se quedó lo más pegada posible a los genitales de su suegro, a veces moviéndose más para volver a mantener la excitación a flote y así el miembro de Night no decayera tan pronto, con el fin de obtener hasta la última gota posible.

Night dejó de respirar por un par de segundos, el orgasmo fue tan increíble que casi muere de un paro cardiaco.

Cadance sonrió, no por placer, sino por haber concluido una parte de su venganza. Siente en su interior como el esperma ha encontrado al objetivo y lo ha fecundado con éxito. Sin darse cuenta, Night Light ha fertilizado a su nuera.

Night Light se recostó sobre el vientre de esta hermosa y lujuriosa yegua, mientras lamía y chupaba sus tetas como si se tratase de un potrillo hambriento. Permaneció así hasta desfallecer. Una vez cumplido con el objetivo, ya no había necesidad de complacer a este aburrido semental. Lo alejó de su cuerpo y lo dejó dormir. Usó su magia para borrar cualquier rastro de la acción y desapareció de la casa. Cuando Night Light despertara y se encontrara acostado en una cama limpia y en una habitación sin olor a sexo dudaría de la veracidad de los eventos pasados. No importa lo que pasara, no podría decir lo que pasó en ese día, en especial cuando se enterara de la llegada de cierto nuevo miembro a la familia.

Cadance no tardó mucho en llegar a la reunión donde Twilight Sparke y Twilight Velvet esperaban pacientemente el pequeño retraso. Pusieron cascos a la obra para festejar al semental blanco como se debía. Cadence, en su mente, se preparaba para la segunda parte de su venganza.


El Palacio del Imperio de Cristal: una maravilla estética y arquitectónica. Su belleza es solo superada por su altura. Aquel bellísimo castillo es el hogar de los actuales principales del Imperio; la princesa Mi Amore Cadance y el capitán Shining Armor. Gracias a su mandato, el Imperio de Cristal está viviendo su nueva era de brillo, paz, libertad y nuevas experiencias.

Ambos gobiernan con rectitud, disciplina y compasión, los ha hecho merecedores del respeto y la admiración absoluta de todo el pueblo, el ejército y la guardia real, por lo que ningún mandato es cuestionado y seguido al pie de la letra. Shining Armor es influyente, pero su esposa lo es más. Entonces, si la princesa del amor quiere que en la fiesta de cumpleaños sorpresa de su amado esposo no haya ningún guardia cerca, así pasará. Es más, si quiere que los pocos sirvientes les den bebidas adulteradas a los invitados sin hacer pregunta alguna, también ocurrirá.

Shining Armor quedó maravillado y sorprendido por la fiesta sorpresa de cumpleaños en compañía de su familia y amigos queridos. Una fiesta pequeña, pero con mucho esfuerzo y amor, era agradable estar en una fiesta con tan buena vibra. Anécdotas, juegos tontos, mucho ponche y comida deliciosa, ¿Qué más podría pedir?

Después de un par de horas jugando y bebiendo, los invitados se retiraron a sus aposentos pues el sueño los atacó a todos por igual. Además, la noche ya había caído y los deberes no se suspenderían en la mañana. Cadance, Twilight y Shining Armor fueron los únicos sobrevivientes. Ellos continuaron charlando y divirtiéndose por una hora más hasta que el cansancio por fin los alcanzó. Shining Armor y Twilight irían a descansar, mientras Cadance volvería retomar algunos asuntos del reino en solitario simplemente para dejar descansar a su esposo como se debía en su día especial.

Ambos hermanos dejaron el salón y se retiraron a sus respectivos aposentos. Su camino tuvo un par de aspectos curiosos los cuales eran un aliente atractivo para inhibir la rectitud: apenas vieron a un par de guardias en todo su camino, en los pasillos y escaleras del palacio no encontraron ningún sirviente, podrían gritar y nadie escucharía porque no había nadie, ni siquiera en las habitaciones donde pasaban. Por si no fuera suficiente, Cadance, después de terminar sus labores quería relajarse en un spa, con una cita previamente solicitada, así que tardaría un par de horas más. Tenían tiempo libre de sobra.

