Sinopsis:

La desgracia la ha perseguido desde Mystic Falls. Caroline lleva un tiempo sola desde que escapó de su pueblo después de la muerte de su madre. La vida no ha sido fácil, su madre partió, pero también sus mejores amigos: Stefan y Elena. Hubo un tiempo en que creyó que podría confiar en Damon, en que creyó que él en verdad se preocupada por ella, pero hasta él la abandonó a pesar de lo que sentían.

En New Orleans, la familia Mikaelson se enfrenta a la amenaza de una profecía que indica el fin de los originales, traición y muerte. Eso sin contar el retorno de los primeros vampiros convertidos por ellos. Problemas por todos lados, amenazas incontables. Klaus enfrenta estos peligros mientras intenta proteger a su hija Hope, además que la presencia de Aurora no ayuda mucho.

Solo bastará una llamada para cambiarlo todo.

Nota: La historia está ambientada durante la Tercera temporada de "The Originals". Se van a cambiar algunas cosas que informaré luego, y se ignorará rotundamente todo lo que pasaba en "The Vampire Diaries" por esa época, básicamente porque me da la gana (Katie, no puedes decir eso)


Introducción

Una vez escuchó sobre la ley de Murphy. Una ley que decía "Si algo puede ir mal, irá mal". Pues mira, qué bueno que haya una ley para respaldar lo que le venía sucediendo toda la vida.

Antes, cuando era humana, ya tenía bastante frustración en su vida. Esperando que alguien la amase por lo que era, que haya siquiera una persona en el mundo que la quiera de verdad. Estaba lejos de conseguir eso cuando la convirtieron al vampirismo. Y una vez empezó a acostumbrarse a su nueva condición, las cosas se pusieron peores conforme el tiempo pasaba. Katherine, Klaus amenazando a todos por querer la sangre de Elena, Silas, entre otras tragedias.

Hubo momentos de paz claro, ya las cosas serían bastante horribles si no hubiera amado con la intensidad que amó. Primero Matt, luego Tyler... Y bueno, Damon.

Se odiaba a sí misma cuando pensaba en eso, ¿cómo pudo ser tan estúpida? De entre todas las personas con las que se involucró, de todos los que pudo querer, tuvo que entregarle su corazón justamente a ese maldito infeliz. Si sabía como era, si sabía que siempre amó a Elena, si siempre supo lo que era capaz de hacer. Si hasta jugó con ella, le hizo daño, la lastimó de muchas maneras cuando fue humana, ¿por qué él? Mamá hubiera dicho algo como "El corazón no piensa".

No debió confiar en él, no debió confiar en nadie. No era una vampiresa mayor, pero sabía bien como eran las cosas en este mundo. Solo puedes confiar en ti mismo, los demás siempre te van a hacer daño. Eso sonaba bastante Katherine en realidad, ¿y acaso ella no tuvo razón? Por algo se mantuvo con vida más de quinientos años, por eso si ella seguía por ese camino iba a terminar muerta en cualquier momento.

Bueno, basta de sentir lástima por sí misma. Era joven, y tenía una vida infinita por delante, si todo iba bien claro. Algún día todo eso sería como una pesadilla que apenas iba a recordar. Así tenía que ser, ya no podía seguir lamentándose.

Cuando perdió a mamá sintió que una parte de su vida se fue con ella. Mamá era quien le recordaba como era ser humana, tener una familia, sentirse protegida y amada incondicionalmente. Luego las cosas se pusieron peores, terribles en realidad. No lograron proteger a Elena, y su amiga se fue para siempre. Stefan tampoco lo logró, eso fue terrible y doloroso para todos. Era su amigo, quien lo ayudó en sus primeros días como vampiresa, fue alguien en quien confiar a pesar de todo.

Así fue que empezó todo. O lo larga lista de errores, mejor dicho. No se dio cuenta en qué momento la relación entre ella y Damon empezó a hacerse más cercana. Tampoco se dio cuenta como fue que de pronto solo se tenían el uno al otro a pesar de todo. Como ella logró perdonarlo después de todo el daño, si hasta él le pidió perdón de la manera más sincera. Él perdió a la persona que amaba, ella perdió a sus amigos. Estaban solos, unidos, buscando un consuelo. Así se acercaron, así empezó la pasión, así llegó el amor...

O eso creyó, porque cuando menos lo pensó él la dejó. Se fue, se esfumó, la abandonó. No quiso dar explicaciones, solo una nota y nada más. No volvió, no le importó su soledad y su sufrimiento. Caroline creyó que serían ellos dos juntos contra todo y todos, creyó en el perdón, que en verdad podía volver a amar. Pero qué equivocada estuvo, todo el maldito tiempo se engañó. Damon solo amaba a Elena, aún muerta la seguía prefiriendo. Esa fue la nota que dejó, así, con esa ridícula excusa. "No la he olvidado, lo siento, no puedo seguir con esto. La amo, quería olvidarla contigo, pero ya no puedo seguir fingiendo". Qué decepción más grande fue Damon Salvatore.

