Hola! Lo prometido es deuda y aquí les traído el capítulo.

Importante:

En vista de lo ocurrido en los últimos episodios voy a sitúar este fic en un "futuro", por lo que continuamos bajo la idea de que el arco de Meteora ya pasó.

Puede haber Spoilers.

Aclaraciones:

.-.-.-.-.- : Estos es para separar escenas, principalmente de las "visiones" del Ojo de lo que pasa en el presente.

Cursivas: Todo lo que este en así son las "visiones". Aunque también puedo ocuparlas para resaltar algo importante o pensamientos.

Eso es todo, ¡Espero les guste!


Capítulo 4

Desafiante.

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El palacio esta en silencio, a Star le cuesta recordar la época en la que vibraba de vida, los largos pasillos se han vuelto extrañamente nostálgicos: la soledad la esta volviendo gris. La princesa lo sabe, comprende que el color y la alegría se escapan de ella como ya lo hicieron del viejo castillo. Su padre no ha salido de la habitación en días, su madre una vez más se ha ido lejos aún en contra de sus deseos.

Y se sorprende ante el pensamiento de que aquel castillo de coloridos muros no es más su hogar. Ahora es similar a una tumba, "no es de extrañarse" razona, "…despues de todo alguien murió aquí ", el hecho de que no tenga ni un solo amigo en aquel enorme sitio no ayuda demasiado tampoco.

Marco se ha ido.

Tenía que pensar en su futuro le dijo y Star no se opuso. Su amigo había pasado años de su vida en Mewni por ella, la había apoyado en una guerra y estaba segura de que si le dijera de los problemas que pesaban ahora sobre su cabeza el chico seguridad volvería sin dudar. Pero ella no quería ser egoísta, por lo menos no con él.

Marco había sacrificado muchas cosas por ella. Ahora tenía que preocuparse por la universidad (fuera lo que fuera aquello) y pasar tiempo con su pequeño hermano al que apenas podía ver antes de volver a la tierra.

Continua caminando con rapidez teniendo que sujetar la falda de su vestido para no tropezar, llega a su habitación pero no se detiene en ella mucho tiempo. Al otro extremo, justo a un lado de su espejo hay una puerta de piedra, en ella miles de runas resplandecen rojizas. Basta el toque de sus manos para abrirla.

Aquella puerta ha sido un regalo, no sabe exactamente que magia la mueve o que motivó el obsequio. Pero lo agradece.

Cuando cruza el umbral se encuentra en otra habitación, de tonos cálidos y paredes rocosas.

Tom se encuentra en su escritorio detrás de una pila de papeles, en su nariz descansan unos lentes que no usa fuera de aquellas paredes, luce cansado pero sus ojos se iluminan al verla.

Star se siente entre los mullidos cojines que hay esparcidos por el piso, su vestido haciendo un vaporoso círculo a su alrededor, recarga sus codos en las rodillas apoyando su barbilla en sus manos y se siente absurdamente feliz.

Esta en casa.


Marco se siente aturdido, por las cosas que ha visto pero aun más por las que no vio pero de repente — como ha sucedido en todos las visiones anteriores— ha sabido.

No comprende como funciona esa parte del hechizo pero al ver algo es repentinamente consciente del contexto, del pasado y en algunos casos juraría escuchar los pensamientos de las personas o él mismo. Lo impactante esta vez no es el ser un invasor en la mente de la princesa, si no de que él dejara de formar parte de su vida.

Se iría de Mewni y Star lo permitiría.

Ni siquiera saberse conocedor de la cercanía entre el demonio y la princesa lo desconcertó tanto.

Un ahogado suspiro de placer salió involuntariamente de su garganta. Por un momento creyó sentir el aroma de las velas y el calor del brasero que mis traba la visión. Tom a su lado tiembla ligeramente y ella comprende que la sensación de hogar lo ha golpeado también.

Luego la realidad la golpea y se sonroja. Un portal entre Mewni y el inframundo. Un regalo común cuando dos monarcas se unen en matrimonio, símbolo de que cuidarían de ambos reinos y que además le daba a la novia la libertad de ir y venir.

Pero ella y Tom no estaban casados.

Al menos eso piensa.

¿Qué pasará en su vida para que en unos cuantos años ya no pueda reconocerla?

El hecho de su madre se marche a resolver los inconvenientes sola la deja preocupada y desolada. Su madre, la fuerte reina que aparentemente así pasaran los años seguiría intentando mantenerla al margen de los problemas.


Al viento soplaba cálido revolviendo sus cabellos, ambos se sentaron en la baranda del balcón dispuestos a contemplar el atardecer.

