Los personajes no me perteneces, si no a Gorila senpai, Hideaki sorachi,tampoco la imagen de portada, esa pertenece a su respectivo dueño , lo único que me pertenece es la historia.

Disculpe los posibles errores ortográficos que se llegue a presentar, se corregirán en la brevedad posible.

Aclaraciones hasta el final del capitulo con referente al destino del fic y un par de curiosidades.


Capitulo dedicado a : LostNeko120 ;) de verdad muchas, ¡GRACIAS!

🙇🙇 ❤️❤️❤️❤️😍😍😍💖❤️❤️ 🙇🙇


Capítulo 12. —Hogar.

"Para mí tú eres el sol
Que inundó mi corazón
El camino de mi salvación"

Hombres G- ¿Que soy para ti?

De una forma u otra al final Sougo Okita logró lo que tanto deseo, meterse con la joven china, nunca imaginó que un corazón roto le daría la oportunidad que tanto estaba buscando, no le importaba si esa jovencita no lo amaba, lo único que deseaba era estar dentro de ella.

...

Una sola acción puede cambiar el rumbo de las cosas, si bien Sougo en un principio deseaba aquello, nunca imaginó que Kagura cedería a la primera oportunidad, estaba dolida y buscaba solo consuelo, consuelo que él no le molestaba dar, ese día tras encontrarse con Kagura a medio parque nunca imaginó terminaría yendo a un motel, mucho menos que ella accediera a estar con él, fue una simple caricia, una que desencadenó todo en ese momento.

Lo único que sabía era que por fin sus ruegos daban frutos, que Kagura estaba en esos momentos en esa cama, con los ojos brillos, correspondiendo a cada uno de sus besos y caricias lascivas.

Al final fueron uno, un solo ser.

~o~

Sougo fue el primero en despertar tras ese encuentro pasional, el cuarto estaban a penumbras aunque podía ver como las cortinas filtraba un poco de claridad, no del todo pero podía ver más o menos donde se encontraba. Se giró sólo para encontrar a media cama a la Kagura completamente desnuda, su cuerpo estábamos apenas cubierto por las sábanas, no obstante Sougo podía ver el bien formado pecho que tenía.

Un recuerdo fugaz vino a su mente, a él besando ese bien desarrollando pecho, Kagura gimiendo debajo de él, jamás volvería a decir que era una chiquilla, en tan solo revivir lo ocurrido horas atrás provocaba que Sadomaru despertara.

Se llevó una mano a la cabeza, lo había hecho.

No sabía exactamente cómo debía sentirse, después de todo él quería estar con Kagura, por otro lado Kagura no lo veía más que un rival que amante. Su mente no dejaba de traer el rostro de Kagura, lo magistral que se veía debajo de él, gimiendo, suplicando para que el aumentara la velocidad de sus embestidas, no durmieron hasta entrar la madrugada, Kagura era bastante resistente como creyó, fue bastante bestial lo ocurrido horas atrás, intentó ser suave pero al tenerla tan frágil y sumisa ante él, hizo que su lado sádico saliera, tampoco ayudaba que ella se mostrará bastante sumisa y a la vez agresiva en la cama.

Aún podía sentir sus besos por su cuerpo, a él probando aquel néctar que escondía entre sus piernas, aquel paraíso donde nadie jamás había tocado, el paraíso que sus mini soldaditos había conocido.

El castaño se giró, con la yema de sus dedos comenzó a delinear la espalda desnuda de Kagura, su blanquecina piel estaba llena de chupetones cortesía de él, se inclinó y besó su hombro.

—China— acercó su rostro al de ella, Kagura comenzó a moverse.

—G-Gin-chan— balbuceó, el joven hizo una mueca, dejó salir un bufido. Aun cuando le robó su virginidad, ella no dejaba de pensar en él.

—Estúpida china— soltó, que patético resultó todo eso. —China qué ingrata eres, te acabo de desvirginar y aun así pensando en el jefe, de verdad que das lástima— jaló levemente su mejilla, pero Kagura ni lo sintió, tenía el sueño pesado— me preguntó qué pensaría el jefe sí se enterar que pasamos la noche juntos, tal vez le de igual o quizás...— soltó una carcajada, Kagura dormía profundamente y él solamente hablaba en voz alta como si esperara que ella le contesta, lucía como un idiota. —Al menos fui el primero— musitó.

Okita sentía orgullo al saber que fue el primero en el cuerpo de su rival, pero al mismo tiempo sabía que si el jefe no la hubiera rechazado, la historia sería distinta. Tal vez Sougo era su primer hombre pero eso no significaba que fuera el único, Kagura era una mujer hermosa, no dudaba que ella podía elegir a cualquier amante que deseará.

El primer oficial se levantó, buscó su ropa por la habitación, mientras se vestía no dejo de pensar que si movía bien sus piezas, tal vez pudiera repetirse lo sucedido horas atrás, ¿Qué era lo peor que podía ocurrir? Kagura ya no era virgen, no había excusa para que ellos no siguieran divirtiéndose, no encontraba alguna falla a su lógica, podían tener sexo sin preocupaciones, ambos estaban libres y sin ningún impedimento o bendición de por medio.

