Estar con él… era como dar los primeros pasos de un vals, no sabía a donde iba a parar, pero mis pies se movían al ritmo que él propusiera, a tal punto que cuando me di cuenta, me había envuelto en su tiempo y espacio, en una armonía de perfección que terminó por asustarme… en el momento menos preciso…

POKÉMON XY&Z

PAREJA IDEAL

Capítulo 1 "Evolución del alma"

Yo podía seguirlo a donde fuera y cuando fuera… Pero no estaba segura de si él podría hacer lo mismo por mí. Después de todo era conocido como el solitario, el Campeón Pokémon que sin necesidad de una pareja había logrado derrotarlos a todos. A pesar de tener una fila de chicas esperando la oportunidad para emparejarse con él, han sido 4 las que fueron elegidas… pero ninguna pudo soportar el poder. Así que lo mejor fue desistir de la idea.

A decir verdad… desde que lo conocí no se ha dado un problema parecido… en el que tuviéramos que escoger donde ir o con quien estar. Se había vuelto la pieza faltante en mi rompecabezas y me sentía tan enamorada que todo lo que me pidiera era prácticamente aceptado sin pensarlo demasiado.

Sin embargo, ahora… estoy aquí… viendo como se ve obligado a escoger a alguien más… por encima de mí… Por que en realidad ¿Quién soy yo para que se me permita estar con él?... Ya sea como su pareja en las batallas o como la mujer que danza a su lado…

Sabía que este momento llegaría y que una simple plebeya como yo… jamás podría aspirar al verdadero amor del Campeón… El mundo tenía una jerarquía establecida y yo debía respetarla. Pero mi corazón solo podía latir por él… y para él… como el cómplice del dolor que ahora me embarga y me consume.

Aunque llevara un vestido tan bonito… no era suficiente.

Era el día en que la actual reina de Kalos, hacía alarde de conservar su corona sobre la cabeza una vez más. Como año con año hacía y festejaba con toda la algarabía que la caracterizaba. Pero quién la culparía… Aria era tan hermosa… que sin duda sería la pareja perfecta para él…

Las parejas bailaban despacio a los alrededores, mientras las luces tenues del castillo los iluminaban. Y al centro ahí estaba… tan perfecto… que sentía como el corazón se desgarraba, al recordar como aquellos pasos de baile que ahora daba de manera natural, no le pertenecían más que a ella y a las innumerables horas que lo tuvo como su discípulo, para que ahora la reina lo disfrutara…

Corrió lo más rápido que pudo, sabía que iba tarde y que eso podría llevarla a un merecido castigo, según el señor de la casa por la que había sido mandada llamar. Pero no había podido hacer nada. Había cogido un carromato que había quedado atrapado por un desfile en honor a las candidatas a reina de Kalos, por lo que tuvo que bajarse y llegar por sus propios pies.

Las botas gastadas, daban los pasos ligeros contra el polvo que pisaba y de paso levantaba, al pasar sobre él rápidamente. Por lo que al llegar y tocar la argolla en la puerta, se veía cansada y había transpirado un poco.

Se agachó sobre si misma, recuperando el aliento, esperando ser recibida por la servidumbre, así que al escuchar la puerta abrirse, apenas y se irguió, mala decisión. No importaba quien le abriera la puerta, la buena educación era mostrarse erguida y con el rostro descubierto para no levantar sospechas de nada. Pero era demasiado tarde. Parecía un lazarillo perdido, mirándolo desde abajo.

El joven que recién había abierto la puerta, se paró bajo el lumbral de la misma y se cruzó de brazos, parpadeó y al ver que no se movía, le extendió la mano.

¿Está bien?... ¿Le duele alguna parte de su cuerpo señorita?... No me diga que es el mal de las hembras…

¡Eh! —se puso de pie rápidamente, al escucharlo hablar de tantas cosas extrañas, sin tomar la mano que le ofreció. —Estoy bien… solo… amarraba el cordón de mi bota que se había soltado… Mi señor… —sus ojos, no creían lo que tenía en frente. Sabía que había sido llamada para atenderlo, pero que en persona la recibiera era demasiado extraño.

¿Está segura?...

Así… es… —suspiró.

Muy bien, entonces pase por favor, llega usted justo a tiempo.

¿Se estaría burlando de ella?... Sabía perfectamente que no estaba en tiempo… pero no dijo nada, caminó detrás de él, mientras veía su nuca, bastante más alto que ella, de fuerte complexión y semblante fresco. El campeón era todo lo que decían de él y más. Sabía que era un hombre muy atractivo, pero sobre todo fuerte, él y sus Pokémon habían conquistado el lugar entero, por lo que era merecedor del respecto de la región entera y los influyentes. Cuando les comentó a sus amigas que había sido requerida para él, habían estallado en emoción y ahora lo comprendía.

