13.- Semilla


—Bien, entonces, Thomas aquí presente, tiene los recuerdos de Tom Riddle hasta los 16 años, antes de que empezara el Sexto Año. Luego también, tiene recuerdos de "bebé" donde está siendo cuidado por la señora Weasley. ¿Qué significa todo esto? —Preguntó Harry al grupo de investigación, es decir, Luna, Ginny y Hermione. Luego del Boxing Day, Harry llevó a Thomas a Umbra y convocó a "las brujas de Macbeth" para analizar la última información sobre Thomas.

—Pues eso, nada más—Dijo Luna, pensando en que significaba el que la magia de Tom se sintiera diferente a la de Voldemort, pero que Thomas tuviera recuerdos de Molly explicaba esa parte. Thomas no era Voldemort, pero era familiar a Voldemort—Casi parece como si…—Luna calló, sus pensamientos tratando de ordenar esta secuencia de ideas.

—¿Qué Luna? ¿Qué pensaste? —Le insistió Ginny.

—Bueno, tiene recuerdos de Voldemort y recuerdos donde aparece la señora Weasley. Es como si Thomas fuera una mezcla entre Voldemort y un Weasley—.

Ginny palideció un momento y preguntó—¿Recuerdas algo más del sueño, además de mi madre? —.

Thomas frunció el ceño en concentración y busco entre la bruma de sus recuerdos—Creo que vi a un niño pelirrojo y pecoso quejarse de que tenía hambre y quería pollo, y luego vi a otro que traía una playera con dragones, pero se veía mayor al otro niño—.

—Percy y Charlie—Murmuró Ginny—Creo que tienes recuerdos míos. Tengo un recuerdo donde mamá me arrulla mientras Percy le exigía pollo—.

Hermione salió corriendo hacia los estantes y busco algo entre los archivos, finalmente, pareció encontrarlo y lo puso sobre la mesa, hojeando el tomo frenéticamente.

—¿Qué sucede Herms? —Pregunto Harry al ver a su amiga así.

—Busco objetos malditos y causas—.

—¿Qué tiene que ver eso con lo que estamos tratando? —.

—Todo Harry, si lo que dice Ginny es cierto, entonces Thomas es algo completamente distinto a lo que pensábamos—.

Finalmente, Hermione paro en una página y dijo un "ja" de triunfo—Encontré la respuesta—.

En el libro, había un fragmento que decía: "Además de las maldiciones en los objetos, existen otro tipo de manifestaciones mágicas en objetos de forma aleatoria. Objetos que fueron de gran relevancia para sus dueños, a menudo conservan pulsos de magia y la almacenan, de forma que cuando el dueño fallece, queda una mancha residual de su magia, que a veces se manifiesta como una maldición para todo usuario que no sea su dueño original".

—Pues estoy igual—Dijo Harry, cruzándose de brazos, Hermione rodó los ojos.

—Lo que dice el libro es sobre los pulsos de magia. Imagina un objeto como una vasija a la que le depositas una gota de agua. Eventualmente, esta se desbordará y si es mucha, puede mojar alrededor—.

—Entiendo eso, la magia acumulada crea una maldición sin querer, pero ¿Cómo se relaciona con Thomas? —.

—Creo que Thomas es magia, o mejor dicho, una mezcla de magias. De alguna forma, la magia de Voldemort y la de Ginny se combinaron y crearon a Thomas—.

—¿Entonces Ginny y Voldemort son los padres de Thomas? ¡Eso es asqueroso! —Harry hizo cara de asco, que se combinó con una curiosa expresión en Ginny, una mezcla entre asco, sorpresa y comprensión.

—No, no. Nada tan lejos—Se apresuro a corregir Hermione, era frustrante explicar algo tan simple a los demás. Luna sonreía porque ya lo había comprendido y Ginny estaba pensativa.

—Creo…—Empezó Ginny—…que Hermione intenta decir que mi magia y la de Voldemort fueron tan fuertes combinadas que crearon algo parecido a una semilla—.