Para variar, ahora que estaba sola y lejos, las cosas no pintaban nada bien para ella. Hace días que unos extraños vampiros la buscaron en Mystic Falls y escapó por un pelo con ayuda de Bonnie. Luego supo que eran parte de una especie de sociedad secreta llamada "The Strix", y no tenía una maldita idea de qué rayos era eso, menos para qué la querían. Nadie le explicó nada, solo sabía que necesitaban capturarla viva. Estaba desesperada, ¿por qué ella? Solo era una vampiresa común, convertida por Katherine cierto, pero eso no la hacía especial para nada. Ella no era doppleganger de nadie, no tenía sangre especial, ni nada que provoque a una sociedad secreta de vampiros maniáticos a ir detrás de ella.

Estaba en problemas. Había huido por varios estados, hasta consiguió que Bonnie le haga un hechizo para ocultarla, pero hasta eso rompieron. La estaban cazando y ella no hallaba respuestas. Desesperada, le dejó un mensaje a un amigo que conoció junto con Damon durante el tiempo que se fueron de Mystic Falls a intentar vivir una vida juntos, cuando ella creía que la amaba. Ese "amigo" era un vampiro antiguo, congenió muy bien con ellos y hasta le dio su tarjeta diciendo que podían contar con él para lo que sea. Pero hasta él la había ignorado, solo contestaban sus asistentes y le decían que "el señor Castle está muy ocupado, no puede atenderla". Idiota, ojalá se pudra en el infierno.

Ahora Caroline estaba en New York, oculta en un apartamento. Tuvo que usar la compulsión para que la dueña la deje estar por unos días ahí, esperaba estar a salvo hasta entender qué rayos pasaba, estaba cansada de esa situación. Y andaba justo pensando en sus próximos movimientos cuando el celular empezó a sonar, era un número desconocido. Con desconfianza lo cogió y tardó varios segundos en contestar. La llamada se cortó, pero volvió a sonar insistente. Bueno, nada perdía con contestar el teléfono, o al menos eso pensó.

— ¿Si? — preguntó despacio.

Caroline Forbes — reconoció esa voz pronto, no se la podía creer —, sé que me has estado llamado insistente. Lo siento mucho, andaba de viaje fuera del país...

— ¡Deja de poner excusas Lucien Castle! Si simplemente no querías ayudarme tenías que decirlo, creí que eras mi amigo.

Aún lo soy, por eso te estoy llamando.

— ¿En serio? ¿Después de un mes? ¡Hace un mes que intento ubicarte!

Relájate cariño, pareces un poco estresada.— Ah no, pero el tipo estaba de broma, ¿cómo se atrevía a decirle eso? Ahora si la iba a escuchar.

— ¿PERO QUÉ RAYOS TE PASA? ¿ME LLAMAS SOLO PARA INSULTARME? ¿ES ESO? — decía gritando. Estaba a nada de arrojar el celular contra la pared.

Caroline, he tenido muchos problemas últimamente, algunos bastante graves. Cuestión de vida o muerte, ¿entiendes? Aunque por tu voz pareces bastante desesperada...

— ¡CLARO QUE ESTOY DESESPERADA! — gritó. Luego de unos segundos respiró hondo, no podía seguir así, ese miserable no merecía ser causa de su estrés —. Y lo mío también es de vida o muerte.

Ajá, ¿qué está pasando? ¿Puedo ayudarte?

— ¿Has escuchado hablar de "The Strix"? — Apenas dijo eso Lucien calló por varios segundos, hasta lo escuchó soltar un suspiro.

Rayos...

— Entonces si los conoces.

Más de lo que quisiera, al líder especialmente. ¿Qué quieres ellos contigo? ¿Te han buscado para que seas parte de su selecto club?

— Pues no sé si así buscan a la gente, pero me querían capturar.

¿Quién dijiste que te convirtió?

— Katherine Pierce.

Ajá... entonces no, no te quieren para ser parte de ellos, definitivamente no.

— No entiendo, ¿podrías ser más claro? Necesito explicaciones, y las necesito ya.

Verás, "The Strix" es un grupo selecto de vampiros que se alucinan superiores al resto. El líder es Tristán De Martell, el fue el primer vampiro convertido por Elijah Mikaelson. Así que todos los miembros de esa sociedad secreta son descencientes de la línea de sangre de Elijah.

— Oh... Entiendo. Entonces, ¿qué tengo que ver yo en eso? ¿Por qué quieren capturarme?

La verdad no tengo idea, pero puedo averiguarlo. Caroline, escucha, no estás segura. Donde quiera que te encuentres van a capturarte.

— Demonios... — caminó de un lado a otro preocupada. Respiró hondo varias veces. Maldita ley de Murphy. No conforme con el hecho que Damon la abandonara, ahora una sarta de maniáticos que eran básicamente el Ku Klux Klan del vampirismo iban a por ella.

Escucha, iría por ti para ponerte a salvo, pero ahora mismo es muy complicado. Estoy hasta el cuello con un asunto muy feo, de vida o muerte ya te dije. Pero puedo mandar a personas de confianza por ti, ¿estamos?

