Los personajes no me perteneces, si no a Gorila senpai, Hideaki sorachi,tampoco la imagen de portada, esa pertenece a su respectivo dueño , lo único que me pertenece es la historia.

Aclaraciones:

Semi Au

Cursiva: recuerdos anteriores,pensamientos.

—: diálogos

Los personajes puede contener Out of Character (OoC): fuera del personaje .

Darkfic,angst, Hurt/Comfort, sad

Leer bajo su propio riesgo, posibilidad de que llores,puede lastimar su corazón.

Cronología :Kagura tiene 23 años y Sougo 27 años, 9 años en el futuro.


El siguiente fic pertenece al reto del grupo de whastApp "Retos Vergas" "Buscado trabajos locos"

Grupo de shipeo, especialmente Okikagu)

día 21 "Pelea/ discusión"


Anhelo

Por frany

Capítulo 1.- Vínculos rotos.

"Ella anhela muchas cosas, de las cuales quizá jamás podría tener."

—Gracias por siempre quedarte conmigo. — su sonrisa se ensanchó, Kagura le sonrió como siempre, Kouka era capaz de hacer un día gris y sin vida en uno lleno de vida—Contigo aquí, sé que nuestra familia estará bien. —tal vez tenía solo seis años y no supiera muchas cosas, pero Kagura entendía aquellas palabras, esas que guardaría en sus recuerdos infantiles junto al rostro de su amada madre.

—Mami. —Kouka acaricia con suavidad su pequeña cabecita.

—Y si algún día formas tú propia familia, espero que sea así de unida, aunque sean estúpidos o bobos, siempre que ellos esté contigo y te amen, no importará nada más —le susurra la mujer de ojos verdes, añorando que su amada hija llegará ser feliz y que nunca más estuviera sola.

—Una familia— sus pequeños ojos azules brillaron con inocencia, Kagura observó a su madre fijamente — una familia — repitió imaginado a un hombre que no tenía rostro cargado a un pequeño bebé, las mejillas de Kagura enrojecieron levemente.

—Llegara el día que tengas tú propia familia ,un lindo esposo que te amé, pequeños niños llamándote mami —los ojos de Kouka se nublaron al imaginar un futuro donde ella seguramente no estaría — pero aun cuando llegues a formar tú propia familia, nunca olvides la nuestra pequeña Gura-chan —Kouka tocó levemente la nariz de su pequeña niña.

—Te prometo mami que algún día tendré mi propia familia— sonrió — será grande y muy ruidosa, estaremos todos juntos, Kagura nunca se olvidaría de ustedes — volvió a sonreír — seremos una gran familia feliz mami, por eso debes recupérate pronto — le pidió, evitando derramar un par lágrimas, ella lo sabía, su madre no aguantaría mucho.

— Mi pequeña Kagura — la señora de Koun la abrazó, deseando que ese momento durara eternamente, deseando que todos los sueños de sus hijos, sobre todo el de su pequeña niña se hicieran realidad, de verdad deseaba que algún día llegará a tener su anhelada familia.

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Todo empezó una mañana de marzo, cuando el frío del invierno daba paso al calor de la primavera.

Era el primer día que se conocerían oficialmente. Las otras veces no había podido tener una presentación o mejor dicho, una pelea de forma decente.

Aquel día es la primera vez que los ojos carmesí se encuentra con aquellos ojos azules, la diferencia de edad es notable, cuatro años los separaban, mientras que Sougo Okita estaba a punto de finalizar la adolescencia, Kagura del clan Yato (ahora Yorozuya) apenas comenzaba.

Para Sougo, Kagura parece una pequeña muñeca de porcelana, con rostro y mejillas de bebé, posee unos bonitos ojos azules (que le recuerda al mar), sus cabellos bermellón están amarrados en dos chongos; siempre traía esas ropas chinas y su fiel paraguas (el cual no dudara en utilizar en contra de su rival no jurado).

