Después de mucho tiempo vuelvo a escribir!
Primer fiC de BNHA y tengo que confesar que AMO a esta pareja!!!
Kacchako!
Uraraka x Bakugo
Solo he visto el Anime, por lo que puede variar un poco para los que han leído el manga!
Ya tengo escrito un par de capítulos, así que espero estar subiendo otro en la medida que vaya avanzando los que faltan (no creo que sean más de 11 o 12).
Espero que lo disfruten!
--
Su corazón se detuvo al verla. Alta como la recordaba y hermosa. Con un vestido floreado y unos tacones rojos. Casi nada de maquillaje y una sonrisa que se desvaneció al verlo.
Su tarde de sábado, que había comenzado estupenda, se vio estropeada, arruinada, por ese encuentro fortuito.
Bakugo Katsuki quedo petrificado en un segundo.
Ella intentó deshacer sus pasos, pero no logró retroceder mucho más de que uno. Se quedó estática y alcanzó a tiempo a agarrar su teléfono que se resbalaba de sus dedos.
Uraraka Ochako exhaló todo el aire de sus pulmones.
Todo su cuerpo se estremeció. Sus recuerdos la atacaron.
11 años atrás
Contestó su celular a pesar de que estaba de turno. Generalmente le llamaban para pedirle ayuda con algún rescate.
-Diga!
Su tono feliz se desvaneció al escuchar ruido al fondo de la otra línea.
-Hablo con Uraraka Ochako?
-Sí, diga.
El tono de voz la había dejado helada.
-Necesito que venga al Hospital del Centro. Usted es el contacto de emergencia de Midoriya Izuku.
Había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaba durmiendo en esa silla.
Tomaban turnos con la madre del peliverde para cuidarlo y había comenzado a trabajar media jornada para poder ayudar a su suegra en todo lo que pudiera.
Ella estaba agotada y su cuerpo le estaba pasando la cuenta, por lo que un estúpido error logró que la despidieran. Y ahora sin trabajo y cansada como estaba, prácticamente vivía en el hospital.
-Ochako-chan.
La voz de la madre de Deku la despertó. Se restregó los ojos y la realidad la golpeó nuevamente.
Su novio estaba lleno de tubos y el monitor mostraba los latidos de su corazón. Llevaba más de un mes estable, pero no quería despertar del coma.
-Por qué no vas a casa y descansas? Has pasado más de 24 horas aquí adentro. Necesitas distraerte.
-Pero…
-No te preocupes.-Le entregó su mochila y le acarició el hombro.-Yo cuidaré de él. Te llamaré si hay algún cambio.
Le contestó el gesto afectuoso con un abrazo y se dirigió al armario donde colgaban sus pertenencias. En el bolsillo del abrigo de su suegra había un sobre del banco el cual se calló al pasarlo a llevar.
Hipotecaria su hogar para pagar las cuentas del hospital.
El seguro no quería cubrir, ya que el accidente había sido fuera de su "horario laboral", claro, como si los héroes tuviera uno. Y para colmo, había sido ayudando a otro héroe en el rescate de un autobús.
El héroe que estaba a cargo del rescate no podía usar su quirk, si no, todo explotaría.
Cuando Midoriya iba camino a la casa de su novia, vio a su amigo de la infancia agarrando al bus antes de que cayera cerró abajo. Sin dudarlo se detuvo y fue en su ayuda. Para cuando sólo quedaba una persona a bordo, Bakugo no resistió y sus manos dejaron ir el bus, por lo que Deku lanzó a la víctima por la ventana, sufriendo las consecuencias del accidente.
Por lo mismo, el rubio iba una vez a la semana a ver como estaba el peliverde. No hablaban mucho, pero siempre se quedaba una hora.
No quiso mencionar que había visto el papel, solo lo volvió a dejar donde estaba y salió hacia su acogedor departamento.
Cuando llegó a este comenzó a guardar las cosas en cajas que había pedido en una tienda. No podía seguir allí si es que la familia de Deku hipotecaba su hogar. Si se cambiaba a algo más barato podría ayudar con el depósito y ahorrando un poco mes a mes.
Al día siguiente se encontraba en la misma habitación cuando llamaron a la puerta, y sin esperar respuesta, un hombre alto y rubio entró y se sentó frente a ella saludandole con un gesto de cabeza.
Era su oportunidad.
Kacchan, como solía llamarle su novio, era conocido por haber egresado de la UA con las mejores calificaciones, un estudiante honorario con una habilidad excepcional.
-Bakugo-kun.- Le llamó con voz queda.
-Hm?
El chico con suerte se había dignado a mirarle. Su rutina era ir, comprobar que todo estaba igual que antes, sacar su teléfono, escribir en él un rato, ver la televisión o leer una revista y marcharse después de pasada la hora. Si estaba ella, casi siempre se mantenía callado, pero si estaba la mamá de Deku, intercambiaban un par de palabras que hacían sonreír a la señora. Pero con ella no decía casi nada.
-Necesito pedirte… un favor.
Se dio por aludido y al fin la miró. Dejó de hacer lo que fuera que hacía en su celular y lo guardó para prestarle atención. Así le dio a entender que podía seguir con la pregunta.
-Quería saber si hoy podrias ayudarme con unas cuentas. La verdad es que no soy muy buena con los números.-Se sentía apenada, pero era su única opción.
-Tienes todo aquí?- Su voz sonaba cansada después de una ardua jornada laboral.
