Así concluye esta historia, todo lo que tiene un asterisco tiene una nota al final

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En la sala de urgencias del hospital el Coronel Rudol von Stroheim fue a revisar el estado de algunos de sus soldados sobrevivientes a su anterior encuentro con Kars entonces noto como un grupo de paramédicos corría a una camilla con todo el equipo de reanimación

-Enfermera ¿Qué sucede? – pregunto a una de las chicas que suturaba a un soldado

-¿eso? Un par de tipos salieron de un accidente de auto, ya sabe las carreteras se congelan

-¿accidente de auto?

-Si, uno está mal herido tendrán que amputarle el brazo por la gravedad de las heridas. Fue horrible pareciera que una licuadora le hubiera molido por completo

-¿una licuadora? – Stroheim sospecho que ese ataque le era familiar - ¿y el otro cómo es?

-El otro llego más muerto que vivo ¡yo estaba llenando el formulario del acta de defunción! – contaba ella bastante pálida y sorprendida – entonces alguien le toco y tenía pulso

-¿pulso?

-Si, estaba ya en las ultimas, pero fue que le reanimaran un poco y ya estaba aquí otra vez… dios mío fue increíble, lo que tiene de lindo lo tiene de fuerte – bromeo un poco sonrojada

El coronel Stroheim dejo a un lado a sus soldados, camino rumbo a donde la chica le señalo que estaban los heridos asomándose por una de las ventanillas redondas tan comunes en los quirófanos se encontró con que el tipo al que habían entubado mientras atendían todas las heridas posibles tenía el cabello rubio eso le alivio ya que si el que estuviese allí fuera el inglés cabeza de chorlito la humanidad estaría condenada

-¿saben algo del tipo? – pregunto a un médico que pasaba por el lugar

-El otro se llama Messina, este es de apellido Zeppeli – leyó viendo sus papeles

-¡¿Zeppeli?! – espantado temió lo peor - ¡busquen a la fundación Speedwagon!

-¿eh? – el medico bastante cansado solo le miro incrédulo – no tengo nada en contra del tercer Reich, pero… ¿tienen algo que ver?

-Llame a la fundación Speedwagon – ordeno haciendo uso de sus habilidades de persuasión poco amigables – llamare a mis médicos para que lo salven, solo llame

-S-si – asintió el sujeto bastante amedrentado

Bufo incrédulo al ver como la férrea voluntad de vivir podía ser mayor a lo que esperaba, él fue reconstruido como un Cyborg, pero ver que alguien puede vivir aun cuando ya le estaban dando por cadáver eso es otra cosa

-Al parecer el Hamon no solo tiene grandes propiedades en un uso táctico en combate, leí que tenía grandes propiedades biológicas no es raro que este idiota se salve sin ayuda de mi grandiosa tecnología y eso que es ¡la mejor del mundo!

-¡señor mañana estaremos listos para acabar con ellos!

-Informe completo soldado – ordeno con un gesto

-Están en un hotel abandonado, revisamos la zona, pero ya fue evacuada

-¿heridos?

-Ni idea, ahí escombros y sangre por todas partes

-Bien, contactaremos con ese petrolero de cuarta… por cierto, necesito que envíen al mejor escuadrón médico para ese quirófano de allá – señalo tras el

-¡si señor! – haciendo el saludo militar el soldado se fue a cumplir sus ordenes

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Suzi Q estaba en Venecia por algunas cosas para llevar a la mansión, ahora que estaba sola se sentía aburridísima por lo que decidió comprar pintura y yeso y encargarse personalmente de lagunas reparaciones que eran urgentes desde que cierto par de cabezas de chorlito estaban entrenando allí, estaba tomándose un descanso en una de las cafeterías con vista al porto tomándose un delicioso café de grano importado y una exquisita crema cuando vio como la tacita se desportillo de la nada haciéndole dar escalofríos

-Un mal presagio – suspiro echándose la bendición

La taza directamente se quebró en dos a lo que ella salto de su silla y tomando su rosario entre las manos solo pudo suplicar a todos los santos por el bienestar de los suyos recordando a ACDC

-Ave, o María, piena di grazia, il Signore é con te, tu sei benedetta fra le donne e benedetto é il frutto del tuo seno, Gesú. Santa María, Madre de Dio, prega per noi peccatori…

Una ambulancia llego al puerto a toda carrera, ella apenas se quedó con el cristo en la boca mientras veía con el rabillo del ojo como unos marineros bajaban a un tipo en brazos, la criada no pudo contener su curiosidad y pagando la cuenta a toda velocidad salió derechito a ver junto con los demás curiosos como subían al sujeto a la ambulancia

-¿Qué sucede? – pregunto a un marino que bajaba del barco

-Lo encontramos en medio del océano

-¿Qué? ¡Un náufrago!

-No… ¡cayó del cielo! – explicaba manoteando como loco

-¡¿Qué?!

-Si, lo juro por mi madre. Vimos como una roca se estampo contra el mar y el flotaba como un pescado muerto… el capitán nos ordenó sacarlo con la red

-¿y está vivo? – pregunto más que sorprendida

-Vivísimo aun desmayado y todo le dio un buen puñetazo al maestre Tozzi*

-¿Cómo se puede salir vivo de eso? – pregunto ella más para el universo que para el marino

-Bueno, alguien así de grandulón debe ser un hueso duro de roer – rio el marino

-¿grandulón?

-Si como de casi dos metros, cuando despertó hablo en inglés y no paraba de llamar a un tal Kars… fue raro yo me hubiera preocupado más por el hecho de haber perdido un brazo

-¡Kars! – chillo ella sumando uno más uno

Ella le dio un enorme beso al marino que quedo derretido ante los suaves labios de la hermosa signorina, agradecida solo salió corriendo al hospital más cercano donde obviamente le llevarían

-Buongiorno, necesito saber si alguien llego en ambulancia

-Esto es un hospital – refunfuño con amargura la recepcionista - ¿Qué esperabas?

-Sí, pero es una ambulancia que viene del porto – explico desesperada

-¿usted viene por el manco? – pregunto la chica algo aliviada

-¿manco?

-Si, un extranjero súper cabreado que no paraba de llamar a una tipa y preguntando por la fundación Speedwagon, asumimos que era un aviador accidentado

-¿puedo verlo?

-Si, está en el cuarto piso, lo sedaron para atenderlo… por alguna extraña razón tenía una piraña muerta pegada a la pierna, quemaduras muy graves y quedo manco

-¿dijo su nombre?

-No, buena suerte con eso… esta insoportable

Suzi subió según las indicaciones de la recepcionista y encontrando la puerta donde un médico trataba de vendarle las quemaduras de la pierna al paciente, estaba de espaldas a la puerta, pero ella reconoció de inmediato esa bonita estrella en su fornido hombro que vio tantas veces en la playa mientras espiaba desde alguna ventana, el muchacho siempre fue de buen ver

-¿Jojo? – pregunto interrumpiendo en la habitación

-¿eh? – el hombre alzo la vista y recibiéndola con una radiante sonrisa de alivio

-¡JOJO! – espeto ella corriendo a su encuentro

-¡Suzi! – grito el de igual manera recibiéndole entre sus enormes brazos

Ella estallo en lágrimas, no tenía muy claro que estaba pasando, pero verlo sano y salvo era un gran alivio más bajo las bizarras circunstancias en la que lo habían llevado de regreso a Venecia

-Deberá guardar reposo – explicaba el medico de turno a la joven rubia

-No se preocupe yo le cuidare, bien en cuanto a la fundación Speedwagon…

-Ya contacté con el único número que tengo de ellos, es cuestión de paciencia

-Gracias – la mujer apenas asintió con solemnidad

Ella volvió la vista al grandulón que estaba haciendo pucheros como un niño mimado, contra su voluntad tendría que estar por lo menos unos veinte días hospitalizado aun cuando solo "son heridas leves" ósea si perdió una mano y tiene un par de quemaduras, una costilla rota y la moral por el suelo… bueno si necesitaba el hospital

-Jojo… - ella le llamo con gentileza tomándole del brazo bueno - ¿quieres algo?

