Les traigo una nueva historia, lamento la demora pero me ha tomado algo de tiempo darle forma a mis ideas, razón por lo que no deben de preocuparse por las actualizaciones, ya que está casi terminada.

Sin más que agregar, espero la disfruten, todas las criticas son bienvenidas.

Conocen el disclaimer, los personajes no me pertenecen, hago esto sin fines de lucro, bla bla bla.

-0-

El tiempo había pasado sin siquiera notarlo, sentía como si fuera ayer cuando vio por primera vez entrar a una chica cargada por un panda a su casa, y sin embargo, ahí estaba hoy, años después, eligiendo el vestido que usaría en la graduación de la preparatoria.

Había escogido un vestido negro que favorecía enormemente su figura: de tirantes con un escote elegante que sin embargo denotaba que había dejado de ser la "pechosplanos" a la que tanto molestaba Ranma, era lo suficientemente corto como para poder admirar en todo su esplendor aquel par de bien trabajadas piernas que poseía, y acentuaba también ese firme y bien definido trasero que la había caracterizado el último año, además llevaba en la cintura un listón que terminaba con un adorno en forma de una preciosa gardenia. Aunque no lo dijera, secretamente pretendía estar bella para cierto chico que solía usar el cabello trenzado, pues aunque no la había invitado al baile aún, no perdía la esperanza de ir con él.

Ahora que lo pensaba bien, su relación no había cambiado mucho a pesar del tiempo transcurrido; a veces le parecía ver cierta chispa en esos profundos ojos azules que tanto la enloquecían, algún roce accidental, algún intento de acercamiento, pero no, nada, al parecer solo era imaginación suya. Suspiró algo frustrada, alejó esos pensamientos y se dedicó a elegir el par de zapatos que irían perfectos con aquel hermoso atuendo.

Cuando terminaron las compras, Yuka, Sayuri y Akane salieron del centro comercial felices con los vestidos que usarían en la tan esperada fiesta de graduación.

-¿Entonces qué, Sayuri? ¿Por fin Daisuke se decidió a invitarte?- habló Yuka.

-Ese bobo- respondió apretando la mandíbula – cada vez que creo que lo va a hacer, solo se me queda viendo y se da la media vuelta. Si sigue así tendré que aceptar la invitación de Toishi, que ni crea que voy a esperarlo hasta ser anciana-

Las chicas rieron ante la ocurrencia.

-La que sí se va a quedar esperando vas a ser tu, querida Akane, si no le das un empujoncito a Ranma- volvió a hablar Yuka.

-¿Yo?… ¡ni quien quiera ir con ese tonto!- replicó fingiendo molestia la aludida.

-¡Ah! Conque no quieres ir con él… pues entonces tendrás que ir sola al baile… o acaso ¿Algún otro chico te ha invitado a ir?- dijo Yuka con algo de burla en la voz.

-Pues… en realidad no. Creo que Gosunkugi lo intentó, pero antes de poder decir cualquier cosa empezó a lanzar no sé qué tipo de polvos mágicos que lo dejaron inconsciente en el piso-

Nuevamente rieron todas.

-¿Y sabes por qué nadie te ha invitado? – Yuka se acercó para hablarles a sus amigas con aire cómplice- Hiroshi me dijo que Ranma amenazó a todos los chicos de la escuela, que si se atrevían a invitarte al baile les rompería todos los huesos de la manera más dolorosa posible.

La joven Tendo quedó sorprendida con aquella confesión.

-¿Será posible que…?-

-Pero él es tan tímido que yo creo que si no estuviera prometido contigo se quedaría soltero toda su vida- concluyó Sayuri, provocando una nueva oleada de risas.

-¿Y qué vas a hacer si Ranma no te invita a ir con él?- volvieron sobre el tema las chicas.

-De todos modos iré, es la despedida del curso- sonrió satisfecha la chica Tendo.

Continuaron charlando hasta que se separaron para dirigirse cada cual a su hogar.

-0-

Ya llegué!- gritó al ingresar a la casa después de descalzarse.

Tomó el camino hacia su cuarto, encontrándose a Ranma en las escaleras que bajaba "casualmente".

