Flames so hot that they turn blue

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Capítulo 3

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Despertó con un fuerte olor a papel. Levantó rápidamente la cabeza dándose cuenta de que, de nuevo, se había quedado dormida en la oficina que estaba junto al tanque. Se rascó la nuca, apenada de que hubiera pasado una vez más. Según ella había estado durmiendo bien durante la última semana.

Pero no haz comido apropiadamente.

Ya hasta escuchaba la voz de Moblit regañándole por sus malos hábitos.

—Lo siento, Mamoblit.

Comentó divertida, más que nada para aliviar el silencio que había en la habitación. Aunque había arruinado sus notas, arrugándolas contra su cara e incluso mojando algunas pocas con saliva, no había motivo para reírse.

Comenzó a acomodar papeles, tratando de ver que podía salvar cuando por el rabillo del ojo notó algo inusual.

Pequeñín tenía la cabeza y los brazos fuera del tanque, y estaba segura de que le observaba calladamente. Esto era, por decir lo menos, diferente. Pequeñín no había mostrado alguna especie de interés por algún otros ser vivo que no fuera Erwin, y a él solamente para sisearle con molestia.

Nunca había visto un brillo de curiosidad en sus pequeños ojos, ¿querría decir que él podía aprender? ¿qué en el fondo si era una criatura social? ¿qué podía habituarse a la presencia de cierto número de personas? ¿cuántos?

Estar cerca de él le ayudaba. Hacía que su cerebro trabajará en teorías y no en aquella fatídica noche.

— ¿Qué ocurre Pequeñín?— él no apartó la mirada, como queriendo intimidarla—, no seas así, que yo te quiero mucho.

Hizo un sonido que sonaba como si entendiera lo que ella le había dicho y dudará de sus palabras, haciendo que Hanji riera estrepitosamente por aquella idea que hasta el momento no había sido probada.

Ella se puso de pie, tomando la decisión de que no le haría mal poner un poco de música mientras medio ordenaba su espacio. Ya no debía de haber nadie en las instalaciones, así que no molestaría a nadie con su música melancólica a todo volumen.

Conectó su celular a la bocina y casi de inmediato comenzó a tararear esa letra que se sabía a medias. Nunca se aprendía una canción completa.

Moblit le decía todo el tiempo que debía de escuchar ritmos más alegres, que estos le quedaban más, pero Hanji no podía dejar esas tranquilas y tristes melodías que le daban paz y le recordaban al amor que jamás se dio la oportunidad de tener.

Entonces comenzó a escucharse "Instant crush", y no pudo evitar mecerse lentamente, al ritmo de la música, dejando que la invadiera mientras aún acomodaba los papeles y hacía notas en su antebrazo. Probablemente sí alguien la viera le daría mucha vergüenza por sus conductas que era consiente que no eran raras, pero nunca faltaría aquel que aprovecharía para fortalecer las teorías que había en el edificio de que en realidad estaba loca.

Y sí había alguien viéndola. Después de un tiempo Pequeñín salió un poco más del tanque, al parecer confundido por lo que ella estaba haciendo.

— ¿Qué pasa? ¿Nunca habías visto a alguien bailar?— ella dio una vuelta completa y se inclinó suavemente frente a él a una distancia prudente—, ¿me harías el honor de bailar esta pieza?

Los ojos de él brillaron, y por primera vez pudo ver un atisbo de felicidad en sus orbes. Ella sonrío mientras seguía bailando, poniendo sus manos en la cintura mientras daba vueltas y ocasionalmente aplaudía, porque el ritmo de la canción le fascinaba en esa parte en específico.

Se deslizó cerca de él, como si estuviera en un escenario, cosa que jamás haría porque incluso su desvergüenza tenía un límite.

Él le veía embelesado, como si nunca hubiera visto algo así, o como si fuera alguna especie de ritual sagrado. Quizás la especie de Pequeñín practicaban los bailes como una especie de ritual religioso y le recordará a su hogar. ¿Tendrían alguna especie de religión? ¿tendrían dioses y diosas? ¿Se reunirían como los humanos para celebrar los ritos? ¿Tendrían algún equivalente al Halloween o navidad?

Se detuvo de repente en medio de la lluvia de ideas.

¿Qué tal si Pequeñín, en su ignorancia, estaba interpretando su baile como un ritual de apareamiento?

Ella se quedó completamente quieta, y la expresión de él cambio también. Le miraba como esperando que continuará, que no detuviera su danza.

