Capítulo Final:
"La felicidad del ambicioso depende de la acción ajena; la del voluptuoso, de sus pasiones, la del prudente, de sus propios actos"
Emperador Marco Aurelio (121 D.C-180 D.C)
Felicidad, encuentro, una digna "fotografía" que podría ponerse en algún álbum y que para el Futuro pueda ser vista por aquellas personas, las cuales habían sobrevivido, salvado sus vidas, tenido que enfrentarse con cientos de retos de peligros, conocieron a gente buena y mala, se enfrentaron a los de esta segunda categoría, sin olvidarse de los muertos vivientes, recorrieron todo un país para llegar hasta California y reencontrarse con su hermano perdido y ahora estaban juntos, con aquellas personas que jamás había conocido ese albino, pero no importaba, ni siquiera la procedencia de éstos, ahora valía la pena salir de allí y volver con los otros.
- Linky, qué alegría de que estés bien.- Dijo Lynn, la cual no se separaba de su hermanito por nada del Mundo, aunque su fuerza causaba que se le estuviera yendo el aire de los pulmones, pero no importaba, el chico simplemente permaneció abrazándola, junto con las demás, en medio de ese mar de lágrimas.
- Sí, Bro, ¿cómo fue que lo hiciste?.- Deseó saber Luna al respecto, mientras que se hallaban en el hotel.
- Bueno, es una larga historia.- Dijo Lincoln, mientras que terminaban con el abrazo familiar.
- Tenemos todo el tiempo del Mundo, adelante, cuenta.- Le apoyó Alexander con Dimitri al chico albino.
- Está bien, pero para empezar, ¿ustedes quiénes son?.- Deseó saber el pequeño de cabellos blancos, ya que jamás había visto a esos chicos, solamente conocía a Evelyn, pero a nadie más.
- Oh, disculpa nuestra falta de modales, empezaré: Mucho gusto, Alexander Vladimir Ivanisevic, Teniente Primero de la KGB.- Se presentó el rubio de Bosnia-Herzegovina, acercando su mano.
- Dimitri Sasha Ginovaef, Coronel también de la KGB y algo más somos nosotros.- Añadió el castaño de Rusia, mientras que ambos estrechaban en un apretón de manos con el niño.
- ¿Qué cosa?.- Preguntó Lincoln.
- Conocimos a tus hermanas durante nuestra misión para obtener información de lo que estaba ocurriendo y que llevó, como consecuencia, a esta epidemia zombie. Todo esto tuvo un comienzo de amistad, pero...- Estaban contando ambos amigos del Este de Europa, sin embargo, Lincoln ya los descubrió.
- No hace falta que me den tanto lujo de detalle, jejejeje, son los novios de Leni y Luna, ¿no así?.- Preguntó con curiosidad, acercándose bastante a aquello y dejó sorprendido a los dos chicos, los cuales hicieron un "Sí" con la cabeza.- Ya lo sabía, en especial de que ambos entraron tomando las manos de mis dos hermanas, no hay que ser un Detective como "Batman" para saberlo.- Sostuvo, mostrando aquellas "evidencias" de los dos chicos.
- Jajajaja, ahora falta lo de tus padres.- Río Alexander, mientras que Lori se hallaba con Bobby.
El chico de cabellos negros, aquella persona que había estado luchando contra las hordas de muertos vivientes en Nueva York y que escapó del peligro junto con Simon Gallieri, solo faltaba saber qué iba a pasar en esos momentos, ya que escucharon un llamado a su puerta del hotel.
- Voy.- Dijo Santiago, pero en ese momento, el mexicano le detuvo el paso.
- Oye, Lori me contó sobre ti.- Le dijo éste e hizo una venia militar, en señal de respeto hacia el chico castaño.- Muchas gracias por ayudarlos y proteger a Mi Osita Bubu de los zombies y esos fanáticos.- Agradeció.
- No fue nada, fue mi deber, nada más.- Respondió el chico de Argentina y tras esa muestra de respeto, abrió la puerta y se encontraron con dos militares, quienes estaban de pie en el umbral.- Buenos días, Caballeros, ¿qué sucede?.- Preguntó el castaño.
- Venido a informarles que establecimos contacto con la Flota Rusa del Pacífico Norte, la cual va a enviar a sus aviones de rescate para este lugar, así que estén listos para partir: La Familia Loud y Compañía, se hallarán con sus seres queridos en las costas de Los Ángeles; así que estén preparados.- Informaron aquellos soldados.
La felicidad estaba a flor de pie, por fin la pesadilla estaba llegando a su fin, sin embargo, para Cookie, aquella no terminaba, aún no había hallado a sus padres, se preguntaba en dónde podían estar, qué fue de ellos, pero lo único que obtuvo como "respuesta" fue la Nada misma.
- Cookie.- Le dijo Lincoln, apoyando sus manos en los hombros de la pequeña.
- Tenía tanta Fe de que los encontraría, sin embargo no fue así, debería tirar la toalla y reconocer que están muertos.- Se lamentó la castaña.
- No digas eso, estoy seguro de que estarán vivos, no temas, te hice la promesa de que los hallaríamos.- Le volvió el albino a recordar ese juramento.
- Te lo agradezco, Lincoln, lo mismo a ti, Clyde y a todos los demás que me ayudaron. Solo...- Dijo ella, pero de golpe, algo le calló por completo.
Un estruendo, parecía como un rayo que caía cerca pero no fue así, sino algo más siniestro, aterrador, un trueno que desgarraba el aire, lo calentaba y de ahí se podían sentir los "tambores de guerra" delante de las murallas, como los Ejércitos de Atila El Huno, el cual saqueó el decadente Imperio Romano de Occidente, lo mismo de Genserico, Jefe de los Vándalos y la lista seguía en un sin fin de nombres y procedencias. Pero aquella explosión causó el alerta de todas las fuerzas que custodiaban el lugar, las cuales fueron a tomar posiciones de batalla.
- ¿Qué habrá sido eso?.- Preguntó Clyde, mientras que Ajani tomaba su arco y flechas junto con su familia.
- Quédense aquí, esto no me gusta.- Pidió el hombre, quien subió hasta la terraza.
Allí subió Ajani junto con su esposa e hijos, vio desde esa posición a los militares que estaban en las murallas, que apuntaban sus armas hacia lo que parecía ser un enorme "Ejército" y a la vez, desde los Cielos, se podían ver a los aviones de rescate rusos que estaban empezando con las evacuaciones de civiles, en la zona marcada por bengalas rojas.
- Esto no me gusta para nada, que se preparen todos.- Pidió Goldname, al ver que la situación se había tornado muy peligrosa para todos los presentes.
- ¿Qué pasó?.- Apareció Lincoln con Clyde y Cookie.
- Niños, vayan por sus arcos y flechas.- Les ordenó la Señorita Goldname, ya que compartía el mismo presentimiento junto con su marido.
Sin decir nada más, corrieron hacia abajo y se equiparon, mientras que otro estruendo se hacía oír en la zona.
- ¿Otra vez?.- Se preguntó Alexander y vio que Dimitri le pasaba su Pistola Makarov.
- ¿Listo para revivir aquellos momentos de acción como en Belfast?.- Lanzó su amigo aquella interrogativa.
- Ufff, ya estoy poniéndome a rezar un "Padre Nuestro", porque aquí y ahora va a correr mucha sangre.- Respondió Alexander, mientras que tomaba también un par de granadas.
- Jajaja, me leíste la mente, que comience el juego.- Pidió Santiago, el cual tomaba sus armas y lo mismo hacían los demás.
Las chicas se fueron armando también, cada una de ellas con aquellas armas que habían adquirido tras abatir a los hombres y mujeres de Dominic y Carmody, la munición que almacenaron. El peligro a una batalla se hacía cada vez más latente, en la calle se encontraba Simon Gallieri con varios policías y milicianos, los cuales tenían sus armas listas para disparar cuando dieran la señal.
