Hay buenas ideas cuando tienes el corazón roto, descansar, tomarte un tiempo, buscar las mejores películas románticas que te sepas y comer muchos dulces...Una mala opción era irte con tus amigos a una fiesta llena de personas con altos índices de alcohol en la sangre y casi a punto de graduarse de la escuela de héroes, eso sí que era mala idea.
—Estoy aquí, sigo sobrio y no tengo sexo con nadie mientras que Kyoka bien podría estar con dos tipos a la vez—Se quejaba el rubio por octava vez de la noche, sus amigos rodaron los ojos casi al unísono mientras que Kirishima lo abrazaba por encima del hombro.
—Hermano, llegamos hace menos de cuarenta minutos y lo único que has hecho es sentarte aquí quejándote de la vida—Recrimino el mismo pelirrojo mientras le agitaba suavemente buscando animarlo un poco.
—Necesitas dejar de pensar en ese Gremlin y concentrarte en ti mismo—Fue el turno de Hitoshi de meter la cuchara, ver a su mejor amigo así de deprimido no le gustaba para nada al punto de perder una noche de relajación en casa para estar en una fiesta, ambiente que él claramente detestaba, con tal de apoyarlo.
—Sí, sí . . .—Se quedó en silencio viendo a su alrededor, debía de buscar una chica que hiciera a Kyoka ponerse verde de celos, que la hiciera entender que con el no podía solo jugar y tirarlo de lado como si fuese un simple juguete pensando que no podría conseguir nada mejor que ella—Ya vengo—Murmuró levantándose para caminar hacia otro de los sofás.
—Tu puedes tigre—Su buen amigo Sero le apoyó alzando la mano, total apoyo de su parte sin duda alguna.
Camino con total decisión, o más bien con la falta de miedo que tendría alguien preocupado de fallar, a este punto no le importaba fallar, no le importaba nada salvo dejar de pensar que su amiga con derechos podría estar metiéndole la lengua a otro tipo en ese preciso momento. Llegó a su objetivo, un par de chicas de la clase B que identificaba como Yui Kodai y Setsuna Tokage, no eran las chicas más populares de dicha clase pero sin duda eran lindas, en especial Yui.
—¿Puedo sentarme? —Preguntó en un tono casual, las chicas se vieron entre si y no parecían disgustadas con la idea pues le dejaron un espacio justo entre ellas. De fondo sus amigos se sorprendieron pues esperaban que el chico fuese rechazado al menos media docena de veces por su rostro de pocos amigos, pero de hecho le funciono. Tras esto se quedó en silencio y solo después de varios segundos comenzó a hablar.
A la distancia les veía con fascinación, el grupo de amigos del rubio no entendía exactamente qué sucedía a excepción de Bakugo que solo bebía una cerveza tras otra dejando ver su casi inhumana resistencia al alcohol.
—¿Que creen que les esté diciendo? —Hanta lucía bastante curioso de lo que sucedía, estaba feliz de ver a su amigo hablar con otra chica que no fuese la que le rompió el corazón, pero sin duda sorprendía verlo tan relajado hablando con no una, sino dos chicas lindas a la vez.
—Ni idea, pero espero lo ayude a salir de su depresión—Por su parte Red Riot suspiro con pesadez, esto de ser la madre del equipo era complicado.
—Si deja de lloriquear, bien—El explosivo solo supo quejarse de la situación, bien podría estar despedazando la cama con Camie en esos momentos en lugar de en una aburrida fiesta de la lesbiana de la clase B como él llamaba a la chica de cabellos naranjas.
—Esto es un asco . . . —Murmuró Hitoshi que cada vez se sentía mas fastidiado por el ambiente, no es que fuera malo, pero para él era demasiado ruidoso.
—Todo es un asco. . . —Una voz dijo justo junto suyo haciendo a todos, menos a Eraserhead Jr., dar un respingo.
—¡¿Que putas mierdas?!—Bakugo apunto rápidamente, junto al más reciente miembro de su Squad estaba la poco conocida chica fantasma de la clase B, Reiko Yanagi que solo veía la bebida entre sus manos con total desinterés—¿Cuánto jodido tiempo llevas allí? —Preguntó severo pues nadie noto su presencia.
