Hola, disculpen la demora es que la verdad es que me he puesto ha estudiar y me toma un tiempo e igual el trabajo; igual pronto terminaré esta historia, respiraré un tiempo y en un futuro tendré nueva historia ( también ando pensando en el sinopsis e historia, lugar, etc ) será NanoFate.
.
.
.
FATE
Era fin de semana, estábamos en casa preparando el almuerzo pues habíamos invitado a Signum y Shamal ha pasar la tarde con nosotras pero también estaba decidida en hablar con Nanoha sobre la adopción de la pequeña Vivio, estaba completamente decidida en tener a la pequeña rubia con ojos bicolores en mi casa.
Desde anoche he notado a Nanoha pensativa cosa que me encantaría saber cuál es su problema o qué es lo que le sucede; ella regresaría la semana que entra al instituto de nuevo porque ha deseado volver a trabajar para al menos tener otro ingreso.
— Fate-chan, ¿en qué piensas? —aquella hermosa voz me quitó de mi propio mundo. Sonreí para luego girarme ha abrazarla.
— En ti —susurré.
— ¿En mi? —cuestionó para luego reír— nyahaha pero si estoy aquí mismo
— Para pensar en ti el que estés aquí a mi lado no hace que evite que siga pensando en la hermosa enamorada que tengo en esta casa —continué en susurros coquetos para llevar mi rostro hacia su cuello y oler este— tienes un aroma delicioso
— No digas tonterías —susurró sonrojada, alejándome para que pueda ella seguir con sus quehaceres.
Reí bajo para luego encaminarme a la sala pero en medio camino la puerta se escuchó por lo que me dirigí a abrir. Eran Signum y Shamal, ingresando con algunas bebidas.
— Testarossa —saludó aquella pelirosa.
— Signum —respondí el saludo con una sonrisa— bienvenidas —di mi vista a Shamal, quien estaba sonriente.
— ¡Signum, Shamal! —exclamó una alegre Nanoha.
Todas fuimos a tomar asiento empezando a contar algunos anécdotas sucedidos con la otra pareja, así Nanoha también las conocería mejor. Recuerdo que Signum conoció a Shamal en el hospital cuando ella estaba haciendo sus prácticas en la base de preparación para la estación; recuerdo que Shamal curaba a Signum de una herida en su espalda por una caída que tuvo en uno de los ejercicios físicos y es así como empezó su historia mientras que la mía con Nanoha fue algo... ¿distinto? Podría decir que fui su ''héroe''.
Cuando terminamos de comer Signum y yo fuimos al balcón para poder conversar mientras que nuestras parejas se encargaban de hacer algunos postres.
— Entonces, ¿qué va ha suceder con Vivio, Testarossa? —preguntó apoyándose en la baranda de aquel balcón.
— Hablaré con Nanoha —dije mirando los demás edificios— le diré si desea adoptar a Vivio —seguido miré el cielo.
— Bueno, si crees que Nanoha es la correcta para ser tu compañía...
Nuestra conversación fue interrumpida por una de las chicas que colgó en mi.
— ¡Fate-chan! —exclamó Nanoha entre risas, atrás venía una Shamal sonriente.
— Dime —susurré sonriente mientras sujetaba sus brazos y aún sostenía su peso.
— El postre ya está hecho —respondió la pelirubia. Signum respondió con un ''gracias'' .
Las cuatro ingresamos nuevamente al hogar para ir a la sala y así comer de aquel pastelillo que ambas mujeres hicieron junto con una taza de café. De vez en cuándo miraba a Nanoha, algo tímida por lo que le iba a proponer después de que nuestras amigas se retiren a su respectivo hogar; Okasan no tenía idea y Chrono tampoco de lo que estaba pensando pero iba a pedirle a él de su ayuda para agilizar los papeleos de adopción y es más que seguro que Yuuno se iría enterar. Suspiré, una mano suave presionó la mía.
