Todo había pasado demasiado rápido. Sirenas, gritos, policías, patrulleros, ambulancias, el despliegue era monumental y el paisaje parecía sacado de alguna película o serial policial.

-Cabo, hay un muerto- escuchó decir a un policía calvo y bajito por medio de su radio. Su sangre se heló, literalmente nunca había sentido tanto frío como en ese momento. Su cerebro le gritaba cual bestia desquiciada que entrara, que comprobara que la niña que tanto lo había vuelto loco en los últimos meses se encontraba bien, pero sus piernas no respondían. Se tomó un minuto para respirar e intentar recobrar la compostura y seriedad características de su persona.

-¿Usted conoce a la víctima? -hablo con voz ronca uno de los policías.

-¿Qué? - estaba absorte en sus pensamientos

-Que si conoce a la víctima, ¿es familiar o algo? – continúo presionando

-Si… claro- fue lo único que respondió.

-Acompáñeme -dijo guiándolo dentro de la vieja casa.

Dentro se encontraba una devastada Rin, en estado de shock, con varias personas intentando sacarle alguna palabra. A su lado, yacía Naraku, al parecer una bala había atravesado su pecho y lo mató en el instante.

Sesshomaru

Me acerqué rápidamente hacia ella, noté que lloraba en silencio mientras los paramédicos y policías intentaban hablarle. Me moví entre ellos imponiéndome para poder llegar a ella y abrazarla. Nos quedamos un buen rato sentados en esa esquina, yo intentaba calmarla, pero en realidad, era su presencia la que me dejaba tranquilo. Fueron minutos los cuales me parecieron horas desde llegar hasta este momento en que la tengo entre mis brazos y creí, maldita sea, creí que ella estaba muerta. En ese momento supe que ya no podría vivir sin ella. Al ver el cuerpo de Naraku tendido en el piso siento pena, pero no puedo evitar sentir un enorme alivio.

-Fue mi culpa -dijo ella saliendo de su trance- él se interpuso, para poder salvarme. Esa maldita bala era para mí.

Me quedo pasmado. Maldito Naraku, al final hiciste bien las cosas.

-No fue tu culpa. Nada de esto lo es. -dije acariciando su cabello.

-Él realmente estaba cambiando, ¡no debería haber muerto de esta forma!

Realmente me asombra la capacidad que tiene de compadecerse de las personas, hasta de su propio captor.

-Nada podemos hacer Rin. No te culpes.

La ayudé a levantarse para acompañarla a la ambulancia que la debía revisar. Ya en la ambulancia, se encontraba más calmada. No tenía lesiones, solo algunos moretones y raspones, nada que debamos preocuparnos. Lo único que tengo en mente es llevármela a casa y cuidarla, también me siento culpable maldita sea, si hubiese llegado a tiempo, no tendría que haber pasado por todo esto.

-No te culpes, yo estoy bien y es lo que importa -Maldición, lee mentes, aún así le sonreí y atraje su rostro para besarla suavemente.

Nos fuimos a su casa, luego de realizar todos los trámites en la seccional policial. Cuando llegamos se encontraban Kagome e Inuyasha esperándonos, se abrazaron fuertemente y luego se sentaron en el sofá para seguir conversando. Me dispuse a preparar té para todos, la noche parecía nunca acabar.

Rin

No puedo creer que esto esté sucediendo. Cuando vivía con Naraku, pensé en matarlo varias veces. Las cosas que me hizo no tienen explicación alguna. Pero aún así, llamando a la empresa fúnebre para realizar su ceremonia siento que mi corazón está comprimido.

A Onigumo lo atraparon a unas cuadras de donde asesino a Naraku. Aún no entiendo qué fue lo que lo llevo a realizar tan atroz hecho, pero, no podré perdonarlo.

Sesshomaru no se ha separado de mi ni un minuto, me siento segura por primera vez en mi vida y realmente deseo que esto se quedé así para siempre, pero algo en mi interior me dice que tengo que sanar, mis heridas son muchas y no puedo contagiarlo de mi amargura.

Necesito ser una mujer entera y no la rota muñeca que parezco ahora. Los días pasan, la ceremonia de Naraku es sencilla, pero me sirvió para descargar todo el dolor que sentía. Lo había visualizado teniendo un final ¿feliz? No lo sé, fue mi verdugo, pero en algún momento fue mi amigo y su recuerdo aún duele.

Al no estar separados, toda su fortuna queda a mi nombre. ¿Qué carajos voy a hacer con tanto dinero? No lo sé, algo se me ocurrirá. Preparo mi bolso aprovechando que Sesshomaru está dormido. Dejo una carta en la mesita de noche y le deposito un sutil beso en sus labios. Realmente es hermoso, pero aún no me lo merezco.