- ¿Quién estará detrás de todo esto?.- Quiso saber Clyde, pero solo una persona podía venir para hacer este tipo de cosas, de llegar y amenazar, como delincuentes que buscan saquear todo a su paso.
- Nosotros conocemos la respuesta.- Dijo Lori con furia, ya que mencionar ese nombre, causaba que a todos les hirviera la sangre.
Allí, en las calles, se vivía un clima de miedo, los civiles se estaban amontonando en las zonas de buses, los cuales estaba llevando a la mayor cantidad posible hacia la seguridad, el rescate, fuera de toda la clase de peligros y amenazas que se cernían sobre ellos. Los militares tenían que custodiar esa parte de la ciudad, pero tampoco podían dejar a las personas, habían muchos heridos, gente que venía de los hospitales, niños, ancianos, familias y las explosiones se hacían sentir con más continuidad.
- ¿Se sabe quiénes son? ¿Y qué quieren?.- Preguntó Simon al Sargento O´Neil, el cual estaba en su puesto.
- No lo sabemos, el Capitán Matthews está dirigiéndose hacia el muro para hablar con ellos.- Respondió el militar, pero en la mirada del policía, había algo que no cuadraba bien, de que el peligro era inminente.
En las murallas, desde una de las plataformas que daba hacia el exterior, podía verse el enorme contingente de personas armadas, todas ellas habían venido desde Nebraska para saldar ciertas cuentas, pero ahora tenían la "Misión Sagrada" de "purgar todo el Oeste de Pecados", pero el Capitán Matthews no pensaba de esa forma, así que se dirigió hacia aquella muchedumbre, listo para dialogar.
- ¡¿Quién es su líder?! ¡¿Qué es lo que quieren?!.- Preguntó el hombre de cabellos rubios, mientras que la gente de afuera los abucheaba hasta que alguien hizo una seña y allí vieron a una mujer de cabellos negros salir del vehículo suyo y con una escolta. Caminó un par de metros hasta quedar delante de las puertas, para después hablar.
- Mi nombre es Susan Carmody, la Líder de la "Comunidad de Garfield del Estado de Nebraska", mis Hermanos y yo hemos venido hasta aquí, siguiendo el rastro de un grupo de "Pecadores" que se atrevieron con atacarnos y causar bajas en nuestras filas.- Se presentó y comenzó a hablar.
- Aquí no tenemos "Pecadores" ni nada por el estilo, solo civiles.- Fue la respuesta de Matthews, pero eso no le cayó para nada bien a la mujer.
- Digan todo lo que quieran, pero de aquí no nos marchamos, así que nos abren las puertas o tendré que tomar medidas contra ustedes.- Advirtió Carmody.
- Señor, esta gente no parece estar bien, son fanáticos religiosos, de los que nos contaron los Louds.- Advirtió uno de los Soldados del Batallón de Matthews, pero aquel hombre era responsable de la seguridad de esa zona.
- Tiene razón mi compañero, Señor, debemos tener extremo cuidado, no podemos dejarlos entrar, estas personas están enfermas de poder.- Añadió otro de los militares.
- ¿Y bien? ¿Qué decidieron hacer? ¿Entregarán a los responsables o pagarán sus Pecados por oponerse al Señor?.- Lanzó Carmody su ultimátum.
Matthews era un hombre de Fe, pero nunca fue un fanático ni nada por el estilo, creía en Dios, pero no esos "métodos" que llevaba esa mujer, la cual estaba totalmente desviada de los conceptos que Jesucristo había dejado a las personas antes de ascender a los Cielos después del "Domingo de Pascua". Fue entonces que decidió tomar cartas en el asunto: Primero, impartió órdenes a los francotiradores y a los soldados apostados en los edificios pegados a los muros, que se prepararan, lo mismo a los policías y a su vez enviaba a sus Soldados que sacaran a los civiles de las casas.
- Usted está totalmente errónea, Señorita Carmody, no somos ni Pecadores ni tampoco fanáticos, creo en Dios, al igual que muchos aquí, pero jamás caeremos ante el extremismo que el único camino que le llevará, será el de la muerte, así que le advierto de que dé media vuelta y váyanse de aquí, de lo contrario, tendremos que tomar medidas severas.- Lanzó el hombre su "contra-ofensiva" contra la responsable de todo.
- Ustedes pagarán muy caro por su desobediencia hacia Nuestro Señor.- Finalizó Carmody y dio la orden de comenzar el asalto.
(Resiste and Bite, Sabaton)
Comenzaba la Batalla de Sacramento, en donde la gente de Carmody tomó las armas y empezaron a disparar contra los militares apostados en las murallas, los cuales respondieron al fuego, abatiendo a los primeros fanáticos, pero ésto era simplemente el inicio de una guerra de desgaste, una trampa que llevaría a consecuencias irreversibles para todos ellos.
- ¡Han matado a más de diez de los nuestros, Señorita Carmody!.- Alertó una de las mujeres.
- Sus sacrificios no serán en vano, sino que serán recompensados: Vamos a incendiar esa maldita ciudad con todos adentro.- Sentenció la joven y de ahí empezaron a tomar cócteles molotov para arrojarlos contra las murallas, provocando una cortina de humo, densa y negra, la cual dificultaba las operaciones de los militares apostados allí, llevando a que fueran atacados por los hombres de Carmody, francotiradores enemigos y así intentar asaltar las murallas.
Matthews se movía con dificultad por las murallas, buscando a sus hombres, pero solo se encontraba con muertos y heridos, a los cuales tenía que sacar de allí.
- ¡Vamos, Soldados, arriba, vamos, de prisa, tenemos que defender este puesto, ahora!.- Ordenó el hombre, mientras que reagrupaba a los suyos, pero en ese momento, mientras que los militares empezaban a repeler la ofensiva, una bala dio contra la frente de aquel rubio, matándolo en el acto y cayendo frente a sus soldados, cosa que los hizo enardecer.
- ¡Malditos hijos de puta!.- Gritó uno de los Soldados, mientras que tomaba el mando de la tropa, ya que éste era el Adjunto de Matthews y de ahí empezaban a tirar contra los enemigos, matando a los francotiradores y con la ayuda de los Bomberos, empezaban a extinguir las llamas.
- ¿Necesitan ayuda?.- Escucharon una voz y allí apareció Santiago junto con Dimitri, Alexander y Evelyn, el muchacho cargaba sus armas, al igual que sus amigos.
- Vamos a necesitar toda la ayuda posible. Soy el Adjunto del Capitán Matthews, Mayor Alfred Nicholson.- Se presentó aquel joven, quien estaba a cargo ahora.
- "Boss", "Big Boss", mi nombre en clave, pero que nadie más lo escuche.- Dijo Santiago.
- Teniente Primero Ivanisevic, un placer.- Se presentó el bosnio.
- Coronel Ginovaef.- Agregó el ruso.
- Agente Evelyn, un gusto.- Finalizó la castaña.
- Excelente, escuchen, tenemos que acabar con estos sujetos, no sé qué otras armas tendrán pero...- Les señaló Nicholson, pero en esos momentos vieron como unos proyectiles de mortero impactaban contra las puertas, las cuales comenzaron a dañarse.
- ¡¿Morteros?!.- Preguntó uno de los militares.
- Mayor, retire a sus hombres de aquí y mándelos allí abajo, que los otros saquen a todos los civiles, esto ya es serio.- Pidió Evelyn y aquel sujeto obedeció el pedido de la chica.
- ¿Qué va a pasar?.- Preguntó Alexander, mientras que afuera, las fuerzas de Carmody estaban sufriendo bajas, sin embargo, ella tenía un as bajo la manga.
- ¡Señorita Carmody, nuestros hombres y mujeres están cayendo como moscas, a este ritmo tendremos severas bajas en nuestras filas!.- Alertó uno de sus seguidores, pero en aquel rostro, una sonrisa de pura maldad se dibujaba sobre ella.
- No hace falta, su sacrificio no será en vano: Que lancen la siguiente fase de la ofensiva, que se preparen nuestros "Ángeles".- Pidió ella, refiriéndose a uno de sus trucos que tenía por jugar.
