Cuando escuchó la voz de Ben se olvidó de su resolución de dejar atrás el pasado.

Deseaba sentir sus manos, sus labios, su sexo entrando en ella una y otra vez, lo quería todo de Ben, todo para ella y nadie más, y al diablo la Primera Orden, la Resistencia, la Fuerza y la maldita galaxia entera.

Y después, cuando todo terminó y se acurrucó junto a Ben, supo que aquello jamás sería posible, pero no tuvo el corazón para decirle a aquel hombre, que se le había entregado tan ciegamente, que no podría ser.

Se durmió abrazada a él, oculta en su pecho y la bata negra de él, quería hacerse pequeña y poder quedarse ahí para siempre.

- ¿Rey?- le llamó una voz familiar.

Abrió los ojos de golpe, ya no estaba en la habitación de Ben, sintió frío, la tierra debajo de ella estaba húmeda.

- ¿Estás bien?- volvió a preguntar la voz.

Levantó la vista para encontrarse con Rose, Finn y Poe; trató de ponerse de pie y los dos varones se voltearon, entonces recordó que estaba desnuda.

- Lo siento- dijo Rey, cubriéndose el pecho.

- ¿Segura que estás bien?- insistió Finn, había sido él quien le había hablado antes – como no regresabas nos preocupamos…-

- Necesitaba estar sola- respondió Rey – me bañé en la cascada y me dio sueño, no pensé que fuera a quedarme dormida de verdad-

- Vístete o te enfermarás- le dijo Poe –nosotros te esperaremos por allá, ¿está bien?-

Rey asintió, los dos hombres se alejaron, Rose se quedó con ella.

- ¿Necesitas ayuda?- preguntó la muchacha – te ves un poco…cansada-

- Gracias, sí- admitió Rey.

Rose la ayudó a ponerse de pie, se vistió tan rápido como pudo; sentía un pequeño dolor en las caderas y las piernas pero lo ignoró, no era ninguna virgen y sabía que esas molestias se irían en poco tiempo.

Cuando estuvo vestida, Rose se ofreció a arreglarle el peinado, no sin antes llamar a los muchachos para que se acercaran; se sentaron sobre el pasto mientras contemplaban la cascada.

- Tienes lindo cabello- dijo Rose, acomodando los mechones de Rey – mi hermana también tenía un lindo cabello, me dejaba peinarla a veces-

- Seguro fue bonito crecer con una hermana- dijo Rey – yo ni siquiera recuerdo a mis padres-

- No están solas, chicas- intervino Poe, sonriéndoles – nosotros siempre estaremos con ustedes, ¿verdad, Finn?-

- Por supuesto- respondió el moreno – pase lo que pase, estaremos juntos-

Rose sonrió dulcemente, besando la mejilla de Finn; Rey sólo sonrió y asintió con la cabeza.

- Debemos volver, nos iremos pronto- anunció Poe, poniéndose de pie.

El grupo caminó de vuelta hacia el Halcón Milenario, abandonarían el planeta rumbo a un sistema donde les esperaban más simpatizantes de la Resistencia, esperaban reorganizarse y después…bueno, Rey no lo sabía aún.

Partieron enseguida, no había motivos para quedarse en el planeta, Rey sentía que la nave era demasiado pequeña para sus tripulantes, fingió ir a revisar los circuitos del Halcón solo para poder estar sola.

El recuerdo de Ben la hizo temblar, lo había deseado tanto que no pensó en nada más que en él, en sus labios y en sus hermosos ojos cafés que parecían tan sinceros y a la vez tristes; cuando Ben y ella estaban juntos todo era distinto, parecía que nada importaba y que todo estaba tranquilo, estar con aquel hombre le daba paz, le hacía sentir que pertenecía a un lugar: a Ben, a sus brazos y a su pecho.

Sintió frío de pronto, se abrazó a sí misma y trató de pensar en cosas felices, pero sólo Ben aparecía en su mente, con su traje negro, con esa cicatriz surcándole el rostro, aunque no lo hacía menos atractivo, entonces sintió la mano sobre su mejilla, abrió los ojos.

- No estabas ahí cuando desperté- dijo Ben.

Se estremeció, Ben siempre estaba cálido, sintió las lágrimas derramársele por las mejillas.

- ¿Por qué lloras, Rey?- preguntó Ben, tomando el rostro de la mujer entre sus manos.

- Porque te amo- dijo Rey, mirándolo a los ojos.

Ben la apretó entre sus brazos, le limpió las lágrimas con besos, quería quedarse con ella para siempre.

- Ven conmigo, Rey- pidió el hombre.

- No puedo-

- Quiero que estés a mi lado-

- Ben, sabes que no puedo hacerlo-

- Yo te amo, Rey-

Rey supo que era verdad, el amor era un poder más grande incluso que la Fuerza, pudo sentir ese amor quemarle el pecho y la mente, sus lágrimas no se detuvieron.

- Todos los que conocí perdieron la esperanza en mí, todos menos tú- dijo Ben, besándola en los labios- perteneces a mi lado, Rey, lo sabes-

Eso también era verdad, porque estar alejada de Ben era demasiado doloroso, no quería pasar más días sin verlo ni más noches sin yacer con él, sin embargo tuvo la fuerza suficiente para alejarse de él.

- Ven a buscarme tú- pidió Rey – sé que aún hay algo bueno en ti-

Ben volvió a acercarse, la rodeó por la cintura y le sonrió por primera vez, Rey sintió que el corazón se le saldría del pecho, sus mejillas estaban ardiendo cuando Ben le dijo:

- Lo único bueno en mí eres tú-

Y se desvaneció ante sus ojos, Rey sintió al momento la ausencia de sus brazos y de su calor, respiró hondo, las lágrimas pararon.

"Si un día hemos de estar juntos…", pensó Rey, "será para siempre, ya sea en la vida…o en la muerte".

Y aquí termina nuestro fanfic, espero que lo hayan disfrutado.

un abrazo!