Los personajes no me pertenecen

Lo único que sale de esta loca cabeza es la trama. Como siempre pido perdón si se me cuela algún error de ortografía.


16. ¿El final?

Hiccup observó su reloj, pasaban de las seis de la tarde. Hiccup se había esmerado en estar a tiempo, incluso había dejado atrás su apariencia de: Ponte lo primero que encuentres.

Regreso a su casa después de dos horas de espera. Había comenzado a llover, para ese momento sentía que Astrid lo había dejado plantado. Pero ella había enviado un mensaje diciendo que estaba de camino. Aun así ya tenía mucho tiempo esperando, así que decidió volver a su casa

— Llegaste temprano — Valka sonrió al verlo. — ¿Como te fue?

— Fue... Genial. — Mintió, el mismo se sorprendía de mentir de esa manera. — Estoy cansado.

Prefería mentir, aunque algo no estaba bien, sabía que Astrid no era el tipo de persona que falta a su palabra (esperaba que fuera así) estaba preocupado por ella, había comenzado a llover y la luz de su habitación no estaba encendida. ¿Dónde estaba? Pasaban de las ocho de la noche. ¿Acaso aún estaba en el servicio social? ¡Por todos los dioses! Su preocupación solo aumentaba.

Astrid no era alguien que no llegara a su casa sin una razón. Lo último que había sabido de ella era que iba hacia el lugar de la cita, lo sabía por el mensaje que había recibido horas antes. Aun así el señor Hofferson había ido a su casa preguntando por ella, Hiccup Sintió un vuelco en el corazón, primero pensó que quizás ella no quería salir con él, parecía más importante terminar su servicio social y todas esas cosas que pasar un poco de tiempo con él. En ese momento había comprendido lo que Astrid sentía cuando solo se preocupaba por rescatar dragones, descubrir dragones, entrenar dragones y no dejar que los cazadores, bueno cazaran dragones. Siempre la sintió segura y volvía a hacer lo mismo ahora. ¿Que no había aprendido su lección? Bueno aquello si era irónico, porque no era lindo ser la persona del otro lado.

— Hiccup ¿No saliste con ella esta tarde? — Su madre lo observó, había dejado de brillar tanto, al parecer era lo que el suponía, el resplandor de una madre, en su caso era porque hacía poco la había conocido por primera vez y era una especie de emoción que el reflejaba, cosa que era extraña, pero no pensaba en discutir sobre eso.

— Si. — Mintió — Ella debía volver por unas cosas a ese lugar donde está haciendo su servicio.. — Su corazón se aceleraba con cada palabra.

— Ella no responde el teléfono. — Murmuró el señor Hofferson.

— Ella seguro olvidó encender su celular. — Hiccup trataba de sonar tranquilo, pero estaba muerto de preocupación.

Cuando logró calmar a los señores Hofferson subió a su habitación, no tenía planeado esperar que ella apareciera

Tomo una chamarra, hacía frío, no tenía idea de donde debía buscarla. Aun así se escabulló por la ventana. Algo quizás estúpido ya que era un segundo piso y no había mucho de dónde sostenerse, aún así agradecía ser delgado y saber moverse en lugares potencialmente peligrosos, solo se lastimó un poco la rodilla al saltar. Corrió sin un rumbo fijo. Astrid siempre sabía dónde encontrarlo, porque sentía que el no podía hacer eso. «Vamos Hiccup, piensa donde esta» busco en su celular, el último mensaje que había recibido había sido a las cinco de la tarde, ella iba de camino, solo debía pasar por algo a al escuela.

— La escuela — Se detuvo de golpe. ¿Porque no había recordado eso? Es que estaba hecho un menudo lerdo. Aunque estaba seguro que ella no estaría en la escuela, recordó el sendero por el bosque extrañamente nebuloso detrás de esta, había un atajo hacia la calle principal por el bosque, también había un lago. Sin duda habían muchos lugares extraños en esa ciudad. Un rayo surco el cielo haciéndolo volver a correr hacia la escuela.