-Ya regresaste. Yo no sé para qué fuiste a comprarte ropa para esa estupidez del baile, seguramente ya todos se dieron cuenta que eres una marimacho bruta y ningún chico te invitará a ir con él- soltó burlonamente.

-Fui porque quise hacerlo, además, aunque nadie me invite iré al baile, es la última vez que podré convivir de esa manera con todos los del grupo, es una despedida- dijo totalmente convencida pasando de largo.

Ranma iba a contestarle, más un estridente ruido hizo que se pusiera en alerta, saltó velozmente y tomó a Akane en brazos justo antes de que aparecieran tras una nube de polvo las tres chicas que se ostentaban como sus otras prometidas.

-Airen, Shampoo saber que tú tener baile este sábado y estar dispuesta a ir contigo- dijo la china.

-De ninguna manera, mi Ranma-sama solo irá conmigo para envidia de todos los plebeyos- continuó hablando la menor de los Kuno.

-Están equivocadas las dos, solo pueden asistir alumnos de la preparatoria Furinkan, pondrán guardias especiales para garantizarlo, por lo que Ranma-chan irá conmigo ¿Verdad?- dijo girando para ver al aludido con Akane aún entre sus brazos, lanzándoles una furiosa mirada de reproche.

Al percatarse de la situación comprometedora, Akane se alejó lo más posible del chico al tiempo que le decía

-Por lo que veo a ti no te faltará con quién ir, así que no tienes que preocuparte por mí- y se dirigió molesta a su habitación- por cierto, llévate a tus noviecitas lejos de aquí, solo vienen a causar molestias- y cerró de un portazo.

Las mujeres se abalanzaron sobre el joven, quién salió cruzando a toda velocidad los tejados evitándolas.

-0-

La semana previa al baile, todo parecía indicar que la ansiada invitación a la fiesta que Akane esperaba por parte de aquel chico de azules ojos nunca llegaría, por lo que ya se había resignado a ir sola; por su lado, el mencionado joven se había asegurado personalmente que todos los varones del salón y del tercer año en general, hubieran entendido que nadie podía invitar a Akane o se las verían con él, sin embargo, tampoco se había atrevido a invitarla… aún.

Reunió todo el valor que poseía y salió en su búsqueda, la encontró asestándole duros golpes al muñeco de entrenamiento con trenza que estaba en el patio.

- Akane… ¿Podría… podría… hablar contigo?-

-Claro, dime- suspendió la chica su ejercicio mientras caminaba hacia él.

Una traviesa gota de sudor recorrió desde su barbilla hasta su cuello, perdiéndose en el inicio del escote de su ropa, Ranma la observaba perdidamente hasta que la chica Tendo carraspeó llamando su atención.

-¿De que quieres hablar?-

-¡Ah, si! Pues… verás es sobre el sábado… yo… yo… no tengo planeado ir con nadie… y ya que sé que tú tampoco irás con nadie… y ya que vivimos juntos ¡No! Quise decir en la misma casa, sí, eso… pues, pienso… que nos convendría para regresar juntos… no es que quiera pero es conveniente… el ir… juntos- terminó la frase en un susurro mientras su rostro tomaba el color de su camisa.

-Te refieres a… ¿Ir juntos al baile?- la chica estaba impactada.

El joven solo atinó a afirmar con la cabeza.

-¿Como… como en una cita? ¿Tú y yo?-

La primera reacción de él fue negar rotundamente lo de la cita, sin embargo, al ver el desilusionado gesto de su prometida, tímidamente habló por lo bajo.

-Sí, tu y yo, como en una cita-

Aquellos bellos ojos cafés brillaron como tanto le gustaba, la hermosa sonrisa que lo volvía loco apareció en el rostro de la chica e inesperadamente, ella se colgó de su cuello de un salto, la reacción instintiva de él fue rodear con sus brazos la fina cintura, mas luego aquello se convirtió en un tierno abrazo.

-- susurró con la voz vibrándole de emoción. – Claro que sí-

El momento era tan mágico que no se percataron que unos rabiosos ojos femeninos los observaban, pronto sabrían que una mujer despechada es capaz de cualquier cosa.