Detuvo sus pensamientos, ¿Que había pensado?

— ¡Mierda! — dejó salir, al darse cuenta que no usó protección, no espero que terminaría teniendo sexo con Kagura, sobre todo cuando ella se veía tan hermosa debajo de él, lo último que pensó fue usar preservativo.

—Mierda— soltó al darse cuenta lo que podía pasar.

¿Y si esa noche tuviera consecuencias? ¿Y si esa china quedaba embarazada?

"Santa mierda"

Un hijo, en solo pensarlo le provocó un escalofrío.

Recordó como hace unos días vio a una joven pareja con una bendición a medio parque, el niño no dejaba de hacer berrinche, la madre por más que hablaba no le hacía caso, en ese momento Sougo tuvo pena ajena por ese par de adolescentes calientes, ya que ninguno de los dos pasaba de los dieciocho, sabía cómo controlar a su bendición y cada vez que lloraba el niño, el padre se veía arrepentido de tenerlo (o esa fue la impresión que le dio) ya que no dejaba de repetir que debió usar condón.

Un hijo.

No, no deseaba eso, no por nada hasta el momento no tenía ninguna bendición y eso debía quedarse así.

No estaba para jugar a la casita, era demasiado joven para siquiera pensara tener hijos, no dudaba que si Kagura resultará embarazada estaría cavado su propia tumba, el jefe no lo dejaría vivo, mucho menos toda esas mujeres que eran amigas de china y seguramente Hijikata lo obligaría cometer seppuku, además estaba el hecho que él deseaba seguir teniendo sexo con ella (claro, hipotéticamente hablando que china deseará tener más sexo y no lo matará por dejarle una bendición), sabía que si se embarazaba la panza le estorbaría(claro, ese sería el menor de sus problemas), Sougo no lo pensó más, busco la farmacia más cercana, necesitaba conseguir una pastilla de emergencia y varias cajas de condones, debía hacerlo rápido antes que china se levantara y encontrara sola en la habitación.

~o~o~o~o~

De alguna forma ambos aceptaron tener una especie de relación (aunque en realidad sólo era sexo casual), Kagura no había encontrado falla alguna al argumento de Sougo, además no lo admitiría pero el sexo realmente era placentero, ella solo quería olvidar su corazón roto, además no tenía que pagar nada, Sougo cumplía cada uno de sus caprichos aunque se los cobraba en la cama, más de una vez dudo que si era lo correcto, pero las dudas desaparecían cada vez que ambos estaban juntos, en medio de esa habitación, siendo uno en la cama.

Así pasó el tiempo, ambos adoptaron una cierta rutina.

~o~o~o~o~

"Poco a poco las cosas comenzaron a cambiar, ya no era solo sexo"

Lo esperó paciente en el lugar y la hora acordada, no tardó mucho en llegar, dejó caer su chaqueta a un lado, Kagura estaba recostada en la cama, con las piernas abiertas y una sonrisa pícara, lo vio acercarse, decidió mejor sentarse, le seguía sonriendo mientras Sougo arrastraba los pies, no tardó mucho en notar que la ropa de su amante estaba llena de sangre, rápidamente se alarmó ¿Acaso lo habían herido?

— ¿Estás herido?— su voz sonó preocupada, Sougo se acercó a ella.

—Eso no importa— la tomó de la barbilla, sus ojos azules lo miraban.

—Sádico.

—No te preocupes, todo está bien—acarició su rostro, bajo sus labios a los suyos, la besó apasionadamente, en ese momento el castaño solo quería olvidar, solo quería estar con su china.

Pero Kagura no estaba conforme con esa nula respuesta, no dudo en romper aquel beso y mirar a Sougo.

—Sádico ¿Que pasó?— exigió saber.

— ¿Porque piensas que pasó algo? — replicó él, deseando no hablar de ello.

—Tú ropa está manchado de sangre, puedo sentir el olor a muerte, sádico.

—China, no quiero hablar.

—Pero yo sí—inflo sus mejillas y se cruzó de brazos, actuaba como una niña pequeña, deseando saber lo que pedía, Okita nunca espero esa acción por su parte, mucho menos que se preocupara por él.

El primer oficial no quería hablar, estaba enojado, sentía una gran impotencia, una ira que no lo abandonaba, se sentía triste e incluso culpable Sougo ni siquiera sabía cómo debía sentirse, aquel día tuvo una sencilla misión, una redada que no representaba peligro alguno, pero todo salió mal.

La cosa es que Sougo perdió a cuatro de sus doce hombres, cuatro hombres que eran relativamente joven y uno de ellos padre de familia.

—Sádico.

—China.

—Vamos, dime ~aru.

—No es algo que te interese.

— ¿Quién dice jum? Vamos, dime qué pasó ¿Porque estás así? Sádico. — se debatió un rato, pensado si era lo correcto decirle a Kagura lo que pasaba, al final no le quedo de otra.

—Tenía una misión, una redada que no representaba peligro alguno, sin embargo...— el joven policía sonrío amargamente— todo salió mal, antes de darme cuenta ocho de mis doce hombres resultaron heridos...— dejo salir— cuatro fallecieron rumbo al hospital, está sangre que vez china, es la sangre de la muerte. — sus ojos rojizos se veían turbios, el castaño aún podía imaginar la escena, como sus subordinados pedía ayuda y como el último de ellos lloraba y pedía por su hija. Su hija nonata que no llegaría a conocer.