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Un pájaro voló sobre su cabeza, iluminado por un rayo. Ella caminó hacia atrás y sintió el suelo resbalar junto a ella. Se hizo un ovillo mientras caía por la pendiente, pasó sus manos sobre su cabeza, protegiéndose por instinto… sobre todo al saber cual sería su destino.

Y como lo predijo: Cayó a las gélidas aguas del lago.

Hiccup pensó que se estaba volviendo un criminal, no solo había mentido a sus padres, si no que había mentido en la solicitud de ingreso al hospital.

La observó sobre la camilla, faltaban algunas horas para el alba, sin embargo el no podía siquiera pensar en dormir. No mientras ella no despertara, no mientras sus labios siguieran azules y su cuerpo se sacudiera con ligeros espasmos de fiebre.

Astrid profirió un ligero gemido y lentamente abrió los ojos; Hiccup se acercó a ella y apoyó su blanca mano sobre la ardiente mejilla de ella.

— Aquí estoy ¿Como te sientes?

— Me duele la cabeza. — Murmuró la chica.

— ¿Que hacías en el lago tú sola?

— Yo… Yo… te buscaba... el lago, tenía que ir antes de que desaparecieras.— evidentemente hablar se le complicaba mucho. El chico tomó su mano en un impulso y la envolvió con las suyas.— Eres jodidamente lindo.— soltó ella, con una sonrisa somnolienta.

—¡Por Thor! Astrid, ¡estás delirando!.— murmuró preocupado Hiccup. Sin duda ella estaba mal, era como si tuviera el azote de Odín.

— ¿Te te han dicho que tu sonrisa es hermosa? La forma que hablas..— Astrid tosió un par de veces.— pero tus ojos son los que podrían robarme el alma, el color verde que tienen son hermosos

Acto seguido, Hiccup ni siquiera respiraba de la impresión, mientras ella se abrazó a su pecho.

— No estabas. — Murmuró Astrid.

Hiccup estaba seguro que estaba delirando.

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La mañana llego para Hiccup, aunque no había podido conciliar el sueño.

Astrid había despertado y parecía mejor.

— ¿Estuviste aquí toda la noche? — Astrid parecía realmente sorprendida

— Sí ¿Cómo estás?

— Estoy mejor... Debo llamar a mi casa. Mis padres seguro están preocupados.

— Les llame, y quizás estamos en problemas, porque no dije donde estamos, no estaba seguro si querías que te vieran así. Astrid ¿Que hacías en el lago?

Astrid parecía pensar la respuesta.

— No lo sé, estaba por ir al café para verte, pase a la escuela y fue como si tuviera que ir ahí. Como si estuvieras ahí. No sé explicarlo, sentí que si no iba, no te volvería a ver.

Hiccup entendió lo que ella decía, lo cierto era que estaba sintiendo que ese experimento terminaría pronto.

— ¿Cómo supiste donde estaba?

— Bueno, creo que se encontrarte, no sé cómo decirlo, es algo que solo sé. ¿Eso fue cursi?

— Solo un poco. Pero creo que estamos en problemas

Hiccup asintió. Sin duda la cara de su padre no sería nada amigable.

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Cuando llegaron a sus casas, bueno más bien cuando llevo a Astrid a su casa se encontró con un nada feliz Finn Hofferson. Luego como si no fuera poco su padre, si el mismo Stoick había ido hasta casa de los Hofferson a disculparse por su comportamiento, aunque eso había terminado en una pelea entre ambas familias, hablaban de la deshonra de alguien, el deber de un hombre. Y solo Thor sabrá que más cosas. Hiccup sospechaba, que seguramente la discusión se escucharía en cualquier lugar de la ciudad. Además no dudaba que recibiría la llamada de Brutacio diciéndole que hasta gallina sabía lo que pasaba en ese momento en la casa Hofferson. Hiccup solo observó sentado mientras veía a Astrid, porque ha notado que apesar de que su madre es una abogada ambientalista, en realidad él no se preocupa mucho por el derretimiento de la nieve en algún lugar alejado de la mano de los dioses. El solo quiere besarse con Astrid como si fuera un adolescente que no puede controlarse.

