1a Parte.

Kana una bailarina exótica del club más exclusivo en el centro de Tokio ubicado frente al Jardín Koishikawa Korakuen. Un club clandestino al que solo gente importante de los círculos más altos del poder y aquellos pertenecientes a las clases económicas más privilegiadas alrededor del mundo sólo pueden darse el lujo de asistir bajo reservación previa debido a que es muy exclusivo y además cada noche se abarrota de gente, con todo tipo de gustos, adicciones y manías. Tiene fama mundial y se sabe que las mujeres que ahí bailan tienen los rostros más infantiles los cuerpos más sensuales y las técnicas más exóticas de baile, para todos los gustos.

Entre las estrellas de ese lugar está Asuza Shiratori una chica rica de familia respetable, con técnicas de patinaje artístico grandiosas pero con un hábito de cleptomanía deplorable que la llevó a trabajar en ese lugar. En uno de sus episodios maníacos decidió robar a la familia que administra el lugar y prefirió quedarse ahí a que su adinerada familia supiese uno de sus más peligrosos hábitos. Asuza era una chica de cabello castaño abundante ojos enormes y aspecto inocente con unas curvas de campeonato, pero, peligrosa y un poco loca. A pesar de todo estaban conforme con lo que había pasado con el caso de ella y lo que hacía, nunca se vio haciendo nada más, además que, de vez en cuando, cuando el nivel de alcohol de sus clientes lo permitía, su manía salía a relucir y robaba a sus desafortunados clientes.

Kaori es otra de las bailarinas del lugar; una hija de un empleado de la familia, dueña del lugar. Una hermosa mujer de ojos azules y rostro hermoso junto a un cuerpo bien formado, pero amargada ya que su padre había pedido un préstamo a la familia para la que trabajaba y al no poder pagar dio a Kaori en pago. La familia la incluyo de inmediato en el club amenazándola con la integridad de su madre y demás hermanos si no hacia lo que ellos querían. Alguna vez un cliente intentó propasarse con ella dentro de uno de los llamados "bailes privados" pero Kaori casi lo asesina. Eso le costó aún más dinero a los dueños del club por lo que no tenía escapatoria estaba atada al club por demasiadas razones, aunque hubiese preferido la prisión que seguir ahí, pero, era una mujer realmente hermosa y los dueños no podían permitirse perderla, se había hecho fama de bailes de gustos especiales y algunos clientes disfrutaban con instrumentos o artilugios en el baile como látigos, esposas, foetes; así que la hermosa Kaori tenía ya un público definido.

Kogane es otra de las chicas de ahí con un rostro pálido y ojos sin ningún brillo. Nadie ahí sabía nada de su pasado ya que, ella es una mujer callada o reservada, con este último adjetivo la mayoría la calificaba; también es amigable, con un rostro frágil y una mirada perdida parece que estuviera ausente aun así es una niña hermosa. Nunca habla con nadie, no se sabe nada de su pasado pero es una de las más asediadas bailarinas del club, por el misterio que la rodeaba, eso hacía que los clientes del lugar la eligieran. Vive entre las sombras en el club y de sus «compañeras», nunca habla con nadie y no tiene amigos; admira en secreto a Midori, pero tampoco se atreve a hablar con ella.

Midori es la más antigua de todas cabellos largos cuerpo escultural, ya no es una jovencita, te lo dicen sus ojos al mirarla pero simplemente tiene una belleza japonesa única. Fue la obsesión de muchos hace algún tiempo ya. Tanto que el ex primer ministro japonés Happosai decidió destruir su matrimonio antes de renunciar a la hipnotizante belleza de Midori se pensaría que lo embrujo desde el primer día. Fue el escándalo del Japón haría unos 16 años en que todo el mundo sabía que la mujer que realmente ocupaba el corazón del 1er ministro era una bailarina del club Koishikawa y no su esposa. Happosai seguía casado hasta la fecha con su esposa para cubrir las apariencias aunque todo el mundo sabía que Midori lo había embrujado con su danza que para Happosai le recordaba la época de oro de las geishas. Midori ya no bailaba tan seguido en el club, el ex 1er ministro daba una fuerte cantidad de dinero para que ella pudiera vivir cómodamente y el club tuviera el dinero para que Midori no tuviera que bailar para extraños, alcohólicos y drogadictos que ahí pasaban sus noches porque a pesar de ser un club exclusivo los vicios no respetan clases sociales.

Kana había aparecido por ahí con una desesperada necesidad de trabajar y de ganar un buen sueldo. Su madre Naoko la había criado sola, su padre las había abandonado para ir a entrenar fuera del Japón con un amigo de la familia pero nunca había vuelto. Kana había estado casada con un peleador y entrenador de artes marciales llamado Ranma Saotome al que conoció por equivocación, hacía ya algunos años. Durante su adolescencia y juventud Kana tuvo un cerdito negro al que bautizó por nombre P-chan, Kana lo adoraba era su confidente, su mascota, su compañero. Un día el cerdito había huido y ella al saberlo salió desconsolada por toda la ciudad a buscarlo, no lo halló esa tarde por ningún lado, cuando volvió a casa decidió hacer de todo para recuperarlo, al día siguiente había pegado letreros por toda la ciudad ofreciendo una recompensa no muy grande pero al fin y al cabo recompensa.