—Unos tres minutos. . . Pero nadie me noto — A este punto no sabía si sentirse mal por ella o no.
—Reiko-san—Murmuro Hitoshi dando un sorbo más a la lata en su mano, parecía ser el único no perturbado por la repentina aparición de la chica.
—Hitoshi-san—Devolvió el saludo dándole un ligero sorbo a su vaso.
—. . . Espera, ¿Soy el único soltero aquí? —El pobre Sero venía cayendo en la realización que hasta el siempre lúgubre Shinsou parecía haber ligado mientras él se mantenía como "La voz de la razón" de su equipo pero por igual se mantiene como el único sin una pareja como tal.
—Técnicamente, Denki sigue soltero—Trato de puntualizar Kirishima mientras alzaba su dedo índice, queriendo apoyar a su amigo.
—Pues el hijo de perra va a montar el triciclo—El rápido comentario de Bakugo hizo las miradas de todos dirigirse hacia donde nuestro hermoso rubio protagonista estaba conversando con las dos chicas antes mencionadas, la plática parecía haberse animado pues Denki ahora sonreía y hacía reír a Setsuna como una chiquilla mientras la pelinegra a su otro costado solo sonreía dulcemente, aunque en su estoica apariencia normal esto era un milagro.
—No creerás que Denki podría. . . —Si eso pasaba era un hecho que Hanta no podría verlo a la cara de nuevo.
—¿A qué se refiere con "El triciclo"? —Preguntó la única chica presente ganándose miradas incómodas de el pelirrojo y pelinegro presentes, Bakugo iba a responder de forma burda como era típico en el pero fue interrumpido por Hitoshi.
—Es una forma vulgar de referirse a un trío—Aún por mórbido que sonara esto no causo reacción en la fantasmal chica que solo hizo la cabeza de lado ligeramente.
—Yui-chan y Setsu-chan gustan una de la otra, no veo como algo imposible que su amigo logre tal hazaña—Las bocas de los cuatro hombres se abrieron ligeramente, incluso Shinsou se sorprendió por ese dato.
—. . . Dame tu teléfono, Kirishima—Pidió de la nada el controlador de mentes, este se sorprendió por la petición, pero accedió por el sencillo hecho que Eijiro era el ser más dulce y noble del mundo que jamás decía que no a sus amigos.
—¿Pasa algo hermano? —Pregunto curioso mientras veía como este tomaba una foto de Denki con ambas chicas, tras esto parecía estar escribiendo un mensaje de texto.
—Ashido dijo que iría al evento de Yaoyorozu esta noche ¿No? —El solo asintió ligeramente—¿Que creen que hará si ve esta foto? —Silencio por varios segundos seguido de una sonora carcajada de Katsuki.
—Eres diabólico Cabello revuelto—Se mofo mientras alzaba su lata para que la chocara, este soltó una risilla donde mostraba los dientes y devolvió el gesto dejando al resto bastante confundido.
Mientras tanto, en uno de los museos más famosos de la ciudad una fiesta de gala era llevada a cabo para presentar una serie de piezas artesanales Chinas traídas como exhibición única por parte de la fundación Yaoyorozu, como era de esperarse la hija de dicha familia y futura Pro Hero estuvo presente junto a sus padres durante la ceremonia e invitó a varias de sus amigas para dicha gala en orden de distraer un poco a su mejor amiga, Kyoka, que afrontaba una terrible depresión por motivos conocidos para todas ellas (En realidad, todas lo sabían).
—Kyoka, ¿No crees que has bebido demasiado. . .? —Preguntaba su mejor amiga mientras veía a la chica tomar su quinta copa de champaña en los últimos quince minutos, era sorprendente lo rápido que engullía alcohol con tal de olvidar que la encontró llorando un par de horas atrás sin saber por qué.
—Estoy bien Yaomomo—Respondía con un tono que dejaba ver que no estaba bien, para nada. Si bien no se escuchaba alcoholizada todavía la chica se veía poco a poco fuera de sus cabales.