-Eh… no, lo tengo en mi departamento.-Se rascó la nuca de forma nerviosa.- Pensaba que podríamos dirigirnos allá luego de que llegara la mamá de Deku.
El rubio asintió y se volvió a concentrar en su teléfono.
La señora tardó unos veinte minutos en llegar. Intercambiaron saludos y los jóvenes salieron hacia el estacionamiento.
-Vamos en tu auto.-Se apresuró a decir para no incomodar a Bakugo.-Yo mañana puedo venir en autobús.
-Ni que fuese a dejar mi auto aquí.
Parco como era, caminó sin esperarla.
Los papeles estaban todos dando vuelta por la mesa de comedor, la cual era pequeña y un poco baja para él. Su apartamento estaba desordenado, lleno de cajas y bolsas, pero aún así olía bien.
Se sentó y comenzó a hojear los documentos mientras ella traía algo para beber.
Para su sorpresa, traía una bandeja con cervezas y papas fritas.
-No tengo mucho, lo lamento.-Dejó la bandeja a un costado de los papeles y se sentó a su lado.- Pero cada vez paso menos tiempo en mi departamento.
Sin contestar tomó la lata y la abrió.
Sentía que tenía que ayudarle, aun cuando quería ir a su hogar a descansar, tenía la sensación de deberle algo a la familia del imbécil que estaba inconsciente, y ella, al ser la novia, había sufrido de igual manera. Ayudarle con eso seria una forma de alivianar su carga.
Comenzó revisando los papeles y organizándolos por categoría.
-Qué es lo que necesitas específicamente?- Bebió de la lata sin despegar los ojos de los papeles.
-Quiero poder acortar gastos para así poder ayudar a la Familia de Deku.- Comenzó hablando segura, pero su voz se volvió un hilo.- Me gustaría poder cambiarme de hogar para poder pedir mi cheque de garantía.
La miró unos segundos antes de sentir lástima por ella y comenzó a explicarle qué debía hacer.
Abría la cuarta lata de cerveza y ella la quinta, mientras sacaban cuentas y ella anotaba todo lo que él decía. Después de un rato notó que la letra ya no era la misma.
No se había tomado el tiempo de observarla. Tenía marcado en el rostro rastros de lágrimas y el alcohol ya le estaba causando hipo.
-Creo que mejor continuamos mañana.-Apuró lo que quedaba en la lata e intentó levantarse.
A causa del mareo recordó que no había comido nada en todo el día. Imagino que ella no estaba mejor. Suspiró y tomó su celular, eran las diez de la noche.
-Quieres que pida algo para comer?
La esperanza que sus ojos reflejaron le dieron respuesta afirmativa. La comida estaría en cuarenta minutos.
-No puedo seguir viendo números.-La chica se tallaba los ojos con fuerza.- vamos a sentarnos al sillón y dejemos esto aquí.
Él ordenó un poco e intentó no mirarla. Recién se percataba de la ropa que ella traía puesta, un vestido azul sin mangas que acentuaba su figura y su pecho, el mismo vestido que le llegó muy por arriba de los muslos al dejarse caer en el sillón.
Lo ignoró y tomó su trago para sentarse a su lado.
Pasó el brazo por el respaldo del sillón y mantuvo la cerveza en la otra mano.
Ninguno de los dos hablaba, pero la televisión de encargaba de rellenar el silencio.
Ya no contaba las cervezas que habían tomado y sintió dolor de cabeza cuando se levantó a recibir la pizza. La morena estaba detrás de él, y al sonreirle al chico que traía el pedido, él le contestó con una sonrisa lasciva, mirándola de pies a cabeza.
Le molestó lo descarado y le cerró la puerta en la cara sin darle más que el dinero suficiente para pagar la pizza.
Uraraka dejó la caja en la mesa de centro y se sentó en el piso frente a ésta. Esperó a que él estuviera sentado en el sillón para ofrecerle un plato con un triángulo. Había más alcohol a su disposición en la mesa de centro.
La película avanzaba y ya quedaba poco que comer y mucho que tomar.
Disfrutaba bebiendo cuando tenía días libres. Generalmente se juntaba a beber con Kirishima. Pero ella estaba bebiendo forzosamente.
-Creo que ya fue suficiente.-Le quitó la lata medio llena de las manos y ella se volteó a la altura de sus rodillas con cara de perro mojado.
-Moh! Bakugooo devuélvemela!!
Reptó por el sillón hasta quedar a su lado e intentar recuperar su bebida.
De fondo, las personas de la pantalla comenzaban a besarse fogoso mente, haciendo ruido y diciendo cosas que él jamás se creería capaz de ventilar.
Y aunque el alcohol le había afectado la consciencia y el juicio, estaba seguro que el vestido de ella ya estaba mal colocado y mostraba más escote del que debía.
La chica se dejó caer sobre él en un último intento por recuperar su cerveza, pero él prefirió acabarla de un trago para calmar sus pensamientos.
-Noh! Que cruel eres!- Enterró su rostro en el cuello contrario y se removió por la rabia.- Era la última!
El rubio dejó caer la lata, y la tomó por los hombros para quitársela de encima, a lo que ella lo miró con los ojos entrecerrados. Del apuro se había manchado el mentón con el líquido.
Ella se acercó y lamió lo que goteaba.
Lo último que recordó fue mirarla a las ojos y acercarla con brusquedad a su boca para atrapar esa lengua que humectaba sus labios.
-
Muchas gracias por leer! Dentro de esta semana estaré subiendo el siguiente!!!conchito!