EDITADO: 11/12/2019.

Boku no Hero Academia es de Kohei Horikoshi.

Día #8: Extra. Aventuras.


Aventuras


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Echado en su cama, no había nadie más que él que quería evitar el sueño por un rato más. Ya que siente que dentro de poco ya no podrá despertar jamás. Muy sincero pensó, que no volver a despertar era lo más incitante para darse por vencido entre las almohadas, soñar y dar paso a la siguiente vida. Si es que hay una. Después de todo no había nada que lo atara más a esta.

Sin embargo, le gustaba la idea de recordar cada una de sus vivencias, todo ese recorrido que lo trajo hasta este mismo instante, en el que Katsuki se siente más cansando que otras veces. Ya no es sencillo moverse por su cuenta y no hay nadie que le eche una mano para volver acomodarlo en su querida cama. Esa cama que antes fue ocupada por una persona más. Era una linda mujer de rechonchos cachetes y sonrisas empalagosas, que no sabe como lo enamoraron perdidamente. Era esa mujer que entrelazabas sus dedos con los suyos y que acurrucaba su cabeza en su pecho en las noches de invierno, o de verano. No había excusas para no tenerla pegada como chicle sin importar el clima que sea. Era su compañía un estado perfecto. Muy perfecto, al cual se fue acostumbrando tanto, que terminó por desolarlo en el momento en que ya no pudo disfrutar más del calor de su cuerpo junto al de él. Empezó a sentir frio de pronto.

Ella era tan bonita, podía recordar. Ella, su Ochako, quien poseía ojos chocolatosos que brillaban tanto cada vez que le miraban. Esos cabellos del color de las avellanas que eran tan suaves en contraste de su piel áspera. Esa sonrisita delineada de rosa que le hacia pensar que era demasiado perfecta para ser real.

Quizás él no merecía tanta miel, siendo él tan ácido.

Pero, esa relación lo hacia sentir diferente. Lo hacia sentir como si en verdad viviera. Ochako era capaz con su voz de ángel calmar su irritación por cualquier cosa que se viniera de improviso. A ella no tenia que pedirle que se perdiera, no tenia que espantarla. Era con ella todo tan diferente a antes de conocerla y antes de enamorarse. Si es con ella con la cual experimentó tantas, tantas, tantas cosas. No sabe si pudo hacer todo lo que se podía hacer en el mundo en el que ambos vivían, pero si lo suficiente para recordarlas con cariño.

Si hasta viajaron una vez. Si. Era un idea que se le vino en mente una vez que su esposa le había comentado lo mucho que le gustaba la idea. A él no le importaba mucho en cuestión. No le hacia ni más ni menos el quedarse en un mismo lugar por toda su vida si lo consideraba, si es que no tenia que ir por obligación a otro sitio fuera de su pequeño pedazo de tierra, más no por querer. Aunque, Ochako logró convencerlo esa vez para poner en bandeja ante los dos unos cuantos ahorros para poder viajar juntos, los dos solos. Al principio ella no estaba segura del todo, porque aquello implicaban más gastos que unos simples pasajes y una estadía en el lugar destinado. Lo sabían. Pero, luego de que Katsuki dijera un par de palabras poco entendibles para cualquier ser humano normal, más no para su querida pareja, la cual sabía que estaba un poco abochornado debido a su falta de tacto para poder decir "Tengo ganas de hacer esto contigo" es que terminó por acceder sin queja alguno y así complaciendo a su enamorado por no tener que decir nada más al respecto.

Al final solo fueron a un lugar en las afueras de Tokyo, para otro sitio como el extranjero eran palabras muy mayores para ellos que con la justas requerían de unos cuantos ahorros para lo extra. Sus trabajos no exigían para sueldos más beneficiosos.

Pero, no es que viajar fuera de sus mayores aventuras. Si no, eran esos momentos en los que podía estar junto a ella, en las buenas o en las malas. Estuvieran en la casa sacudiendo el polvo o mirando la televisión, en las calles paseando o en el supermercado haciendo las compras de la semana. Eran momentos irreemplazables e inolvidables. Era cada segundo a su lado que él terminaba por enmarcar como sus mayores tesoros. Cuando la besaba, la acariciaba, la sentía y le hacia el amor.

Era tan feliz en aquellas épocas en la flor de la vida, cuando ambos eran jóvenes y se hacían ilusiones con el futuro. Ochako quería niños, muchos en realidad. Casi lo dejaba a él en coma por el número que ella deseaba tener, y la cantidad nombres que llegaban a su cabeza, de niños y niñas. Katsuki, por supuesto, también deseaba formar una familia con ella y lo intentaron. Maldición, si lo intentaron. Lo intentaron tantas veces sin obtener resultado alguno. No fue nada agradable para los dos la noticia sobre su incapacidad para concebir. Lloraron, él lloro por tener ese sueño frustrado. Ella pareció vacía por un tiempo y le dolía mucho verla en ese estado. La consoló, por primera vez en mucho tiempo en que se conocían, ya que era de las pocas veces en que ella se veía más frágil que cualquiera. Luchó por querer que su fuerza interior resurgiera. No hubo nadie más que él para hacerla recuperar su sonrisa de a pocos. No poder tener hijos no iba a ser una piedra en el camino para impedir su felicidad de otra forma. Porque estaban juntos, eso era lo importante. ¿o no? Estaban juntos en todo.