Ranma Saotome un joven apuesto, varonil pero tímido, excelente artista marcial, vivía con su madre en un departamento no era precisamente rico pero había estudiado artes marciales y pensaba poner su dojo algún día y dar clases. Había comenzado a competir en algunos torneos pero la inscripción era costosa entonces no siempre había oportunidad de pagar una competencia. Cuando salió del trabajo esa tarde de camino a casa mientras llovía en la ciudad oyó unos gritos extraños, encontró un cerdo negro pequeño, lo vio desprotegido y chillando junto a un bote de basura y mojado por la lluvia, sintió lástima por el animalito así que decidió llevarlo a casa, le alimento y se dio cuenta de que era sociable con humanos. La madre de Ranma al ver al animalito y el pequeño lugar en el que vivían puso cara de extrañeza a su hijo, pero este le explico las condiciones en que lo encontró y que lo tendría mientras encontraba una familia para el pequeño cerdito. La madre de Ranma que admiraba el corazón generoso de los humanos y más si era el de su hijo, pensó para ella que no podía oponerse en ayudar a un ser que cayó desgracia y ayudó a Ranma para poder cuidar del pequeño cerdo; así que una semana después caminando por la ciudad Ranma vio el letrero y la palabra recompensa supuso que había sido un golpe de suerte encontrarlo, llamo al móvil sonó un par de veces.

- ¿Aló, el Dojo Tendo?

- Si, aquí es ¿Diga? -dijo una mujer de voz apacible y sencilla.

- Llamaba por el anuncio del cerdo perdido y claro la recompensa.

- ¡Oh P-chan! Claro, gracias le diré a mi hija que pase a buscarlo a casa de usted enfatizó en P-chan gracias a que al fin había aparecido la preciada mascota de su adorada hija.

Jamás se imaginó que con aquella conversación, su destino aparecería esa tarde en la puerta de su departamento.

-Hola mi nombre es Akane Tendo, busco a Ranma Saotome decía una jovencita de hermosos ojos y voz aterciopelada, la cual miraba tímidamente al chico de miraba mar.

Ranma miraba boquiabierto y nervioso al ver a la chica de no más de metro y medio de ojos avellana enormes que ocupaban todo su rostro, nariz respingada pero pequeña y unos finísimos labios, cabello largo y suaves como el algodón, este le llegaba hasta la finísima cintura de unos 42 kg por mucho, busto pequeño pero firme y caderas proporcionales.

Carraspeo un poco para buscar su tono de voz que había desaparecido por instantes con sólo verla

- Hola soy yo, yo soy Ranma Saotome, mucho gusto Akane.. Tendo ¿Verdad?

- Sí, soy yo, el gusto es mío el joven se dio cuenta que ella miraba hacia el interior de la casa, como si buscara algo y no se equivocaba, buscaba a su mascota.

- Si buscas a tu mascota está aquí -enseñando el interior de la casa.

P-chan oyó la voz de Akane y salto a sus maternales brazos.

-Muchas gracias por cuidarlo tan bien es muy importante para mí y mi familia.

-Es un chico listo -respondió Ranma ruborizado- se vio en líos y empezó a chillar como loco clamando ayuda y a su dueña.

- Jejeje tienes razón, este pequeñín es muy listo, porque supo con quién irse ¿No, P-chan? al joven por poco y se le sale el corazón de la boca con la mirada que ella le dedicó, era tan tierna y transparente, nunca había visto una mirada como aquella.

A pesar de que Akane no tenía el dinero de la recompensa, le había ofrecido ir pagando cada semana hasta juntarlo. Estudiaba danza clásica y ya daba clases en una escuela para niños así que con su modesto sueldo una parte era para la casa y otra para pagarle a Ranma. Este desde el primero momento que la vio quedo prendado irremediablemente de la chica así que cambio la recompensa por estar con ella. Y en vez de encontrar una familia para el cerdito, encontró una para él mismo y su madre que desde el abandono de su padre habían estado muy solos.

- Hola, buenos días, soy Akane Tendo, mucho gusto.

-Oh que alegría, con que tú eres la hermosa chica que mi hijo habla hasta en la sopa, sí que eres hermosa.

-Mamá por favor deja de decir eso Ranma solo quería que el suelo lo tragaran con su dignidad.

- Ay hijo pero solo digo la verdad jajajaja ojalá y no sea solo tu amiga, ojala que muy pronto sean algo mas jajajaja y así se fue riendo la señora dejando a dos muchachos rojos hasta la médula.

- Puede que tengas razon, madre.

- ¡Qué! la peliazul estaba más que roja, no sabía dónde poner su rostro, si esto no paraba su corazón y su rostro explotarían de tantos sentimientos y emociones que estaban ocurriendo en un solo día.

- Quiero que seas mi novia, Akane Tendo.

- Yo también quiero que seas mío. es ahí donde comenzó todo, unas simples palabras llenas de sentimientos, las cuales después se transformarían en recuerdos.

Un par de años después y con la madre de Akane agonizante se casaron. A la madre de Akane le habían diagnosticado cáncer de páncreas hacia un año y la enfermedad la había consumido a tal grado que deseaba dejar a su única hija en brazos del hombre que la acompañaría toda la vida como no pudo hacer su esposo con ella. En su lecho de muerte le había hecho jurar a Ranma que nunca abandonaría a su hija, Naoko y la madre de Ranma habían estado juntas el último año y Akane veía a la madre de Ranma como una madre también. Una semana después de que la madre de Akane muriera. Ella recibió la noticia de que estaba embarazada, un rayo de esperanza alumbró la mente del matrimonio Saotome.

-Ranma

- ¿Qué pasa, hermosa? Te veo un poco decaída.