Muy bien, podremos practicar por aquí. —La guio hasta una sala de estar, en donde se encontraba su amado amigo amarillo, esperando en el sofá.

¡Es él! —lo señaló. —¡El único!

Jaja sí… no es que hubiera otro igual —le sonrió. —Pikachu te presento a… —volteó a verla, la verdad es que habían sido bastante cordiales pero nunca se dijeron el nombre, acostumbrado a que todos lo conocieran, puede que la fama se le haya subido un poco a la cabeza, por lo que se llevó una mano tras de la cabeza.

Fui un completo descuidado… —le extendió la mano. —Mi nombre es Ash y… él es Pikachu. —aprovechó para introducirlo.

Sí… lo sé… —respondió sin pensar, poniéndose cada vez más nerviosa. —Mi nombre es Serena…

Así que señorita Serena… —le sonrió nuevamente, ahora cerrando los ojos.

No mi señor… yo… no tengo un título así… —volvió a sentirse inferior al corregirlo.

¿Y tú crees que yo sí?... —la miró divertido.

¿Eh?...

A ver… ¿Y que necesito para aprender?, la verdad es un poco fastidiosa el tener que bailar con la reina, cuando ella y yo no tenemos nada que ver… Pero son gajes del oficio supongo, —se llevó una mano al hombro y lo movió en rotación, estirándose.

Pues… simplemente la música, mi señor… los pasos se irán dando según el ritmo, para el baile de parejas suele ser una música lenta.

Era lento… muy lento… no sé si es verdad que algunas personas tienen dos pies izquierdos, pero me pisó una infinidad de veces, que creo terminó por destruir mis botas, todo le parecía divertido y a la vez se disculpaba cuando su posición lo eximía de tal acción…

Puede que la misma lentitud… me hipnotizara… porque era tan jovial y dulce en su manera de expresarse que no podía profundizar en sus acciones, como si no pensara en lo que vendría… solo se arriesgaba ante las posibilidades.

Pasaron las horas… y volví al día siguiente… y al siguiente de ese… cuando por las noches debía volver a mi hogar, los minutos que me separaban de nuestro encuentro del día siguiente se volvían eternos. No quería sino que llegara la hora de volver a verle.

Y fue así hasta que estuvo listo…

Uno, dos, tres…

Uno, dos, tres… ¡Giro! —Me atrapó contra su pecho en el último movimiento. ¿Qué había pasado? Nunca ensayamos algo como esto. Me sentía nerviosa y dubitativa entre sus brazos, al tenerlo tan cerca.

Creo que me adelanté… —Se detuvo… me miró comprendiendo que el error en su cálculo de baile, nos había afrontado de una manera inesperada.

S…Sí… —coloqué mis manos sobre su pecho finalmente, para retirarlo de mí alrededor, aunque no lo deseara. Iba a cuidar de mí misma. Sabía donde estaba parada, por lo que apresuré la separación y él no me detuvo.

¿No ha pensado en la posibilidad de entrar a la competencia de Reina de Kalos? Me parece que es una bailadora excelente… y me encantaría poder bailar con usted en lugar de con la reina Aria jaja…

¿Pero cómo dice esas cosas… mi señor?... —Entendía que había querido deshacer la tensión de nuestro acercamiento pero… ¿con una cosa así?... No era necesario que me humillara… o por lo menos así me sentí… las candidatas a Reina son de familia noble… y una huérfana de padre como yo, que trabaja por su propia cuenta, jamás sería aceptada como una de esas señoritas.

Lo digo muy en serio. —sonrió tan tierno, que parecía sincero. La luz de su mirada parecía no opacarse jamás, como si se encontrara en un estado de divinidad completo. Siempre sonriente y agradable… no era de extrañarse que todas desearan ser yo en este momento… no pude controlar mi sonrojo. —¿Estará presente en la gala?

No sé en qué momento mis ojos se fijaron en el movimiento de sus labios, sin escuchar sus palabras. Pero al no escucharlo más, interpreté que me había distraído.

¿Cómo dice?...

Que mañana… luego del baile… —negó con la cabeza y volvió a sonreír. —Que fue un gusto haberla conocido Señorita Serena…

Sí… para mí igual… —lo reverenció y caminó hacia la salida, quitándole al instante la mirada de encima, sin notar que él, no lo había hecho en ningún momento.