Kagura realmente se veía bastante linda, como de esos animales raros que pocos podía tener, aunque todo aquello pasa a segundo plano cuando ella lo retaba con la mirada acompañado de varias injurias a su persona, palabras que ninguna señorita de su edad debería decir.

Kagura aparece en aquel momento como si fuera un granito en el trasero, muy difícil de exprimir, lleno de pus, que por más que se exprimía seguiría saliendo solo para joderlo cuando menos esperaba, quizá con el tiempo se acostumbraría a vivir con él, no obstante ese momento no es ahora.

No cuando esa chiquilla lo amenaza con su paraguas y le dice cara de niña.

Por su lado, Kagura conoce a quien se convertiría en su rival jurado para toda la vida, aquel chico a quien llama "sádico, imbécil, bastardo, chihuahua, roba impuestos", cualquiera apodo es bueno.

Y ahí se encuentra Sougo Okita, el primer oficial de la primera división del Shinsengumi, portado su uniforme negro y desenvainando a su fiel espada, aunque la joven de la Yorozuya no lo quiere admitir, Sougo es bastante atractivo a pesar de tener una cara de niña; sus cabellos castaños se mueve con el viento, son leves los segundos en que sus miradas se conectan. En ese instante Kagura pasaría a ser su primer objetivo (no por completo) de primer oficial, así como él para ella.

— ¿Que tanto me vez~aru? ¿Acaso nunca has visto a una reina cómo yo?— le cuestiona jactándose la joven china.

— Quisiste decir una cerda y si, es la primera vez que veo una que habla— le sonríe esperando provocarla con sus palabras y vaya que lo consigue, Kagura se va directo a los golpes, cosa que hace sonreír a Sougo.

Aquella mañana de marzo Kagura de los Yorozuya y Sougo Okita primer oficial de Shisengumi se conocen y sus vidas quedarían entrelazadas para siempre, por algo llamado odio- rivalidad que tiempo después se transformaría en algo más que eso.

Algo más profundo y difícil de hablar, algo llamado amor.

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El tiempo pasa y las cosas cambian así como sus sentimientos. Kagura ya no era la pequeña jovencita de catorce años que conoció una mañana de marzo, ahora ella tenía casi veintitrés años, vivía con aquel hombre jurado como su eterno rival, que sin saber cómo se convirtió en el amor de su vida.

Nadie lo vio venir, las peleas sin sentido pasaron hacer besos fugases, las batallas continúas pasaron hacer peleas de besos y mordidas en los lugares oscuros, alejados de las vistas de todos los curiosos.

Todo parecía estar bien pero nadie anticipó lo que ocurrió meses atrás, aquel día en que toda felicidad fue robada.

Kagura mira a Sadaharu y esté a ella, ambos se dirigen al Shisengumi, por fin ella lo ha decidido, no puede escapar de sus triste realidad, ya no tiene a donde ir, los sueños se vuelve más vívidos, tiene miedo que en cualquier momento ella diga algo comprometedor, que él se entere de la peor manera, Kagura ya no puede tapar el sol con un dedo, así como negar lo que vendrá.

Tienen que hablar de "aquello" aunque ella se niega en un principio, termina por aceptarlo, por ella, por él, por su futuro, decide que ese día se lo diría.

No lo encuentra por ningún lado en un primer momento, hasta que lo encuentra sentado fuera del Dojō, ella sonríe mientras se acerca a él, estaba a punto de decir algo hasta que nota que Sougo no está solo, una mujer lo acompaña, una de cabellos azules y ojos rojizos, Imai Nobume, Comandante de Mimawarigumi se encuentra a su lado, parece hablar de cosas serias, la jovencita le extiende una dona que Sougo no duda en aceptar, Kagura sabe que Nobu-chan jamás a compartiría una de sus preciadas donas, a menos que fuera con alguien de mucha estima.