-0-

El día del baile, habían pasado horas que Akane se había bañado y el resto del tiempo la había pasado encerrada en su habitación; a su vez, Ranma había tomado un rápido baño y ahora se estaba vistiendo, su madre le había ayudado a elegir un elegante traje negro adornado por un moño azul que combinaba a la perfección con sus ojos, ahora era solo cuestión de esperar.

El chico nunca se había caracterizado por ser paciente, así que después de que estuvo listo, tardó solo un par de minutos y tocó la puerta del cuarto de Akane.

-¡Vamos, Akane! ¿Cuánto tiempo más vas a tardar? Si no te apuras llegaremos solo a limpiar el sal…-

La puerta se abrió de par en par dejando al chico boquiabierto por la visión ante él, ahí estaba Akane Tendo, con ese vestido oscuro que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y los tacones que acentuaban sus perfectas piernas, usaba un ligero maquillaje en el rostro que solo acentuaba sus delicados rasgos femeninos y el cabello ligeramente recogido hacia un lado con una fina peineta de pedrería que solo acrecentaba su belleza.

-Disculpa la tardanza, estaba buscando un collar que combinara pero ninguno me gustó, solo perdí el tiempo- dijo algo turbada la mujer ante la penetrante mirada de su prometido.

-Yo… yo creo que puedo ayudarte con eso… pensaba dártelo más tarde pero…- dijo el joven mientras sacaba una pequeña caja del bolsillo interior de su saco- No te emociones, en realidad no es para tanto, es solo un pequeño detalle-

Los ojos de la chica brillaron emocionados al abrir el paquete, era una delicada cadena con un dije plateado en forma de gardenia con una perla en el centro.

-Esta precioso… muchas gracias. ¿Podrías ponérmela?- dijo mientras se giraba ofreciéndole el níveo cuello al guerrero.

Con cierta torpeza, Ranma tomó el collar entre sus dedos y procedió a colocarlo, no pudo evitar rozar la suave piel de la mujer, provocando en ambos que una corriente eléctrica los recorriera de pies a cabeza.

-¿Cómo supiste que combinaría con…?- le interrogó ella.

-Es una flor hermosa, va contigo- repuso inmediatamente el chico.

Una discreta sonrisa de satisfacción se asomó a los labios femeninos, veladamente el apuesto varón le había dicho hermosa.

-0-

Salieron del hogar no sin antes pasar por las ya tan conocidas y vergonzosas escenas y comentarios de sus familias, que solo hicieron que se apresuraran en la huida, provocando que a los pocos metros la chica Tendo tropezara, evitando caer solo debido a la intervención del guapo muchacho que caminaba a su lado.

-Eres muy torpe, si ya sabes que no puedes caminar con tacones no te los hubieras puesto- comentó el chico provocando el enojo de la mujer, más antes de que pudiera hacer algo, continuó- aunque te quedan muy bien.

Ella se sonrojó notoriamente, lo que no pasó desapercibido para él, llenándolo de satisfacción el que provocará esa reacción en ella; aprovechó el momento para colocar el brazo femenino por debajo del de él.

-Caminemos así para evitar que te caigas antes de llegar, torpe-

Tan impresionada estaba la mujer que no alcanzó a responder el insulto, solo se dejó llevar por ese varonil hombre disfrutando su cercanía.

Llegaron a la fiesta causando gran revuelo, tanto por haber llegado juntos como por lo apuestos que se veían ambos. Intentaron comportarse y no hacer caso de los cuchicheos, se dirigieron a la mesa con sus amigos y comenzaron a disfrutar de la velada.

La noche estaba pasando sin mayores contratiempos hasta que una embriagada Ukyo se acercó tambaleando a la mesa; en cuanto llegó notó la hermosa joya que Akane ostentaba en su cuello.

-¡Vasha que buonito coshar, Akane! ¿Quién te lo dio?- intentó decir.

-No es de tu incumbencia- contestó Ranma molesto.

