¡Hola a todos! Aquí estoy con una historia NaruHina, mi primer fic de esta pareja, espero que les guste este AU.

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de su respectivo autor.


El Ramen del Amor.

Capítulo 1: El Inicio.

Hinata Hyuga era una chica muy hermosa, a sus 21 años, había crecido para convertirse en una belleza exótica, con su tez blanca y sus bellos ojos perla le daban el nombre de la princesa Hyuga. Hija de uno de los hombres más ricos de Konoha, la chica creció rodeada de muchas riquezas, todo lo que ella deseara lo podría tener, ha sido así desde que tiene memoria y, aun así, esa no era la vida que ella quería.

Al pertenecer a una de las familias más importantes de Konoha, se esperaba mucho de ella, se esperaba que llevara el apellido Hyuga en alto y con honor y para alguien tan tímida y de buen corazón como Hinata era algo muy difícil.

- Hinata, escuche que Toneri vendrá a la mansión para conocerte – dijo TenTen, la castaña era la sirvienta personal de Hinata, la chica ha estado con ella desde que eran niñas y por eso, para la ojiperla, ella era su mejor amiga.

- Sí, padre lo invito a la fiesta de esta noche, creo que quiere formar una alianza con él y su familia – respondió Hinata.

- Escuche que es un hombre muy apuesto y muy inteligente, heredero de la fortuna Otsutsuki, es un hombre muy rico – dijo la castaña levantando las cejas.

- Tal vez así sea, pero no quiero nada que ver con él – dijo Hinata.

Hinata no conocía muy bien al Otsutsuki, pero lo poco que conocía era suficiente para saber que el muchacho era una persona nociva y un mujeriego sin descaro. Era la típica persona que Hinata evitaba en todo momento.

- ¿Hinata-sama? – una voz masculina se escuchó en la puerta de Hinata, voz que ella conocía muy bien.

- ¡Puedes entrar Neji-nisan! – dijo Hinata.

Un hombre de cabello castaño con ojos de color perla, un poco más oscuros que los de la chica, entro a la habitación con una leve reverencia en señal de respeto.

- Hiashi-sama la espera en su oficina, quiere hablar de algo importante contigo – le dijo el muchacho.

- Iré enseguida – informó Hinata.


Hiashi Hyuga era un hombre muy serio, luego de la muerte de su esposa, la madre de Hinata, la cabeza de la familia Hyuga se dedicó a su empresa, siempre trabajando para salir adelante con la compañía, debido a esto, su relación con sus dos hijas no era tan fuerte. En especial con Hinata, que, al ser la mayor, esperaban que se casaran con un hombre capaz de dirigir la compañía una vez él se retire., por eso Toneri Otsutsuki estaba ahí.

- ¿Padre, me buscabas? – preguntó una tímida Hinata.

El hombre le pidió que entrara a la oficina, orden que la chica obedeció sin protesta, al entrar en la habitación, descubrió que su padre era acompañado por el hombre de cabello blanco.

- ¡Otsutsuki-Sama! Mis disculpas, no sabía que tenía una reunión con mi padre – dijo Hinata.

- No se preocupe Hinata-san, en realidad estoy aquí por usted – dijo el hombre con una sonrisa.

Toneri Otsutsuki era un hombre apuesto de 32 años, su cabello blanco y sus ojos verde marino lo hacían muy apuesto y él lo sabía muy bien ya que gracias a esos atributos lograba conquistar a cualquier mujer de Konoha.

- El señor Otsutsuki está aquí para pedir tu mano en matrimonio – dijo Hiashi en tono serio, lo que significaba que hablaba en serio.

- Ma-matri... monio – Hinata no podía creer lo que su padre le decía.

- Exacto, y he decidido que vas a aceptar esta propuesta, ya eres una mujer, estas en la perfecta edad para casarte y tener hijos, y Otsutsuki es uno de los mejores empresarios de Konoha y será un gran sucesor ya que no puedo heredar mi compañía a una mujer – dijo el Hyuga mayor.

- Pe-pero ¿qué hay de Neji-ni? – preguntó Hinata.

- No seas ridícula, el hijo ilegitimo de mi hermano no puede heredar la compañía – las palabras de Hiashi estaban llenas de odio ante la mención de Neji.

