— Soy tu padre...
Hawk Moth se lo decía mientras su trasformación desaparecía mostrando indudablemente la figura de su progenitor. Desconcierto fue lo primero que se vislumbró en sus ojos, antes de que las lágrimas los opacaran.
Negó con la cabeza, dio pasos para atrás, pero no podía escapar. Estaba atrapado, con su padre. Con su enemigo.
— Entrégame tus Miraculous, hijo mío.
De nuevo, negó con la cabeza, ahora con más fuerza mientras con su otra mano, cubría la que poseía el anillo.
— ¿Quieres que sea por las buenas o por las malas? —Preguntó— Tú eliges...
— No, no, no —Comenzó a decir repetidas veces.
Es un sueño. Él lo sabía, pero eso no significaba que podía despertar, en vez de eso. Darse cuenta que era irreal, le hizo sentir que se le quedaba sin aire, completamente paralizado y sintiendo un dolor intenso en su pecho.
¿Por qué? Su padre no es Hawk Moth ¿Cierto?
Entretanto escuchaba los pasos de su enemigo acercándose. Tenía miedo, asustado de lo que su propio padre podía hacer con él.
— Por favor —Suplicó— No lo hagas, no hagas esto, está mal.
Levantó la mirada y pudo ver como su padre estaba levantando su bastón ¿Lo iba a golpear?
— No me hagas hacer esto, hijo —Adrien quedó completamente estático observando esos ojos tan fríos, tan severos, esos, que expresaban que iba a ser cualquier cosa para cumplir con lo que se propone.
Sin importarle nada más. Sin importarle él.
Cerró los ojos, cuando sintió que el bastón iba a bajar, se cubrió por reflejo mientras esperaba el impacto, esperando que su padre lo golpeara, le quitara el anillo y... todo llegara a su fin.
Sin embargo no fue así, sintió algo en su cabeza, pero fue mas suave. Nada que ver con el dolor que debió haber sentido. Abrió los ojos y se dio cuenta que la pesadilla había terminado. Que había despertado.
Al seguir sintiendo un leve peso en su cabeza. Llevó su mano, ahí, y antes de que pudiera gritar como niña al sentir como algo -sin identificar-estaba sobre su cabeza.
El individuo hablo:
— Sin caricias —Espetó Plagg, ese, que casualmente se encontraba sobre su cabeza. Este retiro la mano, sorprendido.
— ¿Qué haces ahí?
— Solo quería un lugar cómodo para dormir —Repuso en tono somnoliento— Tu shampoo hace que tu cabello sea muy suave y cómodo para hacerlo —Explicó.
— ¿Es así?
— Umm —Emitió— Ahora duerme —Dijo, pero antes de que todo se sumiera un silencio. Pregunto: ¿Que estabas soñando?
Adrien no respondió.
— Te movías mucho y no me dejabas dormir —Espetó.
Para alguien que no lo conociera pensaría que solo estaba pensando en sí mismo, pero Adrien sabía que había un deje de preocupación al pronunciar esas palabras. Además de que estaba seguro que este se había apoyado en su cabeza para despertarlo.
— No importa —Argumentó esbozando una sonrisa débil— Fue un mal sueño, es irreal.
Y mientras cerraba los ojos para volver a dormir. Una vacilación se generaba en su mente:
"¿Estás seguro?"