Ben abrió los ojos, estaba adormilado y no estaba seguro de que lo había despertado. Apenas podía abrir los ojos, pero ahí estaba, una leve campanilla que provenía de su móvil. Cogió el aparato, mirando con dificultad la pantalla. Como lo supuso, un mensaje estaba allí "Ven afuera, tengo de esos cigarrillos que te gustan" Miró hacia Rey que estaba durmiendo plácidamente sobre su costado, dándole la espalda. "Dame cinco minutos" respondió.

Se levantó intentando hacer el menor ruido posible. Se colocó una camisa de franela azul gruesa, un pantalón deportivo negro y se calzó las botas, echó una última mirada a Rey y salió a la sala. Puso la cafetera a calentar y salió.

Recién empezaba a amanecer, por lo que no andaba nadie fuera y se escuchaban aves cantar y algunos grillos en la lejanía. Ben caminó fuera de la propiedad, donde estaba la carretera, allí en una banca estaba Kurlo sentado con un cigarrillo artesanal en los labios.

Se acercó en silencio, pero sus botas levantaron algo de tierra llamando la atención del otro hombre.

-Pensé que habías recuperado el hábito de dormir por más de cuatro horas.

Kurlo suspiró levemente y sonrió.

-Dormir aunque sea cuatro horas es una bendición –Le pasó un cigarrillo a Ben- ¿Cómo has estado tú?

Ben encendió el cigarrillo y arrojó una bocanada de humo.

-Duermo, si es que eso quieres saber.

-¿Pesadillas?

Ben rodó lo ojos, pero asintió.

-De vez en cuando –Dio una nueva aspirada- Menos desde que Rey está conmigo.

-Le has hablado de…

-No –Interrumpió- Sabe que estuve en Jakku, pero creo que prefiere no preguntar nada ya que ella también estuvo allí… Perdió a su familia y…

-La rescataste antes de que todo se nos fuera a la mierda.

Ben quedó helado.

-Hux te dijo.

-No fue necesario –Kurlo le miró- Nunca he olvidado cada detalle de aquel día… Solo que ahora puedo lidiar mejor con eso –Aspiró el humo- ¿Ella sabe que la rescataste?

-No, creo que sería un poco extraño…

-No es como si la hubieses acosado o perseguido desde que era una niña…

-¿Crees que no lo sé? Me gustó desde que la vi hace unos meses, su cara no me sonó en ese instante, fue después, cuando ya empezábamos a hablar y no podía dejar de pensar en su sonrisa… Me lo cuestioné incluso y desaparecí, pero todo me termina devolviendo a ella… -Ben bufó.

-Creo que solo estás confundiendo las cosas, ella ni siquiera sabe lo que hiciste y por cómo te mira, nadie la está obligando a estar contigo.

-Deja de hablar como un puto terapeuta –Rió Ben dándole un pequeño golpe con el hombro.

-Te haría bien Ben la terapia, llevo años diciéndote lo mismo –Suspiró- ¿Sabes cuántos de nosotros volvemos con algo más que una herida…?

-O una parte menos –Sonrió Ben con ironía.

-Touché –Kurlo se tocó la pierna izquierda sin querer- Tienes la puta suerte de tener el dinero suficiente para tratarte ¿Sabes cuántos ni siquiera logran asistencia para veteranos y terminan regando los sesos en cualquier parte?

Ben se mordió el labio, apretando el puño libre del cigarrillo.

-Estoy lidiando con ello…

-No Ben, solo lo estás ocultando… Va a salir en algún momento y va a dañar a alguien.

-Deja la charlatanería Kurlo, no tienes que meterme idioteces en la cabeza para cooperar con tu fundación –Apagó el cigarrillo.

-Lo sé, recibo tu cheque sin falta cada mes –Le dio una palmada en la espalda- Solo te lo recuerdo para que sepas que te esperamos siempre con los brazos abiertos.

-Si dejo de manejar bien las cosas, serás al primero que acuda.

-Estas obligado, tu dinero nos ayuda, por eso tenemos una nueva residencia de rehabilitación de alcohol y drogas en Coruscant.

-¿Se parece a la clínica Betty Ford? –Ben rió fuerte.

-Si nos haces cheques más gordos podría parecerse.

Ambos se rieron, dándose otro leve golpe con el hombro.

