Lady Bug recibió en brazos a Chat, ambos arrodillados frente a frente, presos en los brazos del otro, el felino se aferró a la espalda de su compañera, percatándose de que tenía el cabello atado y no suelto. Magia de miraculous, pensó para sí mismo.

— ¿Por qué? —Espetó Lady Bug con los ojos llenos de lágrimas. — ¿Por qué siempre haces eso? ¿Por qué te pones a ti mismo de escudo humano cada vez que estoy en riesgo? ¿Por qué no sólo lanzar tu arma o hacer una distracción? ¿Por qué así?

—Porque… —Murmuró Chat luchando contra los efectos del akuma. —Porque si me pasa algo al tratar de defenderte… —El felino le dedicó una mirada amable a Lady Bug para terminar su frase. —Así tus ojos serían lo último que podría ver.

Chat bajó la mirada, aferrándose a la espalda de su Lady antes de ponerse en pie, aún con la mirada al suelo y los ojos ensombrecidos por su cabello.

—¿Chat Noir? —Murmuró Ladybug insegura.

—Aunque, ahora que lo pienso, tienes toda la razón. —Dijo con voz fría mientras le dedicaba una mirada ausente a la chica. —No debería arriesgarme tanto por alguien que no correspondió a mis sentimientos en dos años.

—Pero Chat... yo...

—Basta, Ladybug. —Pidió con una mirada dura. —Durante todo este tiempo yo te dije una y otra vez que estaba enamorado de ti, pero tú insistías en el hecho de que no podías estar conmigo porque amabas a alguien más. Fui un tonto por creer que algún día tú me corresponderías como yo estaba dispuesto a amarte.

—Pero Chat. Ahora sabes la verdad. —Suplicó la chica. —Sabes que tú eres la persona a la que amo, ahora sabes que te amo, a ti y a tu alterego, quiero estar contigo, como me pedías tantas veces y...

—Sí, igual que cuando enfrentamos al heladero y fingimos estar enamorados para que no nos atacara. —Dijo con sarcasmo. —O como cuando cupido negro me flechó y tuviste que besarme para romper el hechizo. Puras mentiras.

—Pero esta vez es real.

—Ah, ¿sí? Pues me harté. Me harté de ser tu tonto en espera de que me vieras una vez.

—¿Tú crees que yo no estaba harta? —Exclamó la chica con ojos llorosos. —¿Crees que no me dolía el hecho de que me rechazaras una y otra vez? No poder decir una sola frase coherente cuando estabas conmigo y darme cuenta de que, no importaba cómo tratara de confesar mis sentimientos, tú nunca lo ibas a ver. ¿Sabes cuántas veces quise decirte quién era yo?

—¡Demasiada charla! —Exclamó Chagrín apuntando a Chat Noir con su bombín. —Tráeme su miraculous para que no pueda dañar a nadie más.

—Considéralo hecho. —Exclamó Chat con intensidad. —¡Cataclismo!

Ladybug saltó de espaldas cuando Chat amenazó con golpearla con su poder.

—Perdóname Gatito. —Murmuró la chica al usar su yoyo para enfrentarlo.

Logró dirigir el ataque del felino a una de las sillas de la plataforma y así deshacerse del cataclismo del héroe. Luego lo amarró con el hilo de su Yoyo y le dio un golpe en la base del cuello con todas sus fuerzas y con lágrimas en los ojos.

Chat cayó desvanecido. Ladybug lo cargó sobre sus hombros y saltó hacia el siguiente nivel de la torre, como pudo, alcanzó el ascensor y terminó su descenso, escuchando el primer indicador de que se terminaba el tiempo de Chat Noir, pronto volvería a ser Adrien.

No podía dejar de llorar. Aunque sabía que todas las palabras que Chat le había dedicado eran parte del hechizo bajo el que estaba por causa de Chagrín, en el fondo sabía que Adrien tenía razón, le había dicho que no una y otra vez, demasiado obsesionada con el alterego como para darse cuenta de que héroe y ciudadano eran la misma persona.

Alya y Nino habían llegado a la torre al darse cuenta de que había una nueva persona Akumatizada, estarían cerca en caso de que los necesitaran como héroes; la chica no había perdido la oportunidad de grabar algo para el LadyBlog, así que captó en su transmisión en vivo que la heroína de París iba llorando, Ladybug pasó corriendo a su lado sin darse cuenta de que la estaban grabando.