En ese momento nota un brillo peculiar en los ojos de Imai, un brillo que ella reconoce al instante, los ojos de alguien enamorado, tarda un poco en comprenderlo pero al fin y al cabo ella lo entiende, Imai está enamorada del sádico y él parece bastante cómodo con su compañía.

La jovencita aprietas sus manos hasta formarlos en puños, siente algo raro en el estómago, su mente comienza a divagar más allá, ajena aquella charla.

"Ella es muy bonita, tan parecido a él."

"Sería una perfecta esposa"

"Imai es la más adecuada", quizá se debía a lo ocurrido tiempo atrás o tal vez Sougo había encontrado otra rival.

Kagura se da la vuelta empieza a correr por todo el pasillo seguida de cerca por Sadaharu, no es hasta que se topa con Yamazaki que se detiene, ella lo mira con cara de pocos amigos.

—Yo nunca estuve aquí—Yamazaki capta al instante, solo asiente con la cabeza.

Kagura se va con su fiel mascota, toda seguridad y ánimos se va por el suelo. Ella sabe que no hay vuelta atrás y algo le susurra en su cabeza que él no tardara en saberlo.

Ya no puedes seguir con esto, ese mismo día ella toma una decisión. Una decisión dolorosa como ninguna, una que no la deja dormir en las siguientes semanas, una que consume su alma más de lo que ya estaba consumida, aquella noche de marzo (irónicamente la misma fecha donde se conocieron) todo termina.

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Sougo sabe que algo está mal, Kagura ha estado dando evasivas los últimos días, sobre todo nota lo cambiada que esta (aunque de eso ya van once meses).

Lo ha notado, Kagura mira a Sougo con ojos vacíos, ojos tristes, ya no son aquellos adolescentes que se peleaban por todo, no, hacía más de seis años que ambos poseían una relación, no era el par de chiquillos que se peleaba por todo.

Ella ya no parecía aquella china vulgar y feliz de años atrás, ahora luce amargada sin ganas de nada, sobre todo Sougo la sentía muy distantes como si algo la estuviera alejado de él, desde hacía unos cinco meses, Kagura le reprochaba que no estuviera con ella, de un tiempo para acá, sus peleas se hicieron frecuentes, no como antes, estas peleas comenzaba con gritos, indirectas y reproches, así como la indiferencia de la joven, parecía como si de pronto Kagura hubiera cambiado, ya no era aquella inmigrante ilegal de 14 años que conoció en el festival Hanami.

Esa chiquilla que lo miraba con ojos retadores y una pequeña sonrisa, ya no estaba.

La monotonía de su relación se volvía a cada vez peor, además de que el último año, el trabajo de Sougo se volvió demandante, el tiempo que pasaba con Kagura se había vuelto casi nulo, sino fuera porque ambos dormían juntos, dirían que su relación no existía.

Además estaba aquello, la duda que apareció meses atrás, esa que le estaba haciendo caer en la locura misma. No quería pensar en ello, pero no pasaba día que no lo hiciera.

Todo por culpa de él.

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Aquel día cuando todo termina, Sougo se siente intranquilo, ha estado con una sensación rara, no es hasta que llega a su casa que todo colapsa, Kagura se encontraba sentada con las piernas cruzadas en medio de su pequeño comedor, su rostro carece de emoción alguna, Sadaharu se encuentra en la sala, con el rostro gacho, intuyendo lo que está a punto de pasar.

—China— saluda, no obstante ella no le devuelve el mismo saludo, sino que arroja un plato directo a su rostro que realmente no le llega a dar, todo gracias a sus buenos reflejos, Sougo lo esquivo por poco.

Kagura lo miraba con ojos lleno de odio, de cierto reclamó.

— ¿Qué mierda te pasa? — comienza, ya está harto de todo eso.

— ¡Tú!—acusó con el dedo índice— eres un maldito bastardo.

— ¿Acaso ya te volviste loca china, que mierda te pasa?