Estaban para su rutina, los nuevos acontecimientos, para las buenas noches al finalizar el día y los buenos días para la bienvenidas a los nuevos. Juntos, siempre juntos.

Eso, cuando Ochako aun pertenecía a ese mundo.

Él lloró más que nunca, encerrado en su habitación a solas, mil veces más que cuando se enteró que no podían tener hijos. Era su mujer, su mejor amiga y compañera de vida. ¿Cómo la iba a dejar ir? ¿Cómo iba a aceptar que ya no iba a estar mas a su lado? Sin importar que ella tuviera su bonita sonrisa incluso el día de su muerte. Con sus arrugas, su pelo blanquecino, sus ojos cerrados. Es que igual sigue viendo a la hermosa fémina de diecisiete, pero más hermosa. Ochako se fue en paz, al menos eso agradece a la muerte quien se la quitó. Sabía que era la ley de la vida.

Él también iba a partir en cualquier instante, él o ella, cualquiera hubiera sufrido tanto como el otro al estar en su lugar. Pero, quedaba el consuelo de una próxima reunión que era incierta para los ojos de los vivos. Sonrió, ¿seria posible? Porque, ya sentía los alambres de su cuerpo desgarrarse y muchas ganas de cerrar los ojos.

"Ya es suficiente" pensó.

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Detrás de las cortinas de sus parpados, apreció la oscuridad en todo su esplendor y ella brillaba delante de sus ojos, de manera jovial y risueña. Era ella nuevamente. Quizás, lo esperaba, quizás siempre fue el bonito ángel que siempre le dijo que era y le bendecía todas las horas del día desde el día de su partida. Era ella quien seguía tan hermosa como recordaba y le extendía la mano.

No le entristecía la idea de su muerte, porque sabe del lugar de partió no ha dejado más que una casa la cual dejo de ser la misma una vez ella se fue. Pero ya nada importaba, porque se tenían uno frente al otro y se sonreían, se querían, se habían extrañado tanto.

Katsuki se sujeta de su mano la cual ha agarrado y besado millones de veces, en momentos tan felices como melancólicos. Al tocarla siente que hay juventud en él, pero la cual siempre hubo porque su amor por ella jamás envejeció. Solo se hizo mas fuerte, mientras más la extrañaba.

«¿Cómo has estado Kacchan?»

«Tsk, no me gusta que me llames así, cara redonda.»

Son cosas que ellos saben, y no les molesta en lo absoluto. Pues, Ochako ríe genuinamente y Katsuki siente el corazón vibrar porque lo vuelve a sentir. Esas sensaciones que solo su hermosa esposa podía provocarle. Eso no cambia ni en la muerte.

Katsuki Bakugou falleció una madrugada en su cama y sonrió como lo hizo su esposa, Ochako Uraraka, quien falleció años antes. Ellos se van dirigidos por el camino de una nueva parte de su historia. Van en marcha de otras aventuras.

Esas que son inmortales y felices, siempre ellos estando el uno con el otro.

FIN.


Notas Finales:

Yo no sé como llega a funcionar fanfiction, pero solo digo si es que terminan leyendo cualquiera de las cosas que escribo, luego de cierto tiempo terminan por tener una metamorfosis. Eso no significa que cambio todo por completo, solo lo arreglo, porque yo al releerlo lo siento feo y simple. Entonces con esta colección me pasa, y más porque escribía para el día siguiente. Muy apurada. Era demasiado para mi. De todos los relatos que he escrito para la pareja, es este mi favorito. Esa idea del amor eterno, de nos encontramos en la siguiente vida y aun así nos seguimos amando es de mis preferidos. A parte de estar muy inspirado en una de las obras maestras de Pixar, Up, que es una película que te hace llorar a moco tendido. Como lo dije en su tiempo, a pesar de ser muy estresante el no saber que tener para el siguiente día, fue muy divertido haber participado para la week. Me gustó idear para esta otp a la cual aprecio mucho, aunque se me hace difícil trabajar un poco debido a la personalidad del querido Bakugou. Pero... ya. Ya lo hice. Soy muy perfeccionista y estoy segura que estaré re-editando esto hasta que un día lo lea y diga "wow, asi esta genial". Así, yo me motivo para poder seguir teniendo ese estilo de escritura mas pulcro y crear más. Un GRAN agradecimiento a todos los lindos que han dejado sus hermosos reviews y haya dado favoritos. Me encanta saber que haya quien disfruta de lo que escribo, me hace muy feliz.