—¡Gracias! Esa es la palabra correcta—Dijo Hermione con alegría—Thomas es una semilla. Un ser vivo creado de la magia, alimentado de emociones. Eso explica por qué tiene un alma completa, ya que Voldemort fragmento su alma que ya estaba corrupta y Thomas aún no tiene manchas en la suya. Simplemente recordaba más lo referente a Voldemort porque él era la parte más obsesiva de la combinación—.

—Eso quiere decir que Thomas ha existido desde que Ginny estuvo en la Cámara de los Secretos—Contestó Harry.

—Sí, seguramente permaneció en el lugar y luego empezó a alimentarse de magia residual. Puede haber estado vagando todos estos años, alimentándose de pulsos residuales por toda Inglaterra y finalmente, se condenso cuando estabas en Privet Drive—.

—¿Pero por que donde vivo? —.

—Piensa Harry, Ginny estaba obsesionada contigo ese año, y el Riddle del diario se obsesiono contigo. Era lógico que se sintiera atraído hacia tu rastro mágico—.

Ginny se sonrojo al recordar cómo había actuado en esa ocasión y durante un par de años después, como una groupie enloquecida. En retrospectiva, sabía que había sido patética, pero en su defensa, tenía que decir que mucho de ese enamoramiento era solo el de una niña conociendo al que por mucho tiempo fue un icono inalcanzable. Conforme pasaron los años, se dio cuenta de que Harry no estaba interesado en ella, pero su personalidad era terca, así que erróneamente pensó que solo con un poco más de interés, podría tener la atención de Harry.

El día que notó que otros chicos la veían como lobos a la carne, también supo otra cosa sobre sí misma: no le gustaban los hombres. Luna y ella se habían convertido en mejores amigas y un día sencillamente se tomaron de la mano y ambas lo supieron, su interés por Harry mutó en genuina preocupación y fue cuando Harry le habló sobre Umbra, a ella y todos los del ED.

Todos aceptaron, excepto Cho y Marietta. Ellas habían demostrado ser indignas de confianza y no fueron invitadas a formar parte de Umbra. Eso para fortuna de Cedric quien dijo que Cho era un tipo de novia pegoste que quería atención cada minuto del día.

Luna apretó levemente la mano de su novia para traerla de vuelta al mundo, ya que Ginny se había perdido en sus pensamientos, eso era algo paradójico pensándolo bien. Ginny le sonrió de vuelta a la chica.

—Entonces, ¿Por qué sucedió lo de la diadema? —Preguntó Thomas—Comprendo lo de la magia entrando en mi persona, porque pudo interpretarse como "uniéndose a su recipiente original", pero el horrocrux murió—.

—Eso puede ser explicado por que tú tienes un alma completa. El fragmento de alma de Voldemort no tiene a donde asirse a ti, además de que tu alma no es compatible con la de Voldemort por mucho que tengas parte de su personalidad y memorias—Contesto Hermione.

—Bien, bien, eso resuelve la incógnita del origen de Thomas. Lo que deja la incógnita ahora de qué hacer con él, ¿Le dejamos la identidad de Thomas Black? Una vez que muera Voldemort y nos deshagamos de Dumbledore, Thomas tendría que salir a la luz como el "nieto" de Voldemort, lo que hará que la gente tenga dudas sobre él—.

—Entonces le hablamos a Skeeter y procuramos "convencerla" por las buenas con algo de oro, y si no, por las malas, revelando su pequeño secretito—Contestó Hermione con simpleza.

—¿Por qué no la reclutamos? —Ofreció Thomas y todos voltearon a verlo—Bueno, vamos, no es como si cualquiera de los otros dos lados fuera a ganar y seguramente Skeeter no es estúpida, verá qué lado le conviene y se pondrá en nuestros buenos libros antes de enemistarse más de lo que sabemos, ha hecho antes—.