- No lo sé desde hace días me siento un poco extraña.

- Porque mejor vamos al hospital para que te examinen, no me gusta verte así. Tal vez es estrés.

- Tienes razón, vamos hoy mismo.

Sin esperar más tiempo se dirigieron al hospital, después de unos cuantos exámenes de rutina, decidieron sacarle una prueba de sangre ya que últimamente había una extraña enfermedad que justo daban con los síntomas que tenía la joven. Esperaron unos minutos y vieron cómo se acercaba un doctor con un extraño semblante.

- ¿Qué es lo que tiene mi esposa, doctor?

- Dígame lo que tengo, por favor la pobre estaba al borde del llanto.

- No se preocupen, no es nada malo y si se preocuparon por mi rostro serio, pues así es mi rostro decía esto mientras se sobaba la cabeza en señal de vergüenza.

- ¡Oh! Pensé que tenía algo mal.

- No nada de malo, al contario, quiero felicitarles. Ustedes serán padres.

Sin esperar cual iba a ser la reacción de los futuros padres, el doctor decidió darles su espacio y retirarse a su consultorio. El artista marcial no dudó y salió corriendo como endemoniado dejando a la futura madre llorando a mares con una pose de querer abrazar a su marido. De pronto escuchó como alguien gritaba en plena vía pública VOY A SER PADRE ese alguien era su marido, su Ranma quien gritaba de felicidad para que todo el mundo se enterase de la buena nueva. Aquel día quedaría grabado a fuego en su memoria.

La madre de Akane se había ido pero ahora la vida estaba por renacer y ellos estaban muy ilusionados, la señora Nodoka y el mismo Ranma cuidaban de Akane parecía una chica frágil pero en realidad tenía un espíritu fuerte e invencible.

-Ranma estoy embarazada no enferma, así que déjame en paz le había dicho su dulce esposa.

- Esta bien, entonces me voy a trabajar, nos vemos.

- ¡Qué! Te vas y dejarás a la futura madre de tu hijo aquí sola, eres un desconciderado.

- Entonces llamo al trabajo y aviso que no iré hoy para poder cuidarte.

- No, yo puedo cuidarme sola o es acaso que crees que soy una inútil.

- Bueno entonces me voy a trabajar.

- Que no, no puedes dejarme así para estas alturas Akane lloraba a mares como una niña que le quitan un dulce.

- ¡Quien te entiende! Pero no, no llores, mi vida, por favor no llores. repetía el trenzado, desesperado al ver a su esposa llorar de ese modo, hasta hipaba. Me quedaré, haré lo que sea, pero no llores.

- ¡No estoy llorando y desaparece de mi vista! su dolor se convirtió en cólera en segundos.

- ¿Qué? quien la entendía. Como un ángel caído del cielo apareció su madre.

- Hijo ve a trabajar, yo mimaré mucho a mi adorada Akane y mi nieto.

- Esta bien madre, nos vemos más tarde Akane.

- Vete ya.

Sin duda alguna era un pequeña fiera.

Nueve meses después nació un varón en la familia Saotome, un niño precioso de ojos azules como su padre y cabellos azulados como los de su madre. Akane dejo el trabajo desde que se supo embarazada y ahora se dedicaba a cuidar al hombre que amaba y a su pequeño hijo, vivía junto con su suegra en la casa de su propia madre y Ranma alquilaba el pequeño departamento para poder obtener algo más de dinero, ya que él era el único ingreso de una familia de 4. Su suegra antes de morir le había contado que el padre de Akane era experto en artes marciales y que había ido a entrenar para volver y arreglar el viejo dojo y ponerlo a funcionar como escuela de combate libre. Pero nunca volvió igual que el padre de Ranma. El artista marcial pensó que en cuanto fuese más conocido pediría un préstamo al banco y arreglaría ese viejo dojo para cumplir el sueño de la familia de su esposa y el suyo propio también.

Una vez le dijo:

-¿Quieres que arreglemos el dojo?

- Si, sería estupendo, pero no tenemos el dinero necesario.

- Deja todo en manos de Ranma Saotome, que cuando sea más famoso podré hacer tus sueños realidad.

- Eres un bobo, ya tengo uno de mis sueños cumplidos -dijo mirando hacia la cuna en donde descansaba su pequeño.

- Tienes razón, Akane.

Y con un dulce beso terminó aquella conversación.

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Cuando el pequeño Ryu hijo de Ranma estaba por cumplir los 4 años de edad, fue invitado a un torneo de artes marciales en China cuyo premio era una fuerte cantidad de dinero ya se había hecho notar en Japón pero no vivía mal solo que quería un mejor futuro para su familia y además quería tener más hijos y para ello tendría que tener más dinero para ofrecerles más que un plato de comida y una cama.

Aún no arreglaba el dojo así que si no quería una deuda segura con el banco lo mejor sería que aceptará la invitación que había sido enviada por el ex primer ministro Happosai quien era un admirador y fuerte contendiente si es que de artes marciales se trataba.

El en su juventud y hasta la fecha había sido un experto y apoyaba a las nuevas promesas jóvenes del Japón así que cuando vio en un combate a Ranma Saotome se dijo a sí mismo que había visto nacer a una nueva leyenda de las artes marciales y decidió apoyarlo para que pudiese ir a él torneo mundial en China. Había enviado pasaje de avión redondo, había cubierto gastos de hospedaje comida y ropa además de darle una cantidad en efectivo para que dispusiere de gastos personales y familiares. Akane, Nodoka y el pequeño Ryu habían ido a despedirle al aeropuerto con la promesa de volver dentro de un mes. El ojo azul había aceptado debido a que era una invitación del ex 1er ministro japonés, en segundo lugar necesitaba la fama y el dinero que esto podría darle para darle un mejor futuro a su familia.