Desde ese instante no habían vuelto a cruzar palabra.

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El mundo Pokémon… diseñado para emparejar al hombre y a la mujer desde la niñez. Daba nacimiento a las más grandes duplas de entrenadores, que al compartir sentimientos y pensamientos, eran capaces de concentrar su energía y despertar la misma oculta en los Pokémon, criaturas capaces de adquirir nuevas formas y en cuya última etapa debido a los lazos de sus entrenadores, era capaz de presentar una evolución conocida como evolución de alma. Pocas veces vista, pero grandemente estudiada. Y todo con el fin del enfrentamiento efectivo contra los Pokémon legendarios que aparecían en las ciudades, seres destructores de la estabilidad.

Entre los entrenadores, el deseo más grande era encontrar la pareja perfecta para poder lograr la evolución del alma con sus Pokémon. Sin embargo, podían cambiar de parejas muchas veces si notaban la incompatibilidad… lo que retrasaba su propósito. Algunos incluso llegando a rendirse a aspirar por aquella evolución divina. Eran realmente pocas las duplas de entrenadores que funcionaban para tal propósito. Se dice entre rumores que desde más pequeños se lleve acabo el lazo entre entrenadores, el vínculo se hará más fuerte. Es por eso que muchas madres y padres de futuros entrenadores han arreglado desde el nacimiento de los niños, el emparejamiento.

Mientras que otros llamados Solitarios, son los entrenadores que al haber interrumpido el ciclo del emparejamiento al no encontrar la dupla perfecta. Han decidido continuar su camino de manera individual. Como es el caso del Campeón Pokémon de Kalos, Ash Ketchum de Pueblo Paleta, a quien se le conocieron cuatro parejas, de las cuales ninguna mostró la vinculación suficiente para realizar la evolución del alma.

Solitario desde hace 3 años.

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La chica de cabellos de miel, miró como el baile de apertura de la gala terminaba y con esto se separaban las figuras públicas. En medio del revuelo de gente, trató de seguir al campeón con la mirada, pero lo perdió en un instante.

—Hiciste un trabajo estupendo. —La voz de la reconocida mujer, la alertó, obligándola a voltear. Estaba tan distraída buscando al joven de cabellos negros, que no notó el momento en que la misma reina la abordó.

—Majestad… —la reverenció colocando un pie por detrás del otro y agachándose unos centímetros.

—A decir verdad tenía un poco de miedo… porque el campeón no controla sus pies como sus Pokémon… pero fue esplendoroso el cambio. —le sonrió.

—Fueron arduas sesiones de práctica mi señorita.

—Me alegra que hayas accedido a venir al baile, a pesar que ninguno de los de tu clase estaría presente. —No estaba segura si el comentario había sido diseñado cual puñal a propósito pero no demostraría su molestia.

—Fue un honor que me hizo su majestad, del que de ninguna manera podría renegar.

—Ahora… simplemente debes olvidarlo todo. —Susurró, para luego cubrirse con el abanico.

—¿Cómo dice?...

—¿Te gustó verdad?... —la pregunta, llevó a temblar un poco los ojos azulinos de cielo.

—No comprendo…

—Niña… El campeón… vi como lo mirabas… y es normal, porque es encantador. Pero ponte en el lugar que mereces… si él dejará de ser llamado solitario, No será por nadie más que por mí. —la miró de reojo y caminó, dejándola, sin entender. ¿Acaso estaba insinuando que ella podría fijarse en el campeón? ¿Buscar algo con él?... ¿Querer hacer emparejamiento?... —se llevó ambas manos a los labios al entender que la había molestado por sus acercamientos al campeón, que ella consideraba un dulce conocido pero… de eso a buscar emparejarse… si ni siquiera tenía un Pokémon… para pensar en que alguien como ella pudiera siquiera imaginarse ser la pareja de combate de Ash…

Sus pensamientos le habían jugado sucio y había terminado refiriéndose a él por su nombre. —Ash… —repitió sonrojada.

—Me alegra muchísimo que mi nombre haya quedado grabado en su memoria. —¡No! Justo estaba pensando en él ya aparece de la nada. Se giró un poco hacia atrás, para localizarlo y efectivamente ahí estaba.

—Señor…

—Pensé que no vendría Señorita Serena… Pero me alegra que ese no fuera el caso.

—¡Pikachuu! —secundó su amigo, que recién se trepó en sus ropas hasta llegar a su hombro.

—Muchas gracias… fue una invitación de la reina Aria… —bajó los párpados, triste al sentirse atormentada por las palabras que antes le dedicó.