Ben entró cuando ya estaba claro y el brillo del sol comenzaba a colarse por las ventanas. Revisó el café, que ya estaba tibio, no le gustaba de esa forma, lo puso a calentar de nuevo. Comenzó a preparar huevos y tocino, dejando el pan en el tostador. Quería aprovechar el día llevando a Rey de paseo antes de que todos se levantaran, después de todo, podían dormir en el avión de regreso a casa.

Entró con la bandeja intentando no meter ruido, prendió la lámpara y dejó la bandeja en la mesa de noche.

-Buenos días pecosa –Saludó dándole un beso en la frente.

Rey sonrió, seguía desnuda y despeinada y sintiéndose tan bien de ver a Ben frente a ella. Se sentó en la cama, pero el frío pareció caerle de pronto encima. Ben le acercó la camisa de la noche anterior, que olía un poco a humo todavía, pero a ella no le importa, porque también huele a él y es todo lo que le interesa.

Colocó la bandeja frente a ella y se acomodó para comer. Rey parecía feliz con el desayuno, a pesar de que realmente moría de sueño. Ben se apiadó de ella mentalmente, decidiendo posponer la salida. Después de comer se llevó la bandeja a la cocina, devolviéndose al cuarto, quitándose la ropa camino a la cama.

Se acostó al lado de Rey acurrucándola en su amplio pecho, escuchando la respiración suave y pequeños ronquidos suaves que le confirmaron que se había dormido. Él se dejó llevar junto a ella.

Despertaron a media mañana, enredados buscando calor entre sus cuerpos. Rey abrió los ojos y miró el reloj en la mesa de noche. Pensó por un momento, todavía medio confusa por el lugar donde estaban. Unos gritos y pequeños golpes la sacaron de su adormecimiento.

-¡Príncipe Solo!

-¡Su majestad!

Rey se levantó de la cama y se asomó débilmente a través de la cortina. Afuera estaban todos los amigos de Ben, incluyendo a Phasma. Se devolvió a la cama y lo movió despacio.

-Ben, amor, te buscan –Susurró para no asustarlo.

-Es la primera vez que me dices amor –Respondió adormilado sin abrir los ojos- Hazlo más seguido Pecosa.

-Anotaré la sugerencia –Sonrió levemente sonrojada- Te decía que… –Un golpe la interrumpió, seguido de otro grito- Eso, te buscan.

-Vístete –Dijo levantándose y poniéndose la camisa otra vez.

-¿Qué sucede? –Preguntó curiosa mientras buscaba su ropa.

-La tradición.

Rey intentó volver a preguntar, pero Ben ya había salido del cuarto a grandes zancadas. Afuera se escuchaban los gritos de todos, por lo que apresuró su búsqueda de ropa, poniéndose un jeans, sus zapatillas y su propia camisa sin sostén, después de todo no es que le hiciera tanta falta.

Al salir afuera estaban todos gritando "Duelo, duelo", se acercó a mirar y allí estaban Ben y Abhan jugueteando con espadas de madera, parados sobre un madero elevado, al menos a un metro. Rey se preocupó, a pesar de que no era mucha la altura, el suelo tenía solamente algo de césped y no del mullido.

-Rey mira, tío Ben defenderá su título –Comentó el pequeño Rian levantando su propia espada.

-¿Su título? –Rey estaba tan preocupada como curiosa.

-Sí, hacen un duelo desde que recuerdo y tío Ben siempre gana –El pequeño sonrió- Me dijo que si tengo buenas notas y me porto bien, me va a entrenar él mismo… Aunque ya estoy practicando esgrima… ¡Van a empezar!

Rey se saltó un latido al ver a Ben en su camiseta negra sin mangas y descalzo sobre el madero. A pesar del tamaño de Ben, este se movía como si fuese ligero como una pluma, esquivando los golpes de su contrincante. Cuando saltó para evitar un golpe directo a sus piernas, hecho para derribarlo, Rey se quedó sin aliento.

Abhan hizo retroceder a Ben, quien amortizó cada golpe en su espada en lo alto. Rey entendió que sus movimientos defensivos estaban simplemente hechos para que su contrincante se cansara debido al esfuerzo.

Ben estaba a punto de llegar al final del madero, cerró los ojos un instante casi imperceptible y comenzó a atacar. Abhan trataba de evitar cada uno de los golpes de Ben, que a medida que lo hacía retroceder, llegaban de forma aleatoria, sin dejarlo cubrirse brazos u hombros.