-Nada – suspiro resignado - ¿Cómo están todos?

-¿Quiénes? – pregunto confundida

-¿no sabes nada?

-No

Pasaron quizás unos ocho días en los cuales Joseph no pudo más que reposar escuchando las noticias en la radio mientras Suzi le cuidaba con el amor de una hermana o una madre, le esponjaba la almohada o le daba de comer ya que con las radiografías le encontraron más huesos rotos por lo que duraría mucho más hospitalizado, Jojo bromeaba y reía constantemente con la rubia que apenas le seguía la corriente porque muchas veces no pillaba el chiste, pero cuando ella se marchaba y quedaba solo viendo la costa por esa diminuta ventana a lo lejos del cuarto se daba cuenta de lo solo que estaba realmente

-¿te habrás encontrado con Wham? – pregunto a la nada

El dolor en su pecho era cada día más profundo mientras sus pensamientos le consumían tratando de recordar si quiera lo que era estar bien del todo, sus heridas se curaban asombrosamente bien gracias al Hamon, pero el solo usarlo se lo recordaba haciéndolo dudar de cada cosa que hacia incluso prefería quedarse postrado en esa cama, la playa a lo lejos, el sol incluso la brisa se lo recordaba y con su recuerdo llegaba una culpa

-¿Míster? – pregunto una guapa enfermera que siempre le coqueteaba

-¿si? – contesto apenas poniéndole atención

-Vinieron los de la fundación

-¡si! – celebro sentándose en la cama ignorando su pierna inmovilizada

-Pero… - susurro ella algo temerosa

-¿pero? – pregunto haciéndole un curioso puchero

-Vienen con los nazis

-¿Qué? – apenas enarco una ceja - ¿nazis?

-Si… usted es americano, no se…

-¿y vienen solos?

-No… trajeron a un tipo en coma, lo trasladaron hasta aquí para que termine su recuperación. Parece ser importante por como los soldados le vigilan

-¿no será un coronel rubio?

-No, era un muchacho bastante guapo – respondió con coquetería – un príncipe quizás

La chica se sonrojo recordando las lindas facciones del tipo cuando le estaba colocando el oxígeno, el hombre era joven y se veía a leguas que era un compatriota… llevándose las manos al enrojecido rostro la chica soltó una risita enamorada antes de notar que el otro galán que la veía estaba levantándose de la cama

-¡espere! ¡su pierna!

-Olvida la pierna ¡tengo que avisarles a los míos que sigo vivo!

-¿eres un espía? – pregunto emocionada

El bufo rodando los ojos aburrido de lidiar con la muchacha y prefirió levantarse como pudo sin ayuda, tomo su bolsa de suero y apoyándose con esta se fue cojeando hasta el pasillo principal

-¡espere Míster, le ayudo!

Tomados de gancho ella le acompaño hasta el siguiente piso donde desde el ascensor había soldados vigilando con cara de pocos amigos, Joseph estaba más que seguro que era el loco de Stroheim así que pasando saliva se paró muy derechito y con su aire más intimidante se aproximó a uno de ellos, él era mucho más alto que cualquier soldado ario así que le vayan tres hectáreas de mierda los títulos y rangos militares

-¿está el coronel Stroheim! – pregunto mirándole hacia abajo

-Si – asintió el joven ario bastante serio – ¿Quién lo busca?

-Joseph Joestar – anuncio el como si fuera la gran cosa

La enfermera estaba embelesada viendo la naturalidad con la que el fortachón se manejaba aun con los soldados del eje que al italiano promedio le daban repelús inmediatamente, se escucharon los pasos de lo que parecía un batallón entero pero cuando doblaban la esquina del enrevesado pasillo se veía que efectivamente era Stroheim con sus hombres discutiendo acaloradamente con un anciano doctor que apenas le respondía de manera tajante como si ya estuviera hasta la coronilla de lidiar con sus mierdas

-¿pero despertara pronto?

-Antes está vivo – renegó viéndole de soslayo – si despierta en estos días no tendremos que desconectarle… si es que vive para despertar

-¡imposible! ¡no existe mejor medicina que la alemana!

-¡¿si es tan buena porque no lo envían allá?!

-Dijeron que solo le faltaba despertar, todas sus heridas y fracturas fueron tratadas – respondió un soldado que tenía el símbolo medico en su brazalete

-¿si ve? – espeto Stroheim bastante cabreado

Joseph ya estaba metido en medio de los hombres escuchado atentamente cada diagnóstico y preocupación mientras asentía llevándose la mano vendada al mentón y la enfermera mirándoles bastante perdida

-¿eh? – el coronel Nazi se acababa de percatar de la presencia de esos dos

-Hola~~~~~ - saludo el inglés como si nada

-¡estas vivo! – grito como viendo a un fantasma

-Si lo se~~~

Joseph apenas se reía con malicia mientras los soldados le miraban aterrados y el medico retrocedía como si el pánico fuera contagioso, el coronel Stroheim reía a mandíbula batiente mientras abrazaba al aun algo adolorido guerrero

-¿Cómo viviste?

-Un golpe de suerte diría yo – explico encogido de hombros – pero mi mano no lo logro

-¿eh? Una simple mano… mañana encargo que traigan una prótesis robótica

-¿Qué?

-Salvaste el mundo es lo mínimo que debería hacer – sentencio el rubio bastante calmado

-¿a quién tienen allí? ¿A la maestra? – pregunto haciendo muecas y aspavientos

-No, te tengo una sorpresa que hará que se te caigan hasta los calzones

-¡¿Qué?!

Caminando apoyado en el soldado la enfermera apenas les seguía un par de pasos detrás más por curiosidad que por preocupación de la salud del paciente, era un cuarto aislado y esterilizado rodeado de cortinas y frías maquinas que apenas hacían pitidos extraños con un ritmo constante como la marcha de un corazón fatigado, allí se veía la silueta de un hombre bastante fornido y joven, cabellera rubia bastante revuelta, piel pálida y algo transparente por la falta de sol y un par de maquitas muy particulares en sus pómulos

-¡CAESAR! – espeto Joseph arrojándose contra la cama llevándose una cortina consigo

-¡cuidado que lo puedes rematar!

