Decir que se podía escuchar una aguja caer en ese preciso momento... no sería para nada errado, ninguno de los presentes pudo (y aunque quisieran) articular alguna palabra. No sabían si se debía a la atrevida declaración de esa jovencita con reveladoras ropas o del hecho de lo segura que se mostraba a pesar de estar en un "campo de batalla" que estaba a punto de iniciar un derramamiento de sangre. Pero de lo que estaban seguros era que el aura de confianza que emitía su sonrisa, les indicaba que estaba hablando en serio.
¿Está hablando en serio? – Irina comentó casi en un susurro – I-Isse-chan... esa niña, ¿Está hablando en serio?
El propio Sekiryuutei no sabía que pensar, pues era la primera vez que la veía en toda su vida; más bien en sus dos vidas; contando que no pasaban más que un par de meses en que se reencarnó en demonio. Un repiquetear llegó a su fino oído, proveniente del agarre de la portadora de Excalibur Mimic; las manos de la chica temblaban mientras que su mente intentaba encontrar lógica en toda la situación.
Entiendo... si... ese debe de ser el problema – Issei empezó a sudar frío al sentir la hostilidad de su "amiga" de la infancia – Como eres un demonio, ahora asaltas a las niñas durante sus sueños... – el grupo de exorcistas dio un paso atrás debido al temor que imbuía en ellos – Sí, esa debe de ser la razón...
E-Este... ¿Irina-san? – el peón de Ravel se volvió hacia la jovencita - ¿Irina-chan?
Irina-chan, ¡NI QUE MIERDAS! – Excalibur Mimic golpeó furiosamente en la Boosted Gear de Issei - ¡MALDITO LOLICON! ¡ENEMIGO DE LAS MUJERES! ¡DEBERÍA DE ENTREGARTE AL FBI!
No he hecho nada malo... lo juro – el castaño se defendía como podía de los embates de la jovencita - ¡ME VAS A MATAR! ¡ME VAS A MATAR!
¡ESA ES LA IDEA TARADO! – Irina continuó atacando a Issei - ¡TE MATARÉ Y LUEGO ME QUITARÉ LA VIDA! ¡¿COMO PUDE PENSAR QUE...¡¿QUE...?!
Justo en esos momentos la chica se detuvo de golpe, pues la perpetradora de su inestable condición mental estaba sentada tranquilamente, bebiendo una malteada que estaba por allí y comiendo una hamburguesa que apenas iba a ser mordida por uno de los inconscientes visitantes del centro comercial, cuando la mirada amatista de Irina se encontró con la esmeralda de Mordred.
¿Por qué te detienes? – la rubia pregunto con mucha tranquilidad – Se estaba poniendo interesante...
Ciertamente esa chica era alguien especial.
If Life 05R: Excalibur ACTO 2 ~ Una sonata bajo la luna
La puerta se abrió de golpe, entrando como una tormenta y soltando gritos que demandaban respuestas; el único ocupante de la habitación sólo se limitó a alzar una ceja sorprendido, pero inmediatamente regreso a los asuntos que atendía antes del arribo de aquel visitante.
¡¿COMO QUE RAVEL ESTA EN EL MUNDO HUMANO?! – la enérgica voz de Riser resonó por toda el lugar - ¡¿Por qué no se me informó de ello?!
Un sonoro y pesado suspiro provino del otro ocupante, con un peinado muy bien cuidado, una vestimenta impecable que recordaba a los nobles de la era victoriana y finalmente una barba de candado que denotaba su autoridad, Ruval Phenex se levantó de su asiento para recibir a su hermano menor.
Bienvenido... Riser – el hombre le extendió la mano a su hermano menor – Es bueno ver que no has olvidado a tu familia.
Aquel simple gesto fue suficiente para calmar el ánimo belicoso de Riser, quien regresó el gesto, el actual líder le señalo con la mano que tomara asiento y así lo hizo, aunque su rostro no cambio la expresión molesta con la que había arribado.
Parece que ya te enteraste sobre nuestra pequeña hermana – el mayor de los Phenex soltó mientras se sentaba detrás de su lujoso escritorio – Nos sorprendió a todos que pidiera eso de forma tan repentina.
¿Por qué lo permitieron? – el joven esposo de Rias logró controlar su temperamento – Ella es tan sólo una niña.
Te recuerdo que no es una niña – Ruval tomó los papeles que tenía sobre el mueble y los guardó – Tiene la misma edad que tu esposa tuvo para comprometerse contigo o ¿lo olvidaste?
Riser tuvo que ocultar su desconfort al tocar ese tema, dio una respiración profunda antes de continuar hablando con su hermano mayor.
¿Cómo se debió ese cambio en ella? – el joven rubio se mostró más cortes, cosa que hizo sonreír al líder de la casa Phenex – Es decir me sorprendí cuando Madre vino a pedirme que intercambiáramos piezas.
Supongo que quiso ver el mundo con sus propios ojos – Ruval tomó una campanilla con sus manos y la hizo tocar – Ese privilegio lo hemos tenido yo, Reiner e incluso tú... ¿Por qué negárselo?
Pero... pero ella no tiene a nadie que la proteja – la puerta se abrió para dejar entrar a una sirvienta con una bandeja llena de aperitivos y un juego de té – Con gusto le hubiese dado a una de mis siervas.
No dudo de tu amor fraternal – el mayor de los dos hermanos estaba complacido de las palabras del otro – Sin embargo, ella también es una demonio noble... puede armar su propio juego de sirvientes
¿Ella solicitó su registro como Rey? – la sorpresa se evidenció en el rostro de Riser – Porque no se me informó de eso... ya que es motivo de fiesta.
Estabas ocupado con tu... – los ojos azules de Ruval se cerraron brevemente – ...Luna de miel... y Ravel fue muy explícita de no querer nada elaborado... solo la bendición de Padre y Madre – Riser asintió a las condiciones de su hermana menor – y una mesada suficiente para mantenerse en el mundo humano – el líder de la casa Phenex tomó la taza que cortésmente su sirvienta el daba - claro que también está obteniendo dinero de sus contratos.
Todavía estoy molesto porque me dejaran de lado – el más joven de los hermanos recibió una taza de té de parte de la sirvienta – Gracias.
La sirviente se inclinó respetuosamente para salir de la habitación dejando nuevamente sólo a los dos hermanos, Riser dio un sorbo a su bebida para después continuar hablando.
Le mandaré una de mis chicas – las palabras del joven esposo de Rias llamaron la atención de Ruval – Esta en territorio de mi esposa y sé que no se negara a mi ayuda.
Riser... – la seriedad en la expresión del mayor de los hermanos se evidenció - ¿Tu esposa no te ha contado nada?
¿Contarme de qué? – la incomodidad inundó la habitación por completo – Ruval-niisama, tu sabes algo.
El líder de la casa Phenex mantuvo silencio por unos momentos, sabía que algunas cosas debían de mantenerse en secreto. Pero esa indiscreción de parte suya provocaría problemas, aunque claro supuso que eso también formaba parte de los planes de su hermana política. Aunque esa parte ya no le correspondía a él.
Nuestra hermana menor ya tiene un sirviente – Riser se sorprendió por la novedad de que Ravel ya tenía un siervo – Se trata de un peón... aún no lo conozco en persona, pero por lo que me ha contado es muy competente.
¿Oh? Llamó mi interés – el esposo de Rias esbozó una sonrisa de orgullo – Espero que sea una chica... porque si es un chico.
¿Acaso ella no puede tener un harem de puros chicos? – Ruval tuvo que esconder su risa para no molestar a su hermano – ¡Eso es machismo!
Iba a replicar cuando de la repentinamente apareció una mujer mayor, técnicamente era una versión adulta de la hermana menor de ambos jóvenes allí sentados; tanto Ruval como Riser se levantaron de sus respectivos asientos para recibir respetuosamente a la mujer.
