La mujer, la biblioteca y el zorro

La mujer de la biblioteca, que era la nueva bibliotecaria que la anterior bibliotecaria le dejo esta biblioteca por su avanzada edad.

Ella era una amante de la lectura, pero no solamente tenía la obligación de que la gente pudiese llegar a la biblioteca y llenarse de sabiduría o quitarse las dudas en sus mentes.

Ella tenía otra obligación mucho más importante.

Ella vestía un kimono beige que resaltaba bien su cuerpo pero no llegando a lo erótico; sandalias negras; ojos marrones; su cabello era de color rubio parecido como la de una flor; y además de poseer un collar con forma de cruz pero invertida.

Ella estaban sentada en la recepción justo al lado de la entrada leyendo un libro de "Técnicas avanzadas Ninjas". Aunque este libro solo lo podían leer los ninjas de rango Chunin de alto rango o Jonin, pero ella tenía su derecho ya que también era un ninja.

Y si ella quería ser presumida, una muy poderosa.

Su mente estaba concentrado en leer el libro, pero una parte estaba un poco desviada por las palabras de la antigua bibliotecaria. Le dijo no que dejase entrar al niño demonio.

Ella no pudo defender al jovencito que desconocía, pero tampoco quería hablar y tener problemas, su deber es ser una vigilante y no una justiciera, pero si podía serse sincera a sí misma quería darle una bofetada de los mil demonios. Era un niño pequeño-o por lo menos pensaba eso-y darle ese sobrenombre tan maléfico le hacía hervir la sangre.

Aunque en su Nación no había niños tan "Malvados", si había algún que otro bromista. Como esa maldita gata.

Antes de seguir sus pensamientos, un poderoso trueno la asusto. Vio hacia la ventana y vio que la lluvia ya tenía tiempo, pero había empeorado hasta tal punto de parecer que el cielo se estuviese cayendo.

La atención de la mujer se movió hacia la puerta, que se estaba abriendo par en par. Posiblemente para protegerse de la lluvia.

Cuando miro quien era el refugiado, sus ojos se abrieron de sorpresa. La antigua bibliotecaria le dijo cómo era el "Niño demonio". Cabello rubio; ojos azules; y marcas en sus cachetes como de un zorro. Y este era el jovencito de piel ligeramente bronceada aunque pálida y temblando por el frio; su ropa era algo horrendo, su camisa estaba completamente desgarrada, solo dejando la parte del torso pero no lo cubría del todo; y sus pantalones estaban desgarrados, mostrando que habían heridas y sangre seca en sus piernas como en sus brazos y se veía un ligero moretón en su cachete.

Cuando entro y después cerrar la puerta, se abrazó consigo mismo mientras seguía temblando. Pero lo curioso era su mirada que miraba por todas partes, esperando a alguien.

- Buenas – le dijo y el jovencito casi salto del susto y giró su mirada rápidamente para ver a la mujer.

Pero la mirada, antes sonriente y preocupada, se llenó más de preocupación.

La mirada del jovencito decayó y bajo la mirada – Y-Ya me voy – ante de que el niño se girase y saliese, la mujer hablo.

- Espera – el niño se detuvo - ¿Por qué te vas?

El niño giro y vio a la señorita y se vio asombrado, pero después apartó la mirada – L-La antigua me echaba y m-me golpeaba al tener una oportunidad – al decir esas palabras, la mirada de sorpresa cambió a una bastante enojada.

"¡¿Qué esa bruja hizo QUÉ?!" grito mentalmente ante tal revelación. Si antes le daba una mala espina por su personalidad, por su energía y por las palabras que le dijo acerca del niño-que estaba al frente de ella-, ahora quería ir hacia su casa y darle muchas maldiciones y prejuicios en su vida solo por coraje.

Ella inhalo y exhalo de manera calmada y repetida, calmándose aunque sea un poco, ya que el niño estaba temblando al sentir el instinto asesino que ella emanaba.

Ella salió del escritorio y camino hacia el jovencito, que se estaba calmándose aunque sea un poco.

