Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.


Hinata se odiaba, detestaba cada parte de sí, todo acerca de si mismo era despreciable.

¿Por qué tuvo que nacer gay?

Renegaba cada día por ello, se odiaba por ello, se repudiaba y sentía asco de si mismo, porque quería ser normal, quería fervientemente ser heterosexual.

Aun con su deseo férreo de aquello que la sociedad le adjudicaba era normal, se encontraba besando con anhelo los labios ajenos, aquellos abultados y rosados labios del chico rubio de múltiples encantos.

No podía resistirse, deseaba detenerse en su mente, pero su corazón brincaba lleno de felicidad al sentir las caricias tenues, los roses suaves que se posaban en la piel sensible al tacto de sus brazos.

Quería mantener sus labios sellados, morderlos evitando que algún sonido pudiese salir, quería evitar sentir ese cosquilleo en su pecho, el revoloteo provocado por los labios que adoraban su cuello, dejando su sello cálido, mordiendo con deseo.

Se preguntaba una y otra vez, ¿cómo amar podía estar mal?, ¿qué había de malo en sentir aquello que Naruto le inspiraba a decir?, ¿por qué amar a Naruto estaba mal?, ¿solo por qué era un hombre?

Esa era la verdad, pero no lo podía aceptar, su mente estaba nublada a ello se lo podía adjudicar, pero su corazón gritaba en cada beso, que nada de ello estaba mal, que era una persona normal, que ama y se apasiona.

Lo recuerdos de los insultos llegaron a su mente, los gritos de que él era un anormal, un marica, una desviado del camino real, sus miedos aumentaron en tanto su cuerpo se vio expuesto, en tanto se sintió observado.

Trató de cubrir su desnudez con sus manos, pero fue detenido en el acto, con una mirada de anhelo y amor que le era dedicada, con suaves besos mariposa que sus manos sintieron otra vez, con los labios tibios que adoraban con amor todo su ser, diciendo en cada roce, que nada había de sucio en amarse, en sentirse piel con piel.

En completa desnudez, se mostró tal y como es, siendo abrazado por el hermoso ser que le amaba sin preocupación, sintiéndose completo por primera vez, sintiendo con todo su ser que nada malo había en él, que era evidentemente alguien mas, el que debía entender que no había nada mas puro que amar.

Los besos se extendieron por su pecho, por su abdomen y sus piernas, robándole suspiros y cariños que le otorgaba al de rubios cabellos, adornadas con palabras de amor, con besos llenos de pasión.

—Eres hermoso, tan perfecto

Le había dicho Naruto entre besos, alternando entre caricias y suaves mordidas, paseando por el interior de sus muslos y el vientre pulcro.

Hinata dejó ir sus miedos, después de mucho tiempo escuchó su corazón, entre su pecho sostuvo el hecho de que no había nada malo en ello, que lo único malo, era prohibirse el amar y ser amado.

Rodea con sus piernas la cadera ajena, se abraza al cuello de su amado a fin de poder besarlo, entregando entre sus labios cada latir de su pecho, tirando miedos y preocupaciones, dejando en alto sus sentimientos en cada una de sus acciones.

Recorre con sus manos el pecho fuerte, la espalda extensa y morena, arañando en el proceso, la piel hermosamente canela, llevando una de sus manos traviesas, hasta el trasero desnudo de su amante, pellizcándolo de forma traviesa, mostrándole que él también le desea, le ama y anhela.

Recibe entonces todo de su pareja, cada sentimientos albergado en su pecho, cada uno hecho caricias y besos, entregando a cambio lo mismo, amándose el uno al otro sin complejos.

Una lágrima recorre su rostro, misma que es limpiada por unos labios inflamados, es doloroso pero igualmente placentero, se siente conectado, que han dejado de ser dos, que solo uno a quedado, que ha sido un acto limpio y perfecto, puro y delicado.

Naruto se mueve lento, con delicadeza, casi como si tuviese miedo de que el contrario fuera a romperse, pero adorando aún así, las sensaciones que a ambos les invaden.

Se siente lleno y amado, abrazándose con fuerza a ese hombre que tanto ha adorado, acariciando el cuerpo que sonre el suyo le hace gemir y temblar, tocar las estrellas en cada movimiento, suspirar en el punto perfecto de lo que significa amar, sin importar el sexo, el género, sin miedos.

El roce con su próstata ha sido sublime, casi ha perdido la consciencia de sentir que puede flotar, se ha girado de forma brusca, quedando esta vez encima, moviéndose con dulce lentitud y profundidad, rozando con violencia y clemencia a la misma vez, golpeando en dulce botón que le hace delirar.

Su pareja le abraza de la cadera, mordiendo con suavidad su pecho, buscando evitar soltar alguna blasfemia, aferrándose con fuerza para prohibirse delirar, porque le cuesta mantener la compostura si Hinata se mueve de aquella forma tan anormal, que le lleva al cielo en un movimiento y de otro le vuelve a bajar.

Hinata se mueve con mas violencia, siente que está a punto de llegar, se abraza al cuello de Naruto y menea sus caderas sin cesar, lloriquea de placer y se siente lleno cuándo Naruto logra correrse, es entonces cuando llega al punto culmine y toca el cielo con sus dedos, entre sus manos toma una estrella y vuela de retorno a la tierra, donde suaves besos son depositados, en cada parte de su cuerpo.

Hinata ha probado la máxima expresión carnal del amor, aquello que todos ven asqueroso, él lo ha encontrado hermoso, tan puro y hermoso, todo el odio que sentía por si mismo se ha evaporado, porque Naruto le ha mostrado lo hermoso que es ser amado, porque le ha gritado en todas las formas posibles, que no hay nada sucio en su acción, que jamas habrá algo mas puro que su amor.

—Siempre hago cosas sin pensar —expresó Naruto abrazando a Hinata-, pero violar tu privacidad en la biblioteca, hace un año atrás, es algo de lo que no me arrepentiré jamás

—Me sorprendiste esa vez —sonrie con suavidad Hinata-

—Yo siempre te observaba, pero para acercarme, me daba miedo que me rechazaras

—¿Cómo te decidiste ese día?

—Cuándo me di cuenta estaba hablando junto a ti —sonrio tímido-

—Entonces creo que fue una buena jugada

—Mas que eso, yo realmente acerté

—¿Con qué?

—Realmente eres como un príncipe, Hinata

—Tu eres mi príncipe, Naruto

—Soy mas como un caballero andante, tu realmente eres un príncipe —besó los labios de Hinata-, Gracias Hina

—¿Por qué?

—Por ser mi príncipe

—Gracias a ti por abrirme los ojos, por enseñarme lo hermoso que es amar, por mostrarme que nada en nosotros está mal

—Nada en ti podría estar mal, todo en ti es hermoso y especial, es eso lo que te convierte en mi príncipe ideal

—Te amo, Naruto

—Te amo, hermoso príncipe