Hiccup noto que su celular estaba sonando, ahí estaba la clara señal de que todo mundo sabía más de esa vida que el mismo. Loki era medio inútil. Porque todos los que lo conocen en lo más mínimo saben todo, y sin embargo, aún persisten en decirle a borbotones acerca de cómo su vida es fabulosa, y cómo debería estar agradecido por todas las grandes cosas que tiene, como la novia que suele aventarle uno que otro despertador y los padres que lo envían a una gran escuela donde todo el mundo lo odia. Ah, y su relación personal con Viggo, quien parece odiarlo con Fuerza cada día que pasa, a pesar del hecho de que ni siquiera hace nada. Y como olvidar ese evento con niños y fuego.

Hubiera seguido pensando en los misterios de su vida en Kreb. Si no fuera por las últimas palabras de su padre.

—"Pues mi hijo si se hará responsable de todo, lo he educado y sabe que el matrimonio es algo..."

—Woo ¿Que? — Ni siquiera dejo que su padre terminará esa frase. — ¿El que de quién? — Pregunto rápido. Debió prestar atención en vez de estar divagando. ¿Que creían que habían hecho esa noche? — Nadie se casa con Nadie.

— ¿Que te crees muy bueno para mi hija?

Hiccup ni siquiera sabía que responder a eso, busco ayuda en Astrid pero parecía que ella estaba tan impactada por esas palabras que había perdido el habla.

— ¿No? Es decir no... Pero no... Eso no.. ¿Astrid?

Astrid suspiro antes de hablar.

— ¿Eres muy bueno para mi?

— ¿Que? — ¿De qué estaba hablando? ¿Por qué tenía esa expresión? ¿Como si oliera a algo podrido?

—Mira, no me malinterpretes —dijo Astrid—. Creo que eres genial y todo. Pero no me casaría contigo en esta situación, me gusta como eres pero aveces debes madurar un poco.

—Nadie te pide que lo hagas —señalo Hiccup sin entender cómo es que ahora hablaban de eso —. De hecho, en muchos lugares, eso sería extraño. Casarse conmigo claro, pero aparte de eso ¿Porque no te casarías conmigo?

—Ja, ja, muy gracioso —Astrid se burló. Luego cambio de tema—. Escucha. No importa. Olvida lo que dije. Tú haz lo que quieras con tu vida. — Fruncio el entre cejo — Criaturitas —Menciono Astrid.

Ahora su corazón está realmente acelerado, parece estar a punto de explotar—. Pequeñas criaturitas. — Corrigió Hiccup refiriéndose a la metáfora de que todos los hombres son criaturitas que se asustan ante el compromiso. —Ya se a qué te refieres. ¿Por qué te casarías conmigo realmente? Quiero decir, además de que no soy gay. Y que no he preguntado. — Aquello era algo ridículo ¿Como se habían comprometido a los dieciocho años en Berk? Cierto todo era sobre la dote y la reputación de los clanes y bueno eran ellos, su padre lo hubiera dado a los Hofferson sin necesidad de una dote, solo porque era Astrid Hofferson, eso lo hizo sonreír. El caso era que antes no tuvo ese problema al hablar de matrimonio porque esas cosas eran fáciles.

Los padres de ambos se quedaron en silencio, aquello ni había sido enserio, pero ahora ellos tenían una plática que parecía ser seria sobre ese tema.

— Bueno es obvio que no me casaría por tu cara de niño bueno, realmente no sé porque lo haría

— Bueno si eso quieren ¿Quien soy yo para evitarlo? — Pregunto Finn Hofferson.— no se diga más.

— Es verdad. — Convino Stoick, ellos ya son mayores..

Hiccup hubiera protestado y quizás Astrid también si hubieran prestado atención a lo que sus dementes padres hablaban, pero estaban más preocupados hablando de sus razones para no casarse uno con el otro.