Había un detalle que Shining sospechaba porque no cuadraba; el deseo de poseer a su hermana era mucho más fuerte de lo habitual. Su cuerpo y mente le pedían sexo, como si de un drogadicto se tratase y necesitara su dosis para mantenerse quieto y feliz. Bastante difícil de controlar y generalmente solo había alguien responsable de convertirlo en un urgido: su esposa, quien constantemente utilizaba su magia para obligar a Shining Armor a cooperar en la cama, era imposible negarse.

Pero ahora su esposa no estaba con él, solo estaba Twilight adelante. Intentó aclarar su mente sin éxito porque estaba más embobado por la grupa tierna y joven de Twilight, moviéndose al ritmo sensual de sus pasos.

Twilight lo hacía a propósito, levantaba la cola para mostrar el premio oculto entre sus nalgas de yegua dispuesta. Intoxicada por algo desconocido, deseosa por ser penetrada. Sabía de lo arriesgado de su deseo, sería una completa estupidez tener un momento intimo con el esposo de la princesa del amor en sus mismos territorios personales. Una apuesta arriesgada con mucho por perder. Pero el deseo no la dejaba en paz, quería sentir el peso de su hermano sobre su lomo mientras la penetraba con vigorosidad y le mordía suavemente la nuca para mantenerla quieta y así serle sumisa, para que así la embistiera con la furia que quisiera.

Sus pensamientos tenían una sintonía especial cuando se trataba de sexo y eso mismo derrotó sus inhibiciones. No era cortés negarle al cuerpo lo que necesitaba. Twilight derramó en la alfombra del pasillo un par de gotas con su aroma sexual, cuando Shining lo detectó fue imposible resistirse. Se aproximó a su hermana y le dio una nalgada con su casco para dejarle marca de su herradura, como una muestra de que el único dueño de ese trasero era su hermano. Ambos galoparon a la habitación más cercana para restregarse lo más pronto posible.

"Eres un potro malo, Shinny, ¿Qué diría mamá y papá al saber que te coges a su hija?". Hace años que Twilight perdió la inocencia, la influencia incestuosa de Shining Armor infectó su mente y la hizo dependiente de las sensaciones que solo Shining Amor era capaz de producir en su cuerpo.

"¿Y qué diría mi esposa al saber que tú también tienes el poder de complacerme y drenarme?".

"Definitivamente nos iremos al tártaro por esto".

Besos, caricias, mordisqueos y mucho sudor. Twilight entró a su habitación y se tumbó en la cama, abrió la piernas y mostró su parte trasera tan bañada en sus propios juegos. Shining aprovechó el nuevo banquete y con su lengua empezó a saborear, provocando gemidos mudos y muchos espasmos a su hermanita. Shining era un profesional, no les temía a los sabores ni al olor a veces tan penetrante que podría despedir una hembra, el era un adorador de toda la feminidad y por eso recibía con júbilo todas las delicias que su hermana tenía para él. La lengua entró y saboreó las cavidades vaginales, todo sabor salado su lengua lo detectó, y en consecuencia le provocó a Twilight sus primeros órganos de la noche.

Twilight se sentía en el cielo, Shining vivía su fantasía perfecta… estaban tan inmersos en su colaboración que no se percataron cuando la perilla giró y un invitado inesperado apareció.

No escucharon a tiempo los sonidos de los cascos aproximándose a ellos y cuando lo hicieron el corazón casi les explota del susto.

"¡Cadance!". Shining Armor se atragantó con su propia saliva y en intento por colocarse de pie resbaló y cayó. En su expresión podía definirse a la perfección una mala sorpresa, momentos en la vida que aparecen de improvisto y caen sobre tu mente como un balde de agua helada. La expresión de su esposa no era nada alentadora, lo miraba de una manera amenazante mientras la seriedad de su rostro le pesaba tanto como una montaña.