- ¡¿Qué?! ¡Pero nuestra gente está allí, no podremos asaltar la ciudad!.- Cuestionó aquel sujeto, pero al ver la mirada fría de esa mujer, tuvo que obedecer.- Sí, Señorita Carmody, disculpe.- Se disculpó y salió corriendo para reunir a aquella "Tropa de Élite".
Allí se hallaban varias personas, todas ellas llevaban consigo una serie de cinturones-bomba, los cuales estaban conectados a un detonador y cuya misión era inmolarse en las puertas, para así provocar su caída y la entrada a la ciudad.
- ¡Por nuestra Señorita Carmody y por Dios, muerte a los Pecadores!.- Bramaron éstos, los cuales estaban decididos a todo, incluso morir por una causa injusta.
Por un momento, mientras que la batalla en las puertas continuaba, había una extraña "calma", no parecía haber nada raro fuera de lugar, pero Evelyn temía que esto era solamente el inicio de algo mucho más aterrador, siniestro, no podía dejar de observar a sus compañeros que luchaban junto con ella para acabar con aquella gente, sin embargo, de golpe, algo divisó que se movía entre toda esa masa de gente que atacaba la entrada.
- ¡¿Qué?! ¡Suicidas, hay suicidas allí!.- Alertó la joven, mientras que empezaban a disparar contra aquellos rivales, los cuales evadían los disparos y estaban a escasos metros de llegar a su objetivo.
- ¡Disparen contra los suicidas, si llegan a estallar, tendremos graves problemas!.- Ordenó Santiago, quien tomaba su rifle de francotirador y mataba a los dos primeros atacantes con bombas, dándoles en la cabeza.
Por su parte, Dimitri y Alexander observaban al enemigo, ¿qué era lo que planeaba?.
- Hay algo más siniestro aquí, además de estos tipos, no sé por qué, pero allí, mira.- Señaló el ruso de cabellos castaños, quien le entregó a su amigo bosnio unos binoculares y apuntó con su dedo índice de la mano derecha a un grupo de camiones que llevaban contenedores.
- ¿Crees que tengan armas pesadas? No...no, eso no...¡NO!.- Reconoció Alexander, en una teoría, lo que podría haber allí.
- Tenemos que advertir a todos, ¿nos quedan granadas para la RPG?.- Pidió Dimitri y lanzaba esa pregunta.
- Creo que sí, vamos para...- Dijo el rubio.
Los suicidas seguían viniendo, el peligro más aterrador estaba delante de ellos, como los Bárbaros listos para saquear, asesinar y destruir todo a su paso. Eran varios, pero éstos se escudaban con sus camaradas caídos, evadiendo los disparos de Santiago y Evelyn, sin olvidarse de los militares, mientras que Alexander y Dimitri partían para buscar la RPG, vieron que las chicas estaban llegando junto con Lincoln, Cookie y Clyde.
- ¿En dónde hay que firmar para participar en esta guerra?.- Preguntó Lori, quien tenía consigo su arma asignada para el combate.
- Bienvenidas abordo.- Dijeron ambos amigos, mientras que se unían para acabar con los rivales.
De vuelta en las murallas, Santiago y Evelyn se hacían cargo de proteger esa posición, no podía caer, sin embargo, el enemigo se estaba aproximando cada vez más, como una ola hacia la costa, lista para causar muerte y destrucción. El argentino jaló el gatillo y la última bala de aquel cartucho impactó contra el cuello del último de los suicidas.
- Ufffff, hijo de puta ese.- Sopló el muchacho y buscó otro cartucho para recargar su arma.
- ¿Son todos? ¡¿ESO ES TODO LO QUE TIENES, CARMODY, HIJA DE PUTA?!.- Le desafió Evelyn a la rival, quien escuchaba aquellos gritos de pelea y una sonrisa se dibujaba en su rostro.
- No cantemos victoria aún, tenemos que alejar a estos hijos de puta.- Pidió Santiago, mientras que estaban listos para bajar, cuando uno de los soldados pegó un grito.
- ¡SUICIDA, UN SUICIDA ESTÁ CON VIDA!.- Alertó éste y, como si el tiempo fuera lento, el militar de cabellos castaños y la agente del gobierno cargaron sus armas, para después empezar a disparar, en un intento de detener al oponente, pero éste, a pesar de las heridas recibidas, en especial en el pecho, estómago y el cuello, llegó hasta la puerta, activando el dispositivo de la bomba y estallando por los aires, provocando que el armazón que llevaba la puerta cediera y quedara completamente debilitada, además de arrojar al suelo a Santiago, Evelyn, quienes se salvaron, pero no muchos militares tuvieron suerte, ya que el estallido provocó muertos y heridos.
- ¡SANTIAGO, EVELYN!.- Gritaron los chicos, quienes se hallaban abajo y llegaban los médicos.
Para su sorpresa, ambos amigos sobrevivieron al estallido, mientras que los otros sacaban a los muertos y heridos. Lori corrió hacia su amigo y lo abrazó con fuerza, lo mismo hizo Lynn.
- ¡¿Qué mierda le pasa a esa mujer?!.- Quiso saber Lynn con furia.
- No lo sé, pero hay algo más aterrador aquí y son unos camiones con contenedores.- Alertó Alexander, mientras que traía con Dimitri la RPG y las granadas auto-propulsadas.
- ¿Cómo qué?.- Preguntó Leni con miedo, pero manteniendo la fortaleza, ya que éste no era el momento de temer.
- No lo sabemos, pero tarde o temprano lo averiguaremos.- Respondió el bosnio, mientras que le tomaba de las manos a su chica.
Justo en ese momento, Santiago regresó con Evelyn, el muchacho tenía un par de heridas provocadas por la metralla de la explosión, pero nada grave, lo mismo la chica castaña.
- ¿Están bien?.- Preguntó Bobby con Lori a los dos jóvenes.
- He tenido peores momentos, pero ése jamás.- Respondió Evelyn, mientras que se quitaba de sus cabellos, el polvo que había sido levantado tras la explosión.
- Sí, yo también.- Alegó Santiago y se dirigió a todos ellos.- Escuchen, la puerta no va a resistir, esa conchuda está usando a lo suicidas para lanzarse contra nosotros, así que tenemos que defender esta posición ahora mismo.- Pidió el muchacho y sus amigos escucharon muy bien la orden.
- La "armadura" que protegía la puerta de entrada ha cedido, Señorita Carmody, lo hemos logrado, ¿qué sigue ahora?.- Preguntó uno de sus "soldados".
- Que comience el asedio parte dos, ya.- Impartió ella su orden y su gente comenzó a prepararse para atacar la debilitada puerta.
Se sentía los golpes contra la misma, el portón no resistiría más, estaba por colapsar, las defensas en las murallas habían cedido, ahora tenían que proteger a los civiles y la entrada a la ciudad, cada vez más se aglomeraban los atacantes y Carmody estaba a la cabeza de todo, mientras que empleaban todo tipo de herramientas para tirar abajo aquella defensa, incluyendo bombas molotov.
- ¡Todos a sus puestos! ¡Arqueros!.- Exclamó Ajani y sus alumnos prepararon sus teas, listas para ser disparadas.
- Hoy es un gran día para la Madre Patria, Dimitri.- Dijo Alexander a su amigo.
- Sí y un gran día para el amor también.- Agregó el castaño de Rusia.
- Vive con honor.- Apoyó el bosnio su mano en los hombros de su Camarada.
- Muere con gloria.- Finalizó el muchacho y ambos prepararon sus armas para el enfrentamiento.
Los Eslavos siempre fueron considerados valientes guerreros junto con las otras tantas tribus "Bárbaros" que se instalaron en las tierras de lo que fue el Imperio Romano de Occidente, enfrentando amenazas como los Turcos Selyúcidas, el temible Imperio Mongol de Genghis Khan, la "Peste Negra" e incluso Napoleón Bonaparte y el Tercer Reich, hoy, en ese día de 1973, aquellos dos chicos se vivirían una nueva historia, la cual sería escrita por su puño y letra, en donde no fue una Nación o una ideología política, sino más bien en el que el Mundo dejó atrás sus diferencias y trabajaron juntos, como un equipo, para enfrentar a la muerte misma y conseguir un Futuro para todos.