-¡Caesar! – sollozaba a grito herido mientras las lágrimas caían sobre sus mejillas

Tomando la helada mano del italiano que dormía con un gesto de infinita paz el moreno no paraba de gimotear llamándole con insistencia, tenía que despertar si todo lo que dijo el viejo doctor era cierto ¡tenía que vivir! Ni un niño lloraba tan consternado, cosa que preocupo a la enfermera que veía al coronel con un gesto serio

-Tiene que mantenerse inmovilizado de la pierna – comento ella viéndole allí tendido

-Tráigale una silla de ruedas, créame se curará mejor si esta junto Caesar

La mujer asintió y dejo al paciente a sus anchas llorar como magdalena aferrándose a las manos del comatoso rubio que no importaba cuanto lo zarandearan ni se movía.

Suzi Q venía con su gelato favorito, le había prometido a Jojo que le daría un poco para que dejara de quejarse de la desabrida comida típica de hospital, entro al cuarto tranquilamente cuando noto que la cama estaba vacía pensando lo peor pego un chillido de horror que le destemplo los dientes a más de uno y haciendo que la enfermera entrara de inmediato azotando la puerta

-¿Qué sucede?

-¡no está! – manoteo abrazando el tarro de gelato contra su pecho

-¡¿no ha aparecido?! – espeto colérico – me van a regañar por andar dejándole salir

-¿eh? – Suzi apenas estaba secándose las lágrimas de preocupación

-Acompáñeme – comento con un gesto cansado

Subieron al siguiente piso donde un montón de soldados traían una caja contramarcada y sellada a nivel casi preocupante como si cargaran el arma definitiva, la rubia paso grueso mientras veia entrar a un mayor de alto rango con partes mecánicas incrustadas en su cuerpo ella apenas parpadeo aterrorizada mientras este le sonreía y le hacia una leve reverencia haciendo gala de su caballerosidad

-Fräulein sospecho que usted viene por Herr Zeppeli

-¿Qué? – pregunto la muchacha parpadeando rápidamente como batiendo sus largas pestañas enamorando al Mayor con esos dulces gestos - ¿lo conoció?

-Aun no – sentencio el besándole la mano que ella retiro rápidamente

-Coronel ¿sabe algo de mi paciente? – intervino la enfermera algo celosa de la chica

-A mis hombres les fue imposible separarlo del comatoso

-¿lleva allí desde ayer? – pregunto acercándose con descaro al soldado alemán

-Efectivamente

Suzi noto como uno de los soldados comento algo en alemán al Coronel que apenas asintió y con un tono autoritario ordeno que entraran la misteriosa caja al cuarto donde se veian muchísimas maquinas titilando

-Acompáñeme Fräulein – dijo ofreciéndole el brazo

-Si – acepto ella tomándolo de gancho

Entraron a la habitación donde un comatoso rubio estaba entubado e inmovilizado, su rostro se veía cansado y demacrado mientras un dormido Joseph seguía aferrado a sus manos recostando la cabeza junto a su pecho, estaba prácticamente acostado encima de la cama sacándole una risita enternecida a la rubia que apenas pudo disimular el amargo llanto que corría por su rostro al ver a su amado Caesar hecho mierda allí tendido con ese color tan pálido como el de un cadáver

-Caesar – suspiro caminando dudosa hasta la cama- ¿Caesar?

-No importa cuanto lo llames – intervino Stroheim con un tono suave – lleva días así

-¿Cuánto? – espeto ella despertando al Ingles

-Casi dos semanas, estaba medio muerto en Suiza ¡ni pulso le encontraban!

-¿Cómo paso esto? Él era invencible – sollozo con nerviosismo

-Mira como dejaron a Joestar

Ella asintió cubriéndose la boca para callar su llanto, Joseph aun entre dormido la sujeto con su mano vendada y mirándole con inmensa tristeza solo negó

-No reacciona – susurro con voz ronca de tanto gritar y llorar con amargura

-¿Por qué?

-N-no se – susurro apretando su rostro contra el pecho del italiano – se fue…

-¡No! – chillo ella en un arranque de rabia y frustración

-No importa cuanto lo llames… no vuelve

-¿ni con el gelato? ¿y si le traigo un plato de ternera Stroganov?

Lo raro no fue el hecho de que fue que ella mencionara el platillo y la reacción del rubio lo raro fue como todo fue tan espontaneo e impredecible como el mismo

-Ternera Stroganov – susurro aun entre dormido

-¡hablo! – espeto el coronel señalándole - ¡Hablo!

-¡Caesar! ¡si no te despiertas ahora no iremos a comer ternera Stroganov en ese restaurante que tanto te gusta! ¡y me liare a la mesera pelirroja! – amenazo Joseph

Fue como encender un interruptor que le activo de inmediato, el joven hombre estaba sentado aun con el suero, la sangre y mil cosas más atadas a él, exhibiendo esos dos orbes esmeraldas que llevaba por ojos apenas se quedó allí inmóvil tomando una violenta bocanada de aire como cuando alguien se despierta de una pesadilla donde cae a un precipicio

-¡increíble! – corearon los soldados bastante impactados

-¡Caesar! – chillo Suzi Q arrojándose a abrazarlo

Joseph le abrazo dejando al pobre y confundido rubio en medio de sus dos mejores amigos llorando a moco tendido sobre el que apenas podía parpadear asimilando la situación

-Llamen al doctor – ordeno el coronel nazi

-¡Caesar! – gritaban el inglés y la italiana sin poder cabes de la dicha

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Caesar estaba bebiendo su sopa con resignación mientras trataba de recuperar las fuerzas suficientes para siquiera salir de esa cama donde le tenían envuelto en vendajes al igual que una momia egipcia, apenas podía masticar con los pocos alientos que tenía, no había podido quitarse de encima a Joseph en tres días, el castaño aun con una mano amputada, la pierna rota y el otro brazo malherido no paraba de hablar como un perdido mientras el italiano apenas asentía tratando de entender cómo era posible enviar un monstruo al espacio con la ayuda fortuita de un volcán, estaba preocupado por Lisa Lisa que había terminado malherida sin mencionar que prácticamente estaban incomunicado

-Jojo…

-Si mi Caesarino, precioso, hermoso que no pienso dejar solo nunca jamás

Ver al Joestar perdidamente enamorado podía ser tierno y aterrador a partes iguales más cuando sabía que era capaz de cumplir al pie de la letra sus palabras, estaban con las cosas bastante claras entre ellos, Caesar no podía vivir sin él y tampoco es que se imaginara como seria estar sin él, en esos momentos en que ni la enfermera podía arrimarse de a mucho al cuarto que tenía solo para ellos gracias a las influencias de Stroheim por lo sobreprotector que se había vuelto el ingles

-¿aun estás enojado conmigo? – pregunto Joseph con timidez

-¿Cómo? ¿Por qué dices eso?

-Estas muy callado y no me dices nada cursi y rebuscado como siempre…

-Llevas siendo cursi todo el día, ya me ganaste - explico risueño

-Awwwww mi Caesarino ¿pero no te enojaste?

Caesar le tomo con su mano menos lastimada de la mejilla y mirándole con ternura solo le dijo

-Si me tomara en serio cada bobada que dices no estaríamos teniendo esta conversación, Jojo yo prácticamente soy profesional en lidiar contigo – entonces se dio cuenta de algo muy terrible - ¿Cuánto llevamos aquí?

-Casi un mes

-¡Casi un mes! – grito aterrorizado - ¿Cómo están los demás?

-Ni idea… Stroheim dijo que pronto me podrían la mano mecánica. Así que no tengo idea

-¿y cómo es posible que no haya pedido tu otra mano en matrimonio?