-¡Ran-shan! Qué gushto verrrte. Vamosh a bailarrrr ¿Shi?- le dijo cambiando su atención a este mientras se repegaba al chico.

-Ukyo, has estado bebiendo- dijo algo molesto el joven.

-Sholo un poquitito, Kikujiro me invitó sholo poquito- la joven Kuonji hacía gestos bastante cómicos.

-¿Kikujiro?- enarcó las cejas el joven Saotome.

-Shi, como no me invitashte al baile ashepté shu invitación- respondió con una sonrisa boba en el rostro.

-Kikujiro no es una buena influencia- intervino la chica Tendo- era capitán del equipo de Kenpo, pero se metió en líos con pandillas y lo expulsaron, apenas y le dejaron quedarse en la escuela por las influencias de su padre- lo que no dijo la chica fue que estuvo obsesionado con ella hasta antes de que Ranma llegará a la escuela.

-Buenas noches, disculpen a mi pareja, parece que se escabulló de mi vista un momento… Hola, Akane- se hizo presente el mencionado muchacho.

-Hola, Kikujiro- contestó la aludida con cierta molestia en su voz.

-Bueno, si me permiten. Ukyo, ven a bailar conmigo anda- dijo el recién llegado mientras cargaba ligeramente a la chica cocinera y la juntaba lascivamente a su cuerpo.

-No me parece correcto…- comenzó hablando Ranma mientras apretaba los puños y no les quitaba la vista de encima.

-Será mejor que lleves a Ukyo a su casa, Ranma- le sacó de sus pensamientos Akane – está en mal estado y no me gustaría que Kikujiro se aprovechara de eso.

Él solo asintió mientras se levantaba de la mesa.

-Akane, espérame por favor, regresaré por ti, hay algo muy importante que quiero decirte- pronunció al girar el rostro para hablarle en el oído a la chica, causándole una tremenda turbación.

La chica del cabello corto observó la escena donde su prometido intentaba llevarse a Ukyo para desagrado de su pareja, armándose un pequeño altercado entre ambos que amenazaba con hacer terminar mal el baile, por lo que decidió intervenir para que prevaleciera la paz. Se acercó y tocó en el hombro a Kikujiro, quién inmediatamente cambió el gesto amenazante que tenía por uno triunfal al ver a quien solicitaba su atención, no pasando esto desapercibido para el guerrero Saotome.

-¿No prefieres bailar conmigo?- dijo Akane viéndolo con ojos dulces.

-Siendo así, acepto gustoso- contestó el interpelado mientras soltaba despectivamente a Ukyo y la tomaba a ella posesivamente por la cintura.

El joven de cabello trenzado iba a írsele encima, más con un gesto Akane lo detuvo y le indico que se fuera, brindándole una sonrisa cómplice en la que le decía que estaría bien. Ranma se fue a disgusto, pero le preocupaba el estado de su amiga y sabía muy en el fondo que Akane podría romperle la cara a ese tipo con una sola mano y en tacones si se lo proponía.

Se dirigió con Ukyo a cuestas hacia el Ucchan, sentía la apremiante necesidad de regresar pronto al baile como había prometido, por lo que no perdió tiempo en buscar las llaves, prefirió trepar por el tejado y entrar directamente a la habitación de la chica; una vez dentro, depositó a la joven propietaria del restaurante sobre su cama, ésta se despejó y le habló.

-Ran-chan ¿Por qué?-

-¿Por qué qué, Ukyo?- aún se tomó el tiempo de contestarle.

-¿Por qué… la prefieres a ella? ¿Por qué no me amas a mi?- dijo entre suspiros.

-Yo… no lo sé- soltó al fin.

-Soy más bonita, mejor cocinera, más amable… y te amo… ¿Por qué?- insistió sollozando levemente- ¡Mírame!-

En el momento que él se giró se dio cuenta que ella había deslizado la parte superior de su vestido.

-¿Pero qué…?- intentó argumentar, más ella fue más rápida y ya había acercado el rostro masculino al de ella con la intención de besarlo.