Harry pensó que era una excelente idea y saltó a besar a su… bueno, aún no habían definido que eran, pero Thomas se había ganado ese beso. Thomas se sonrojo furiosamente luego de aquel gesto cariñoso mientras escuchaba las risitas de las chicas y a luna diciendo que hacían una linda pareja. ¡Él no era lindo!


Cuando atravesaron el flu, Thomas se subió furioso a su habitación. No sabía por qué el gesto de Harry hacia él que tuvo en Umbra, que cualquiera podía interpretar como cariñoso, le estaba causando estragos. Una parte de él, supuso que la parte de personalidad que correspondía a Ginny, le rogaba por ser menos arisco y aceptar todos los besitos que le diera su Harry. La parte que correspondía a Tom Riddle/Voldemort le decía que dejara de ser tan Hufflepuff y pusiera al mocoso contra la pared y se lo metiera hasta la garganta.

Quería suponer que su molestia con el gesto, era la parte de Voldemort en él hablando, pero era tan confuso saber su origen. Casi esperaba que todo fuera un error y de verdad fuera un bastardo de Sirius Black en vez de… lo que fuera él. Una semilla, había dicho Ginny, una especie de frijol relleno de magia que había dado origen a una persona, un humano con un alma completa formado por nada más que magia y emociones intensas de dos personas que estaba obsesionadas con Harry, una por amor y la otra por odio.

¿El que sentía por Harry?

Estaba tan ensimismado que no noto a la figura que lo observaba desde su puerta hasta que esta se acercó y lo abrazo por detrás—Piensas demasiado en las cosas—Dijo Harry besando el cabello de Thomas.

—No puedo evitarlo—.

—¿Qué estás pensando? —.

—Que siento por ti—Dijo Thomas sin más—Me pregunto si lo que siento por ti, esta atracción, esta lujuria o cariño o lo que sea, es real… o es algo que viene de Ginny—.

Harry volteó a Thomas para verlo de frente—Tócame—Dijo Harry, poniendo la mano de Thomas sobre su pecho.

—¿Qué? —.

—Tócame Tom—Dijo Harry acercándose a él—Tócame y descúbrelo. Bésame. Muérdeme. Reclamame. Ve si lo que empezamos a tener es real—.

—¿Estás seguro? —Tom trago en seco. Esto era serio. Si lo que tenían era real, nunca iba a dejar ir a Harry.

—Si, por favor. Tócame, Tom—.

Harry había esperado mucho por alguien especial… pero Tom rompía todos sus paradigmas. No era dulce exactamente, pero tenía estos detalles que le movían el piso, y cuando pensaba que no podía ser más dulce tenía estas explosiones de posesividad y sed de venganza bastante justificada (recordando la venganza ejecutada por causa de Elliot). Era, quizás, maniaticamente tierno, o alguna mezcla así de disímil.

Tom unió sus labios a los de Harry. Primero temblorosamente, pero luego fue como si un fuego abrazador empezara a consumirlo y abrazo al Gryffindor de forma posesiva y reclamo esos labios como suyos, mordisqueándolos en el proceso, dejándolos magullados e hinchados.

Harry fue empujado a la cama y cayó de espaldas mientras Tom lo cubría con su cuerpo y empezaba a desabotonar su camisa, empezando a mover sus labios sobre el cuello de Harry, marcándolo con sendas mordidas de amor. Harry gemía bajo las atenciones de Tom y se preguntó de donde había agarrado esa pericia. A él le tomo unos meses sentirse cómodo cuando empezó a explorar su cuerpo con Ron, pero ambos jamás habían llegado más allá de unos besos y frotamientos. Esto era diferente, Tom de verdad iba a reclamarlo como suyo, y Harry deseaba ser reclamado, poseído por Tom.

Tom empezó a mordisquear uno de los pezones de Harry mientras éste peleaba con la camisa de Harry hasta deslizarla fuera de su cuerpo. Tom se quitó la suya y el contacto piel a piel fue exquisito para ambos. Esos labios traviesos continuaron su camino hacia la parte sur y Harry se arqueo para ayudarle a Tom a quitarle los pantalones.