A veces olvidaba lo peligroso que era su trabajo, lo que implicaba, él siempre fue consciente que tal vez un día moriría en combate, no era algo que le desagradaba pero no todos pensaban así, algunos tenían familia, esposas o hijos esperando su regreso, a diferencia de él que nada tenía.

La habitación quedó en silencio, la joven Yorozuya no sabía que decir, Sougo estaba mostrado una faceta nueva, una que Kagura poca veces veía, podía ver la inquietud en los ojos de su amante, la misión realmente le afecto.

Incluso si él era un sádico de mierda, un estúpido bastardo, él también era humano, tenía vidas a su cargo, hombres que peleaba por él, no dejaba de sentir culpa, era Okita Sougo capitán de la primera división, nadie debía morir bajo su cargo, nadie que no fuera Hijikata.

En otro tiempo a Sougo le daría igual, pero ella lo sabía, no era el mismo joven de dieciocho años que conoció, el hombre que estaba en su rezago tenía veintitrés, ya no era un niño sino un hombre en toda la extensión de la palabra.

Estuvieron un rato en esa posición, al final Kagura invitó a Sougo a tomar un baño, ella lo ayudó a limpiar todo rastro de sangre de su cuerpo, no solo eso, curó cada una de sus heridas. Sougo no dejaba de sentir una sensación rara, sobre todo al ver como su china se preocupaba por su estado.

A veces olvidaba que Kagura pudiera ser madura, de alguna forma estar con ella le reconfortaba.

Ahora mismo ella estaba terminando de vendar su dorso, Sougo sintió un leve cosquilleo, uno que no se iba de su estómago, por un momento pensó que era hambre o incluso deseo, pero era muy diferente a lo que sentía normalmente.

—Listo— sonrió orgullosa de su vendaje, el oji carmín la miraba fijamente, no dejaba de pensar que Kagura era bastante cálida.

— ¿Que tanto me miras ~aru? ¿Acaso tengo algo? ¿O te parezco bonita?—bromeo la joven, el castaño negó con la cabeza. — Idiota— mascullo la joven.

—Solo pensaba.

—Ah sí, dime ¿En qué pensabas?— ella lo miraba con esos ojos azules, esos ojos que le transmitían paz.

Dudó un momento más luego sonrió.

—Tengo hambre, china, porque no pedimos algo a la habitación.

—Ahora que lo dices, muero de hambre ~aru—sonreía de oreja a oreja— quiero ramen, también pizza— la comida era lo único que la hacía feliz pensó, la vio marcar por teléfono y pedir comida, la forma que ella hablaba, la forma en que lo miraba, despertaba algo dentro de Sougo, algo que de alguna forma le gustaba mucho.

~o~o~o~o~

"Poco a poco sus sentimientos empezará a manifestarse."

—China— la tomó entre sus brazos, Kagura podía sentir como Sougo delineaba la punta de su oreja con su lengua, sus manos descendía por su cuerpo, podía sentir la leve erección que se levantaba entre sus piernas, Sougo la tomo por la espalda, la había acorralado a la pared. La hizo girar y sus ojos azules se encontraron con los carmín de él, sus labios no tardaron encontrarse, una feroz batalla estaba comenzando, se separaron levemente, Sougo estaba sudando con la respiración entre cortada. De un momento a otro se desmoronó, cayó inconsciente encima de Kagura.

— ¿Qué rayos? ¡Estás ardiendo! — hasta ese momento Kagura se percató que su amante estaba ardiendo en fiebre, ella no dudó en acostarlo en la cama, el hombre abrió levemente sus ojos.

—China— musitó con voz débil— hay que hacerlo.

— ¡Eres un idiota! Estás enfermo ¿Por qué rayos viniste? — indagó, la joven buscó a su alrededor, algo para bajar la fiebre, sin embargo no encontró nada, Sougo tomó uno de sus brazos.

—China, basta estoy bien— pero sus mejillas estaban rojas, estaba sudando y sentía un fuerte dolor en la cabeza, aun así estaba dispuesta a estar con ella, tenían dos semanas de no verse, todo por culpa del trabajo de Sougo.

—Creía que los idiotas no se enfermaba— pero ahí estaba él, con las mejillas rojas y ardiendo de calentura, la joven de ojos azules desnudo a Sougo y lo metió a la cama, pidió a recepción si le podían conseguir un par de compresas y pastillas para la calentura, aunque en un principio se negaron en recepción, bastó con que Kagura los amenazará para que en menos de diez minutos le llevará lo solicitado.

La Yato se encargó de darle la medicina y cambiar a cada tanto la compresa para bajar la fiebre de su amante. Lo observó dormir y a cada rato lo escucha balbucear su nombre.

Incluso cuando él se despertó a media tarde, ella lo ayudó a comer.

—Abre la boca— le decía mientras le daba caldo de pollo que pidió a recepción.

