Miraculous Ladybug pertenece a Thomas Astruc, Zag Animation, Disney y TF1, hago esto sin fin de lucro.

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31 días

Por Mimi chan

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31

Reencarnación.

— ¿Crees que tú y yo nos odiáramos en otra vida? – dijo la chica mirándolo divertida, desafiante, con sus brillantes ojos azul hielo. – Alguna vez escuche decir que cuando conoces a alguien y te cae mal desde el primer momento es porque lo has conocido en otra vida y allí también lo odiaste.

— Espero no haber tenido la mala suerte de conocerte en más de una vida. – respondió el chico de ojos verdes de pupila felina.

— Solo estas dolido porque no puedes tenerme. – la chica mesó su pelo negro azulado y salvaje, un pelo que te daban ganas de tocar — Enfréntalo, eso haría tu vida más fácil.

Su expresión estaba tan llena de seguridad que le resultaba simplemente odiosa, al mismo tiempo que atractiva. Los de su tipo todos eran así y usualmente eso hacia que los odiaran, pocos podían pasar tiempo alrededor de ellos sin sentirse intimidados, pero el destino había decidido que él tenía que compartir tiempo con esta chica odiosa y no podía hacer nada por evitarlo.

— Ustedes dos, un paso atrás – una de las prefectas intervino en el duelo de miradas — no quiero una pelea aquí, ¿quieren?

— Yo no he empezado — dijo Adrien con molestia en su voz – yo estaba aquí perfectamente tranquilo

— Profesora, solamente tomé una bocanada de aire alrededor de él y dígame que yo lo estoy provocando.

Adrien se defendió cerrando las solapas de su ropa a su alrededor tratando de crear alguna defensa, no es que fuera su culpa después de todo. Estúpidas hormonas adolescentes.

— Lo último que me interesa saber es quien tiene la culpa – repeló la prefecta - saben muy bien que este comportamiento esta estrictamente prohibido en este instituto.

Marinette solo volvió a acomodar su cabello, tratando de apartarlo de su cuello, sin ningún resultado. Ella nunca había querido asistir a François Dupont, de todos modos, junto por lo estricta que era, pero su madrastra no le había dejado ninguna opción. Con cinco cachorros pequeños, tener a una adolescente rebelde en casa estaba siendo muy complicado. Internarla por una temporada en un instituto no había sido un acto de desamor. Todo lo contrario. Después de la muerte de sus padres cuando solo tenía cinco años su madre adoptiva la había acogido con el mismo amor que había refugiado a otros tres huérfanos, le había salvado la vida. Por desgracia cuando los hanyous hembra huérfanos eran encontrados podían terminar en lugares muy desagradables, los humanos estaban tan fascinados con ellos después de 500 años.

Afortunadamente en el mundo aun existían lugares como François Dupont que era una escuela que aceptaba a humanos, youkai y hanyous por igual, no por nada el director y dueño del instituto era uno de los Youkai más respetados y poderosos del mundo, pocas personas podían meterse con Gabriel Agreste y salir bien librados. Y aparentemente su hijo Adrien no era la excepción, sino ¿Por qué estaría en detención igual que ella?

— Regresen a sus deberes o alargare su detención dos horas más – la prefecta regreso al escritorio después de calmar los ánimos de estos hanyous.

— Yo ya he terminado mis deberes – dijo Adrien.

— Pues encuentre que hacer joven Agreste – dijo sentándose frente a una computadora - o lo enviare a hacer limpieza a los baños del instituto.

El hanyou solo se sentó en su lugar enfurruñado. Ni siquiera era su maldita culpa estar en detención. Qué, si había empujado a una humana, ella se lo había buscado. Entre las reglas del instituto estaba establecido que ningún humano podía tener contacto no autorizado con ninguna especie miraculous, mixta o pura, pero a ninguna de ellas parecía importarle y hacían incluso apuestas por ver quién sería la primera en tocar sus orejas.