Estuvieron en esa dinámica un rato, hasta que Ben pareció aburrirse, su frente estaba perlada de sudor y la camiseta se le pegaba a la piel. Rey nunca lo había visto tan serio y sintió un temblor en su vientre, una mezcla entre miedo y deseo que no supo cómo explicarse.

Abhan hizo retroceder a Ben otra vez, pero este dejó de defenderse para atacar, evadiendo cada golpe, excepto uno en su hombro derecho. Sonrió con malicia y retomó su ataque, que fue directo al costado de Abhan, generando que se encogiera un poco, entonces Ben hizo el amague de golpearlo de nuevo ahí siendo esquivado; sin embargo, lo golpeó de vuelta en el lado contrario logrando que Abhan perdiera el equilibrio, cayendo de pie al césped.

-¡Te lo dije! –Gritó Rian emocionado- Por eso es el líder de los caballeros de Ren.

-¿Los qué? –Preguntó Rey, pero el chico ya se había ido a ver a Ben.

Ella pensó que tal vez escuchó mal y se acercó a Ben que tenía en brazos a Rian.

-¿Alguna otra tradición de la que no sepa nada? –Preguntó Rey cerca del oído de Ben.

-La peregrinación anual a Canto, pero estás totalmente invitada –Respondió dejando al pequeño en el suelo para estrecharle la mano a Abhan y darle un abrazo.

-El próximo año te voy a vencer –Aseguró el rubio.

-Esperaré ese momento con ansias.

Mayba se acercó a Rey.

-¿Qué te parecen las costumbres de estos animales?

-Un poco arcaicas, pero divertidas –Sonrió mirando a Ben conversar con sus compañeros que bebían cervezas y comían bocadillos.

-Al menos este año no ha llovido, el año pasado hicieron lucha en barro… Incluso Rian terminó sucio –Mayba le ofreció un refresco a Rey, que esta aceptó- Estuve una semana sacándole tierra que salía de quien sabe dónde.

Rey miraba al grupo que jugaba con el pequeño Rian, especialmente a Ashiba que estaba demasiado cerca de Ben, SU Ben.

-¿Hay algo que deba saber con respecto a Ben y a Ashiba? –Preguntó sin tapujos.

-No la verdad –Mayba se encogió de hombros- Su relación no es diferente a la mía con él ¿Acaso crees que pasa algo allí?

-No sé, simplemente tuve una sensación extraña cuando se saludaron ayer –Admitió.

-Pero que pequeña celosa se ha sacado Benny –Mayba dio una carcajada sonora que hizo sonrojar a Rey y llamó la atención de Ben y el resto- ¿Ben es así de celoso contigo?

-No… creo –Se encogió un poco- No lo sé realmente.

-Si no te ha dado motivos… Sé que llama la atención con ese porte de príncipe y todo, pero deberías quedarte tranquila.

Rey asintió, después de todo, en menos de veinticuatro horas, Phasma y Mayba le habían advertido lo mismo.

-En realidad sí parece un príncipe –Sonrió Rey.

-Y a veces un dictador –Rió Mayba arrastrándola al grupo que empezaba a preparar hamburguesas a la parrilla.

La tarde se les fue volando entre comer, jugar a la pelota y lanzarse agua. Por lo que a eso de la siete, ya bañados y vestido, se despidieron de todos, incluyendo a Rian y Mayba; abordando junto a Hux y Phasma un auto para el aeropuerto, ya que compartirían vuelo a Coruscant. Lo único que Rey lamentaba de ese día, era no haber recorrido más, pero Ben le prometió que en vacaciones la llevaría de excursión a cada sitio turístico y a aquellos no tan conocidos.

Arriba del avión Rey quería llenar de preguntas a Ben, pero este se encerró con Phasma en una oficina pequeña que no vio anteriormente y tampoco pudo hablar con Hux porque este roncaba como un tronco.

Rey se sumergió en su celular para activar los datos. Los mensajes no paraban de llegar, el primero que revisó era de Finn, pidiéndole que le llamara, sin importar la hora. Miró al pelirrojo que dormía alejado de ella por un par de asientos.

Abrió su laptop, conectándose al área wifi de su teléfono, abriendo el programa de mensajería, buscó el nombre de de Finn y esperó que le contestaran.

