Habían pasado un par de días desde que Coon decidió que encontraran a aquellos sujetos que estaban haciendo destrozos en la ciudad.

Mysterion se encontraba de camino a su hogar, cuando pensó en ir a visitar a un pequeño rubio, y ahí se encontraba, fuera de la ventana de la habitación de Butters Stotch, tocando el vidrio para llamar su atención.

Tras un par de minutos, la ventana fue abierta dejando ver a un pequeño rubio de ojos azul celeste, con una cicatriz en su ojo, llevaba una pijama de corderitos, algo que siempre le había parecido adorable.

—M-Mysterion, ¿qué te trae por aquí ésta noche? —

—Estaba terminando la vigilancia de hoy y quise pasar a verte —

El encapuchado le sonríe enamorado

—el profesor Chaos no ha tenido actividad en la última semana, pero me quería asegurar que estuvieras bien —

Ante la mención del villano, Butters se tensa y le sonríe nerviosamente, cosa que pasa desapercibida por el mayor, quien sólo estaba concentrado en el aura de pureza que irradiaba el rubio más bajo.

—Gracias por preocuparte por mí... pero también deberías ir a visitar a otras personas, no sólo a mi —

—Lo sé, es sólo... algo me hace venir contigo antes que nada —

Dice mientras toma la mano del menor y besa el dorso de ésta; ante la acción, Leopold aparta rápidamente su mano

—L-lo lamento, pero te he dicho que tengo pareja—

—Lo sé, y lo lamento, fue un impulso mío, intentaré que no vuelva a suceder —

Tras decir esto, el héroe sale de la habitación y se aleja del hogar, dejando al pequeño Butters en su habitación, quien, al verlo irse cierra la ventana y sus cortinas, abriendo el armario y moviendo sus juguetes, dejando ver una palanca que abría un túnel secreto.

—Lo siento Mysterion, pero soy el último a quien deberías proteger—