La Riqueza de William Albert era incalculable la mina no dejó de producir a lo largo de seis años, antes que sacaran todo el oro descubrieron otro lugar el cuál adquirió pues era el único que tenía las herramientas necesarias para explotarla y los recursos para comprar el lugar, George su cuñado y su sobrino Archie eran los que se encargaban del manejo de la recién obtenida mina.

En Chicago Abigail quien le dio mellizos a David Sackler después de regresar de Europa, era la protegida de su suegro pues sus padres no pudieron perdonarla por dejar el nombre de la familia por los suelos, aunque esas relaciones estaban fracturadas de todas maneras ella llevaba a sus hijos a casa de los Huber para que sus abuelitos disfrutaran de sus nietos ella tenía la esperanza de que Robson les dejara las acciones a sus hijos de su sociedad con Albert.

-Suegro ¿Ya se va usted? ¿No va a desayunar?-le preguntó Abigail al Señor Sackler

-No tengo tiempo muchacha, tú sabes que son tiempos difíciles y tengo mucha competencia ¡Oh si mi hijo estuviese conmigo! ¡Como quisiera que estos niños crecieran en un día para así poder enseñarles el manejo de mis negocios y yo pueda descansar! No que me tocó luchar solo para sacar a estos pequeños adelante, le ruego a Dios que tu hermana no conciba jamás para que tus padres no le hereden a sus hijos las acciones que tienen de la sociedad con William Andrew.

-Si, yo también extraño a David tuvo un trágico destino.

El Señor Sackler partió hacia sus oficinas y Abigail recordó aquel momento…

Retrospección

-Por ahora no me interesa Candy sino mis hijos ¡Los quiero de vuelta!-expresó David Sackler

-Los conseguiré, se los quitaré a mi tía te lo prometo

-¿Cómo sé que no me estás engañando?

-David yo te amaba pero tu obsesión por mi hermana hizo que me maltrataras, te soporté por mucho tiempo, llegó Douglas a mi vida y me deslumbró con su galantería, me apoyó en todo ¿Qué querías que hiciera? Dame una oportunidad ¿Acaso volverás a Chicago sin tus hijos?

-Sería el hazme reír si regreso contigo después que te fuiste con otro-le reprochó David

-¿Ya no me encuentras hermosa? Siempre pude complacerte en todo lo que me pediste, hasta me dejé sodomizar por ti.

Ella se acercó a él con aquel aliento embriagador que disfrutó muchas veces y la besó.

-Sigues siendo endemoniadamente hermosa, entonces ¿Te irás conmigo ahora?

-Si ¿Dónde nos veremos?

-Te estaré esperando en la estación de tren, si no llegas juro que no descansaré hasta acabar con tu vida.

-Mejor de una vez partiré contigo pues has de tener un carruaje disponible

-Sí, le dije al cochero que me esperara.

-Solo déjame tomar algunas cosas para el viaje.

-¿Y tu marido no se dará cuenta?

-Lo hablaremos en el camino.

Fin de la retrospección.

En la mansión Andrew desayunaban juntos la pareja de enamorados que ese mismo día estaban cumpliendo aniversario de bodas.

-Te tengo un regalo-Le dijo Albert sonriente

-Amor, casi todos los días me regalas algo

-Eres la única mujer que he escuchado que se queja de eso

-Perdón no era mi intención

-Estoy bromeando-le comentó el rubio mientras agarraba su mano para ponerle una pulsera

-Feliz aniversario cariño

-Disculpen por interrumpir este momento solemne, William, te recuerdo que hoy vendrán Rosemary y Annie con los niños desde Canadá-intervino la Señora Elroy

-Sí, ya le dije a uno de los cocheros que estén pendientes en el muelle porque de un momento a otro llegará el barco.

Candy pensó: He sido tan feliz todos estos estos años a lado del amor de mi vida, pero no dejo de sentirme mal, hasta Rosemary le dio dos hijos al Señor George en cambio yo no he podido concebir.

Dios mío, Dios y Señor,
Admiro tu paciencia por un día más en que tu ira santa no ha venido sobre mí, como yo lo merezco.

Tú ves mi pecado qué es oculto ante los demás, pero que mi corazón reproduce constantemente: la envidia me consume, la codicia por tener el fruto del vientre me amarga, el resentimiento hacia mi hermana es constante.

Te pido Dios, que me hagas ver lo despreciable que soy ante tus ojos. Que me hagas entender que delante de ti no soy más que una basura. Que me permitas ver que no soy quién yo creo ser.

Señor, tráeme contentamiento por todas tus bondades hacia mí, poseo todas las riquezas terrenales, el amor de mis padres, de mi esposo, pero yo añoro eso que no tengo, un hijo, Dame arrepentimiento sincero, deseo de vivir en santidad una vida qué te agrade a ti.

Te lo pido por los méritos de Jesús.

-Candy mi amor ¿En qué estás pensando pequeña? ¿No irás hoy al hospital?

-Creo que mejor me quedaré a esperar a nuestros huéspedes.

-Está bien amor, quiero que me des un beso antes de irme.

Él se acercó a ella y con suma ternura saboreó sus labios.

Holas chicas, quise continuar así la historia porque a veces siento cómo que me tienen resentimiento por algunos reproches y no quiero ser una piedra de tropiezo para ustedes, mejor para tener paz en mi alma las libero de la historia y las que gusten seguir esta adelante.

Dios les siga bendiciendo.