- Akane, espérame por favor, cree en mí, cree en que ganare por ustedes - habían sido las últimas palabras que habían cruzado antes de que Ranma abordará el avión con destino a China.

Un destino sin fin.

Ranma tenía un móvil. Él y Akane hablaban todas las noches hasta que un mes y medio después de su partida, sin explicación aparente Ranma no contestó más los mensajes ni las llamadas. Akane fue a la oficina del ex 1er ministro Happosai pero este se negó a recibirla, reporto como desaparecido a su esposo pero no había muchas cosas que pudiera hacer un ama de casa, de clase media con un esposo desaparecido en otro país. 1 año y 8 meses después Akane se vio sin dinero, aquel que había dejado Ranma se había terminado hacia 6 meses y eso que lo habían administrado muy bien la peli azul pasaba las noches esperando ver a su amado entrar por el portón, extrañándolo en su cama y viendo al hijo de los dos crecer sin él. Su historia se estaba repitiendo, era idéntica a lo que pasó su difunta madre. La señora Nodoka insistía en que su hijo debía tener un motivo para tardar tanto y no perdía la esperanza de que apareciera cualquier día por ahí. Ella confiaba en que su hijo era un hombre fuerte al que no pudo sucederle nada y lo esperaba día a día, además veía a su hijo en su nieto que a excepción de esos cabellos azulados era la viva imagen de su hijo.

- Akane-chan a que mi nieto es igual a su padre -decía una emocionada Nodoka mientras veía a su querido nieto practicar unas katas que amablemente su madre le había enseñado.

- Claro, es igual a él, sólo que no tiene su cabello ¡Es increíble que hasta lo egocéntrico sacó!

- Jajaja tienes razón querida, hasta en es igual a él, pero también tiene tu mirada, es dulce y tierna. Espero que mi hijo vuelva pronto ¿No? -se volteó para ver a su nuera y la imagen que pudo ver fue, es y será la más triste que sus pupilas pudieron distinguir, Akane tenía entre sus manos la ropa de su hijo que esperaba pacientemente ser tendida, mientras que los ojos de la chica estaban inundados en lágrimas, soportando todo sus dolor en ellas, para que su amado hijo no vea su sufrimiento, era duro, terriblemente duro aguantar esa angustia.

- Yo lo siento Akane, no debí decir eso, mi hijo volverá -le decía mientras daba pequeños golpes como consuelo al acercase a ella.

- Él me prometió que volvería, él me lo prometió y tengo fe en que así será, lo esperaré toda la vida si es posible.

- Así es hija, así es, él volverá, de eso estoy segura.

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Akane sin decirle había conseguido trabajo de maestra de danza en una escuela para niñas pero la paga era muy poca y no había mucho trabajo, llego un punto en que las deudas la estaban acabando y no quería mortificar a su suegra, así que decidió ir a Tokio, es así como había llegado a ese lugar.

Conoció a Mouse por accidente, iba tan distraída pensando en las cuentas por pagar, la comida, la medicina para su aun suegra, que no se dio cuenta de la presencia del chico chino, además, a todos sus problemas se sumaba la extraña actitud de Ryu que de ser un niño alegre y desenvuelto se había transformado en un niño callado, apático y de una salud frágil.

En la clínica de Nerima que manejaba el Dr. Tofu. Él es un apuesto cirujano casado con 2 hijas hermosas y una esposa que cuando sonreía le recordaba mucho a su madre fallecida; el doctor le había tomado afecto o lástima a su hijo y a ella, ya que no le cobraba siempre la consulta de hecho él nunca le cobraba, sabía que era madre soltera y que su esposo se había ido para no volver pero ella insistía en pagar porque el costo de los medicamentos ya había subido considerablemente. Iba pensando eso cuando chocó de frente con Mouse, se disculpó mientras la tomaba en brazos y la depositaba en el piso con sumo cuidado, la vio afectada y la invitó a tomar un vaso de agua y sentarse un momento mientras se recuperaba dentro del club que de día no parecía más que una casa elegante con un jardín amplio por fuera.

-¿Vives aquí?-pregunto ella.

-Soy el administrador- respondió el mirándola escrutadoramente viendo la belleza en cada una de sus facciones y la sensualidad en su cuerpo.

-¿Ya te sientes bien? ¿No eres de aquí verdad? - pregunto curioso por esa belleza que encontró Mouse.

-No, vivo en Nerima, si ya estoy bien-dijo ella levantándose de la silla acomodándose el cabello que llevaba en un prendedor a la vez que buscaba la salida con la mirada - gracias y hasta luego _se disponía a salir cuando Mouse la tomo del brazo y le dijo - que haces perdida en Tokio, es una ciudad peligrosa, yo puedo ayudarte si quieres- le dijo con un brillo en la mirada.

-Gracias, pero no es necesario - le dijo con una mirada ausente.

Mouse es un chico que estudió administración de empresas en Japón, uno muy astuto y sabía encontrar la desesperación en la mirada de la gente. Le basto mirarla a los ojos para saberlo.

-Yo puedo prestarte el dinero - lanzó al aire.