Cuando Henrietta me informó de tu visita me sorprendí bastante – el tono juguetón que empleo la recién llegada sacó un sonrojo a Riser – Hijo... pensé que te habías olvidado de tu familia.
¡Madre, por amor del Maou-sama! – el mencionado se apenó por el trato de su progenitora – Debes de saber mi actual posición.
Lo sé... lo sé, atender los negocios hasta que tu hijo nazca y tome su posición como líder – Riser asintió levemente - Verte me alegra mucho, ¿Cuál es el motivo de tu inesperada visita?
Era sobre Ravel... Madre – Ruval se adelantó a hablar – Hablábamos sobre como nuestra hermana menor remontaba el vuelo por sí misma.
¡Es verdad! – la mujer sonrió con orgullo mientras aplaudió – Y saber que se hizo con el Sekiryuutei como su primer sirviente... ¿Verdad que fue un excelente regalo de Rias-chan?
Y el silencio se apoderó de la sala por completo, hasta que el grito de Riser alertó a toda la mansión de que la verdad había sido revelada.
Ravel suspiraba por enésima vez en toda la mañana, pues su querido sempai y peón salió corriendo sin decir mucho sobre a donde iba; pero la compañía de la alfil de Sona era bien recibida, lo interesante venía de parte de su invitada, Xenovia estaba tranquilamente sentada leyendo una de las tantas revistas que tenía la dueña del departamento. Lo curioso era que todas se trataban de adolescentes, cosa que sorprendió a Momo.
Pensaba que tendrías libros costosos de literatura – comentó la peligris mientras tomaba una de esas revistas – pero por lo que veo es que son muy normales
La biblioteca de la casa Phenex está llena de esos – respondió la rubia mientras continuaba suspirando – Eso es material para poder parecer normal en el mundo humano – Ravel tomó una de las revistas para hojearla – No voy a decir que me desagradan, pero debo de admitir que la moda de los humanos es mucho mejor que la de los demonios.
Sona-kaichou dijo lo mismo – Momo sonrió un poco al recordar el rostro que puso su ama al ver las revistas – Los vestidos del inframundo son muy... como decirlo
Ostentosos y molestos – atinó en completar la frase la propia demonio noble – ¿Cómo fue posible que los usara habiendo estos tan hermosos?
Siempre me pregunté – Xenovia se unió a la conversación de manera abrupta – Según nuestra inteligencia... el Sekiryuutei se convirtió en peón de Rias Gremory – el cuerpo de la jovencita se tensó por el comentario - ¿Cómo le hiciste para que te lo cediera?
La discusión era demasiado acalorada, ambos consejos de ancianos estaban enfrentándose por un sólo motivo; el destino del peón de la heredera de la casa Gremory; los ancianos Phenex buscaban un castigo ejemplar por desafiar abiertamente a uno de los hijos de la casa noble y casi ponerlos en ridículo frente a toda la sociedad, los ancianos Gremory por otra parte defendían con todas sus fuerzas el actuar del castaño argumentado la enorme lealtad que le tenía a la jovencita.
Pero sin embargo el problema no era ese, sino el verdadero detonante de ello, la "intervención de Ravel en un encuentro formal". Pues los Gremory no estuvieron de acuerdo de que aun así se consumara el compromiso entre Riser y Rias.
Llevaban días enfrascados, sin llegar a un acuerdo que beneficiara a ambas familias...
Digo que lo encerremos un par de décadas en unos de los calabozos – uno de los ancianos Phenex comentó – Con eso debe de aprender su lección
¡Es injusto! – replico uno de los Gremory – Lo que hizo fue lo más noble... eso es de admirarse
Sin embargo... no podemos permitir que ande a sus anchas – el más viejo de los Phenex habló tranquilamente – Que pasa si esto es el detonante de una revuelta... de una nueva guerra civil.
¿Acaso no luchamos contra eso en el pasado? – Asteria habló tras mucho rato callada – Los demonios antiguos abusaron de su posición por mucho tiempo, cansando a los oprimidos... lo que veo aquí es lo mismo que antaño.
Eso no tiene que ver – Reval se unió a la discusión – Ahora tenemos una democracia, los demonios reencarnados tienen suficientes derechos como para tener una vida digna.
¿Vida digna? – la pelirroja miro directamente a su homologo Phenex – Si tu descendiente las trata como prostitutas... ¿O estoy equivocada?
Ellas acceden ante su amabilidad – el hombre contra argumentó con una sonrisa – Te recuerdo que Zeoticus también tiene un harem.
No puedo negarlo... – con un suspiro de derrota la anciana mujer le cedió la victoria – Pero quieren castigar a alguien que claramente salvó a una Phenex...
La sonrisa en el rostro de Asteria era más que evidente, pues sacó a relucir que Ravel estuvo en peligro al momento de que su hermano estuvo a punto de atacarla.
Realmente no hubo riesgo alguno – otro de los ancianos habló – Estaba dentro de un tablero de juegos...
Juego que se volvió invalido al momento de intervenir – el silencio se volvió presente – Con eso los daños se vuelven reales... pero olvidan convenientemente eso... – la anciana Gremory miró fijamente a los Phenex – Pudo haber sufrido un gran trauma emocional que afectara su regeneración – Asteria continuó hablando – Técnicamente convirtiéndola en un despojo ante sus ojos.
La incómoda verdad había salido a la luz, el consejo de ancianos de los Phenex decidió guardar silencio, preocupados por mantener una imagen impecable, derivado más que nada de la presión de varias familias "antiguas" que buscaban mantener cierto estatus dentro del actual gobierno.
¿Entonces que sugieres? – fue la pregunta que hizo Reval sorprendió a la propia Asteria – Premiar a este chico por su insolencia.
Dejarlo en paz – la Gremory soltó sin más – Pero para aparentar "fortaleza" lo exiliaremos de la familia Gremory...
Ahora un profundo y denso silencio inundó la sala, ¿Cómo era posible que sugiriera algo así?; fue cuando la sonrisa de la anciana mujer se tornó fría y calculadora.
También Ravel-chan debe de ser castigada por interrumpir un rating game "oficial" – todos los ancianos sudaron frío tras ver el rostro de Asteria.
Justo a espaldas de ellos, se llevaba a cabo otro enfrentamiento donde la situación estaba mucho peor de lo que pudiesen imaginar.
¡COMO SE TE OCURRE SUGERIR TALES COSAS! – la voz de Rias resonó por toda la sala - ¡EN PRIMER LUGAR ES MI PEON!
¡PERO YO SOY TU ESPOSO! – Riser alzó la voz tratando de imponer una autoridad - ¡LO QUE HIZO ES IMPERDONABLE!
¡¿IMPERDONABLE?! – la joven pelirroja se mostró contrariada - ¡LO HIZO POR AMOR! ¡POR LEALTAD HACIA A MÍ! – la jovencita dio un paso adelante - ¡ALGO QUE DUDO QUE TENGAS EN CONSIDERACIÓN!
¡SOY TAN LEAL COMO CUALQUIERA! – el propio rubio empezó a encolerizarse - ¡¿ACASO NO DEJÉ APARTE A MI HAREM PARA ESTAR SÓLO CONTIGO?! – la pelirroja parpadeó un par de veces - ¡¿ACASO NO HE CUMPLIDO CADA CAPRICHO TUYO O DE TUS SIERVOS?! – Riser tomó de la muñeca a su esposa - ¡¿Acaso no he satisfecho cada demanda de tus padres?!
En toda esa semana, Riser Phenex había actuado de una forma "ejemplar" por así decirlo, pues muchos esperaran a un pedante o arrogante joven que sólo saciaría sus deseos no sólo con ella, sino también con las tres chicas que estaban bajo el mando de Rias; pero contra todo pronóstico no fue así. Claro que demandaba las atenciones de ella como debía ser ahora que eran marido y mujer; para desagrado de la última, pues no compaginaba todavía con la idea de pertenecerle hasta el final de sus existencias.