Él intentó quitársela de encima, más no quería lastimarla, por lo que sólo le sujetó las muñecas y la alejó. Ella al sentirse rechazada comenzó a llorar lastimeramente, haciendo que él se sintiera culpable.

-No, U-chan, no te pongas así, por favor- intentaba consolarla sin éxito.

Ukyo detuvo su llanto y lo miró fijamente a los ojos.

-Esta bien, admito cuando me han derrotado, pero… hay algo que quiero pedirte… una última cosa antes de resignarme para siempre.-

Él la miró intrigado.

-Bésame y di que me amas- El chico le devolvió una mirada escandalizada- es todo lo que pido, solo eso, y te prometo que nunca más volveré a insistir en el tema del compromiso, seremos solo amigos.

Ranma comenzó a dudar, más ella insistió para convencerlo.

-Solo sería una vez, nadie tiene que saberlo, es un precio muy pequeño por quitarte una molestia de encima ¿No crees? – él quiso refutar más ella continuó- será un beso, solo eso, te olvidarás de mi y podrás ser feliz con ella.

Dudó todavía un poco, más era una oferta bastante buena, además, nadie lo sabría.

-De acuerdo, pero solo uno y nadie nunca lo sabrá, ¡jamás!, Entonces dejaras de insistir sobre lo del compromiso y nos dejaras en paz ¿De acuerdo?- amenazó el chico.

-Por mi honor. Pero tiene que parecer verdadero, real, como si… como si… me amarás- dijo en un susurro lo último.

Ranma la veía con los ojos extremadamente abiertos, estaba a punto de retractarse y ella lo notó, por lo que insistió.

-Vamos, es lo último que te pido… por solo una vez en tu vida, hazme sentir amada, solo será está vez. Solo hoy, solo nosotros, nadie lo sabrá… es un pequeño precio por tu felicidad a su lado. – sonaba bastante convincente la mujer.

-De acuerdo ¿cómo quieres que sea?- respondió él con un poco de fastidio en su voz.

-Cuando te bese ¿Podrías… decir que me amas?-

-Pero…-

-Soló está vez, solo una, por favor, solo una- dijo rogando ella.

Él todavía dudó, pero al ver así a su amiga, tan frágil, tan suplicante, le ablandó el corazón.

-Esta bien, pero recuerda nuestro trato-

Ukyo asintió emocionada y acercó lentamente su cuerpo semi desnudo a él, al notar que no respondía, tomó las manos masculinas y las colocó alrededor de su cintura, cerró la distancia que quedaba entre sus labios y lo besó, intentó en ese acto demostrarle cuánto lo amaba y significaba para ella, más no obtuvo la respuesta que deseaba, así que suspiró y pronunció:

-Te amo, Ranma- se quedó a la expectativa.

Después de una pausa, recordó su trato y pronunció sin mucha emoción.

-Yo también te amo, Ukyo-

Ella sonrió satisfecha y se recargó en el pecho de él.

-Gracias por pasar la noche conmigo, nunca olvidaré esto-

Se quedó ahí un minuto más, hasta que él se apartó.

-Tengo que irme, me está esperando- habló esquivando el rostro de la mujer.

-Lo sé- dijo ella con tristeza- supongo que esta es la despedida… Ran-chan… gracias de nuevo-

Él solo asintió con la cabeza y ocultó sus ojos tras su flequillo, se sentía el traidor más vil del mundo, pero si así lograba que Ukyo los dejara en paz había valido la pena. No se despidió, salto de nuevo por la ventana y corrió en dirección del baile.

-0-

En la fiesta, Akane bailaba con Kikujiro, quién se obstinada en mantenerla pegada a él, obteniendo por respuesta que cada dos por tres ella le propinara un pisotón o un velado codazo.

-Que agradable recordar viejos tiempos ¿Cierto, querida?-

-¿Cuáles viejos tiempos? ¿En los que te propinaba una golpiza diario porque no entendías un no por respuesta?-

-Recuerdo que estabas loca por mí-

-Creo que te falla la memoria, "querido"- dijo sarcástica la chica mientras disimuladamente se deshacía de él.