- Acá los estamos esperando, cobardes de mierda. Por Dios y por la Patria.- Dijo Santiago, quien cargó su GP-VG MK2.
- Wow, ¿de dónde sacaste eso?.- Preguntó Bobby con asombro.
- Je, cuando persigues a los Montoneros y al ERP en Argentina, necesitas de estas bellezas para "darles un beso de despedida" y vengar a tus Camaradas caídos.- Respondió el argentino, lanzando esa pequeña risa.
Esas palabras, esa gran verdad que estaba dando aquel joven, ahora se hacían realidad, había guardado aquella arma para cuando la situación se tornara complicada y ahora estaban a las puertas de una verdadera batallas, todas las demás habían sido como un "calentamiento", igual que un maratonista se prepara para la carrera de su vida, ésta era una que los chicos iban a tener que dar con todo su esfuerzo.
Los francotiradores estaban listos, Simon junto con los policías también, esto se iba a poner complicado en cualquier momento.
- En cuanto entren, desaten el Infierno.- Pidió Lincoln a los presentes.
- En cuanto entremos, abran las puertas de los contenedores.- Ordenó Carmody y ya tenía a su gente lista para desatar el factor sorpresa.
- ¡VAMOS, YA ESTÁ CASI CEDIDA!.- Ordenaba uno de los Lugartenientes de Carmody y cuando tiraron abajo la puerta, ésta provocó todo un estruendo, como un rayo que caía a tierra y provocaba un temblor.- ¡YA ESTÁ, ES HORA DE...!.- Gritó aquel sujeto y lo primero que recibió fue una lluvia de flechas, la cual comenzó a caer sobre ellos, junto con las balas que se hacían sentir.
- ¡Váyanse al Infierno!.- Gritó Santiago y le sacó el seguro a su GP-VG MK2, para después empezar con el tiroteo.
La oleada enemiga estaba metiéndose en aquel sitio, pero los defensores daban todo su esfuerzo por detenerlos. A su vez, Carmody veía que su trampa estaba funcionando, así que chasqueó los dedos y de ahí se comenzaron a abrir las puertas de los contenedores, provocando un horrendo chirrido que desgarraba el aire.
El ataque había terminado, los remanentes de aquellas fuerzas se retiraron de sorpresa.
- ¿Se retiraron? ¿Tan rápido?.- Quiso saber Clyde, pero en ese momento, cuando uno de los policías se asomó por aquella puerta dañada, sus ojos se quedaron petrificados al ver lo que parecía ser un Ejército de muertos vivientes, sí, allí estaba la trampa que Carmody había activado y que planeaba lanzar contra Sacramento, mientras que sus fuerzas se retiraban hacia el Este, para así atacar esa zona, los muertos vivientes irían por el Oeste.
- ¡Refuercen la entrada, ahora!.- Pidió aquel policía, pero no había tiempo para ello.
- ¡No, tenemos que defender la posición, los civiles nos necesitan, de prisa!.- Ordenó Simon, el cual tomó el mando de aquellos grupos policiales junto con Bobby.
Los zombies se estaban aproximando a la puerta, ésta ya estaba completamente destruida y la defensa tenía que resistir lo más pronto posible, mientras que los policías y militares sacaban a los civiles de allí, había que ser rápido, concluir con la evacuación, pero a su vez, los milicianos junto con los soldados que estaban en el Este, estaban teniendo problemas con Carmody, ya que ésta aprovechó el despliegue de esas fuerzas hacia el Oeste y así podría atacarlos en el flanco más desprevenido posible.
- "Capitán Roberto Santiago, tenemos problemas en el Sector Este de la Ciudad, de prisa, traiga refuerzos, los fanáticos de esa mujer han ingresado y estamos teniendo muchas bajas en nuestras filas y en los civiles, están tirando a matar indiscriminadamente".- Le llamó por radio uno de los soldados a Bobby, quien atendió rápidamente.
- ¡Resistan, voy enseguida!.- Respondió el mexicano, mientras que se acercaba a Lori.
- ¡No vayas, Osito Bubu!.- Rogó la rubia, pero él la besó en los labios, dándole un gesto de confianza.
- No tengas miedo, Amor, estaré bien, nos veremos allí, todos, es donde los Rusos nos están evacuando.- Prometió el muchacho y tras un fuerte abrazo, éste partió junto con Simon y varios policías y soldados para defender a sus Camaradas que estaban teniendo serios problemas.
Bobby partió hacia el frente junto con Simon, los chicos tenían que luchar ahora y por eso estaban descargando toda una ofensiva para intentar detener el ingreso de los zombies al lugar. Ajani estaba a cargo de sus "Arqueros", los cuales prepararon sus teas encendidas con fuego, para después arrojarlas sobre el enemigo.
Los muertos vivientes habían tirado la entrada, allí comenzaron a avanzar, de forma lenta, torpe, pero en un verdadero Ejército, el cual estaba decidido a todo, matar, devorar a todo ser vivo y que se convirtiera en uno de ellos, pero al momento de entrar, los recibieron con disparos y flechas, las cuales caían sin parar sobre el enemigo.
- ¡Grupos 1 y 2, ahora!.- Ordenó otro de los Lugartenientes de Carmody, los cuales se quedaron en la entrada y se dispusieron a trepar los muros para así atacar al enemigo por sorpresa, como francotiradores y guerrilleros.
- ¡Sigan así, amigos, vamos, que podremos contra ellos!.- Animaba Ajani, el cual no paraba de atacar con su arco y flechas a los zombies, pero en esos momentos, justo cuando estaban por hacer retroceder a esa enorme horda, una serie de disparos provenientes de arriba, distrajo a todos los presentes, quienes recibieron bajas en las filas militares.
- ¡Francotiradores, son los de Carmody!.- Alertó Lynn, mientras que iban cediendo lugar a los zombies y se resguardaban de los disparos enemigos, los cuales seguían matando a los soldados y policías, además de causarles heridos, los cuales eran retirados de allí por sus compañeros.
Los chicos se atrincheraron en un edificio, mientras que Santiago intentaba abatir a aquellos enemigos junto con Lori y Evelyn, Dimitri ya tenía preparado el lanza-granadas.
- Miren allí, sobre ese bloque de apartamentos.- Señaló Alexander.- Hay un conductos de gas natural, si pudiéramos disparar, yo creo...- Iba a decir, pero su amigo se adelantó y lanzó la primera granada auto-propulsada, la cual golpeó al enemigo, causando que muchos de los francotiradores murieran y otros cayeran a la calle principal, en la cual avanzaban los muertos vivientes, quienes aprovecharon para alimentarse de esos desafortunados.
Se podían oír sus gritos de auxilio, agonizantes, mientras que su carne era separada de los músculos y los huesos, sus órganos quedaban expuestos y se ahogaban en su propia sangre, era una escena realmente asquerosa, repugnante, Alexander le tapó los ojos a Leni y Dimitri hizo lo mismo con Luna. No había tiempo que perder, tenían que ir replegarse, irse hacia la posición de Bobby y los otros.
Salieron de aquel edificio, aún estaban los zombies devorando a aquellas personas, en especial al Lugarteniente de Carmody, el cual estaba totalmente destrozado, lo habían partido a la mitad como si fuera un pan al ser cortado por un cuchillo. Cookie observaba toda la devastación provocada: El humo, el fuego, las llamas que se alzaban por aquel edificio de departamentos, pero en medio de toda esa "pantalla", entre la enorme masa de muertos vivientes, la pequeña vio algo que la dejó petrificada, helada, sin palabras y que estuviera a punto de llorar, cosa que llevó a que su cuerpo quedara inmovilizado y cayó de rodillas al piso.
