DGM no me pertenece.

Solo estoy aquí para llenar el mundo de Rollen que tanta falta hace.

Besos y chocolates

—Allen…Allen… ¡Allen te estoy hablando!—gritó la Noah de los sueños, al notar que Allen no le hacía caso.

—Ya te escuché Road…—le dijo él.

— ¿Y por qué no me contestas?

—Porque estoy seguro que solo quieres que te cumpla otro de tus caprichos.

— ¡Eso no es cierto!—negó ofendida.

— ¿Segura? ¿Necesito recordarte qué fue lo que me pediste ayer por la noche?—Allen la conocía demasiado bien, sabía que quería obtener algo de él como siempre.

— ¿Pero acaso te negaste?—contraatacó divertida.

El chico de sonrojó. Ese había sido un buen golpe bajo. Era toda la verdad, él ni se negó. Simplemente le dio lo que quería.

—Ayer ni te sonrojaste, pero ¿si lo haces al recordarlo? ¡Eres tan lindo!—a Road le encantaba esa fase inocente que Allen le demostraba.

—Mejor ya dime qué es lo que quieres—era mejor cambiar de tema o por lo menos eso creía.

— ¿Sabes qué día es hoy?—le preguntó la chica con una sonrisa.

—14 de febrero.

— ¿Y sabes qué se festeja el 14 de febrero?

—San Valentín—el exorcista ya sabía a dónde se dirigía todo eso, conocía muy bien a su Road.

— ¿Y qué hacen las chicas ese día?

—Dar chocolates. ¿Tienes chocolates para mí?—Jamás rechazaría los chocolates y era de suponer que si Road había tocado ese tema era porque quería darle chocolates.

—Por supuesto que tengo chocolates para ti. ¿Quieres?

—Sabes que sí Road. Hace mucho que no como un chocolate—Ahora Allen deseaba ese chocolate, ya se le estaba haciendo agua la boca de tan solo imaginarlo. Dulce, dulce chocolate y lo mejor es que era de parte de Road.

—Toma.

Allen no pudo reaccionar, solo sintió cómo Road metió a la fuerza un dulce y pequeño chocolate a su boca.

—Mmmmm delicioso—saboreó el chico.

— ¿En serio? Déjame probar.

— ¿Eh?

El peligris se fue de espaldas con el impacto de la boca de Road sobre la suya.

Ese beso no le permitió poner objeción alguna. Road se veía pequeña, pero era una Noah muy fuerte.

La chica puso presión para que él abriera la boca y obedeció. No es como si fuera la primera vez que lo hacía. Aunque lo extraño en esa ocasión fue que sus lenguas no se movieron en un baile sinfín, si no que en vez de eso, su boca fue liberada con demasiada rapidez para su gusto. Pero lo que más le impactó, fue verla masticando y saboreando un chocolate.

—Espera, Road—dijo Allen al comprender— ¿ese no era el chocolate que estaba en mi boca?—revisó con su lengua cada rincón de su cavidad bucal y como se suponía el chocolate que segundos antes disfrutaba, había desaparecido.

—Así es, quería probarlo—admitió descaradamente.

— ¡Oye! ¡¿Me lo das y luego me lo quitas a la fuerza?!—poco le importaba a Allen lo que Road había hecho para obtener el chocolate, lo verdadero importante para él era que le quitó su chocolate—¡Si querías probar hubieras comido otro y no el mío!

— ¿Otro? Yo no quería otro, yo quería el que estabas comiendo tú Allen, así sabe más rico.

Al pobre chico se le subieron los colores a la cabeza con esa declaración, aunque se suponía que estaba acostumbrado a ello. Ya sabía que ella era así de traviesa, pero no por eso dejaba de sonrojarse. Pero qué más da, así la amaba.

— ¡Dame otro!—le pidió— ¡No lo disfruté!

— ¿Otro? ¿Otro chocolate? ¿u otro beso? ¿O quieres algo más, querido Allen?~