7.-Lo que siento por ti

: Lamento haber tardado tanto con la actualización, pero en fin, aquí está. Gracias por leer

MizuMoon: Respondiendo a tu pregunta 3 Gracias por leer esta historia.

Arashi Shinomori: Hola! Perdón por haber tardado tanto en actualizar esta historia. Tuve problemas con mi cuenta de FF, así que migré a Wattpad con otras historias, pero decidí volver a terminar esto, para no dejarlo al aire. Gracias por leerme

Emely-nya: Jajajaja quería ser fiel al diseño de personaje, así que sí. De nuevo la víctima

Princess Mko: Un año después, pero aquí está la continuación. lamento mucho la demora, gracias por comentar mi historia.

Marianne E: ¡Hola! Qué gusto saber de ti! Tengo que admitir una cosa. Tu comentario fue la razón por la que decidí escribir éste capítulo. Esta historia estaba en hiatus y no sabía si valía la pena cerrar, pero aquí tienes. El próximo capítulo será el último. Tuve que migrar a Wattpad un tiempo para escribir otras historias, nada de MLB, pero bueno. Sólo quería decir que me alegró muchísimo leer un comentario nuevo para ésta historia. Espero que te guste el cierre.


Encontró un tejado desierto dónde esperar a que Adrien volviera a su forma normal. Tenía la esperanza de que el hechizo pasaría, pero no fue así.

El muchacho le dedicó una expresión dolida y desvió la mirada al percatarse de que Ladybug seguía portando el uniforme.

—Yo... —Murmuró ella.

—No hace falta que digas nada. —Espetó él desviando la atención y cruzándose de brazos. —Siempre quise que el primer beso de Chat Noir fuese para Ladybug y se lo di a Marinette. Qué desperdicio de tiempo. Si me hubieras dicho tu identidad nos habríamos ahorrado mucho.

—Era para protegernos el uno al otro.

—Pues te habría protegido con más ganas. —Dijo a manera de reclamo, mirándola fijamente, tratando de hacerle comprender que tenía roto el corazón.

—Tikki... —murmuró Marinette sin aliento, sin fuerzas, sintiéndose miserable —, puntos fuera...

La Kwami liberó a su protegida del disfraz y Marinette vio con lágrimas en los ojos a Adrien.

La pequeña kwami se refugió en el bolso de Marinette, aprovechando para comer algo y reponer fuerzas mientras le daba espacio a su protegida.

—Yo siempre quise que ese primer beso fuera para Adrien Agreste y se lo di a Chat Noir sin percatarme de que eran la misma persona. Ladybug trató a Chat como yo me sentía contigo, así que comprendo que estés dolido. Tal vez quien no merece a Chat Noir es Marinette y no al revés. Pero quiero que sepas una cosa. A ti, y a Chat... A los dos, los amo. Como Marinette y como Ladybug. Y tienes toda la razón si después de esto me odias, me lo gané a pulso. Pero no me voy a ir sin decirte eso... que Yo, Marinette Dupain-Cheng amo a Adrien Agreste. Y yo, Ladybug, amo a Chat Noir...

La pelinegra se agachó sobre la boca de Adrien, tomándole el rostro con ambas manos y le robó un beso amargo, cargado de tristeza, tratando de disculparse por todo cuanto había hecho de daño en todo el tiempo que llevaban luchando juntos contra el mal.

—Tikki, motas. —Dijo la pelinegra sin ánimos.

Ladybug saltó del tejado, dejando a Adrien solo y confundido.

Plagg vio cómo un candado se dibujaba en el pecho de Adrien. La marca del akumatizado.

El candado se abrió y el muchacho recuperó la consciencia.

—Plagg, ¿qué acabo de hacer?

Rápido le dio un pedazo de queso y esperó a que su Kwami estuviera listo para correr a alcanzar a su amada, esperando que no fuese demasiado tarde.

.