-Tú noviecito ya se tardó… debe estar ocupándose de su "amiga" - dijo a modo de intriga- tú eres la única de toda la escuela que sigue creyendo que entre ellos solo hay una inocente amistad-

-¿Qué quieres decir?- había picado el anzuelo.

-Pues que pasa demasiado tiempo con ella ¿No te habías dado cuenta?. Él es un hombre joven, con ciertas necesidades – Dijo con cizaña- y por como te conozco supongo que CONTIGO no han pasado de tomarse de la mano ¿No?-

-No sé a dónde quieres llegar con esto- contestó ya molesta la mujercita.

-Vamos, Akane, no puedes ser tan tonta. Ranma y Ukyo tiene mucho que tienen una relación a tus espaldas… Yo solo vine hoy con ella porque obviamente Ranma no podía invitarla al baile sin que sospecharas, pero apuesto que le prometió que hoy pasaría algo especial entre ellos.- Akane solo lo veía cada vez más enojada- claro que si no me crees, hay un modo de confirmarlo.

-¿A qué te refieres?- dijo tímidamente ella.

-Lo que acaba de pasar solo fue una pantomima, el pretexto perfecto para pasar la mágica noche de la graduación juntos sin que te opusieras ¿por qué crees que está tardando tanto?- hizo una pausa esperando la reacción de ella- pero si quieres, yo te puedo llevar para que lo veas con tus propios ojos.

La chica Tendo estaba dudosa, no quería desconfiar de Ranma, pero todo lo que Kikujiro decía coincidía a la perfección con su versión de la historia; antes de que ella afirmara o negara la propuesta, él la tomó de la mano y se la llevó fuera ante los atónitos ojos de sus amigos.

-0-

Se dirigieron a la casa de Ukyo, cuando llegaron vieron la luz del cuarto de ella encendida.

-¿Ves? Ya están en casa, y por lo que se ve llevan rato ahí- dijo el hombre – ahora que si no me crees, podemos subir a comprobarlo-.

Ella dudó aún, pero él nuevamente se adelantó a su reacción y de un saltó subió con la chica a la ventana, cuidando de que quedaran ocultos en las sombras pero que pudieran ver toda la escena.

Lo que observó la dejo en shock, ahí estaba su prometido con Ukyo desnuda entre sus brazos, besándola, sin embargo, lo peor fue lo que después escuchó.

-Te amo, Ranma-

-Yo también te amo, Ukyo-

-Gracias por pasar la noche conmigo, nunca olvidaré esto-

No pudo seguir viendo, descendió de su posición y corrió desesperadamente por las calles, llevaba las manos cubriendo su boca intentando acallar los gritos que luchaban por salir de su alma, las lágrimas corrían gruesas por sus mejillas, su corazón se había partido.

Sus pies la llevaron a la entrada de su casa, el único lugar donde se sentía segura, sigilosamente entró y ascendió a su cuarto, ahí estaría bien y resguardada, pero el intenso dolor que sentía en el pecho no se iba, al contrario, crecía al obstinarse su mente en rememorar todos y cada uno de los momentos vividos junto a su prometido en ese cuarto, él estaba en todo. Llevó su mano a su cuello y tentó el collar que aún usaba, se lo arrancó violentamente y la tiró con furia al piso.

-¡Soy una tonta, una tonta! Tan ciega estaba que nunca me di cuenta de la verdad… él ama a Ukyo- dijo tristemente mientras se echaba a llorar desconsolada.

Después de unos minutos se tranquilizó, más no podía pasar más tiempo ahí, no con todo recordándoselo. Tomó su mochila de viaje y empacó lo mejor que pudo, garabateó unas cuantas líneas en una hoja de papel que dobló y dejó en su escritorio.

Salió como estaba, con su elegante vestido negro y sus tacones, no tenía tiempo de cambiarse, necesitaba irse, necesitaba librarse de todo.

-Adiós, Ranma- dijo quedamente- no voy a obligarte a quedarte a mi lado solo por compromiso, de corazón espero, que seas feliz.

En la penumbra de la noche se veía a una chica con una enorme maleta a cuestas que se alejaba velozmente del Dojo Tendo.