Twilight no pudo hacer nada más que taparse con las sábanas sucias y enrojecer su rostro como puré de tomate por la vergüenza. Quería morirse, desaparecer, que la tierra se la tragada, sufrir en el tártaro o ser enviada en ese mismo instante a una tierra inhóspita donde pasaría frio y hambre, menos aquí. Cerró los ojos y entre lágrimas pidió simplemente que todo terminara de una vez.

"Así es como le muestras amor a tu hermana. Vaya forma de hacerlo, me atrevería a decir que es poco ortodoxa". Cadance tenía a los dos a su merced, el susto fue suficiente para doblegar sus fuerzas y voluntades, ya eran sus marionetas.

"Cadance, por favor. Puedo explicarlo… solamente deja ir a Twilight. Yo tomo la responsabilidad de todo esto. Es conmigo con quien debes estar enojada". Shining Armor se levanta con torpeza, su enorme pene de macho se ocultó tan rápido debido al susto.

"No intentes protegerla, querido… Yo soy la misma princesa del amor, si alguien sabe sobre las pasiones y los errores que el corazón comete, soy yo. ¿Le quitaste la virginidad, cierto? ¿Aprovechaste su nula experiencia para cumplir tus fantasías? Sé que se han apareado tantas veces, eso puede verse a kilómetros… ambos fueron consientes, ambos accedieron, por lo tanto, la responsabilidad es mutua. Debería castigarlos a ambos, cortar toda relación con ustedes… debería mover mis influencias para mandarte a la corte marcial y así quitarte tus títulos. Pero no lo haré… en vez de una venganza, quiero una prueba. Verás… te amo y amo a Twilight, a pesar de sus actos los amo a los dos. Tú me amas y la amas a ella… preferirías sacrificarte tú que perder a ambas".

Cadance se aproximó lentamente hacia su esposo, quien no sabía como reaccionar, las palabras solamente lo confundieron. Ya no sabía que esperar de su esposa, cientos de posibilidades se formularon en su cabeza, la mayoría con desenlaces dolorosos. Cualquier pensamiento fue cortado de golpe cuando los húmedos y sensuales labios de Cadance se unieron con sus labios impregnados de los jugos de Twilight.

"Con que así es el sabor de Twilight". Cadance acarició con la lengua las mejillas manchadas de su esposo, por dentro y por fuera. Saboreaba y disfrutaba cualquier residuo de los fluidos de Twilight. Shining Armor, sin menores posibilidades de resistirse o argumentar algo, simplemente se dejó llevar.

La magia se apropió de las sábanas y las arrojó con violencia al rincón de la habitación. Twilight se aterró al sentirse expuesta y su primer impulso fue teletransportarse. Esperaba ver la decepción y condena en los ojos de Cadance frente a ella, pero lo que pasó en realidad la sorprendió. Era Cadance, estaba besando con toda la pasión del mundo a su esposo, como si nada de los eventos anteriores importara, como si Cadance quisiera afirmar a todos los testigos su lugar en esta relación y su poder sobre ella. Shining Armor se rindió fácilmente, Twilight jamás podría competir con las habilidades de la princesa del amor.

La situación comenzó a tornarse mucho más extraña, arriesgada y perversa cuando Cadance hizo levitar el cuerpo de su esposo para mandarlo hacia la cama.

"Si la amas a ella, bésala también". ¿Acaso Twilight y Shining Armor escucharon bien? ¿Realmente Cadance estaba aceptando su relación, es más, quería verlo? Podrían escapar, alejarse de todo este festín de sucesos anormales e intentar olvidar, pero Cadance lo tenía todo controlado; era imposible teletransportarse, Twilight lo intentó varias veces, había algo en la habitación bloqueando su capacidad. Tampoco era posible escapar galopando, Cadance no les quitaba el ojo de encima.

La habitación volvió a llenarse de esa esencia afrodisiaca, la obra de Cadance especializada en doblegar voluntades y aumentar el deseo. El calor creció en el vientre de Twilight, los deseos de los dos por volver a hacerlo regresaron con la misma potencia de siempre.

