Ladrón de recuerdos.

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Llena de cariño y ternura Videl tomó a Gohan de las manos y se lo llevó al cuarto de baño. Llenó la tina con agua caliente y jabón espumoso hacindo burbujas.

Comenzó a desnudarlo.

—Perdón — dijo avergonzado. Incapaz de verla a los ojos — pero olvidé donde estaba el baño — y empezó a llorar como si de un niño se tratara.

¿Qué clase de adulto se orinaba en los pantalones?

Videl le terminó de quitar los calzoncillos con la delicadeza de siempre, lo obligó a verla a los ojos y le sonrió.

—Cualquiera tiene un accidente Gohan, no te preocupes

—Perdón por ser una carga

Meses atrás el diagnóstico del médico de cabecera de los Son informó a esposa e hija la terrible enfermedad que atacaba al hombre de la casa: Alzheimer.

Poco a poco Gohan había empezado a olvidar cosas pequeñas como donde dejaba las llaves, el portafolio o los lentes. Mas aún así todavía era independiente.

Pero un día de pronto, Gohan olvidó por completo donde vivía. Pasó media hora caminando en círculo por el vecindario intentado recordar como era la fachada de su casa. Si no fuera por Pan, que estaba de visita con su familia él hubiera seguido vagando.

—No digas tonterías — le dijo para luego besarlo con el amor que tanto le tenía.