Gracias a eso había decidido tolerar su presencia, pero que sacara a la luz que Issei debía de ser castigado sacó lo peor de la propia Princesa de la Ruina Carmesí.
Lo que ella no comprendía debido a su aislamiento autoimpuesto, era el hervidero de rumores que se generaron tras el fallido intento del Sekiryuutei para cambiar su destino; rumores que llegaban a los oídos de Riser quien buscó acallarlos de una manera cortante y directa.
Esos rumores hablaban de la "debilidad" que los demonios nobles estaban adquiriendo tras darles más beneficios a los demonios reencarnados. Y eso no podía permitirlo...
Irina tuvo que guardar la calma, mientras sostenía la mirada hacia Mordred, cuando repentinamente el amartillar de un arma se escuchó tras de ella, seguido de una detonación y finalmente de un duro impacto contra metal. Uno de los exorcistas renegados disparó a la espalda de la castaña, aprovechando el hecho de que estaba distraída por la escena que la rubia había armado.
Tenían que aprovecharlo, por suerte para la portadora de Excalibur Mimic, Issei nunca dejó estar en alerta ante tantos enemigos. Así que logró interponerse entre el disparo a traición usando su Boosted Gear como escudo improvisado.
Irina-chan – el tono suave y serio que empleó en peón de Ravel hizo sonrojar a la mencionada - ¿Crees que podemos dejar esta discusión para después?
Con un ligero asentimiento, la propia exorcista se volvió a colocar en posición de espalda con espalda junto a su amigo de la infancia, Mordred se levantó de su lugar y dio un gran salto; colocándose muy cerca de ellos.
¿Les parece si me les uno? – la rubia preguntó con algo de curiosidad – Estoy un poco aburrida...
Eso debiste de preguntar desde un principio – Irina respondió de forma despectiva – No esa cosa absurda que declaraste...
Ya, ya... – Issei intervino evitando que ocurriera otra pelea - Mordred-san... ¿Verdad?
Puedes decirme como gustes – la chica miró de soslayo al castaño – Darling...
Aquel descarado coqueteo no pasó desapercibido por los dos adolescentes mayores, una murmuró un par de insultos y el otro se limitó a reír torpemente, sin mediar una palabra entre ellos tres; se lanzaron a la batalla. El pequeño cuerpo de la rubia salió disparado hacia adelante, manteniendo el agarre de su espada se acercó al que estaba más próximo, alzó su arma y la bajó con bestial fuerza, el aire que emanó del movimiento fue suficiente para hacer volar a dos hombres mucho más pesados que ella.
Ese simple acto fue suficiente para sorprender tanto al demonio reencarnado como a la portadora del fragmento de Excalibur, Issei también se abalanzó contra otro exorcista, colocando ambas manos en una evidente postura de boxeo, aquel hombre preparó su espada de luz para cortar al castaño, pero el chico se movió lo más rápido que pudo tratando de evitar cualquier acción de su enemigo.
Golpeo con fuerza el hombro del exorcista, haciendo que soltara su arma por el impacto y diera un par de pasos; el joven acortó la distancia tratando de evitar que se recuperara, dos golpes rápidos fueron suficientes para finiquitar a ese oponente, quien cayó como tronco al suelo. Otro de los exorcistas apuntó su pistola en dirección del Sekiryuutei, aprovechando de que tenía un tiro limpio al rostro del chico. Una oportunidad que debía de desaprovechar, sin embargo; alguien más notó sus intenciones. La hoja plateada de la espada cayó con brutal rapidez, aquel hombre ni siquiera notó cuando la mano que empuñaba el arma había sido separada de su antebrazo, sólo cuando esta cayó al suelo y le alertó con el sonido que hizo.
Mordred sonreía con malicia, cuando repentinamente un grito provino del exorcista amputado; sin mostrar ninguna compasión le pateo en la base del estómago mandándolo a volar unos metros. Por el rabillo de su ojo izquierdo se percató de que otro intentaba hacer lo mismo. Aprovechar un aparente punto ciego y dispararle a quemarropa. Con el brazo que no sostenía su espada, tomó una de las sillas más cercanas a ella, lanzándola en dirección de su atacante. Ver como la pequeña rubia hacía gala de una enorme fuerza descolocó por completo al grupo de exorcistas, pero la impresión no quedó allí, tanto Irina como Issei se detuvieron un momento para procesar la información.
¡Tch, Tch, Tch! – Mordred movía juguetonamente su dedo indicie – No es bueno atacar por la espalda.
El grupo sintió recorrer un escalofrío por el tono jovial y desenfadado que usaba la jovencita; sin embargo, sus ojos reflejaban la potencial violencia que era capaz de ejecutar sin ninguna restricción. Irina negó con la cabeza, pero sonrió ya que esa distracción era oro puro. Blandió su fragmento de Excalibur con maestría, mientras se movía entre el grupo desorientado de exorcistas, aquella acción no pasó desapercibida por la propia Mordred quien silbó en señal de respeto por la castaña. A pesar de que sus números eran mayores en comparación al trio que atacaban, su osadía no lo era. Y eso quedaba demostrado cuando uno a uno caían ante las heridas y golpes propinados por la portadora de aquel fragmento, Issei por su parte hacía lo mismo, golpeando con fuerza a aquellos que lograban esquivar los embates de su amiga de la infancia.
Ambos sintieron que esa clase de situación era repetitiva, fue cuando su mente evocó un recuerdo del pasado, siendo niños se metieron en una pelea contra otros chicos que buscaban molestarlos sólo por diversión, en ese momento demostraron que no eran débiles y a pesar del regaño que tuvieron al regresar a sus casas todos sucios; la sonrisa de satisfacción les duró por mucho tiempo.
Misma sonrisa que adornaba sus rostros en ese momento, lentamente sus cuerpos empezaban a recordar la coordinación que tuvieron esa vez. Cada atacante que Irina dejaba de lado terminaba cerca del sekiryuutei para ser recibido por sus puños, lo mismo pasaba con aquellos que tomaban distancia del demonio reencarnado, cayendo ante el metal de la exorcista anglicana. Los menos afortunados terminaban encarando a Mordred quien sin miramientos los acababa de forma rápida.
No pasó mucho antes de que los exorcistas renegados se dieran cuenta de que todo se les fue de las manos, sin siquiera gritar retirada huyeron de la misma forma en que aparecieron. Dejando al trio de jóvenes confundidos por la repentina huida del numeroso grupo.
Se sentía desorientada, la repentina somnolencia que le invadió fue extraña; Aika se reincorporaba con cierta dificultad se había quedado dormida apenas daba el primer paso fuera del baño, se alegró de que en su desvanecimiento no se golpeara fuertemente con el piso. Aun así, podía sentir un poco de dolor en uno de sus brazos, caminó vacilante pues estaba temerosa de que aquel extraño episodio ocurriera de nuevo. No quería que Irina se preocupara por ella y mucho menos que Issei se enterara de ello.
¿Estaré enferma y apenas me doy cuenta? – se preguntó con algo de preocupación – Sería el colmo de la mala suerte.
Ante un posible escenario propio de una novela trágica, la joven castaña trató de negar ese tren pensamientos, era cierto que muchos padecimientos tardaban años en das señales de complicaciones; pero ella era muy cuidadosa con su salud. Estando sola la mayor parte del tiempo era algo demasiado importante para ella.
¡Ánimo Aika! – se dio ánimos mientras empezó a caminar con normalidad - ¡No seas demasiado pesimista!