Giré a mirar a la cobriza quien me miraba algo preocupada, negando leve intenté darle a entender que estaba bien.
Después de una hora más Signum y Shamal se fueron, la noche ya estaba presente y sabía que al día siguiente me tocaba turno con Signum en la tarde hasta noche; Nanoha y yo fuimos a darnos un refrescante baño, terminando por acostarnos en la cama. Hubo un silencio. Uno que hace mucho no había.
.
.
.
NANOHA
La tarde fue fabulosa junto a mis nuevas amigas Signum y Shamal, que las conocí gracias a Fate-chan. Después de todo mi mente en ningún momento dejó de pensar sobre proponer la adopción a Fate-chan, estaba realmente decidida aún que iba ser un poco complicado no imposible si luchábamos por eso.
— Nanoha-san, ¿le sucede algo? —preguntó una rubia mientras preparaba los café.
Aquello me quito de mis mal de mil pensamientos.
— Sí Shamal, ¿por qué?
— Es que te noto algo preocupada y pensativa —dijo deteniendo lo que hacía para girar a mirar dirección donde estaba la pelirosa y pelirubia. Yo también miré— y Fate también está en el mismo estado. Soy observativa aun que no lo parezca...
— Es que... —suspiré para mirar los pastelillos— quiero decirle a Fate-chan que quiero adoptar a Vivio.
Unos ojos ajenos se abrieron completamente con aquella declaración.
— Lo he estado pensando mucho, realmente... —me quedé en silencio por un momento— realmente quiero estar junto a Fate-chan por siempre, aparte, compartir los mismos sentimientos a con ella pero tampoco sé porqué veo a Fate-chan tan alejada en cierta parte.
— No creo que Fate esté alejada, quizá el trabajo la tiene pensativa —respondió sonriente y con suma tranquilidad— Fate no es de las personas que gustan mentir si no es necesario o exclusivamente para hacer cuestionarios en su trabajo, por lo poco que conozco y vi de ella o lo que me cuenta Signum. Fate quizá tiene problemas en el trabajo pero no quiere preocuparte.
Me quedé en silencio una vez más.
Pasamos nuevamente lo que sobraba de tiempo conversando y riendo.
Cuando ellas se fueron Fate y yo nos dirigimos a darnos un baño para poder acostarnos, sabía que mañana a Fate-chan le tocaba turno y sería bueno que descansara lo mejor que podía. Al estar acostadas hubo un silencio, uno pequeño e incómodo, tenía miedo pero era ahora o nunca.
— Fate-chan ... —susurré.
— ¿Hm? —musitó para girarse a mirarme dejando a lado un libro que estaba leyendo.
— Quiero... quiero hablar contigo —¿nerviosa? Desde hace cuánto que no me ponía nerviosa por Fate-chan.
''Sí, dime Nanoha'' esa suave y sensual voz, tan provocativa, ¡maldita sea Fate-chan! Necesito hablar contigo de algo importante y sólo tu voz me descontrola...
— Y...yo quiero proponerte algo —continué mientras jugaba con mis dedos y la miraba fijamente. Ella ladeó suave su rostro para tomar aire.
— Yo también quiero decirte algo...
Un fuerte golpe en mi pecho. ¿Se aburrió de mi? ¿de verdad era su trabajo? Ella también quería decirme algo.
Entonces su voz fue el inicial...
— Quisiera que adoptemos a Vivio —confesó— digo, aún así igual la pienso adoptar pero tú viviendo conmigo necesito informarte este tema que es sensible porque no sé si te gustan los niños... no sé si realmente quieres hacerlo conmigo... pero yo a esa pequeña niña la quiero mucho.
Fue una tremenda sorpresa. ¿Era esto cierto?
— Yo... —respondí en tono de voz suave.
Otra vez un silencio, sus ojos mostraban tristeza, ¿creerá que no quiero? Sólo opté por abrazarla.