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— ¿Que pasó? — Hiccup entro a su habitación sin saber bien que rayos había pasado, porque se habían dicho cosas, sus padres habían prometido otras cosas ¿Que rayos habían dicho? No estaba seguro, como fuera el día parecía comenzar a empeorar cada minuto, una tormenta amenazaba con caer ese día. observó un relámpago iluminar todo el jardín mientras el aire azotaba las gotas de lluvia contra su ventana. Sonrió al recordar que Astrid había dicho que sus ojos verdes eran lindos. ¿Acaso ella no se había dado cuenta que tenía los ojos azules más hermosos del mundo?

— Pareces feliz.

— ¡Joder! No salgas de la oscuridad de esa manera, solo se ven tus ojos amarillos y créeme, dan miedo si hablas. Cosa que ya te dije.

— Solo vine a darte un mensaje, este es de parte de Freya.

¿Había dicho Freya? Lo sabía, bueno no lo sabía, pero lo sospechaba había más dioses en todo ese sin sentido.

— ¿Que mensaje es?

— Quiere que sepas que te concederá algo, pero debe ser algo que ella pueda realizar en base a su posición como diosa y lo que representa

— Entiendo.

— Loki quiere felicitarte por ganar está batalla. Puedes salir ahora sí así lo deseas.

Hiccup no medito en esas palabras, solo había entendido que había ganado. — Lo haré, pero aún no, necesito hacer algo antes de irme.

Abrió la ventana de su habitación, no llovía tan fuerte en ese momento.

— ¿Estás ahí? — observó iluminarse la habitación de Astrid.

— ¿Sabes que acaban de ignorarnos?

Él asintió. — Sí, pero quiero saber si puedes salir mañana, realmente no quiero interferir mucho en tu servicio, pero solo es un día.

— Sí, si puedo salir mañana

— Vamos a ese lago. Pero está vez no entraras

— ¿Ya viste el clima? — Pregunto la chica.

— Sí, pero yo soy experto en el clima, así que mañana será un gran día. Confía en mí.

— Entonces mañana saldremos.

El sonrió mientras alzaba una ceja. Ya sabía que pediría y que estaba al alcance de Freya.

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Su día en el lago había sido tal como pensó, un día soleado y pacifico.

— Dime algo Astrid ¿Crees que exista algo así en otro lugar? Nosotros dos en algún lugar lejano.

— ¿Como una vida pasada? ¿Un mundo paralelo? — Pregunto la chica. — Es probable que sí

Hiccup se inclinó para darle un beso después de escucharla.

Sus labios se unieron lentamente en un beso lleno de muchas Preguntas, su corazón latía como loco. Después de varios segundo disfrutando de aquel beso tuvo que separarse.

— Astrid, creo que no importa la apariencia que puedas tener, me gustarías.

— Es lo menos romántico que alguien puede decir. Pero te refieres a la personalidad

Hiccup medito un poco.

— Más bien lo que te hace ser tú. — La señaló y sonrió.

Astrid suspiro, él hacia ese gesto que lo hacía ver lindo.

— Quizás también me pase lo mismo, te amaría aunque no fueras mi loco vecino... Creó que siempre me gustaste incluso siendo — Lo señaló — diferente a cualquier persona, y eso es lo que me gusta de ti, durante muchos años me gustaste. Porque mírate ¿Quien no amaría a un chico delgado, algo cursi que se preocupa por medio mundo? Pero ¿Qué pasaría si en algún lugar jamás te hubiera conocido? — Pregunto Astrid

— Entonces solo tendríamos que amarnos más, así compensaríamos el tiempo que ellos no tuvieron ese amor

— Realmente eres cursi..

— No se lo digas a mi padre.

— Creo que el ya lo sabe, todos lo saben, pero eso es lo que te hace ser un buen hijo, un buen amigo y un bueno novio.