- ¡Cookie, ¿qué te pasó?! ¡¿Estás bien?!.- Preguntó Lincoln, quien fue para ayudarla, pero al intentar moverla, ella no respondía.
- Lincoln...- Señaló la niña hacia la entrada y en medio de aquella invasión, allí se hallaban dos personas: Uno era un hombre bastante atlético, cabellos castaños, vestía una camisa celeste a cuadros con jeans y zapatillas blancas. La otra persona se trataba de una bella mujer peli negra, quien estaba llevaba puesto una falda marrón junto con un top rosa y zapatos del mismo color que sus cabellos.
No lo podía creer, la pequeña se acurrucó contra el pecho de Lincoln, llorando a más no poder, éste tuvo que tomar una decisión, por lo cual le pidió a sus hermanas que se llevaran a la castaña lejos de allí, sin embargo, ella lo detuvo en ese instante.
- No...tengo que hacerlo yo...es mi...es mi familia.- Pidió ella, entre lágrimas, sin parar de llorar, apoyando su mano con fuerza sobre el hombro del albino.
- ¡Lincoln, espera!.- Intentó Lori con detenerlo, pero Santiago la frenó.
- No, tiene que hacerlo.- Dijo el chico, ya que sabía bien la situación que estaba pasando aquella niña.
¿Qué hacer en un momento como éste?. Uno no sabe qué carta jugar en el juego del destino, simplemente te lanzas al azar, ves que te puede tocar, pero para el caso del albino, éste tuvo que recurrir a sus flechas, las cuales incendió en las puntas y de ahí las preparó para disparar, apuntando directamente hacia aquella pareja zombificada.
- Le había hecho la promesa a Cookie de que encontraría a sus padres con vida, pero no, están muertos, convertidos en zombies y hay algo mucho peor: ¡Son esclavos de esa maldita mujer que utiliza a las personas para sus propios fines, eso es algo que nunca les perdonaré, desgraciados!.- Sentenció el muchacho y disparó las dos flechas, dándoles en la cabeza a aquella pareja, matándola en el acto y mirando cómo caían, para después retroceder.
Se dirigió hacia sus hermanas y amigos, ya había terminado aquello.
- ¿Estás bien, hermano?.- Preguntó Luna y éste la abrazó con fuerza.
- No voy a permitir que Carmody se salga con la suya, ¡eso jamás, vamos para el punto de encuentro, ahora!.- Pidió el albino y todos accedieron.
Los muertos vivientes iban ganando terreno en la calle principal que daba a Sacramento, éstos aniquilaban a cualquiera que se les topara en su camino: Militares, civiles, todo aquel que se les interpusiera, era devorado y convertido en uno de ellos. El peligro aumentaba, sobre todo en el lado Este de la ciudad, donde se estaba desarrollando una feroz batalla contra los enemigos, tanto vivos como muertos y en la cual Bobby estaba dirigiendo la resistencia junto con Simon.
- ¡A este paso vamos a perder a mucha más gente, Capitán!.- Alertó uno de los soldados.
- ¡Señor, los muertos vivientes siguen avanzando, en cualquier momento llegarán hasta esta zona!.- Advirtió otro de los militares.
Bobby contemplaba la situación, sus hombres y mujeres estaban luchando codo a codo, tenían graves bajas por todas partes, heridos, muchos civiles habían muerto a manos de los zombies y los fanáticos, cuyo número seguía en aumento, mientras que los rusos estaban intentando sacar a la mayor cantidad posible.
- ¡Señor, ¿qué hacemos?!.- Volvió a preguntar uno de los militares.
- Mayor, llévese a sus soldados heridos junto con los civiles, sáquenlos de aquí inmediatamente. Yo me quedaré a pelear.- Pidió Bobby a los presentes.
- Pero, Capitán...- Intentó aquel hombre en convencerlo de que se retirara.
- ¡Váyanse, ahora, es una orden!. No pienso dejar a esos desgraciados con vida.- Volvió a impartir su orden a todos ellos.- Yo estaré bien, además tengo que esperar a mi novia y a los demás.
- ¡Señor, los Rusos nos informan que tienen un avión para nosotros, pero vamos a necesitar apoyo para despejar la pista!.- Informó uno de los milicianos.
- Perfecto, entonces así será.- Sentenció Bobby y tomó su M-16, listo para entablar combate.
Los zombies seguían avanzando, más alertas venían desde el Oeste, ya que los muertos vivientes arrasaban con las últimas defensas, todos los que les hacían frente caían de la peor manera y ya se estaban sintiendo las terribles bajas en las filas militares, los Rusos estaban dándoles una mano, pero no podrían contener a aquellos oponentes.
- ¡Oigan, zombies, fanáticos: Regalo de la Madre Patria!.- Exclamó Alexander con Dimitri y lanzaron un nuevo misil contra aquella horda enemiga, diezmando sus filas, aunque fuera lo suficiente como para ganar tiempo.
Carmody observó la explosión que arrasaba a los suyos, sintió rabia, furia, apretó los dientes y fue entonces que se dirigió hacia los suyos.
- ¡Vamos, andando, no vamos a permitir que estos malditos se escapen!.- Ordenó ella y se lanzaron como una turba iracunda contra aquella zona de evacuación.
Lori se reencontró con Bobby, teniendo un fuerte abrazo, pero su momento de ternura se detuvo al ver que el enemigo estaba avanzando, los zombies se habían detenido, ya que las barricadas y la feroz resistencia de los vivos les frenaba el paso, pero ahora tenían a Carmody, la cual estaba asaltando las posiciones, aquellas trincheras que estaban bien defendidas.
- ¿Esa mujer acaso no se muere con nada?.- Preguntó Lynn con furia.
- Ya morirá, todo tiene su castigo por los males que hace gente como ella.- Le tranquilizó Santiago, quien se preparó junto con los demás.
(The last stand, Sabaton)
Pronto estalló el enfrentamiento. Los disparos iban y venían, Evelyn no paraba de abatir a cualquiera que se le interpusiera en su camino, incluso llegaba hasta matar con la culata de la escopeta suya, partiendo el cráneo a sus oponentes, dejarlos irreconocibles hasta el punto en donde se llegaba a ver cómo caía su masa encefálica desde adentro, como si fueran huevos al estar quebrados. Santiago y Bobby luchaban junto con las Louds, Alexander y Dimitri, los dos Agentes de la KGB eran expertos tirados como los demás.
Lincoln junto con Cookie y Clyde no paraban de disparar sus flechas junto con la Familia Goldname, pero a pesar de infligirles bajas a los enemigos, ésto no era más que una distracción, una trampa, ya que Carmody aprovechó ese momento para así atacarlos por sorpresa, desde el interior del aeropuerto, tomando las plantas altas. Aquella mujer cargó con su rifle de francotiradora y se dispuso a disparar contra los niños, pero en ese momento, alguien notó esa presencia, para lo cual se lanzó contra la mira de la oponente, recibiendo el disparo.
- ¡Niños, cuidado!.- Gritó Harold, el cual se lanzó para cubrirlos, recibiendo un impacto de bala en el estómago.
Clyde vio a su padre caer herido al piso, habiendo siendo éste quien lo salvó del disparo junto con los demás.
- ¡CARMODY, HIJA DE PUTA!.- Gritó Alexander y disparó contra la rival, pero ésta se escabulló, aunque las balas dieron contra dos de sus Lugartenientes.- ¡NO HUYAS, COBARDE!.
Dimitri corrió hasta Harold, el hombre apretaba los dientes con fuerza por el dolor que le estaba atravesando.
- ¡Papa, resiste, por favor, no mueras, te lo suplico, no quiero quedarme solo!.- Rogó el niño de cabellos negros.
- Déjame ver.- Pidió Dimitri, mientras que observaba la herida que tenía aquel pelirrojo en su cuerpo.-
- ¡¿Va a estar bien, Coronel Ginovaef?! ¡Por favor, dígame que lo estaré!.- Estalló Clyde de la histeria, pero en ese momento, Dimitri le dio una bofetada en el rostro para que se le quitara esa energía negativa.