— Fate-chan tonta... —susurré con una sonrisa en mis labios mientras la abrazaba, ella se notaba sorprendida— yo también quería proponerte lo mismo —me separé un poco para rodear su cuello y nuestras frentes juntas— Quiero que adoptemos a Vivio juntas... quiero —me quedé callada para proseguir— quiero estar contigo toda la vida. Ver a la pequeña Vivio crecer y entregarle el amor que necesita de familia, sus padres ya no están, nos tendrá a nosotras
Los ojos de Fate-chan empezaron a humedecerse, una lágrima derramó y sin dudarlo me abrazó fuerte diciendo ''Gracias Nanoha, realmente muchas gracias. Te amo''
¿Te amo? ¿Fate-chan me amaba? Aquellas palabras hacían un millón de sentimientos dentro mío.
— También te amo Fate-chan... —susurré.
— Entonces... mañana empezaré haciendo las gestiones desde la mañana e iré a hablar con mi hermano para que me pueda ayudar a acelerar los papeles y sea mi apoyo legal —comentó separándose un poco de mi, secando sus lágrimas de felicidad; sujetó mi rostro y acercó el suyo al mío haciendo que nuestros labios se pegaran. En un cálido y suave beso donde el sentimiento mutuo era presente.
Fate-chan y yo empezaríamos nuevos caminos a partir de mañana o mejor dicho desde hoy que hemos decidido de algo importante: la vida de un infante.
Éramos una sola y apoyarla era mi obligación como su pareja.
.
.
.
HAYATE
— Entonces, ¿cómo te sientes hoy? —preguntó aquella rubia, miré de reojo a otro lado.
— Bien —susurré cerca de sus labios.
Sí, aquella Psicóloga y yo estábamos teniendo aventuras en su consultorio ¿cómo es que comenzó? Sí, en un bar. Una tarjeta.
Ese pequeño apoyo.
FLASHBACK
— Hayate... después de conocernos más, ¿no crees que deberíamos hacer algo distinto? Me he dado cuenta que superaste un poco a Testarossa —comentó haciendo masajes mis hombros. Había empezado un nuevo trabajo en una empresa textil como asistente.
— ¿A qué te refieres, Carim? —pregunté alzando una ceja.
En eso sentí un cuerpo sobre el mío. No pesaba y se veía bien. Nos miramos fijamente.
— En este sentido ...—susurró acercando su rostro al mío para besarme. No lo negué, es más, lo correspondí pero era raro... era mi psicóloga.
FIN FLASHBACK
— Hoy quiero que salgamos a pasear, ¿tendrás tiempo Hayate? —preguntó cruzando una de sus piernas. Asentí leve para regalar una sonrisa, al menos, o bueno, no lo negaré extraño su cuerpo pero necesitamos algo nuevo.
No, no tenemos alguna relación amorosa pero sí la he empezado a querer en este tiempo. No, no significa que he olvidado a Fate-chan en 100% pero ella me ha ayudado al menos quitar un 50% en poco tiempo; quizá la decepción y la realidad que gané cuando me enteré lo de Nanoha mi ex-mejor amiga con lo de Fate me hizo abrir un poco los ojos: que la perdí.
Así es la vida, alguien tiene que ganar... otros tienen que perder.
— Entonces podremos ir a comer algo también después de todo, ya he terminado aquí —comentó mirando su reloj de muñeca para luego mirarme con una sonrisa amplia.
— Me parece bien Carim —respondí para mirar por aquella amplia ventana que estaba abierta, recibiendo los rayos de sol y el canto de aquellos pájaros.
No me percaté ni cuándo sucedió pero tenía a alguien abrazándome.
— No te pongas triste... —susurró— tu sonrisa es demasiado hermosa como para que te pongas mal —continuó— aparte, me tienes a mi ahora.
''Me tienes a mi'' esas palabras no las escuché desde que una vez Fate-chan me lo dijo cuando era niña y cuando Nanoha se enteró de mi sexualidad.
Sonreí y correspondí el abrazo.
— Gracias...