—No luces bien—Trato de sonar severa, quería apoyar a su amiga, pero era obvio que no sabía cómo poder hacerlo—Ven con nosotras, Mina-san y Tsuyu-san nos esperan para bailar, eso seguro te animará—La de cabellos morados solo suspiro dejando su copa en la barra.
—Gracias Yusuke—Agradeció al hombre en la barra de bebidas que solo asintió ligeramente en señal de cortesía, tras esto fue casi arrastrada por su amiga a la pista de baile donde sus dos amigas las esperaban, lo curiosa era no ver a Mina despedazar el lugar con sus increíbles movimientos, en su lugar tenía la mirada fija en el móvil y junto a ella Asui veía por igual la pantalla con interés.
—¿Pasa algo chicas? —Al instante la piel rosada pegó un salto riendo nerviosamente y negó agitando las manos, bloqueando la pantalla de su móvil instantáneamente.
—No, no. Para nada—Su tono de nervios dejaba ver todo lo contrario, claramente, pero no quiso mostrar más su móvil que rápidamente volvió a su bolso.
—Como sea. . . Necesito otra copa—Kyoka parecía tremendamente decidida a ahogar sus problemas en alcohol y esto era algo que Momo se negaba a dejar pasar, incluso dejó a su novio solo esa noche para concentrarse única y exclusivamente en su mejor amiga.
—No, tú necesitas distraerte y no pensar en Kaminari-san—En cuanto se mencionó al rubio las otras dos chicas dieron un respingo.
—. . . ¿Que saben ustedes de Kaminari? —Pregunto al instante, su tono vagamente alcoholizado se borró dejando ver coraje de que le quisieran ocultar información al respecto. La anfibia y la chica insecto se vieron entre sí antes que la última suspirara fuertemente.
—Escucha, no quería mostrarte esto, pero. . . Hitoshi me mando esta foto—En cuanto escucho el nombre del peli morado es que supo esto sería un asco, tras esto le mostraron la fotografía. En ella se podía apreciar al Kaminari con no una, sino dos chicas alrededor suyo bastante apegados y sonrientes. Kyoka guardó silencio bajando su mirada para no ser vista por sus amigas, estas le vieron con tristeza pues sabían lo que vendría.
—Bien por él. . .—Murmuró con un tono dolido antes de darse la vuelta y daba por hecho que Momo no la detendría esta vez.
— Vamos chicas, nos necesita —Y aunque planeaban ir a por ella la joven de piel rosada negó con la cabeza al tiempo que suspiraba.
—Creo que es mejor dejarla sola un rato. Ella necesita tiempo para sí misma—Las tres suspiraron pues no había dudas de lo recién dicho.
Devuelta en la fiesta de Kendo las cosas iban bien para el rubio Kaminari que parecía estaba logrando subirse al triciclo como sus amigos estaban esperando. . . O eso pensaba el pues tras casi media hora de charla con ambas chicas es que se dio cuenta que ellas parecían mucho más metidas una con la otra que con él, que incluso parecía sobrar un poco en la escena.
—Siempre me has gustado Setsuna. . . —Murmuraba la pelinegra ya un tanto intoxicada con alcohol, sus manos acariciando las mejillas de la contraria mientras ella hacia los mismo viéndole con total devoción.
—Tu también siempre me gustaste Yui, pero jamás pensé que podría decírtelo de frente—Y hablando de frentes, ambas chicas estaban prácticamente sobre el Kaminari que no se quejaba en lo mínimo a pesar de verse vagamente aplastado no se quejaba por el hecho que eran cuatro pechos lo que lo aplastaban.
—Yo digo que podríamos tomar esto a un lugar más. . . ¿Privado? —Pregunto el rubio ganándose movimientos afirmativos de ambas chicas que se levantaron y de hecho siguieron al rubio, este se giró a sus amigos que solo le alzaron los pulgares en señal de apoyo. Por un momento se sintió el sujeto más afortunado del mundo, sin dudarlo esto sería divertido. . . Hasta que de pronto su móvil comenzó a sonar—Esperen, las veo afuera—Comento antes de sacar su teléfono viendo de quien se trataba—Jirou. . .—Murmuro para sí, estaba por contestar la llamada, pero termino rechazándola: Iba a hacer lo que ella le pidió que hiciera después de todo. . .