Tanto pantalones como ropa interior fueron bajados y quitados, así como los zapatos, dejando desnudo al ojiverde y a merced de Thomas. La ropa de Thomas siguió el mismo destino que la de Harry y ahora ambos jóvenes estaban desnudos. Aunque en el exterior de la casa hacía frío, el interior de la misma tenía muchos hechizos de calefacción, pero aunque hubiera estado el frío a la par de Siberia, ninguno de los dos adolescentes hubiera notado el clima: ambos estaban en llamas.

Harry quiso moverse contra Tom pero este tomo ambas muñecas del joven y puso sus manos por encima de su cabeza, inmovilizándolo y procediendo a moler su pelvis contra la del chico, proporcionándole la fricción que tanto quería. Tom se deleitaba observando el rostro de Harry gesticulando y pasando por el amplio espectro del placer.

Ambos chicos llegaron al clímax, pero aun habiendo liberado su semilla, Tom no soltó a Harry sino que tomo parte del semen de ambos en sus dedos y poniendo ambas muñecas en una sola de sus manos, uso la otra para empezar a preparar a Harry, usando el semen como lubricante.

Para Harry fue una sensación extraña sentir los dedos de Tom dentro suyo, pero era un raro bueno. Los dedos de Tom rozaban levemente algo que se sentía muy bien en su interior, y en un punto, cuando Tom quiso ir más profundamente, toco ese botón y vio estrellas. Harry había leído sobre esto, la próstata, y ahora entendía por qué era tan importante en el sexo entre hombres. Estaba seguro de que si Tom seguía estimulándolo así, no tardaría ni segundos en volver a correrse.

Pero no tuvo oportunidad de probar esa teoría, ya que Tom estaba jalando un par de almohadas y colocándolas debajo de él, elevando las caderas de Harry, de forma que quedaba a la altura justa de Tom, que estaba de rodillas sobre la cama.

Sus piernas fueron separadas y elevadas, colocadas sobre los hombros de Tom y Harry gimió de dolor cuando la punta roma del miembro erecto de su amante, empezó a empujar dentro de él. Tom por fin soltó las muñecas de Harry, y las manos del chico se aferraron a las sabanas, poniendo sus nudillos blancos de tensión, pero Tom siguió empujando, sabiendo que pronto pasaría la quemazón y el dolor.

Cuando estuvo enfundado por completo, Tom tuvo que parar un momento para evitar correrse. Era mucho mejor de lo que había leído o imaginado.

—Muévete, Tom—Dijo Harry y Tom obedeció la dulce orden.

Ambos jóvenes estaban en éxtasis, siguiendo un ritmo pausado y ambos intentando exprimir placer del otro. Harry tocaba y besaba a Tom cuanto podía mientras Tom besaba y marcaba cuanto podía el cuerpo de Harry. Sus manos mapeaban el cuerpo del otro, memorizándolo y guardando esa información para después, lo que le gustaba o encendía al otro, lo bien que se sentía la piel desnuda, el sudor cubriéndolos a ambos… todo era una extensión sensorial magnificada.

Finalmente, el ritmo empezó a ser muy rápido y llegaron al clímax en medio de un grito. Ambos colapsando, Harry sobre la cama y Tom encima suyo, soltando sus piernas y aun acomodado en medio de ellas, esperando recuperar su mente y su respiración. Cuando finalmente eso sucedió, Tom se separó de Harry y se acostó a su costado.

—Es real—Dijo Tom luego de un tiempo y Harry solo respondió con un asentimiento, mientras se acurrucaba al lado de Tom y este lo abrazaba.


Severus y Draco estaban preparando dos pociones con efectos parecidos: locura. La primera la estaba elaborando Severus, ya que requería una precisión impecable, esta poción producía verdadera locura originada de lo más profundo de la psique de una persona y sus temores. La segunda, elaborada por Draco, era un magnificador de emociones, que en dosis grandes producía euforia o agresividad temporal.