-Pues… ¡espera! ¡¿Qué?! – Joseph quedo shockeado viéndole fijamente

-Mamma mia, Jojo se me había olvidado que Kars te quito la mano de las pajas… así que debo pedir tu mano buena en matrimonio. No puedo dejarte libre por ahí

-Caesarino… - la felicidad que le estaba invadiendo por poco le hace sufrir un ataque

No importaban los chistes flojos ¡se le estaba declarando! Esta vez sin trampas o reclamos, sin excusas o peros… eran el uno para el otro como solo los polos de un imán pueden unirse

-¿entonces quieres que me case contigo? – pregunto rojo a mas no poder

-¡por supuesto! ¡los Zeppeli siempre vamos enserio!

-¿aun si quiero ser piloto?

-¿aun piensas ser piloto después de reventar todos esos aviones? – pregunto con picardía

-¡oye! Una cosa es que estés convaleciente y otra que te pases – se defendió antes de robarle un beso – además… ¡tú andas todo hecho puré! - señalo preocupado

-Al menos tengo mis manos – bromeo guiñándole el ojo

En esas entra Suzi con un montón de flores y una caja repleta de exquisitos bombones del más fino y costoso chocolate suizo

-¿Qué paso? – preguntaba el italiano al verla tan triste

-El coronel

-¿Qué sucede?

-Se fue de regreso a la guerra

-¿entonces? – pregunto Jojo señalando las flores - ¿esos dulces?

-Se me declaro se despidió y me dejo encartada con esto

-¿pero te gusta? – pregunto Joseph lleno de curiosidad

-Na, me gusta más el piloto de hidroavión que nos lleva recados a la isla – comento sonrojándose en solo recordar ese exótico bigote al mejor estilo de Dalí y ese peinado

-¿Cuál? ¿Bocelli*?

-KYAAAAAA , no lo menciones así – grito emocionada al recordarlo con su bufanda

-Joseph solo reía entretenido al ver al par de rubios sacarse sus trapitos sucios al sol como un par de colegiales sin nada mejor que hacer, entonces fue cuando cayó en cuenta de que cualquier dolor en su pecho incluso en sus heridas estaba más que desvanecido como si la sola presencia del rubio fuera su única cura definitiva, sonrojándose hasta niveles imposibles solo se recostó en la silla de ruedas robándola caja de chocolates de manos de la chica y comiéndolos en un silencio sepulcral prefirió mantener la calma

Además, tu solo sabes correr tras Jojo como perrito faldero – acuso la chica en la discusión

Pfffff Jojo es mi enfermera personal – rio Caesar fanfarroneando de su suerte

Jojo apenas les seguía el ritmo con la vista ya acabándose todos los chocolates

-¡no te los comas todos! – chillo la chica quitándole la caja

-¡si! No siempre se le declaran a Suzi – rio con malicia

-¡oye! – se defendió ella pellizcándole la mejilla

-¡Jojo ayúdame! – grito el rubio bastante risueño

-No puedo, tengo la pierna inmovilizada – se excusó encogiéndose de hombros

-Ese no es el modo de tratar a tu Caesarino precioso – se quejó entre risas

Debían admitirlo si el hospital era así siempre no era tan malo estar internado un mes mas

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La helada lluvia les calaba hasta los huesos, pero aun así Smokey que escuchaba la casi eterna letanía que leía el sacerdote sentía más frio en su alma al ver la lápida que básicamente era lo único que les quedaba para despedir a un gran amigo

-Jojo… - suspiro con tristeza al ver el funeral simbólico del desaparecido susodicho

Amainando a una suave brizna Erina veía el nublado cielo llena de frustración, con su avanzada edad solo podía secar las lágrimas de sus mejillas… oficialmente lo había perdido todo. Speedwagon quien había sido su roca y apoyo desde más tiempo del que deseaba recordar tomándola de la mano como siempre solía hacer con ese aire tan afable y cariñoso

-Vámonos a casa – anuncio con preocupación en su mirada – te enfermaras

-Me quedo – anuncio ella viendo con resignación la lápida de su nieto

El anciano hombre suspiro resignado inclinando la cabeza con un gesto lúgubre lleno de una resignación a la que cualquiera juraría estaba acostumbrado

-Bien

El chico que había cuidado de ella acompañándola durante los meses de ausencia de Jojo había demostrado tanta bondad y decisión en sus actos que estaba considerando legalmente adoptarlo como su nuevo nieto, Smokey suspiraba cabizbajo mientras ella se quedaba firme en su silla esperando que el sacerdote terminara de rezar, sintió pasos ir y venir a su alrededor ya que muchos se marcharon con el ultimo "Amen"

-Hola~~~~~

Alguien los saludo a la distancia, ella no estaba de humor para testamentos ni abogados solo agacho la cabeza a ver las flores que su nuera deposito junto a lapida del hijo que nunca pudo ver crecer o cuidar apropiadamente, Elizabeth estaba más que apesadumbrada viendo a Messina que apenas sorbía mocos en un silencio sepulcral

-adivina quién soy~~ – una voz familiar la tomo de sorpresa

el velo de por sí ya la cegaba ahora había unas manos con guates de cuero cubriéndole los ojos. Smokey volvió la vista a ver quién estaba molestando a la venerable señora cuando noto a un hombre altísimo saludar con toda la naturalidad del mundo

-¿en serio nadie vino a recogernos al aeropuerto? Vinimos a New York de una buena vez y resulta que están en un funeral

Todos estaban shockeados en silencio viendo fijamente al castaño renegar señalándoles, sus ojos azules estaban repletos de vida y no parecía tener un rasguño encima

-¡JOJO! – grito Smokey viendo un fantasma

Erina y su nuera se quitaron los sombreros para ver con claridad la aparición ante sus ojos, el hombre al que estaban "sepultando" estaba frente a ellas vestido casualmente y explicando que tenía que contactar con los nazis respecto a su brazo ¿era acaso un milagro? Es verdad que nadie encontró ningún cuerpo, pero ¡él estaba en medio de una erupción volcánica!

-¡idiota! ¡no moleste a estas personas! – ordeno un sujeto que trabajaba en el cementerio

-¡¿a quién estas llamando idiota?! – replico el castaño apunto de asestarle un puño

Jojo estaba muy perdido en la situación, pero no toleraría ningún insulto, ya estaba de muy mal humor para aguantar la ineptitud de otros, estaba listo para derribar a ese tipo estrenando su nueva mano mecánica cuando sintió un fuerte agarre en su antebrazo

-¡mamma mia! Nunca cambias ¿eh amore mio?

El rubio cubierto de curitas y una pierna enyesada se apoyaba en una muleta mientras con la mano libre le detenía haciendo gala de su poder aun después de haber salido de un coma profundo y tener más de un hueso descolocado

-Darling~~ - gimoteo en un puchero

De repente el lugar se tornó silencioso y nadie se movía, estaban petrificados cosa que el italiano noto de inmediato mirando fijamente al grupo de personas que le observaban con espanto

-¡i-imposible…! – tartamudeo Messina que estaba petrificado de impresión

-¿uh? – Joseph no entendía nada

-¡ustedes estaban muertos! – finalmente declararon todos a coro

La pareja solo se miraba a los ojos, estaban muy confundidos por ello, allí Joseph noto como efectivamente estaban en un funeral mirando de reojo la lápida se encontró nada más y nada menos que con su nombre y su "fecha de defunción" ¡¿qué estaba pasando?! Entrando en pánico soltó al rubio para ver mejor la lapida

-¡esta mi nombre escrito! – chillo llevándose las manos a la cabeza

Caesar solo enarco una ceja y ladeando la cabeza leyó la lápida donde estaban rezando todas estas personas unas conocidas y otras que jamás en su vida habría visto envuelto en un miedo más que colectivo a estas alturas espeto a todo pulmón

-¡¿pero qué demo…?!