- ¿M-Me conoces? – el niño apartó la mirada.

La chica miraba muy confundida ante sus palabras – No te conozco, pero ¿eso qué significa? – le pregunto muy confundida.

Pero sus siguientes palabras la dejaron en shock.

- S-Soy el niño demonio…todos me odian sin razón aparente.

Para la sorpresa del niño, la mujer se lanzó al niño y lo abrazo fuertemente y este comenzó a llorar fuertemente mientras le devolvía el abrazo.

Mientras que ella se preguntaba el dolor y la pesadez de su energía.


La lluvia impedía que el niño saliese-que ahora sabía que su nombre era Naruto Uzumaki-que estaba durmiendo en una cama improvisada-para que se quedase en la biblioteca y no en otro lugar.

Y aunque no estuviese lloviendo, igualmente se quedaría con ella.

Ella cerró el libro y giro su cabeza para verlo. Ella aún estaba preguntándose por qué tenía esa energía tan pesada y tensa, como además de tristeza y odio en su mismo ser. Era imposible que un niño de su edad tenga esos sentimientos.

Antes de que pudiese seguir con sus pensamientos, la puerta se abrió mostrando a la persona que no quería ver.

A la antigua biblioteca, más de 50 años y, para ella, una horrible persona y apariencia, de cabello blanco sin tratarse con mucho cariño además de llevar un kimono que no combinaba con su personalidad.

- Espero que la biblioteca te esté tratando bien – dijo, guardando su paraguas.

- Si, no es la primera vez que estoy en la biblioteca como su guardiana – le comentó con una sonrisa falsa, aguantándose las ganas de lanzarse a está horrible mujer y patearla muy lejos de la biblioteca.

Ella se acercó a su escritorio, hasta que vio que detrás de ella estaba Naruto - ¿Qué hace ÉL aquí? – pregunto la mujer, señalando al niño de un manera nada amigable.

- Es solo un niño. Si te hizo alguna que otra travesura en tú biblioteca/¡No es un niño! ¡Ni siquiera es humano! – le grito, haciendo despertar a Naruto y este se asustó a la antigua dueña de la biblioteca.

- ¡Tú no deberías de estar aquí! – ella agarro una escoba y lo iba a usar para golpear a Naruto, que este estaba completamente quieto por el shock.

Antes de que pudiese acercarse más, la mujer se puso entre Naruto y la anciana - ¡¿Qué haces?! ¡Hay que echar al demonio de este lugar!

- ¿De qué estás hablando? – le pregunto perpleja - ¡Es solo un niño!

- ¡Y tú una amante del demonio! – siendo segada por la furia, utilizo la escoba para golpear a la mujer delante de ella.

Pero ella lo agarro, se lo arranco y lo partió en dos con mucha facilidad, para después empujar a la anciana - ¡Lárgate de aquí! – le grito, haciendo que la anciana se enfurezca.

- ¡Se enterará de mí! – se fue cabreada, cerrando las puertas muy cabreada.

Mientras que Naruto, agradeciéndole una y otra vez, mientras se agarraba de su pierna y lloraba.

Solo esperaba que ELLA viniese rápido, o tomara acciones con su propia mano. Y saldrá con sangre en las manos de esta aldea si era necesario.


Ella se despertó de la cama improvisada y miro hacia abajo, para ver a Naruto acostado en su pecho, utilizando sin mucho pudor sus pechos como almohadas. Ella suspiro y miró por la ventana y vio que era de día. Ella cerró los ojos, ayer fue un día muy duro para ella y no sabía si su advertencia sería que hablaría con alguien poderoso para sacarla del lugar o iba a traer a alguien, como un hijo o parecido.

Ella se levantó, sin soltar a Naruto y se sentó en el escritorio y vio como Naruto se acomodaba un poco por el repentino cambió.

La mujer sonrió ante la escena, pero eso cambio por el sonido de las puertas abriéndose y vio a varias personas, entre hombres y mujeres.

Ella puso una sonrisa.

Aquí estaban.

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