- ¿Acaso quieres que te vean como un cobarde? Tu padre recibió ese disparo para protegerte y tú estás gritando como si nada: Te diré esto, va a estar bien, por lo que he visto, la bala no llegó a dañar un órgano importante, sin embargo necesito que lo trasladen al avión inmediatamente.- Pidió el joven castaño con seriedad en su voz, tras dar ese análisis.- Aprendí Medicina en la KGB, conozco bastante sobre las heridas y cómo tratarlas: Tu padre va a estar bien, pero jamás en la vida te me vuelvas a poner de ese lado, de dejarse llevar por la histeria, ¡¿oíste?! ¡¿Qué eres, un hombre o un cobarde?! ¡Ahora tome su arma y vuelva a su puesto!.- Ordenó Dimitri, quien no lo hacía por humillar al chico, sino de que aprendiera de los sacrificios que hacía la gente, incluso dar la vida por sus seres queridos.
- No...no te preocupes, hijo...yo...yo voy a estar bien, tranquilo, gracias...Ginovaef...- Agradeció Harold, mientras que era llevado en camilla hacia el avión que abordarían.
- "Es la primera vez que hago algo así, sé que es un niño, pero no voy a permitir debilidades en una pelea como ésta".- Pensó el chico de cabellos castaños y de ahí regresaba al combate.
A su vez, en las barricadas, allí estaban las fuerzas que resistían al asedio, los zombies estaban ya por tirar abajo aquellas rejas de hierro que impedían el ingreso al aeropuerto.
(Main Theme Menú, MGS 2)
El ataque estaba concentrado en dos frentes, por un lado, los muertos vivientes en la reja y en el otro, la gente de Carmody la cual estaba dispuesta a todo, a pesar de que muchos estaban pensando en desertar, alejarse del peligro que simbolizaba esa mujer, muchos habían muerto en los combates, las explosiones e incluso estaban siendo devorados por los zombies. El intento de asalto al aeropuerto estaba siendo repelido por un tiempo, pero aquella gente estaba ansiando asesinar a todos los que estuvieran dentro y sin mostrar piedad.
El interior del aeropuerto estaba quedando vacío, la gente se hallaba siendo evacuada, pero cuando estaban por retirarse de allí, justo en ese momento escucharon como un chirrido a metal caía al piso, llamando la atención de todos ellos: Una mala noticia para algunos y una buena para aquella mujer. Los zombies habían entrado y estaban masacrando a todo aquel que se les interpusiera en su camino.
Carmody observaba todo desde las afueras del aeropuerto, viendo como la gente huía, parecía sentirse intocable, nadie se le estaba haciendo presente, que la enfrentaran, pero cuando vio que aquellas personas que le habían arruinado su proyecto de control y poder, ordenó a sus fuerzas que se lanzaran al ataque, que no tuvieran piedad sobre ese grupo de enemigos.
- ¡Muerte a los Pecadores, enemigos de Dios!.- Gritaban aquellos enemigos, los cuales les comenzaron a disparar a más no poder.
Ajani cubrió a su familia con su cuerpo, como si fuera un escudo, mientras que era protegido por Santiago y Evelyn junto con los demás.
- ¡¿Todos están bien?!.- Preguntó Alexander y vio al Maestro de Arquería herido en una pierna.
- ¡Ajani, resiste, vamos, cariño, arriba!.- Le animaba su esposa, mientras que Dimitri llamaba a dos soldados rusos, los cuales llevaron a la familia hacia el avión.
- ¡Que no escapen, los quiero muertos a todos ellos!.- Ordenó Carmody.
- Este es el punto final, el final del camino, puta de mierda.- Sentenció Lori, harta de aquella mujer, de todas las persecuciones que habían tenido y encima soportar el dolor y la desesperación al toparse con ella, ahora venía lo mejor.
- ¿Así que tú eres la persona que le estuvo haciendo la vida imposible a mis hermanas y amigos?.- Preguntó Lincoln con rabia en su voz.
- Jajajaja, así, Susan Carmody, Líder de los "Enviados de Dios", nosotros fuimos ungidos por su poder para poder gobernar este Mundo tan podrido, pero ustedes son las plagas que buscan impedir nuestro objetivo.- Se presentó aquella oponente, mientras que se mostraba totalmente orgullosa e intocable.
- Nadie gobierna utilizando a Dios como pretexto, usted es una enferma mental.- Señaló Alexander con Leni.
- Es verdad, Dios no tolera el Fanatismo, usted es la reencarnación del Mal.- Añadió Dimitri con Luna, hartos de todo ese teatro.
- Digan lo que digan, ustedes morirán: ¡Ataquen!.- Finalizó Carmody y empezó la batalla una vez más.
En medio de disparos y flechas, habían muertos en el bando enemigo, los pequeños que llevaban arcos y flechas cubrían a sus amigos, mientras que Ajani se hallaba en el avión, listos para ser evacuados.
- Nos tenemos que ir preparando para partir, los muertos vivientes están por llegar.- Pidió uno de los pilotos rusos a Bobby, el cual estaba allí con los demás.
- No me iré sin Lori, esperen, denles unos minutos.- Fue el pedido de Bobby, el cual fue para ayudar a sus compañeros.
- 40 minutos tiene, Capitán Santiago Casagrande.- Le dieron aquel plazo y el muchacho salió al combate.
Carmody estaba viendo como sus fuerzas avanzaban, pero la resistencia de los chicos era feroz y le estaban causando muchas bajas por doquier, además de quedar totalmente cercada.
- ¡Será mejor que te rindas, loca!.- Le ordenó Santiago.
- ¡Jamás, ustedes no van a permitir que...!.- Gritó ella y cuando estuvo por disparar contra los pequeños, un disparo dio contra su mano derecha, causando que cayera el arma.
- Jamás en la vida les apuntes a mis amigos, jamás.- Advirtió Bobby, quien fue el responsable de aquel disparo.
Carmody vio como aquel tiro le arruinó todo, fue como un abrir y cerrar de ojos, todo quedó en la nada, solamente se veía caer, pero aún estaba con energías para continuar. La gente que la acompañaba la vio caer, entraron en pánico, estaban acéfalos, sin un líder y fue entonces que intentaron huir, pero al momento de que partieran hacia la parte de atrás del aeropuerto, allí se toparon con los muertos vivientes, los cuales comenzaron a devorarlos a todos ellos, sin darles oportunidad de escape. Los chicos se acercaron hacia la derrotada.
- Todavía...todavía sigo de pie y no voy a perder...- Advirtió ella, ya en un estado de locura total.
- Sí, eso ya lo veo.- Sostuvo Alexander con Dimitri, quienes desenfundaron sus armas reglamentarias, apuntando hacia las dos piernas.-
- Esto es por habernos atacado varias veces.- Dijo el bosnio rubio y le dio a la pierna derecha.
- Esto es por toda la gente que le lavaste la cabeza.- Añadió Dimitri y atacó a la pierna izquierda.
Ahora venía el turno para los demás.
- Enferma de mierda, trataste de matar a nuestro hermano.- Dijeron Lori, Leni, Luna, Lynn y Lucy, quienes dispararon a ambos brazos y partes del cuerpo, pero no parecía morir.
- Tengo una idea, chicas, esperen.- Intervino Santiago, el cual le pegó un tiro en el pecho, pero aún estaba viva.
- Mierda, se nota que la hierba mala nunca muere.- Mencionó Evelyn con desprecio y se unió con el castaño para dispararle.
- Lincoln, lleva a Cookie y a Clyde al avión, ¿sí?. Nos reuniremos con ustedes pronto.- Pidió Lori.
- Claro y chicas, amigos, muchas gracias por todo.- Agradeció Lincoln.- Pero antes.- Dijo y disparó una flecha contra las piernas de aquella mujer, haciéndole gritar.
- Problema resuelto.- Dijo Cookie y se fueron para el avión.