— ¡Tú!— repitió, reprimiendo los impulsos que amenazaban con salir a flote.

"Vamos Kagura, respira hondo, vamos solo dilo" pero no era fácil, nada de eso lo era, sobre todo cuando veía a Sougo feliz con otra persona.

— ¡Tú eres un completo imbécil!— musitó con repudio, cargado de tanto dolor. — No valorado lo que hago por ti.

— ¿De qué hablas?

—Te vas todo el día, no regresas a casa, me dejas sola, me dejas... —dejo de hablar, se abrazó a sí misma, "Solo dilo".

—Kagura.

— ¡Odio esto odio, todo esto, odio en lo que me he convertido, en que me has convertido!

— ¿De qué hablas?

—Hablo de lo nuestro

—China

—No soy idiota sabe, siempre estás en el trabajo, nunca tienes tiempo para mí, apenas y tenemos sexo, dime Sougo – le grita, ella está sufriendo, el dolor se puede notar incluso en sus ojos— dime que ya no me quieres, dímelo y terminemos de fingir de una vez.

— ¿Qué mierda te pasa, china?

¿Quién rayos era esa mujer? porque esa no era la misma chiquilla que conoció tiempo atrás.

—Kagura

—Te vi con ella, lo sé, ¿te gusta, no? Ella si puede… yo…. — como si estuviera metida en sus propios pensamientos comenzó a balbucear cosas sin sentidos— sería mejor si todo terminará — musitó — está bien así, mejor quédate con ella, yo…. Ya me canse de ser la estúpida Kagura que te espera—de un momento a otro el rostro de Kagura cambio, sus ojos detonaban odio, resentimiento, amargura, Sougo no sabía de qué rayos hablaba.

¿Ella? ¿De que quién le hablaba? ¿Acaso ella pensaba que la estaba engañado? ¿Él? Aquello sonaba bastante irónico, tanto que comenzó a reír ante aquella acusación.

Pero aquella risa no era de diversión, sino una cargada de irá, de un odio que tenía reprimido, uno que estaba saliendo a flote, sus instintos animales comenzaban a dominar su razón, empezó a perder la poca cordura que aun poseía.

Kagura dio un paso hacia atrás, al darse cuenta que la actitud de Sougo, pero él no la iba a dejar fácil, no, ella quería hablar, entonces hablarían, Sougo dio dos paso hacia ella, Kagura quería huir de aquel lugar, más él no la dejaría irse, no, no sin antes decirle todo lo que había guardado en esos once meses, la tomó de los hombros.

— ¡SI SOLO QUERÍA TERMINAR, ENTONCES NO BUSQUES EXCUSA PARA HACERLO!– gritó, ya estaba harto de todo aquello.

—Eh.

—El león cree que todos son de su condición, vamos solo admítelo Kagura– soltó una risa amarga, sus ojos parecía de un hombre despechado– me dices todo esto, porque piensas que hago lo mismo que tú, dime Kagura ¿acaso la culpa no te deja en paz? – acusó.

— ¿Qué mierda estas diciendo?

—De lo tuyo con el jefe, de tú aventura.

— ¿Piensa que él y yo? — pregunta, reteniendo los sollozos que amenazaba con salir.

— ¡NO LO NIEGUES, SIEMPRE HAS ESTADO ENAMORADA DE ÉL, NO ES ASÍ!— gritó.

Siempre tuvo dudas, sobre si Kagura realmente lo amaba, hubo un tiempo en que ella parecía estar loca por Gintoki.

Eso había sido el tiempo cuando ambos empezaron a tener sexo salvaje— o más bien Sougo propició para que ella cediera aquellos impulsos sexuales — recordó que su relación nació por despecho de Kagura hacia Gintoki, cuando este la rechazo, recordó como la encontró llorando bajo un árbol y como él, en su intento por consolarla terminó robado su virginidad.

