Disclaimer: Persona 5 pertenece a Atlus.
Advertencia: Spoiler de los últimos meses del juego.
Comentarios: Historia basada en el tema del día 14: "El curso del amor verdadero nunca funcionó sin problemas" -William Shakespeare.
Ella no creía en el amor. Y por supuesto que no lo haría, después de tantas decepciones en su corta vida, le era imposible creer que algo tan hermoso e incondicional podría existir. Ni su madre ni padre fueron capaces de demostrar algo así por ella, mucho menos lo haría un extraño.
Eso es lo que pensaba. Y lo único en lo que creía.
Cuando conoció a Ren en el estudio de televisión la consideró atrayente, sus ojos oscuros y su sonrisa cínica le llamaron la atención. Con el tiempo la consideró interesante, pues siempre le ofrecía un punto de vista diferente al suyo, fomentando su capacidad de análisis. Cuando ya era demasiado tarde para arrepentirse, la consideró amable, fascinante, altruista y mil adjetivos más, completamente cautivada por su encanto.
Aún así, no podía permitírselo, por lo que enterró sus sentimientos en lo más profundo de su ser.
Durante el festival escolar, después de que Akechi los expusiera y antes de que se retirara, Ren la alcanzó en el vestíbulo, donde le pidió que la acompañara a dar una vuelta por el instituto. Akechi aceptó y luego de un breve recorrido, ambas terminaron en la azotea. Allí, para la sorpresa de Akechi, Ren le confesó sus sentimientos y la invitó a salir.
Fue una experiencia nueva para ella, en muchos sentidos.
Comenzaron a salir en secreto del resto del grupo a petición de Akechi, pues ella pensaba que su recibimiento sería aún peor si se enteraban de que ahora era la novia de la líder. Por el contrario, Ren insistía en que todo estaría bien y que estaba segura de que los demás respetarían su decisión. Aún así nadie más lo supo, a excepción de Morgana, quien vivía con ella, y tal vez Futaba, pues Ren estaba segura de que debía espiar sus conversaciones en el café.
Pese a sus reservas, Akechi disfrutó de aquel mes siendo la novia de Ren. Ser capaz de compartir el día, o incluso un momento, juntas, haciendo o no algo, era revitalizador. Simplemente estar con ella la hacía sentir mejor. La hacía olvidarse de lo que se venía, y, por ese mes, se atrevería a decir que estuvo lo más cerca de la felicidad que había estado jamás.
Pero como todo lo que empieza tiene su fin, el de su relación llegó pronto cuando completaron el palacio de la Niijima mayor y Akechi debió llevar a cabo la traición hacia el equipo, asesinando a su líder.
Por un segundo dudó. Por otro varias imágenes pasaron por su cabeza, desenlaces positivos, desenlaces negativos, desenlaces realistas, y cuando se enteró, la bala ya había atravesado el cráneo de su novia.
La culpa la invadió, pero no la controló. Entonces, dejó la habitación.
Cuando se encontraron en el cuarto de máquinas tuvo el impulso de correr hacia ella, abrazarla y rogar que la perdonara, pero incluso una asesina como ella tenía su orgullo y ambiciones y no dejaría que nadie se entrometiera en eso, ni siquiera la persona que más quiso en su vida, y probablemente la única que la quiso de vuelta.
El destino era desgraciado, y el amor, aún más.