Ambos magos estaban agotados, ya que las pociones tomaban mucha concentración y magia, pero era indispensable que empezaran cuanto antes a dosificar a sus objetivos. Voldemort estaba francamente más peligroso cada día y Dumbledore más crecido de su propia valía con cada minuto. Sumado a eso, Umbra estaba creciendo cada vez más y pronto sería difícil conservarse en el anonimato y no querían volverse un enemigo común de los dos locos actuales.

Una vez terminadas las pociones, ambos magos dejaron las pociones debajo de una campana de cristal encantado para conservar las pociones enfriándose lentamente, y se fueron por caminos separados hacia sus habitaciones en los cuarteles generales.

Ambos magos iban a llevarse una sorpresa mayúscula en sus caminos.


Cedric alías Antonio Mendoza, para finalmente convertirse en Liam Schmidt, ya estaba en vísperas de su "huida" de Inglaterra junto con Madame Zabini en calidad de guardaespaldas. Habiendo hablado con Harry sobre la opción ofrecida, Cedric se mostró muy entusiasta por salir y ver el mundo, algo que con su familia había sido imposible. Su padre tenía su propia agenda y Cedric, bueno, él no sabía que quería de su vida cuando tenía 17, y con 19 ahora, seguía igual de perdido. Pero ver algo más allá de Liverpool sonaba excitante.

La ruta de su escape empezaría por Marsella, y seguirían hacía Sicilia (de donde era originaria Madame Zabini), para luego renunciar ambos a sus identidades antes de establecerse hasta nuevo aviso en Alemania, más concretamente Rothenburg Ob Der Tauber, un pueblo medieval que tenía una sección mágica que apenas difería de la muggle, de forma que Madame Zabini se sentiría cómoda. Pero una vez ahí, ambos eran libres de moverse por el país, sin salir de sus fronteras, como ellos prefirieran. En cada parada, tomarían pociones que les cambiarían la apariencia de forma que cuando llegaran a Alemania como Madame Schmidt, madre de Liam Schmidt, nadie podría vincular a ambos con sus verdaderas identidades.

Sabiendo que no volvería en un buen tiempo, Cedric optó por hacer uso de la valentía Gryffindor, aunque él fuera un Hufflepuff, viendo que Draco iba caminando en su dirección y que estaba solo.

—Hola, Draco—Dijo Cedric sin esperar una contestación real del Slytherin—Me preguntaba si te gustaría cenar en mis cuartos ¿Qué dices? —Cedric ofreció su mejor sonrisa.

—Mira, estoy muy cansado para jugar a lo que sea que pretendas, así que la respuesta es no—Draco estaba por salirse del camino cuando sintió una mano sobre su hombro y luego se vio aplastado contra la pared en un beso posesivo, un muy buen beso posesivo, suculento, donde su lengua era abusada de forma magistral por la del otro joven.

Cuando el beso terminó, Draco estaba jadeando y Cedric tenía una sonrisa de suficiencia—Te veo en media hora, conoces el camino—.

Cedric empezó a alejarse cuando Draco grito—¡Te dije que estoy cansado! —.

—Tengo poción pimentónica—Contestó Cedric con una sonrisa aún más seductora que la anterior.

Con eso, Cedric se fue y Draco se encontró media hora después tocando a la puerta de Cedric, luego de haberse bañado y sin saber muy bien porque estaba haciendo esto.

Al final de la noche, Draco estaba desnudo mientras sus caderas estaban siendo molidas contra las del Hufflepuff, luego de haberse besado hasta la saciedad, y prometido llamarse por los ópalos cada noche, para luego seguir la "conversación" en la cama. Cedric esperaría hasta que Draco fuera mayor de edad para mostrarle los "otros" placeres de la carne, pero mientras tanto, podía enseñarle otras cosas interesantes. Después de todo, aún quedaba un par de días antes de que estuvieran listos los preparativos para que el Hufflepuff partiera.