Mala suerte la suya que era el único hijo de su padre y su madre que era un youkai de gato que había heredado apéndices no humanas. Si bien sus orejas o sus ojos no eran tan exagerados como otras especies miraculous, que tenían garras o incluso colas, aún seguía siendo demasiado llamativo.

Miró a la chica lobo con la que había estado discutiendo hacia un minuto. Su corazón empezó a ir mas rápido, era un hanyou lobo, no sabía si su madre o su padre había sido de especie miraculous, pero todas las señales estaban allí, su cabello oscuro y suavemente rebelde que no parecía poder acomodarse de ningún modo con sus vibrantes ojos azul tan pálidos que parecían piedras de topacio. Probablemente por su tamaño su madre había sido la que tuviera sangre de lobo. Era la única hanyou lobo en toda la condenada ciudad, los de su especie rara vez estaban en las ciudades, no sabía que estaba haciendo allí.

Era la única hembra que había conocido en su vida que podía ser una potencial compañera y su instinto lo sabía, así que se había encargado de enviarle las señales de eso sin su permiso. Estúpidos instintos.

— Ni siquiera son tan complicados – dijo de pronto arto y giró su silla para quedar delante de la chica que seguía mesando su cabello.

— No todos somos genios de las matemáticas – dijo la chica molesta, tratando de ignorar el aroma tan agradable que tenía este chico, sangre de lobo que tiraba de su propio instinto sin poderlo evitar.

— Y ¡Quieres hacer algo con tu cabello!

— No te importa mi cabello. – Ya quisiera haber recordado traer alguna cinta para su cabello, el calor de su instinto reaccionando a este chico la estaba volviendo loca y su pelo solo lo empeoraba.

— Claro que me importa y ya lo sabes – dijo y sacó una liga de su propio cabello. Suelto le llegaba hasta los hombros, de una forma nada femenina si no más bien muy sexy.

Marinette recibió la liga sin demasiada ceremonia y acomodó su cabello en un moño sobre su cabeza tratando de ignorar el hecho de que esa pequeña liga tenía impregnado el aroma del cabello de este hanyou y ahora mismo debía estarse mezclando con el suyo.

— El avión realiza un vuelo transatlántico de 4500 km entre las 12:00 y las 18:00, viaja a una velocidad media de 750 km/h. Sin embargo, puede estar viajando a velocidades mayores o menores en distintos tramos de la ruta. – Adrien fue llenando la gráfica en su libreta y la chica prefirió concentrarse en el problema más que en el color castaño calicó de su cabello — si entre las 15:00 y las 15:30 recorre 400 km, su velocidad media en ese tramo es de 800 km/h. Para conocer su velocidad instantánea a las 15:20, es necesario calcular la velocidad media en intervalos de tiempo cada vez menores alrededor de esta hora: entre las 15:15 y las 15:25, entre las 15:19 y las 15:21. Me sigues.

— Creo que sí, tramos pequeños.

Pasaron los últimos treinta minutos de la detención resolviendo y repasando la lección de derivados. Finalmente, la prefecta los dejó ir cuando el tiempo de castigo se había terminado.

La escuela salvo por profesores y administrativos estaba vacía, caminaron juntos solo por que los dos avanzaban a la salida. Frente a la escuela estaba la limusina que llevaba y traía a Adrien todos los días a casa, al menos no tendría que regresar a casa mojándose, el cielo estaba cargado de nubes negras que dejarían caer una fuerte lluvia en cualquier momento. Solo de pensar lo que le esperaba en casa cuando sus hermanas o su madre se enteraran que había agredido a una humana… quizá mojarse no seria tan malo.

— Tú estás interna ¿verdad? – peguntó Adrien, aunque ya lo sabía. La escuela funcionaba como internado para razas miraculous y según sabía en ese momento solo había media doce de ellos y solo un lobo.