Se palmeó las mejillas tratando de mejorar su humor, notando que algunas personas murmuraban cosas "¿Me quedé dormida?" "Esto es extraño"; prestó un poco de atención a sus alrededores, pues este extraño incidente debería de ser investigado por su club, pues si era algo extraño ellos buscarían la verdad. Sonrió apresurando su paso, ignorando por completo los pensamientos que tuvo hace algunos instantes. Pronto su andar le llevó hasta el lugar donde se encontraba Irina, eso acrecentó su sonrisa, pero se desvaneció cuando notó la peculiar escena que se desarrollaba frente a ella. Allí estaba su compañero de club, pero también estaba una rubia jovencita desconocida que por breves momentos pensó que era Ravel, pero esta chica estaba vestida de manera atrevida y rodeaba con sus brazos el cuello del castaño. Sintiendo una punzada en el pecho se acercó con cuidado, notando que la propia portadora del fragmento de Excalibur tenía un semblante de molestia.
¿Qué había pasado para que Irina estuviera enojada?
Minutos atrás, el trio de jóvenes mostraba cautela pues la repentina huida de sus atacantes era algo que no podían tomar a la ligera, Mordred incluso notó que la mano que cercenó con anterioridad fue tomada por su dueño. En serio eran cautelosos, pues con ello podían rastrearlos hasta su guarida, sonrió socarronamente para volverse en dirección de sus "aliados". Irina apuntó su espada en dirección de la rubia, sus ojos estaban clavados en ella; mostrando la hostilidad propia a un enemigo. Eso sacó un sonoro suspiro a la miembro de la casa Pendragón. ¿Cómo culparla de su desconfianza?
Por otro lado, Issei también mostraba algo de cautela, sin embargo, sus ojos reflejaban curiosidad contrastando a las orbes amatistas de su amiga de la infancia.
¿Podrías bajar tu espada? – Mordred comentó con tranquilidad – Pues notarás que les ayudé con esos perdedores
No puedo fiarme de ti – repuso Irina con aspereza – Eres demasiado sospechosa
Vaya… no confías en mí, pero si en el chico – una sonrisa picarona adornaba el rostro de la rubia - ¿Acaso no sabes que es un demonio?
Eso no importa, de momento somos aliados – la castaña de pelo largo apretaba más el agarre de su espada – si bajas tu espada podría considerar una tregua.
Okay… Okay… - un círculo mágico apareció a un costado de la pequeña jovencita – Guardaré mi arma, ¿Con eso estamos bien?
Lentamente el arma se desvanecía dentro de aquella dimensión de bolsillo, Irina prestó atención al grabado del mismo, identificando rápidamente el emblema de la casa Pendragon, cuando por fin no sintió alguna amenaza, la propia enviada de la iglesia transformó su espada en un listón y lo ató cuidadosamente en su muñeca. El chico respiró hondamente para después tener un sobresaltó cuando su espacio personal fue invadido por Mordred, el demonio reencarnado no pudo evitar como los ojos curiosos de su inesperada aliada, estaban fijos en los suyos, pero tampoco el discreto escote que se asomaba a través de ese top blanco. El rubor en sus mejillas se manifestó rápidamente, que fue incapaz de ocultarlo.
Pervertido – susurró Irina con fastidio
Inocente – fue lo que dijo Mordred con ternura – En verdad no eres mi tipo… pero tu aroma, no… tu presencia me encanta…
Sin ningún miramiento se abalanzó hacia el rodeándolo con sus delgados brazos, Issei se sintió abrumado, su corazón se aceleraba al notar como sus discretos pechos se presionaban contra su caja torácica, incluso pudo distinguir lo excitada que se encontraba Mordred por sólo abrazarlo. Para después plantarle un profundo beso, Irina quiso gritar ante la profana acción de la precoz jovencita, pero hacer una escena era lo peor que podía hacer en esos momentos, el castaño por su parte degustó lo que quedaba de aquella malteada y hamburguesa que había comido Mordred; debería de disgustarle, pero adquiría un extraño dulzor que no pudo evitar sentir placentero. El chico reaccionó de una forma impropia, separándose violentamente de la chica, pero esta se mantenía aferrada a él por su desmedida fuerza. En ese instante Aika arribaba al lugar donde estaban.
Con solo su presencia fue suficiente para que la joven miembro de la casa Pendragon se alejara del castaño.
Tenemos visitas – comentó la chica aun con un ligero rubor en su rostro – Lo que significa que debo retirarme… Issei ¿Verdad? – Mordred se acercó al oído del Sekiryuutei – Deberías de ocultar tu sacred gear, no querrás que ella descubra este mundo.
Guiño uno de sus ojos, lo que dejo una impresión de coquetería en la memoria del castaño, tras un par de pasos desapareció en la multitud que se recuperaba a su alrededor. Acató la sugerencia sin reparo, haciendo desaparecer aquella reliquia de la cual era dueño, los ojos ambarinos de su compañera estaban fijos en él; Issei encararía lo que tuviera que pasar, pero la castaña sólo sonrió mientras sacaba su celular de su bolso.
Ejem… - la chica se aclaró la garganta – Policía, quisiera denunciar a un pederasta.
La puerta de su habitación de abrió de golpe y la única reacción de su ocupante fue alzar una ceja; demostrando con ello que no se sentía intimidada por el semblante furioso de su "esposo", con una sonrisa bastante hipócrita se paró de su asiento para recibirle.
Riser – Rias hablaba con una voz extrañamente melodiosa – Veo que regresaste, ¿Cómo fue tu visita a la casa de tus padres?
No fue el enunciado en sí lo que avivó aún más la ira del joven Phenex, sino el modo en que cada una de las palabras salieron de su boca. Notaba la burla en ellos, una forma declarada de desafió. Mismo que saboreo hacía ya un par de semanas. Camino rápidamente hasta llegar donde se encontraba la pelirroja, la cual nunca dejó de lado su socarrona sonrisa, una vez que estuvieron frente a frente; el demonio noble le tomó de los hombros para después arrojarle contra la cama. La violencia del acto debía de ser suficiente para intimidarla, pero ese y cada uno de los movimientos que seguirían estaban dentro de los cálculos de la próxima líder de la casa Gremory.
Veo que no fue placentero – se respondió la pelirroja mientras estaba boca arriba en su cama - ¿Qué fue lo que te molestó?
Sus ojos vieron como su "adorado" cónyuge se colocaba sobre ella, los azules ojos de Riser brillaban amenazadoramente haciendo que la sonrisa de la jovencita desapareciera de repente, ¿Quizás estaba obteniendo el resultado deseado? Pensó el joven rubio.
Tal vez fue el hecho de que tu hermana está en el mundo humano – Rias comentaba en un tono frío y áspero – O quizás de que su nuevo peón es el actual Sekiryuutei
Las fuertes manos del hombre apresaron el frágil cuello de la pelirroja, apretando lentamente, tratando de ventilar la frustración se acumulaba en cada fibra de su ser, necesitaba sentir que estaba en control de todo, esa era su naturaleza propia de él. Cuando se acostaba con alguna de sus "chicas" a veces so volvía un tanto brusco, elevando su excitación al ver el miedo apoderarse de cada una de ellas, claro nunca llegaba a un extremo que lastimara realmente o dejara una marca traumatizante, pues aquel juego de roles también les funcionaba a ellas. Pero en este preciso momento no había connotación sexual, en realidad quería imponerse ante su mujer. Recordarle que le pertenecía solo a él y que sus acciones tendrían consecuencias.
Él era un rey, pero también lo era ella, donde imperaba la violencia sólo la calma saldría victoriosa y con un suave movimiento; la mano de la Rias Gremory toco la mejilla de Riser, lo que siguió fue sólo dolor, uno punzante y agudo que hizo que el joven se separara de su mujer, la carne de su rostro era carcomida lentamente, con un elegante movimiento se sentó en la cama, mientras que la mano que utilizó para aquella caricia estaba cargada de poder demoniaco.
Rias había utilizado su "poder de la destrucción" de forma magistral, sus ojos aquamarina le miraba con frialdad absoluta, pero su rostro estaba imperturbable.
Que sea la última vez que me pones una mano encima – las palabras de Rias estaban cargadas de autoridad – Serás mi esposo, pero no toleraré otra acción similar.