Los labios de los hermanos se juntaron, mientras Shining Armor permanecía acostado boca arriba, su hermana se dirigió a su cabeza y lo besó como si no hubiera público. Sus respiraciones aumentaron, los suspiros se convirtieron en la prueba de sus largos besos que muchas veces los dejaba sin aire. Su deseo mutuo y la felicidad por juntar sus lenguas los llevaron al edén. Mientras tanto, Cadance observaba y sonreía, complacida por el espectáculo. Jamás había sido testigo de un acto incestuoso, y mucho menos que los protagonistas de tal encuentro fuera su familia más cercana. Podía sentir la pasión y alegría de tal encuentro, se divertía y excitaba con ella.

Cadance no quiso quedarse fuera de la fiesta y comenzó a estimularse, ver a su esposo mostrar la misma pasión en la cama con otra yegua fue una satisfacción inesperada. Ahora sería una cómplice de un suceso que solo se quedaba en el deseo oculto de una infinidad de creaturas. En sus años como princesa, conocedora de uno de los sentimientos más complejos de la tierra, pudo comprender los anhelos de un deseo sexual sobre un familiar; madres con hijos, hermanos con padres… posibles parejas que jamás pasarían. El tabú y el miedo al rechazo era más fuerte que su deseo, nadie estaría dispuesto al castigo de la exclusión. Muchas veces era perversión, en muy pocas ocasiones había amor de por medio. Y ahora, Shining Armor y Twilight Sparkle, hermanos de sangre, olvidaban su relación sanguínea para tratarse como iguales, para compartir su sexualidad como cualquier otra creatura. Se amaban y nadie podría negar o cambiar eso.

Satisfecha por su confirmación, su plan estaba dando frutos. Podría salir y dejar a la pareja de hermanos consumar el acto y esperar un final que ya había previsto. Pero necesitaba verlo, quiso grabar en su memoria el momento clave de su venganza, quería ver las caras satisfechas de Shining Armor y Twilight Sparkle. Además, era una experiencia gratificante verlos, como se revolcaban como perros callejeros.

Era su momento de placer, el balde de agua fría llegaría después. ¿Por qué no disfrutar? Cadance separó por un momento a la pareja de hermanos y volvió a besar a su esposo de nuevo.

"Tienes a dos yeguas para ti… mi amado unicornio blanco. Una es tu fiel esposa y la otra es tu pequeña hermana. Mereces ser complacido por ambas".

Shining Armor nunca fue más feliz, su esposa aceptaba su amor filial con Twilight y estaba deseosa por colaborar. Se recostó por un momento, mientras la enorme verga que ambas yeguas habían probado se mostró con una dureza poderosa. Cadance empezó a lamer la punta, luego comenzó a succionarla, para luego hacer un truco de magia, tragarse toda a enormidad de Shining Armor. En la garganta se vio el rastro de la virilidad de Shining Armor, era una proeza que el glande llegara tan profundo en una garganta, pero la princesa era una experta. Cadance no pudo evitar derramar algunas lagrimas y quedarse sin aire por unos instantes.

Shining amaba ese truco, con su esposa tenía la completa libertad de ser rudo y salvaje, así que cada vez que tenía la oportunidad la montaba por el hocico. Como si de una poni barata se tratase, sin ninguna pizca de compasión, Shining Armor metía todo su pene de golpe hasta que sus testículos chocaran con la barbilla de Cadance y ella no pudiera respirar nada más que el almizcle en la entrepierna de su esposo. Todo el semen se lo tragaba y ninguna gota de la evidencia quedaba. A veces la fuerza del chorro era tanta que Cadance no podía consumirlo todo de golpe, se atragantaba y expulsaba un poco por la nariz. Era una de las pocas maneras de permitirle a Shining mostrar su dominio, Cadance era casi siempre la dominante en la cama.

En este momento, Cadance solo estaba estimulando lo suficiente para preparar a este enorme y vigoroso pene equino. Twilight se unió a la fiesta y colocó sus cuatros traseros sobre el rostro de su hermano, para que jugara con su clítoris y así ambos tener algo de Shining Armor.

