LAS TAREAS QUE NO SE DICEN

PARTE 1: Idea Morbosa.


NOTA 1: Es historia se enfoca principalmente en relaciones incestuosas entre la familia de Twilight Sparkle. Tendrá descripciones explicitas y situaciones moralmente cuestionables, para que lo tengas en cuenta por si quieres leerlo.

NOTA 2: Hace tiempo quería hacer un clopfic así, pero no encontraba alguna idea más o menos interesante para hacerlo. Pero la idea me llegó de un reportaje hecho por la revista VICE sobre el tema del incesto. Ahí se relataba que un chico en Reddit compartió su experiencia incestuosa con su madre cuando este se accidentó y quedó enyesado de los brazos, como era joven y el tema del sexo inundaba su cabeza, su madre ofreció ayudarlo con masturbarse hasta ser penetrada vaginalmente por su hijo. Su padre lo sabía y no hizo nada, aunque nadie tocaba el tema, solo se hacía. Usé esta anécdota para hacer este clopfic, aquí mucho más fantasioso y dejando pasar muchas cosas para enfocarme principalmente en el sexo. La publicación de Reddit fue borrada y no puedo asegurar la autenticidad del relato.

NOTA 3: Por motivos prácticos omití a Spike, y a Cadance estará de forma limitada.

Sin más que decirles, disfruten el primer capítulo.


La familia de Twilight Sparkle, mejor conocida en todo Canterlot como "La Perfecta Familia Sparkle". A los ojos de los habitantes de la capital de Equestria es el modelo perfecto de familia feliz y exitosa. Hijos pertenecientes a la realeza, un matrimonio tan sano y dulce como una fruta milenaria. A pesar de que se ha ganado el odio de muchos por parecer tan presumidos y perfectos a la vista del mundo, la mayoría los envidian; quisieran pertenecer a su reducido circulo, añoran tener a unos hijos tan hermosos y exitosos como Shining Armor o Twilight Sparkle.

Morbosos, chismosos y paparazis irrumpen constantemente en sus vidas, sin embargo, no les han sacado información alguna que resulté escandalosa o que pueda romper esa fachada de familia ideal.

Como si no hubieran pasado por ningún momento difícil, como si nunca se enojaran con los suyos en algún momento de su existencia como la mayoría de los ponis. Pero es un hecho que dentro de las paredes de su casa han pasado tantos sucesos, algunos tan extraños como escandalosos que incluso hasta el reportero más amarillista no lo creería…

"¡Nos vemos, ma'!" … las últimas palabras de Shining Armor antes de marcharse de la casa en aquella tarde normal.

Una semana de entrenamiento militar en un campamento, cero lujos y mucha actividad física. Naturaleza, ingenio y fuerza, elementos necesarios en la formación de los nuevos elementos de la guardia real. La rutina era siempre la misma: Shining Armor se despedía de su familia y durante una semana estaba ausente en la casa. Regresaba como como lo dictaba el patrón, puede que a veces enojado o molesto, pero siempre sano y salvo.

Shining era un potro muy capaz y audaz, aunque a veces era algo torpe, nada preocupante. Los superiores solían regañarlo porque acostumbraba a perderse en sus fantasías. De todas formas, era el cadete más capaz de la clase, su futuro en la guardia real era prometedor. Con esa expectativa y con la confianza de sus padres hacia él, nada podría salir mal.

Dos días después, Shining regresó a la casa de sorpresa antes de lo previsto y en una condición que casi hace desmayar a Velvet Sparkle, su madre.

Moretones en el rostro, algunas cortadas en la piel, el cuerno vendado… heridas de potro pequeño, nada graves, al menos si le mirabas el rostro. Pero debajo del cuello la situación cambiaba bastante. Sus patas delanteras, patas gruesas de semental en desarrollo con ese hermoso pelaje blanco y suave se encontraban cubiertas por yeso opaco, completamente inmovilizadas.

Una expresión decepcionada que combatía con unas muecas de dolor, Shining sufrió un accidente aparatoso para el infortunio de la familia. Los guardias que escoltaron y transportaron a Shining del hospital a la casa pasaron por un momento incómodo al sentirse agredidos por el interrogatorio hostil de los padres, no les quedó otra más que aguantarse.