Tuvo un trago amargo jamás había visto ese aspecto de ella, su poder de regeneración actuó curando la herida con rapidez, pero el dolor se mantuvo presente, la joven se levantó de donde estaba, arregló un poco sus ropas y sin siquiera darse la vuelta dejó la habitación en total silencio. El hombre se quedó parado allí, en completa soledad. Y en un arrebato de ira golpeo la pared detrás de él, pues por primera vez se sintió humillado.
El camino fue largo y silencioso; misteriosamente no se encontró con nadie, ni con los sirvientes de trabajaban en la casa y mucho menos con sus queridísima "familia". Pues si la hubieran visto se habrían asustado por la expresión que tenía. Se detuvo en uno de los jardines que rodeaban la mansión, lleno de hermosas flores de distintas especies, todas ellas traídas de diferentes partes del mundo, tratadas con magia para sobrevivir en un ambiente como el inframundo y que siempre mostraran su belleza de forma perpetua. Allí fue donde por fin se liberó por completo, riendo estruendosamente y con genuina alegría. Continuó riendo hasta que se sintió agotada, el aire le faltaba y sus piernas cedieron, fue en ese momento que alguien interrumpió en ese lugar.
¿Buchou? – Rias se volvió al escuchar la forma en que le llamarón – ¿Sucedió algo bueno?
Con timidez preguntaba Koneko, quien fue atraída por la risa de su ama, Rias notó la curiosidad en los enormes ojos ambarinos de la albina, recordándole los rasgos animales que discretamente poseía la nekoshou. Con un suave movimiento de sus manos limpio las lágrimas de sus ojos, producto de euforia anterior de la que fue presa.
Ven – susurró la joven demonio noble a su torre – Ven…
La invitación estaba hecha, con pasos lentos se acercó la pequeña torre hasta su rey, con un movimiento de sus manos le señalo su regazo para que ella ocupara ese lugar como su asiento, Koneko accedió con tranquilidad, una vez que se acomodó perfectamente, Rias le abrazó con fuerza para sentir un poco el calor que desprendía el cuerpo de su "hermanita menor". Si esa la impresión que sentía por la que alguna vez fue la mascota de la escuela. Nuevamente Koneko volvió a preguntar.
Buchou… ¿Ocurrió algo bueno? – un ligero ronroneo siguió tras esa pregunta
Claro que sucedió algo bueno – repuso quedamente la pelirroja mientras empezó a acariciar el blanco cabello de su torre - Hoy ha sido el mejor día de mi vida.
Una genuina sonrisa adornaba el rostro de la pelirroja, algo que alegró profundamente a la pequeña jovencita sentada en su regazo; pues después de tanto tiempo por fin podía admirarla en todo su esplendor.
Este debía de ser el peor día en su vida, lamentándose en silencio se encontraba Hyodou Issei mientras cargaba una cantidad considerable de bolsas; Aika lo chantajeo con no delatarlo con la policía si absorbía parte de los gastos de las compras, en decir parte se refería a su totalidad. Pudo negarse, pero aquello servía como "compensación" para con su amiga de la infancia. Quien indudablemente le hacía la ley de hielo, reconociendo que la castaña exorcista tenía todo el derecho de hacerlo. Suspiró sonoramente, mientras notaba como sus ganancias de los contratos tendían a esfumarse.
Que mala suerte – comentó el chico de tal forma que haría orgulloso a cierto estudiante con una mano derecha mágica
Pronto un dulce aroma llegó hasta su nariz, Irina sostenía una crepa muy cerca del joven sekiryuutei, cosa que le extrañó y lo demostró parpadeando un par de veces.
Si no quieres, entonces me lo llevo – Issei escucho de parte de su amiga – Anda no te hagas del rogar, que esto ya es difícil para mí.
Gracias – Irina se dio cuenta como el castaño dio un pequeño mordisco – Esta delicioso.
Sonrió levemente, Aika se había adentrado en una de las tiendas dejándolos por unos momentos solos; se trasladaron a una plaza comercial por sugerencia de la pervertida chica, ya que probablemente aquel centro donde se dio el "incidente" se vería envuelto por la intervención de las autoridades y aunque Issei tenía un permiso especial, su compañera de clases no y eso le costaría una visita a la comisaría más cercana para algunas "preguntas" de rutina. Lo que para la chica Kiryuu significaba que llamaran a sus padres, siendo lo último que quería en ese día. El joven castaño degustó el sabor de chocolate con avellanas y un poco de crema; el dulzor era suave eso no pudo evitar sonrojarse ante el recuerdo de su beso robado. Su acompañante se percató de ello por lo que terminó bufando en señal de molestia.
Aleja esos pensamientos de tu mente – comentó ásperamente la jovencita – Dime, Issei… ¿Cómo diste conmigo?
Como respondiendo a la pregunta en lugar del peón de Ravel, la pequeña hada salió del bolsillo para flotar alegremente alrededor de ellos; Irina no pudo ocultar su fascinación ante la curiosa criaturita, miró de soslayo al castaño quien se rascó la cabeza.
No es mía – se apresuró a contestar antes de caer en otro malentendido – Es de kaichou… quiero decir de Sona Sitri
¿Oh? – con cuidado la portadora de Mimic levantó una de sus manos permitiendo a la pequeña hada sentarse en él – Es bonita, lástima que le pertenezca a una demonio
Aquellas palabras no sonaban como un insulto, con cuidado acercó su crepa hasta al familiar de la heredera de los Sitri; quien miro fijamente por unos instantes a la exorcista anglicana. Con una sincera sonrisa, le dio a entender que no había malas intenciones. La castaña rio un poco al saber que su ofrecimiento era aceptado por la pequeña hada y esta comía; incluso encontró tierno el admirar la expresión placentera que ponía al probar aquel sencillo postre.
Supongo que ella también ha sufrido – Issei comentó quedamente – Pobre de ella.
Perdón… ¿Cómo que sufrir? – Irina se encontraba curiosa ante el comentario del chico
Bueno, Sona-san le encanta cocinar postres… pero… - tanto el hada como el sekiryuutei ensombrecieron su expresión – Apesta en ello.
Parpadeó un par de veces confundida, antes de reír; siendo mirada fijamente por el joven castaño y el pequeño familiar. Tras eso pasaron unos momentos en silencio, el familiar de Sona se había retirado para reportarse con su dueña. Un sentimiento de incomodidad le rodeo hasta que Issei se animó a hablar.
Lo siento – el chico habló con profunda sinceridad – Lamento no haberte reconocido al instante.
Supongo… - Irina jugó con sus manos levemente – Que sería difícil… pues parecía un niño en esos días – sonrió con cierta tristeza mientras recordaba su niñez – era un poco tosca y solía correr por todos lados…
Me era difícil seguirte el paso – Issei era arrastrado por la nostalgia – Incluso me molestó que fueras más fuerte que yo, pero me divertía mucho a tu lado
Yo también lo hacía – la castaña se quedó en silencio mostrando cierto nerviosismo - ¿P-Porqué te reencarnaste en demonio?
En realidad, no tuve opción – Irina se sorprendió con la respuesta de su amigo de la infancia – Fue por culpa del ataque de un ángel caído y bueno… no quería morir.
Podía sentir la honestidad provenir del Sekiryuutei, quien mostraba un semblante conflictivo al recordar ese instante donde su corazón fue traicionado por la que fue su primer amor. Suspiró pesadamente para después levantar su vista al cielo.