—Entonces gracias a ella —sonrió sin prestarle demasiada atención al hecho de su cambio de semblante. —Un par de amigos vendrán a la fiesta y me gustaría presentárselos.

—¿Amigos suyos?... Pero… —lo sabía… estaba vestida de manera elegante y se veía hermosa. Pero no quería exhibirse como algo que realmente no era. Su día a día no estaba vestido de glamour ni de joyas. —Tal vez… en otra ocasión. Debo retirarme temprano.

—No me diga que es usted como aquella joven de cuento que corría olvidando su zapatilla de diamante. —Buscó su mirada, no quería que se fuera.

—Era una zapatilla de cristal… —sonrió, al darse cuenta que había cometido el error a propósito para cambiar de tema.

—¡Aaaash!

—¡Hola Ash!

Llegaban corriendo, justamente los recién mencionados. Nada de joyas, nada de caché, nada de glamour. Dos jovencitos casi de su misma edad el mayor, un apuesto rubio con semblante intelectual y una pequeña que le llegaba apenas un poco arriba de la cintura.

—¡Clemont! ¡Bonnie! —levantó las manos para demostrarles que los había visto.

Al llegar a juntarse, la niña abrazó con fuerza al campeón, mientras el rubio junto un puño contra él.

—¡Pero si es muy bonita! —miró entonces con ojos de corazón a Serena, quien al oír a la pequeña se sonrojó. —Me habías dicho que era bonita, pero no dijiste que tanto, que guardadito te lo tenías… picarón…

—¡Bonnie! —le tapó la boca su hermano.

—Le pido por favor que disculpe a la insolente de mi hermana… —miró apenado entonces hacia Serena, el rubio

—No… no hay problema…

—Ehhh… —miró en otra dirección Ash y se compuso la garganta. —Quería que conocieras a mis amigos, porque a veces esto se pone aburrido por toda la gente a la que uno no conoce jeje… —se llevó una mano tras de la cabeza.

—Gracias… —juntó las manos sobre su pecho.

—Bueno, a lo que vinimos —dijo entonces a los tres, el pelinegro.

—¿A lo que vinimos?... —parpadeó la cabellos de miel.

—¡A comer! —festejaron los dos rubios.

—Por favor… —le tendió la mano el campeón, por lo que con un poco de duda la tomó y sonriendo, caminó de su mano.

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—Ya ves lo complicado que es encontrar una dupla correcta… me he pasado la vida buscando una pareja para mi hermano pero es inútil. —Se hundió de hombros la rubia.

—Por favor Bonnie… no hables de esas cosas bochornosas con la señorita… —se acomodó los lentes que poco a poco se le caían, Clemont.

—¿Una dupla?... ¿Hablan del emparejamiento Pokémon?... —se sorprendió por el tema, la verdad es que no tenía mucha idea del asunto la bailarina.

—¿De qué más?... Lo principal es encontrar una pareja para las batallas… y con suerte esa misma pareja lo será en el asunto amoroso. —explicó sabia la rubia.

Se habían sentado en una de las mesas, alrededor de la pista de baile y se habían servido dos o tres raciones de todos los bocadillos disponibles, junto a varias jarras de bebida.

Al escuchar de qué hablaban. Ash se había dedicado a comer.

—¿Y… ya… has probado con alguna pareja?... —miró curiosa a Clemont. Ella no tenía idea de qué se sentiría una evolución dupla, pensar que su alma se conectara con la de alguien más le parecía de lo más íntimo.

—Lo he intentado… pero no ha funcionado… supongo que la compatibilidad debe ser bastante alta. —Explicó sin darle mucha importancia.

—Ash ha tenido 4 duplas pero ninguna ha funcionado. —Informó lo que le parecía importante la pequeña rubia. Pero ante el comentario, el campeón, bajó la mirada, cual el recuerdo de todo aquello no fuera agradable.

—Bonnie… hay cosas que no nos corresponde decir a nosotros… —le llamó la atención su hermano.

—¿Cuatro?... —temblaron los ojos azulinos al imaginar el vínculo tan grande que tuvo que haber formado con esas chicas para pensar en juntarse como pareja Pokémon.

—Yo solo quería decir que la fuerza de Ash es tanta que ellas no aguantaron por débiles… pensé que sería genial… —acotó la pequeña.

—Debió haber sido muy doloroso… —trató de reflexionar, en lugar de sumergirse en pensamientos que no tenían caso. Pero sus palabras llamaron la atención del entrenador.

—¿Por qué doloroso?...

