Hola chicos, tal como lo prometí regreso con la segunda temporada de Terror en Raven city.
Esta temporada promete escenas más fuertes y relacionadas con la vida post-desastre de los sobrevivientes.
Espero les guste.
!Besos!
by Mila Itherin
Aclaración: Los personajes aquí mencionados pertenecen a la grandiosa imaginación de JKR
Capítulo 1. Brie Joe
New York, viernes 12 de Enero – 2011
Una hermosa y deslumbrante mujer, bajaba las escaleras de aquella oficina, su paso al andar era seguro y coqueto, sus expresivos ojos verdes le daban el toque de picardía que no pasaba desapercibido por nadie, incluso las mujeres la miraban totalmente sorprendidas con su irradiante belleza. Orgullosa del efecto que producía su presencia, la mujer lanzó al aire su larga cabellera negra con destellos dorados logrando más de un suspiro, sonrió con malicia, lo que la hizo ver mucho más sexy e ignorando a todos a su paso ingresó a su pequeña oficina.
Con un suspiro se sentó con pesadez dejando caer la cabeza sobre el respaldo de su silla, en aquel lugar dentro de esas cuatro paredes podía volver a ser ella, sin fingir, sin mostrar algo que realmente no era ni deseaba ser. Abrió sin cuidado alguno la gaveta superior de su escritorio y de allí sacó una fotografía pequeña, en ella se podía visualizar a un grupo de personas sonrientes.
- Los extraño – Susurró pasando una mano sobre la foto con nostalgia. Los golpes en la puerta de su oficina la obligaron a guardar la evidencia de su debilidad y volver a colocar su mejor mascara de frialdad y superficialidad. – Adelante – Dijo con voz fuerte y clara. Un hombre bajo de aspecto debilucho asomó su cabeza al abrir la puerta.
- Señorita Brie, disculpe la interrupción, pero en recepción la busca una persona que dice conocerla y que solicita estar en su presencia – Brie hizo una mueca de disgusto, en los pocos meses que tenía de trabajar en aquella oficina como jefe de redacción nunca nadie había ido a buscarla, porque en aquel lugar ninguno la conocía. La cara de pánico que había realizado seguramente fue bastante obvia, pues su asistente tragó grueso al verla.
- ¿Dijo su nombre? – Exclamó levantándose de su silla y mirando por las rejillas que daban al exterior, aquella visita solo podía significar que las autoridades por fin la habían encontrado y que su vida iba derecho al infierno, pero ella no se dejaría atrapar así de fácil, ella daría la pelea hasta el final. - ¿Tiene algún uniforme? – Volvió a preguntar sin darle tiempo a su asistente de contestar.
- Solo dijo que venía de parte de Raven y que solicitaba verla de manera urgente para resolver los asuntos de Donna. – Sus ojos se abrieron de par en par, tenían que ser los chicos, solo ellos conocían aquellos datos tan personales, sonrió con dulzura al recordar a los únicos amigos que había tenido. – Hazlo pasar… - Su asistente asintió y salió de su oficina dejándola completamente nerviosa, se imaginaba a cualquiera de sus amigos entrando por aquella puerta y no podía evitar la misma sonrisa tonta que aparecía en su rostro al recordarlos.
La espera se le hizo eterna hasta que sintió unos golpes sutiles en su puerta, se trataba de un hombre por su silueta en la puerta, le indicó que pasara y contuvo el aliento esperando ver a alguno de sus chicos, pero lo que vio al abrirse la puerta la dejó completamente pasmada. Se trataba de un hombre de aproximadamente 1.75 de estatura, de rasgos asiáticos, ojos rasgados, nariz fileña, era realmente guapo, vestía completamente de negro y estaba rodeado completamente de un aura de misterio.
- Hola Brie – Le saludó con confianza el hombre
- ¿Quién eres y por qué dices conocerme? – Preguntó nerviosa pero tratando de ocultarlo. El hombre se sentó en la silla frente a ella y sonrío mostrando sus dientes perfectos, aquel gesto lo hizo ver mucho más apuesto, tanto que Brie pareció bajar la guardia por unos segundos.
- Tranquila Brie, mis intenciones aquí son buenas – Le indicó pidiendo que tomara asiento, petición a la cual cedió la chica extrañamente aquel sujeto le causaba mucha curiosidad.
- Te escucho entonces – Contestó seria sentándose frente a él
- Primero debo empezar preguntándote algo ¿Cómo deseas que te llame? ¿Pansy o Brie? – Su cara de sorpresa lo debió decir todo, aquel hombre conocía su pasado, eso acababa de quedar completamente claro, nadie conocía su nombre pues ella aún huía de la justicia por sus declaraciones del desastre de Raven.
- ¿Qué quieres? – Le dijo con hostilidad, el chico volvió a sonreír divertido y realizó un movimiento con su mano indicando calma a su compañía.