Ella jugó conmigo, traicionó mis sentimientos como si nada – continuaba relatando el castaño siendo escuchado atentamente – Sabes, la forma en que se reía, el tono de voz… creo que incluso su aroma – Issei endureció su mirada – Creo que todo está grabado en mi mente, fue cuando B… no Rias-san apareció, dándome la oportunidad de volver a la vida – Irina miraba con pesar al chico a su lado - Supongo que acepté, fui su sirviente por poco tiempo… pero… no… olvídalo
¿Qué sucedió después? – el sekiryuutei se volvió levemente prestando atención a la chica que estaba a su lado
Le fallé no una, sino dos veces… perdimos un rating game… y ella terminó casándose con otro demonio noble – respondió secamente ante la incredulidad de la chica – Incluso intenté intervenir en su boda… sólo para volver a fracasar – los ojos avellana del joven Sekiryuutei se apagaron un poco – Debes de ser sorprendente que sea todo un perdedor… Ravel-chan… ella… pues decidió ser mi nueva ama… y aquí estoy ahora…
No eres un perdedor – Irina habló quedamente - ¡NO ERES UN PERDEDOR!
Irina – Issei se preocupó ante el desplante de su amiga
¡NO ERES UN PERDEDOR! – continuaba la chica - ¡PORQUE NO TE HAS DADO POR VENCIDO!... ¡NO COMO YO!
Debía de admitir que el lugar tenía un ambiente agradable, era discreto e invitaba a la relajación. Cuando Antonietta apareció justo a la hora del almuerzo se sorprendió muchísimo, pues era algo que no se esperaba. Ruval Phenex había aceptado su petición para reunirse con ella, por lo que Sona se apresuró a su encuentro; si el actual líder de la familia Phenex poseía la mitad de la arrogancia de su hermano menor, comprendería un lugar ostentoso, pero se llevó la agradable impresión de que no era así. Como era algo extraoficial, el joven hombre decidió por adelantado el lugar donde se reunirían. Por lo que ese modesto restaurante era el indicado.
Ruval iba vestido con un traje sencillo, su cabello perfectamente peinado hacia atrás y portaba unos lentes muy parecidos a lo de la joven heredera de los Sitri. A primera vista daba la imagen de algún ejecutivo de una compañía prestigiosa, cuando sus miradas se encontraron rápidamente se levantó de su asiento y procedió a ayudarle a sentarse. Se mantuvieron en silencio por breves momentos y fue la joven pelinegra quien inició con la conversación.
Lord Phenex – Sona habló con mucho respeto – Me alegro que haya aceptado mi petición
No se preocupe, Sona-san – respondía el demonio noble con tranquilidad – De hecho esperaba esto desde hace días – levantó una de sus manos llamando la atención de un camarero – Déjeme invitarle algo de almorzar, como muestra de mi gratitud por atender el capricho de la pequeña Ravel
La joven heredera asintió ante amabilidad del joven hombre, pronto frente a ellos estaban las cartas de aquel local, se dio cuenta que los precios eran modestos, pero a juzgar por las mesas aledañas, la comida parecía ser de primera. Tras ordenar algo, Ruval continuó con la conversación.
Admito que cuando ella apareció ese día nos dejó a todos sin habla – comenzaba a relatar el líder de la casa Phenex – Hacer esa clase de solicitudes fue algo inesperado pero de alguna forma reconfortante – Sona miraba fijamente al joven rubio – Pues por primera vez veía por ella misma, sabes la educación de mi dulce hermana fue como la del resto.
Convertirse en una perfecta esposa – agregó seriamente la heredera de la casa Sitri – Yo también pasé por eso y lo entiendo perfectamente
Exacto, Ravel nunca conoció más allá de lo se le permitía – el camarero le entrego una copa de cristal en la cual vertió un poco de vino – Las mujeres en las casa nobles tienen menor privilegios que nosotros los varones – tomo la copa con sumo cuidado y la giró varias veces – Es algo reprobable, pues siento que tienen las misma posibilidades de destacar en la sociedad.
No puedo negar sus palabras – le propia presidenta del consejo tomaba como ciertas las afirmaciones del líder de la casa Phenex – Poco a poco esa distinción se esta desvaneciendo
Y todo es gracias a tu generación – agregó Ruval – Ustedes son el cambio que se necesita en el mundo demoniaco, por eso te agradezco que cuides de mi hermana – dio un pequeño sorbo para degustar la bebida que le ofrecieron – Ahora pasemos al motivo de nuestra reunión.
De acuerdo, creo que debe de saber que Kuoh probablemente se convertirá en una zona de conflicto – el líder de la casa Phenex asintió – Pues acabo de confirmar que hay fuerzas que se están moviendo a espaldas mías.
Tengo conocimiento acerca de la crisis de la iglesia – el semblante de Ruval se endureció – "Los fragmentos de Excalibur", es algo muy delicado
Sí y mucho; por lo que necesito saber su postura acerca de su hermana y que se involucre en esto – la joven líder del grupo Sitri miraba con la misma dureza que el líder de la casa Phenex – Ya que puede haber complicaciones.
El hombre cerró sus ojos, meditando cada palabra que Sona le dijo; era una cuestión delicada. Ya que la frágil paz que ahora gozaban pendía de un hilo, obviamente Ravel se sentiría culpable pues ella era el motivo de que la ciudad tenía una administradora ausente.
Una parte de mí quiere tomarla de vuelta y mantenerla a salvo – respondió Ruval secamente – Pero, creo en el buen juicio de Ravel
La confianza que mostraba la mirada del joven demonio abrumó por completo a Sona, pues siendo su hermano mayor guardaba grandes expectativas hacia su hermana menor, un deja vú se dio lugar. Pues estar frente al líder de la casa Phenex era como mirar a su propia hermana mayor. Eso le sacó una sonrisa, bajo su mirada un tanto apenada.
Sabe, me recuerda mucho a mi hermana – repuso la jovencita con algo de vergüenza – Creo que todos los hermanos mayores deben de pensar igual.
Tengo dos hermanos… pero Ravel es especial – Ruval sonrió a la par con Sona – Ella es la princesa de nuestra familia y mis sentimientos son iguales con el resto de mi familia.
¿Incluso Riser? – la pregunta hizo que el joven rubio se sorprendiera un poco
Incluso él… - el líder de la casa miró su copa con pesar – Él es demasiado sobre protector con ella, quizás no lo sepas pero Ravel "era" muy unida a él – comentaba Ruval con melancolía – Era su héroe y quizás su ideal de hombre… varias veces afirmaba que se casaría con él – Sona mantuvo silencio – Conociendo lo torcido que es el consejo de ancianos, no dudaría que aprobarían eso – los ojos del líder de la casa se volvieron fríos – Supongo que tomara al Sekiryuutei y venir a este lugar fue una forma de rebelarse contra ellos.
Entiendo – la joven demonio noble sopeso sus opciones – Así como usted ha afirmado también confiaré en el buen juicio de Phenex-san y haré todo a mi alcance para protegerla.
Me alivia escuchar esas palabras – Ruval sonrió modestamente – Pero me gustaría pedirle otra cosa más.
Pida lo que quiera – Sona mantuvo la seriedad en su rostro
Por favor… – el joven líder mantenía el buen ánimo – Conviértase en una buena amiga para mi hermana.
Su grito de dolor hizo estremecer a sus acompañantes, quienes miraron impotentes como aquel desafortunado caía pesadamente al suelo; pues había sido decapitado sin misericordia. Mientras que su verdugo respiraba hondamente tratando de calmar la creciente hostilidad que sentía contra el grupo que estaba frente a él.
Vamos a ver – comenzaba aquella persona mientras agitaba tranquilamente una espada – La misión era de lo más simple… mataban a la anglicana y tomaban a Excalibur Mimic… ¿Verdad?
El silencio del grupo que se mantenía arrodillado era la única respuesta que recibiría de parte de ellos, miró de forma despectiva a los hombres y mujeres que mantenían la cabeza gacha, temerosos de encarar su frios ojos. De la nada tomó del cabello a uno de ellos, con brutalidad le hizo que le mirarse fijamente.
Entonces… ¿Por qué regresaron sin nada? – el hombre golpeteo un par de veces al rostro de su infortunada víctima con el canto de su arma – Responde… p-o-r f-a-v-o-r… ¿Sí?