La chica perdió el aire que tenía contenido en sus pulmones y de inmediato lo miro - no quiero un préstamo- contestó furiosa por ser tan transparente pensó. - vine a Tokio a buscar un empleo- lo miro furiosa.

-¿Qué sabes hacer? Vamos yo puedo ayudarte -contesto Mouse- tengo muchos contactos.

-Estudie danza clásica- contesto ella

-Así que bailarina eh! - dijo Mouse interesado hasta la raíz.

La miro un par de veces y la imagino, era muy hermosa y esbelta además de esa mirada de inocencia y sufrimiento a la vez, sintió que algo muy duro apretaba en su pantalón pero cruzo la pierna y trató de apartar esos pensamientos.

-Puedes trabajar aquí, la paga es buena y el horario no es tan pesado, ¿Qué dices? -

Ella lo miro estupefacta - ¿Qué hay que hacer? - pregunto - esto no parece una academia de danza - miro a su alrededor la pequeña oficina.

Ven pasa, te muestro el lugar.

Mi nombre es Mouse por cierto yo administro este lugar.

-Un placer Soy Akane Saoto perdón Akane Tendo-

Cuando Akane vio los tubos las plataformas las mesas, imagino lo peor y quiso salir corriendo, ¡Donde demonios había caído! Desde que se fue Ranma había caído no había duda pero esto estaba fuera de cualquier imaginación qué pensaría su madre muerta o su padre que nunca estuvo o su suegra de ella o Ranma de su honor. Con una incomodidad palpable le dijo a Mouse que tenía que retirarse y salió no sin antes tomar su tarjeta la cual guardo en el bolso y salió. Estuvo caminando toda la tarde por las calles de Tokio solo tenía lo necesario para volver a casa y pasaban de las cuatro de la tarde y Akane solo había desayunado una taza de té, la verdad era que no comer se había vuelto su costumbre no quería preocupar a su suegra así que se fingía sin apetito o salía largos ratos en la tarde y así no tenía que comer en casa. Nunca había sido de comer mucho pero en su cabeza representaba una forma de ahorrar. De vuelta a casa y sin un panorama alentador. Había visto ofertas en escuelas pero ninguna pagaba mucho más que Nerima y en otras simplemente no había trabajo. Le ofrecieron un empleo de bailarina en una compañía un poco mejor pagado pero con un niño de salud frágil y triste como se había vuelto Ryu desde que se fue su padre era difícil aceptar giras de meses así que tuvo que rechazarlo. Se dijo a si misma que ya era suficiente crecer sin uno de tu padres como para que por un poco de cash el otro también decidiera abandonarlo.

La salud de Ryu siguió siendo frágil. El siguiente mes ya había adelgazado bastante, la señora Nodoka estaba preocupada por el niño pero más por Akane quien estaba en los huesos y la oía llorar por las noches clamando por Ranma. Cada noche la señora Nodoka pedía por que su hijo volviera.

«Ranma, hijo, cuando regresas, te extrañamos tanto, tu esposa, tu hijo y yo. Sé que vas a cumplir tu promesa, lo sé porque te conozco y se lo obstinado que eres, no podrías concebir tu vida sin tu familia.»

La semana siguiente el Dr. Tofú había decidido hospitalizar al niño para hacerle pruebas y le dio a Akane una terrible noticia «el niño tenía leucemia» una enfermedad de la sangre que podía no ser tan grave si se trataba de forma adecuada. Así que era mejor conseguir un trasplante de médula ósea a tiempo y que lo monitorearan mejor desde el hospital, Ryu era un niño muy callado pero no se quejaba por los estudios o pruebas. El problema vino cuando el Dr. le dijo a Akane el costo de todo. Era un dinero que no imaginaba, que no tenía y que no ganaría en la escuela de Nerima como Maestra de Danza, pero la vida de su hijo valía más que la de ella misma, así que haría lo que fuera por él.

Esa noche Akane se lo contó a su suegra, está la abrazo y lloro junto a ella. Akane le prometió que todo estaría bien; pero esa noche en la bañera se derrumbó, que haría ella sin su hijo.

« ¡Ranma, vuelve, te lo pido no sabes la falta que me haces, tu hijo te necesita!»

Si la ausencia de Ranma la estaba matando lentamente la ausencia de su hijo la llevaría con el de inmediato. Contra todo lo establecido por su educación y valores tomó su bolso y sacó la tarjeta. Tomo su móvil aún en toalla y llamo a Mouse.

-Hola soy Akane Tendo me recuerdas? Fui hace más de un mes a Tokio y nos conocimos accidentalmente...

-Hola Akane Saot… Tendo, quien podría olvidarte- recalcó.

Akane comprendió que Mouse era un sujeto mucho más listo de lo que parecía.

-Te espero mañana a las 7, donde nos conocimos - le dijo por el móvil.

Esto era oro puro le daría unos cuantos miles de yenes a Mouse, él lo sabía...

...

Kana, como era conocida, era la estrella del club, hermosa inocente y con un aire de sufrimiento profundo si la observabas mejor y más de cerca; era la joya secreta e inaccesible del lugar. Desde que Kana había entrado ahí las ganancias del club se habían multiplicado considerablemente, su fama y belleza habían hecho oídos no solo en Japón sino también en otros lugares.