Devuelta en la gala, Kyoka admiraba su móvil, no podía creer que le rechazo la llamada y lo supo por lo rápido que esta dejó de sonar. Pego su cabeza a la barra sin poder creérselo, sentía que iba a llorar de nueva cuenta, pero se contuvo lo mejor que pudo hasta que su teléfono sonando le hizo reaccionar, contesto al instante y sin pensarlo dijo.
—No te acuestes con esas chicas, no son lindas: Denki, no son chicas lindas—Su ahogado tono claramente por los, ahora, diez tragos que llevaba apenas dejaban sus palabras entenderse.
— . . . ¿Kyo-chan? —La chica parpadeo confundida, vio la pantalla de su móvil y noto que se trataba de su amiga Yusivo, una joven con quien estudio en la secundaria y recientemente habían reestablecido contacto gracias a que ella se mudó a la misma ciudad donde estaba la U.A.
—Yuki, perdona por eso—Tosió ligeramente tratando de recuperar la compostura, algo difícil tras semejante vergüenza.
—¿Puedo preguntar qué pasó? ¿Sigues teniendo problemas con Denki-kun? —Pregunto algo consternada, irónico, pues ella era la embarazada y a punto de casarse, pero la heroína tenía el doble de problemas aparentemente.
—Es una larga. . . —Entonces noto un mensaje, despegó su rostro del teléfono para ver lo que le habían enviado.
"Siguiendo tus instrucciones"
Y una foto del rubio con las dos chicas en un taxi, esto la hizo arrugar el entrecejo y levantarse de su lugar echa una total bestia caminando a pasos tan rápidos que parecía sus tacones se romperían en cualquier momento.
—. . . ¿Kyo-chan? ¿Sigues allí? Ya no sigues allí verdad, estoy segura que no sigues allí—Preguntaba su amiga, aunque era bastante obvio que ya le había ignorado la llamada completamente.
Por su parte Earphone camino fuera del museo donde se estaba llevando a cabo la gala, sus pasos retumbaban en el empedrado mientras llegaba a la zona de taxis levantando su mano para demandar que uno se detuviera.
—¡Taxi! ¡Taxi! ¡TAXI! —Grito a todo pulmón y tambaleante se acercó a uno que por fin se detuvo para ella. Subió en la parte trasera a trompicones—Llévame donde vive Denki—Demandó al instante.
—¿Dónde queda eso? —Preguntó el hombre que conducía el vehículo.
—Pues donde vive Denki—En su estado ebrio fue lo mejor que supo responder—Arranque, arranque—Exige apuntando hacia adelante mientras se pegaba al asiento pues el mundo le daba vueltas completamente.
Mientras tanto, en el departamento del Bakú-Squad.
El lugar estaba tal como lo recordaba, tras cumplir la mayoría 18 los jóvenes miembros del "Team Bakugo" terminaron rentando un departamento en la ciudad que usaban para irse de fiesta cada fin de semana, lejos de la supervisión de la escuela, algo ideal considerando que seguían viviendo en los dormitorios pero las reglas se volvían menos estrictas para ellos ahora que estaban en tercer grado, tenían licencias y experiencia de sobra para defender sus propios traseros de villanos y otros malosos.
—Y aquí tengo, vodka para las señoritas—De llegar las dos chicas fueron directo al sofá, la ropa había volado y ahora estaban solo en ropa interior besándose sin parar por más de seis minutos mientras el de relámpago al cabello servía bebidas para los tres. De llegar con ellas noto como le ignoraron olímpicamente pero el espectáculo en sí lo hizo no sentirse afectado por ello—Ahora, ¿Porque no nos ponemos cómodos los tres…? —Se acercó para meter la cabeza entre el cuello de Yui y su hombro, pero la mano de Setsuna en su rostro lo hizo retroceder, parpadeo confundido—O bueno, podría observar un rato, también funciona—Murmuró sintiéndose vagamente fuera de la escena y no fue hasta que alguien tocó a su puerta haciéndole girar la cabeza.