- Pansy – Susurró mirándola a los ojos – No tienes idea lo que he buscado, llevo meses investigándote a ti y a tus amigos, meses siguiendo cada paso que das, meses sin dormir bien pensando en todo lo que se cerraba en torno al tema de Raven city… ahora por fin te he encontrado, mi nombre es Jacob Chang, soy el hermano de Cho Chang, madre de Donna Longbottom…
- ¿El tío de Donna? – Preguntó consternada, creía que la niña no tenía familiares cercanos. - ¿Pero cómo?
- Somos hijos de diferentes madres, pero hermanos al final. Nuestro contacto casi siempre fue poco, pero nunca dejábamos de hablarnos, Cho y Donna eran toda la familia que me queda, necesito de tu ayuda para encontrarlas. – Pansy bajó la mirada con pesar, ¿Cómo decirle a aquel hombre que su hermana había muerto y que su sobrina estaba en manos del gobierno?
- Escucha Jacob, no sé cómo lograste encontrarme, durante meses me he escondido a la perfección entre la sociedad neoyorkina sin problemas, ningún policía ha sospechado de mi presencia, incluso cambié mi look y mi nombre por el de Brie Joe.
- Soy detective privado – Exclamó el apuesto joven interrumpiéndola para aclarar sus dudas – Pansy, conmigo está seguro tu secreto, no me interesa delatarte con la policía, al igual que tú, quiero ver esa maldita corporación hundida en la miseria, por el desastre que causaron en Raven. Solo te pido por favor, que me ayudes a buscar a mi hermana y a mi sobrina, sé perfectamente que la niña logró salir de la ciudad con ustedes…
- Jacob. Yo no soy la persona indicada para decirte esto, pero sé lo que es estar solo en el mundo y no contar con nadie más. Desafortunadamente tu hermana Cho, no sobrevivió al desastre de Raven – Dijo con pesadumbre Pansy. El joven agachó su mirada con tristeza, Pansy deseó no haber sido ella la que le diera esa noticia al ver un par de lágrimas bajar por sus mejillas.
- ¿Dónde está mi sobrina? – Dijo con voz entrecortada
- La última vez que supe de ella, el gobierno nos la había quitado, porque no nos consideraron aptos para adoptarla. – Finalizó colocando una mano en el hombro del muchacho
- Pansy – Suplicó Jacob tomando las manos de la chica – Necesito tu ayuda, solo tú puedes encontrar a tus amigos, los que salieron contigo de Raven. Solo tú puedes ayudarme a encontrar a mi sobrina, por favor – Pansy soltó con rapidez las manos del apuesto hombre. Ella no podía regresar con ellos, porque eso podía implicar perder la libertad o la vida con mucha facilidad, volver no era una opción.
- No – Exclamó con firmeza la chica – Yo no puedo y no pienso volver. Mi vida por fin tiene un rumbo, tengo un trabajo estable y que me genera dinero, soy respetada, admirada…
- ¿Basado en qué, Pansy? ¿En una mentira? – Jacob se levantó bruscamente de la silla acorralando a Parkinson contra su escritorio – No te admiran a ti, admiran a Brie Joe, no te respetan a ti, la respetan a ella. Brie Joe no es más que una maldita mentira, no eres tú, jamás será como tú – La mirada de Pansy quedó clavada en el rostro de Jacob durante algunos segundos, la pelinegra no podía negar lo que el chico le decía, Brie Joe era una mentira, una que tal vez había llegado la hora de acabar. – Necesito que vuelva Pansy, el mundo entero lo necesita.
- Es hora de volver – Susurró Pansy con convicción – Voy a ayudarte Jacob, te prometo que encontraremos a los chicos y que haré lo posible por hallar a Donna.
…
Ya casi había pasado un mes desde que se había re-encontrado con sus amigos, aquellas personas incondicionales que fueron su fuerza para salir con vida de Raven city. Estaban quedándose todos en el gran apartamento de Draco, que como bien decía Blaise, parecía más un penthouse que cualquier otra cosa. Aquella era una noche fría, de esas que no te permiten dormir con facilidad al recordarte sucesos dolorosos de tu vida, al sumirte en pesadillas de las que difícil puedes escapar.
Nuevamente y como muchas noches se había despertado en medio de la oscuridad con el miedo latente en su cuerpo, sin poder conciliar el sueño, se levantó de su cama y salió a sigilosa de la habitación que compartía con Ginny, con rumbo a la cocina. Las luces del apartamento estaban todas apagadas, así que tuvo el cuidado de no tropezar nada que pudiera causar un estropicio que despertara a todos.