T-Tuvimos c-complicaciones – respondía torpemente ante la pregunta que se le hacía – Eran muy fuertes…
Un pusilánime peón y una caliente rubia – una sonrisa cruel adornaba las facciones de aquel sujeto – Muy fuertes… ¿Uy sí?
Con sadismo proyecto el rostro de la persona que sostenía, aquello fue suficiente para que su nariz y dientes reventaran por completo; pronto aquel hombre se ahogaba en su propia sangre, pero no terminó allí continúo repitiendo la acción hasta que la persona dejó de respirar o gemir del dolor. Soltó el cuerpo sin vida como si fuese algo sin importancia, aquella persona que cuestionaba al grupo dio una respiración profunda, se arregló un poco su ropa, la cual se estropeo un poco por los bruscos movimientos que hizo al "castigar" la ineficiencia de aquel sujeto.
Como saben… nuestra operación es muy importante – comenzó a agregar mientras caminaba alrededor del numeroso grupo – Fallas como esta, comprometen el éxito de nuestra empresa… por lo que los errores se pagan muy caro – un escalofrío recorrió por cada una de las espaldas de los que escuchaban atentamente – pero como estoy de buen humor… pasaré por alto todo, pues estamos limitados de personal… así que…
De entre sus ropas, sacó una pistola, la revisó con detenimiento notando que tenía el cargador lleno y una bala en la recamara; con un movimiento sutil saco la mitad de la munición para después depositar el arma frente al grupo.
Hay doce de ustedes y aquí hay seis balas – comentaba casualmente aquel hombre – Por lo que saldré a unos momentos y cuando regrese… espero encontrar seis cadáveres… ¿me di a entender?
Con un andar tranquilo, avanzó hasta la salida de la habitación, una vez que cerró la puerta tras de sí; pudo escuchar cómo se armó un alboroto que duró hasta que se dieron las seis detonaciones, el desalmado hombre miró a uno los miembros de su grupo quien se encargaba de custodiar la entrada con un simple movimiento de su cabeza señaló el curso de acción. Un leve asentimiento del guardia dio a entender que comprendía sus órdenes, sacó su propia arma y la amartilló; pasó de largo de su "superior" para adentrarse en la habitación.
Nuevas detonaciones se dieron lugar hasta que nuevamente sólo se podía percibir el silencio, con una sonrisa en su rostro comenzó a caminar entre los pasillos. Hasta que dio una habitación en particular. Con leves golpes a la puerta hizo saber su presencia y sin esperar el permiso para entrar, irrumpió en la habitación.
Jefe, tengo el reporte del grupo – comentaba juguetonamente llamando la atención del único ocupante de aquel lugar – Lamento informar que fracasamos, pero no se preocupe… castigué a los tarados y ya pensaré en un plan.
El hombre suspiró pesadamente, volviéndose para encarar a aquel sádico sujeto; sus ojos mostraban un poco de curiosidad; mientras que negó con la cabeza al notar el buen humor de su acompañante.
De acuerdo – respondió la persona ante las noticias que recibió – Lo dejaré a tu criterio
¡Ok, jefe! – con burla saludó de forma marcial ante la negación de su "jefe" - ¿Puedo sacar al perro a pasear?
La pregunta parecía extraña a las personas ajenas a ellos dos, pero sin embargo encerraba más de lo que aparentaba, el "jefe" se cruzó de brazos meditando un poco hasta que tomó una decisión.
Todavía es inestable – el "sádico" prestaba atención a su "jefe" – Pero tienes mi permiso…
Gracias, jefe – empezando a silbar alegremente salió de la habitación – Ya necesita tomar aire fresco, sino se nos muere de aburrimiento.
Se preguntaba cómo era posible congeniar con ese sujeto, era demasiado impredecible para el resto; quizás ese era el encanto que poseía y lo que lo motivó a pedirle que se uniera, ambos compartían el extraño gusto por dolor y más si este provenía de los conflictos. Él se convirtió en algo más que un simple subordinado, casi podría decirse que lo consideraba un "amigo", camino un poco hasta sentarse cómodamente en un sofá, recargándose para admirar el cielo del exterior a través de una discreta ventana. Pronto caería la noche y tal parecía que el habría buen clima.
Eso le ponía de buen humor, pues sería capaz de admirar la bóveda celeste en todo su esplendor, ya que para él era lo más hermoso del mundo. No por nada estaba vinculado aquel enigmático paisaje.
Un poco más – comentó para sí mismo mientras se perdía en sus pensamientos – Un poco más y tendré entre mis manos la "llave" que necesito…
Cerró sus ojos lentamente, mientras continuaba repitiendo… "Un poco más".
La puerta se abrió con lentitud, pero no pasó desapercibido por la única persona que se encontraba allí, Issei se asomó para mirar adentró y encontrarse con algo que le tomó desprevenido. Estaba parada casualmente, su cabello levemente mojado con una toalla enredada en su bien formado cuerpo, pudo percibir que se había bañado recientemente, pues un poco de vapor se desprendía de la piel expuesta. Se quedó parado allí, pasó un minuto, luego otro y otro más. Pero la reacción que esperaba nunca se dio.
Con cortesía la jovencita se inclinó recibiendo al castaño como si nada hubiese ocurrido.
Hyodou Issei – habló Xenovia con total calma – Bienvenido, Ravel-san esta bañándose, si me das algo de tiempo para ponerme presentable…
D-De acuerdo… esperaré sentado en la sala – el chico se encontraba levemente ofuscado – Tómate el tiempo necesario.
Con paso errático se dirigió al lugar que habia dicho, los ojos ambarinos de la joven peliazul le siguieron con tranquilidad pudiendo escuchar levemente los murmullos que profirió el Sekiryuutei. "Pensé que gritaría pervertido… o peor que me golpearía".
Incapaz de entender a que se refería, la enviada de la iglesia se dio la vuelta para ponerse más presentable. Sentarse pesadamente fue la mejor manera de reflejar el estado mental del chico, se sentía una mierda por dentro, parcialmente la culpa recaía en su amiga de la infancia. Tratar con ella se estaba volviendo una empresa difícil, recargó su cabeza en el respaldo del mueble para rememorar lo anteriormente vivido.
No te has dado por vencido – susurró Irina mientras recargaba su cabeza contra el pecho del castaño – Todavía tienes algo porque vivir… y aunque me duele aceptarlo del todo.
Irina – el chico no sabía cómo reaccionar ante esa situación
¿Cómo está Xenovia? – pregunto la jovencita sin levantar su rostro
Cuando me fui, estaba dormida – Issei bajo un poco la mirada – Se quedó en el departamento de Ravel-chan
Espero por breves segundos alguna clase de reacción negativa de parte de la portadora de Excalibur Mimic, pero no hubo nada que le indicase si le molestaba que su compañera tuviera asilo en el hogar de un demonio.
Ya veo – Irina se separó de Issei, rápidamente se dio la vuelta evitando que el chico el mirase – Creo que es lo mejor por ahora… no tengo estómago para estar bajo el mismo techo con ella.
Irina hay algo que quiero decirte – el joven intento acercarse a ella – es sobre lo qué pasó en la escuela…
Olvídalo – Irina zanjó el asunto de golpe – No hay nada que hacer…
Estuvo a punto de refutar sus palabras cuando regresó Aika con un par de bolsas, la alegría que transmitía la jovencita de anteojos fue suficiente para disipar un poco el ambiente pesado que les rodeaba de momento.
¡Irina encontré un par de cosas que te gustarán! – la mencionada se limpió discretamente los ojos para volverse a su amiga - ¡Anda mi pequeño esclavo ten más cosas que cargar!
Issei cerró sus ojos tratando de calmar las emociones que tenía aprisionadas dentro de sí mismo. Respiró hondamente y acató la petición de su compañera de la escuela. Continuaron con sus compras hasta que Aika vio que era suficiente, de la nada se detuvieron en su caminar y esta alzó sus manos en dirección del peón de Ravel.