—¡Denki! ¡Ábreme! . . . ¡Kaminari Denki, abre la puerta! —Una sonrisa idiota se le formó en los labios la rubio, podía reconocer esa ebria voz donde fuera. Se levantó como un resorte y desabrocho su pantalón con una mano mientras abría su camisa con la otra buscando parecer lo más desaliñado posible.
—Ya vengo, ustedes sigan en. . . Eso—Dijo a las chicas besuconas que no parecían prestarle mucha atención, camino a la puerta y la abrió ligeramente viendo a Kyoka que parecía estar por hacer un cráter de tanto zapatear el suelo. Cuando esta vio que abría la puerta estuvo por arremolinarse dentro pero el rubio salió primero evitando así que ella tuviera cualquier chance de entrar y ver quien le acompañaba—Hey . . .—Saludo casual mientras notaba como ella veía sus pantalones abiertos y fruncía el entrecejo.
—Parece que te estas divirtiendo. . . —Comentó un deje de ironía, como le gustaba verla enojada por estas cosas.
—¿Que te digo? Sigo siendo encantador—Ese tono bromista suyo jamás le había parecido más irritante, estaba por lanzar otro comentario cuando la puerta se abrió dejando ver a Yui en nada más que su sujetador y ropa interior inferior, parpadeo viendo a Kyoka y saludo calmadamente.
—Buenas noches—Contestó la pelinegra, al ver el colosal busto de la contraria Jiro no evito sentir una punzada de coraje en la parte trasera de la cabeza.
—¿Qué pasa? —Y entonces se mostró la segunda chica que por igual caminaba cómodamente en solo sus prendas interiores. Al ver el dúo fue que la peli morada chasqueo la lengua viendo a su rubio idiota.
—Eres todo un casanova ¿Eh…? —Se podía sentir el desprecio en su tono, el rubio solo encogió los hombros con falsa modestia.
—A ella no la necesitamos—Comentaba Setsuna apuntando a la recién llegada, esta puso cara de ofendida al instante por verse señalada.
—Puede retirarse—Completo la joven de estoico rostro causando ahora sí el coraje de Kyoka, mientras que Denki disfrutaba de todo lo que sucedía delante suyo y entendía que su sufrimiento de esos días, sobre todo esa tarde, habían valido la pena pues ahora se le recompensaba de buena manera.
—¿Discúlpame? —Se iba a poner fea la situación sin duda alguna, la más bajita de las tres mujeres presente pico el pecho de la ajena con un dedo—Estas equivocada, yo no me voy a retirar: Urraca—Los labios de Denki hicieron la pantomima de decir "Auch" por el insulto.
—¿Me llamaste urraca? —Pregunto ofendida justo antes que Kyoka, en su estado semi alcoholizado y lleno de coraje, empujara a las dos de lado y entrara al departamento cerrando la puerta detrás de sí.
Un silencio incomodo se formó entre los tres presentes antes que el rubio suspirara poniéndose las manos a las caderas.
—Okay, yo me encargare de ella . . . Ustedes mejor recojan sus cosas, no creo que sea conveniente se queden por aquí—Murmuraba entrando tras varios segundos siendo seguido de las dos chicas que no comprendían que demonios pasaba, sus pasos les llevaron a la sala viendo en toda dirección como si esperaran que saltara de la nada.
—No pareces una urraca Setsuna-chan—Comento Yui buscando apoyar a su amiga mientras recogían sus ropas del sofá, justo en ese instante Jirou salto de detrás de este sujetando un bate de baseball y lo blandió en el aire causando pánico en las dos invitadas del rubio que salieron corriendo tan rápido como pudieron pues no esperaban semejante cosa.
—¡Largo, lárguense o llamare al espantapájaros! —Amenazaba mientras las perseguía hasta la puerta, Denki no comprendía si debía de reírse, sentir pena ajena o ambas por lo que solo soltó una carcajada antes de ir a por ella jalándola de las caderas hacia dentro—¡Llamen al espantapájaros, una urraca está aquí! —Balbuceaba mientras era arrastrada hacia adentro por el rubio.
