¿Están ahí mis vidas? ¿Me escuchan? ¿Me oyen? ¿Me sienten?
Jajajajajaja
Uf, se me pasó un poco el tiempo y no había actualizado.
Gracias a las amigas que comentaron, no las nombro, porque estoy actualizando a la velocidad de la luz desde mi trabajo, pero gracias de todo corazón.
Este drabble es medio triste otra vez, me he puesto melancólica para escribir, aunque ando re feliz por la vida, pero bueno, así es la inspiración. Espero traerles algo más animado para la próxima.
Les dejo un beso enoooorme y un abrazo bien terremoteado, ahora que se vienen las fiestas patrias de mi país, jaja. Nos leemos pronto, no olviden dejarme algún comentario, así no me pongo tan melancólica, jaja.
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"Endy, tengo miedo" los ojos cristalinos de la Reina de Tokio de Cristal parecían aún más claros que lo habitual, expuestos ante las luces de la sala de hospital.
"Tranquila, todo va a estar bien" Endymion besó su frente con ternura, y sonrió "lo prometo"
El día había llegado, luego de largas 38 semanas de dulce espera, al fin había entrado en trabajo de parto, y para ella era la sensación más aterradora y emocionante del mundo. El rey por su parte se encontraba notoriamente nervioso, aunque trataba de esconderlo lo mejor posible para no acrecentar la ansiedad de su esposa.
"Bien, vamos a revisar cómo va todo" la matrona a cargo se puso los guantes y procedió a examinar, luego sonriendo comentó "3 centímetros, creo que esta será una larga noche, majestad"
Las horas pasaron, el cansancio ya era evidente en las facciones de ambos, sobre todo de la reina, quien cada cierto tanto se en crispa a de dolor con una nueva contracción.
"¿Por qué no quieres salir bebé?" habló dulcemente acariciando su enorme barriga.
"¿Cómo estás?" el moreno, acomodado en una silla junto a la camilla, acarició su frente, lucía evidentemente preocupado.
"Como si tuviera un bebé atascado en mis caderas, pero bien" bromeó con una gran sonrisa y sus ojos casi cerrados por el sueño.
El rey Endymion sonrió "Trata de dormir"
La rubia cerró sus ojos un momento pero pronto fue puesta nuevamente en alerta por las fuertes contracciones. Respiró hondo nuevamente, como le habían enseñado en los talleres que la preparaban para el parto.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pues su esposo ya no ocupaba la silla a su lado, escaneó con su mirada el lugar y pronto lo encontró, hecho un desastre, con enormes ojeras, el pelo desordenado y al parecer algo molesto discutiendo con Mercury, quien estaba a la cabeza del equipo a cargo de su parto.
"Está estacionario" alcanzó a escuchar la sentencia de la peliazul "tenemos que hacer una cesárea"
"Sabes que Serenity no quiere un cesárea"
"Endymion, por favor, tú sabes cómo es esto" trató de razonar con él "sabes que no lo diría si no fuera estrictamente necesario"
"No veo nada en el monitor que indique que hay problemas con el bebé"
"¿Y quieres que esperemos a que los haya?" Ami ya estaba perdiendo la paciencia.
"Endy" llamó la rubia desde su cama, a unos cuantos metros de ellos "Quiero la cesárea, si es lo que aconseja Ami, sé que será lo mejor para la bebé" comentó cuando éste se hubo acercado.
"Estás segura, aún no es necesario... "
"Segura" sonrió.
Los arreglos se hicieron para efectuar una cesárea de urgencia, y en menos de una hora el rey y la reina pudieron sostener en sus brazos a su primogénita, una sana y regordete bebé de cabellos rosados. Endymion siguió a la bebé en todo momento, mientras era pesada, medida y revisada por el neonatólogo, no quería perderse ni un segundo de la vida de su recién nacida hija.
Fue cuando se dispusieron a dejarla en una cunita para descansar, que el pelinegro se hizo consciente de la conversación del ginecólogo junto a Mercury terminando la cesárea.
"No para de sangrar"
"Demonios" la peliazul frunció el ceño, una mezcla entre frustración y determinación en su rostro "administren oxitocina" su voz distirsionada por la mascarilla se escuchó fuerte y clara.
"Doctora, la presión está cayendo rápido" informó una de las paramédicos con urgencia observando el monitor.
"¡Serenity!" Endymion estuvo a su lado en un santiamén, viendo cómo su amada se ponía cada vez más y más pálida, cayendo rápidamente en inconscia "Mercury..."
"Tranquilo, estamos haciendo todo lo necesario" se oía la concentración en su voz, luego levantando un poco más el volumen "¡llamen al banco de sangre, necesitamos unidades de glóbulos rojos para transfusión!"
"El masaje no está resultando Dra Mizuno"
"Aumenten el goteo de oxitocina"
Las frases dichas por los miembros del equipo, y los pitidos de las máquinas parecían un remolino que envolvía al pelinegro.
"¡Hazle una sutura comprensiva!" la voz del rey apremiaba con urgencia "no puede perder más sangre, entrará en shock"
"Eso haremos Endymion, descuida" su respuesta fue un susurro ausente, mientras sus manos enguantadas trabajaban a toda velocidad para detener la hemorragia que aquejaba a la soberana de Tokio de Cristal.
Las manos del pelinegro temblaban mientras acariciaba los cabellos de su esposa; la posibilidad de perder al amor de su vida lo aterraba más que nada en el mundo.
"Tienes que salir de esta Serena, te prometí que todo estaría bien" besó su frente y sus cabellos con devoción.