Hasta aquí llegas – Aika movía sus manos indicando que quería parte de la carga que traía Issei – Me gustaría que me acompañaras a mi casa pero… es terreno sagrado para nosotras… así bye
El demonio reencarnado no sabía como reaccionar ante aquello, pero supuso que su compañera sospechaba algo con respecto a él e Irina, sin poder decir nada en contra le dio las bolsas a la chica con anteojos, Irina tomó otra parte y ambas se dispusieron a continuar caminado, Issei se limitó a observar como se iban y estas desaparecieron de su vista con sólo doblar una esquina.
¿Sempai? – una suave vocecita le sacó de sus recuerdos - ¿Ise-sempai?
El chico abrió sus ojos lentamente, encontrándose con la mirada preocupada de Ravel, tal como Xenovia había dicho; la pequeña rubia tenia el cabello húmedo y estaba vestida una forma cómoda, una playera blanca y un pequeño short rosa. Issei debía de admitir que era hermosa en ese conjunto de ropa, se incorporó un poco para saludar debidamente a su ama.
Hola, Ravel-chan – la chica pudo notar el cansancio en su sirviente – Disculpa por irme sin avisar.
Momo-sempai me explicó todo – Ravel se alejó un poco para sentarse frente a su peón - ¿Pudiste hablar con ella?
No como yo quería- Issei bajo la mirada con pesadumbres – Fuimos interrumpidos varias veces
¿Por quien? – la curiosidad se apodero de la joven Phenex
Bien, por Aika – respondió el castaño con algo de gracia – pero también… por algunos exorcistas renegados.
¡Por maou-sama! – Ravel se alarmó ante esa noticias – ¿No te hicieron daño?
Para nada – el sekiryuutei negaba con la cabeza – Mira estoy bien, sólo un poco cansado, ya que tuvimos ayuda…
En esos momentos un sonrojo adornó las mejillas del propio Issei, ya que recordó brevemente la corta interacción que tuvo con Mordred, agitó su cabeza para alejar su ofuscación; aquellas reacciones hicieron que Ravel le mirara con sospechas.
Nos ayudó una extraña… - Issei hizo una pausa – chica… no parecía ser una demonio o un caído, lo que sí creo que no era una humana normal.
La jovencita prestaba atención a su sirviente, al momento que Xenovia llegaba completamente vestida, Issei notó que el atuendo era similar al de su ama, salvo que en distintos colores, tragó un poco antes de continuar hablando.
Era muy fuerte para su tamaño – el chico miró brevemente a su ama – Mas o menos era de tu altura y también estaba su espada
¿Qué clase de espada? - Xenovia mostró un poco de interés en el relato del castaño
Se sentía similar a la espada de Irina – la peliazul asintió un poco – Pero más poderosa.
Probablemente sea una espada sagrada – la enviada de la iglesia se cruzó de brazos resaltando un poco su bien formado busto – Aunque no creo que hayan mandado refuerzos
¿Estas segura? – Ravel miro fijamente a su invitada
Muy segura- repuso la peliazul mientras miro a la demonio noble – Se que existen mas espadas sagradas en el mundo y no todas están bajo el control de la iglesia… puede que esa chica esté relacionada con lo fragmentos
Guardaron silencio, preguntándose que clase de vínculo tenía aquella misteriosa jovencita con el problema que se desarrollaba en la ciudad fue cuando de pronto sonó el celular de Issei.
Sintió nostalgia al momento de poner un pie en ese lugar, un pequeño parque donde solía ir a jugar de niño. Hogar de muchos de sus mejores recuerdos de la infancia y algunos de ellos involucraba a la persona que le citó en ese mismo lugar.
Issei buscó con la mirada a Irina, pues la llamada que recibió de parte de ella le tomó un poco desprevenido. ¿Qué era lo que necesitaba de él a esa hora y lugar?
La encontró sentada en ese viejo columpio, uno que usualmente usaron para competencias de salto, donde siempre perdió contra ella, claro en ese tiempo no le molestaba porque creía que era un chico como él, pero sintió un leve golpe en su orgullo al saber su verdadero género. Camino hasta donde se encontraba, cuando estuvo frente a ella, esperó a que le hablara.
Issei… - Irina se dispuso a hablar - ¿No piensas preguntarme nada?
De alguna forma la propia castaña quería continuar con la conversación que dejaron inconclusa, el joven se acuclilló para mirar de frente a su amiga.
Si quiero hacerlo… - el sekiryuutei toco suavemente uno de los muslos de la castaña - ¿Pero tu quieres responderme?
La portadora de Mimic guardó silencio, para afirmar con la cabeza.
Irina, ¿Todavía quieres que te salve? – aquello tomó por sorpresa a la joven exorcista
¿Qué es lo que…? – los labios de ella empezaron a temblar
Xenovia es realmente mala con la discreción- continuaba el castaño mientras miraba a su amiga – Me contó todo lo que te ha pasado… sobre tu maestra… sobre Sara
Era recibir puñaladas directas al corazón, así lo sentía la propia Irina al saber que Issei estaba enterado de todo, quizás por eso fue en su búsqueda aquella mañana, quiso olvidar lo que gritó el día anterior pero cuando el castaño tocó ese tema; ni hizo mas que darle vueltas al asunto. Tanto que pensó que se volvería loca. Y allí estaba él, ofreciéndole la esperanza que creía había perdido cuando se reencarnó en demonio. Ahora le miraba diferente, saber las condiciones de su transformación pusieron en perspectiva todo en lo que le adoctrinaron.
Lo que ella consideraba "pecadores" o peor aún "traidores de Dios", podrían ser personas que probablemente se aferraban a la vida ante una situación donde la muerte era una de las opciones o fueron convertidos contra su voluntad; pero tampoco podía recriminarle a aquellos que lo hicieron por el simple deseo de cumplir sus anhelos.
Ya que ella, Irina Shidou estaba en la misma situación, buscaba una salvación en medio de oscuridad que le tenía a la deriva. No deseaba nada de parte de alguien que le dio la espalda o ese era el pensamiento que forjó ante la injusticia que su querida Sara sufría. Pero allí estaba un demonio dándole lo que por desesperación necesitaba aferrarse.
Justo cuando iba a responder alguien se atrevió a interrumpirla.
Pero que asco… - una voz se escuchó en la cercanía- ¡Esto es tan emotivo que me dan ganas de vomitar!
Ambos chicos se volvieron ante la persona que hizo aquel comentario ofensivo, encontrándose cara a cara. Issei sentía como su sangre hervía, parándose de donde estaba e instintivamente invocó su sacred gear. Pues la identidad de ese sujeto la conocía muy bien. Su mente repasó imágenes donde su querida Asia sufría de la mano de un sacerdote peligris, mismo que les atacó esa noche mientras intentaron rescatar a la ahora alfil de su antigua ama y como este se despedía con una sonrisa socarrona después de haberse negado a ayudar a la mujer que le asesinó.
Freed – Issei pronunció quedamente siendo escuchado por Irina
El peligris sonrió al ver que el Sekiryuutei no lo había olvidado y eso era bueno; dejar esa clase de impresiones era lo que hacía divertido su trabajo.
Bueno pequeño demonio – el hombre abrió sus brazos por completo - ¿No crees que es una buena noche para morir?
Hola a todos! Si se lo que estarán pensando de cual fume esta vez? Pues nada de ello, sino que alguien preguntó que cuando iba a continuar con esto... bien resulta que ya tenía algo avanzado pero por cuestiones personales pues se quedó varado un rato. Finalmente encontré la inspiración necesaria para completarlo, recuerden esta historia es una ruta "B" de la obra original, donde el interés amoroso recae en otra chica. No pregunten si habrá harem; no estoy muy seguro pues no me dará tiempo para desarrollar algo de la misma magnitud que Left Behind.
Sin más me despido... dejen reviews si quieren, no soy el tipo de autor que condiciona algo por cosas como sus opiniones.