—China— era raro que ella lo intentará alimentar, solo tenía fiebre no estaba inválido, no obstante dejó que ella lo alimentará, extrañamente se acordó de su hermana y como cuidaba de él cuando se enfermaba. Se sintió bastante reconfortado, nunca espero volver a sentir esa sensación, Kagura le decía que abriera la boca y le metía la cuchara de sopa, aunque fuera algo tosca no le quitaba los puntos de verse preocupada por él, al final Sougo volvió acostarse, se quedó profundamente dormido.

El tiempo pasó rápidamente y antes de darse cuenta ya había anochecido. La joven Yorozuya debatió mucho tiempo consigo misma, dudaba en irse o quedarse.

—Oye sádico— no deseaba levantarlo, pero tenía que irse, Sougo no tardó mucho en levantarse y tomar asiento.

— ¿Qué pasa china?

—Tengo que irme, ya es tarde y...

—Está bien, no te preocupes es solo un resfriado— ella no estaba tan segura, se veía bastante débil—no tienes por qué preocuparte.

—Yo no me preocupo, yo solo, tienes que tomar esta pastilla — ella le una caja de pastillas— tienes que tomar uno a las ocho y media —El policía solo la escuchó, asintió a lo que decía la joven, Kagura seguida dudado. Tocó su frente cerciorándose que ya no tuviera calentura, en efecto la temperatura había bajado pero aún estaba algo tibio.

—Gracias china— debería estar tan enfermo como para agradecer a Kagura, Sougo se recostó nuevamente en la cama.

Al final ella regresó a la Yorozuya pero el remordimiento no la dejaba, no estaba segura si era correcto que Sougo se quedará solo, ¿y si se olvidaba de las indicaciones que le dejó? ¿Y si la fiebre le regresaba? Varias preguntas retumbaba en su mente, mientras más lo pensaba más de preocupa por el bastardo.

Shinpachi fue el primero en recibirla, Gin como siempre se encontraba leyendo la Jump.

—Hasta que llegas, ¿Dónde andabas Kagura?— preguntó su tutor desviado su vista hacia ella.

—Yo… estaba con Soyo. — el hombre de lentes de percató que Kagura no se encontraba bien.

— ¿Que tienes Kagura-chan? Te veo algo preocupada.

— ¡Eh! No estoy preocupada por ese… digo yo...

— ¿Ocurrió algo Kagura-chan?— preguntó cómo toda madre preocupada el joven de lentes.

—Yo...— dudó por un momento— lo que pasa es que… Soyo está enferma— no era de mentir pero en ese momento no se le ocurrió nada mejor que eso, "lo lamento Soyo-chan" pensó— yo solo estoy algo preocupada…

—Tranquila, ya verás que se recuperará pronto.

—Pero Gin-chan ella está sola.

—Kagura…

—Ella me pidió que… me quedara y yo...— tanto Gin como Shinpachi intercambiaron miradas.

—Kagura.

—Gin-chan yo… yo quiero quedarme con Soyo, ella está solita, no tiene a nadie que la ayude.

—Kagura. — el hombre del permanente se acercó a ella, acarició su cabeza.—Está bien.— le sonrió.— puedes quedarte con Soyo.

—Gracias Gin-chan— la jovencita no dudo en tomar varias cosas para poder irse, Sadaharu la miraba con ojos acusadores, el can sabía que mentía.

Tanto Gin como Shinpachi observaba como su pequeña niña tomaba un par de ropas e incluso tomó algo de comida.

—Cuídate mucho, Kagura-chan— se despidió el hombre de lentes, ya era algo tarde así que el hombre de lentes no dudó en acompañarla— si quieres puedo acompañarte con.

—Adiós ~aru nos vemos mañana— no le dio tiempo de que terminara de hablar, la jovencita en un dos por tres salió corriendo del lugar.

No tardó mucho en llegar al motel, se encontró con el cuatro en penumbra, predio la luz, Sougo de despertó y la vio ahí en medio del cuarto con las mejillas rojas y a respiración entrecortada.

—China— dejó salir— ¿Qué haces aquí? ¿Ocurrió algo?

—Ya te tomaste las pastillas— Sougo negó con la cabeza— ¡Te dije que lo tomarás a las ocho y media!— lo regaño como si fuera un niño chiquito, la joven cambió sus compresas e hizo que tomara la pastilla.

Kagura se recostó a lado de Sougo, lo miro dormir mientras ella pensaba en lo que había hecho, les había mentido a Gin y a Shinpachi, todo por regresar con ese bastardo sádico, ella sentía que no podía o más bien no quería dejarlo solo.

Ese hombre estaba ocupado más de sus pensamientos de lo que debería. Sougo se estaba convirtiendo alguien presente en su vida. Pero no es como si nada lo estuviera sino más bien era algo que se estaba haciendo notar.

A la mañana siguiente cuando Sougo despertó, se encontró con una imagen que nunca olvidaría, Kagura en algún momento se quedó dormida con las compresas en las manos, se veía hermosa recostada en su pecho, recordó como la jovencita lo cuido toda la tarde y como lo alimento, el joven posó una de sus manos en su mejilla, la acarició con dulzura.

—Gracias, china.

~o~o~o~o~

"Sin darse cuenta su relación dejó de ser meramente sexual, esos sentimientos que nunca tuvieron nombre empezaba a manifestarse sin que se diera cuenta."