Neji Hyuga era el hijo ilegitimo de Hizashi Hyuga, el hermano gemelo de Hiashi, concebido fuera del matrimonio, Neji no era considerado como el sucesor legitimo del legado Hyuga, aun si este era el único varón de la nueva generación.

- Lo sien-to Padre, Otsutsuki-sama, pero no puedo casarme, no lo conozco y no lo amo, no sería justo para nadie – dijo la chica.

- Otsutsuki-san, ¿me permite un momento con mi hija? – pidió Hiashi levantándose de su escritorio.

Toneri se retiró con una leve reverencia dejando solos a padre e hija, Hinata sabía que su padre estaba molesto con ella, siempre lo estaba.

"¡BAM!"

Hinata estaba sorprendida, sus ojos se llenaban de lágrimas mientras que posaba su mano izquierda en su mejilla. Hiashi acaba de abofetearla en el rostro, algo que nunca había hecho en su vida.

- ¡TE CASARAS CON ÉL, LO AMES O NO! – gritó el hombre furioso con lo que su hija le había dicho anteriormente.

- Escúchame bien Hinata, eres una carga y ya estoy harto de que me deshonres con tu comportamiento, una vez que te cases te largaras de esta casa y cumplirás el papel de esposa, y darás los varones necesarios para que esta compañía se quede en la familia, no me interesa como lo logres, lo harás, ¡ESTA CLARO! – las palabras de Hiashi eran como cuchillas que se clavaban en su corazón, no podía creer lo que su padre le decía.

- ¡Contesta Hinata! – la chica solo asintió para luego salir corriendo de la habitación hacia la suya.


Cuando Hinata entro a su habitación no podía parar de llorar, el dolor en su mejilla había sido olvidado pero el dolor de su corazón aún era fuerte.

Viendo su reflejo en el espejo se dio cuenta que la imagen que veía no le gustaba para nada, no quería seguir siendo la niña débil que aceptaba todo lo que su padre le decía, esta vez no, si Hiashi ya no la quería en la casa, pues eso era lo que iba a tener.

Decidida, Hinata tomó unas tijeras y se metió en el baño de su habitación, tomo las tijeras y se las llevó a su cabello deteniéndose antes de cortar el primer mechón, su cabello era largo y muy hermoso, se lo había dejado crecer cuando vio una vieja foto de su madre en donde ella llevaba el cabello igual, eran igual a ella y tener el cabello largo era lo único que la hacía sentir que su madre estaba con ella.

"Snip" el cabello cortado caía en el lavado del baño, Hinata cortaba su cabello hasta que quedo lo más corto posible, de esta forma tal vez no la reconocería nadie.

Hinata estaba lista, iba irse de la prisión que era su casa, con una mochila llena con lo necesario la chica se preparó para irse dejando atrás una carta que explicaba la razón por la que se iba para siempre, así que a media noche salió de su casa por la ventana de su cuarto y salto el muro que rodeaba su casa con la ayuda de un árbol de naranjas que se encontraba en su jardín, por fin Hinata era libre.


- ¡Una orden de Miso Ramen en camino!

Naruto Namikaze era el dueño de Ichiraku, un puesto de Ramen muy famoso en el distrito comercial de los barrios de Konoha, el lugar tenía fama por ser el lugar con el mejor ramen del lugar y desde que el rubio se hizo cargo, esa fama solo se hacía más grande.

- ¡Naruto-ni! Dos órdenes de ramen picante para llevar – la voz de un adolescente de cabello castaño se escuchó del otro lado de la cocina.

Naruto era el cocinero/dueño del restaurante y le era difícil tomar las ordenes de los clientes, por suerte contaba con la ayuda de su pequeño primo Konohamaru que estaba de vacaciones por el momento, así que el joven le ayudaba con las órdenes.

Hoy era viernes de quincena y era la hora pico, lo que significaba que todos los trabajadores de la ciudad salían de sus trabajos para ir a casa, y todos estaban hambrientos, era a esta hora en la que Naruto y su amigo Choji, quien era dueño del restaurante de BBQ que estaba a dos cuadras, hacía su dinero del mes, era un completo caos.