— Si, pero es viernes y voy a casa a echarle una mano a mamá con mis hermanos. – Marinette no estaba segura de porque le estaba respondiendo.

— ¿Son más… lobos como tú?

— No, todos son humanos… - su madrastra cada dos o tres años traía huérfanos nuevos a casa, tenía un serio caso de nido vacío, pero eso le pasaba mucho a los youkai caninos - complicada historia.

— Puedo llevarte – ofreció, Adrien no exactamente seguro ya de si solo era su instinto el que le compelía a pasar más tiempo cerca de ella.

— No hace falta, vivo justo allí – dijo apuntando a una panadería justo a un lado de la escuela.

Marinette vio al chico avanzar frente a ella, aspiró una última bocanada de su aroma, algo terrenal y familiar, no había sentido el aroma de otro lobo desde que su padre la llevara en brazos cuando solo era una niña. La sensación de familiaridad, de pertenencia le revolvió el estómago y le apretó el pecho.

— Oye escucha… - La chica lobo lo llamo y Adrien volteó a verla - no intentaba ser desagradable, solo… las señales que estas mandando.

— No lo hago a propósito – se quejó, de verdad que no lo hacía – no se realmente como controlarlo, no había encontrado nunca a una hanyou compatible conmigo

— ¿En serio?

— En serio, es bochornoso no poder controlar mis reacciones en realidad.

Marinette tuvo que soltar una pequeña carcajada. Adrien la vio mas molesto e incómodo que antes si eso era posible.

— Lo siento – se disculpó enseguida Marinette - no he querido reírme, solo que eres un Agreste, pensé que conocerías cientos de especies miraculous

— Ninguna me había hecho reaccionar así.

— No puedes tenerme – dijo obligándose a dejarlo claro - nadie puede, no quiero nada que ver con chicos por ahora.

— Ni yo con chicas para el caso.

La limusina hizo sonar su claxon llamando la atención del joven. Si Marinette lo dejaba ir sin decirle nada, quizá Adrien no le daría una segunda oportunidad. No quería un compañero, pero, quizá… quizá solo sería agradable estar alrededor de alguien que entendiera lo que era ser tan diferente a los humanos.

— Soy Marinette.

— Adrien.

— Supongo que, si seguimos viniendo al mismo colegio, nos seguiremos viendo, mejor que nos llevemos bien – empezó a quitarse la liga de pelo que le había prestado

— Puedes conservarla.

— Esta bien.

La loba le tendió la pequeña liga y este la recibió, sus manos se tocaron y esa descarga eléctrica que crepitaba entre los dos los alcanzó, se alejaron de inmediato fingiendo los dos que no habían sentido nada.

— Nos vemos – se despidió ella cortando el momento.

— Sí – Adrien empezó a acomodarse la liga de pelo en su propio cabello, sin poder ignorar que ahora la liga estaba impregnada del aroma de la loba - nos vemos.

Marinette se quedó mirando como Adrien se iba en su limusina a la que debía ser su elegante casa. Tuvo esta extraña premonición de que ese chico iba a significar algo en su vida de allí en adelante.

Bueno que fuera lo que debiera ser.

Se acomodo la mochila en el hombro y se dirigió a casa.

— Y, y, ¡Y! – exigió ansiosa la chiquilla cuando vio a su "niñera" terminar la lectura.

— Pues… - se hizo de la emoción un momento viendo como la niña se mordía las uñas - es muy buena Mamon.

— Verdad que sí. Se que tiene mucho de ese anime que me enseñaste el mes pasado, pero me gusto tanto que solo tenía que escribir sobre eso.

A pesar de que Manon ya tenía doce años, su madre conocía muy bien el espíritu inquieto de su hija y aun la tenía que dejar con una niñera. Así que solía traerla a su casa y dejar que la chica brincara entre la panadería y su taller de costura y cuando tenía que pasar la noche fuera de la cuidad y no había mucho que hacer solían tener maratones de anime. La chica había tomado un interés especial en la escritura así que muy a menudo solía enseñarle sus pequeños escritos.