La familia Kuno dueña del club en Tokio y quienes eran dueños no solo del lugar, del nombre, si no de la vida de las chicas que ahí trabajaban, Tatewaki el hijo mayor estaba casado con Nabiki una mujer muy hábil para los negocios quien estipulaba reglas del lugar público para el que estaba diseñado, contratos y sueldos de todos los empleados, a Nabiki no se le escapaba un solo yen y ella había designado a Mouse como gerente del club mientras estaba abierto por las noches, había estudiado, con él sabía que era listo, y junto con el escribió las reglas para los empleados del club. En cuyos contratos estaba estipulado:

No revelar su lugar de trabajo.

No revelar su nombre real.

No revelar a nadie los nombres de clientes o personas que frecuentan el lugar.

No involucrar a la compañía Kuno en cualquier actividad sexual ni sus consecuencias.

No relaciones interpersonales entre empleados.

No es válida la renuncia, la empresa se reserva el derecho de despido.

Kana había podido solucionar en estos meses de trabajo la situación medica de su hijo que aún estaba hospitalizado en espera de recibir un trasplante, pero no había podido solucionar las deudas de la casa y la comida en casa seguía siendo una cuestión de modestia; había pensado que era mejor engañar a su suegra y a su hijo diciendo que trabajaba de maestra en una escuela de danza en Tokio cuyos horarios comenzaban a las 7 debido a que eran los horarios más cómodos para las mujeres que trabajaban en el día y como su suegra se quedaba a cuidar al niño por las noches en el hospital cuando llegaba la hora del desayuno del pequeño Ryu ahí estaba Akane ya bañada y lista para pasar el resto del día con él. La señora Nodoka temía por la vida de Akane es que ahora era tan delgada y tenía unas ojeras permanentes además de que había empezado a fumar desde que se fue Ranma, Nodoka se preguntaba que había podido pasar con su muchacho para no haber vuelto por la mujer que se consumía de dolor todas las noches en su ausencia y del pequeño que luchaba contra la enfermedad solo en su ausencia.

Kana llego al club como de costumbre y saludo a Shinnosuke se había creado entre ellos un vínculo especial, Shinnosuke era el empleado de seguridad del club era un sujeto de cabellos castaños de 182 centímetros con cuerpo atlético delgado pero con muchísima fuerza y habilidades para la pelea y agilidad en las situaciones peligrosas además que era experto en armas de alto calibre, el pobre no tenía educación alguna, sus padres habían muerto en un terremoto y su abuelo que era un carpintero humilde solo había podido enseñarle el oficio de la carpintería; desde joven empezó a vagar en las calles haciendo amigos con gente "no grata" y después de eso termino como peleador callejero sin ninguna técnica . A los 14 años ya tenía un historial de delitos menores con arma de fuego en el Japón. Poseía una mirada tan dulce que comprometía a sus propias víctimas en el momento de atacarlas, nunca se había enamorado hasta aquella noche que a las 7pm vio parada afuera del lugar a una jovencita que más bien parecía una niña vestida humildemente y con cara de espanto. Se acercó a ella como un felino sabia como llegar sin ser invitado y cuando la miro sintió que algo dentro de él había cambiado para siempre, ella con su natural dulzura lo había hechizado en un momento. Durante la convivencia Akane noto que Shinnosuke no sabía leer ni escribir y se ofreció a enseñarle en el tiempo libre dentro del club que aunque no era mucho había logrado sacar el lado humano aunque solo fuera hacia ella de Shinnosuke, ella lo veía con agrado y él estaba perdidamente enamorado de ella. Pero Kana nunca dejaría de amar a su esposo, Shinnosuke lo sabía había escuchado la historia con lágrimas de ella mientras, una tarde mientras compartían un cigarrillo antes de que empezara el turno en el club, eran las 6:30 pm cuando Shinnosuke y Kana estaban esperando a que Mouse terminara de entrevistar a la chica "recomendada" una mujer de hermoso cuerpo y cara de niña (como todas ahí) que poseía habilidades amazónicas de pelea según lo descrito en la carta de recomendación que había traído al club. La chica no hablaba una palabra en japonés nadie podía entender nada de lo que decía de no ser por la carta que para buscar a Mouse había entregado a Shinnosuke mientras se esforzaba en llamar su atención. Cuando Mouse la vio, torció el gesto y la hizo pasar.

-Akane tenemos que hablar de la víspera de Navidad- fue lo último que había dicho Mouse cuando la vio afuera del club a punto de encender un cigarrillo.

Akane puso cara de fastidio, mientras Shinnosuke se acercó a ella y le dijo -Akane yo...-

Akane sospecho de la situación lanzó el cigarrillo al piso lo aplasto e intento huir a toda prisa-debo cambiarme y maquillarme, se está haciendo tarde sonrió y se apresuró a la entrada.-

Shinnosuke le dio alcance rápidamente y la tomo de la muñeca y le dijo suplicante al oído - quiero pasar la navidad contigo, no huyas de mi por favor...-

Akane lo miró enternecida, se había olvidado que era un ser humano, que era una mujer, que era atractiva, hacía tanto que nadie le hacía ver eso, pero el recuerdo de Ranma de su mirada, de sus labios recorriéndola, le golpeó fuertemente...y se encontró a si misma llorando con Shinnosuke sujetándola tras de ella, que la miraba asustado y le susurro complaciente-no tengas miedo, no es el sentimiento que quiero hacia mí de ti-

-No... No es eso...yo no soy para ti Shinnosuke, no tengo nada que ofrecerte- le dijo con la boca seca.