- ¡Oi! ¡Naruto! – el rubio salió de la cocina al escuchar cuando su mejor amigo Sasuke lo llamaba.

Sasuke era oficial de policía, el oficial más apuesto del distrito comercial, Sasuke era alto de cabello negro, de buen cuerpo y rostro seductor, el hombre era uno de los más deseados, lamentablemente para las chicas, el hombre estaba casado y amaba mucho a su esposa.

- ¡Sasuke! Hermano, tu orden estará lista dentro de poco – le dijo Naruto.

El azabache asintió para luego tomar asiento en una de las bancas del restaurante mientras esperaba por su orden. Lugo de unos minutos, Naruto salió con el pedido de su amigo.

- ¿Cómo esta Sakura? – preguntó.

- Ella está bien, tu abuela es un poco exigente, pero Sakura disfruta aprender de ella – dijo el oficial.

- Sí, la abuela Tsunade puede ser un poco brusca con sus enseñanzas, recuerdo como me molía a golpes cuando me equivocaba en plantar las hierbas que necesitaba – dijo el rubio mientras se rascaba la nuca y reía ante el recuerdo de su abuela.

- El problema es que Sakura llega muy cansada a casa y ya casi no tenemos tiempo para nosotros, se suponía que íbamos a intentar a tener hijos y aún no hemos podido...

- ¿Concebir? – preguntó Naruto.

- ... comenzar – dijo un deprimido Sasuke.

- Lo lamento hermano, eso es terrible – le dijo Naruto suprimiendo la risa que tenía al escuchar lo que le pasaba a su mejor amigo.

- No es gracioso Naruto, cuando te cases entenderás lo que estoy viviendo – le dijo un serio azabache.

- ¡Naruto-ni! ¡Tenemos más ordenes! – dijo Konohamaru.

- ¡Claro, claro! En seguida voy – respondió para luego retirarse hacía la cocina.


El resto del día fue muy ocupado, los clientes aumentaban a cada segundo y las cosas se estaban saliendo de control, aun con la ayuda de Konohamaru, manejar el restaurante era difícil, ahora entendía porque su padre llegaba cansado del trabajo y eso que era dueño de una librería.

Por suerte el día ya había terminado y Naruto se encontraba cerrando el negocio, Konohamaru se había ido unas horas más temprano por órdenes de Naruto, no quería que el tío Asuma se enojara con él por dejar que el chico llegara tarde a casa, debido a eso, el rubio se encontraba solo limpiando los platos y guardándolos en el estante de los platos.

Usualmente este trabajo le correspondía al mesero, osea Konohamaru, pero a Naruto no le importaba hacerlo, además que la última vez que el muchacho lo hizo termino rompiendo todos los platos, por eso Naruto lo hacía, prefería hacer el trabajo él que comprar una vajilla nueva.

- ¡Bien! ese fue el último, solo falta limpiar las mesas y podre irme a dormir – se dijo a si mismo con una sonrisa cansada mientras salía de la cocina.

En ese momento la puerta se abrió y una bella mujer entró al establecimiento, esa noche había comenzado a nevar y por lo que Naruto pudo ver las vestimentas de la chica y no eran apropiadas para ese clima, por eso la chica estaba temblando de pies a cabeza.

- ¡OH POR DIOS! ¿estás bien? – preguntó preocupado Naruto acercándose a la chica.

- E-e-estoy... Bi-bien – dijo la chica mirando al rubio.

Naruto se paralizo. Esta era la mujer más hermosa que había visto, su piel era pálida con un hermoso sonrojo, probablemente por el frio, un hermoso cabello color noche y unos ojos grandes y hermosos como la luna. Nunca había visto a una mujer tan bella como ella y ahora que la tenía al frente, Naruto no sabía que decir.

- ¿Qué haces caminando a esta hora de la noche, con este clima y sin la ropa apropiada? – preguntó el rubio al ver el estado de la mujer, andaba con un pantalón deportivo de color naranja y un sweater de color negro, la mujer llevaba una mochila que parecía estar llena de cosas, ¿tal vez era una viajera?

- Ne-necesitaba huir... de mi ca-casa – dijo la chica mirando a Naruto.