Estaba por unirse al escándalo cuando escucharon la puerta del auto cerrarse con fuerza y una mujer rubia bastante alegre y distraída se asomaba

-Chicos - les llamo Suzi Q que salió del auto con una sombrilla abrigándose del clima – saben que con esas heridas no pueden esforzarse mucho y menos con esta lluvia…

-¡Suzi Q! – grito Messina al ver a la chica - ¿no estabas en Italia?

Entonces Lisa noto algo fuera de lugar Caesar tenía su muleta con una mano mientras se rascaba la cabeza algo confundido con la otra mano libre dejando notar un destello que llamo la atención de su maestra que tomándolo con fuerza señalo horrorizada

-¿eso es una argolla de bodas?

-¡ese anillo! – señalo Smokey viendo que Joseph lucia uno igual

El castaño corrió a tomar al italiano del brazo cogiéndole de gancho como la típica noviecita celosa alejándolo de la maestra que apenas miraba incrédula, Joseph con un gesto de que su orgullo estaba algo más que herido señalo al hombre que estaba a su lado

-¡¿es que acaso no saben que estamos casados?!

Todos se llevaron las manos a la cabeza y en un grito al unísono solo gritaron

-¡están casados!

-E-espera… ¿me estás diciendo que te casaste con él? – señalo Smokey abriendo los ojos como platos - ¿es enserio?

-Si – afirmo Caesar mirando con ternura a Jojo – estamos casados

No fue si no escuchar esas palabras para hacer que el más alto se sonrojara hasta que sus orejas ardieran tapándose la cara con cierta vergüenza al hacer semejantes declaraciones como si nada

-Suena raro decir que eres mi esposo – comento antes de reír nerviosamente

Meciéndose un poco sujetaba sus mejillas tratando de calmar la cálida emoción de por fin pavonearse como un Zeppeli cerró los ojos en un acto de timidez

-Si lo dices, así como así. Es algo vergonzoso… – comento casi como en un sueño

Las maripositas en el estómago y los corazoncitos en el aire se le desvanecieron cuando el italiano le miro frunciendo el ceño en un gesto de severidad que casi le quemaba la nuca

-¿y por qué te creen muerto?

-Si – volvió la vista a su confundida abuela – ¿no sabías que estaba recuperándome en Venecia? Me rescataron en el mar unos pescadores…

-¿y cómo es que Caesar? – comento Messina aun viendo estupefacto al rubio allí presente

-Me hospitalizaron en suiza luego la fundación me transfirió a Italia – explico encogiéndose de hombros con toda la naturalidad del caso – me enviaron al mismo hospital que a Jojo

-Y luego me encargue de cuidarlos por un par de semanas – añadió Suzi Q alzando la mano con un gesto infantil

Entonces todos los presentes se miraban entre ellos como tratando de comprender la situación

-¿y por qué no avisaste nada? – finalmente sentencio Smokey

-Pero si envié un telegrama – comento Caesar que inmediatamente pego un respingo – Jojo… ¿tú lo enviaste? – inquirió con aire acusador a su nuevo esposo

-Claro que si… le pedí el favor a Suzi que lo enviara ¿cierto? – pregunto a la chica

La rubia estaba mirando a la nada tratando de recordar algún encargo así a lo que termino dando un saltito como si acabara de descubrir américa y abriendo su bolso saco una carta

-Me pediste que lo enviara, pero…

-Pero… - insistió Caesar con un tic nervioso en el ojo

-No me dieron ninguna dirección para enviarlo – añadió bastante risueña

Dándose pequeños golpecitos en la cabeza en un aire cómico la chica reía despreocupadamente mientras Joseph estaba colérico haciendo que su mano robótica perdiera el control traqueteando los dedos en posiciones antinaturales creando una imagen imponente ante la rubia

-No hagas así… - comento asustada

-No sé qué tienes en la cabeza… ¿Por qué no preguntaste?

Como un perro y un gato comenzaron a corretear por el cementerio ella chillándole a Caesar por ayuda mientras el otro gruñía como perro rabioso echándole la culpa de que básicamente le habían dado por muerto, Erina apenas les seguía con la mirada aun tratando de procesar toda la información, sonriendo un poco asintió al ver como Elizabeth lloraba en silencio viendo a su hijo volver de entre los muertos. Lisa Lisa no cabía de la dicha estallando en lágrimas de alegría al ver a sus "hijos" y alumnos volver a la vida, estaban mejor que nunca anunciando que la milenaria guerra con los hombres del pilar finalmente había terminado…

Caesar solo estallo en sonoras carcajadas casi musicales viendo a esos dos correr como niños aun en medio de las tumbas y junto al auto todos volvieron la vista al italiano que no paraba de reír a mandíbula batiente hasta casi perder el aliento quedando sonrojado

-cosa ho intenzione di fare con te – sentenciaba aun riendo entre dientes

Smokey lloraba acongojado mientras asimilaba que todos seguían sanos y salvos en cambio Speedwagon le pedía a Messina el pago de la puesta

-mira a esos dos, hasta se casaron y toda la cosa – señalo en un susurro

el alto hombre de rasgos asiáticos rodo los ojos y sacándose la billetera del bolsillo le entrego cincuenta dólares al magnate que reía enternecido de ver la divertida escena…. como el nieto del señor Zeppeli reía mientras abrazaba al nieto de su mejor amigo en todo el mundo (quien se parecía bastante la verdad sea dicha) plantándole un besito en la mejilla

-que dirían esos dos si estuviesen aquí – comento mirando a Erina levantándose de la silla

-deben estar orgullosos… donde sea que estén – añadió la mujer viéndole con determinación – seguramente les hubiera encantado estar aquí…

-lo se…

tomándolo del brazo Erina recostó su cabeza en el hombro del hombre haciéndole sonrojar

-eres un buen casamentero Robert – añadió con picardía

-¿uh? – estaba patidifuso ante ese comentario

-Mira que guapo es – comento señalando al rubio con un gesto – mi nieto tiene buen gusto

-Eres incorregible – rio el anciano colocándose su sombrero, entonces cayo en cuenta de algo – sabes… es impresión mía o a los Joestar los enloquece el cabello rubio

-Elizabeth es castaña – añadió ella en su defensa

-Cuando se casaron tenía el cabello rubio – comento moviéndole las cejas

Erina casi se ahoga con su propio aire de la misma impresión cuando reacciono a ese detalle.