Sougo Okita se encontraba estacionado cerca del distrito Shinjuku haciendo guardia. A cada tanto maldecía al bastardo de Hijikata por mandarlo ahí, pronto sería medianoche y él estaba aburrido, lo peor es que deseaba estar con la china de la Yorozuya, después de meditarlo un rato decidió regresar al cuartel, dormiría lo que restaba de la noche y luego le diría al bastardo que cumplió su turno como siempre. Estaba a punto de encender el carro hasta que alguien golpeo la ventana.

Jamás espero encontrarla ahí, a medianoche y lejos del distrito kabuki, Kagura estaba ahí, se veía bastante ansiosa, de un momento a otro ella abrió la puerta.

—China ¿que ocuri…?— no lo dejó hablar, se abalanzó directo a sus brazos, los labios de Kagura atraparon los suyos. Era una posición incómoda, él sentado en el asiento del conductor con Kagura a horcajadas encima de él.

—China.

—Vamos.

—China...

— Te estuve buscando—dijo entre jadeos mientras besaba su mejilla y le quitaba esa molesta corbata.

— ¿Buscando?— ella empezó a desabotonar su camisa. Sougo simplemente sintió como el pecho de Kagura rozaba con sus pectorales.

— ¿Estás ovulando? — negó con la cabeza pero Sougo sabía que era así, ella desabrocho su pantalón mientras que él levantaba su vestido hasta que le llegará un poco más arriba de su cintura, rápidamente Sougo se percató que Kagura no traía ropa interior.

—China— le sonrió al momento que acariciaba sus labios, ella comenzó a bajar su boxer dejando salir a su Sadomaru—eres una sucia, tanto quieres que te la meta— de sonrojó al escuchar la forma vulgar como le hablaba, no lo admitiría pero le gustaba que le hablara sucio, eso la excitaba.

— ¿Quieres que te la meta?— ella no respondió, mojo uno de sus dedos para luego acariciar su sexo, de forma suave pero con el pasar de los segundo empezaba a ser más fuerte.

—Yo —no dejo que terminara de hablar, la besó con ímpetu al mismo tiempo que la penetraba con sus dedos, podían sentir lo mojada que se ponía cada vez que jugaba con ella, no hizo falta para que esta estuviera realmente lubricada ni siquiera esperó a que Sougo terminará cuando Kagura se colocó encima de miembro.

— Vamos— pidió— quiero sentirte— él ni la hizo espera, se introdujo dentro de ella. Los besos y arañazo no hicieron falta, Kagura y Sougo estaba teniendo un encuentro pasional en el auto del Shinsengumi.

Si Hijikata se enterara no dudaba que lo obligará a cometer Seppuku por ensuciar el auto, pero él no tenía por qué saberlo así como tampoco debía enterarse de los constantes encuentro que tenía dentro de los dormitorios del Shinsengumi.

Kagura se movía magistralmente, mientras Sougo dejaba su esencia en ella, la pasión reinaba en esos momentos sus cuerpos, no pensaba en nada más que su propia satisfacción, ni siquiera en las consecuencias que podría acarrear todo eso. Sougo no estaba usando protección y en esos días eran los más fértiles de la Yato.

No ocurría siempre pero Sougo estima que al menos cada cuatro periodos, los instintos Yato de Kagura salían a flote.

Ella se lo dijo la primera vez que brotó en ella el deseo de fornicar días antes de su periodo, cuando su cuerpo estaba ovulando.

No pensé que pasaría —admitió después de una larga sesión de sexo.

¿Qué? ¿Qué estuvieras en celos?

¡Estúpido!—le gritó pateando levemente su pierna. — El calvo tenía razón al igual que mami

Eh, ¿de qué hablas, china?

Papi me prohibió estar cerca de los hombres cuando estuviera mi periodo. — empezó envuelta en las sábanas, era el cuarto mes de su periodo, el cuarto meses desde que se volvió sexualmente activa, no se imaginó que la joven llegaría y lo jalaría al primer motel que encontrara, la Yato solo quería sexo en ese momento— Somos Yato, nuestro instinto es pelear hasta morir pero también es dejar descendencia .

¿De qué hablas?

Somos una raza casi extinta nuestra misma naturaleza quiere que nos reproduzcamos

Así que solo vienes a succionar mis mini Sadomaru, Eh guarra.

¡Estúpido Bastardo!— Kagura lo golpeó nuevamente, sin embargo Sougo no perdió oportunidad para nuevamente atraparla en sus brazos— suéltame

No—sonrió sorna— ¿quieres que te dé comer?

Bastardo— gritó roja pero no lo negó.

A Sougo no le molestaba tener esos encuentros meramente sexuales, pero en los periodos donde Kagura se encontraba en celos. Se le hacía caía imposible detenerse para no esparcir sus semillas. Más que una vez tuvo que detenerse antes de eyacular dentro de ella, de forma inconsciente Kagura intentaba por todo los medios tener los soldaditos dentro de su cuerpo, su instinto Yato casi la obligaba a que Sougo se viniera dentro de ella.