—Pues… para que te dieras por vencido… —lo había dicho, no era justo y lo sabía, pero quería entender… por qué una persona como él, no había logrado encajar con ninguna dupla.

—Es que no todo fue tan… íntimo como parece —negó con la cabeza. Al principio era como un juego de niños. Y con todo lo que pasé me di cuenta que no se trata de buscar encajar con nadie, simplemente puedo ser yo mismo y ya.

—Es que las niñas le pegaban… —explicó Bonnie.

—¿Eh? —abrió grandes los ojos al pelimiel.

—Jaja algo así… Con la primera chica que lo intenté… ella si era un caso… tenía sus días de ser linda pero casi todo el tiempo estaba enojada y me pegaba jajaja. En ningún momento pudimos juntarnos para la trabajar en pareja, era imposible. Luego… con la segunda que lo intenté… digamos en resumen que terminó siendo la dupla de otro chico, —sonrió. —La tercera… —se detuvo.

La pausa sonaba extraña ante la percepción de la bailarina, por lo que bajó la mirada.

—Era como una hermana… —al escucharlo suspiró. Cosa que trató de ocultar después apenada, se llevó ambas manos a cubrir su nariz y labios. —Y la cuarta… de ella ni hablar… me trataba como un loco… retrasado no sé cómo explicarlo, pero tampoco.

—No se oye nada alentador… —ladeó la cabeza un poco.

—No lo era… entonces ya ves, esa es la historia. —Tomó un sorbo de su copa.

—¿Y tú señorita Serena? ¿Has tenido alguna dupla? —la miró interesada Bonnie.

—¡Bonnie es de mala educación preguntarle eso a las damas! —la reprendió de nuevo su hermano.

—Oh no… —negó con ambas manos. —Yo nunca he… batallado con un Pokémon ni nada por el estilo y menos en pareja…

—¿O sea que si lo haces sería la primera vez? —preguntó emocionada la pequeña, pero ante su inocente pregunta los tres restantes se sonrojaron.

—¡Bailar! ¡Hay que bailar! —se levantó, golpeando las palmas contra la mesa el campeón. —Luego de tantas sesiones de baile lo menos que me merezco es hacerlo con mi entrenadora en una pista de esta clase.

—¿Entrenadora? Ni que fueras un Pokémon… —lo miró divertido Clemont.

—Pika… —se encogió de hombros Píkachu.

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¿Qué sucedía?... Mientras ensayaban… le había tocado infinidad de veces, por aquella espalda y mano, que ahora dudaba en sentir al tacto. ¿Influirían las palabras de la reina?... No quería verse involucrada, pero… al sentir como él mismo la tomó por mano y cintura, no pudo evitar disolverse contra su pecho. La música era maravillosa que la hacía sentir inmersa en su mundo perfecto, pero no duró más de dos minutos, cuando el cuarteto de cuerdas presente, fue interrumpido, obligándolos a detenerse, con la sorpresa triste impregnada en la mirada de ambos.

—La pista de baile queda cancelada a partir de este momento. Ya que la reina de Kalos dará el baile de cierre con el campeón.

—¿Baile de cierre?... —preguntó extrañado Ash.

Desde la tarima, la reina Aria, miraba hacia la pareja, al notarlo, Serena se separó y sin saber que hacer, salió corriendo.

—¡Serena! —gritó el pelinegro al verla partir.

—¡Tranquilo! —lo detuvo su amigo, yo iré por ella, tú debes regresar ahí, no puedes dejar plantada a la reina. —Dicho esto corrió tras la chica.

—¡Pero! —junto fuertemente la dentadura entre sí. Sabía que Clemont tenía razón. Por lo que regresó al centro de la pista.

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Continuará…

Pokémon XY&Z, Pareja Ideal, Capítulo 2 "Amor imposible"

Jaja xD

Musa: Hagamos otro fic

Saku: ¡Pero si tengo como mil empezados! ¡No seas cruel!

Lo lamento… pero no pude contra ella xD. Les contaré, había empezado a escribir el oneshot para el Satoshi no Matsuri 2018 de la página AmourFiction, que como saben debe entregarse este 22 de mayo. xD

Fuera del comercial. Bueno, mientras escribía la idea se retorció… como siempre me pasa y terminé escribiendo otra cosa de la que me han fluido una idea tras otra y otra y bueno, esto es lo que quiere la musa xD, esto le daré.

Me encantan los animes donde la pareja hace que funcionen las cosas, llámese (Elemental Gerald, Guilty Crown, Aquearion evol, DarliFra, etc)

Así que musa a trabajar!

Gracias por leer!