A ella aun le resultaba sorprendente la cantidad de paisajes tan hermosos que podía haber ahí en el subterráneo. A él seguía pareciéndole un milagro que la princesa le gustara su hogar.

Pero por mucho que disfrutara de la paz podía ver la verdad en su mirada.

—Sueltalo Star.

La chica pega un brinquito ante la voz del rey, no puede evitar sonreír. De lo bien que la conoce y de la repentina conciencia de que ahora es más alto que ella.

— Voy a ir a buscar a mi madre.

El demonio suspira, derrotado pero comprensivo.

—¿Siempre desafiante verdad? No hay que perder las costumbres.

Por respuesta solo recibe un guiño.

—¿Me dejaras acompañarte?

La princesa niega —Te necesito aquí, mi papá no está en condiciones de gobernar Mewni—. lo mira pidiendo una silenciosa disculpa— Se que tienes mucho trabajo como rey, pero necesito que cuides de mi reino hasta que vuelva.

Por favor

No lo dice, pero nunca ha hecho falta entre ellos.

—No hay problema, ya arreglare algo. Pero sigue sin gustarme que vayas sola a lo desconocido.

Ella se ríe.

—No pensaba ir sola—lo dice como si fuera una idiotez — Me iba a llevar Janna.

Ahora es él quien ríe, una risa cálida y rica.

—¿A Janna? ¿Planeas llevarte a un miembro de mi corte real sin permiso?—cuestiona con dureza fingida.

Una sonrisa traviesa cruza sus labios.

—Oh, estoy segura que el rey me dará permiso.

—...—suspira—Ella es de mis mejores hechiceras, tendría que modificar sus horarios y intentar buscar un reemplazo.

—¿Eso es un sí?

Star se sabe ganadora cuando el demonio hecha la cabeza hacia tras mirando al cielo, esta inseguro de que su decisión sea la correcta pero la acompaña a cada paso.


Una pequeña risa; sarcástica y un poco siniestra se les cuela en los oídos.

—¿Vieron eso?— la chica los mira animada —¡La mejor hechicera de la corte real del inframundo! ¿A que no se lo esperaban? Pero no se preocupen chicos los seguiré tratando igual—.La superioridad en su voz es contagiosa.

Tom no puede evitar rodar los ojos, la muchachilla le agrada: pero es muy extraña.

—En palabras mías eres una de las mejores, no la mejor.

Janna no le toma importancia y para demostrarlo le saca la lengua, Tom intenta imaginar las circunstancias que lo llevarán a enseñar magia a esa revoltosa y volverla un miembro de su corte.

Marco esta algo dolido, lo que es bastante irónico. Él en ese futuro deformando ya no forma parte activa de la vida de la princesa, comprendería sus sentimientos si acaso Star lo hubiera echado de ella, cosa que sabe con seguridad no paso, fue él quien decidió irse. Sentirse traicionado por que la chica vaya a ir de aventuras con Janna (¡Con Janna por dios!) es injusto.

Pero aún así el dolor le apuñala el pecho.


Los papeles no hacen más que amontonarse en su escritorio. Incluso para él es demasiado tarde por la noche para seguir trabajando, pero no puede evitarlo el insomnio lo acompaña. Star se marcha por la mañana a buscar a su madre y por mucho que le gustaría partir con ella aquello le resulta imposible.

Esta de algún modo encadenado a aquel castillo, su libertad robada demasiado pronto. La vibrante princesa es su única luz en aquel lugar, la perspectiva de días o semanas sin ella es desalentadora.

—Quien diría que el imponente rey tiene un aire tan depresivo.

La voz de Janna lo sobresalta y le hace preguntarse que les paso a los guardias de la puerta.

—¿Qué no deberías estar durmiendo? Te marchas mañana al alba—intenta que su voz no salga cansada, perder la poca autoridad que tiene sobre la muchacha no es la mejor de las ideas.

Por única respuesta la aludida señala a la claridad que entra por la ventana.

—Vine a avisar que me marchaba pero me topé con tu torpe y descuidado mensajero.

Aquello sí que capta la atención del rey, sus tres ojos mirándola con desconfianza.

—¿Qué le hiciste ahora? —cuestiona con un fuerte sentimiento de déjà vu.

La historia de la hechicera es inocente, tal vez demasiado inocente. El mensajero tropezó botando la correspondencia, la muchacha lo ayudo a recoger las cartas. Fin.

—¿A que viene este cuento? —le cuestiona.

Un sobre aparece en la mano de la chica: un sobre negro con un sello rojo carmín. Su propio sello, el que este sellado aún lo tranquiliza un poco.