-Somos iguales…- le dijo cada vez más cerca

Akane estaba parada frente a la puerta del club, se dio media vuelta Lo encaro

-Soy casada- le dijo con una mirada fría y los labios contraídos

-Mientes…- le dijo Shinnosuke acercándose cada vez mas

-¿Por qué te mentiría?- dijo ella intentando mirar un espacio para poder escapar de esa situación.

-Porque si fueras mi mujer... Tu no trabajarías aquí- dijo acercándose peligrosamente.

-Desapareció... el... no volvió- y Shinnosuke pudo sentir el nudo en la garganta mientras ella decía esas palabras...

-Entonces yo...- y cuando estaba demasiado cerca

-¡Estúpido vete a tu puesto de trabajo! ...no te acerques a ella- espetó Mouse con todo el desprecio que sentía por los de la clase social de Shinnosuke, para Mouse Shinnosuke era un desecho viviente, no merecía un lugar en la sociedad.

Akane no soportaba la manera de Mouse de tratar a Shinnosuke había visto su mirada de resentimiento cuando Mouse le había dicho estúpido, pero estaba agradecida por que Mouse la había salvado de un momento muy incómodo. Tenía que hacer entender a Shinnosuke que ella solo lo veía como un amigo, ella no podría tener nada con nadie, aun no, Ranma seguía ahí en sus sueños, en sus pesadillas, en sus más profundos deseos, cuando se masturbaba por las noches era Ranma Además estaba su hijo, y ese niño llevaba la sangre Saotome, ella debía ser una mujer honorable como lo fue su madre y como lo era su suegra, si su empleo no parecía honorable su actitud si lo era...

Entro a trabajar y cuando iba para los vestidores Mouse la tomo del brazo...

-Hola Akane...tenemos que hablar linda- le dijo de manera cínica

-Que quieres Mouse- le dijo con un dejo de fastidio.

-Conoces el reglamento, no puedes hablar con la basura que cuida el lugar, la basura va afuera y ahí es el lugar de Shinnosuke, no quiero decir lo obvio pero estaban muy juntos, si no salgo, además tu estas aquí por mí- dijo acercándose a ella y tomándola por la barbilla mientras su lengua se aproximaba a ella -eres bonita, consigues que a todos se nos ponga dura cuando sales a bailar , pero no olvides que eres una gran nadie fuera de este lugar- Akane volteo el rostro.

-Lo sé... déjame en paz, voy a vestirme...

Salió apresuradamente... Mouse era un verdadero imbécil... como si pudiera olvidar que no era nada, Ranma se lo había dejado muy claro cuando no volvió...

Salió a bailar vestida de encaje azul. Era el color del dolor vivo que sentía cada vez que recordaba esos ojos. Un sostén de encaje azul y unas bragas sujetas a un liguero que tapaban solo lo realmente necesario, zapatillas de aguja de 15 cm y una cinta en el cabello de encaje azul también...odiaba el maquillaje la hacía sentir vulgar.

Camino hacia su mesa mientras vio la cara de Kirin, al mirarla tenía una mano dentro del pantalón mientras la miraba, Taro, el que estaba a su lado le sonreía de manera provocativa, mientras pasaba un pase discreto por debajo de la mesa.

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Kirin era el hijo del emperador, el descendiente en línea directa a suceder al emperador, era un chico raro, un hombre delgado de 176 centímetros, cabello hermoso, facciones finas y entrenado lo básico en las artes marciales, pero no tenía un propósito en la vida que no fuera ir al club todas las noches a meterse todo tipo de sustancias y pagarle a Kana para que bailara para él.

Taro todas las noches se sentaba en su mesa y parecía ser su sombra, incluso cuando Kirin pedía bailes "privados" de Kana esta había tenido que soportar que el más joven estuviera ahí mirando. Este llegaba todas las noches ahí y rondaba las mesas de todos, miraba a Kana como la mayoría pero nunca intento nada o al menos eso parece.

Mientras Mouse tomó el micrófono y anuncio - y ahora la chica que los acompañará toda la noche... Disfruten de Kana...-comenzó a sonar los primeros acordes de "Side to Side" de Arianna Grande y la joven apareció dentro de una tela colgante donde comenzó a bailar mientras los ojos de Kirin parecían desorbitados, estaba en éxtasis mirando a Kana y tocando su pantalón, parecía que el mundo había desaparecido y solo estaban Kana y el.

- ¿Hermosa, verdad?

- Hum- esa fue la escueta respuesta del acompañante.

- Oh vamos Taro, sí que es hermosa, tu pantalón me dice que para ti también lo es -decía mientras señalaba la parte inferior del joven.

Taro disfrutaba con una fuerte erección en el pantalón, al igual que el resto de los caballeros ahí sentados. Shinnosuke también había observado el baile y a ese, tal Kirin, lo odiaba por mirar a la que desde ya consideraba su mujer y sobre todo por poder pagar sesiones de baile privado solo para él.

Cuando acabó el primer baile Kana salió hacia los vestidores...Mouse la intercepto.

- Dile a Kirin que solo necesito un minuto para cambiarme y voy al privado- dijo ella con la boca seca... refiriéndose a Mouse.

- Esta noche será doble Kana, otro cliente ha podido pagar tu privado- dijo Mouse sonriente.

-¿Quién es?- dijo ella con dejo de fastidio en su voz.

- No lo sé, quien sea, ¿Tu hijo necesita ese dinero no linda?- Mouse sabía dónde clavar el puñal; rió por lo bajo, rozó sus dedos por la suave piel de la peli azul, mientras se paraba detrás de ella con la erección al máximo.