—Ya, ya loca—Y se suponía que él era el idiota, cerró la puerta tras de sí y la obligo a soltar el bate, por su propio bien—¿Me puedes explicar qué demonios es lo que tienes planeado con todo esto? —No estaba enojado, algo le decía que esa noche se iba a quedar solo, aunque las chicas se hubieran quedado, cruzo sus brazos queriendo lucir serio.
— . . . No pude hacerlo, ¿Okay? Simplemente no pude . . . Imaginarte con otra chica me—Su tono comenzó a quebrarse y eso lo estaba matando, él podía intentar hacerse el rudo pero era obvio quien de los dos era el más sensible por lo que no tardo en mover sus manos, abandonando su pose, para tomarla por las mejillas.
—¿Entonces porque me pediste que hiciera esto . . .? —Una muy buena pregunta que ella simplemente no quería responderle, solo puso sus manos en los hombros del rubio e impulsándose hacia arriba se le acerco a darle un ligero beso en los labios, uno que el no tardo en replicar con uno propio y antes que se dieran cuenta ya se encontraban en la habitación de Denki devorándose uno al otro.
—No entres a mi vida y luego desaparezcas . . . —Le murmuro la chica mientras su amante devoraba su cuello, no le importaba ya nada, no le importaba el dolor que le causó, solo quería besar más de su piel pues el perfume que la cubría olía sencillamente engatusante.
—Te ves tan hermosa esta noche . . . —Decía contra su piel mientras se acomodaba entre sus piernas, ¿Cuantas veces no había caído en esa cama? ¿Cuántas veces no habían estado juntos allí? Ella sabía el número, recordaba cada una de ellas con una sonrisa en los labios. Soltó un ligero gemido cuando sintió como apretaba sus muslos y ella solo desabrocho el cierre de su vestido.
—Bésame como si me hubieras extrañado . . .—Una sonrisa se le dibujó en el rostro y como amaba esa sonrisa, él podía hacerla feliz sin importar nada en el mundo. Lo vio retirarse la camiseta y de solo ver sus gloriosos abdominales sintió que, en efecto, podía alegrarla con algo más que su sonrisa.
La besó una vez más mientras recorría los tirantes de su vestido fuera de sus brazos, su escote cada vez más visible dejando ver su ya más pronunciada copa C, no era que estuviera particularmente orgullosa de esta, pero al menos había crecido desde sus primeros años en la escuela, además que siempre probaron ser puntos tremendamente sensibles al tacto ajeno. Sus lenguas se mezclaron, como eran adictos a la lengua del otro, Denki podía besarla por horas y no se hartaría jamás mientras que Kyoka soñaba con esos besos que hacían su cuerpo entero retorcerse de deseo.
—Quítame esto de una vez . . . —Demandó la chica mientras cortaba el beso entre jadeos de gusto, aun cuando le resultara casi doloroso dejar esos labios tuvo que hacerlo para cumplir con el mandato, tras un par de tirones terminó dejándola solo en ropa interior haciéndole quedar atónito: Jirou usaba un demoledor conjunto de bragas y sujetador de encaje morado, su color, que le hizo confirmar la existencia de Dios—Esto es para ti, Denki . . . Soy solo para ti . . . —Se le secaron los labios, hacia una hora la hubiera arrojado a los perros con tal que sufriera como el sufrió ¿Pero ahora? Daría su vida por ella sin pensarlo dos veces.
—Solo para mí . . . —Repitió acomodándose entre sus piernas nuevamente, ese era su ambiente natural, donde gustaba estar, el beso tan ferviente como antes, quizás un poco más mientras ella se dedicaba ahora a acariciar su ancha espalda, cada día lo sentía más fuerte, no podía comprender cómo es que Denki Kaminari había pasado del bufón de la clase, el tonto de bromas y chistes malos al hombre más sensual del mundo para ella.
Sabía que esto estaba mal, que ella no era la mujer que él merecía para una relación seria, que todo terminara fatal . . .