- ¡Ustedes no tienen derecho a hacerme esto, Dios los va a castigar, yo saldré ganando, se los juro!.- Bramaba de la furia, Carmody.
- ¿En dónde está Dios?. Yo no lo veo que te esté defendiendo y sabes por qué: Porque Él no está con asesinos, fanáticos, monstruos como tú que violaron el "Segundo Mandamiento": "No usarás el Nombre de Dios en vano". Cometiste un horrendo Pecado, de los Mortales al querer ser como Dios, mataste, cometiste atrocidades y querías hacernos daño. Considera esto como un castigo; así que adiós, Susan Carmody.- Dijeron todos ellos, quienes la abandonaron a aquella mujer, mientras que la horda de zombies llegaban hacia ella.
- ¡HIJOS DE PUTA, TODOS USTEDES, ME LEVANTARÉ Y VERÁN QUE DIOS ESTÁ CONMIGO, SE LOS JURO, VOY A MATARLOS, NO SE VAN A SALVAR, USTEDES, LOS MOCOSOS QUE JAMÁS APRENDIERON NADA DE LOS QUE LES ENSEÑARON, SON SOLO UN MONTÓN DE RATAS!.- Gritaba con todas sus fuerzas, pero al ver detrás suyo a los zombies, se puso pálida, tuvo miedo e intentó levantarse, pero al momento de hacerlo, apenas pudo correr unos pocos centímetros y de ahí cayó al piso.
Allí estaba esa horda hambrienta, la mujer intentó tomar su arma, era mejor abatir a unos cuantos, pero no llegó, ya que los muertos vivientes se le abalanzaron encima, primero uno, el cual la tomó y hundió sus dientes en su nuca, arrancando parte de su piel y exponiendo la carne hacia afuera, haciéndole gritar, mientras que llegaban todos los demás, los cuales hundieron sus manos y fueron abriendo su panza, sacando las entrañas bajo un mar de sangre, cosa que se podía ver en ella, quien se ahogaba por todo ese derramamiento. Quería gritar, no podía, tampoco huir, estaba sola y siendo el festín de aquellos monstruos, los cuales también se devoraban a sus seguidores.
Los chicos les taparon los ojos a sus parejas, era bastante fuerte ver esa escena, pero habían hecho Justicia: Acabaron con una amenaza mucho mayor.
- Listo...todo terminó. Nos vamos.- Dijo Lincoln, el cual vio llegar a sus hermanas, Alexander, Dimitri, Evelyn, Santiago y Bobby. En el avión también se hallaban Cookie, Clyde, Simon y la Familia Goldname junto con Harold McBride, el cual se estaba recuperando con Ajani de aquellas heridas.
Una vez dentro del avión, los militares rusos dieron la confirmación de que iniciaban el despegue.
- ¿Adónde iremos ahora?.- Quiso saber Leni, ya que no tenían hogar, solo estaban ellos.
- El Comando Central Ruso nos llevará para las costas de Los Ángeles, en el Océano Pacífico Norte, allí se reunirán con sus padres.- Les anunció Alexander con Dimitri.
- Pero ¿y ustedes? ¿No vendrán?.- Preguntó Luna, ya que no quería separarse de su novio.
- Calma, jejeje, claro que iremos con ustedes, yo no voy sin mi querida rockera.- Sostuvo el castaño, tomando el rostro de la chica.
Lincoln observaba todo desde la ventana del avión, por fin la pesadilla había terminado, todo, tal vez las cosas volverían a la normalidad, tal vez habría una vacuna, una cura contra ese mal de muertos vivientes, esperaba poder reconstruir su vida, ya que había perdido a sus amigos, solo Rocky y Rayos Oxidados se habían salvado, el resto, Ronnie Anne estaba en México y era probable que ella no cambiara, seguiría siendo la chica rebelde, la matón del colegio y ni siquiera un Ejército de zombies le haría cambiar de opinión. Justo en esos momentos, el chico sintió un cálido beso que provino de aquella castaña que había conocido cuando llegaron a Sacramento.
- Eres mi héroe, Lincoln Loud, muchas gracias por todo.- Agradeció Cookie, la cual se quedó pegado a él.
- No fue nada, Cookie, te hice promesa y la cumplí.- Le recordó el albino a ella.
- Es verdad, lo lograste, hermano ¿y ahora qué haremos?.- Preguntó Clyde sobre el destino que pendía sobre Cookie.
Esa era una pregunta que pronto se resolvería, por ahora disfrutan de lo que habían obtenido con tanto sacrificio y con un viaje bastante largo: La libertad.
- Finalmente volvemos a vernos, familia aquí vamos.- Dijo Lincoln, mientras que el avión partía hacia la Flota Rusa del Pacífico Norte.
(Father and Son, OST de Metal Gear Solid 4)
En aquellos navíos de guerra se reunieron todos los presentes, en medio de llantos de emoción, abrazos, los Louds finalmente estaban juntos nuevamente, Alexander y Dimitri presentaron su "Informe Secreto" para los Altos Mandos y éstos les felicitaron, con ello se podría elaborar alguna cura contra esa epidemia zombie, mientras que Evelyn también era aclamada como una heroína junto con Santiago por los Presidentes Nixon y Lanusse, tanto de Argentina como de EEUU. Por su parte, Cookie había decidido ser criada por los Goldname y con los McBride, ellos rindieron homenaje para Howard, aquel hombre que había protegido a sus seres queridos ese día trágico, lo mismo hicieron Lincoln y Clyde, los cuales recordaron a sus amigos muertos al inicio de todo ese desastre, arrojando unas rosas al mar, en memoria de todos los caídos.
- Así que ustedes son mis futuros yernos, ¿no es así?.- Preguntó el Señor Lynn con un poco de nerviosismo hacia aquellos dos soviéticos.
- Así es, Teniente Primero Alexander Vladimir Ivanisevic.- Respondió el rubio, presentándose de forma educada.
- Coronel Dimitri Sasha Ginovaef, un gusto, Señor.- Añadió el castaño, haciendo una venia.
- Hum, bueno, la frase dice "Nunca juzgues un libro por su portada", pero espero que les presente las...- Iba a decir el Patriarca de la Familia Loud.
- ¡Vamos, Lynn, deja a esos chicos en paz!. No le hagan caso, tiene esos delirios de paranoia cuando sus hijas crecen y consiguen novio.- Intervino Albert, en defensa de aquellos dos jóvenes.-
Ambos amigos se miraron extrañados pero el hombre de cabellos blancos tenía razón.
- Ok, Albert, confío en ti.- Dijo el Señor Lynn y fue con su esposa.- Muchas gracias por proteger a nuestros hijos de los zombies.- Agradeció.
- No fue nada, para estamos.- Respondió Alexander.
- Solo una pregunta.- Quiso saber el padre de familia.
- Ay, no, Querido.- Intentó Rita en detenerlo para que no quedara en vergüenza.
- ¿No habrán tenido sexo con ellas?.- Lanzó esa pregunta y de ahí Albert y Rita se llevaron las manos a la cara.
- ¿Tenías que decir eso?.- Preguntó el padre de la rubia con bronca.
- Jajajaja, está bien, no pasa, Camarada Albert, está todo bien y no, no tuvimos sexo, no somos degenerados.- Respondió Dimitri junto con su amigo, riéndose por lo ocurrido.
Por su parte, Santiago se hallaba con Evelyn, ambos miraban hacia el Horizonte.
- Todo ya ha acabado.- Dijo Evelyn, mientras que el Sol iba ocultándose, llegaba la noche.- Escapamos de la Muerte.
- Todos morimos cuando nos llega la hora, pero ésta misma no llegó porque no era nuestro momento. Ahora solo nos queda vivir y recuperar lo perdido.- Sostuvo el militar argentino y estaba en lo cierto.
- Tienes razón.- Aprobó la castaña las palabras de aquel joven.
La pesadilla había terminado: Ahora solo quedaba la reconstrucción.