Kana solo asintió con los ojos vidriosos, no se iba a rendir, su hijo era lo único que había quedado del amor de Ranma y ella, porque ella misma se consideraba ya un despojo. Se fue a cambiar por un sostén de lunares y unas bragas tipo tanga del mismo estampado.

Cuando entro al privado sonaba "struggle for pleasure " de Wim Mertens, miró a un hombre de unos 50 años de traje elegante cabello oscuro corto y bigote, de facciones fuertes sentado ahí, subió a la mesa y comenzó a bailar, era una de su melodías favoritas; el hombre ni la miraba. Decidió acercarse y encararlo mientras bailaba y cuando puso sus pechos a la altura de la cara de él, el hombre la miro a la cara un poco incómodo y le dijo- y si mejor charlamos un poco-

Kana se sorprendió, no es que no le gustara la idea simplemente no quería perder su empleo, como dijo Mouse «su hijo necesitaba el dinero..»

-Vamos no seas tímido...yo solo estaré aquí una hora- dijo Kana intentando convencer al sujeto que bajo la vista.

Kana se subió encima de la mesa, y comenzó a bailar acercándose más y más a él. El sujeto se paró en el momento y salió del cuarto - Disculpa, no puedo-... Kana se sintió confundida.

La chica nueva Xian-Pu como sabía por Mouse que así se llamaba, la miro y se burló de ella al ver salir un cliente de un privado ni bien se cumplía el tiempo de la sesión. Murmuro algo en chino mientras reía frente a Kana.

Pensó que Mouse la regañaría pero no sucedió, y cuando salió ya no vio al sujeto del privado. Fue a cambiarse para Kirin a él le gustaba la seda y las telas ostentosas pero transparentes y se vistió en gasa blanca que no dejaba nada a la imaginación. Cuando Kana entro al privado vio a Kirin sentado con mirada perdida, y a Taro en una esquina sentado devorándola con la mirada, cuando sus miradas se encontraron Kirin cambio al instante.

-¡Taro esta noche no!- dijo Kirin con una posición dominante, el hombre la vio tan hermosa, en gasa blanca transparente que la quería solo para él. Taro lo sabía desde que la vio llegar, se enfureció con Kana por ser tan malditamente hermosa, con Kirin por poder pagarla solo para él y por desearla; y más aún con él mismo, porque deseaba a la joven en secreto. Fingía que no frente a Kirin pero se descargaba pensando ella con las mujeres que llevaba a su cama.

Shinnosuke había visto a Kana entrar vestida en gasa blanca, tenía una mirada asesina en los ojos...

- No puedo tolerar que otros la vean de esa forma, pagará todo aquel que la vio.

La quería para él solamente.

Kirin sintió un líquido mojar su pantalón al mismo tiempo que sentía alivio en su erección mientras Kana terminaba de bailar "Lillies of the valley" de Jun Miyake...tomo una toalla y el dinero que kirin dejaba para ella, era muy generoso solo con ella. Cuando salió de ahí, vio de nuevo a la chica extranjera mirándola con furia, le dio igual...paso por el centro del club y vio a Kogane bailando al ritmo de "Crazy in love" mientras el bar comenzaba a despejarse alrededor de las 3am.

Salió a fumar un cigarrillo y vio a Shinnosuke hablando con el otro guardia del club el chico de los colmillos.

- Hace frío hoy.

- Tienes razón, pero todo sea por mi familia.

Hibiki era nuevo, hacía un par de meses había vuelto de un viaje que hizo y como no encontró empleo y tenía 3 hijos pequeños con la cocinera de la familia Kuno, una hermosa chica llamada Ukyo Hibiki; la había visto la última vez que había venido temprano a recibir su paga, era una chica castaña de ojos azules y no había podido admirar su figura ya que el chico del colmillo la traía con faldas hasta los tobillos y venía cargando un pequeño de no más de 18 meses de edad llamado Koishi, y tras de ella tirando de su falda un pequeño de cabello castaño de unos 6 años llamado Ken, y una niña de colmillos como el padre que respondía por Kyoko, Ukyo no hablaba con nadie ni siquiera el saludo les daba, su esposo era muy celoso y pensaba que ese era un ambiente peligroso para su familia, además el joven Hibiki había sorprendido a Mouse un par de veces mirando a su esposa mientras amamantaba al más pequeño de sus hijos, y le hervía la sangre de tan solo recordarlo, tenía ganas de matar a ese cretino, pero como eran muy pobres en este momento mientras Ukyo cocinaba en casa de la familia Kuno en las mañanas él había entrado como seguridad al club por las noches y así no dejaban demasiado tiempo solos a los hijos; era muy reservado con todos y tenía una buena relación con Shinnosuke. Por un instante Kana pensó que hubiese preferido enfrentar la miseria junto a Ranma, y no haber caído hasta el fondo donde se encontraba ahora.

-Ranma fue su última palabra y pensamiento de la noche antes de entrar nuevamente al local para seguir trabajando. Eres un bobo.

Continuará

Este fic es gracias a la colaboración de Hana Note y Sailor Dancer.

Esperamos que esta nueva historia guste de todos los seguidores de Ranma 1/2.

Agradecer de la misma forma nuestra querida Sakura Saotome quien gustosamente es la beta reader como también a Lily sensei y por último a las chicas Locas por el Dios Griego, quienes apoyaron fervientemente para que esta historia salga a la luz.

Esperamos sus hermosos comentarios, nos leemos, hasta la próxima.

Hana Note & Sailordancer.