+++o+++

Elizabeth estaba peinando su largo y sedoso cabello castaño oscuro cuando noto un mechón blanco en su reflejo, suspiro resignada de todos modos era una mujer con más de sesenta años que había dejado de entrenar el antiguo arte del Amón como dios manda, de todos modos, no lo veía necesario… ya no había por qué temer, por lo menos ella lo sentía así

-Cariño – anuncio su prometido que traía una carta en su mano

-Si – asintió ella viéndole por el espejo

El alto y algo entrado en años guionista y escritor reconocido con su cabello más que cano y bigote perfectamente recortado entro al cuarto señalando con nerviosismo una carta abierta

-Cariño ¿recuerdas que invite a tu familia?

-Si, ¿y tú recuerdas que te advertí que era mala idea?

-Bien pues adivina que

-Vienen para acá – suspiro resignada

-En veinte minutos según la hora que anoto mi asistente

Ella se quedó pensando en el grave peligro que corrían sus figurillas de porcelana ante semejante huracán que se aproximaba, levantándose con una gracia casi felina la mujer le dio una palmadita en el hombro a su amado que estaba aterrado al ver por el balcón un enorme Dodge Sedan modelo del 46 de un naranja intenso estacionarse frente a su mansión, volvió la vista frenéticamente ante su amante que ya estaba vestida, maquillada y peinada ¿Cómo lo hacía? Era un misterio

-Están aquí – anuncio emocionado

-Espera a que piten – advirtió con malicia en sus ojos

Efectivamente una estruendosa corneta que tocaba la melodía de la cucaracha retumbo haciendo que hasta las aves del jardín se asustaran

-Son todos unos personajes – comento riendo al ver que las advertencias de Elizabeth eran ciertas su familia parecía sacada de un manicomio

-Te lo dije – asintió ella con un aire bastante formal

-Vamos a casarnos… nena debo conocer a tu hijo y a tu antigua suegra…

-Y a mi yerno y a mis nietos – añadió la mujer encogiéndose de hombros

El mundo se le revolvió por completo, ella casi nunca hablaba de su ex o de su hijo dando a entender que por su contextura física ella debía tener un hijo de unos doce años bastante rebelde que se quedó con su abuela paterna después de perder a su padre… pero está ya era otra cosa

-¿nietos? ¿yerno? Pero ¡¿Cuántos años tienes?!

-¡nunca le preguntes eso a una dama! – exclamo desafiante

-S-sí, lo siento…

Caminaron a la entrada principal para recibir a los invitados, el auto era aún más enorme y robusto de cerca, al parecer había varias personas en su interior el señor Adams estaba ansioso de conocer a la familia de su amada Elizabeth, ver en persona a la famosísima y mil veces mencionada Erina Joestar y ver qué tan desastroso era el tal Joseph del que su amada tanto renegaba cuando recibía el correo o una que otra llamada telefónica

-Buon pomeriggio - saludo un intimidante hombre rubio que salió del auto

Aparentemente el sujeto es italiano al ver su idioma y gestos, salió del asiento del conductor cerrando la puerta dejando ver que era bastante alto y fuerte, Elizabeth apenas asintió sonriente dejando muchísimas dudas a su prometido que solo calculaba si era su hijo o no, ella no era la persona más expresiva del mundo la verdad esa mujer era una caja de sorpresas y nunca sabia con que salía después

-Bienvenido – saludo el hombre mayor al sujeto de temibles ojos esmeralda

Estrecho la mano del tipo que vestía elegantemente con su cabello perfectamente peinado hacia atrás haciéndole lucir como todo un gánster de película aun con todo y esas curiosas marcas en sus mejillas y ni hablar de la corbata con un curioso diseño de triángulos, después la puerta del copiloto se abrió dejando ver a un tipo aún más alto, con pinta de ser un boxeador o algún peleador por el estilo, había algo en su gestos que le era idéntico al de Elizabeth por lo que el señor Adams adivino que era el hijo de ella, ese cabello revuelto quizás por el viento, la mirada de un azul intenso lleno de astucia y malicia tan contraria a la intensa y gélida mirada de Ella "debe ser como su padre" pensó preguntándose cómo habría sido el difunto George Joestar

-Hola ~~~~- comento con alegría apenas con un gesto

La mujer se revolvió allí donde estaba como si le doliera la falta de modales que tenía su hijo

-Mucho gusto – sentencio Adams mirándole con curiosidad

El castaño procedió a saludar a su madre con un gesto y sigue derecho a abrir las puertas de los asientos traseros de donde ayudo a bajar a una temblorosa mujer muy anciana que apenas podía tenerse en pie con ayuda de su bastón

-Mucho gusto – saludo la mujer estrechando la mano del anfitrión

-Encantado de conocerla señora Erina – saludo con una reverencia y un beso en la mano de la dama que solo le veía completamente seria

-Veo que mi Elizabeth le hablo mucho de mi

-Así es… - de verdad estaba honrado de ver a la mujer

El hombre no había notado el montón de ojos curiosos que se asomaban desde el interior del auto vigilándole sagazmente, cada movimiento cada gesto se sintió como ratón de laboratorio

-Saluden – ordeno el rubio con un marcado acento italiano

-Okay – comento un niño de quizás unos siete años

Un chiquillo rubio y de unos ojos azul turquesa bajo del auto mascando un chicle, Adams no estaba muy bien ese día, pero juraba que esa goma de mascar había echado chispas cuando el niño la reventó, el menor con el cabello revuelto le miraba altivo y orgulloso apenas enarcando una ceja antes de darse un golpe en el pecho y presentarse

-Giorgio Zeppeli - Joestar – anuncio sin ninguna educación

Una niña que no tendría más de seis años bajo de auto tratando de no arrugar su precioso vestido de florecitas y acomodando su bonico cabello dorado oscuro le lanzo una mirada asesina a su hermano que solo encogió sus hombros con una altanería sobrehumana

-Holy – comento la niña – mucho gusto ¿señor? – pregunto con esos dulces ojos verdes

-Adams, Bryan Adams* - se presentó conmovido por la dulzura que irradiaba la pequeña

-¡yo soy Dante! – saludo un niño de unos cuatro o cinco años que salió de la nada

El anfitrión estaba boquiabierto de ver lo inquietos que eran esos niños, el tal Dante tenía el cabello algo más castaño que sus hermanos mayores, pero tenía esas mismas marcas en sus mejillas tan particulares y una malicia que hacia retroceder a cualquiera

-M-mucho gusto – saludo impactado

-Y ella es Lionetta – anuncio Joseph con su bebita en brazos

Elizabeth solo asintió sonriente al ver a la pequeña que se chupaba el dedo mirándolos con cierto aire orgulloso digno de una italiana, sus cabellos eran particularmente rubios y esa mirada intensa que era idéntica a la de la mujer hizo que Adams asintiera aceptando que de verdad eran sus nietos (aunque con el físico de su linda "Eli" podría ser perfectamente sus hijos)

-¿son tus hijos? – pregunto al rubio que estaba retando con la mirada a los niños

-Aunque no lo parezca… – asintió sonriendo con sorna – si lo son

Erina soltó una curiosa risa ahogada antes de ver por encima de sus lentes al confundido anfitrión

-No tienes que preocuparte por ellos… Elizabeth siempre fue muy independiente

-¿uh? – estaba confundido ni él fue tan distante con sus hijos- no entiendo…

-Es mejor así, suegra – corto la morena con brusquedad – no estuve antes…

Bryan pudo sentir lo pesado que se estaba tornando el ambiente mientras Elizabeth miraba con amargura a un lado, era sumamente reservada no era propio de ella demostrar alguna emoción como el dolor o la tristeza con la misma facilidad con lo que lo haría otra mujer

-Y ¿Quién quiere almorzar?