Transcurrieron muchos meses para que el Mundo pudiera volver a ser como era antes, sin embargo, una semilla de unión había sido plantada y que germinó para dar vida a algo nuevo, algo distinto, borrando todos los errores cometidos en el Pasado. La cifra oficial de fallecidos había quedado en un completo misterio, las Naciones que sufrieron todo el peso de los zombies tuvieron que pagar un enorme precio, EEUU había perdido toda su hegemonía, su territorio estaba inhabitable por la presencia de muertos vivientes, lo mismo los países que conformaban parte de la OTAN, quedando completamente a "oscuras". Las investigaciones de Lisa pudieron llevar a la creación de una cura contra esa plaga y así poder matar al virus que había sido creado, además de contar con la ayuda de Alexander y Dimitri por el trabajo de espionaje.
Y con el correr del tiempo, pronto los zombies fueron siendo exterminados, aunque las consecuencias no se hicieron esperar: La OTAN ya no existía más, EEUU había quedado, como muchos otros países, en zonas inhabitables, de población muy baja, solo en los pueblos, pero no en las grandes ciudades como Nueva York, Chicago, Sacramento, éstas ya no existían, ahora estaban en reconstrucción y solo el tiempo diría cuándo podrían volver a ser habitables. Los años fueron pasando y con ello estuvo una reunión familiar, en la cual se llevó a cabo en Buenos Aires, Argentina, el país de donde procedía Santiago, quien les abrió las puertas para que pudieran reunirse.
Allí estaban todos y el Futuro de cada uno de ellos: Para empezar, los Louds tenían a dos nuevos integrantes en su familia, Alexander y Dimitri, los cuales estaban con sus parejas, Luna y Leni. Lori se casaría con Bobby, una vez que terminara con la Universidad, mientras que los Goldname habían decidido adoptar a Cookie y ayudar a los McBride tras la pérdida de Howard. Por su parte, Evelyn continuaba con sus tareas de Maestra en artes marciales y espía del gobierno y los Casagrande se habían reunido también junto con Simon Gallieri en aquel país y Santiago, él había sido condecorado por sus acciones y en especial por la lucha contra la guerrilla y contra los zombies.
En medio de las celebraciones y el recuerdo por todos aquellos seres queridos que no pudieron escapar, para Lincoln era complicado olvidar a aquellas personas que estuvieron consigo, solamente Rocky y su hermano Rayos Oxidados se habían salvado, el resto no tuvo la misma suerte y mientras que el albino deambulaba por aquella casa que pertenecía al militar argentina, éste sintió que alguien le detuvo.
- Linky.- Le llamó cierta castaña.
- Cookie, qué alegría verte, ¿cómo...?.- Preguntó el joven y éste sintió como la pequeña le daba un tierno beso en los labios.
- Nunca olvidaré tus acciones, tú siempre me protegiste de los zombies. Muchas gracias, Mi Conejito Blanco.- Agradeció ella, quien no lo soltaba por nada del Mundo y el joven decidió aprovechar el momento para seguir con el beso.
- Nunca te dejaría sola, Cookie, nunca en mi vida, ni tampoco a mi familia, siempre estaré con todos ustedes para protegerlos.- Juró el albino, sin soltarse de la joven.
- Santiago.- Le llamó Lori, la cual fue hasta donde se hallaba el joven castaño, quien la miró.
- Lori, ¿pasa algo?.- Preguntó el militar, viendo que su amiga venía hacia él, apoyándose contra la pared de la terraza, mientras que miraba hacia abajo, en donde se hallaba Bobby con su familia y los McBride, sin olvidarse de Simon y Evelyn, la cual le estaba mostrando las nuevas técnicas de combate cuerpo a cuerpo a Lynn y su familia.
- No te preocupes, estoy bien, gracias.- Agradeció ella y lo miró.- Quisiera darte las gracias por todo, en especial por habernos ayudado en este viaje para recuperar a Lincoln y tengo que admitirlo: Eres un gran amigo, alguien en quien puedo confiar.- Agradeció la rubia, dándole un abrazo de amistad al joven, quien lo hizo también con ella, pero solamente era de ese estilo, nada más.
- Aún mientras que seamos distintos, yo nunca voy a permitir que nadie te falte el respeto, Luna, es una promesa que me haré de aquí hasta el día de mi muerte: Siempre estaré a tu lado y juntos haremos frente a los problemas.- Hizo Dimitri ese juramento delante de su novia, quien se emoción y saltó a sus brazos, besándolo apasionadamente.
- Siempre juntos, Mi amado Agente Secreto y no te preocupes por si un día conoces a mis otros parientes, estoy seguro de que Alexander y tú les caerán bien.- Le prometió Luna, la cual no se separaba de su amado ruso castaño.
A su vez, mientras que Dimitri y Luna continuaban besándose, lo mismo pasaba con Alexander, el cual se hallaba con Leni.
- Como que Luna y Dimitri se están divirtiendo mucho, ¿no crees?.- Preguntó Leni con curiosidad.
- Jejejeje, ¿te gustaría que nosotros hagamos lo mismo?.- Propuso su novio bosnio y ella sonrió.
- ¿Esto responde a su pregunta, Teniente?.- "Quiso" saber la rubia Loud, quien tomó al chico, besándolo dulcemente en los labios.
Cada quien tiene su Futuro, su forma de hacer las cosas, de cómo resolverlas, no importa qué tan complicado sea el Mundo o el problema que deba afrontar, mientras que haya esperanza ante una crisis, siempre se logrará triunfar, sin importar nada, ni siquiera que la Muerte misma estuviera delante de ellos: Y eso fue lo que hicieron aquellos chicos, lograron evadirla, sobrevivir y conseguir que tuvieran un Futuro para todos.
Pronto, en medio de aquella celebración, Santiago junto con Lori llamaron a todos los presentes, los cuales se tomaron una foto para el recuerdo: El recuerdo de una gran familia que había surgido en medio de aquel temible Infierno desatado sobre la Tierra y que lograron sobrevivir, pudiendo ver la luz al final del túnel y así escapar para tener un Futuro libre de peligros.
Y su meta estaba cumplida: Eran libres de todo peligro.
Fin.
Aquí termina todo, sé que es triste cuando una historia llega a su fin, pero es así como tienen que ser las cosas. Fue un gran comienzo, toda una aventura, la lucha por la supervivencia y ahora queda esperar hasta el año que viene para otros proyectos. Sí, lo que queda de este año solamente lanzaré, de vez en cuando y si me dan los tiempos, algún que otro fic de Loudcest (Lincoln y sus hermanas, como también Linka con sus hermanos), también algún que otro (y futuro) One-Shot de Alexander-Leni y Dimitri-Luna, pero todo a su debido tiempo.
Sumado a ello, para Marzo o Abril del año que viene, llegará el fic-secuela de "Te amo", el de Lincoln-Luna, sí, todos están ansiosos y es oficial, saldrá para esos meses.
Quisiera agradecer a todos los seguidores de esta historia, a los que aportaron su granito de arena con la música y sus OC. Aquí vamos:
* Banghg.
* AnonimousReader98.
* Sam The Stormbringer.
* Augusto Spiller.
* RCurrent.
* Viruz Pirata.
* FreedomGundam96.
* Coven.
* El Caballero de las Antorchas.
* Jason El Asesino Argentino.
* Sebas602.
* Johnny Ficker.
Les agradezco a todos por su colaboración, participación y demás (sé que quedó un poco "misterioso" sobre Jack y Lena, el OC de RCurrent, pero tranquilos, que puede que haga, un tiempito después, un pequeño One-Shot sobre ellos dos y su viaje hacia Seattle, así que tengan paciencia, que no están muertos).
Y ahora a prepararse, porque se viene el capítulo nuevo de mi "Saint Simpsons-Louds: Saga de Omnitrón", tal vez esta mitad de semana empiece a escribirlo, así que estén atentos.
Un saludo para todos ustedes y nos estamos viendo, Camaradas. Buen fin de semana para todos y muchas gracias.
¡Nos veremos en el 2019 con nuevos fics! ¡MontanaHatsune92, goodbye and good luck for everyone!