Los minutos pasaron y mientras el morenos susurraba palabras de amor al oído de la rubia, Ami se alejaba de la mesa quirúrgica y se quitaba los guantes, tirándolos con frustración al basurero más cercano.
"Endymion, acompáñame"
La expresión de pánico y rabia en las facciones del soberano de la tierra eran algo que no había visto de todos los cientos de años que lo conocía, era francamente una visión aterradora.
"Ami, ¿Qué significa esto?" preguntó con voz firme cuando habían llegado a la sala de informaciones "¿significa que ya te rendiste?"
"Endymion, Serenity ha perdido mucha sangre..."
"Lo sé, y estás aquí conversando conmigo en lugar de..."
"Estoy aquí conversando contigo" levantó la voz por sobre la de él, haciendo énfasis en sus palabras "porque la sutura no funcionó, hemos transfundido varias unidades de glóbulos rojos y la oxitocina tampoco está funcionando..." la peliazul suspiró "la única alternativa es una histerectomía"
"No, no puede ser la única opción" movió la cabeza en negación bruscamente "no puedes quitarle el útero a Serenity... No puedes... " dejó caer su cabeza y se desplomó en la silla tras él "le prometí que todo saldría bien..."
"Debemos salvar la vida de la Reina, la pequeña dama la necesita, todos la necesitamos" tomó su mano con compasión "Endymion, esta es la única opción de salvarle la vida" y soltando su mano, se levantó dispuesta a volver "te dejaré los papeles para firmar la autorización"
El moreno asintió ensimismado y firmó el consentimiento mientras Ami volvía al pabellón.
"Dra. Mizuno, el equipo no detecta presión..."
"Maldición" susurró tras su mascarilla "debemos proceder con la histerectomía rápido"
"Pero está prácticamente sin signos vitales..." protestó su colega.
"¡Histerectomía dije, demonios!" el tono habitualmente calmado de la peliazul, había sido reemplazado por la desesperación.
"Yo me encargo de reanimarla" el rey miró a la guardiana de mercurio a los ojos y esta asintió.
Endymion posó sus manos sobre el pecho de su mujer y transmitió toda la energía sanadora que pudo, con más intensidad que nunca.
"Tenemos presión y está despertando"
"E-Endymion..." la voz de la rubia fue un rasposo susurró "¿Qué pasa?"
"Shhh" la miró a los ojos conteniendo las lágrimas que luchaban por brotar "no hables, todo está bien, todo va a estar bien"
Y con eso la rubia volvió a dejarse vencer por el sueño, mientras se llevaba a cabo la intervención.
Fueron horas difíciles en que el equipo trabajó intensamente hasta detener la hemorragia y estabilizar a la reina. Durante las horas en que la rubia permaneció en cuidado intensivo, el rey Endymion se dedicó a la que ahora sabía que sería su única hija.
"Está todo perfecto con la pequeña dama, ¿verdad?" el pelinegro asintió "Felicidades, a todo esto"
"Gracias," murmuró Endymion sin despegar los ojos de su hija "¿cómo sigue Serenity?"
"Bastante mejor, tiene una anemia severa, pero se está recuperado de acuerdo a lo esperado" explicó la facultativa "retiraremos los sedantes ahora, me imaginé que quieres estar ahí cuando despierte..."
"Por supuesto" suspiró con pesar "debería ser yo quien le cuente lo que sucedió"
Caminaron juntos en absoluto silencio hasta la sala de cuidados intensivos en la que se encontraba la reina. Cuando estuvieron allí, la peliazul oprimió algunos botones en los monitores junto a la cama y en unos minutos, la rubia tendida allí comenzó a tener sutiles movimientos de párpados, labios y dedos. El moreno se apresuró a tomar su mano y acariciar su rostro, mientras Ami se retiraba discretamente.
"Sere" susurró con ternura.
"Endy" un hilo de voz salió de los resecos y pálidos labios de la rubia.
"Shhh, estoy acá" sonrió al ver que su amada abría lentamente los ojos. Sentía el alivio y la felicidad más inmensos de sólo verla despertar "¿Cómo te sientes?"
"Como si me hubiera arrollado un tren" movió una de sus manos a su abdomen, haciendo una mueca de dolor al rozar la zona lesionada "¿Cómo está nuestra hija?, ¿dónde está ahora?"
"Nuestra princesa está perfecta, es hermosa como tú" acarició su rostro sonriendo "está aún en neonatología"
"¿Por qué?, ¿le pasó algo?" trató de incorporarse alarmada, pero se encogió nuevamente de dolor.
"No, está todo bien con ella" la sonrisa desapareció de su rostro "fuiste tú quien no estuvo muy bien, por eso no han traído a la niña contigo"
La rubia pareció relajarse al escuchar que su bebé estaba bien.
"Sere, el parto se complicó, perdiste mucha sangre y..." la voz pareció estrangularse en su garganta "y el equipo hizo todo lo posible, pero la hemorragia no paraba y... " agachó la cabeza con angustia "lo siento, prometí que todo saldría bien y..."
"Endy," levantó su mano izquierda y acarició el masculino y cansado rostro de su esposo "Si nuestra hija está bien, entonces todo está bien"
"Pero... " trató de explicar lo que había pasado, pero vio como los párpados de su amada parecían pesados, sabía que estaba cansada, ya habría tiempo para conversar y explicarle todo lo sucedido después "Tienes razón, todo está bien, sólo descansa"
Se permitió mentirle una vez más, porque era lo que ameritaba el momento, porque ambos necesitaban descansar. Ya habría tiempo para explicaciones y verdades dolorosas, por ahora, se permitiría disfrutar el momento y creerse su propia mentira, "Todo va a estar bien".