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¡Feliz año nuevo!

Al momento en que las campanadas sonaron anunciando la llegada del nuevo año, el primer fuego artificial de la noche fue lanzado. Los héroes de Paris que estaban en lo alto de la Torre Eiffel se quedaron embelesados al instante que lo observaron y mucho más cuando se unieron otros, generando un hermoso espectáculo en el cielo.

— Son bellísimos —Las pupilas de Chat Noir brillaban en cada estallido, pareciendo que las chispas doradas caían sobre él.

Asintió dándole la razón a su Lady.

— Sabes... —Empezó maravillado al ver un nuevo -esta vez rojo y verde- fuego artificial aparecer en el cielo —Verlos me hace sentir cada vez que te veo.

— ¿Y cómo es eso? —Pregunto mirándolo de reojo por un momento, antes de renovar su concentración a la explosión de colores que se estaba realizando.

— Es porque cada vez que te veo, siento miles de fuegos artificiales estallar en mi interior.

Ella se coloreo de un carmesí, ante sus palabras, esperando que su sonrojo se confunda y pase desapercibido con los fuegos artificiales rojos que ahora cubrían el cielo.

— Bichito.

— Umm —Articuló la aludida al ganarse su atención.

— Feliz año nuevo, My Lady.

Ella sonrió dulcemente y casi al instante, la susodicha sintió un peso en su hombro. No obstante, no lo aparto.

— Feliz año, gatito.

El felino sonrió felizmente sintiendo los latidos de su corazón increíblemente incrementados como su cara roja ante la cercanía. Quedándose los dos así, en esa posición, hasta que los fuegos artificiales terminaron.