— ¿Vas a protegerme?

Te mantendré a salvo hasta que averiguemos más sobre lo que quieren los Strix. ¿Estás de acuerdo?

— Bueno... tampoco es como que tenga muchas alternativas. ¿Y dónde es que estás?

En New Orleans.— Apenas escuchó eso sintió que todo le temblaba, hasta que le flaqueaban las piernas. Ella no escuchó el nombre de esa ciudad, escuchó "Klaus".

Caroline pretendió por mucho tiempo no pensar en Klaus. Él le prometió, después de esa tarde juntos en el bosque, que nunca volvería a Mystic Falls. Cumplió al pie de la letra, así como ella se prometió a sí misma admitir por primera y única vez lo que sentía por él, lo que le provocaba. Y aunque habían noches en que recordaba la pasión y la entrega de aquella tarde, casi siempre prefería apartar de su mente a Klaus, no estaba bien sentir algo tan fuerte por un enemigo. Una vez Silas tomó la forma de Klaus y le dijo que no era que tuviera miedo de él, sino de lo que le hacía sentir. Como si Klaus despertara sus deseos más oscuros.

Eso era en parte cierto. Pero había otra cosa, algo más delicado. Matt se apartó en cuanto supo que ella era un monstruo, Tyler prefirió su venganza y otras cosas antes que ella. Damon la dejó apenas tuvo la oportunidad, y antes le dijo cosas terribles e hirientes. Pero Klaus jamás le hizo daño, sino todo lo contrario. Fue amable con ella, suave, delicado. Le mostró su lado más sensible, empezó a sentir por ella, cambió por ella. Dejó atrás su lado cruel solo por agradarle. Y mirándola a los ojos le había dicho las cosas más hermosas que nadie jamás le dijo. Sabía que era verdad porque lo notaba en su mirada, en su gesto, hasta en el tono de su voz. "Estás llena de luz". "Fue por ti, Caroline. Fue todo por ti". "Él es tu primer amor, yo intentaré ser el último sin importar cuanto tiempo tome".

Y ahora Lucien le decía que estaba en New Orleans, en el reino de Klaus. Ir a ese lugar era la única opción que tenía, su salvación, la esperanza de librarse de la persecución de los Strix. Pero a la vez sería revivir aquellas sensaciones que pretendió dejar en el pasado. De volver a estar ante él, de volver a sentir su mirada, escuchar su voz, de sentirse una vez vulnerable con todo lo que él le provocaba. Klaus era un fuego que la quemaba por completo, que sacudía todo su mundo, que la volvía loca. Ya lo había admitido una vez, ya Klaus sabía lo que ella sentía. Ahora volver a verlo sería una prueba muy delicada para sus nervios, para intentar resistirse. Si es que en verdad era imposible resistirse a Klaus Mikaelson.

Caroline, ¿sigues ahí?

— ¿Eh? Si, si. Disculpa... me distraje. Pero, ¿qué haces tú en New Orleans?

Pues tengo unos asuntos delicados con el rey, así que...

— ¿Conoces a Klaus? – interrumpió sorprendida.

Claro, de hace varios siglos. De hecho, yo fui el primer vampiro que él convirtió. El primero de todos, ¿puedes creerlo? Soy una celebridad — bromeó, pero a ella poco poco se le cae el celular de la sorpresa. Qué coincidencias tiene la vida —. Y tú, ¿de dónde lo conoces?

— Es una larga historia.

Bueno, por acá está también Elijah, quizá los Mikaelson puedan ayudarte a solucionar tu asunto. Ya que andas tan histérica, mira que si te viniera la regla diría que...

— ¡Ya cállate! ¿Sabes una cosa? No pienso rogar tu ayuda, y menos la de los Mikaelson.— En realidad era la mejor opción que tenía, pero le entró el terror de saber que estaría una vez más ante Klaus. Que quizá ya no podría resistirse.

Oh vamos cielo, no seas así conmigo. Entonces, ¿nos vemos o no?

— Te veo en el infierno — dijo molesta. Pero tenía que serenarse, en verdad no podía rechazar esa ayuda. Es cierto que no quería, pero no iba a quedar de otra si quería seguir con vida. Y ella no iba a morir sin saber la razón, iba a luchar por su vida. "Vamos Care, tú siempre has podido lidiar con Klaus, sabes como controlarlo. Podrás con esto también" —. O en New Orleans – dijo finalmente.

Perfecto. Mándame tu ubicación, enviaré a una escolta por ti. Intenta mantenerte con vida hasta entonces.

— Si, como sea — colgaron, ahora le enviaría la dirección de ese lugar y esperaba que todo esté bien hasta entonces.

Ir al infierno, ir a New Orleans. ¿Acaso no era lo mismo?


YAS! Así arrancamos :D

Para efectos de la historia Caroline, Damon y Lucien se conocieron tiempos antes cuando aún no empezaba el tema de la maldición en New Orleans.