Los gemidos de ambos hermanos y de Cadance se combinaron para formar una sinfonía degenerada y perversa. Twilight llegó al orgasmo y roció todos sus cálidos fluidos en la totalidad del rostro de su hermano, a Shining le gustó tanto ser manchado por los jugos de su hermana y al mismo tiempo ser succionado por su esposa que estaba a punto de llegar al orgasmo. Cadance lo detectó y dejó de estimularlo.

"Quiero ver como montas a tu hermana. Por favor, concede ese deseo. Pero hazlo con dureza, quiero que le duela".

"Como lo ordene, su majestad".

Twilight escuchó las palabras de la princesa y el temor recorrió sus cascos hasta sus piernas. Su hermano era enorme, la superaba en altura, peso y fuerza bruta. Su pequeña vagina aún no era apta para ser tratada con rudeza. Quiso protestar cuando Cadance y Shining Armor la colocaron en posición, sujetando su cola para exponer sus dos agujeros expuestos. Shining Armor subió parte de su peso en el lomo de su hermanita, quien temblaba por la furia de un semental borracho de sexo. Cadance sonreía con cierta malicia, le satisfacía el agobio de Twilight, como sus patas traseras le vibraban mientras algunas lágrimas por un próximo dolor se asomaban por el rostro. La alicornio tomó con uno de sus cascos el enorme pene del unicornio blanco y lo dirigió a la entrada de su hermana. Entre la protesta de Twilight, el aliento de Cadance y la calentura de Shining, el contacto sucedió.

El relincho placentero y resoplidos de un semental se escucharon, seguido de una risa satisfactoria de una princesa para terminar con un gemido doloroso de una unicornio color lavanda. La envestida fue tan fuerte que Twilight no pudo evitar arquear la espalda como un reflejo para suprimir la fricción al mínimo. Era la primera vez que su hermano la montaba con brusquedad salvaje y egoísta.

"Por favor, así no. Me duele". Twilight comenzó a llorar mientras relinchos de malestar emanaban de su hocico con cada embestida de su hermano, jamás la había penetrado tan fuerte, nunca había llegado tan lejos de golpe. Quería zafarse, pero Shining le sujetó el cuello con uno de sus cascos. Resoplidos, gemidos y alguna que otra risita por parte de Cadance. Twilight poco a poco hizo a un lado el dolor para encontrar placer en la furia de Shining Armor.

"Vamos, es tu hermano. ¿Acaso no querías esto? Aguanta un poco más". Cadance le besaba las mejillas y la frente a Twilight Sparkle, con la intención de calmarla.

Los movimientos de Shining Armor no solo movían a su hermana, agitaban la cama entera. Resoplidos rítmicos de un macho cegado por el placer sexual, mientras intentaba llegar hasta lo más profundo posible de una yegua que gemía entre el dolor y el placer.

Twilight apenas si era capaz de soportar las embestidas de su hermano sin desmayarse. Su cuerpo no tardó en rendirse y dejar de luchar, estaba aturdido por el placer y el dolor. Sus diminutos gemidos con sonidos tenues y largos calentaban más a un Shining Armor repleto por placer y morbo.

Shining miraba la sonrisa de su esposa mientras ella intentaba peinar la alborotada melena de la joven Twilight Sparkle quien a veces recuperaba ciertas fuerzas y volteaba a mirarlos a los dos. La vista trasera era increíble, de eso no cabía la menor duda. Vería las patas traseras de su hermano demasiado cerca de las suyas y con cada arremetida contra su trasero sus músculos sentían la perturbación, parecían perturbarse con ondas de choque. Dentro de sus nalgas el contacto la quemaba, se sentía tan llena que a veces el vientre le dolía. Su cuerpo hacía todo lo posible por repeler el ataque de un macho insaciable, lubricándose hasta los límites y expandiendo su vagina lo más que podía.