Oh, no. ¿Qué había hecho?

Se dio la vuelta y se sentó en su silla, apoyando los brazos en el escritorio mientras se tapaba el rostro.

¿Qué posibilidades había? Muchos animales manejaban rituales de cortejo que implicaban movimientos o "bailes" para impresionar a la pareja, usualmente eran de macho a hembra, pero siempre puede haber excepciones. ¿Qué ella hubiera justo atinado al baile que usaban las "sirenas" no sería demasiada coincidencia? No podía ser posible, ¿o sí? Recordó que a veces los rituales varían a veces de zona a zona, e incluso que se pasan de generación a generación, dando diferentes técnicas de seducción.

¿Acaso había estado seduciendo a Pequeñín sin querer?

Entreabrió los dejos para que su ojo viera a Pequeñín, se veía bastante decepcionado, si es que podía describir las emociones que él sentía, en una palabra.

—Mierda.

Jamás pensó que le iba a romper el corazón a un tritón.

.o.

—Buenos días Hanji— Moblit entró en la oficina con su acostumbrada sonrisa, al parecer había olido que no había ido a casa porque traía un tupper con cereal y leche en otro.

—Buenos días— le saludó animada, no queriendo soltarle la sopa de que sin querer había seducido a su creatura en observación.

— ¿Quieres que te sirva?— ella asintió, jamás podría decirle que no a él—, ¿qué tal la noche?

—Me quedé dormida— fue honesta con él.

—Debes de descansar propiamente.

—Trato de— era imposible justificarse con él, en serio era como su madre.

—También de comer, ¿cuándo fue la última vez que comiste algo propiamente cocinado?— su mirada era severa, pero Hanji sabía que lo hacía por su bien, siempre había sido así.

Ella hizo su típico acto de hacerle ojitos, pestañeando muchas veces tratando de ganar su favor.

—Hanji.

—Lo sé— agachó la mirada—, sé que debería esforzarme más.

—Ven a comer con nosotros si no estás lista. No estoy aquí para forzarte— su mirada se suavizó—, sabes que te queremos mucho.

Ella apartó la mirada, pensando en la manera en cambiar el tema de conversación, porque se iba a dirigir a rincones oscuros que Hanji prefería ignorar y no afrontar hasta que estaba en el mundo de los sueños.

¿Por qué no probar su teoría con él? Tenía que intentarlo.

—Creo que descubrí algo.

— ¿Qué cosa?— había funcionado, aunque sospechaba que él le dejaba pasar las cosas por pena.

Ella se dirigió a su celular y lo conectó a las bocinas. Dejó que pasaran varias canciones, Pequeñín casi de inmediato había subido a la superficie.

—Quiero que bailes— le pidió, o más bien casi le ordenó.

— ¿Perdón?— estaba notablemente confundido, e incluso con un poco de miedo. Moblit era muy nervioso con los bailes, no le gustaban porque tenía dos pies izquierdos. Pero más que eso Hanji estaba segura de que tenía que ver con que le había hecho hacer locuras antes por cuestiones ajenas a la investigación, meramente para su entretenimiento, y no iba a dejar que eso le siguiera pasando.

—Baila, nadie te va a ver— cambió la canción a "Instant crush" con la intención de repetir todo en su totalidad—, da vueltas, aplaude, ´se espontaneo.

Ella salió de la habitación, esperando que hubiera resultados similares a los de la madrugada. Moblit se movía de manera torpe, avergonzado de lo que estaba haciendo, pero Pequeñín no le prestaba la más mínima atención.

Cuando la canción se acabó, su amigo estaba completamente rojo, y algo molesto porque no entendía exactamente que había hecho y para qué.

Antes de que le reclamará, Hanji decidió mostrarle.

—Sal y observa.

Repitió la canción, y una vez que Moblit estuvo fuera comenzó a bailar suavemente, tratando de repetir los pasos. Esta vez sí llamó su atención, haciendo que él saliera prácticamente del tanque, ella notando como las escamas de su piel y su cola brillaban levemente mientras sus ojos no se apartaban de ella.

—Brilla— Moblit dijo para después dejar la boca completamente abierta, no podía creer lo que había pasado—, ¿cuál es tu teoría?

Hanji se detuvo, mirando directamente a Moblit y escuchando como Pequeñín siseaba ante su presencia, como si le molestará que ella se hubiera detenido.

Hanji le dirigió la mirada, un poco apenada por lo que estaba a punto de decir.

—Bueno. Creo que he enamorado al sirenito.