El siguiente capítulo puede contener escenas no aptas para menores.
Se recomienda discreción.
Todo comienza con su hermosa mirada, esos orbes azules tan profundos como el océano. Los gestos que hace cuando está apunto de besarme y cierra los ojos por unos segundos permitiéndome sentir... sólo sentir. Mi piel se tensa cuando siento sus labios sobre los míos. Ese pequeño gesto hace que se desencadenen nuestros deseos.
Lentamente paso mis manos acariciando su cuerpo, su piel cálida aumenta la temperatura de todo mi ser. Me gustaría que pusiera límites pero, al contrario: acepta cada uno de mis avances. Ambos sabemos cómo terminara este jugueteo, pero eso es lo que queremos, ese pasional intermedio en donde llegaremos al éxtasis.
Sentir sus largas piernas alrededor de mis caderas, cerrándose más, impidiéndome salir de su interior, no es como si me negara. Mueve sus caderas en vaivén hacia mi pelvis, mientras la penetro con fuerza, apenas podemos respirar por todo el calor que nos embriaga. Eróticos besos interrumpen cada movimiento que trató de hacer, queremos que ese momento sea perpetuo, que dure una eternidad.
Me vuelve loco. Deseo y lujuria se unen para explotar en una pasión incontenible. Ella sabe que puede manejarme entre sus delicados y suaves dedos, pero tal como nuestro inicio me entrega las armas para que sea yo quien dirija.
Tomo en mi mano uno de sus pechos, tan rosados y suaves, tan necesitados de atención, su pezón está buscándome, lo meto a mi boca haciendo que ella suelte un sonoro gemido que lo diferencia de los demás. Juego con su pecho, mi lengua caliente y húmeda hace que el placer la embargue, lo sé por como su interior comienza a apretarme más y el calor hace que me derrita.
Amo su cuerpo sudoroso rozando con el mío. Coloco mis manos sobre la cama buscando apoyo, una estocada más profunda y fuerte que las demás hacen que ella enloquezca en frenesí. Echa la cabeza hacia atrás, abre más sus piernas, jadea mi nombre con fuerza, sabe que eso me encanta, entierra sus uñas en mi espalda, el doloroso placer me inunda tal como ella lo siente en ese momento, ¿cómo lo sé? Un líquido comienza a fluir de entre sus piernas y no es mío, es totalmente de ella. Ha llegado a un orgasmo que la deja sin fuerzas, ya no sigue moviendo sus caderas, pero yo aún no he terminado.
Me siento en la cama, sin salir de ella, por lo que delicadamente tomo su espalda entre mis manos y la atraigo hacia mí. Aun no se repone del orgasmo, trata de respirar para restablecerse pero no lo permitiré.
Sigo penetrándola, dando fuertes estocadas bajo ella, ruega y gime para que me detenga, poniendo de excusa que está cansada y que lo hemos hecho toda la noche. Lo siento, pero este momento ni ella será capaz de quitármelo, ha pasado tanto tiempo para llegar a ese punto, no tenemos retorno y tampoco lo quiero.
Entierra sus uñas en mis hombros, esa es suficiente señal para saber que está comenzando a prepararse para lo que sigue. Sigue clamando mi nombre, pero esta vez atrapo sus labios, con mis manos sujeto sus caderas, acariciando sus glúteos y después los aprieto para la estocada final.
Ella toma mi cuello y cabeza atrayéndolos, mientras dejo fluir mi caliente semen dentro de ella, inmediatamente vuelve a echar la cabeza hacia atrás y grita mi nombre, amo que haga eso. No pasa ni un segundo cuando más líquido proveniente de ella comienza a bañar mi entrepierna.
Ambos hemos llegado a un ardiente y erótico orgasmo. Toda la tensión que ella contuvo, se va y se deja caer en mis brazos, los jadeos disminuyen. Salgo de ella haciendo que suelte un pequeño gemido. La acomodo en la cama y la cubro con la manta, me recuesto con ella, a su lado, como debe ser. Paso mis dedos entre su cabellera color obsidiana, ahora es mucho más larga a cuando nos conocimos. Sus ojos, sus lindos ojos que me hacen pasar del cariño a la lujuria en un segundo, muestran rasgos de fatiga, está cansada.
La beso delicadamente, primero en la frente y luego en los labios. Retiro el cabello que cayó en su rostro para, luego ver como esos orbes de zafiro terminan por cerrarse.