Ladybug no tardó en notar que el candado era la fuente de su poder. Había estado enfrentando a golpes y patadas a Chagrín, defendiéndose y tratando de alcanzar al origen del akumatizado, sin lograr éxito. No tendría tiempo para llamar a Rena Rouge o a Caparazón, ni siquiera a Queen B. Estaba sola esta vez y eso la dejaba en desventaja.

Alya había llegado hasta la parte superior de la torre y había visto a su amiga peleando contra Chagrín, lo estaba transmitiendo todo. Las lágrimas no dejaban de bajar por los ojos de la heroína, pero ella tenía en su mirada una determinación inquebrantable, así que se despejaba la mirada de cuando en cuando y seguía golpeando.

Chagrín la alcanzó con una patada, dejándola contra la baranda al otro lado de la torre.

—Ahora sí, Ladybug, eres mía.

Le lanzó una llave al corazón y el dibujo del candado se hizo presente en ella. La chica bajó el rostro a la par que Alya gritaba un "No", sin darse cuenta.

Ladybug se levantó en su sitio, con la mirada vuelta al piso.

—Entrégame tu miráculous, ahora que sabes que el amor no existe y que tienes roto el corazón.

—Tienes razón. —Dijo Ladybug apretando los puños. —Tengo roto el corazón. —Levantó los ojos, su mirada estaba lúcida, como si la llave no hubiese tenido efecto en ella. —Pero no es por tus trucos.

Chagrín se sorprendió muchísimo al escuchar aquello y no pudo evitar el golpe que Ladybug conectó en su mandíbula, sacándolo de su balance y consiguiendo que cayera. La chica arrancó el candado del cuello de su enemigo y le dedicó una mirada pesada al villano antes de darle la espalda y encarar Paris.

—Mi candado, dame mi candado.

Ladybug tomó su yo-yo con fuerzas.

—¡Lucky…!

—¡Espera! —Gritó Chat Noir llegando a su lado. —Llegaron los refuerzos, my lady. —El héroe le dedicó una mirada cálida para infundirle valor antes de exclamar: —¡Cataclismo! — Chat extendió una mano hacia la chica y sonrió de medio lado. Ella suspiró bajando el rostro y le entregó el candado, que se disolvió al tacto con el felino.

El akuma voló lejos de ellos, pero Marinette, dándole la espalda a Chat Noir, lo purificó con su yo-yo y todo volvió a la normalidad.

—My lady… —Murmuró Chat inseguro, extendiendo una mano hacia la chica y avanzando un paso.

—Tenías razón en todo lo que dijiste. —Murmuró ella bajando el rostro y llevándose una mano al corazón. El amuleto de Chat dio la primera llamada. Se les acababa el tiempo. —Fui increíblemente cruel contigo al rechazarte así. Tantas veces.

Alya abrió los ojos, pasmada ante aquella confesión. Una parte de ella quería que Chat y Ladybug estuvieran juntos, siempre había sabido que eran almas gemelas, así que estaba feliz. Por otro lado, ella pensaba en su mejor amiga sin imaginarse siquiera lo que estaba ocurriendo en realidad en esa confesión. No quería ver a Marinette con el corazón roto otra vez, como tantas veces había visto al darse cuenta de que Adrien parecía no verla. Su mejor amiga le había contado lo del beso de Chat Noir con tanta ilusión que sabía que terminaría con el corazón roto después de esa noche.

Ladybug giró sobre sí misma. Tenía los ojos deshechos en agua y le dedicaba una súplica silente a su compañero.

El felino se acercó un paso a ella y sonrió.

—No digas tonterías, Boogaboo. —Dijo el muchacho a media voz, admirando la belleza cristalina en los ojos de su enamorada. —Yo no fui muy diferente contigo. Ya sabes. Del otro lado del antifaz. Saberlo lo habría hecho más sencillo y nos habría ahorrado un par de akumas, pero no habría aprendido a confiar tanto en ti.

¿Cómo no lo había notado antes? Nadie en todo París tenía los ojos del mismo color que Marinette Dupain-Cheng, ese tono de azul tan peculiar y único que parecía irradiar magia. ¿Cómo no se había dado cuenta de las coletas, del color negro azulado, de las pecas, de los labios?

Aunque bien, la magia de los miraculous los protegía del resto del mundo, también los había vuelto ciegos, a ambos.