Sesshomaru

Ha pasado año y medio desde el día que se fue. Nadie sabe dónde está, pero aún no pierdo las esperanzas de que vuelva a verle. Debo darle su espacio a pesar de lo que nuestros amigos me exigen. Todavía guardo sus últimas palabras y entiendo su posición, necesita entender que es una mujer con defectos y muchas virtudes y merece ser feliz, podría demostrárselo… pero necesita verlo con sus propios ojos…

Creo que me he enamorado y tengo muchísimo miedo de esto que siento. Siempre quise liberarme del yugo que me oprimía constantemente y ahora que soy libre completamente no sé que hacer con mi libertad. Necesito saber quien soy, qué quiero y si merezco ser feliz y es por eso que me voy, a encontrarme y si es que puedo lograrlo, volveré. No quiero pedirte que me esperes porque realmente no sé cuanto tiempo me lleve… solo espero que me entiendas y que sepas que me has salvado, me mostraste que los hombres no son todos iguales y que se puede amar en libertad.Te amo Sesh y es el sentimiento más hermoso que he sentido en mi vida. Hasta pronto… Rin

RIN

He vuelto, le he escrito a Kagome y quedamos en vernos en la Universidad. Es con la única que he mantenido contacto este tiempo y le he rogado que no comente nada sobre mi ubicación. Lo aceptó bastante bien, con la condición de que no perdiera el contacto con ella, en fin, nos hemos visto, me ha abrazado casi hasta dejarme sin aire en los pulmones.

-¿Le has dicho que volviste? – preguntó curiosa – no ha dejado de pensar en ti en todo este tiempo.

-Aún no – no estoy segura de hacerlo realmente, ¿me odiará? – no sé si lo haga.

-¡Oh vamos! Te ha esperado, está loco por ti.

-No lo sé, debo irme… tengo cosas que hacer.

-¿Irás de nuevo a ese lugar?

-¡Puede ser – rolé los ojos – Nos vemos luego!

Tomé un taxi y me fui directo al cementerio. Había vuelto hace unos meses para ir solo ahí y pensar. El taxi me deja y comienzo a caminar por el verde césped, está húmedo porque estuvo lloviendo los últimos días y mis zapatillas se humedecen. Sacudo la cabeza quitándome la sensación y llego al lugar. Quito unas flores marchitas, las mismas que dejé hace meses cuando me vine.

-¿Todo sigue igual eh? – pregunto al aire – se que nos vas a creerme, pero te he extrañado. Te sacrificaste por mí e ibas a soltarme. Todo podría haber ido bien, lo sé. Pero apuesto a que estas en un lugar mejor, porque yo te he perdonado hace mucho.

Rompo en llanto y me siento sobre la lápida porque siento que mis piernas fallan. Realmente iba a firmar los papeles de divorcio y eso me da cierta paz.

-Me he pasado mucho tiempo pensando en si ya sané o no y aún sigo perturbada por todo lo sucedido. Me he enterado de la muerte de Onigumo en prisión y no he sentido nada. El policía que me habló esperaba que sintiera seguridad, pero… no sé que sentir. ¿Es correcto lo que siento?

-¿Hasta cuando vas a seguir huyendo de lo que sientes mujer?

Mi sangre se heló… escuchar esa voz aterciopelada era lo último que esperaba el día de hoy. Levante la cabeza lentamente y me observaba con sus hermosos ojos color ámbar. Me tendió la mano para que me levanté y yo no dejaba de temblar.

-¿Vas a huir de mí? -dijo y se acercó demasiado, abrazándome fuertemente.

-No deberías, estar aquí yo…

-Shh… deja de huir. Quédate conmigo -aspiro el olor de mi cabello.

-No te merezco Seshomaru, te pedí que me esperes y aún no sé lo que quiero con mi vida y yo -me cortó

-Tu me quieres y yo te quiero. Lo que pase después lo iremos trabajando juntos.

-No sé si pueda, tengo miedo de arruinarlo todo.

-No voy a lastimarte, nunca lo haría. ¿Solo promete quedarte conmigo, cual crees que fue la intención de Naraku al preparar el divorcio? Quería verte feliz, yo lo sé, lo vi con mis propios ojos.

Comencé a llorar desconsoladamente y el me abrazó más fuertemente. Fue entonces que comprendí que sus brazos me daban la seguridad que tanto busqué, lo necesito a mi lado mucho más de lo que me imaginaba…

-Quédate conmigo, por favor -suplicó

-Te amo Seshomaru, no me sueltes nunca.

-Yo también pequeña, nunca lo haré.

Fin_

Buenas... no sé bien que decir en realidad. Creo que es propio de la inspiración demorar tanto en terminar esto. Pero... en fin no sabía como terminarlo hasta hace unos días, que encontré inspiración, tiempo y logré escribir esto. No sé si es lo que esperaban sepan entender que es la primera vez que escribo y publico algo.

Espero que haya gustado y pido mil disculpas por la demora.

Eli