A sus diecisiete años de vida, nunca había sentido aquello, mentiría si dijera que era un alma inocente y dulce que estaba rodeada de demonios, tal vez tres años atrás pudo haber sido eso, pero una persona cambia en ese lapso de tiempo. Se dejo llevar por aquella sensación de morbo y placer que le estaba dando aquel sujeto, si su madre le viera en ese momento lloraría de la vergüenza, su pequeño angelito estaba siendo demorado por una bestia de cuarenta años.

-Se acabo el tiempo -un gemido mas y termino en el pecho del mayor, el viejo verde no tuvo tiempo de llegar al orgasmo por que un azabache le dejo inconsciente quitándolo de encima del menor.- Vaya que t encanta experimentar nuevas cosas Tsunayoshi.

-Eres un aguafiestas Kyoya -se arrodillo en la cama y quedo a la misma altura que el contrario- Siempre me dañas la diversión.

-No sabia que estabas experimentando lo de Sugar Baby -ignorando por completo al vejestorio moribundo, ambos jóvenes se encaminaron hacia el baño.

-Estoy aburrido en casa, me tienen encerrado todo el tiempo y lo unico que hago es firmar papeles de autorización para sus misiones y ver cuentas de hospitales de subordinados que no son ni mios -abrió la llave de la ducha y se metió en ella.- ¿Que tanto miras carnívoro?

-En que disfrutare limpiandote -Hibari se quito el saco, la corbata y la camisa dejando a su vista el perfecto torso que tenía- es hora de que te discipline un poco Omnívoro.

-Uuy que miedo -sonrió con diversión y se dio la vuelta quedando de frente al azulejo del baño.

-Pues deberías tenerlo -y metió dos dedos al ano del mejor al mis tiempo que comenzaba a masturba el pene de este, los gemido volvieron, pero esta vez con el nombre de Kyoya entre ellos.

En la habitación Yamamoto y Gokuder aguantaban la risa, mientras uno cogía todo lo que le pertenecía al viejo verde el otro lo arrastraba hacia la sala donde Chrome y Mukuro le pondrían un sello de llamas para que no recordara ni el nombre ni el rostro de Tsunayoshi, Ryohei se encargaría de curar la heridas que tuera. Todos juntos lo vistieron y lo dejaron en la sala del departamento. Mukuro saco de la billetera del viejo una gran cantidad de yen's y todos sus compañero sonrieron con diversión.

-Muy bien es hora de irnos chicos -miraron a Tsuna y Kyoya, el castaño ya estaba vestido, sonriente y una mirada coqueta que le encanto a todos sus guardianes.

-Tsuna-nii, la limusina nos espera abajo -Lambo entro sosteniendo un bolso escolar y se lo dio a su hermano mayor.- Por cierto, he jugado un poco con las camas de vigilancia.

-Buen trabajo Lambo -cargo al menor de todos y camino hacia donde estaba la puerta abierta.- Vamos a casa chicos.

Despertó con un dolor de cuello, estaba medio vestir y con el recuerdo de un joven chico que le hizo ver el cielo, lo malo es que no recordaba su rostro o nombre, miro las cámaras y no noto nada fuera de lo normal. Entonces concluyo que fue un hermoso sueño que lo tenia activo en su parte intima. Con pereza se levanto del sillón donde estaba y fue a la cocina ignorando el no recordar haber llegado a ese sitio, saco alimentos de la nevera y se dispuso a prender la estufa. Con la primera chispa todo el edificio perteneciente aquel sujeto exploto.

Tsuna desde el auto sonrió con malicia, se acerco a Gokudera y le dio un apasionado beso, el cual fue correspondido al instante. Al separarse su atraído por una nube muy posesiva que lo abrazo mostrando su molestia, los además guardianes se rieron, incluso Lambo.

-Buen trabajo Hayato -le sonrió con cariño, el platinado sonrió igual.

-Muchas gracias Tsuna-sama -le cogió la mano y la beso.- Siempre sera un placer hacer esos trabajos.

-Te compensaría, pero ya vez que cierto carnívoro no me quiere soltar -la carcajada de todos se escucho en el auto, Kyoya solo rodó los ojos.

-Me prometiste ser mio por esta noche.

-Hai, hai -le beso la mejilla al azabache y sonrió con inocencia.- Solo tuyo.

Y si, ese era Tsunayoshi, ello eran sus guardianes. Su retorcida relación empezó después de que Vongola traicionara al castaño, después de burlarse con el pobre chico que tenia un corazón para todos. Por su culpa el ángel tiño sus alas de sangre, sangre negra que lo cubría por completo.

Bueno, nueva historia, es algo retorcida y es para los que quieran leerla.

P.D.: Mi mente esta enferma y necesita ir a un psiquiatra... O solo es que ya salio la parte mas oscura de mi... tal vez solo es por que tengo hambre.