Hiccup sonrió por esas palabras, sabía que tenía que irse en cualquier momento, había ganado en ese juego, aún así que tuviera que despedirse de esa vida. Sin duda Astrid siempre seria el amor de su vida — En cualquier vida— Incluso si no recordara nada de ella, sus almas sin duda se encontrarían

— Te amo Astrid Hofferson, con todo lo que tengo y siempre te amare. — Volvió a darle un beso, aunque este era diferente.

Cerró los ojos ante aquella luz tan intensa que lo cegaba. Frente a él estaba un gran túnel. El gato estaba a su lado

— ¿Qué pasará con ella? — Pregunto a Floki antes de continuar.

— Es un mundo ficticio, pero le has tomado aprecio ¿Verdad?

Hiccup asintió. — Si me voy ella se quedará sola.

— Pero jamás existió.

— Claro que sí, solo que de una manera diferente, una que ni siquiera Loki logra entender. Porque aunque sea un sueño, ella sigue siendo Astrid y ella no debe quedarse sola.

— No lo hará, tómalo como tú regalo por parte de Freya, cuando te vayas, aquí estaras, bueno la versión de este mundo, no tendrá recuerdos de tu vida pasada, pero si recordara la mayoría de las cosas, los golpes desde la ventana, esas pláticas y claro, tener miedo de morir por ir en auto. Todo eso se quedará aquí.

— Solo quiero que ella sea feliz — Respondió Hiccup

«Lo será. — Está vez escucho la voz de una mujer. — Porque tú me has probado que el amor de los mortales puede atravesar todo y transcender más allá del tiempo. Así que ella será feliz.»

No estaba seguro porque esas palabras lo hicieron sentir seguro. Había cierta candencia en la voz femenina que llenaba su alma y sentía una paz descomunal enamando de su interior. Cerró los ojos dejando que la oscuridad lo cobijara para despertar nuevamente en su tiempo, en su mundo quizás siendo un poco más sabio con respecto a las personas.

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— Hiccup ¿Estas bien? No parabas de decir mi nombre ¿Te quedaste dormido aquí afuera?

Sonrió al ver tan cerca el rostro de su Astrid.

— Me quedé dormido. — admitió. — soñaba contigo. Eras una chica mala en mi sueño, me querías matar

— Bueno Hiccup, yo si te quería matar... Algunas veces cuando éramos niños.

— Aún lo recuerdas. Bueno, esa Astrid era igual a ti, solo que un poco más difícil.

— ¡Oye! ¿Porque sueñas con más chicas?

— ¿Estas celosa de ti?

— No.

Hiccup sonrio al levantarse solo para robarle un beso.

— Te amo Astrid Hofferson.

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El amor, el amor siempre gana.

Aquella derrota solo había avivado la curiosidad de Loki sobre Hiccup y ahora gracias a Freya había otro Hiccup en otro mundo ¿Era tan bueno como el escandinavo? Solo había una forma de saberlo.

¿Así que siempre gana? — Pregunto con un gesto divertido. — Quizás para algunos es más fácil. Pero hay otros que no pueden hacerlo, supongo que habrá que esperar y ver, de momento creo que el amor ganó, debes admitir que fue un gran regalo para el día de Loki.

Sí, fue algo digno de ti. Muy llamativo y lleno de muchas trampas.

Bueno, tú le diste un regalo también. Creó que hicimos un buen trabajo con el chico favorito de Thor. Ahora sólo falta que bendigas su boda.

Y con esas palabras Loki dejo de observar el mundo que se había creado, Hiccup Haddock tercero era muy interesante como Vikingo. Pero ¿Lo era de manera normal? Ese Hiccup era su copia, como si fueran una reencarnación. Sin duda había algo en todo eso que lo hacía sonreír animadamente. — Bueno la próxima vez pensaré mejor como sorprender a la persona adecuada.

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Hola, gracias a todos los que comentaron la historia, tenía que llegar a su final, aunque ame meter a Hiccup en muchos problemas, así que por eso está historia tendrá una continuación, porque me gusta ver sufrir a Hiccup y soy una mala persona por eso. Espero la segunda parte les guste tanto como está