Tal vez estaban exagerando, pero era la primera vez que veían a su primer hijo en ese estado y recibir tal sorpresa en frente de la puerta y sin ni siquiera recibir una llamada del hospital, puede ser molesto, por no decir hasta insultante.

El campamento, en una prueba de trabajo en equipo y resistencia física, Shining Armor debía subir por una ladera muy empinada con la ayuda de sus dos compañeros. Mientras el unicornio subía por la pendiente, el resto de su equipo debía ayudarlo con varias cuerdas a no caer. Se suponía que todo debía estar bien, se tenía todo el equipo de seguridad adecuado, aunque no el equipo de ponis ideal. Sus compañeros no ataron lo suficientemente bien las cuerdas y en un movimiento brusco estas cedieron… Shining cayó al fondo. Gracias al casco Shining no sufrió un daño severo, aunque cayera de hocico… pero el impacto hizo que sus patas delanteras sufrieran toda la fuerza. Rápidamente fue llevado a un hospital donde lo valoraron. Un par de días después lo enviaron a su casa.

Un accidente desafortunado, aunque nada que pueda lamentarse permanentemente. A pesar del dolor de las primeras horas, Shining lo que más le preocupaba más era saber de su futura perdida: de horas libres, de fiestas, todas las bondades que solo les sonríen a los ponis que pueden moverse y valerse por sí mismos.

"Esto apesta" –Después de una semana, Shining Armor refunfuñaba su mala suerte.

Los primeros días fueron agradables; el mimo de sus padres con todos los cuidados posibles, su hermana con su hermosa voz que le contaba historias épicas de caballos héroes y damiselas en apuros, el privilegio de no hacer nada y dejar a un lado las responsabilidades. Pero Shining tiene un alma imperativa, su actitud es competitiva y desafiante, un potro de esas características si está encerrado tarde o temprano se volverá loco. La sofocación y el hartazgo llegó después de la primera semana, la habitación se transformó en una cárcel y los cuidados de sus padres en molestias humillantes porque lo hacían sentir como un bebé.

Forzado a leer los mismos comics de su colección, a no poder ir ni siquiera al baño por su propia cuenta, pronto se sumió en un humor y desilusión preocupante para sus padres. Y por si el panorama se veía complicado la edad de Shining obligaba que al no poder hacer nada solo pensara en una idea: sexo.

Un semental joven y seguramente bastante fértil, cuando ingresó a la academia para volverse un guardia real las yeguas le llegaron por montones y Shining como macho oportunista sacó partido. Pero ahora… gracias a su actual condición era imposible divertirse de esa manera. Con su cuerno incapaz de hacer magia y sus patas delanteras tiesas, no podía masturbarse y rápidamente ese deseo tan básico se acumuló, carcomiéndolo por dentro.

Sus padres lo notaron, esa frustración que se notaba en la mirada y en la energía que emanaba. Sin dirigir correctamente su deseo, Shining comenzó a imaginar sus fantasías ideales, donde tenía un ejército de yeguas solo para él… o donde por fin salía de su prisión y corría libremente por las praderas, solo para montar a la primera fémina que se encontrara.

El deseo crecía y la acumulación de tal deseo con la frustración se convirtió en perversión. Shining empezó a mirar de manera diferente a su hermana, varios años menor que él. Twilight apenas entraba por esos cambios a la madurez. La grupa de su hermana crecía, así como el deseo de Shining de contemplarla, de tocarla y olerla. Afortunadamente, Twilight era poco perceptiva en ese ámbito y no sospechó. La que si se dio cuenta fue Twilight Velvet, sentía como Shining la devoraba con la mirada, como enfocaba sus ojos a sus flancos maduros y desarrollados. La hacía sentir incómoda por un lado, confundida por el otro. Además, veía con peligro esa hambre insaciable, y sin importar que Shining mirara lascivamente a su hermana menor la preocupaba más…

La inquietud de Twilight Velvet era evidente y en una noche en la cama con su esposo, antes de dormir le expresó su pensar.