Orpheus Black había tomado un descanso de su apariencia juvenil, ya que lo que pensaba hacer no le sería posible si estaba en su versión de 16 años. Por fortuna, Snape había dejado el antídoto de la poción rejuvenecedora en los almacenes de Umbra, así como dosis extras de la poción rejuvenecedora. Solo quería ser él mismo para esto, porque se encontraba conflictuado y no quería sumarle más presión a los hechos.

Creía que en alguna parte del camino, le había empezado a gustar Snape.

Quizás fue que luego de haberse unido el hombre y haberlo visto fuera de su papel de murciélago-mortífago-mago oscuro, Sirius había conocido algo más del hombre. O podía ser que le hubiera ayudado con algunas de sus bromas en la guerra contra los tejones, o quizás solo verlo fuera del ambiente de Hogwarts, donde todos estaban en su propia "facción". Sirius no lo sabía, solo sabía de cierto que en algún momento, dejó de pensar en Snape como Quejicus y empezó a pensar en él como Severus.

Y luego de lo que dijo Draco… ahora se imaginaba siendo castigado por Snape y sus fantasías eran… bueno… lo dejaban empalmado hasta que tenía que hacerse cargo por mano propia de la situación. Sirius solo quería saber si era solo cosa de su imaginación o realmente había algo ahí, ya que a veces sentía que Severus lo miraba distinto, con algo diferente al rencor o al odio.

Así que ahí estaba, tocando a la puerta de su otrora enemigo de la adolescencia y con una botella de Ogden de 100 años. Severus Snape no esperaba visitas, así que para Sirius fue una sorpresa ver al pocionista con solo un pantalón de pijama y el cabello todavía mojado, una toalla colgaba sobre los hombros del oscuro hombre.

—¿Qué quieres, perro? —.

—Yo… uhmm, ¿Feliz navidad atrasada? —Sirius puso la botella frente a él y Severus parpadeo. Eso fue inesperado.

—¿Por qué? —.

—¿Por qué, qué? —.

—¿Por qué me obsequias esto? —.

—Yo… como disculpa… por haber sido un grano en el culo todos estos años—Sirius optó por una versión de sinceridad, ya que de verdad se sentía culpable por su forma de haber tratado al pocionista durante su juventud—Yo era simplemente un niño mimado y tenía esta visión de "artes oscuras malas" gracias a mi adorable madre, y pues… tú eras dos de las cosas que más odiaba en ese entonces, Slytherin y amante de las artes oscuras. Cuando llegué a Umbra, y empecé todo el entrenamiento, me di cuenta de que el mundo y la magia son más complejos y… no lo sé… conocerte me ha hecho ver mis errores y quiero al menos disculparme por haber sido tan idiota e infantil—.

Severus miro al perro… es decir, al hombre frente a él y vio sinceridad, pero había algo más que no estaba siendo dicho y decidió que el mejor curso de acción era emborrachar al animago, para que soltara la lengua que evidentemente se moría por decir algo más.

—Pasa saco de pulgas—.

—Gracias… murciélago—.

La habitación, contrario a las ideas de Sirius, no era negra, sino azul y verde, en la pared que no daba hacia el lago y sus vistas, había un estante con fotografías y debajo de él, un librero con múltiples libros de todo tipo, no solo mágicos y un reproductor de disco hechizado para funcionar sin magia. Sirius tenía curiosidad por ver que escuchaba el pocionista y se sorprendió por su gusto musical: The Buzzcocks, Led Zeppelin, Black Sabbath, Sex Pistols, Ramones, The Clash, Misfits, Iggy Pop, Dave Vanian, etcétera, etcétera… eran las bandas de Sirius.

—¿Te sorprende mi gusto musical? —.

—Si, tienes incluso las ediciones especiales… ¿Cómo las conseguiste? —.