—Mami me dijo una vez que hay ocasiones que uno busca estar con su esposo intensamente—Kagura estaba sentada en el lado del copiloto tapada por la chaqueta de Sougo, se veía bastante avergonzada, ni siquiera le dio tiempo de reaccionar a Sougo, ella simplemente lo devoro en ese auto—... que solo desea su compañía, no entendía muy bien que intentaba decir, pero recuerdo que Kamui solía llevarme a comprar todo el día en ciertos meses del año, ahora entiendo todo, mami también quería estar así con Papi, que asco— río, Sougo simplemente la miró, Kagura pocas veces hablaba de su familia y cuando lo hacía Sougo siempre notaba cierta tristeza en sus ojos azules.

—Vamos china, quita esa cara, sigamos calmado tus celos.

— ¡Estúpido bastardo! Yo no estoy en celos—gruño la chica, sin admitir que realmente deseaba estar con ese bastardo.

—Claro que no, solo quieres que te dé una bendición— dijo con sarcasmo— no te preocupes china, yo no duermes, te llenare el tanque de gasolina con muchos Sadomaru.

— ¡Eres un idiota!—no le dio tiempo de continuar, en un según Sougo la atrajo a su regazo, se deshizo de su chaqueta, ambos dieron riendas sueltas a su pasión a medio auto.

Sougo no pensó más allá del placer que tenía en ese momento pero al finalizar aquel acto e irse a un motel de los tantos conocidos por la pareja, se puso a reflexionar lo que pasaría si Kagura llegara a embarazarse. ¿Sería lo suficiente fuerte como para que ella se quedará a su lado? Sería una razón viable para formalizar lo suyo

Un hijo.

No es como si la idea le enfermara, no, él no quería hijos hasta quizá en unos años más, cuando Kagura y él fuera lo suficiente maduros. Detuvo sus pensamientos ¿acaso pensaba en un futuro no muy lejano forma una familia con Kagura?

Sougo no se no recordaba haber pensado en tener algo más que sexo con esa chiquilla, ahora estaba planeando un posible futuro y aun cuando la idea resultaba algo desconcertante

Sougo no dejaba de pensar lo que pasaría si ella tuviera un hijo suyo.

Extrañamente pensó en su hermana y su infancia. Quizás solo tal vez no sería malo pensar a futuro.

Dudaba encontrar alguien tan resistente y volátil como Kagura y no creía que el jefe viera a Kagura de otra manera pero y ¿si lo hacía?

Por primera vez en meses Sougo no se quitó de la cabeza un posible futuro donde al final Kagura fuera correspondida con Gintoki, esa sensación no fue más que un sabor amargo en su paladar.

Al mismo tiempo se percató de que le molestaba pensar tan siquiera que ella podía cambiarlo por el jefe. Ahora que reflexionaba se supone que todo terminaría en algún momento, no es como si Kagura fuera eternamente de él.

El pensamiento no abandonó a Sougo durante los meses siguientes, sobre todo cuando después de un encuentro pasional la joven china no tardaba en irse.

Más de una vez Sougo la tomó entre sus brazos y beso su oreja.

—Quédate. — se lo dijo con una voz que ni siquiera sabía que tenía, una voz suave y dulce. Esa acción la hizo desconcertase por un momento.

La ojiazul se volteó a ver al reloj de pared que tenía en la habitación, generalmente ellos tenía sexo, Kagura miraba a cada tanto la hora para luego vestirse e irse, siempre era así.

—Me tengo que ir— se excusó.

—Quédate— le pidió nuevamente— quédate solo por hoy.

—No puedo sádico.

— ¿Porque no?

—Gin-chan se puede dar cuenta.

—Kagura.

Jamás le hablaba por su nombre, siempre era china o gorila, para que le hablara por su nombre significaba dos cosas, que estaba molesto o estaba cariñoso, Kagura creía lo primero.

— ¿Sigues pensando que él te mirará más que una hija?

Kagura dejó un lado su ropa, se volteó a ver a Sougo.

— ¿Qué?— él la tomó de la barbilla.

—Dime ¿tienes miedo que nos descubran?

— ¡¿Que rayos te pasa?!

— Dime — exigió, de pronto se sentía bastante intranquilo, como si creyera que ella lo pudiera cambiar

— ¡¿Qué te pasa?!

— Solo dime ¿Sigue pensando que él te hará caso?

Ella no contestó, pero no era porque realmente pensar aquello, hasta ese momento Kagura no pensó en sí gin le hiciera caso, desde empezaron sus encuentros sexuales con Sougo, Gintoki paso a un segundo o un tercer término. Su mente quedó eclipsada por el placer que le daba Sougo, lo apasionado que era con ella. Por esa razón no sabía que contestarle en ese momento.

—Yo.

Pero Sougo aun cuando su rostro lucía estoico, la realidad era que estaba molesto.

Él la soltó, se giró y comenzó a vestirse. Ahora le generaba repulsión tan siquiera escuchar lo que diría.

—Sádico—intentó hablar, mas nada salía de sus labios.

—Es cierto, ya es tarde, vamos, el jefe te espera. — no esperaba esa reacción de su parte, mucho menos lo duro que se comportó con ella.