"Hay un problema con Shining del que quiero hablarte…". Twilight Velvet, aprovechando el poco tiempo libre de su esposo antes de dormir. El unicornio morado la miró con cierto aire molesto, aunque sin protestar.

"¿Sí?". Night intentaba no sonar cortante, lo que deseaba era dormir, no pelear.

"Tenemos que hacer algo con Shining, su actitud comienza a preocuparme. Últimamente he visto como me mira a mí… y a la pequeña Twilight, como si quisiera montarnos".

"¿Qué, en serio?" Su esposo no parecía tomarla en serio.

"Si… ¿Qué podemos hacer para que dejé de hacer eso? Yo entiendo que es un poni joven. A esa edad pues tiene las hormonas al máximo... y no puede masturbarse. Su cuerno no sirve y sus patas tampoco… no por ahora". Velvet lo dijo con naturalidad, se sorprendió a sí misma no sentir vergüenza al decirlo.

"¿Y qué podemos hacer? A menos que le consigamos una prostituta… si eso es lo que insinúas".

"¿Estás loco? ¿Qué dirán los vecinos? Twilight es alumna de la misma princesa Celestia, no quiero imaginarme lo que la princesa pensará de nosotros si hacemos esto".

"Pues si tanto te molesta pues podemos hacerle un hechizo adormecedor… o como tú dices que últimamente no tenemos sexo, pues ayúdale tú".

La discusión se extendió por un par de minutos para que al final no se llegara a una solución satisfactoria. Twilight Velvet permaneció acostada en su cama, mirando a la pared porque no quería ver a su esposo. Estaba molesta, la actitud de su esposo últimamente era poco útil y las palabras que le dijo fueron de muy mal gusto. Aunque, cuando Shining la miró no pudo admitir completamente que le molestó. Esa sensación de ser deseable para un semental tocó las fibras de su ego, le hizo recordar que no era una yegua vieja y que aún su belleza era merecedora de adulación y cortejo. Tal vez lo dijo de broma, tal vez lo dijo de manera sarcástica, puede que su sentido del humor fuera bastante especial, pero Night Light le dio a su esposa una solución interesante y la idea permaneció.

Night Light era un semental responsable y amoroso, pero estas últimas semanas, el estrés por el trabajo excesivo sumando con el tiempo extra invertido al cuidar a su hijo lo dejaban seco, al finalizar el día lo único que quería era dormir y dormir más, así que Velvet no podía contar con él.

Sin una buena comunicación ni sexo, la vida de pareja simplemente se había quedado atorada en una zanja. Velvet tampoco podía hacer mucho por ella ahora, le aterraba más que Shining cometiera una estupidez. El tema de una prostituta en la casa le provocaba escozor, simplemente era impensable, por el "que dirán" hasta por la seguridad de la misma familia, no era la primera vez que escuchaba que muchas prostitutas robaban o dejaban todo listo para que una banda de maleantes entrara a la casa con toda facilidad.

Por un par de días, Velvet siguió pensando en las palabras de su esposo… tan directo, tan cruel, tan ridículo y al mismo tiempo tan lógico. Seguía sintiendo la mirada de Shining, miraba de reojo las señas de su hijo, como se mordía los labios a disfrutar la vista, a veces susurrando obscenidades imperceptibles. Realmente Shining la consideraba una yegua deseable, con alguien que podría acostarse por su belleza, por su energía. Solo había un pequeño problema; el tema familiar, el solo hecho de pensarlo era una aberración, moral y biológica… pero no iba a tener un hijo con él, solo sería un encuentro y no habría nada de fertilización. Todo se quedaría en silencio… a menos que Shining se atreviera a difundirlo, pero eso era algo que no le convendría a nadie, ni siquiera a él. Tantas posibilidades negativas como positivas, caminos donde el dolor y el arrepentimiento terminarían con sus vidas y otros donde todo fluiría como si nada hubiese pasado… donde Shining la rechazaría y la odie por intentarlo o donde la recrimine por no hacerlo. La idea creció tanto en ella que simplemente dejó de pensarlo y decidió actuar.


Fin de la parte 1

El próximo capítulo si tendrá mucho sexo.