Una figura que se encontraba recostada en una esquina de la sala llamó profundamente su atención, tenía miedo no podía negarlo, pero la valentía ahora también era parte de ella, así que intentó acercarse para comprobar de qué se trataba, pero algo en el suelo la desestabilizó al punto de hacerla caer y entonces sintió unos brazos alrededor de su cintura.
- No te dijeron que no debes caminar en la oscuridad - Esa voz la conocía Luna perfectamente, era la voz que tenía casi un mes sin escuchar.
- No, pero parece que tampoco te lo dijeron a ti – Contestó la rubia mordazmente. Theodore sonrío y Luna lo supo, no porque lo hubiese visto, debido a que no se podía distinguir nada por la oscuridad, sino porque ella pudo sentir que la tensión que el mantenía en sus brazos disminuyó.
Theodore encendió la lámpara iluminando la estancia. Luna no pudo evitar sorprenderse al verlo, seguía siendo el muchacho apuesto del que estaba profundamente enamorada, pero se veía realmente agotado, debajo de sus ojos, los mismos que eran de ese inusual color azul eléctrico, se dibujaban dos enormes sombras oscuras, símbolo de cansancio. Su barba estaba más baja en comparación a la última vez que lo había visto, ahora podía ver sus mejillas, en cuanto a su cabello, seguía más largo pero ahora lo sujetaba en una pequeña coleta. Estaba verdaderamente irresistible, si normalmente era muy guapo, ahora se veía demasiado hermoso. Luna suspiró mientras lo miraba fijamente.
- Hola – Susurró el castaño pasando una mano por delante de los ojos de la rubia.
- Disculpa – Exclamó Luna sonrojándose
- ¿Qué haces despierta a esta hora? – Le cuestionó Theodore sentándose en el sofá e invitándola a hacer lo mismo.
- No podía conciliar el sueño – Exclamó Luna sentándose al lado del exmercenario, pero manteniendo su distancia de él.
- ¿Pesadillas? – Preguntó Theo mirándola fijamente
- Cada noche después de lo acontecido en Raven las tengo – Admitió Luna con tristeza - ¿Dónde has estado? – Dijo tratando de desviar la conversación, en aquel momento lo único que quería era saber de él.
- Realizando algunas investigaciones lejos de aquí – Su respuesta no fue del todo satisfactoria pero por lo menos le había dicho algo. Últimamente el castaño había estado evasivo con ella, no le hablaba para nada, ni siquiera para saludarla.
- Me alegra que te encuentres bien – Susurró la rubia dándole una pequeña sonrisa. Esa sonrisa era lo que el más extrañaba, eso y sus ojos celestes, había sido un largo mes lejos de ella, en donde en cada noche se despertaba en medio de horribles pesadillas donde la perdía irremediablemente, ahora la tenía frente a él, tan hermosa, tan perfecta, tan dulce, tan ella y no pudo evitar acariciar con devoción su rostro anhelando desde lo más profundo de su alma tenerla en sus brazos y no soltarla jamás.
- He contado todas las horas que hemos estado separados, anhelando el momento de volverte a ver - Exclamó en voz baja Theodore mientras acariciaba la mejilla de Luna.
- Tú fuiste quien decidió que lo nuestro no funcionara – Le recalcó la rubia retirando la mano de Theo de su rostro.
- No tengo nada que ofrecerte más que un futuro desolador – Su mandíbula estaba tan tensa que Luna pensaba que en cualquier momento empezaría a rechinar.
- Theo… - Le dijo Luna acercándose a él, pero el exmercenario retrocedió violentamente.
- Theodore ¿Por qué te fuiste sin avisar? – La voz de una chica retumbó en la sala de aquel apartamento. Luna volteó su rostro bruscamente buscando a la persona que había hablado. Era una mujer bastante alta, de aproximadamente 1.75 de estatura, su cabello era castaño bastante claro, ojos verdes y facciones perfectas, era una chica realmente hermosa e increíblemente sexy, Luna lo supo por el mini vestido que estaba usando que no dejaba nada a la imaginación, mostrando sus largas piernas.
- Astoria, pensé que estabas dormida – Dijo Nott nervioso levantándose del sillón que compartía con Luna. – Tory, te presento a Luna.
- Hola – Le saludó Astoria levantando una mano – Theo me ha hablado mucho de ti, es un placer conocerte.
- Hola – Contestó Luna aún sorprendida – El placer es mío
- ¿Podemos descansar Theodore? – Exclamó Astoria tomándolo de la camisa y acercándolo a ella – El viaje fue demasiado largo, quiero dormir ¿Si? – Theodore asintió y le indicó con la mano que se adelantara.
- Luna – Le llamó Theo despertándola de su trance
- Dime – Le contestó secamente mirándolo con decepción en sus ojos celestes.
- Será mejor que descanses – Luna lo miró con enojo y sin despedirse salió disparada hacia su habitación. Definitivamente aquella sería una larga noche.
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