Su cuerpo sigue ardiendo, al igual que el mío pero ella está más agotada, no debí jugar tanto con ella. ¿Ahora qué hago cuando es obvio que él único que esta así soy yo? La última vez que se me ocurrió hacérselo mientras ella dormía, hice que despertara con un delicioso orgasmo, pero cuando terminé; ella se enojó conmigo y no me hablo por dos semanas.
No iba a pasar mi luna de miel peleado con mi esposa, sólo porque la deseo tanto. Debía enfriarme.
Me levanté de la cama y busqué el albornoz del hotel para ponérmelo. Abrí las ventanas que daban al balcón y salí de la habitación. Un poco de aire me relajaría, prefería huir antes que hacer algo de lo que terminaría arrepintiéndome por dos semanas.
El Grand Hotel de París, era el favorito de mi esposa. No tenía nada que ver que fuera el hotel de su mejor amiga. Era su favorito por la vista. La Torre Eiffel lucía imponente y la luna brillaba en la cima, las luces de la ciudad tintineaban de un modo tan romántico y bohemio que era obvio el por qué era el favorito de Marinette.
Estábamos a principios de septiembre, era mi noche de bodas. Después de dieciséis años de conocernos al fin nos habíamos casado. Nuestra relación tuvo sus altibajos, pero al fin habíamos dado el gran paso hacia el matrimonio.
Ahora teníamos treinta y dos años. Ella se convirtió en la diseñadora que siempre quiso ser, reconocida por su talento. Mis padres la adoran, mamá la quiso desde el momento que la presente en casa como una "amiga". Mi padre la estimo desde que vio el trabajo arduo que hacía y lo importante que era el diseño en su vida. Yo me había hecho profesor, el negocio familiar no llamaba mi atención por lo que mis padres encontraron en su nuera a la nueva directora y diseñadora de Agreste Design, al menos cuando se retiren.
Hace seis meses Tikki, las kwamis de mi cuñado y de Marinette, habían desaparecido. Tal como llegaron: en su cumpleaños. Las kwamis se despidieron, su pequeño cuerpo brilló y se desvaneció, al igual que los aretes que estaban en las orejas de Marion y de mi novia. Su ciclo había terminado.
Tres meses después, fue el turno de Felicia y el mío. Primero desapareció el Plagg de Felicia y dos semanas después, el mío. Ya no éramos los héroes de París, terminamos con nuestro trabajo. La siguiente generación debía tomar las riendas, aunque del lado de mi familia no había otros herederos... y no sé cuánto tardaríamos Felicia y yo para nuevos niños Agreste, eso dependería de Marion y Marinette.
El día de mi cumpleaños le pedí a Marinette que se casara conmigo. Ella le había dado prioridad a su carrera y su trabajo como Ladybug por lo que yo quería que terminara alcanzando sus metas personales y luego, si me lo permitía comenzar a formar metas en pareja.
Ella aceptó gustosa y reclamándome el por qué me tarde tanto en pedírselo, llegando a creer que no quería nada más con ella. Le expliqué que quería que fuera una mejor versión de ella misma, cuando estuviera realizada como individuo, era momento del siguiente nivel.
Alya, Lila, Chloé, Felicia y Allegra casi me matan por haberme tardado tanto, pero creo que ninguna entendía lo que planeaba. La boda se programó tan rápido que ni tiempo tuve de pensar. La fecha que eligió, fue cuando nos conocimos en Illirya a principios de septiembre, cuando las clases dieron inicio.
Esa tarde al fin nos casamos y ahora celebrábamos nuestra noche de bodas, la luna de miel sería un viaje alrededor del mundo. Ella estaba muy emocionada por recordar y saber que el aniversario de cuando nos conocimos pasara a ser también el de nuestra boda, aunque... ¿cómo le explico que no nos conocimos en septiembre sino cuatro meses antes? ¿Cómo le digo que me gustó a primera vista, antes de nuestro primer encuentro oficial? ¿Cómo le decía que yo supe quién era antes que entrara aquel lunes al dormitorio? ¿Cómo le podía contar que la seguí durante las vacaciones de verano y aunque ella no me reconociera, me dediqué a investigarla porque me enamoré de ella?
¿Cuándo pasó todo eso? Bueno... eso es lo que nadie vio.
Felices fiestas, les desea la tía Hanna.
Recuerden que los quiero mucho y es mi regalo de Navidad... habrá otros pero moría de ganas por publicar este.
Se aceptar comments y votos como regalo de cumpleaños (24 de diciembre es mi cumple)
Bye bye, sobrinas/os fiesteras/os