No se molesta en hablar.

—¿De verdad piensas mandarlo a llamar? —la voz de Janna es filosa como un cuchillo pero sumirada se ha suavizado.

Tom ni siquiera pregunta de quien esta hablando o como se enteró. Intentar guardar secretos de esa mujer es imposible.

—Eso no te incumbe—la reprende, pero termina cediendo con facilidad —. Creo que debería estar enterado, es su escudero después de todo.

—Si ese puesto significará algo para él no se hubiera largado.

Aparta la pila de documentos del escritorio y se sienta en el con aire acusador, Tom tiene que retroceder para evitar quedar en una posición comprometedora. Se ha acostumbrado a que ella no tenga ningún sentido del decoro.

—Tenia cosas que hacer en su dimensión, no dejo su puesto sin razón.

Janna lo apunta con el sobre como si este fuera una espada. En sus manos bien podría ser tan peligroso como una.

—¿De verdad quieres llamarlo? —interroga —¿Qué no recuerdas lo que vimos aquel día? —suelta enervada.

Aquello afecta al rey.

—¿Vas a mandar a traerlo para que esos dos se coman a besos en los pasillos? ¿Igual que en aquella boda? —el silencio entre ambos es denso.

—Solo eran unos par de chiquillos hormonales Janna, aquello no significó nada ¡Solo teníamos quince! —luego después de una pausa—.Ambos se disculparon conmigo.

—Únicamente estas enterado de eso por que el Ojo te lo mostró, de otro modo permanecerías ignorante de la situación. Aquella noche con el Ojo actuaste como si nada te importara, la muerte de tus padres o este asunto, todos creyeron que no te pasaba nada. Ya lo perdonaste una vez. Él te traicionó y ambos sabemos que no fue la única ocasión.

Aquello es verdad, él no lo niega ni ella intenta adornarlo con palabras dulces.

Pero también hay otra verdad.

—Es mi amigo, mi mejor amigo —le objeta—y también es el tuyo.

La menuda muchacha lo mira fijamente en sus ojos baila la resolución.

—Es mi amigo— acepta sin rechistar —.Pero mi rey eres tú. Ni Moon, ni River, ni nadie, ni siquiera Star, solo tú.

Tom se sienta más recto en su asiento sorprendido por la obvia aclaración. En ella no hay ni una pizca de cariño, apenas un dejé de admiración o agradecimiento, tan solo una verdad tácita entre ambos.

—Marco es mi amigo— continua con voz severa —Tú eres mi rey. Pero mi lealtad no es algo que se puede repartir entre ambos, así que te la doy a ti.

Hay un nudo en la garganta del rey cuando comprende que esa revoltosa mujer es su vasallo más fiel.

—Si aún así quieres mandarlo a llamar me da igual ¡Tu eres el jefe! —canturrea con normalidad — Me marcho majestad— se despide haciendo una reverencia burlona— Volveremos pronto, he quedado con alguien y no quiero perderme la ocasión.

Tom no puede evitar sentir lastima por el pobre diablo que haya quedado atrapado en sus redes esta vez.

—¡Eh Janna! ¡Por favor...!— la llama mientras se levanta intentando alcanzarla.

—¡Cuidare de la princesita majestad!

El demonio sonríe tranquilo, la palabra de esa hechicera es ley.


Star siente deseos de vomitar. La culpa dice la voz de su conciencia, cuando cae en cuenta de ello siente una arcada de repulsión ¿Cómo puede sentir más culpa de aquello que de ser la causa de la muerte del rey Lucitor?

Tal vez es que ese incidente ya lo vivió.

Después de aquella tarde en la cabina de fotos después del shock inicial había querido salir corriendo a contarle a Tom, pero el miedo a su reacción no la había dejado.

Y ahora estaba ahí, expuesta como una mentirosa frente a él.

El demonio no dice nada, no reprocha, ni siquiera la mira.


Título del siguiente capítulo:

"Amigos"

¡Gracias por sus comentarios y teorías!

Disculpen la demora, he tenido algunos problemas con mi celular.

Amo de todo corazón escribir a Janna, se que muchos la shipean con Tom pero si bien son perfectos juntos, no creo que lo sean en un sentido romántico. A mi parecer ellos serian los perfectos mejores amigos.

Algo así como Star y Marco antes de que los clichés los arrastraran (no me molesta la ship, pero seamos sinceros).

Ah y una última aclaración, lo de "desafiante" es la forma en que Janna habla con Tom.

Déjenme sus teorías abajo que me encanta leerlas.

Publicaré en pronto.

Besos.

3.04.2018