- ¡Quédate aquí! Iré por algo caliente – dijo Naruto para luego entrar a la cocina.

Unos minutos después, Naruto salió con una taza de té humeante que era para la mujer que acepto la bebida con una sonrisa que le detuvo el corazón al muchacho.

- Gra-cias - dijo la chica.

- De nada. Soy Naruto – dijo.

- Soy Hinat... ¡HINA! Soy Hina – dijo la mujer un poco nerviosa.

- Un placer – dijo Naruto con su conocida sonrisa que hizo que Hina se sonrojara más de la cuenta.

Los dos estuvieron en silencio por un rato, Hina bebía el té que Naruto le había dado mientras que el rubio la miraba a ella, sabía que se veía como un rarito, pero algo en esta mujer no le dejaba desviar la mirada.

- Eto... ¿sabes de algún lugar barato dónde pueda pasar la noche? – preguntó Hina levemente.

- Bueno, el próximo motel queda a unas cuadras de aquí, pero no lo recomiendo, es famoso por ser usado para películas de cierto... tema... ya sabes...

Hinata lo miraba confundida, no sabía a lo que se refería el rubio.

- Hacen películas porno en ese lugar, así que los cuartos no son muy limpios que digamos – dijo un apenado Naruto.

Hina se sonrojo hasta las orejas, a sus 21 años, la chica era muy inocente en esos aspectos, nunca había tenido novio y su padre la educo en casa, así que nunca escuchó de esos temas muy a menudo, solo lo que le contaba su amiga Tenten.

- ¿Tienes algún otro lugar a donde ir? – preguntó el rubio.

Hinata negó con la cabeza ante la pregunta de Naruto, no pensó las cosas muy bien cuando escapo de casa y ahora no tenía lugar en donde quedarse, estaba perdida y con frio, no sabía qué hacer.

- Mira, ¿si no te molesta? El edificio es mío y mi casa queda arriba, puedes quedarte esta noche, ya sabes, para que no mueras del frio – le ofreció Naruto.

- ¿Me estas ofreciendo posada? ¿pero acabas de conocerme? – dijo Hina sorprendida.

- Sí, bueno, está nevando y es muy tarde, y se nota que necesitas un lugar donde quedarte, así que...

- ¡Gracias! – exclamó Hina antes de abrazarlo con fuerza, sorprendiendo a Naruto inmediatamente.

- ¡Wow! No es nada, ven te llevare a mi casa, está arriba – dijo un sonrojado Naruto luego de soltarse del abrazo de la bella chica.

Ambos subieron al apartamento de Naruto, el lugar era pequeño para alguien que estaba acostumbrado a vivir en una mansión, la cocina, el comedor y la sala estaban en la misma amplia habitación, no había divisiones de ningún tipo así que todo estaba conectado, casi no había paredes de hecho, solo había ventanas, ventanas grandes y solo había tres puertas, la de la entrada, la que Hina asumía era la habitación del rubio y el baño, en pocas palabras, el lugar era acogedor.

- Bienvenida a mi casa, no es mucho y está un poco desordenada, pero es mi casa, esa puerta de allí es el baño y aquella es mi habitación, esta es la sala, allá esta la cocina y el comedor, y este es el sofá, se convierte en cama, así que podrás dormir aquí – le dijo con una sonrisa.

- Gracias Naruto-san – dijo Hina dándole al rubio una leve reverencia en agradecimiento.

- Eso no es necesario, solo ponte cómoda, si quieres cambiarte, puedes ir al baño, mientras tanto te traeré unas sabanas y una cobija. ¿Tienes ropa para dormir? – preguntó.

Hina asintió mientras tomaba su mochila y se dirigía al baño a a cambiarse.

Esa noche fue algo incomodo, pero por alguna extraña razón, ambos jóvenes estaban emocionados, no sabían porque se sentían así, pero sentían que tenía algo que ver con su encuentro.

Lo que ambos ignoraban era que ese momento, cambiaria sus vidas para siempre y en los próximos meses sus vidas se transformarían en una montaña rusa de situaciones que ninguno esperaba.


Fin del primer capítulo, déjenme saber que les parece. Como siempre, aceptos sus reviews y cualquier consejo que me ayude a mejorar. ¡Hasta la próxima!