Kagura no lo admitiría pero escuchar hablar así a Sougo le provocó una sensación, por alguna extraña razón ella quería decirle que no era lo que pensaba, que Gin ya no ocupaba tanto sus pensamientos, que por el contrario Sougo era algo que se mantenía bastante constante en su mente. ¿Acaso era por el sexo o tal vez algo más?

El joven policía estaba a escasos centímetros de la puerta, están a punto de irse hasta que ella lo detuvo.

—China.

—Quédate— ahora fue a ella quien lo pidió, Sougo la miró sin poder creer lo que decía.

—Dijiste que—no dejó que terminara de hablar, lo besó. Él estaba molesto no quería que ella lo callará de esa manera, aunque se resistió al final cedió, después de todo esa mujer era su debilidad.

~o~o~o~o~

"El amor ya no pudo ocultarse más"

El tiempo pasaba y Sougo se esa cuenta de lo importante que esa jovencita era para él, lo que ella era y lo que le hacía sentir.

El sexo era algo bastante bueno y placentero pero no era solamente eso, lo supo cuando cumplió veinticinco, después de casi dos años de tener una relación meramente sexual, se percató que esto no era así, aún aunque sus encuentros se basaban en sexo no era lo único que tenía, sin darse cuenta ambos poco a poco se fueron abriendo con el otro, Sougo conocía a la perfección las cosas que podían triste a Kagura, así como ella sabía las debilidades y los miedos de su amante.

El joven castaño fue el primero en darse cuenta de sus sentimientos y al mismo tiempo fue quien procuro que la relación avanzará a la dirección que él deseaba.

Nunca fue de pensar a futuro pero ahora ya no dejaba de hacerlo. No dejaba de pensar en un futuro no muy lejano, donde esa chiquilla gorila lo esperara en su casa, deseó con el paso de los meses que esa pelirroja fuera solo de él. Deseaba que ella estuviera esperándolo en casa.

Porque era vació regresar a su cuarto y no encontrarse nadie que lo esperara, como ir a uno de los tantos moteles, donde Kagura lo esperaba.

Mucho menos cuando pasaba larga horas en la Yorozuya sin que ninguno de los dos hombres estuviera presente. El estar con Kagura y su pulgoso perro lo reconfortaba.

Sougo fue el primero en darse cuenta de lo que sentía. Lo que él no deseaba era solo joderme la vida al bastardo de Hijikata ni buscar una sumisa que lo complaciera. Okita no era un ningún niño pequeño, era un hombre y sabía lo que quería.

Un hogar.

Un hogar incluso si él nunca lo quiso en un principio, ahora lo deseaba, anhelaba formar una familia con esa mujer de cabellera rojiza. No dejo de imaginar a Kagura junto con Sadaharu esperándolo en una pequeña casa que vio que rentaban cerca de Shinsengumi, no dejo de imaginar a Kagura cargando entre sus brazos a un pequeño ser con las mejillas regordete y de cabellos rojizos, uno que lo llamará "papá", era estúpido, lo sabía, un hombre sádico como él anhelado aquello era absurdo.

Sonaba estúpido, Sougo no nació para tener una familia, su vida era el Shinsengumi pero ahora esa jovencita lo hacía replantear lo que deseaba y aun cuando era más de las 4 de la mañana. Sougo no pudo ocultarlo más.

Amaba a esa china mal hablada y poco recatada, amaba a esa grosera jovencita que lo retaba con la mirada, no era solo sexo, él realmente se había enamorado de ella, estaba enamorado de Kagura de la Yorozuya y él solo quería una sola cosa.

Él solo quería que ella le perteneciera y siendo un poco hasta deprimente se dio cuenta que tal vez la jovencita no quisiera compartir una vida con él.

Pero se lo prometió

Se promedió que no descansaría hasta que esa jovencita fuera única y exclusivamente de él.

Él había encontrado lo que tanto había buscado, algo que nunca pensó tener. No desde que murió su hermana y se unió al Shinsengumi.

~o ~o~o~o~

"Al final encontró lo que nunca imaginó, un hogar al cual regresar"

Al final lo consiguió Sougo no daba crédito a lo ocurrido, después de empezar una relación meramente sexual se convirtió en algo más, si bien él no planeó nada de lo ocurrido, al final la relación de hizo evidente y su deseo por vivir juntos se hizo realidad. Aunque hubo contratiempos por parte de la Yorozuya ni qué decir del Shinsengumi, al final Kagura acepto irse a vivir con él (sin olvidar a Sadaharu), Sougo rento una casa donde vivía con su mujer y su dios perro.

Era extraño pero al mismo tiempo reconfortante.

Llegar a esa casa y encontrar a Sadaharu junto a Kagura era algo que le gustaba mucho. Sobre todo cuando Kagura se dormía esperándolo tras una larga misión, le gustaba ver a Kagura en el sofá durmiendo con Sadaharu esperando su regreso.

Ni que decir cuando se iba a misiones de dos o tres días fuera de Edo. Cada vez que regresaba Kagura estaba ahí.

— ¿Que me trajiste ~aru? — cuestionaba como una niña chiquita

— ¿Que te hace pensar, que te traje algo? — le respondía. Kagura tomaba lo primero que encontraba para arrogárselo.

— ¡Maldito bastardo! —Iniciaba una pelea, una que terminaba con Sougo apaleado mostrado lo que ella tanto pedía.