-¡Peanut! –Gritó Finn al otro lado- Me alegra que hayas llamado ¿Lo pasaste bien?

-Hola… Si –Miró de reojo hacia atrás- ¿Fuiste a almorzar con Poe donde tus padres?

Finn se rió.

-Si fuimos, esperaba que papá se infartara, pero nos saludó de muy buena gana… Trató muy bien a Poe.

-¿Le dijiste al final de su relación?

-No fue necesario la verdad –Se encogió de hombros.

-¿Cómo es eso?

-Me preguntó si a mi novio le gustaba el pastel de chocolate –Finn se carcajeó.

-¿Y qué le respondiste?

-Que le preguntara directamente… De hecho papá le pagó cincuenta créditos a mamá porque en sus palabras "Tenías razón de que Poe era guapo" –Hizo las muletillas en el aire, mientras atrás se escuchaba la risa de Poe, haciendo que Finn rodara los ojos.

-Me alegro por ti Finn –Sonrió Rey- Sabía que no se molestarían, ellos te aman.

-Lo sé –Sonrió de vuelta- Salió mejor de lo que esperaba. Papá nos ha invitado para la semana subsiguiente.

Rey sonreía mucho, Finn le siguió contando detalles de la cena y lo adorable que su madre había estado. Que prácticamente lo llenó de fuentes con comida y regalos varios para él y para el departamento.

-Peanut –Habló serio- Necesitamos saber si seguirás viviendo con nosotros o te irás con Ben, porque estás pagando tu parte, pero no pasas tiempo aquí.

-Aun no lo he decidido –Respondió avergonzada.

-Lo siento, no quiero presionarte, sigues siendo mi mejor amiga y compañera de casa y te quiero mucho, pero no quiero que des dinero que te puede hacer falta.

Ella asintió, sabía que a pesar de todo, Finn siempre estuvo allí para ella, sobretodo en la época oscura después de Jakku y seguiría allí, aun después de Ben. Se sacudió esa horrible idea de la cabeza y le cambió el tema, contándole del fin de semana, de lo mucho que comió, lo adorable de Rian y algunos detalles sin importancia de los compañeros de Ben, claro que lo último fue siempre mirando si Hux estaba despierto o seguía roncando.

-Llegaré tarde, mañana voy al trabajo, ahí hablamos –Habló mirando la hora en la laptop- Descansa.

-Tú también Peanut, te quiero.

-Yo también te quiero.

Llegaron tarde al departamento de Ben, Rey apenas cruzó el umbral, se fue directo al cuarto a arreglar sus cosas para el día siguiente. Se dio un baño relajante, sin lavarse el cabello y se puso el pijama para acostarse. Ben hizo lo mismo apenas ella salió de la ducha. Estaba echándose crema en las manos cuando él salió con bóxer, listo para ir a la cama.

-Quedan pocos días para que empieces las clases –Le recordó Ben mientras enchufaba el cargador de su móvil.

-Lo sé –Suspiró.

-Deberías terminar de traer tus cosas, para que no debas estar yendo y viniendo de aquí a tu departamento, de ahí al Takodana, después a clases, después a tu departamento y luego acá… Puedo arreglar el otro cuarto para que tengas tu lugar de estudio.

-Todavía no lo pienso Ben… -Estaba nerviosa, sin duda quería estar con Ben, pero algo le decía que ya estaba arriesgando demasiada de su libertad en el proceso, aunque ni siquiera supiera que hacer con ella o con su vida en general.

Ben se acostó y apagó su lámpara. No quería insistir y estaba agotado con el jet lag, por lo que dejaría esa conversación para otro momento.

-Buenas noches Ben –Susurró Rey, pero el aludido ya se había dormido.

Le dio un beso en el pelo, apagó su lámpara y se acomodó, mañana sería otro día.

Un poco de relleno, pero es lo que he podido escribir, estoy haciendo auto aislamiento porque estoy con un embarazo de 7 meses y me han descubierto diabetes gestacional, así que soy un blanco ambulante de salir.

Solo pido que esto pase pronto y la única forma que así sea, es que seamos conscientes y hagamos lo posible para quedarnos en casa. Debemos cuidarnos nosotros si nuestros gobernadores prefieren sus intereses económicos antes que la salud de las personas. Cuídense, lávense las manos y tengamos fe de que saldremos de esto fortalecidos.

Maka