-¡YO! – espeto Dante alzando los brazos como loco

-Es como un pozo sin fondo – renegó Giorgio frunciendo el ceño antes de que el gruñido de su estómago le delatara haciendo reír a su padre a carcajada limpia

-non è l'unico – bromeo el hombre rubio revolviéndole el cabello con uno que otro coscorrón al niño que le miraba cabreado - pazienza, figlio mio

-Certo, visto che non devi mangiare i disastri di Mamá – refunfuño el chico imitándole

-Più rispetto! Damn child… – se defendió Joseph entendiendo algo de la conversación

El comentario del chico con todo y el arremedo hizo sonreír bastante a Elizabeth que apenas pudo disimular la risa mientras veía de reojo a su prometido tratando de entender el idioma

-Muy bien ahora si – anuncio Elizabeth aplaudiendo para centrar la atención de los presentes – él es mi prometido el señor Bryan Adams ¿entendido? – anuncio viendo fijamente a los presentes – Bryan ella es Erina Joestar

-Encantado – volvió a saludar el hombre con una leve reverencia

-El rubio de acá – señalo Elizabeth sujetando al italiano del brazo – es Caesar Zeppeli mi yerno, el grandulón es mi hijo Joseph Joestar y los niños son sus hijos

-¿Jojo, Jolye, Dan y Loreta? - comento Adams a su prometida en su oído tratando de corroborar si siquiera entendió los nombres de los pequeños

-Giorgio, Holy, Dante y Lionetta – le corrigió rápidamente

-¿Por qué tienen tantos? - susurro a su amada

-Son católicos – murmuro ella con naturalidad

-Oh…

Adams asintió volviendo la vista a los niños que ya andaban correteando alrededor de su bisabuela que apenas les veía con una apacible sonrisa ya que ese caos era su pan de cada día

-Mucho gusto. Estoy encantado de conocerles finalmente – anuncio con toda la elegancia del mundo – el almuerzo que preparo la servidumbre está listo así que por favor acompáñenos al comedor

+++o+++

Estaban todos perfectamente acomodados en un enorme y lujoso comedor digno de la realeza, la servidumbre que estaba perfectamente uniformada y presentada sirvió los platos, Caesar apenas paso saliva viendo la enorme cantidad de cubiertos alrededor del plato temiendo que su escasa educación le traicionara, su maestra y ahora suegra le miro de reojo mientras acomodaba su servilleta, tomando aire espero que llegaban con los platos

-Espero que les guste – menciono el señor Adams sonriente

Caesar asintió cuando vio el plato era el famoso Espagueti Nero di Sepia di Fruti di Mare, el negruzco color de la pasta le trajo instintivamente un millar de recuerdos a lo que vuelve la vista a Jojo quien apenas se aguantaba la risa mirando embobado las caritas de asco que ponían sus niños, Holy veía el plato como si alguien hubiera incendiado la pasta y arrasado con todo en un gesto de horror absoluto, Giorgio apenas la tocaba con el tenedor arrugando la nariz mientras Dante ni corto ni perezoso levanto la mano como si pidiera la palabra

-¿si? – pregunto Elizabeth temiendo alguna burrada de su nieto

-¿se les quemo la pasta?

-No, esa pasta es así por la tinta de calamar – explico con toda la seriedad del caso

Fue decir calamar y escuchar el coro de todos los más pequeños con un rotundo "IUUUUGH"

-Vamos, esta rico – les animo el castaño llevándose un bocado que le tiño los labios

-Emmmm – Holy apenas le veía comer completamente asqueada – Mami, yo paso

-Al cabo que ni hambre tengo – susurro Giorgio bebiendo un poco de agua

Adams apenas reía al ver lo des complicado que era uno de los más jóvenes que ya estaba terminando con su plato untándose hasta la camisa de tinta mientras comía a manotadas ignorando por completo los cubiertos, Elizabeth apenas les veía de reojo como si fingiese que no conocía a los presentes hasta que Erina le tomo la mano y con un gentil gesto la convenció de que se relajara un poco y entonces le soltó un tierno

-Es bueno reunirse una vez ¿no crees Elizabeth?

-Si – asintió indecisa

-Esta exquisito – comento Caesar que era quien mejor se defendía con los oscuros fideos

Comieron en un ambiente más ameno mientras charlaban de temas más comunes y banales desde el clima, los hijos hasta las carreras que habían tomado

-¡yo soy diseñador de aviones! – explico Jojo bastante emocionado

-Es mejor que nunca los ensaye el mismo – comento Caesar entre dientes antes de recibir un pisotón que le hico brincar del su asiento – perdón, me atore – fingió delicadamente

-¿y usted aun es piloto de carreras? – pregunto Adams viendo al rubio con curiosidad

-Para nada, gane suficiente dinero para invertir en esto y aquello…

Es un magnate de los bienes raíces, restaurantes y algo tiene que ver con el cine – explicaba Elizabeth inflando el pecho con orgullo

-¡increíble!

-Si, bueno algo así… es una productora sencilla, se dedican sobre todo al terror

-¿terror? – pregunto el anfitrión aún más intrigado – yo me dedico al drama

Erina estaba aun con Lionetta en brazos mientras convencía a su bisnieto mayor de comer antes de que su hermanito arrasara también con su plato, el siempre terco Giorgio Zeppeli solo negó con la cabeza y en un susurro lleno de malicia le explico cómo su plan era dejarlo que se llenara y esperar para robarle el postre, ella reía por lo bajo al ver lo maquiavélico que podía a llegar a ser uno de los principales herederos de la voluntad Joestar "cada vez son peores, Jonathan si los vieras" peso con ternura recordando la eterna nobleza de su difunto esposo

-¿y sus hijos señor Adams?

-Mi hija se casó con un extranjero, se fue con él y casi nunca la veo

-¡eso es terrible! – exclamo Caesar – si mis hijas se fueran no lo soportaría

-Es un mal que no se le desea a nadie – comento Joseph ya algo excedido con el vino

-Lo se… mis nietas Anni-Frid y Agnetha* solo vienen una vez al año

-Son súper monas – comento Elizabeth pensando en el abismo de diferencia con sus nietos

Anni-Frid y Agnetha tenía años respectivamente eran rubias como su madre con ojos verdes y mirada suave, las típicas niñitas que juegan a las princesas temen a los insectos y toman te… y bueno cuando aún estaba en New York con su hijo ella misma veía como Holy y Giorgio que apenas si se llevaban un año de diferencia vivían como perros y gatos peleando a los golpes por absolutamente todo, Holy tras esa carita de ángel era terriblemente orgullosa, los demás niños le temían porque era terriblemente irascible mientras que Giorgio el primogénito era sagaz y temerario él era de los que tenía la mente y la lengua terriblemente afiladas adivinando lo que alguien estaba pensando antes de que siguiera hablara y cuando ella se marchó Dante apenas acababa de nacer pero al juzgar por su mirada era más mañoso y engatusador que cualquier jugador al póker con el que se halla topado

-¿vienen acá? – pregunto el niño mayor haciendo cálculos en su retorcida cabecita

-¿tienen dónde jugar? – se unió Dante al complot aun con la boca llena – ¿y juguetes?