—Son dulces— La sonrisa que le regalaba era mágica, sus ojos brillaban de felicidad, más cuando se trataba de dulces o comidas que Sougo le traía.

— ¡Mira Sadaharu el bastardo de sádico nos trajo dulces! — la glotona no dudaba comérselo todo.

El perro no se quedaba atrás. Saltaba encima de él pidiendo su regalo.

Al final hasta Sadaharu se ponía a jugar o a comer (dependiendo de lo que le traía su otro dueño), almorzaban(o cenaban todos juntos) además de tomar un baño con Kagura, lo último que hacía era dormir rodeado de Kagura y a veces de ese perro. Era extraño sí pero muy reconfortante.

Despierta y ver a Kagura a su lado, a Sadaharu trayendo sus chanclas babeadas. Kagura intentado cocinar otra cosa que no fuera arroz con huevo.

¿Qué más podía pedir?

Tenía una familia, un lugar al cual regresar, tenía una casa, a la mujer que más amaba, incluso un perro con complejo de hijo, no podía ser más feliz como lo era en ese momento y aun cuando ella no se lo dijera, sabía que Kagura lo quería, en algún punto Sougo incluso deseo que el amor que sentía por Kagura diera frutos. Un pequeño ser, una parte de él, un hijo.

Un hijo que lo llamara "Papi", a veces se reía por las tonterías que pensaba pero aun así, no dejaba de imaginar su futuro, su futuro a lado de esa Yato y ese perro pulgoso, Okita era feliz, feliz con su pequeña y ruidosa familia.

Por eso esa misma noche tras despedirse de Kagura, lo decidió, una vez que regresará de esa misión que duraría 3 semanas, le pediría a Kagura que fuera legalmente esposa.

Con ese pensamiento Sougo se fue, sin saber lo que el destino le tendría preparado, sin saber que sus sueños quedaría hecho trizas tras su regreso.

Él no tenía nada hasta que ella se convirtió en su todo, Kagura era su hogar, su familia.

"Para mí tú eres mi hogar
Donde yo quiero llegar
Abrazarme a ti para dormir
Ahora dime sin pensar si este amor es de verdad
Dime, ¿qué soy para ti?"

Continuará...


Notas finales:

Como dijo , agradezco infinitamente a todas esas personitas que se han tomando el tiempo de leer, comentar y votan este fic. Me siento muy feliz ❤️💖😍🙇😘 uwu de verdad gracias.

Lo prometido es deuda, aquí esta la continuación del capitulo anterior, debo decir que esta segunda parte fue la que mas me gusto, me gusta mucho escribir los sentimientos de Sougo uwu por eso hubo muchas escenas, sobretodo mostrado su lado menos sádico. Para este capitulo me inspire en la canción "¿que soy para ti?" de hombres G.

Como puede darse cuenta hay dos referencias de doujishi en este capitulo, la escena de Kagura y Sougo en el carro fue inspirado en el dj de atelier"conejo de medianoche" , el segundo dj que me inspire fue el de loli samurai, en el dj "Marcas Ocultas".

Como pudimos darnos cuenta, los sentimientos de Sougo cambiaron así como los pensamientos con el pasar de los años, lo que sentía por Kagura, así como la idea de tener hijos, quizá algunos piense que todo esto es relleno pero no es así, la escena del sexo, las escenas dulces son por algo, en el siguiente capitulo veremos el contraste, el como la relación de ambos cambian y llega a lo que muchos estaban esperando desde el capitulo 6, la ruptura xDDDD

La cual no se cuando subiré porque aun no tengo nada escrito, pero si tengo inspiración puede que antes de terminar el mes actualice :v aunque no es nada seguro.

Ahora bien x3 dígame :¿ les gusto el capitulo? ¿que les pareció? ¿ se esperaban todas estas escenas?¿como creen que a Sougo le afecte la indiferencia de Kagura? este capitulo es para que se saboren lo sad que se viene jajajaja XD ok no :'v la tormenta empieza en el siguiente capitulo, tenga a la mano pañuelos :'v estamos llegado al inicio de este fic ;o;

todo eso lo sabremos en el próximo capitulo de su telenovela favorita.

Nos vemos ❤️

De verdad gracias, los quiere Frany ;) ❤️💖😍🙇😘

p.d: no olvide que un comentario siempre es bien recibido, nunca sabes lo feliz que puedes hacer a uno, sobretodo si has tenido un mal día, ya sea aquí o con otra autora, nunca olvides comentar ;) nunca sabes si puedes estar salvado un fic de ser cancelado.

Nos vemos ;)❤️😘

p.d: no olvide que un comentario siempre es bien recibido, nunca sabes lo feliz que puedes hacer a uno, sobretodo si has tenido un mal día, ya sea aquí o con otra autora, nunca olvides comentar ;) nunca sabes si puedes estar salvado un fic de ser cancelado.

Nos vemos ;)❤️😘

~o~o~

Gracias por sus comentarios, sobre a todo aquellos que se toma la molestia en leer este fic, aquellos que solo leen y agrega en favorito x3 también gracias :'3 me hace feliz que alguien me leen.

Actualizado.

15/07/2019