Pero es que sus manos se sentían tan bien.
No quería un minuto más sin ellas, su vientre quemaba de deseo por él y no podía ocultarlo. Su sujetador fue lo primero en irse, ella por su parte le bajó el pantalón hasta los muslos y estos acabaron deslizándose fuera dejando a ambos solo con una prenda cubriéndoles los puntos más íntimos. Aunque no fue por mucho ya que Kyoka le retiró el bóxer en cuestión de segundos dejando ver su prominente erección ¿Había crecido? Sin duda que lo había hecho. . . Quizá por el ejercicio constante que ambos tenían.
—No me las quites—Le detuvo de retirar las bragas, última prenda en la chica dejándolo confundido—Rómpelas—Suerte tuvo que Denki no terminará allí mismo por lo endemoniadamente sexy que le sonó eso, usando sus pulgares hizo un agujero en la prenda que permitiría su acceso a la mujer delante suyo.
—Deja de provocarme tanto, es malo para mi salud—Comentaba a juego mientras se acomodaba entre sus piernas con una mano guiando su erecto miembro hacia ella frotándose varias veces antes de mover la pelvis y embestirla a medias arrancando un gemido de gozo en la ajena.
El ruido entre ambos era prácticamente animal, los movimientos del rubio eran mucho menos medidos de lo usual pero lejos de hacerla sentir incómoda Kyoka estaba extasiada totalmente pues todo en él era adictivo para ella incluso esos momentos donde se comportaba salvaje y brusco, no negaría que despertaba la vena masoquista en ella de las formas más bajas y pasionales. Sus dedos con uñas finamente pintadas rasguñaron la fuerte espalda, dejaría marcas en él, todas las marcas posibles para que quien lo viera entendiera algo simple pero claro: Ese hombre era propiedad de Jirou Kyoka y de nadie más.
La cuenta del tiempo juntos se perdió, solo los exquisitos gemidos llenando la habitación, así como los gruñidos de gozo daban testimonio de lo que sucedía entre ellos y no fue hasta eso de las tres de la mañana que llegaron a golpearles la puerta sorprendiendo a la pareja.
—¡Hey, idiotas! ¡Es difícil ver porno con todo ese sexo real sucediendo aquí al lado! —Era la voz de Sero, seguramente había salido de la fiesta de Kendo y vuelto al departamento por ser el único soltero del equipo en esa fiesta. Tras escucharle tanto Denki como Kyoka soltaron una risa por lo bajo.
Tras un par de horas más acurrucados y corroborar que la peli morada estaba ya sin ser afectada por el exceso de alcohol consumido esa noche es que el rubio se decidió a hablar de nueva cuenta.
—Kyoka, sal conmigo . . . En una cita formal —Le pidió de la nada causando una mirada confusa en la susodicha que solo arrugo la nariz ligeramente.
—Sabes que me pondré como loca—Un leve gesto de cabeza le hizo saber que a él no le importaba—E histérica y sentiré que nada nos sale bien—De nuevo el asintió sin dudarlo ni un poco.
—Lo sé, pero nos graduamos en nada de tiempo y no quiero perder la oportunidad que estemos juntos . . . Por favor—Le pidió lo último con una mirada suplicante, tras tantos años bajo la sombra de ser su amante no podía imaginar un mundo sin ella, aunque la chica no lo notara.
— . . . Demonios—Suspiro derrotada antes que sus labios pegados con un gesto de fastidio se transformaran en una de las escasas sonrisas tímidas que ella podía dar—Acepto entonces, Denki . . . —No se contuvo de acercarse para robarle un beso ante esto, era una total quejona, pero él estaba loco por ella . . .
Si piensan que con esto hemos terminado ¡Están mal muchachones!
¡Aún quedan un par de capítulos mas de drama dramático con dramatismo!
¡Agradezco mucho, mucho, mucho su paciencia conmigo! He estado muerta por varios meses, ahogada en trabajo y en vacaciones familiares que me dejaban vacía de mi voluntad para escribir (O vivir)
¡Pero volví! ¡De entre los muertos! ¡Y en forma de fichas!
¡Besitos!