El unicornio blanco dejó de ser el mismo por un par de minutos, su mente y su espíritu se enfocaron en un solo sentimiento: montar. Estaba a punto de terminar, lo delataban los movimientos más rápidos del coito, su respiración más agitada y su vista más perdida. Cadance vio el momento oportuno, iluminó su cuerpo y con suavidad lo restregó en el vientre de su cuñada. Ambos hermanos estaban tan perdidos en el apareamiento que no se percataron de los movimientos de Cadance, ella estaba forzando la ovulación de Twilight, obligaba a su cuerpo ser fértil de nuevo y como Twilight había tenido varios orgasmos la ejecución y éxito del hechizo fue bastante fácil.

"Vamos, eyacula dentro de ella. Sé que lo deseas". Cadance con un beso en hocico babeante de Shining Armor sentenció a la pareja de hermanos para siempre. El contacto con los labios de su esposa aceleró el clímax a un punto sin retorno.

Un gemido como de un toro salió de Shining Armor seguido de un temblor en todo su cuerpo. Bien pegada a su hermana, con su miembro llegando a los límites de la vagina, el chorro de esperma salió con toda potencia al útero de Twilight Sparkle, inundando con su caldo de esperma cualquier rincón.

Twilight sintió su vientre inflamarse un poco y no pudo evitar relinchar, para después derrumbarse rendida ante el placer y peso de su hermano. las cobijas se mancharon con lubricante de Twilight y semen de Shining Armor que ya no cabían en el interior. Ambos hermanos cayeron abrazados, completamente exhaustos.

Cadance sonrió, dentro de su cabeza había satisfacción y victoria. Lo consiguió, había completado su venganza, una satisfacción por los eventos ocurridos la hizo reír, para luego acariciar su propio vientre. Algo dentro de ella se estaba gestando, el vientre de Twilight tendría el mismo destino.

Shining Armor y Twilight quedaron dormidos, Shining abrazando a su hermana. Cadance se colocó detrás de Shining, lo abrazó y se quedó dormida, siendo la única completamente consiente de lo que había pasado.

"Ahora te toca a ti, Shining Armor".

Los días posteriores se descubrieron grandes revelaciones. La princesa Cadance estaba embarazada, el Imperio de Cristal pronto tendría a un nuevo miembro en la familia real. Por si no fuera suficiente, Twilight le contó a su hermano una noticia que los dejó helados y cambió por completo la visión que tenían del mundo, les afectaría las vidas para siempre. Ella también estaba embarazada. Ambos hijos, de diferente yegua, solo había un responsable y era él. Jamás esperó un resultado tan aterrador como este, su futuro nunca había sido tan difuso y tormentoso. Pero aún había una salvación, el embarazo aún era reversible, podría cancelarse. Cadance entonces convenientemente se enteró y se los prohibió. Ella quería a su hijo y también quería conocer al futuro hijo de Twilight, producto del incesto, de una noche de placer que resultó ser una pésima decisión.

"Todos estamos en esto, pero si nos apoyamos saldremos adelante… juntos". Cadance pudo convencer a Twilight y a Shining Armor de continuar, porque Cadance autorizaba su amor y los apoyaría en todo momento.

Un hijo, un deseo bastante irreal que Twilight había tenido desde el descubrimiento de aquella noche donde vio a su hermano tener sexo con su madre… se estaba convirtiendo en realidad. independientemente de lo que dirían sus padres, sus amigas o la princesa del sol, ella tenía ilusión por un futuro mejor. Si esta era una prueba, la afrontaría con valor y mucho cariño.

Shining tardó en asimilarlo, pero por fin comprendió. Amaba a Cadance y amaba a Twilight. Sabía de las consecuencias y las afrontará con la frente en alto. Amaría a su familia y la defendería sin importar nada. Si Cadance lo apoyaba, él con todo gusto sería el padre de aquellos dos nuevos potrillos, llenarían su vida con felicidad y nuevos retos. Claro que jamás dirían que el hijo de Twilight era producto del incesto o que el hijo de Cadance era el resultado del adulterio. Secretos que a todos les convenía tener debajo de las sábanas para no llenar a la familia de más problemas. Además, ser el semental de dos yeguas tenía sus recompensas, como noches de sexo con nuevas posibilidades y experiencias. Solo el tiempo dirá el destino de la familia Sparkle.


Fin...?