—Lo que dije antes es cierto. —Dijo ella cerrando distancia. —A ti, a tu alter ego. —Tomó aire antes de entrelazar su mano con la de Chat Noir, igual que cuando habían enfrentado a Oblivio, pero esta vez, ambos estaban seguros de aquello. —Te amo, Gatito.

El felino sonrió ladino y se agachó sobre la boca de Ladybug, besándola con dulzura, lento, rítmico, ya conocía aquella boca. Se aferró a la cintura de la chica con la mano disponible y suspiró rompiendo el contacto con sus labios, pegando su frente a la de ella, abrazándola cuando la heroína liberó su otra mano.

Segundo indicador. En tres minutos, Chat volvería a la normalidad.

—¡Alguien que me explique lo que está pasando! —Exclamó Alta subiendo las escaleras y grabando a los héroes.

—Eh… nosotros. —Tartamudeó Ladybug sintiendo que la descubrirían, retrocediendo en su lugar, pero no lo suficiente para que Chat la soltara.

—¿Algo que decir para el Ladyblog, Chat Noir?—Llamó Alya acusatoria. —¿Alguna explicación?

Ladybug abrió los ojos de par en par. Alta sabia lo de Chat y Marinette. ¿Ahora cómo iba a salir de aquello?

Tercera alarma.

Chat Noir, en un movimiento elegante y veloz, tomó a Ladybug en brazos y le sonrió a la cámara. —Me encantaría quedarme, pero tendré que darte respuestas en otra ocasión. Nos retiramos.

Y saltó de la Torre Eiffel con su amada en brazos.

El héroe saltó por los tejados de París hasta que escuchó el cuarto indicador de su miraculous. Decidió parar en un techo desierto y bajar a Ladybug para que Plagg pudiera abandonar el traje.

Estuvieron unos segundos en silencio, mirándose a los ojos el uno al otro.

—¿Es cierto, Marinette? —Murmuró el muchacho con melancolía. —Lo que Ladybug y tu dicen.

—Esos son mis sentimientos casi desde que te conocí. —Admitió al fin la chica, por primera vez sin tartamudear ni trabarse.

Los recuerdos los golpearon de pronto. Todo lo que habían vivido en la torre Montparnasse volvió a sus memorias en ese instante, las charlas, las estrategias, las palabras de amor que se habían dedicado el uno al otro. El beso.

Ladybug se sorprendió muchísimo, retrocediendo un paso y llevándose una mano a la boca.

—Ya lo sabíamos. —Murmuró Adrien sin aliento.

—Tikki, puntos fuera. —Murmuró Marinette sintiéndose incapaz de articular otra frase.

—En el fondo lo sabíamos. —Repitió Adrien sonriendo. —Yo... —Murmuró Adrien, inseguro de seguir hablando. —Yo creí que te gustaba Luca...

Marinette se sonrojó ante la mención de ese nombre.

—Pues sí. —Dijo para sí misma. —Luca siempre fue muy amable conmigo, y atento, y creo que yo le gusto, pero no podría corresponderlo ahora que sé quién eres. Además, lo que siento por ti no es que me gustes y ya. Lo que siento por ti es...

Adrien cortó toda distancia y besó la boca de Marinette, sonriendo ampliamente en ese gesto. La chica había dicho que quería un beso de Adrien, Chat Noir había tenido su beso de Ladybug, ahora él quería concederle a Marinette su deseo.

—Tenemos que volver a la fiesta ahora que la lluvia paró. —Pidió Marinette sonriendo, mientras Adrien entrelazaba sus dedos con los de ella y asentía. —O podrán sospechar... Y yo tengo que hablar con Alya.

—¿Con Alya?

—S-si... es que... Es que le conté del beso que Chat me dio...

—Ups... —Murmuró Adrien abriendo los ojos de más. —Más vale que nos demos prisa.

—¡Tikki...! —Un mensaje entrante llamó la atención de Marinette, quien sonrió dándose cuenta de que el remitente era Alya.

—¿Qué dice?

—Que mañana quiere hablar conmigo.

—Bueno, eso nos deja un poco más de tiempo. —Murmuró Adrien. —¿Volvemos a la torre?

—Vamos. —Aceptó ella cuando el muchacho le ofreció el brazo.