Naruto y derivados (esa kk llamada Boruto, e.t.c) no me pertenecen, créditos a Masashi Kishimoto.


"Si una mujer se enoja contigo, sella con fuerza los frascos. Ya verás quien busca a quien".

Aquella frase le rondó por la cabeza en cuanto tomó asiento en su despacho. Se masajeó las sienes con más brusquedad de la necesaria y la imagen de un cigarro dejó atrás a su anterior pensamiento. Discutir con su esposa siempre le había resultado problemático, pero que esta vez el motivo fuera el simple hecho de que "supuestamente" su mirada siguió el rumbo de unas prominentes curvas ya era la gota que colmó el vaso. Ante todo, Nara Shikamaru estaba seguro de no tener ojos más que para las tersas piernas de su esposa.

Porque sí, Temari Nara le había parecido jodidamente seductora desde el día que la conoció y con el paso de los años, la maldita se había hecho el doble de hermosa. No tenía que buscar en otra parte lo que bien servido tenía en casa.

"…ya verás quien busca a quien". La idea era muy buena, aunque no aseguraba resultados considerando lo fuerte que era su mujer, pero…

Sí, la iba a joder aunque no funcionara. Su orgullo Nara lo merecía por todas las veces en que ella le había ganado.

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Temari bostezó y se llevó una mano a la boca, mientras se dirigía con despreocupación hacia la cocina de su hogar. El hambre que últimamente la molestaba era sumamente atroz y en este momento no deseaba más que devorar lo que fuera que se encontrara en la nevera.

Una nausea la atacó en cuanto abrió la puerta del refrigerador. Respiró profundo y extendió la mano hacia el frasco que contenía miel. Se dispuso a abrirlo mas notó pronto que la tapa no cedía.

—¿Qué demonios? —susurró, achicando los ojos. Aplicó más fuerza, aunque quedó en el intento porque se sintió más débil de lo usual, y emitió un gruñido.

Dejó por la paz el frasco y tomó otro, éste contenía salsa cortesía de Chouji y Karui. Ocurrió lo mismo y así con los demás recipientes. No por nada había sido reconocida como una mujer muy inteligente, pues tan simple como sumar dos más dos, entendió lo que había hecho su marido.

—Nara, me estás subestimando…

Inspiró profundo y ésta vez pudo abrirlos todos, sin embargo, ni pudo regodearse porque al segundo necesitó correr al baño para vomitar.

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Volvió a casa con su usual andar de pereza, bostezando en el proceso. Se retiró el calzado y llamó al nombre de su esposa hasta que sintió el calor de unos delgados brazos rodearle el cuerpo.

—Bienvenido Shikamaru.

Temari lo soltó y él giró a verla, con una ceja enarcada.

—¿No esta…?

—¿Me ayudas a abrir los frascos de la cocina? No he podido abrirlos.

Nara sonrió ampliamente y reprimió las ganas de emitir una risa, mientras que por su parte la rubia deseó castrarlo ante tal falta contra su orgullo. Sin embargo, por esta ocasión lo dejó atrás, cierta cuestión lo valía. Ambos se dirigieron a la cocina y en cuanto Shikamaru hubo de acabar en su demostración de hombría, Temari lo soltó.

—Vago, estoy embarazada.

La mueca en la que se deformó el rostro de Shikamaru le hizo soltar una risotada.

"El que ríe al último, ríe mejor".


N/A: Adoro el ShikaTema, ambos le dan vida a mis venas. Espero que les haya gustado este intento de humor y también sus bellos comentarios. ¡Saludos!