— Aunque esto es solo el inicio, tengo muchas ganas de escribir un montón de cosas como por ejemplo. Marinette, es la hija del medio de cinco, su madrastra es una escritora infantil y un chef, una familia cariñosa pero con los típicos problemas de ser una familia grande. Adrien, un hanyou gato y lobo, el menor de la familia, sobreprotegido y consentido por sus dos hermanas mayores. Y nació en México, porque sabes, en México viven unos gatos de montaña geniales. A sus hermanas me las imagino como una versión de las princesas Luna y Celestial de MLP. Siendo como el día y la noche, diferentes, pero conviviendo en harmonía, que si se rompe podría causar grandes problemas.

— ¿MLP? – aún tenía que acostumbrarse a que Manon no solía decir el nombre entero de las series que veía y solía confundirlas.

— Me las imagino como mellizas, con diferencias bastante notorias pero la misma cara – Como si no la hubiera escuchado, Manon estaba tan metido en su universo que Marinette ya no la quiso interrumpir — La mayor sería una persona diurna, buena en la cocina, adicta a los dulces, amante de un buen libro, de las que les gusta leer las instrucciones antes de haré algo, una auténtica troll si se lo propone, con talento para enseñar, algo celosa de sus hermanos ya que tiene miedo de que la dejen, puede llegar a ser bastante diabólica cuando se enoja, le gusta hacer grandes detalles como preparar desayuno con caras sonrientes o fiestas personalizadas entre otras cosas, suele enfocarse en un problema a la vez, ninja asalta bocadillos nocturnos profesional. La menor es una criatura de la noche, y llega a tener mal humor si no la dejan dormir, es una gran gamer de todo tipo de videojuegos, cinéfila de corazón, vive para la noche de brujas, adora las frituras, puede a llegar a ser envidiosa a veces ya que a veces siente que vive bajo la sombra de su hermana mayor, es más de hacer pequeños detalles como poner flores o esencia de lavanda para ayudar a dormir, si cocina falla tanto en estética como en saber, es mucho más madura de lo que parece.

— Espera, espera – la llamó Marinette sacándola de su nirvana – déjame algo a la imaginación, que quiero seguir leyendo.

— ¿En serio?

— Realmente creo que es una buena historia y me gustaría leerla. Aunque quizá deberías usar nombres distintos.

— ¡Claro que no! ¡Me amaran en fanfiction! además de las historias tuyas y de Adrien, las únicas mas populares con las de Ladybug y Chat Noir, ¡me amaran en Wattpad! – abrazó su tableta feliz y giró para brincar a la cocina — Tía Sabine, quiero enseñarle algo.

Marinette solo vio como Manon se iba feliz de la vida, nunca dejaría de darle risa el pensamiento de que algunas páginas de fanáticos estaban llenas de historias ficticias sobre ella y Adrien, Paris lo veía casi casi como la historia del príncipe y la cenicienta modernos era una locura.

Y no se diga sobre Ladybug y Chat Noir. Algunas eran simplemente… bueno… se abanicó un momento con la mano y regresó a su puesto de trabajo pensando en ese ajustado traje de cuero negro.

Fin 31

21 de abril de 2020

10:02 p.m.

Nota de autora: Se que este capítulo rompe un poco con todos los demás capítulos, pero podríamos decir que oficialmente es (31) un momento donde Adrien y Marinette son algo mayores y están juntos. La ganadora del premio Digiacrb me pidió mezclar un poco el universo de Inuyasha y en los diálogos de Manon puse algunas de las ideas que ella tenía para la historia y no pude utilizar, espero no te moleste que te haya citado casi textual… casi se me antoja hacer un crossover, ojalá tuviera el tiempo.

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Mimi chan