Severus se encogió de hombros—Te sorprendería saber que no todos los magos sangrepura desprecian a los muggles y muchos tienen negocios lucrativos con ellos. Solo no quieren que se enteren de nosotros—.

Severus sirvió dos vasos del Ogden y le paso uno a Sirius. Ambos hombres se pusieron a beber escuchando los discos de Severus. Sirius empezó a ponerse "divertido" luego de algunos vasos más del Ogden, y empezó a soltar fragmentos de información incoherente.

—Lo que digo, Snake es que no estas tan feo… hic…—.

—¿Qué intentas decir saco de pulgas? —Preguntó Severus, quién aunque estaba tan borracho como Sirius, jamás tendría esa forma de destruir el inglés al hablar.

Sirius empezó a reír algo histéricamente, para luego lanzarse sobre el pocionista y besarlo torpemente. Fue lo último que ambos hombres recordaron de forma coherente, ya que a la mañana siguiente, ambos amanecieron abrazados sobre la alfombra del pocionista, con marcas de amor en ambos y sus entrepiernas claramente rozadas por la constante fricción.

Severus se levantó del abrazo del otro hombre y convocó sin palabras una poción de sobriedad que bebió con presteza, antes de poner sus ideas en orden. Recordaba a Black yendo a disculparse con él, para luego escuchar juntos discos y hablar de todo y nada. Severus quería saber qué otra cosa ocultaba el animago, pero terminó tan borracho como el otro y luego…

Y luego Black lo besó, Severus lo siguió, y luego estaban rodando sobre la alfombra, y podía recordar claramente como había montado a Black por lo que parecieron horas antes de que Black gimiera por más. Luego de eso, cambiaron las ternas y ahora era Black montando a Snape y Snape recordó con horror que también había pedido más a Black.

—Piensas demasiado alto—Gimió Sirius mientras se incorporaba.

—Tuvimos sexo, Black. No fue una borrachera sin consecuencias—Gruñó Snape, claramente molestó.

—¿Y? A mí me gusto—Sirius estaba decidido a explorar las posibilidades. La noche anterior claramente era un indicio de que ambos tenían esa chispa y no pensaba dejarla ir.

Snape se frotó la cara en desesperación—Siempre tan idiota, Black ¿Te das cuenta de que tú "apariencia" en Hogwarts es de un chico de 16 años? ¡Cualquier relación entre ambos sería un problema! —.

—El siguiente año "cumpliré" 17—.

—Y seguiré siendo tu "profesor"—.

—Mira Snape, sé que no será fácil, pero quiero ver que tanto podemos ser. Ya éramos algo parecido a amigos, pero he sentido esta atracción por ti durante un tiempo. Además, lo de anoche me gustó mucho—Sirius se sonrojo y Snape lanzo un ligero Legeremens a Black y vio las fantasías con la paleta que plagaban la mente del pulgoso a últimas fechas.

—¿Quieres que te pegue? —.

—¿Leíste mi mente? ¡Eso no es justo! —.

—No me cambies el tema ¿Quieres que te pegue o no? —Sirius volteo el rostro pero asintió. Severus se paró de la alfombra y saco algo de una caja. Draco tenía razón, Snape de verdad tenía una paleta de madera y se veía imponente y peligroso y sexy—De rodillas, Black—Sirius obedeció y sintió el primer golpe—Has sido un perro malo…—.

Luego de varios golpes que dejaron sus nalgas rojas, Severus deslizó lubricante en la entrada de Black y enterró sus dedos en el magullado trasero, haciendo gemir al animago antes de montarlo de una estocada. Black gimió ante el embiste pero estaba delirando de lo placentero que era todo esto.

Finalmente, ambos llegaron al clímax y Black estaba sonriendo al pocionista, diciéndole que deberían desayunar ese día en la cama. Severus estuvo de acuerdo, además, aún tenía un par de juguetes que podrían gustarle a SU saco de pulgas. Parece que al perro le gustaba la sumisión y era una suerte que Severus tuviera esta vena de dominación.