Después de ahí empezaron a tener sexo a diario y cada vez que se veía, luego vinieron los sentimientos, pensó que Kagura lo amaba, por eso no dudo cuando se fue a vivir con él.

Durante casi tres años fueron felices, ambos lo eran, de una u otra forma las cosas marchaba bien, pero en los últimos once meses las cosas se fueron de mal a peor.

Todo por una estúpida misión que lo hizo estar fuera por casi tres meses, tres meses en donde ella se quedó, tres meses donde Sakata Gintoki aprovecho su ausencia para robarle a Kagura, o eso creía él, al ver como su relación comenzó a cambiar desde que llegó.

Aquella duda carcomía su ser, desdé que los vio juntos, una duda que día a día salía lo atormentaba entre sus pensamientos más retorcidos, abriendo una gran brecha entre la desconfianza y la duda de aquella mujer de ojos azules.

—Solo busca una excusa para terminar esto—volvió a decir—Eh, China dime, ¿sigues amando aquel hombre?, por eso es que me estás diciendo todo esto.

— ¿Qué?

—No lo niegues, te vi, te vi como lo abrazabas...

— ¿Qué mierda te pasa?

—Los escuché sabes— musitó, presionado su cuerpo con el suyo.

— ¡Suéltame!—grito ella, alejándolo de un manotazo, pero él volvió a tomarla, esta vez con más fuerza marcado sus dedos en su brazos.

—Escuche como le decías "el jamás debe saberlo, no puede Gin-chan, si él lo sabe, no podía verlo a la cara"—citó aquellas palabras donde sus miedos se hicieron realidad— he dime china ¿acaso la tiene más grande que yo? – Se acercó más a ella, la tomó por su barbilla, ejerciendo fuerza, Kagura gimió por el dolor causado por aquel hombre—¿Te hizo sentir más mujer que yo?— rechinó sus dientes acercándose a su oreja— dime— paso su lengua por su cuello— ¿Te gusto lo que te hizo?— la miro con odio, odio del cual Kagura no podía soportar— solo dímelo y acabemos con todo esto— lo dijo en un murmuró que Kagura sintió como los vellos de nuca se erizaba, él estaba roto, tan roto como ella.

Sougo la soltó, sus piernas temblaban, amenazado con hacerla caer en cualquiera momento. "¿Él cree que lo engañe?" pensó con amargura, recordó aquella platica que tuvo con gin, la supuesta confesión de infidelidad que hizo.

"Él tiene que saberlo, Kagura-chan, no puedes seguir ocultado aquello, tarde o temprano lo sabrá y será más doloroso."

"No puede Gin-chan, si él llega a saberlo, me dejara, lo sé" ella comenzó a llorar, Gin la abrazo para consolar su pequeño corazón que se había roto meses atrás, algo que ni ella mismo había previsto, algo que su misma sangre le había quitado.

—Si Sougo— afirmó sin medir las consecuencias de aquellas palabras, lo odiaba a él, se odiaba a sí misma, odiaba al maldito mundo —no te amo a ti, nunca te amé, amo a gin, eso era lo que deseabas— no le dio tiempo de responder, los celos se apoderado de él, nublado su juicio, lo único que fue consciente fue su mano estampada en el rostro de Kagura.

Sus ojos azules lo miraban entre sorpresa y dolor, era como si de pronto careciera de amor alguno, ella sonrió con amargura.

—Kagura...— balbuceó sin creer lo que su mano había hecho.

—Está bien— sonrió tocado su mejilla— está bien— musitó ella acercándose a él, era la calma antes de la tormenta.

Todo estalló en un segundo, Kagura comenzó a golpear su pecho, soltado varias injurias y maldiciones, ella estaba rota, más de lo que él podía ver, ella lo amaba pero… había algo que no podía hacer, Kagura golpeo a Sougo, con todo su dolor contenido y él lo recibió, sabiendo que se lo merecía, nada de eso se comparaba con las típicas peleas que tenían.