-Si – comento Adams convencido de la inocencia de los pequeños – si quieren más tarde pueden jugar allá, también tenemos Dardos y una mesa de Pool…

-El sintió como su prometida le daba un codazo que casi le quiebra las costillas y con una mirada asesina le advirtió que parara, ella tenía su finísima coleccion de huevos de Fabergé

-Más tarde cariño – comento ella entre dientes

-Si… más tarde – tosió sin alientos

-¿y usted está trabajando en algún proyecto?

-Si, Elizabeth me conto de una criada que se fugó con un piloto mercenario. La premisa perfecta para una historia romántica más ahora que ya paso la guerra y es más fácil plantear historias sin toda esa propaganda bélica

-Bastante romántico – suspiro la anciana

-¿y los vampiros? – pregunto Holy en su eterno encanto

-¿vampiros? – pregunto el anfitrión enarcando una ceja

-Si, las mejores historias tienen vampiros – se unió Dante

-Excepto Batman, él no es un vampiro como dicen los niños tontos – explico Giorgio

-Y los monstruos milenarios que salen de los muros – insistió la pequeña rubia

-Jajajajajaja, que imaginación tienen ¿no Eli?

-Si… imaginación…

+++o+++

Al final de la cena todos estaban en la sala de estar charlando junto a la elegante fogata con esculturas de mármol a los lados, Joseph arrullaba a su hija más pequeña mientras esta bebía de su biberón, los demás estaban jugando Poker en un ambiente tan relajado que nadie se percató de como los niños ya estaban metidos en el famoso salón con la mesa de Pool, al parecer a su corta edad Giorgio ya se defendía más que un adulto promedio en el juego además de que él y su hermana jugaban amañando la famosa bola blanca por medio del Hamon, Dante estaba a sus anchas ignorando la batalla campal que libraban los mayores… estaba más ocupado revisando que guardaban todos y cada uno de esos huevos de pascua uno más exótico y refina que el anterior, tan frágiles y hermosos le daban ganas de morder alguno para ver si no eran de chocolate

-¡Fuck! – espeto la rubia al notar que había perdido el tiro

-Entonces a tres bandas – bromeo su hermano creyéndose todo un experto

-¿Qué son tres bandas? – pregunto desconfiada

-Ni idea papá dijo que así también se jugaba – respondió encogiéndose de hombros

-¡miren! – interrumpió el más joven

Ellos lo dejaron todo a un lado para ir a ver que había hecho el más problemático de los tres, el sabia como arrastrarlos en sus líos a la perfección para terminar juntos en el mismo castigo, así que Holy apenas si se aproximó con cuidado temiendo quedarse sin postre de nuevo

-Es un barco – comento sacándolo del huevo

-¡lo rompiste! – exclamo Holy aterrada

-No…

Y puf se le resbalo de las manos reventándose contra el suelo

-Merda! – exclamo la rubio abrazándose al taco – ahora si lo esta

-Pffff no es nada… - comento Dante bastante calmado – solo es pegarlo

-¿Cómo? – pregunto la niña recogiendo las piezas del suelo

-Ya verán – sentencio más que confiado

Al final del día Elizabeth y su prometido despidieron a los invitados que se marcharon bastante risueños, tenían la bendición de Erina la aprobación de Joseph y toda la amabilidad de Caesar a su disposición dejando a Adams mucho más tranquilo, Elizabeth y su hija eran muy amigas así que por ese lado no le inquietaba… ya sellando esa parte del asunto podían casarse sin problemas. El auto naranja brillante se marchó con la enorme familia mucho más calmada, los niños dormían al igual que la anciana mientras Joseph bastante pasado de copas no paraba de fastidiar a Caesar que solo reía a carcajada limpia con las niñerías de su amante

-Bien, ya se fueron – concluyo Adams tomando a Elizabeth por la cintura

-Si… prométeme que no volverás a invitarlos hasta el próximo año - suplico cansada

-Está bien, además no son tan "bizarros" como dices

-¿no? – pregunto incrédula limitándose a levantar ambas cejas

-Son gente bástate des complicada, es todo

-Giorgio dijo que sería cazador de vampiros por aprobación de Erina

-Bueno y algo supersticiosos – insistió

-Holy maldice más que un camionero y Dante me da miedo

-Bueno es una niña criada por hombres acostumbrados a otro estilo de vida… y Dante si da miedo… mucho miedo ¡es más astuto que un zorro!

Ella asintió sintiendo escalofríos al ver lo que la futura generación de Zeppelis deparaba, ¿tendrían el carácter para enfrentar la tragedia de los Joestar? ¿podrían salir victoriosos al oscuro destino de los Zeppeli? Tenían muchísimo potencial, pero con esa actitud que se gastaban no sabía que esperar, encomendando su confianza a que cuando llegue el momento reluzcan su voluntad y valor no le dio más importancia al asunto y siguió en lo suyo

-Ves cariño, no había nada de qué preocuparse

Ella apenas bufo poco convencida y lleno derechito a la famosa mesa de Pool noto como el pasillo estaba muy quieto, los cuadros en su sitio y un ligero olor a tiza inundaba el lugar Bryan le acompaño y encendiendo un interruptor se encontraron con que algo no cuadraba

-El buque esta fuera del huevo – señalo con desconfianza la mujer

-Seguro estuvieron cureoseandooooo – entonces noto algo pegajoso en su pie

-¿es chicle?

Ella tomo la joya y sintió un poderoso destello de Hamon que la sellaba a cal y canto ella pego un respingo de miedo mientras retrocedía chocando con la mesa que al igual que una bomba de humo libero muchísima tiza azul rey dejándoles completamente cubiertos hasta la coronilla, el viejo guionista apenas tosía tratando de quitarse el sabor de la boca

-¿Qué paso?

-Es muy sospechoso – anuncio la mujer quitándose los lentes oscuros dejando ver sus ojos sin untar de tiza - ¿para que la tiza?

-¿de qué hablas?

-Es una distracción – sentencio al ver como el huevo se desquebrajaba

-De entre sus manos salió chicle que aun chispeaba dejando los pedazos sueltos

-¿Qué paso? – pregunto el rubio quitándose la tiza del cabello

-¿aun crees que son lindos?

-Al menos son creativos

-¿eh?

-Mira

En el techo la tiza se había pegado a algo similar a burbujas de jabón que decían Sorry Grandma, con este último detalle ella solo bufo recordando que eran los dignos hijos del peor embustero y posiblemente el peor de los tramposos (capaz de derrotar a un dios) Joseph Joestar.

-En la vida vuelven a pisar esta casa – sentencio colérica

-Aich pero cariño… - replico su prometido con un puchero bastante tierno

-No

-Pero…

-No

-Cariño…

-No me retes Bryan no me retes…

Así se quedaron en medio de la tiza que tardaron días en limpiar hasta del techo.

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*Umberto Tozzi: musico melodico italiano

*Andrea Bocelli es un cantante, tenor, músico, escritor y productor musical italiano.

*Bryan Adams es un cantante, cantautor, músico y fotógrafo, filántropo canadiense.

*Anni-Frid y Agnetha : cantantes suecas y ex-miembros del grupo ABBA.

Sin ser más agradezco mucho que llegaran hasta aquí, recibo con gusto comentarios, correcciones y Hate si es necesario…

¡Hasta la próxima!