Al final Sougo termino con el rostro magullado y Kagura a horcajadas de él, mientras sus lágrimas caían por el pecho de este.

Sadaharu quien había presenciado todo aquello, no dejaba de soltar aullidos de dolor, veía como su ama terminaba de acabar lo que tanto amaba y sus anhelos se iban desvaneciendo.

—Me voy —mencionó ella, poniéndose de pie, no lo volteo a ver en ningún momento, ella se acercó a Sadaharu— es mejor así.

Sougo intento decir que no se fuera, que se quedará, pero los ojos de Kagura, aquellos alguna vez vivaces ya no estaban.

"¿Estaba bien retenerla, aun si no me ama?" aquel pensamiento resonaba en su cabeza, Kagura se fue con aquel perro, con el cual había llegado a vivir tres años atrás.

Sougo se sintió desecho, no se había sentido así desde que su hermana murió, ni saber cómo, las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, dejo salir todo lo que sentía, en el hogar donde había compartido con ella estaba desecho.

La había perdido y lo peor es que china parecía estar más cómoda sin él.

Sin embargo Kagura no estaba tan bien como Sougo creía.

"Lo siento, es lo mejor"

—Sadaharu, es hora de irnos —ambos se fueron de aquel lugar, el cual había considerado su hogar en los últimos años.

Con el corazón hecho pedazos, con sus sueños sin realizar, Kagura se marchó, se fue sin el anhelo de lo que una vez pretendió tener, una familia.

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Kagura regreso a la Yorozuya, el único hogar que le quedaba, aquel lugar donde Gintoki y Shinpachi la criaron, el único lugar en donde ella se sentía completamente segura.

Para suerte de ella, ambos Yorozuya se encontraban todavía, se sorprendieron de verla ahí, era más de las diez de la noche (Kagura nunca andaba por las calles luego de las nueve), ninguno dijo algo sobre su aspecto, la bofetada hecha por Sougo había desaparecido, como si jamás hubiera existido.

Ambos padres adoptivos miraron a su hija rota, como había estado durante los últimos meses, ellos lo vieron venir, Kagura nunca se lo dijo a Sougo, era de espera que de una u otra forma todo aquello acabara mal.

"Las parejas debe tenerse confianza, es lo más importante en una relación, sin ello todo se vendría abajo", Gin-chan se lo había dicho meses atrás.

—He vuelto – musitó con una pequeña sonrisa, mientras intentaba en vano retener las lágrimas.

—Kagura. — susurraron ambos hombres.

—He regresado a casa, donde jamás debí salir—bastaron aquellas palabras para que ambos hombres la abrazara, aquello fue el detonante final para que se rompiera a llorar y se dejara caer en un abismo de dolor y tristeza el cual había estado huyendo en los últimos meses, Sadaharu solo miraba con tristeza en lo que se había convertido su querida familia y sobre todo los anhelo hecho triza de su pequeña niña.

¿Continuará…?


Notas finales: hay una razón por la que kagura anda así, pero el capitulo se me hizo demasiado largo así que lo acorte, de hecho es mas sad lo que seguia :'v, en fin, gracias por leer, este fic se construyo mientras escuchaba la oreja de van gonh "mi vida sin ti " y " Sky Blue" - Ritsuko Okazaki, las recomiendo pero son algo melacolicas y tristes :'v

Ustedes que piensa sobre la actitud de kagura, ¿creen que realmente lo engaño? ¿que es aquello que todos saben, menos sougo? , aque no se esperaba lo de nobume xD eso fue de ultimo momento.

si me disculpa frany se ira a llorar a una esquina.

Gracias por sus comentarios , sobre a todo aquellos que se toma la molestia en dejar un sensual review, aquellos que solo leen y agrega en favorito x3 también gracias :'3 me hace feliz que alguien me leea.

Nos leemos, con cariño frany

fanfiction

21-02-2018